CAPÍTULO 2
"El planeta de los humanos llamado Tierra ha sido tomado. Las ruedas están en movimiento."
Naruto miró a su mentor Madara. Después de cuatrocientos años le odiaba tanto como lo había hecho el primer día que se conocieron en el bosque. Como el bastardo que era, Madara mantuvo vivo a Naruto. En sus primeros años, los otros guerreros Akatsuki se burlaban de él sin piedad.
Madara no dejó que le mataran por deporte. Al menos Madara mantuvo a raya a los de su tipo.
Sin embargo, era raro que Madara expusiera a Naruto a otros Akatsuki durante los primeros trescientos años de su vida. De vez en cuando Madara no tenía otra opción, por lo que le decía, a menudo para recordarle a Naruto, que vivía sólo porque así lo había decido él.
No todos los guerreros Akatsuki querían a Naruto muerto o atormentado. Algunos le toleraban, incluso unos pocos podrían haber sido amistosos, si Madara lo hubiese permitido, cosa que nunca hizo. Naruto aprendió que había dos tipos de Akatsuki.
El padre de Naruto fue un científico, capaz de indulgencia, que amaba a su madre. Madara y su clase de amigos, como él, eran Akatsuki pero incapaces de amar jamás. Sus antepasados habían eliminado un cromosoma de vital importancia, por lo que eran insensibles a la piedad, eran puro mal y vivían en el odio.
Los científicos Akatsuki en el planeta habían sido engañados en el desarrollo de la matanza de todas las hembras al contaminar el agua, hacía ya cientos de años. Era una táctica de guerra que los Akatsuki supusieron que serviría para matar a los guerreros Konoha.
Si un Konoha estaba apareado con su hembra y ella moría, lo mismo ocurría con el Konoha. Por desgracia para la especie de Naruto, también quería decir que si un Akatsuki estaba emparejado y su hembra moría también lo hacía el Akatsuki.
Los científicos se pasaron de listos, costándole sus vidas a muchos de ellos. Debido al envenenamiento del agua ninguna otra criatura viviente residía en el planeta Bagron, ni en el planeta Dargon, ni en el planeta de Naruto. Cualquier hembra se extinguió, a excepción de los guerreros. Durante sus cuatrocientos años, Naruto aprendió a ser cruel para sobrevivir, pero se entristeció cuando era un niño y la última de las criaturas peludas de los árboles murió.
"¿Por qué queremos atrapar a los humanos?" preguntó Naruto.
"¿Tienes que ser tan estúpido enfrente de los demás?" le espetó Madara.
Los otros guerreros que les rodeaban se rieron. Naruto era inteligente y no mordió el anzuelo. No le importaba. Madara recogió a Naruto para ir a la Tierra en una misión de exploración en solitario. Los científicos habían creado una máquina para manipular la atmósfera terrestre. Aparecieron grandes tormentas en todos los continentes.
Muchos humanos estaban aterrados y muriendo. Los Akatsuki incrementaban su terror, lo que provocaba que todos los humanos huyeran, mientras que los Akatsuki les ofrecían un refugio seguro.
"Vosotros eliminasteis a nuestras hembras, lograsteis lo que queríais." dijo Naruto. "Los Konoha fueron exiliados y condenados a vivir en otros planetas."
"La guerra contra los Konoha va a nuestro favor. Kakashi ha sido desterrado. Los guerreros Konoha siguen siendo leales a Kakashi, pero pronto llegará su ciclo de necesidad. Kakashi prohibió toda conversación sobre las hembras después de sus muertes, por la paz mental de los guerreros. Muchos no recuerdan que tuvieron una madre. Con solo hombres guerreros alrededor de ellos nunca abordaron el tema, Kakashi los mantiene de esa manera. Su sobreprotección para con los guerreros es estúpida. Con esta violenta guerra no tienen tiempo para preocuparse de lo que pensaban que nunca podrían tener. Una hembra puede hacer que un guerrero este loco de deseo. Nuestros prisioneros nos dirán cualquier cosa para estar cerca de una hembra. Nunca sabrán que les pasó. Y será culpa de Kakashi por no prepararlos. Muchos de los pequeños guerreros eran jóvenes y débiles como tú, cuando las hembras murieron. Todavía son débiles y patéticos."
Madara frunció el ceño a Naruto. La puya no pasó desapercibida. Los pelos de Naruto se erizaron por un segundo; con sus cuatrocientos años, él era joven, pero ya no era un niño llorón.
