CAPÍTULO TRES

EL IMPACTO

SECCIÓN PRIMERA: LA BÚSQUEDA DE LA VOLUNTAD

El monolito 01 es el último en encenderse y el segundo en hablar. Ninguna de las voces en SEELE suena impaciente.

"¿Qué haremos una vez hayamos terminado con NERV?"

"En ausencia de Adán y de la Lanza de Longinos, Lilith no tiene el poder de resurgir. Sólo la Unidad 01 puede comenzar la Complementación. Los científicos que disponemos son optimistas en cuanto a usar su cuerpo para iniciarla. Será una intervención complicada y costosa, pero posible. Pero la necesitamos viva."

"¿Dónde tendrá lugar esa… intervención?"

"Las instalaciones están siendo finalizadas. Se situarán fuera de Japón. Los japoneses parecían eficientes, en realidad sólo traen problemas."

"No creo que debiéramos correr ningún riesgo."

"Todas nuestras esperanzas están puestas en ese Evangelion."

"Es la mejor disposición posible dadas las circunstancias. Ese traidor de Ikari no nos ha dejado opción. No sobrevivirá al ataque de hoy."

"¿Y qué pasa con el piloto?"

"Parece que no será necesario para iniciar el Proyecto. Pero intentaremos capturarle con vida. Podría ser útil."

"Es mejor no dejar nada al azar. Nadie dijo que el camino a la eternidad fuera fácil."

"No lo es. Estamos llegando al fin de la Historia. Pronto lo alcanzaremos. Las civilizaciones siempre se han caracterizado por su impulso de mejora. Ese progreso acaba aquí."

"El ser humano no habrá de preocuparse nunca más por organizarse en sociedad, ni por su sufrimiento. El paraíso terrenal para toda la humanidad."

"Ni siquiera los líderes religiosos han prometido nunca algo semejante."

Varias horas después, y muy lejos de allí, Gendo se está inclinando sobre Rei.

"No queda mucho tiempo, Rei. Adán ya es parte de mí. Sólo podré volver a unirme con Yui cuando suceda la fusión entre Lilith y Adán."

Uno de sus guantes blancos ha caído al suelo.

"Empecemos ya, Rei. Elimina las paredes de tu corazón."

Ella le observa impasible. El semblante de Gendo continúa tranquilo.

"Así podremos unir nuestros corazones. Y me uniré con el de Yui."

Una bata se mece plácidamente en el lago de LCL.

"Ella me espera."

Con una leve inclinación de cabeza, Rei da por fin el querido consentimiento. La mano de Gendo se acerca entonces a su pecho desnudo. La apoya sobre el esternón, entre sus senos, antes de que desaparezca bajo la piel. Un ligero escalofrío sacude entonces a Rei, pero no baja la mirada.

Por primera vez, una chispa de emoción puede verse en los ojos del comandante. Los de Rei siguen mostrando firmeza, y ninguna calidez, cuando les sobreviene un estremecimiento mucho más fuerte.

La dura mirada de la chica se va relajando más y más. En un hecho realmente extraño en ella, su rostro termina reflejando un sentimiento. Un verdadero y contradictorio sentimiento de satisfacción entristecida.

Gendo no parece darse cuenta del cambio, hasta que la piel de Rei se cierra repentinamente y engulle su brazo. La conmoción le echa hacia atrás ya desprovisto de su mano.

"¡¿Qué?! ¡Rei!"

Rei le dirige ahora una mirada bastante más terrenal de lo habitual.

"Un ser humano elige a quien quiere ayudar. Y yo no quiero ayudarte."

Gendo abre los ojos como platos mientras se agarra el brazo mutilado.

"¡No, Rei! ¡Por favor! ¡No lo hagas, te lo ruego!"

Ella vuelve a su anterior frialdad; ya no es una frialdad impasible, sino irritada.

"¿Es que no me has escuchado? Yo no soy tu muñeca."

Sus pies se elevan en el aire, y le da la espalda.

"Y tampoco soy ninguna necia."

Mientras ella se mueve hacia Lilith, llevando en su interior a Adán, Gendo no deja de llamarla desesperadamente.

"¡Rei! ¡Rei!"

Pero ella se encuentra ya frente a Lilith. Su semblante, una pequeña mota frente a la inmensidad de la cruz, está tranquilo.

"Ahora podré ayudarle a él. He vuelto a casa."

Los siete ojos de Lilith, inertes en la cabeza caída hacia delante, la observan desde lo alto.

Bienvenida.

Con un suave chapoteo, Rei se introduce en la blancura de Lilith. Gendo contempla espeluznado cómo las antiguas heridas de la figura se regeneran al instante.

Lilith ha recobrado la vida, y los clavos de la cruz ya no pueden aprisionarla. Sus manos los atraviesan sin oposición, el grueso torso cae erguido al lago. Cuando la máscara de ella se derrumba, es el rostro de Rei el que aparece. Totalmente blanco, sus ojos son ahora color azabache, y sus labios forman una sonrisa etérea e irreal.

Su cuerpo desnudo ya está completamente estilizado: Lilith es Rei, y Rei es Lilith.

