Disclaimer: los personajes no son míos, le pertenecen a sus respectivos dueños.

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Capitulo 3: ¿Frío o cálido?

La policía de Tokio allanó el edificio por completo, encontrando cadáveres y un sujeto en mal estado. Fue el único vivo en el lugar. Lo llevaron al hospital más cercano no sin antes tenerlo vigilado las veinticuatro horas del día. Los investigadores dedujeron que tanto Wilson Fisk como Tatsu Yamashiro fueron asesinados. La Yakuza entera es la principal sospechosa.

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Un día después…

-Diana, necesito un favor: Dick Valentine está en el hospital. No podemos sacarlo, aún nos estamos recuperando. Iría en persona pero las cosas están un poco complicadas.

-Enviaré a la chica por Valentine.

-¿La novata?

-Hace unas horas volvió de un encargo en México. Su desempeño en asesinar al líder de un cartel de cocaína fue excelente. Nadie la vio, ni siquiera teníamos que recuperar evidencia que la conecte. Sabrás de Valentine las próximas treinta y dos horas.

-Estaré atento al llamado, gracias Diana.

-Es un placer ayudar a un amigo, 47. Ten el celular cerca.

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Dos días después…

New York. 12:45 hs

Jacob miraba el contador de pisos como ascendía hasta el último destino del edificio. Salió y caminó hasta la oficina principal en donde Rachel Foley lo recibió primero, hasta guiarlo con su empleador, Glenn Arias. El empresario lo invitó a que pasara mientras movía su mano, al mismo tiempo que tenía una llamada en esos momentos.

-Si señor Wayne, me gustaría participar en este proyecto. Conozco a unos ingenieros que pueden ayudar con la construcción de ese satélite… okey, mi agenda está apretada esta semana, probablemente tenga tiempo el mes entrante, que no falta mucho… ¡Excelente! Luego hablamos de los detalles, tenga buen día señor Wayne. - guardó su celular tras terminar.

-¿Bruce? - Jacob preguntó.

-Es increible que tenga tiempo de manejar una empresa y salir de noche al mismo tiempo, y tener tres horas de sueño… ¿Cómo estás?

-Estoy bien.

Glenn se acercó hasta una vitrina en donde sacó dos vasos de vidrio y una botella de whisky. El empresario se colocó frente al ventanal en donde podía observar toda la ciudad, con una mano dentro de su bolsillo y la otra sostenía el vaso con la bebida alcohólica. A lo que Jacob hizo lo mismo. Arias empezó a hablar.

-Sólo voy a decir que, Kingpin merecía morir. No se podía hacer nada cuando dominaban New York. Es increible que haya tenido cautivo a Dick Valentine mucho tiempo; ahora está en el hospital, lo busqué en el aeropuerto y Diana Burnwood junto con sus hombres me lo dieron. Hablando de eso ¿Cómo te enteraste que Jill tenía padre?

Jacob bebió un poco de whisky. - Cuando sucedió el incidente con los chasqueadores, y Deathstroke nos disparó con su tanque; Jill fue la que más cerca estuvo de la explosión. La estaba llevando fuera de la ciudad y empezó a decir "papá". Ni siquiera estaba despierta. - regresó al escritorio y se sirvió un poco más de la bebida. - Nunca habló de él, y las razones eran obvias. Imagínate ser una niña y que tu única figura paterna te abandone en un orfanato. Era chica y no entendería porqué lo hizo.

-¿Y crees que de la noche a la mañana será un padre ejemplar? - Glenn sonrió mientras terminaba de beber.

-No. Tengo algo planeado. Jill está en coma, y aunque despierte, no puede ver así a su padre.

-Creo que ya sé a donde llevará eso. - Glenn bebió un poco. - Cambiando de tema, el fin de semana haré una parrillada. Seremos todos conocidos.

-Supongo que Kane y Lynch tendrán vacaciones.