"¿Los machos humanos? ¿Qué pasa con ellos?" preguntó Naruto.
"Maldita sea." rugió Madara.
"Quiero saber si los machos que encuentro son de valor. ¿Cómo puedo completar mi misión si no lo me das la información que necesito?" insistió Naruto. "No sé absolutamente nada sobre los humanos, ni sobre las mujeres."
"Queremos hembras en edad fértil. Me importa una mierda lo que haces con los machos o su descendencia."
"¿Descendencia? ¿Los humanos tienen niños?" preguntó Naruto.
"¿Que te he dicho?" bramó Madara.
"Jodidamente, no mucho." gritó Naruto mientras su rabia crecía.
Madara aplastó a Naruto contra una pared, su antebrazo empujándole por la parte inferior, ya que Naruto era más alto. Madara odiaba que Naruto bajara la vista hacia él cuando estaban juntos. Naruto sabía que no debía levantar su escudo. Estaba acostumbrado a los exabruptos de Madara y era más molesto que otra cosa.
"Escucha pequeña mierda." dijo Madara entre gruñidos. "Ve a la Tierra, observa, no interfieras, no dejes que te vean blindado. De hecho, no dejes que te vean en absoluto. Blindado o no, eres jodidamente feo, los asustarás."
"¿Así que el gobierno de la Tierra va a entregar a sus ciudadanos humanos en un plato dorado?" preguntó Naruto.
"La Tierra está llena de funcionarios estúpidos que 'salvarán' a su gente y las alejarán de las tormentas, siempre y cuando puedan pagar el precio. Pueden hacer que parezca que la gente que paga podrá irse primero, y que lo están haciendo para pagar por naves de transporte y por las necesidades de aquí. Es su falsa sensación de seguridad y la lógica de "somos muy importantes". Incluso cuando su planeta se está muriendo, muchos funcionarios de la Tierra piensan en los votos. Es tan retorcido que es gracioso. Y mientras se aseguran de que todos los humanos "importantes" van en primer lugar, el resto está feliz. Son una raza jerárquica. Algunos funcionarios son escépticos, lo que me recuerda los dos tipos de Akatsuki, igualmente hay dos tipos de humanos. No se han dado cuenta de que lo más importante para nosotros son las hembras en edad de procrear. Los machos son para el deporte." dijo Madara.
"¿Por qué yo, Madara? Me odias." dijo Naruto.
Madara lo soltó y le revolvió el cabello.
"Porque como perro golpeado aprendiste a obedecer. Y si te odiara te habría matado hace mucho tiempo."
Naruto sabía que Madara no confiaba en nadie, excepto en Naruto. Y tal vez ni siquiera en él.
"¿Cuándo diablos podré salir de este agujero de mierda?"
{¿Cuándo recibiré mi oportunidad de escapar finalmente de ti?}
"Hoy."
Madara le envió en un servicio de transporte. Naruto se quejó. Era un verdadero pedazo de mierda del tipo que los Akatsuki habían ayudado a construir a los terrícolas. Torpe, plateada, un 'neandertal' del espacio.
Naruto odiaba esa nave.
Esta nave era algo más duradera. Había sutilezas que un humano no notaría. Sin duda, por dentro era mejor de lo que a los humanos se les había entregado como alta tecnología. Aparte de que externamente aquel transbordador era una basura.
"No me digas, déjame adivinar." Naruto arrastró las palabras. "Necesito mezclarme. Quieres que me estrelle."
"Tiene un dispositivo de localización. No vas a chocar de manera negligente. Aun no he terminado contigo."
"Me siento especial."
Madara le dio un golpe en la parte posterior.
"Trata de no joder tu misión."
Unas pocas naves terrícolas se estaban probando en Tierra. Con las tormentas, sus defensas y satélites habían sido destruidos. Los Akatsuki querían que los terrícolas pensaran que la Madre Naturaleza se tomaba en serio su negocio. Antes de que la primera nave de la Tierra aterrizara en el planeta de Naruto, Madara y los demás querían saber exactamente lo vulnerables que eran los humanos.
La primera ola de Akatsuki ayudaría a la Tierra y llegarían a un acuerdo con el 'bondadoso' Madara. Además, Madara le contó a Naruto que sabía que los científicos esperaban recibir compañeras, razón por la cual estaban interesados en esta aventura de Madara; algo que no iba a pasar... Cada lado tenía su propia agenda.