Durante un segundo las dos miradas presentes en la sala vuelven a encontrarse. La de Gendo, pequeña, temblando de angustia, aún conservando una sombra de esperanza. La de Rei, enorme, sin sombras de nada, completamente negra e inescrutable.

Y entonces Rei, simplemente, desaparece.

Unas alas extendidas se apartan de la vista, revelando a varios MP EVAs que descienden en picado. Al fondo se distingue un objetivo claro, la minúscula figura de la Unidad 01.

Los ojos del cercado Evangelion se encienden aún más. Sin portar arma alguna, los EVAs se echan ya sobre la Unidad 01.

Pero en el último momento desvían su trayectoria con un extraño quiebro. Los de atrás frenan en seco su planeo. Suspendidos en el aire junto a la Unidad 01, a imagen de verdaderos ángeles del paraíso, siguen mirando hacia ella.

Esta, confundida, hace un movimiento de cabeza. Entonces se da la vuelta bruscamente, desafiando toda lógica. Ahora sí, todos están contemplando el mismo punto del espacio. Allí, apenas a unas decenas de metros, está Lilith.

El blanco cuerpo desnudo de Rei se eleva una altura similar a la Unidad 01. Si esta alargase el brazo podría tocarla con los dedos, pero en su lugar Shinji se ha echado hacia atrás dentro de la cabina. Sus ojos están temblando de incredulidad máxima, y tiene la cabeza algo girada, como esperando un golpe fatal de la sonrisa que tiene en frente.

"¿Ayanami?"

Aoba ha aprovechado la confusión para apoyarse sobre el panel de la sala de control.

"¡Detectada una fuente de gran cantidad de energía junto a la Unidad 01! ¡Origen desconocido!"

Hyuga no tarda en abalanzarse sobre su pantalla.

"¡Imposible determinar un rango numérico de energía! ¡¿Qué demonios está pasando ahí arriba?! ¡La serie de EVAs todavía está operativa!"

La voz del monolito 03 de SEELE ahora sí suena excitada.

"¡Lilith ha resucitado frente a nosotros! ¡Nuestras plegarias están siendo escuchadas!"

El monolito 01, al contrario, mantiene la tranquilidad.

"Detened el ataque, no podemos hacer nada contra ella. Su aparición nos pone en bandeja lo que todos ansiamos."

"Ahora que ya no necesitamos la ciencia para alcanzar el edén, recemos juntos, hermanos."

Ibuki traslada su mirada de unos frenéticos Hyuga y Aoba a quien se adentra pausadamente en la plataforma. Con las manos en la espalda, el subcomandante Fuyutsuki se coloca sereno entre los tres. Es evidente que no quiere plasmar en alto lo que piensa.

Lilith ya no está en el Dogma Terminal… ¿Es entonces Rei quien ha tomado el control? Rei Ayanami… ¿nos aniquilará? ¿O nos salvará y nos unirá a todos en uno solo?

Fuyutsuki entrecierra los ojos.

¿Es la Complementación lo que quería Yui? Ahora, en el momento de la verdad, ¿es esto lo que debería ser? ¿Lo que la humanidad necesita? ¿Será realmente una salvación… o una condena?

Sus pensamientos se resumen en una escueta frase.

"Ha empezado."

Los ocho EVAs posan sus pesados pies sobre el terreno. Quedan formando un amplio círculo alrededor de Rei y la Unidad 01, y se hace el silencio.

Una completa quietud se establece entonces en el GeoFront. El sol pega en el cielo, y sólo se escucha el rumor del viento. Más allá del círculo de EVAs, unos pequeños arbustos vibran repentinamente a causa de algún animalejo, y en la orilla del lago otro provoca una pequeña salpicadura.

En este equilibrio de vida y muerte se encuentra el cuerpo de Asuka, apenas una sombra detrás de Shinji. Los labios de él, que sigue mirando a Rei con ojos desorbitados, se han torcido en una grotesca mueca. Su frente está empapada.

Es entonces cuando la blanca figura alarga uno de sus brazos hacia el casco de la Unidad 01, como si quisiera acariciar el rostro bajo él.

Cuando se produce el contacto, una gota de sudor se desprende de la sien del piloto. A mitad de caída, la diminuta esfera se detiene en el aire con un penetrante sonido envolvente. Y allí se mantiene, ingrávida, suspendida en el espacio y en el tiempo.

Bajo el sol centellea la superficie del lago. El profesor Kozo Fuyutsuki y Yui Ikari se encuentran de pie frente a la orilla. Detrás de ellos hay en un carrito de bebé al pie de un árbol: Shinji.

Desde el carrito la vista les distingue conversar, aunque sus palabras son ininteligibles. Shinji mueve los brazos torpemente hacia ellos. El sol pega duramente sobre los adultos y el árbol, pero el niño está bien protegido por su sombra.

En medio de sus zarandeos, advierte un juguete caído en el suelo. Queda embelesado mirándolo: un pequeño coche de madera con grandes ruedas.

Con gran esfuerzo intenta bajarse de su sillita. Finalmente lo consigue cayendo al suelo, pero ni se inmuta. Su misión parece clara: conseguir el juguete.