-Me los entregaste malheridos. - El empresario rio. - Se merecen unos dias, ya trabajan lo suficiente… hablando de trabajo, Jacob. Tengo una oferta que ofrecerte.

Leiter dejó el vaso en la mesa y esperó a que hablase.

-¿Conoces Latveria?

-Es un país de Europa, que aún tiene monarquía y leyes antiguas. ¿Qué ocurre?

-Para resumirte, Jacob; conozco al que dirige ese lugar, antes de que se convirtiera en el líder que es ahora. Necesito el acero que fabrica, y viendo las tensiones fronterizas, hay que hacerlo de forma ilegal.

-¿Un trueque?

-Si. - Dijo Glenn. - Él me dará el metal y yo le tengo que dar armas y medicina. El intercambio será los primeros dias de tres meses. Después de eso, nada de negocios. - al terminar de hablar, miró su agenda. - El próximo mes, el cargamento llegará a Europa. Kane y Lynch irán a escoltar los paquetes. Me faltaría uno más para asegurar el intercambio.

-¿Cuanto?

-Un millón por cada entrega. - Glenn sonrió. Supo que tiene el dinero para pagar. - Tendrás billetes hasta para otra vida.

-Me parece mucho. No veo el motivo de eso. - Jacob suspiró.

-Te lo puedes quedar o, haz algo beneficioso con ese dinero. - El empresario dibujó media sonrisa. - Además, es un trabajo para tres personas. Piénsalo tranquilo.

Jacob asentó. Estrechó la mano y se dispuso a salir. - Voy a aceptar la invitación a tu parrillada. Traigo vino.

-Nos vemos luego. - Glenn vio cómo se marchaba.

Ya en el auto, Jacob encendió el motor y se marchó. Recordó que le falataba alimento en la alacena. Rodeó la torre Arias y condujo hasta el supermercado más cercano.

Con el carro en sus manos, miró las góndolas de lácteos. Leche y manteca, adentro, junto con la caja de galletas de avena y el pan lactal. A unos pasillos más, reconoció las voces; estaban en las góndolas de bebidas alcohólicas.

-¿No crees que es mucho licor, Lynch?

-No es suficiente, Kane. Además, acabo de cobrar mi sueldo.

-Alcohol y videojuegos ¿No es fascinante? - Shego se cruzó de brazos.

-Revisale los cajones, debe estar lleno de "harina". - Sam Fisher rió.

-¿Comprando bebidas saludables? - Los cuatro se voltearon al escuchar a Jacob detrás suyo.

-¡ey! ¿Qué haces aquí? - Preguntó Lynch.

-Es el único Walmart que compró Glenn Arias. - Le respondió Jacob. - En donde podemos comprar tranquilos.

-Salimos un rato juntos, nos divertimos bastante cuando hacemos equipo ¿No lo creen? - Shego chocó los puños con Lynch.

-Parece que no, pero somos imparables. - Dijo Sam. - ¿Vas a venir a la parrillada que hará Glenn?

-No estaba en mis planes, pero iré. No me vendría mal un poco de charla.

-Eso es, peladito. - Dijo Shego alegre. - Vamos a comer, después vemos que sigue. ¡Ah! ¿Viste al papá de Jill?

-Aún no, debe estar sedado y recuperando energía. - Jacob comenzó a ver los vinos.

-Le faltaba agua y proteínas apenas lo vimos ¿Y piensas que va a decir algo? - Dijo Kane mirándola. - No soy médico pero una semana, por lo menos, hay que esperar.

-Okey y ¿Vas a ir? - Preguntó Lynch y el resto clavó la mirada.

Sin responder, Jacob Leiter comenzó a ver los vinos. Supo que él, Shego de vez en cuando y Glenn Arias toman eso. Así que además de la botella, tomó un pack de cervezas para los demás.

Ya en el estacionamiento, fueron cada uno a su auto, yéndose a sus hogares. Antes de irse, Jacob dio un atajo.

