FIC
Caída del Cielo
Por Mayra Exitosa
CAPITULO III
Colgada de un árbol
Ya era noche, la tormenta había pasado, había algo en su pecho que no lo dejaba dormir, recordaba la escena de la televisión, dónde su jefe de prensa estaba dando la información qué le había ordenado, negando rotundamente ese dichos compromiso lo cual aseguraba de voz directa de él que no estaba ni estaría comprometido con la señorita Elizabeth Legan, más la llegada de su Tía, fue algo que irrumpía el salón de la sala de prensa de su edificio, asegurando que era algo de nervios, como si fuera un estúpido niño al que podía manipular con sus decisiones sobre actuadas. El apoyo que vio en Johnson hacía ella, fue algo que lo sorprendía aún más,
- Señores, la señorita Elroy es la tía del Sr. Andrew, por favor, no se molesten en preguntar, ella sabe lo que hace. Fue una traición de todos los socios, de su propio administrador y de su tía, el casarlo con una desconocida, hija de Legan uno de los socios que portaba más capital a la sociedad de una de sus múltiples inversiones, cuál era el trasfondo de todo esto, que hasta e l mismo George le había dado la espalda, él había visto claramente y analizado que su fortuna no estaba obligada a nada para con su persona, el quería lo que su madre y su padre tuvieron un amor verdadero, algo que valiera la pena, sabías palabras las de su padre cuando le dijo, - No fue lo mejor que haya hecho hijo, pero no me arrepiento ni me arrepentiré jamás, tu madre se volvió en mi aliciente para sacar la casta y a al fecha sigo pensando que haberla elegido no fue un error, más cuando te veo.
Ya estaba amaneciendo y la humedad daba un tono hermoso al bosque, la cabaña era el lugar mejor de la propiedad donde podía meditar lo que haría, nadie puede colocarte una pistola en la cabeza para obligar a un matrimonio, la señorita Legan ni siquiera la había visto, tenía una reputación intachable y podía ser la princesa de Escocia o de Alemania, no le importaba, sino la actitud que ellos hicieron para darle la espalda.
Salía después de haber bebido un poco de café, y caminaba para ver si ahora podían encontrar el bulto que tanto buscaron el día anterior y se fue hasta los ribetes del bosque donde los árboles eran increíblemente hermosos, al girar ahí estaba, una mujer colgando como accesorio de navidad en el árbol más alto, ¿estaba muerta!
Con agilidad se quitaba el cinturón y lo utilizaba para ir avanzando a la altura donde estaba la mujer con los cabellos sueltos el rostro pálido y permanecía ahí, montada como una advertencia de que no pasaran, era algo horrible, vestía colores rosas y blancos sucios y ella se veía herida por todas partes, al llegar hasta ella, notaba que estaba atorado el cinturón y no podía sostener con un solo brazos si sus cuerpo estaba inerte debía pesar mucho más, pero al tocarla ella abría los ojos y le sonreía luego una queja suave, le anunciaba que estaba con vida,
- Espere, la bajaré de aquí. En un murmullo sintió que decía un gracias de alivio, sacaba una navaja y le Cortana el arnés, para luego como si se tratara de un bebe, la abrazaba sin soltar la rama de la que él colgaba, ella se quejaba adolorida y su cuerpo estaba frío, había estado colgada toda la noche con el viento y todavía se encontraba con vida.
Con delicadeza y raspando sus manos, la contuvo sobre su pecho y le susurraba que se tomara de él, pero estaba débil y notaba que hasta su barbilla estaba herida, imaginado que cada que la tocaba podía tener un golpe, la sostuvo de la cintura y ella se volvió a quejar suavemente. - Espera, no te haré daño, te voy a bajar y te voy a cuidar, solo no te mueras, ¿quieres?
Escuchaba muy bien, porque ella le sonreía y asentía suavemente con su rostro, estaba hecha paleta, tenía frío, estaba seguro de que hambre y sed, tenía más de veinticuatro horas ahí colgada, desde que la vio caer de ese paracaídas mal trecho, ¿estaría ella dentro de la tormenta?
Llevarla fue difícil, todo su cuerpo estaba dolido, la introdujo a la cabaña y colocaba más leños, para acomodarla, pidiéndole permiso de revisarla y que se quitara sus prendas a lo que ella confirmaba, - Confíe en mí, no le haré daño, solo quiero que tome calor. Ella también lo deseaba y en todo hacía leves sonrisas como si esa boca fuera el único musculo que no había salido lastimado.
Portaba una ropa femenina muy atractiva, pero en su piel, los golpes dolían al solo verlos, su cintura, sus brazos, sus manos, su cuello, su barbilla, un golpe en la cabeza, no podía terminar de contar las magulladuras que tenía, pero cuando le daba el té fue más que radiante sus sonrisa, estaba feliz por solo una taza de té, que cuando vio el pastel, casi se le sale la mirada expresiva porque el pan estaba tibio y lo saboreaba con tal actitud que no podía creer que una mujer tan delgada y hermosa comiera de esa manera tan deliciosa.
- Llamaré a un médico, estoy en un lugar que no quiero ser encontrado por mi privacidad, ¿le molesta que solo estemos usted y yo aquí? Ella negaba, pero no emitía ningún sonido, como si no hablara, o tal vez se había quedado afónica de gritar y que nadie la escuchara ahí en ese bosque, tal al extremo de donde la habían visto caer.
El guardabosques recibía el llamado por el radio y comentaba con él la orden con indicaciones precisas de que no saliera por el frente de la mansión sino por el costado del bosque en el jeep, fuera por un medico sin que nadie lo viera, y que no supiera por donde vendría, le daba una tarjeta de él, para que el medico no se negara en ir en su ayuda.
Continuará...
Gracias por leer y comentar un capitulo más, esperemos se vaya veloz no solo esta sino todas las historias que faltan
Seguimos creando, completando y escribiendo más historias de Albert y Candy
Un Abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