Cuando lo agarra su cara se ilumina. Riendo, comienza a mover el coche por el suelo. Una y otra vez. Así pasa Shinji un rato, entre grititos de excitación y puras risas de bebé; sería difícil encontrar una expresión de mayor alegría que aquella.

La cara de adolescente de Shinji refleja ahora un sentimiento muy diferente. Parece irritado al contemplar algo frente a él, en una habitación pálida y silenciosa, hasta que se escucha la voz de Misato.

"Kaji, vuelve a la cama…"

La severa mirada de Shinji no se aparta del sonido de unas sábanas moviéndose.

"Estoy harta de todo, Kaji. Venga, no seas muermo, hazme gozar por un rato."

La voz de Kaji le responde tranquila.

"¿Crees que eso cambiará algo?"

"Tú simplemente hazlo."

Mientras los gemidos de Misato comienzan a inundar sutilmente la habitación, el semblante de Shinji se va endureciendo cada vez más, y no cambia al oír la voz incorpórea de Asuka.

"¿Qué te parece eso que hacen?"

Shinji sigue sin apartar la mirada.

"No me gusta. No quiero verlo."

No podría decirse si el tono de Asuka es serio o burlón, pero sí calmado.

"¿No quieres ver la verdad? ¿No quieres enfrentarte a ella?"

Los gemidos han aumentado su volumen. Shinji frunce aún más el ceño.

"Esto no es la verdad."

"¿Qué es la verdad, Shinji?"

Asuka se acerca ahora con decisión al chico. Están en la cocina del apartamento de Misato, vestidos como aquel lejano día en que se dieron un beso.

"Eres un idiota, y eres culpable. ¿Acaso no es verdad que quieres hacerme eso a mí?"

Él se echa hacia atrás, su expresión llena de miedo y vergüenza. Ella se irgue amenazadoramente frente a él.

"Yo no te importo nada, te importa mi cuerpo. Ya sé lo que hiciste con él."

Shinji la observa con terror, empequeñecido. Los ojos azules de Asuka siguen siendo implacables, pero su boca se relaja llegando a formar una sonrisa maliciosa. Se relame en cada palabra que pronuncia.

"Hazlo otra vez, venga. Aquí, que yo te vea."

Shinji continúa como un conejo caído en una trampa mortal.

"No… yo…"

La ira vuelve al rostro de Asuka. Se inclina todavía más sobre él mientras aprieta la mandíbula, su voz fría como un témpano.

"Si no puedes ser completamente mío, no te necesito."

Entonces algo cambia. Shinji se alza de improvisto, hasta casi golpear la cara de Asuka con la frente. Ella, descolocada, da un paso hacia atrás. Un momento después es Asuka quien está empequeñecida. El brillo de la mirada del chico es ahora completamente distinto; la expresión de su boca, también. No se diría que es la misma persona de antes.

"Dices que ves mi verdad, Asuka. Pero eres incapaz de ver la tuya."

Empieza a caminar con calma hacia atrás. Asuka, extrañada, vuelve a gritar con furia.

"¡¿Adónde te crees que vas, imbécil?! ¡Vuelve aquí!"

La misteriosa expresión de Shinji desaparece en la oscuridad del corredor, dejando a Asuka sola. Apenas le da tiempo a ella a apretar los puños con rabia cuando la voz de él resuena en la estancia de nuevo.

"¿Adónde crees que iba, Asuka? A revelarte tu verdad. ¿O es que no quieres conocerla? Está ahí, frente a ti, en la cocina vacía. Claro que tú no me necesitas, porque nunca necesitarás a nadie."

Al oír esa última frase, Asuka abre mucho los ojos.

El monitor de la habitación 303 del hospital de NERV muestra unos signos vitales: la frecuencia cardíaca aumenta de manera alarmante. 95, 99, 103, 108, 115.

La joven está sentada en la cocina respirando agitadamente. Cabizbaja, la melena pelirroja oculta sus facciones.

"Yo… yo soy independiente… no necesito a nadie… yo no…"

Se está llevando las manos a la cabeza cuando Shinji entra de nuevo en la cocina. Nervioso y errático, se acerca a Asuka y se apoya en la mesa junto a ella. Sus palabras se atropellan.

"Asuka, menos mal que estás aquí. Te estaba buscando. Por favor, ayúdame. Ayúdame. No podré vivir sin ti. No puedo hacerlo."

Ella le aparta la cara, todavía alterada.

"Ayúdame, Asuka. Haré lo que sea por ti. Lo que sea. Por favor, eres mi vida ahora. Te quiero sólo a ti."

Hace un inseguro intento de tocar la mano de ella sobre la mesa. Al mínimo roce, el encendido rostro de Asuka se revuelve.

"¡No me toques! ¡Maldito egoísta! ¡¿Ahora sí quieres hacer cosas por mí?! ¡Lo haces porque no te queda nadie más!"

"Yo solo quiero…"

Asuka se levanta repentinamente y le empuja sin miramientos, llena de cólera.

"¡Déjame! ¡No sabes nada de mí! ¡¿Te crees que puedes venir y salvarme?! ¡Sólo para sentirte bien contigo mismo!"