En la habitación, las enfermeras y médicos chequean el estado de salud de Jill Valentine que, aún no abría sus ojos. Le movían las articulaciones para que no quede rígida todo el tiempo. Una de ellas tapó las ventanas que daban al pasillo; era la hora del baño. Glenn Arias cumplía su promesa: que la mantendría sana y salva.

A unas habitaciones más del hospital, reposaba Dick Valentine. También los profesionales de salud chequeaba de que no le faltaba nada al hombre; a diferencia de su hija, él en unos días apenas podría hablar. Jacob Leiter no tuvo figuras paternas, aunque entendía el dolor de perder a alguien importante. Después de verlos, regresó a su auto y condujo hasta su casa.

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Días después…

La tormenta dejó sin luz a todos. Glenn Arias no tenía idea de que la jornada empezara con el clima en contra. Se las ingenio para preparar la carne, usando la parrila y carbón, debajo del techo y con la lluvia golpeando los vidrios del lugar. Los demás colocaron las bebidas dentro del contenedor con hielo, ya iban tres botellas de cerveza.

-¿Recuerdas cuando jugamos Lineage 2? Nos quedamos tres días hasta que se fue la luz. - Recordó Shego.

-Fue buen directo, quedamos nosotros dos solamente. - Lynch sonrió. - Si no hubiera sido por eso, nos quedábamos más dias.

-¿Pensaste en monetizar tus videos? Conozco empresas que pueden estar interesadas en eso. - Dijo Rachel Foley.

-Nah, ya tengo dos patrocinadores pero gracias por eso, rubia. - La mujer verde le guiñó el ojo. - Hoy tendría que hacer un video, pero Wade va a editar uno y lo hará parecer nuevo.

-Va a llegar un punto en que tengas que borrar tu canal, Shego. - Kane la miró desde donde estaba sentado. - Estando aquí con nosotros, es suficiente para los que quieren hacernos daño.

-Lynch usa máscara, pero eso no alcanza. Mientras te diviertas con estos videos y nadie sospeche nada, estaremos sonrientes. - Sam Fisher calmó la situación.

-Hubo un punto en el que tuve que lidiar por otras opciones para infiltrarme en los lugares a los que me mandaban. - Habló Jacob Leiter en un extremo de la mesa. - El FBI consiguió mi patrón de ataque, en donde había alguien asesinado, yo estaba ahí.

-Pero tienes a Diana que borró todo lo relacionado a ti. - Dijo Shego arqueando sus cejas, confiada.

-Ahora el dilema es: ¿Quién es el reemplazo del agente 47? - Lynch alzó sus brazos intrigado.

-¿Cómo se llamaba la que sacó a Dick? Ayano Aishi - Dijo Glenn con las hamburguesas preparadas sobre la bandeja. - Hasta donde se, hace buen trabajo.

-Asesinar a las amigas de tu pretendiente no es sinónimo de buen trabajo, pero es verdad, cumple con los contratos. - Jacob bebió después de hablar.

-Después está uno de las fuerzas especiales, tiene un pañuelo que le tapa la cicatriz de la boca… eh, Lonewolf. - Dijo Sam Fisher. - Buen tirador.

-Creo que hace contratos que no requieren contacto estrecho con el objetivo. - Mencionó Kane. - Aunque corras a la velocidad del sonido, ese tipo ya te mató.

-Creo que tiene mi edad, cuando pasó lo nuestro ¿No es así, Jacob? - Recordó Fisher, y todos posaron la mirada en el ex asesino a sueldo.

-¿Lo de ustedes? ¿Qué son, gays? - Dijo Shego en tono bromista, recibiendo un golpe de Lynch mientras reía.

-Supongo que tienen una anécdota que contar. - Glenn Arias mordió la hamburguesa después de hablar. - Me agradan las historias ¿Alguien quiere tequila?

