― B-Bueno, ¡Ya está bien de tanto llorar! - Aparté a Eren aún con los ojos húmedos. - Es demasiado penoso ponerme de esta manera cuando te acabo de conocer. Discúlpame.
Estaba demasiado avergonzado de la pequeña escena dramática que había montado yo solo. Mi mente estaba inquieta. Los recuerdos de mi abuelo, sus palabras…Todo me venía una y otra vez, al mismo tiempo. Me sentía patético ante los ojos de este chico. Eren... tan solo lo acabo de conocer y ya quería abrirme más que con otra persona, ya quería estar más tiempo con él que con mis amigos y a pesar de eso, yo… ¡Yo le estaba incomodando con mis lamentos y gimoteos!
― ¡Armin! - Eren con euforia me cogió la cara y me miró fijamente. Su ceño estaba fruncido, sus ojos verdes me penetraban la mirada. Solo pude responder a su expresión seria con mi cara lastimosa, mis ojos azules caídos y tristes y la boca que los acompañaba. -¡No es penoso llorar por quienes quieres! ¡Mucho menos es penoso tener sentimientos! - De repente la fuerza con la que cogía mis barbilla empezó a flaquear y a sentirse más débil. Su rostro ya no mostraba esos signos de seriedad, más bien mostraban compasión y empatía. - Mostrarte de esta manera solo hace que demuestres lo humano que eres, lo dulce que eres, lo sincero que eres. El hecho de que puedas mostrar estos sentimientos hacia mí es completamente bonito y maravilloso. ¡Jamás me sentiría mal o molesto de que alguien se mostrase así en frente mío! ¡Al revés! - dijo con nervio. - Me siento complacido. Me siento complacido de que alguien haya podido confiar en mí para contar todos sus problemas y preocupaciones. Me alegra saber que esa persona pueda desahogarse y confiar en mí para apoyarla y ayudarla. - Dejó de sujetarme la cara con sus dos manos y gentilmente, como si fueran caricias, sostuvo mis manos, a la vez que con la misma gentileza acomodaba su frente junto a la mía. - Está bien llorar. Está bien que seas tú mismo.
Pude ver como mantenía sus ojos cerrados ya que los míos no habían parado de observarle con atención. Al ver cómo todo su ser intentaba apaciguarme, pude cerrar los ojos y relajarme. Mis millones de pensamientos que me venían a la mente cada milésima de segundo se fueron calmando, gracias a esa paz que Eren lograba transmitirme. Toda su aura me envolvía con ternura y bondad. Entonces fue cuando mi corazón logró tranquilizarse.
― Gracias. - le dije con un tono de voz tembloroso.
― Idiota. - murmuró en un tono bajo y sutilmente, una de sus manos que sujetaba una de las mías, despeinó mi cabello en forma de caricia. A lo que contesté con una sonrisa bastante torpe de mi parte.
― Oye. - dije inflando mis mofletes como si me hubiese molestado ese "idiota" y enseguida pude ver una sonrisa por parte de él.
― Descansemos, mañana tenemos un largo día, aunque si te sientes mal… Ya sabes que puedes contármelo, ¿no? - dijo con una amable sonrisa en su rostro y sus relucientes ojos esmeralda los cuales no apartaban la vista de los míos.
― ¿Eh? Sí, sí, claro. Puedes dormir en una de las habitaciones de arriba.
― ¿Hay camas de sobra?
― Sí, una en cada habitación.
Por la forma en la que lo preguntó, parecía que casi deseara que dijese que tan solo tenía una cama… pero no estoy seguro si solo saco suposiciones sin ningún motivo...
Le acompañé a la habitación que actualmente utilizaba un poco como trastero. Era la habitación donde dormía mi abuelo así que procuré no tocar muchas cosas de allí. Yo ya tenía suficiente con un cuarto y toda una casa, así que no quise acomodarla con otras cosas o darle otra apariencia. Por esa razón no había entrado mucho en ella, y de ahí que, cuando Eren entró, su cara risueña cambió a decepción.