Tras el molesto empujón, Shinji parece encontrar una pizca de valentía para responder.

"¡Sé lo suficiente de ti! ¡Y si no lo sé, quiero saberlo! ¡Quiero ayudarte!"

La enfurecida mirada azul de Asuka parece dudar por un segundo. La vista parece cohibida también y sólo se puede fijar en la mesa.

"Por favor, Asuka, no me alejes de ti. Déjame ayudarte. Déjame ayudarte."

De repente la mesa vibra. Asuka se ha derrumbado de nuevo en la silla, con la mirada derrotada.

"Quizá… te lo permita. Pero con una condición."

Posa su mano sobre la mesa. Tendida hacia Shinji. Él se apresura a sentarse junto a ella y, ahora sí, es libre de agarrar su mano. Lo hace con impaciencia.

Los ojos de Asuka ni se dignan a mirarle. Están concentrados en un punto perdido de la habitación.

"Te odio, Shinji. Pero hay alguien a quien odio mucho más que a ti."

En el instante en que ella aprieta fuertemente su mano, Shinji se sobresalta.

Ahora una solitaria niña pelirroja corre alegremente hacia la vista.

"¡Mamá, mamá!"

Se abre una puerta. Detrás esa niña pelirroja observa con una dura mirada a una enferma que sostiene una muñeca.

Pero Asuka sigue corriendo alegremente.

"¡Mamá, por fin me han escogido para pilotar un EVA!"

Otra puerta se abre, y esa niña está enfurruñada delante de un adulto desconocido.

"No lloraré nunca más. Nunca. Ya soy lo suficientemente mayor."

La pequeña Asuka sigue y sigue corriendo, cada vez más emocionada.

"¡Ya no habrá más dolor, mamá!"

La última puerta se abre revelando un fondo rojo carmín, y el cadáver ahorcado de su madre se dibuja sobre él.

No es Asuka quien da un respingo, sino Shinji al abrir los ojos.

El GeoFront se expande a lo lejos bajo un cielo encapotado. El descampado está completamente vacío, no hay rastro de los MP EVAs, ni de Rei, ni de la Unidad 01. Tampoco se siente una mísera brizna de viento en el lugar, donde el agua del lago parece hielo ante una perfecta ausencia de oleaje.

La escena se mantiene estática hasta que la pequeña figura de Shinji se incorpora. El chico contempla el falso horizonte. Por alguna razón, sus facciones están relajadas.

"Ikari, ¿quieres que seamos uno?"

La voz de Rei ha susurrado como queriendo no interferir en la tranquilidad.

"Ayanami…"

Shinji ha pronunciado su nombre con tristeza. El silencio que sigue acaba por fundirse con las suaves palabras de ella.

"¿Quieres dejar atrás el dolor?"

La mano derecha de Shinji se cierra despacio, solamente para volver a abrirse. Repite esta contracción una, dos, tres veces, antes de elevarla frente a su cara. Sus dedos se perfilan sobre el barro del terreno, un poco después los pequeños guijarros del fondo comienzan a agitarse ligeramente.

Sobre el aire se eleva un sonido de traqueteo propio de un tren, dando dos toques cada vez, en bloques de cuatro.

La caprichosa vista revela a un Shinji tumbado en la cama con los cascos, instantes antes de que Misato se dirija a él, pues en realidad está sentado en la mesa con ella.

"Venga, Shinji, ¿no piensas decir nada?"

Delante de ambos, Asuka, Toji, Hikari y Kensuke discuten a voces.

"Es que no me gusta estar con tanta gente a la vez."

El tren sigue sonando.

Gendo se aleja de la vista lentamente, caminando en silencio con las manos en los bolsillos.

Shinji gira la cabeza mostrando una sonrisa inocente.

"Creo que lo hago para oír las alabanzas de mi padre."

Vestido con el traje de pilotaje, Shinji alza la mirada desafiante.

"Vivo para pilotar el EVA."

El sonido del tren se acelera, recordando cada vez más al latido de un corazón humano.

El joven está sentado en una oscura celda iluminada por un rayo de luz azul. La silueta negra de Misato se marca frente al resplandor.

"¡Si todo te da igual lo mejor es que te marches de aquí!"

En la plataforma de control, la todavía capitana Katsuragi se lanza con angustia hacia delante.

"¡Retírate, Shinji! ¡Retírate! ¡Sálvate!"

Dentro de la cápsula Shinji mira con tristeza hacia delante.

"No huiré."

Está sollozando en la cabina de su EVA. Kensuke y Toji le observan detrás de su asiento.

El malogrado cuerpo de Toji es sacado de la cápsula del EVA3 justo antes de que la cabeza de Kaworu se hunda en un mar de LCL.

"Pues claro que huiré."

El latido del tren se ha desbocado.

Asuka se inclina sobre el lavabo con gran desconsuelo después del beso con Shinji.

Ella cierra violentamente la puerta de su cuarto antes de derrumbarse sobre la cama.

Asuka mira con ojos vacíos, desnuda en una bañera desvencijada.

Shinji cierra con fuerza los ojos tumbado en el banco del hospital.

Él hunde la cabeza entre los brazos debajo de una escalera.