Naruto no sabía mucho de los humanos, solamente había oído de ellos recientemente. A Naruto le informaron que los humanos eran débiles y fáciles de eliminar. Era un guerrero, no era iluso y no se lo creyó ni por un segundo.
{¿Por qué le estaban enviando a buscar información si no estaban absolutamente seguros?}
Porque Naruto era prescindible. A los cuatrocientos años de edad, era uno de los Akatsuki vivos más jóvenes. Sabía que Madara estaba preocupado… se preguntaba si a su corta edad jugaba un factor importante en todo esto, si los humanos podían ser capaces de matar a un tipo joven, como Naruto. El tiempo lo diría.
El vuelo tomaría una semana o más. El transbordador tenía un solo catre, una mesa, una silla y un lugar para regenerarse. Naruto llevaba una pequeña jaula en caso de que encontrara algún animal interesante.
Tendría que ocultar de Madara todo lo que encontrara. No había nada más. Al segundo que Naruto despegó, ya estaba aburrido.
Imágenes de la Tierra y lo que podía esperar allí, se programaron en la base de datos. Apareció la imagen de una hembra humana. Naruto había visto las fotos antes. Era joven con un largo pelo oscuro y ojos azules. La primera vez que la vió, le vino su madre a la mente. No había pensado en ella en años. Los humanos básicamente tenían el mismo aspecto exterior que los Akatsuki, excepto que los Akatsuki y Konoha machos no tenían pezones. Era un misterio para Naruto por qué un humano masculino los necesitaba.
{¿Para qué propósito podrían servir?}
Sin embargo, Madara insistió en que era un tema delicado para los humanos. Si un humano accidentalmente viera la diferencia… ¿Cómo supieron los Akatsuki de la anormalidad de un humano? Un humano ignorante, comentó groseramente lo que suponía era una anomalía Akatsuki, le apuntaron a tres de los cuatro humanos que estaban ahí en ese momento y resultaron muertos. Los Akatsuki tambien eran un poco delicados al respecto.
Imagen tras imagen aparecieron en su pantalla y en poco tiempo
Naruto se sentía intrigado. Necesitaban vehículos con ruedas para el transporte. Se metían dentro de las bocas de los vehículos rodados y estas bestias aceleraban y frenaban. Algunos montaban bestias de dos ruedas, de nuevo llamados vehículos todoterreno. Había muchos nombres para muchos modos de transporte que utilizaban los humanos, todo muy extraño para Naruto. Para moverse necesitaría algún dispositivo de este tipo. Su escudo bajaría cuando tuviera que moverse a un ritmo más rápido, saltando de árbol a tierra y a árbol.
Los humanos tenían artículos dispares de ropa. Necesitaban armas de destrucción masiva, que finalmente utilizaban contra ellos mismos. Los juegos que jugaban no tenían sentido para Naruto; golpear bolas, tirar bolas, patear bolas, y recuperar bolas. La Tierra estaba fascinada con las bolas. Jugaban en la nieve, el agua, el hielo, en cualquier época del año. Cabalgaban extrañas bestias llamadas caballos, burros, elefantes y otras criaturas de cuatro patas. Había tantas criaturas extrañas: grandes, pequeñas, minúsculas. La Tierra tenía insectos. Todo era muy diferente en este planeta. Armas, vehículos, comida. No había replicadores.
{¿Tenían que cultivar sus alimentos?}
Esa práctica se extinguió en su planeta hacia miles de años. Los guerreros no tenían tiempo para jugar en la tierra.
Los guerreros peleaban. ¿Qué más había allí? Los humanos eran una raza primitiva. Deberían ser esclavizados. Excepto que Naruto tenía problemas con esa idea, siendo las hembras humanas tan importantes y vulnerables.
Sacudió su cabeza, molesto después de todos esos años que los pensamientos estúpidos venían a su cabeza. Nada haría que Naruto perdiera de vista el panorama general: completar su misión. Sin cagarla.
Una vez en casa, donde debía estar, dejaría a Madara. Él no era un perro, lo que demonios fuera eso; tal vez podría encontrar uno y mantenerlo en secreto. Madara estaría ocupado con las hembras. Ahí estaba un vago recuerdo en su mente de una criatura peluda inquieta.
Madara lo mató delante de él después de que Naruto jugó con él y desarrolló afecto por aquella bestia.
{Definitivamente no dejes que Madara vea cualquier cosa que lleves a casa.} se dijo.