― ¡Está llena de polvo! -Dijo con un tono elevado y desilusionado.
― Bueno, es que no la he usado mucho, si quieres puedes dormir en la mía si te molesta.
― ¿Y tú dónde dormirás? - Sus labios que estaban inclinados ligeramente hacia abajo empezaron a inclinarse hacia arriba, soltando una pequeña sonrisa pícara, la cual no entendía muy bien.
― ¿Yo? Eso está claro. - dije de manera inocente, dejando que Eren pensase lo que quisiera.
― ¿Conmigo? - Su sonrisa se encorvó aún más hacia arriba, mientras empezaba a sentir mis mejillas calientes. Podía saber que me había ruborizado al completo.
― ¿Qué quieres decir? - contesté estúpidamente.
Tenía mi cabeza baja, intentando que el chico enfrente mío no pudiese lograr ver mi rostro enrojecido, a pesar de eso mis ojos permanecían mirándolo a él.
― Idiota… - respondió sin más.
Y si, realmente me sentía idiota pero no sabía que responder. Estaba demasiado nervioso. Nunca me había sentido así y me daba miedo. Miedo a ser rechazado, miedo a perderle, miedo a ser el único que se sentía de esta manera.
― ¿Quieres que duerma contigo? - contesté tenuemente, mirando hacia abajo al mismo tiempo que mi cara seguía sofocándose.
― No, dormiré aquí. - su tono de voz era rudo y firme. Seguramente se habría enfadado.
― ¿Estás molesto?
Sentía que la había cagado. Él desde un principio no quería dormir conmigo. ¿Entonces por qué sonreía? ¿Por qué me dijo idiota? No lograba comprenderlo, no entendía bien bien lo que podía llegar a pensar, solo sentía que había arruinado nuestro ambiente amistoso.
― ¡Es broma! ¿Te lo has creído? - dijo soltando algunas carcajadas sospechosas.
¿El qué me había creído? No lograba entender si se burlaba de mí por pensar que él quisiera dormir conmigo o si se burlaba porque pensaba que estaba enfadado conmigo. ¿Qué es lo que tendría que responder ahora?
― No te entiendo Eren, ¿qué me he creído? - dije curioso y recuperando la compostura.
― El hecho de que pensases que estaba enojado, el hecho de que me molestaba el polvo en esta habitación y…
― ¡Ya! ¡Lo entiendo! Pues duerme aquí entonces. - me intenté calmar. Sabía que después de ese "y" venía el "que quisiera dormir contigo".- Mañana nos levantaremos temprano. - intentaba sonar amable a pesar de lo molesto que me sentía. - Buenas noches. - suspiré mientras me alejaba de aquella polvorienta habitación.
― ¡Espera! - Entonó un "espera" que sonó como si él fuese mi amo y yo su esclavo, obedecí enseguida, parándome en seco.
― ¿Qué? - dije intentando sonar lo menos enfadado posible, el cual, creo que fue en vano.
― Bueno, da igual… - confirmó con su voz apenas perceptible, que la verdad, podía llegar a traducirlo con que algo en esta conversación le había entristecido. A lo que, afablemente, volteé a mirarlo.
Sus cejas arqueadas hacia abajo me indican que sí, sí se sentía triste. Desgraciadamente no supe como responderle y entré a mi habitación. Arrepintiéndome enseguida de no haberle contestado una última vez. Así que con todo este remordimiento no podía dormir, tan solo daba vueltas y vueltas en una cama que era demasiado grande para mí.
¿Cómo se sentiría estar aquí con Eren? ¿Este espacio tan grande se sentiría pequeño y cálido? ¿Sería capaz de abrazarle o intentaría abrazarme él primero? ¡Argh! ¿Por qué no le respondí? ¿Pero qué es lo que me quería decir? ¿Él realmente quería dormir conmigo? ¿Le habría dado asco que respondiera eso?
Dando vueltas y más vueltas; mi cuerpo en mi cama y en mis pensamientos en mi cabeza.