Shinji observa las gotas de sangre caer de la chaqueta de Misato.

Misato sonríe radiante mientras se cierra la compuerta del ascensor R-20.

El sonido se detiene súbitamente.

Un viejo tubo fluorescente lucha por encenderse produciendo un titileo fantasmagórico. Cuando por fin lo consigue, revela una decrépita cama. Varias figuras la rodean. La luz del tubo cae fuertemente sobre el centro de la habitación, quizá de un hospital o de una residencia de ancianos, dejando el resto de ella en tinieblas.

Shinji está sentado en una silla a la izquierda, de espaldas a la vista, parece que tiene la cara cubierta con las manos. El intacto cuerpo desnudo de Asuka, tumbado sobre el somier metálico, tiene la cabeza ladeada y el rostro oculto. Su piel blanca parece mucho más pálida de lo habitual.

Kaworu Nagisa está de pie en el lado contrario de la cama, su rostro luminoso observando a Shinji fijamente. Su expresión es calmada, confiada; a partir de los hombros su ropa desaparece progresivamente en la oscuridad. Detrás de él otros brazos cuelgan sumergiéndose en la penumbra; Misato, junto al cabecero de la cama, mira hacia abajo, y el pelo deja ver pocas de sus facciones. El rostro oculto de Asuka parece devolverle una mirada inexistente.

Súbitamente un fondo negro se traga toda la habitación cuando Shinji habla.

"Soy una mierda."

Continúa el color negro mudo, hasta que la voz chillona de Asuka rompe la tranquilidad.

"¡¿Qué murmuras?!"

Sus facciones desenfocadas empiezan a ganar nitidez.

"¡No me digas que sigues durmiendo!"

Tiene cara de pocos amigos. Shinji se despereza en su cama.

"Ah, eres tú, Asuka…"

Se frota los ojos mientras ella levanta la barbilla ofendida.

"¡Pues claro que soy yo! ¡Quién iba a ser si no es tu amiga de la infancia! ¡Si no es por mí llegarías siempre tarde al colegio!"

Él se vuelve a hundir en la almohada.

"Eres mi despertados todos los días, cómo no voy a tenerte manía…"

Las mejillas de Asuka se vuelven rojas rojas de ira.

"¡Señora Ikari, Shinji no quiere ir al colegio!"

"Traidora…"

En la cocina, Yui Ikari está colocando los platos mientras Gendo lee el periódico.

"¡Shinji, no te lo diré más veces! ¡Como vaya te vas a enterar!"

Ahora la voz de Yui es mucho más suave.

"Qué buena es esta niña, la verdad, se preocupa mucho. Venga, Gendo, prepárate, que vamos a llegar tarde."

Sobre los restos del desayuno esparcidos sobre la mesa se escuchan las voces de ambos chicos: una enérgica, la otra adormilada.

"¡Venga, vamos Shinji!"

"Asuka, de verdad, eres una plasta."

"¡¿Qué me has llamado?!"

El tortazo que sigue deja en Shinji una leve marca roja en la mejilla. Este entorna los ojos con fastidio sin decir nada.

Ya en la puerta el tono de Asuka ha pasado a ser casi angelical.

"¡Ahora sí que nos vamos! ¡Que tengan un buen día!"

Yui sigue colocando la cocina frente a un perezoso Gendo.

"¡Muy bien, pasadlo bien en el cole! ¿Pero sigues ahí, Gendo? ¡Prepárate!"

"Voy…"

Shinji y Asuka van hablando a la vez que corren por la acera.

"¡Asuka, me han dicho que vendrá un alumno nuevo a clase esta semana!"

"Quizá sea porque mucha gente está ahora viniendo del campo a la capital en busca de trabajo… Se lo he oído comentar a mis padres."

"Igual es una chica, me pregunto si será guapa…"

Asuka no puede hacer otra cosa que gruñir.

Rei corre por otra acera con una rebanada de pan en la boca y una vitalidad desconocida.

"¡Oh no, voy a llegar tarde! ¡No puedo empezar con mal pie el primer día!"

Cuando llega a la esquina tiene lugar el esperado y aparatoso choque con Shinji. Ambos quedan en el suelo, y Rei se apresura a subirse las faldas.

"¡Huy, perdona! ¡Es que tenía mucha prisa! ¡Hasta luego!"

Se aleja corriendo. Shinji la contempla absorto mientras Asuka, por su parte, le observa con recelo.

En el aula hay una gran cantidad de chavales pero ni rastro del profesor. Toji está hablando con Shinji.

"¿O sea que le viste las bragas a esa pava?"

"No exactamente… Bueno, quizá."

"¡Guau, esa sí que es una buena manera de empezar la mañana!"

El enfadado rostro de la delegada se ha acercado mucho a Toji.

"¡Suzuhara! ¡Deja de decir chorradas y ponte a trabajar! ¡Hoy te toca regar las plantas y colocar la estantería!"

"¡Joder, tía, eres una cortarrollos!"

Ellos continúan su discusión, y Shinji se vuelve hacia Kensuke.

"Madre mía, le tiene completamente dominado."

Asuka es quien responde detrás de él.

"Mira quien fue a hablar…"

Shinji se gira ahora hacia ella.