Rachel Folley se acercó al bar y sacó siete vasos y la botella del licor. Ella se preparó un bloodymary mientras al resto les sirvió tequila. Mientras comían, Sam Fisher se levantó de la silla, acercándose a la ventana junto al vaso. Acabó vaciandolo de un movimiento. Quedó pensativo al recordar cómo fue que chocó camino con el legendario agente 47. Agachó su mirada y sonrió.

-Después de los Seal, me uni a la NSA. Era un joven agente de campo con un futuro prometedor, conocido en las demás agencias gubernamentales del mundo. Me mandaron a un sitio en Hong Kong, tenía la misión de capturar vivo a un líder mafioso… ¿Cómo se llamaba? Lee Hong. Creo que necesitaba capturarlo para recuperar códigos de lanzamiento nuclear. Si hubiera llegado primero…

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Veinte años atrás…

Eliminando al guardia del techo, Sam Fisher se apoyó contra la pared no sin antes disparar al foco, dejando a oscuras la zona en donde estaba. Recargó su pistola y acercó su dedo al oído.

-Entré en área enemiga.

-Sam, lo necesitamos vivo. - Dijo Ana Grimsdotir. - Tenemos días hasta que lancen los misiles.

-La última vez que interrogaste, Fisher, asesinaste. No cometas el error una segunda vez. - Le dijo Irwin Lambert en tono amenazante.

-Era él o yo, además me estaba apuntando con un arma. - Respondió rápidamente Sam. - Voy a entrar, en un rato notifico.

Tras terminar el comunicado, Fisher activó su visor de tres lentes y entró. No fue difícil moverse por el edificio. Al estar la mayoría del tiempo en las zonas oscuras, los hombres chinos no se percataban de que un agente americano si quisiera, los mataría.

Llegando a la zona restringida, Fisher sacó su pistola con silenciador y se dispuso a entrar a la oficina de Lee Hong. La puerta se abrió y regresó al rincón. Pudo ver desde la esquina a un hombre blanco, sin nada de pelo y con un extraño tatuaje en su cabeza, en la nuca. Éste sujeto se limpiaba las manos y luego continuó con el mango de la escoba que llevaba. Fisher notó que algo andaba mal, vio que ese tipo ladeó apenas la vista, como intentando ver quien estaba detrás suyo. Luego de que limpiara sus manos y la escoba, se marchó. Sin bajar en ningún momento su pistola, el agente se acercó a la oficina. Colocó una de sus manos en la perilla, y abrió la puerta.

-Mierda…

Sam quedó consternado al ver a los cinco guardias muertos y al mismo Lee Hong en la silla, también sin vida. Inmediatamente el agente llamó a sus superiores.

-Encontré a Hong… está muerto.

-¿Que? Imposible. - Irwin se agitó.

-Sam ¿Ves algo más? ¿Sabes quien fue? - Ana preguntó esperando la respuesta.

-Hay cinco guardaespaldas muertos, dispararon tres veces… espera… ese tipo…

-¿Que tipo? Fisher, no jueges con nosotros. - Le advirtió Lambert.

-El conserje… fue él…

-Espera espera espera ¿Te colocaste la ropa del conserje? - Preguntó Shego. - ¿Y qué hiciste con el tipo?

-Aproveché cuando sacaba la basura. - Le respondió Jacob.

-¿Qué pasó luego? Seguramente no te habrás quedado de brazos cruzados. - Dijo Glenn.

-Cuando les dije los rasgos físicos a Irwin y Diana, me ordenaron que me vaya de ahí cuanto antes, que no haga contacto directo con ese tipo. - Sam miró de reojo a Jacob. - Después de dar mi informe, me dieron una semana de vacaciones. Como era joven y apasionado, empecé a investigar por mi cuenta. En una de esas investigaciones, encontré un caso en Bolivia, donde un grupo de la CIA entró en una casa, encontrando una foto de un pez gordo, un traje negro y corbata roja colgados en un ropero, y un maletín con las Silverballers dentro. No se supo nada más de esos agentes.