Cuando echó un vistazo a la jaula, Taz estaba a la vez emocionado y preocupado. Madara mató todos los animales peludos que le dio a Naruto. Cada muerte le dolió en el corazón. Hubo una lección que Madara quería que Naruto aprendiera y casi mató ante él a la última bestia peluda que Madara trajo a casa. Naruto tomó la bestia en sus brazos y no le acarició el pelaje ni le canturreó. Naruto miró a Madara a los ojos y retorció el cuello de la criatura, dejándola caer a sus pies. Su corazón quedó irremediablemente herido ese día. Naruto decidió que no iba a tratar de amar a nada, nunca. El amor mataba, podría ser aplastado y si amabas serías aplastado. A pesar de ello, Naruto nunca desestimó completamente el remordimiento de cuando mató a algo inocente.
Inclinándose hacia atrás, observó como cambiaba la escena en el monitor. Madara le miraba y le sonreía. Se preguntó si recordaba a Madara sonriendo alguna vez, con una verdadera sonrisa. Nada vino a su mente, excepto el siniestro ceño fruncido al que Madara era propenso.
"Vamos a perder la comunicación pronto." dijo Madara. "Recuerda, no quedes atrapado y no jodas esto. No quiero llamar la atención sobre este planeta y tener que moverte de vuelta a nuestra nave."
La imagen parpadeó y Madara había desaparecido.
{Espero que alguien vuele una nave espacial en su culo.}
El valle se asentaba profundo de la base de las montañas. La nave se movió sobre un pequeño claro, se abrió la puerta a unos centímetros del suelo y Naruto dio su primer paso en la Tierra. Su escudo subió. El suelo bajo sus pies crujía y se sentía irregular. Se rompieron palos; aplastando pequeñas piedras con su peso. Sus pies dejaron muescas que no desaparecieron mientras caminaba. Levantó un pie con garra para comprobar si algo se pegó a él.
"Eso se siente muy desagradable." murmuró. "¿Cómo caminan los humanos sobre esta mierda?"
Con el dedo raspó fuera el musgo y lo arrojó lejos.
Naruto puso su haz de seguimiento y maniobró el transbordador hasta una cueva escondida. La cueva era bastante grande, y oculta a la vista por la proyección de las montañas. Cuando olfateó supo que nadie había estado en el interior de esa cueva en cientos de años.
Miró a su alrededor. No había luz entrando en la cueva, pero él lo veía todo. Colgando arriba había pequeños seres alados, algunos estaban mirándole. Notó que unos pocos parecían curiosos, nada más y se volvieron a dormir.
{¿Por qué demonios duermen boca abajo?}
Naruto permaneció blindado mientras caminaba fuera de la cueva; el día era soleado y su armadura absorbió los rayos del sol mientras flexionaba sus músculos, abriendo y cerrando los dedos aun en forma de garra. Los tatuajes negros en su mejilla brillaban, y se reflejaba en el brillo de sus bíceps grises.
Se sentía bien ser libre y no estar confinado. La luz real del sol era mejor para su escudo, pero con aquel suelo tomaría tiempo acostumbrarse.
Se trasladó directamente hacia arriba de la enorme roca. Sus pies y manos encontraron instintivamente hendiduras mientras escalaba. Al llegar a la parte superior miró alrededor y tocó los arbustos.
{Que débil.}
Los árboles no eran nada parecido a los que estaba acostumbrado, todo era pequeño e impresionante. La tierra era dura bajo sus garras, no esponjosa. Fue a tocar la corteza del árbol e interiormente hizo una mueca. Demasiado duro para su gusto. Con un movimiento rápido de sus pies llegó abajo con la velocidad del rayo.
Entre sus manos sostenía una pequeña criatura peluda con orejas largas y un pompón como cola. La criatura prácticamente no pesaba nada. Una pequeña nariz se torció, se debatió, agitando violentamente sus patas traseras. El latido del corazón tronó erráticamente. Naruto percibió su miedo abrumador.
"Interesante."
No estaba seguro de lo que era, excepto que era una hembra.
Miró a la criatura hasta que esta se quedó sin fuerzas. Le dio una pequeña sacudida. La colocó en el suelo, esta se mantuvo inmóvil. En cuclillas junto a él Naruto empujó su parte inferior con la palma de su mano.
"Vamos, pequeño ser. No te hice daño. No es mi misión matar hembras, de ningún tipo."