"¿Insinúas que estoy dominado por una chica?"

"Al venir aquí parecía que totalmente…"

"Asuka, siempre igual. Si precisamente eres tú la que estás todo el rato…"

Kensuke suspira intentando abstraerse del ambiente. Justo entonces un coche azul estaciona en el patio, y Misato saluda a los tres chicos que han corrido a la ventana.

"¡Ya ha llegado la profe Katsuragi!"

"¡Qué buena está!"

Hikari y Asuka les dirigen una mirada de odio.

Un poco después, la clase 2-A se pone firme para recibir a su profesora.

"¡Buenos días, chicos! ¡Hoy os presento a una nueva compañera, Rei Ayanami!"

Al verla, Shinji deja escapar una exclamación de sorpresa. También Rei.

"¡Pero si es el chico que me ha visto las bragas esta mañana!"

Asuka se levanta automáticamente.

"¡Oye guapa, tú te tiraste encima de él! ¡No tengas morro!"

"¿Pero por qué le defiendes? ¿Es que sales con él o qué?"

"¡¿Qué?! ¡Tú estás loca! ¡Pero nadie se mete con mi amigo!"

Mientras siguen las risas en la clase, incluida la de Misato, Shinji no puede evitar sacudir la cabeza y sonreír. Intenta esconder esa reacción y agacha la cabeza. Pero lentamente estos ojos van perdiendo la vivacidad, y la sonrisa va desapareciendo de su expresión.

Las voces se han dejado de escuchar. Cuando un abatido Shinji alza la mirada, Misato y el resto de sus compañeros han desaparecido de la clase. Sólo Rei sigue allí presente, de pie frente a la pizarra. Le está observando con una expresión que ya no muestra sorpresa o fastidio, sino lástima.

Shinji aparta rápidamente la mirada hacia una de las ventanas. Un cielo nuboso asoma detrás.

"Era demasiado bueno para ser cierto, ¿verdad?"

Rei también baja la mirada. Todavía una pluma estilográfica reposa sobre la mesa de Misato. Ella se acerca y se apoya levemente sobre el tablero. Con la otra mano, pensativa, empieza a toquetear el utensilio. Habla con nostalgia.

"En realidad, era un mundo simplemente normal."

Sin soltar la pluma, Rei intenta alzar un fugaz vistazo hacia Shinji, aunque recula a medio camino.

"Pero sí… tienes razón. Yo misma lo hubiera deseado para mí."

Ambos continúan un rato en silencio. Afuera está empezando a lloviznar. Tras el sonido de un repiqueteo metálico, la pluma abandonada escucha la voz de Rei.

"De lo que no estoy tan segura es de haber llegado a ser una buena madre."

Ella ya no está allí cuando Shinji se gira con sorpresa. Lanza un largo suspiro, y después deja caer suavemente su cabeza hacia atrás, quedándose mirando al techo. Ese techo tiene un aspecto bastante normal, compuesto por láminas cuadradas separadas por finas varillas. La lluvia arrecia fuera, y cada vez se escucha más.

La vista se aburre del techo y se mueve hacia los ventanales.

"Ojalá hubiéramos tenido una vida sin EVAs, Ayanami."

Tras la ventana abierta, el chaparrón ya cae con fuerza.

"Todavía me odio a mí mismo. Y los demás también lo hacen. Asuka me odia, y con razón. Pero ella también se odia. Yo no la odio, yo... ella ha sufrido mucho."

La cortina de agua sigue cayendo.

"¿Y si eso me pasara a mí también? Yo creo que ella tiene mucho valor, aunque ella no lo sabe. ¿Y si hubiera alguien que… me quisiese? Misato…"

La vista sale por la ventana y empieza a moverse hacia abajo, apuntando al suelo.

"Quizá… si pudiera quererme un poco a mí mismo... Eso es lo que querría para Asuka. Alguien me lo dijo, ha habido algunos momentos positivos en mi vida."

Shinji ríe de niño, agarrando a su madre bajo el sol.

Con Toji y Kensuke, bromea acerca de las chicas.

En un puesto de Tokio come ramen con Rei, Asuka y Misato.

"Momentos de los que no me arrepiento…"

Se acerca a una solitaria Rei en el metro, y habla amistosamente con ella.

Su EVA agarra del brazo al de Asuka en medio del magma de un volcán.

Su EVA surge de la nada y asesta un puñetazo salvador a un ángel que iba a matar a Ritsuko y Misato.

La vista ya casi ha llegado al final de la pared del colegio, donde esta se funde con el terreno.

"¿Por qué? ¿Qué es lo que sentía en esas ocasiones?"

El jardincillo junto al muro está completamente embarrado. Mezclados entre el fango, varios regueros de agua se abren camino hacia el patio.

"Sentía que estaba haciendo lo correcto, que mi vida importaba por un segundo. En esos instantes no me odiaba."

Los pequeños riachuelos terminan en un sumidero metálico circular, situado entre el patio y el jardín. Se ha sobrepasado la capacidad del desagüe, el agua rebosa.

"Me odiaba… cuando huía. Cuando huía del dolor. ¿Pero por qué? ¿Es que eso es malo?"