Jacob suspiró al recordar el incidente de Bolivia; Fisher prosiguió.

-Ya mi semana fuera de la NSA terminó, fue donde lo vi. Era viernes y estaba lloviendo como en estos momentos. Mi mujer y mi hija dormían mientras yo estaba en la cocina preparándome algo para comer… hasta que oí la ventana golpenado el marco…

La tormenta había dejado sin luz las manzanas. Sam tomó la linterna que estaba en los cajones de la cocina. Junto con el sándwich en la otra mano, se acercó hasta el living en donde pudo ver la ventana abierta y la lluvia mojaba el interior de la casa. Si la cerró ¿Quién olvidó cerrarla? Tanteo con su dedo la parte en donde se trababa. Notó que el metal estaba gastado, como si la querían abrir del lado de afuera. ¿Abrir de afuera? Fisher inmediatamente agarró la pistola que se encontraba arriba del mueble y siguió el rastro de agua, que seguía hasta el segundo piso y terminaba en el cuarto de su hija. La puerta estaba abierta y eso hizo que se apoyara en la pared. Al entrar a punta de pistola, vio a un tipo con sobretodo negro y corbata roja, que apuntaba a la cabeza de la pequeña con una enorme pistola con silenciador. La luz de los relámpagos alumbró el rostro de ese asesino. El forastero acercó su dedo índice a la boca, insinuando que no haga ruido. Sin dudarlo, Fisher jaló del gatillo. ¡No había balas en la pistola! El tipo le mostró las balas que tenía en su mano.

-No le dispare… - Sam estaba a punti de atacarlo con las manos.

-Lo haré, si no te calmas. - El asesino no mostró ningún tipo de gesto. - Estaré a gusto con una charla, sin poner en peligro a tu esposa y a tu hija.

Fisher tuvo que comerse los nervios, al saber que ese tipo no era cualquier pistolero. Alzó las manos en señal de paz y tras eso, guardó su pistola vacía. El sujeto al verlo, guardó su arma.

Ya en la cocina, Sam bebió agua mientras el forastero quedó parado cerca de la oscuridad, guardando sus manos en su mojado sobretodo.

-Italia, Francia, Rusia, Estados Unidos, Chile, Argentina, India, China. Cuando un tipo malo muere, eres lo último que ven, agente 47.

-Tendrías que haber seguido las ordenes de tus superiores, Samuel Leo Fisher.

El nombrado tragó saliva al saber que el hombre de la corbata roja sabía cómo se llamaba.

-¿Viniste a asesinarme?

-No. - Respondió seriamente. - Vine a tranquilizarte. La ICA te quería muerto y tenían intenciones de enviar un grupo a desaparecerte; Tuve que intervenir.

-Entonces ¿Querías que me ponga de rodillas agradeciéndote que no me matarás?

-No seas tan sarcástico, Fisher. Estuve siguiendo tu trabajo, lamentablemente teníamos un objetivo en común. Los tuyos después de interrogar a Hong, lo iban a meter preso, y seguiría manejando a sus hombres desde las rejas. Los míos recibieron un contrato por la cabeza del objeto. Llegué primero.

-Debo reconocer que, eres bueno.

47 no hizo ningún gesto. El asesino continuó hablando.

-El padre que pagó por nuestros servicios fue muy claro, lo quería muerto. Habían secuestrado a su hija y la vendió a un príncipe indio. La banda de Hong fue quien la atrapó.

-¿Eres como un justiciero? - Sam se cruzó de brazos.

47 se lo quedó viendo. - Sólo hice mi trabajo. -

Desenfundo su Silverballer y sacó la bala del cañón, colocándola sobre la mesa. Sam no entendía lo que pasaba.

-¿Qué es esto?

-Esta bala iba a parar en tu cabeza. Se pondrán furiosos conmigo pero entenderán. Conseguiré esos códigos de lanzamiento nuclear, será cortesía de mi parte.