Naruto olfateó el aire. La criatura estaba muerta. Se dio cuenta de que la había asustado hasta la muerte. Un destello de remordimiento apareció por una fracción de segundo antes de que Naruto lo anulara.
En la distancia, otro de los seres peludos permanecía tranquilo e inmóvil, mirándolo. Otra hembra. Naruto no se iba a acercar a ella. Una criatura voladora pasó por encima. Con sus alas extendidas sobrevolaba en círculos. Una de estas criaturas se había mostrado en el monitor de su nave. Había muchos tipos, pero se clasificaban bajo un mismo nombre.
{Un pájaro.}
El ave también lo estaba mirando. Era grande y Naruto vió sus garras, no había duda que tenía la intención de comerse a la criatura muerta. Los moradores de la Tierra se movían con rapidez. Naruto trató de que no le importara, pero, al final, recogió a la pequeña hembra peluda y la puso en el hueco de un tronco. Selló la abertura con una roca.
A poca distancia, Naruto vió un animal peludo macho. La blanca y negra criatura era interesante y masculina, no se preocupo de que muriese de miedo. No tuvo problemas en acorralarlo, preguntándose si podía colocarlo en la jaula con otras pequeñas criaturas peludas. La criatura hizo un trompo y una bocanada de algo nocivo alcanzó su nariz por un segundo antes de que su escudo filtrara el hedor. Naruto agitó la palma de su mano y las garras en el aire.
"Amigo, tienes un grave problema de salud." dijo Naruto en voz baja.
"Pobres pequeñas féminas, ¿qué les haces?, ¿apestarlas hasta la sumisión? Y pensé que los Akatsuki eran crueles. Eww. Quién sabía que la Tierra tenía especímenes tan desagradables."
A punto de moverse fuera, Naruto oyó voces.
"Lo juro, Ino. Estoy seguro de que vi una nave bajar por aquí en alguna parte." dijo una voz de macho.
"¡Y qué! El gobierno ha mencionado que están listos para tratar de poner algunas naves en el terreno para los vuelos de prueba."
{La voz de una hembra.}
Naruto estaba seguro. Su ritmo cardíaco aumentó con la excitación.
La primera mujer en la que iba a poner sus ojos en más de cuatrocientos años. Cada onza de él se retorció en anticipación. Le molestaba tener que permanecer oculto.
{Sal a la luz, pequeña fémina.}
"Tal vez se estrelló. Vamos a echar un vistazo." dijo la voz del macho.
"Bien, pero es tiempo de irnos. Debo llegar a casa."
La hembra parecía impaciente y reacia. Su voz era suave y convincente. La curiosidad de Naruto era demasiado difícil de ignorar, no podía mantenerse quieto. Se arrastró lo más silenciosamente posible, separó el follaje ante él.
Había una hembra joven y un macho. La mujer era pequeña. El macho era más grande, pero no por mucho. Naruto sintió su frente a punto de bajar su escudo.
{Ese macho es pequeño.}
Por un segundo, su corazón latía con angustia en vez de emoción. Los Akatsuki sabían que podían aniquilar a un pequeño macho humano. Él oyó el tono burlón de Madara en su cabeza diciéndole que sería divertido golpear el cerebro de los humanos del sexo masculino y jugar con la hembra.
"Tengo curiosidad." dijo el macho.
La mujer le dio un empujón juguetón. Naruto se sorprendió cuando ella casi golpeó al varón.
"La curiosidad mató al gato." respondió en un tono descarado.
El macho se rió y ambos siguieron caminando, estaba sosteniendo su mano y moviendo la vegetación para ella. Naruto se preguntó cómo sería sostener la mano de otro. Soltó el follaje, satisfecha su curiosidad. No podía intervenir y, desde su punto de vista, ellos solo estaban dando un paseo.
Los humanos nunca llegarían a la cueva, el transporte estaba seguro. Él estaba allí para observar, sin interferir. No tenía por qué lastimar al macho y obstruir su paso.
Cuando se volvió para salir, oyó el grito de la hembra. Naruto separó el follaje de nuevo para ver al macho tratando de empujar a la mujer contra un árbol. Su mano estaba en su culo y se deslizaba arriba. Ella arañó la corteza con los dedos y Naruto podía oler la sangre. Estaba confuso hasta que escuchó un atronador ruido, mientras los arbustos se separaban observó a una enorme bestia. Una criatura enorme con pelaje y cuatro patas cargando hacia aquella pareja. La criatura tenía enormes astas.