El paso del tiempo revela que el pequeño charco sobre el sumidero forma una espiral, girando y girando con tal lentitud que engaña la vista.

"Cuando escapaba, siempre he sabido de alguna forma que no debía hacerlo. Pero no era consciente. Cuando huía del dolor, estaba huyendo también de esos momentos buenos… huía de los demás, de mi padre, de Misato, de Asuka… Siempre que he huido del sufrimiento, solo he encontrado más."

Muy cerca del patio del colegio se eleva un enrevesado poste telefónico.

"¡Yo no quiero ser un cobarde! Quiero mejorar el mundo en el que vivo, quiero ayudar a la gente… ¡Quiero buscar eso que llaman felicidad!"

Más allá, los edificios fantasmagóricos de la ciudad resisten la cortina de lluvia.

"Si la vida son solo esos breves momentos de felicidad con uno mismo y con los demás, quizá tenga que aprender a sufrir... Quizá tenga que enfrentar al sufrimiento en lugar de huir de él."

La calle junto al colegio se extiende hasta que el agua deja ver. Está desierta.

"Muchas veces he tratado de ayudar a los demás pensando en mí. Sólo en mí. Asuka tenía razón, iba… iba a ayudarla porque no quería quedarme solo. Pero ella también estaba sola. Y Rei. Misato estaba sola y continuaba luchando, sin perder nunca su voluntad. Ni siquiera quería ir a un mundo nuevo."

En medio de la calzada se ha formado un conjunto de grandes charcos interconectados. Las lluvia los golpea sin cesar y el viento los mueve creando extraños patrones.

"Si yo hubiera tenido una vida normal, no hubiera querido cambiarla por nada del mundo… No soy sólo un piloto de Evangelion, soy todas esas alternativas que hay dentro de mí. Soy la vida que tengo ahora, y todas aquellas que me esperan en el futuro."

En las aceras comienzan a aparecer siluetas de algunos transeúntes, meras sombras sin paraguas, a merced del tiempo.

"Si tuviera una oportunidad, podría intentar buscar una vida normal… llegar a formar una familia, tener amigos, decidir un futuro para mí. Quizá pudiera compensar a aquellos que me rodean por todo el daño que ya he hecho…"

Las vagas figuras continúan paseando en la lejanía.

"Quizá pudiera… crear algo positivo de todo lo malo que llevo a cuestas."

Una de las siluetas cruza por delante del neumático de un coche estacionado. El agua gotea muy lentamente del faldón que cubre la rueda.

"No tengo miedo de intentarlo, es lo único que me queda. Seguiré hacia delante."

La vista sigue a esa silueta que camina bajo la lluvia; viste ropa negra coronada con una capucha, el contorno induce a pensar que es una mujer.

La silueta se detiene. Gira un poco la cabeza. Bajo la capucha, su tez blanca únicamente revela una afilada sonrisa, y un inconfundible mechón de pelo morado. Su tono de voz no ha perdido la confianza que acostumbraba.

"Enhorabuena, Shinji."

SECCIÓN SEGUNDA: ADIÓS

Dentro de la cápsula, la gota de sudor aún continúa detenida en el aire por un segundo más. Luego la esfera cae definitivamente.

Los ojos de Shinji parpadean despacio en una cara chorreante. La blanca figura de Rei está acariciando el rostro de su EVA. A su alrededor el sol sigue brillando; los MP EVAs siguen dispuestos en círculo como enormes estatuas griegas.

Shinji traga saliva. A pesar de su aturdimiento, es capaz de echarse hacia delante con un atisbo de decisión. Su voz, sin embargo, denota un ligero temblor.

"Ya sé la respuesta. No… no quiero un mundo inerte."

Baja la cabeza.

"Si no, nadie volverá a sentir. Ni dolor, ni alegría."

La expresión de Rei no se ha movido ni un ápice. Continúa con esa sonrisa extraña, sus ojos azabache reluciendo sin mostrar expresión alguna. El GeoFront se mantiene en calma durante largos segundos, como si el mismo ambiente esperara ansioso un desenlace, o simplemente hubiera adquirido la indiferencia propia de la naturaleza.

Shinji se apoya sobre uno de los mandos, visiblemente incómodo. No tarda en resonar un grito desesperado en la cabina.

"¡No quiero ningún Tercer Impacto!"

Afuera el silencio sigue siendo el rey. Tres largos segundos más, y se acabó.

Un fondo azul celeste envuelve la figuras de Shinji y Kaworu. Ni un instante tarda la alegría en inundar la expresión del primero.

"¡Kaworu! ¡Estás aquí!"

Da un paso hacia él con los ojos emocionados. Por su parte, Kaworu sonríe sin moverse.

"Has sido un gran amigo, Shinji. Fue un honor compartir contigo parte de mi larga vida."

Shinji titubea.

"Kaworu… ¿por qué dices eso? ¿Qué… qué vas a hacer?"

Los ojos de Kaworu brillan.

"No te preocupes por mí. Lo importante es lo que harás tú ahora, Shinji. Abriste tu corazón conmigo, y eso significa que serás capaz de hacerlo de nuevo."