No puedo dormir si sigo pensando sobre: "Eren esto" o "Eren lo otro". Tan solo tengo que dejar de pensar en cosas relacionadas con él. Así de sencillo.
¡Cómo si fuese tan fácil! Dios mío. Es que realmente soy tonto.
Continué agobiándome con mis propios pensamientos hasta que un "toc toc" proveniente de la puerta de mi habitación hizo que se detuviesen todas aquellas descabelladas ideas que rondaban por mi mente. Traté de ignorarlo, puesto que no sabía si mi imaginación estaba jugando conmigo, no obstante, me percaté que no era el caso al poco rato, gracias al segundo "toc toc", esta vez más fuerte, que rompió ese falso silencio. Enseguida respondí con un "adelante".
Yo estaba completamente tapado a excepción de mi cabeza, que podía sobresalir de las sabanas, apoyada en una almohada, mirando detalladamente el pomo de la puerta, bastante deteriorado por el paso del tiempo, esperando impacientemente a que llegara a moverse.
Lentamente empezó a girar y poco a poco la puerta se fue abriendo. Podía ver la silueta de un chico, obviamente era Eren. Este no abrió la puerta al completo y mantenía firmemente su mano en el pomo del otro lado. Deseaba ansioso que de aquellos carnosos labios surgieran palabras. Tenía ganas de oír su voz, tenía ganas de poder verlo mejor, de estar a su lado…
― ¿Te molesta si me quedo contigo esta noche? Puedo dormir en el suelo si quieres… - su voz sonó débil pero decidida.
― Puedes dormir a mi lado. - contesté rápidamente, pero con un tono de voz suave y calmado.
― ¿Seguro? - dijo con modestia.
― S-Sí, claro. - Me aparté del medio de la cama. - Ven, ponte aquí. - Palmeé la parte del colchón más cercana de la puerta.
― Gracias. - dijo al mismo tiempo que se acercaba a mi cama. - ¿Te molesta si duermo sin pantalones?
En ese momento me ruboricé aún más de lo que ya estaba y agradecí a dios de que la única luz en la sala fuera la de la luna casi llena que entraba con sutileza desde mi ventana, iluminando toda la cama y que debido a eso no se me pudiese ver bien. Mi corazón saltó de felicidad con el mero hecho de verlo y de saber que dormiría conmigo. Estaba tan feliz que no podía pensar en nada, tan solo disfrutar de este sentimiento tan jodidamente precioso.
― ¿Armin? ¿Te molesta? - repitió.
― P-para nada.
Estaba tan sumido en esa grata sensación que no pude percibir lo que me había preguntado y cuando me di cuenta de que estaba bajándose los pantalones, mi pecho, ligeramente excitado, empezó a latir a una velocidad descontrolada. Todo mi cuerpo emitía una fuerte calor y más allá de preocuparme por no haberme duchado esa noche o de la tensa conversación que habíamos tenido justo hacía un par de horas o de que pudiese llegar a oír el fuerte sonido que emitía el tambor en mi pecho, más allá de todo eso, más allá de todas las preocupaciones que mi estúpida mente podría llegar a inventarse… yo solo sentía felicidad, tanta que no podía pensar en nada.
Contemplaba como lentamente se quitaba los apretados pantalones que le había prestado, atentamente veía como muy despacio se sentaba en la cama entremirándome con gentileza, como me destapaba un poco al intentar meterse entre las sábanas y como con la misma lentitud y gentileza con la que había hecho todo lo anterior se tumbó y colocó dándome la espalda, mientras yo, plácidamente, lo admiraba.
― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ― ―
¿Qué tal? ¿Os está gustando?
La verdad es que es mi primer fanfic, así, serio. Me encantaría que me comentaséis que os parece y que podría hacer para mejorar mi manera de expresar los sentimientos, escenas, etc.
Muchas gracias por leerlo, me hace muy feliz que le pueda llegar a tantas personas y... estoy pensando en subir un capítulo cada domingo... Tengo varios hechos ya pero no sé si subirlos de golpe o ser constante en las fechas.
Bueno, muchas gracias por todo.