{Un alce macho.} dedujo.
No existían tales animales en su planeta. La jaula a bordo de su nave era demasiado pequeña para contener tal criatura.
Naruto quería ver a la criatura más cerca. Las acciones de los dos humanos eran extrañas para él. Podía oler el terror que los humanos sentían, apestaba a miedo. Estaban tratando de escapar de la bestia, obviamente, no podían correr más rápido que ella. No estaban preparados para la batalla. A la mujer le goteaban los ojos.
{¿Las hembras filtraban?}
Una rareza. Por un segundo, Naruto vaciló. Si se presentaba, tendría que matar a los humanos. Tal vez a la hembra podría esconderla en la nave. No tenía ningún uso para el macho, pero no quería interferir.
"Corre, Ino." gritó el macho.
Naruto casi se echó a reír, al oír un grito masculino. Era ridículo, y el macho no tenía un escudo subiendo.
Le habían dicho que los humanos no tenían escudos. Al menos esa parte no era una mentira. El alce estaba casi sobre ellos. La mujer gritó y se desplomó. El débil macho no podía levantar sus brazos y escalar por el árbol. Se veía sin vida.
{Maldita sea. ¿Todas las hembras en este planeta mueren de miedo?}
Los humanos estaban cayendo como piedras en un estanque en su propio planeta. Había estado en la Tierra menos de diez minutos y estaba a punto de presenciar la muerte de más seres. Naruto corrió hacia ellos, no gozaba de la muerte como un deporte y Madara no estaba allí para detenerlo.
Agarró al macho por detrás y tiró de él. Nunca le vió venir, Naruto no pudo evitarlo, esperaba que la caída no lo matara, no se había dado cuenta de lo liviano que era un macho humano. El pequeño ser salió volando.
Piernas apoyadas, brazo recto, con una mano arriba, el alce se topó con la palma de su mano.
¡Bam!
El alce gruñó, sus patas delanteras se doblaron. Naruto se agarró a los cuernos y tiró de la bestia enfrentándose al nivel de sus ojos.
"Increíble."
La criatura era una verdadera belleza. Aturdido por su repentina parada, la bestia sacudió su cabeza. Naruto lo empujó. El alce se alejó a trompicones. Miró a la hembra a sus pies. Se agachó para estudiarla.
Ella lucía el mismo pelo rubio que él, pero era mucho más largo y adecuado a su tez blanca.
Su garganta era muy delicada. Su escudo se absorbió en torno a su mano y colocó su palma en su pecho. Su corazón latía. Era pequeña y más joven de lo que pensaba, tal vez dieciocho años. Una niña. De hecho, estaba tocando a un niño. Naruto nunca había visto a un niño; no había otros niños como él cuando estaba creciendo. Ella era fascinante.
{Linda.}
Había pequeñas abrasiones en sus manos y cara. Motas diminutas de sangre salpicaban su garganta que le habían hecho las ramas de los árboles. Parecía frágil y sin vida. Naruto la levantó por debajo de los brazos y se paró.
{Demonios, está muy delgada.}
No podía mantener a un niño encerrado hasta que su misión terminara. Él sabía lo que era estar enjaulado, siendo joven y vulnerable. Mientras estaba allí preguntándose qué hacer, la acercó más contra sus brazos.
{Mierda. ¿Qué está pasando?}
El escudo de Naruto cayó y luego se cerró alrededor de la hembra.
Sus piernas se envolvieron alrededor de su cintura, sus brazos apretados contra su pecho desnudo. Oyó un zumbido distinto dentro de su escudo, sabía que esto estaba bien. Su escudo comenzó a curarla.
Naruto estaba asombrado. Ella estaba dentro, pecho a pecho.
Nunca había tenido el toque de piel femenina de esta manera. La mejilla apretada contra él, las gotas de los ojos fueron absorbidas en su piel, lo que causó que el escudo emitiera una secreción que la calmaba. Las uñas en sus manos arañaron su escudo, tratando de abrirlo.
{He sido invadido. Mi escudo se ha convertido en un traidor. ¿Qué mierda?, ¿QUÉ MIERDA?}
Ella no saldría. Oyó un gemido de la fémina y su escudo se ajustó para calmar su interior como si la acción fuera familiar, mientras que Naruto sabía que su boca estaba abierta por la sorpresa. Una comprobación del sistema se estaba ejecutando al momento siguiente, como si fuera una cosa natural. La chica se moldeó a su cuerpo como si fuera parte de él. Era desconcertante. Su sudor se filtró en su piel mientras que la reclamaba. Fue casi... casi... paternal.