Fisher agarró la bala. Lo llamativo de ella era que no es como las que venden en las tiendas de armas o las que tienen las agencias y el ejército.

-Supongo que estamos a… mano.

El asesino se marchó sin hacer ruido. Al poco tiempo, regresó la luz. Sam pudo escuchar que alguien bajaba de las escaleras. Su hija se acomodaba su pelo…

Shego, Glenn, Rachel, Kane y Lynch hasta Jacob vieron como el viejo Fisher sacó una bala de su billetera. Era la misma que le dejaron en la mesa.

-La tengo como un amuleto. No se que clase de código tenias antes, pero creo que no me mataste, porque supiste que una esposa y una hija dormían en mi casa. - Sam guardó la bala. - Creo que ya sé porqué no me mataste. Alguien tan frío y sin muestras de alguna emoción, tiene curiosidad de cómo es sentir lazos que no sean laborales. Jacob, desde que empezaste a juntarte con nosotros, te ablandaste.

El ex asesino a sueldo bajó la vista, sin responder. Supo que pasó mas tiempo con las personas que conoció y que conocía que al contrario de la ICA, no hablaba. Había cierta intriga de lo que mencionó Fisher con respecto a los sentimientos. Era imposible vivir sin ellos.

Ese mismo día en plena noche, la lluvia no dejaba de caer. Leiter se encontraba al otro lado de la habitación en donde Jill Valentine reposaba en la cama, aún en coma. Una enfermera salió de la habitación en donde pudo ver antes de que cerrara la puerta a Dick Valentine moviéndose.

El hombre miró su vaso de agua por la mitad y una revista con el contenido de la televisión por satélite. Escuchó la puerta abrirse, viendo como un hombre sin rastros de pelo en su cabeza, un sobretodo negro y corbata roja entró ahí. Dick lo reconoció al mirarlo.

-Tú eres uno de los que me sacó de las manos de Fisk… no sé porqué lo hiciste, ni siquiera te conozco. Las enfermeras evitan hablar de eso. Un tipo elegante con su secretaria vino hace unos días atrás ¿Estas con ellos?

-Si, debes darle las gracias.

-Ese tipo habla mucho, no responde a mis preguntas. - Dick apretó un botón que hizo que la cama adapte una mejor posición para ver mejor al hombre.

-Tiene los mismos ojos que su hija.

-¿Jill? ¿La a visto? Hace mucho no hablo con ella. - Dick se sobresaltó al escuchar ese nombre.

-La conozco. No sé que sucedió para ofrecer tus servicios al crimen organizado, eso llevó a proteger lo que quedaba de tu familia. Jill es… una amiga, no tiene idea de lo que vivió hasta estos años. Estás respirando, hasta que no sea un verdadero hombre, no la verá.

-Quiero verla, ahora.

-No. - Jacob se acercó hasta la cama, con sus manos metidas en los bolsillos. - Se quedará algunas semanas aquí, recuperándose. ¿Quiere que su hija lo vea luchando por levantarse y verlo directo a los ojos, al mismo hombre que la abandono en un orfanato sin responder a la simple pregunta de donde estaba su madre?

Dick quedó en silencio. Jacob soltó un profudo suspiro. Después de eso, se acercó a la puerta.

-A veces, nos cuesta decir lo que verdaderamente somos.

Jacob salió de la habitación, y caminó hasta la salida, no sin antes ver nuevamente a la chica Valentine.

Caminó por las calles, con el paraguas siendo su protección contra la lluvia. Se percató de que el vidrio de un comercio se encontraba destrozado. Se acercó hasta ahí, viendo el reflejo de su rostro fragmentado en el cristal quebrado. Un tacho de basura fue arrojado al suelo por un encapuchado, apareciendo más en el callejón rodeando a Leiter. Aún viéndose en el reflejo, su mente quedó en blanco. Colocó su mano dentro del sobretodo, sacando su Silverballer.

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Fin...