{¡Santo infierno!, ¿de dónde vino esa idea?}
El escudo reconfiguró su chequeo para ir más en profundidad.
Naruto se preguntó si había algún problema que no había visto. El escudo se centró en un área determinada. En sus pensamientos sabía que la hembra estaba bien. Lo que necesitaba, el escudo lo proporcionaba.
Le tomó unos momentos, pero Naruto se agotó con sus emociones. Ella salió de su escudo, la dejó caer y luego se cerró alrededor de Naruto.
Naruto casi tiró su cuerpo inerte al suelo. Pensó que tendría los pelos de punta.
{Mierda.}
La niña en sus brazos estaba bien. No había ninguna abrasión, contusión, ni un rasguño. Naruto la dejó en la base del árbol. Sus pensamientos estaban corriendo. No sabía que podía curar a alguien más. Por otra parte este era el primer infante que había visto, y para más detalles, una niña.
La vulnerabilidad de su cara le sostuvo la mirada. Ella sería una hembra adulta en unos pocos años. Madara la querría. Naruto no podía encerrar a un niño sano. No había manera de que le permitiera a Madara poner sus manos sobre ella.
Estaban solos en el bosque. Si la dejaba, ella podría morir. Si la enjaulaba, ella podría morir. Naruto colocó una mano en su cabeza con ganas de gritar su frustración. Su mente estaba en guerra. Su misión no era interferir.
{Mantente alejado. Mantente alejado.} se dijo.
"¿Ino?"
La voz del macho llegó a los oídos de Naruto. Él no lo había matado.
Naruto se escondió de nuevo en la maleza, abrumado por el alivio. El macho tropezó, viéndose un poco despeinado.
"¿Ino?"
El macho acercó a la hembra contra su pecho. Sus pestañas revolotearon.
"¿Qué pasó?"
"No lo sé. Creo que el alce me golpeó desde atrás o algo así. No me jodas, volé como una pelota de béisbol golpeada en un 'home-run'.
"Será mejor que te lleve a tu casa."
El macho ayudó a la hembra a ponerse de pie. Ella agarró sus brazos cuando algo revoloteó por el suelo.
Naruto pudo ver la sorprendida expresión y se puso tenso. Su mano levantó la camisa dejando al descubierto su vientre. Ella corrió la palma de la mano por la barriga.
"Se ha ido." susurró.
"Mierda, Ino tenemos que llegar a un médico. El alce debió haber arrancado tu bolsa de colostomía."
"No, se ha ido. La bolsa está en el suelo y mi intestino está dentro de mí. No hay ningún agujero, no hay cicatriz, no hay nada. No hay dolor en ninguna parte. Es un milagro."
{¡Oh, Dios mío!}
Ella echó los brazos alrededor del joven varón. Naruto no estaba seguro de lo que quería decir, pero su blindaje debió haber hecho algo grande. Al menos resolvió su problema. La chica no estaba muy segura con aquel endeble macho, pero no estaba sola. Naruto se volvió y se alejó de la pareja. Necesitaba alejarse de esa niña.
Hubo un ligero cambio en su escudo. La diferencia era menor; si él se alejaba de ella, la extraña sensación receptiva desaparecía.
El impulso de correr era fuerte y Naruto se entregó a una carrera a través del bosque. El terreno era inestable, las rocas se desmoronaban bajo su peso. Las ramas de los árboles se inclinaban a su alcance. El aire no era puro.
Se detuvo en seco cuando el sol desapareció detrás de una nube. La luz del sol era todo para un Akatsuki guerrero. Este planeta no regulaba la lluvia. En el suyo, los científicos controlaban el clima.
La Tierra era muy primitiva.
Los humanos eran débiles.
No era la misión de Naruto determinar si los machos debían morir y esclavizar a las hembras.
Un pensamiento latía en la esquina de su cerebro.
{¿Qué pasaría con los niños?}
Cuatrocientos años atrás, Los Akatsuki habían matado a todas las mujeres, incluida su madre. Los niños humanos irían al planeta de Naruto.
{No puedo cuidarlos. Soy un guerrero no soy un defensor de inocentes.}
Naruto endureció su corazón. Estaba en una misión.
Fin de la historia.
Continuará...