Ante la preocupación cada vez mayor en Shinji, le mira con cariño.

"Gracias por todo, Shinji Ikari."

"¡Espera, Kaworu!"

El azul se ha tornado negro, y las sombras han engullido a Kaworu.

Ahora es Rei quien está frente a él, con su uniforme escolar de siempre. Pero hacía mucho que Shinji no veía en ella una expresión como aquella: alegre. De hecho, sólo la había visto una vez. El chico le dirige una temerosa mirada interrogante a su amiga, cuya expresión reluce en la atmósfera negra.

"Tu decisión se cumplirá, Shinji. Estoy contenta de haber llegado hasta aquí contigo."

Su sonrisa es ciertamente muy distinta de la que exhibe Rei-Lilith.

"Fuiste amable conmigo cuando quienes nos rodeaban me daban la espalda. Desde aquella primera vez en que subiste al EVA. Por fin, he podido ayudarte."

Shinji no puede articular palabra, simplemente la contempla con ojos húmedos. La sonrisa de Rei se debilita al seguir hablando, y su mirada roja adquiere una pincelada de tristeza.

"Pero he de dejarte ir. Espero que algún día podamos volver a vernos."

Shinji sólo puede tartamudear. Sin embargo, por vez primera, él tampoco se dirige a ella por su apellido.

"¿Qué? No digas eso, Rei, por favor…"

El tono de Rei se anima de nuevo.

"Ya sé quién es Rei Ayanami. Y ya puedo volver. Me has enseñado mucho, Shinji. Gracias por todo."

Él se adelanta, consternado, levantando el brazo hacia ella.

"¡No, Rei!"

Pero Rei desaparece en un fuerte destello. Después de ese destello sólo queda un fondo blanco y un encogido Shinji.

Alguien se agacha junto a él. Su madre.

Las delicadas manos levantan el rostro caído de su hijo, y sus ojos se encuentran. Él se abalanza sobre ella. Con el rostro hundido sobre el pecho de su madre, Shinji se sacude con fuertes lloros. Apenas se le entiende.

"Mamá… mamá…"

Ella también le estrecha entre sus brazos, su sonrisa revistiendo gran pena. Así continúan, caídos sobre un fondo inexistente, cuando ella le habla con mimo.

"Estoy orgullosa de ti, Shinji. Tienes un gran corazón, y no has querido perderlo. Has tomado la decisión correcta."

Esas palabras parecen tranquilizar ligeramente a su hijo. Sorbiéndose los mocos sin despegarse de ella, todavía le cuesta hablar.

"¿Qué… qué pasará contigo?"

Yui le acaricia el pelo suavemente.

"El EVA1 quedará como una reliquia del conocimiento, pero yo ya no estaré ahí. Ya no seré necesaria dentro de él. El futuro se ha cumplido."

Toma la barbilla de Shinji suavemente y le alza el rostro hacia ella.

"Yo seguiré contigo, dentro de tu corazón. No me podrás ver, pero sí me podrás sentir. Y no seré solo yo. Rei, Misato y Kaworu también estarán junto a ti."

Yui pasa ahora a acariciar la mejilla mojada de su hijo.

"Mientras tengas la voluntad de vivir, hay esperanza. Estarás bien. Ahora vive, hijo mío."

Shinji vuelve a apretarse con fuerza contra ella. Su voz es poco más que un aliento.

"No te vayas mamá."

Pero el abrazo toca a su fin: el blanco empieza a tornarse cada vez más intenso y brillante, hasta que les acaba cubriendo por entero.

Rei retira su mano del casco morado y apunta con el dedo índice al cielo. Continúa mirando al Evangelion, pero su sonrisa ha dejado por fin de ser irreal.

En ese momento los ocho MP EVAs se activan simultáneamente. Los que todavía portan sus enormes agujas las levantan en el aire y, sin oposición, atraviesan su núcleo con ellas. Aquellos que no disponen de ella introducen sin miramientos ambas manos en su vientre, apretando con fuerza la esfera dentro de él. Las bocas de todos ellos ya no muestran fiereza o rabia, sino una calma casi placentera. Los núcleos no tardan en quebrarse.

La vista vibra cuando se desploman definitivamente, al igual que cuando la Unidad 01 cae de rodillas frente a Rei.

Su encogido piloto está llorando desconsoladamente. Con un largo y profundo zumbido, la Unidad 01 pierde potencia. Sus ojos se van apagando, y su torso termina derrumbándose hacia delante como un peso muerto.

"No… mamá…"

La cabina se ha oscurecido. Sólo queda una débil luz roja de emergencia, pero las cámaras exteriores todavía funcionan. Un resplandor proveniente del descampado hace alzar la cabeza a Shinji.

Rei se está haciendo cada vez más pequeña y deslumbrante. Sin perder la sonrisa en su corona de luz blanca, parece incluso que se está despidiendo de él agitando suavemente la mano.

Es entonces cuando el monolito 01 grita.

"¡No!"

Fuyutsuki se gira con brusquedad hacia arriba.

"¡Lilith y Adán van a autodestruirse!"

Rei ya no es más que un punto muy brillante; tan intensa es la luminosidad que ya es imposible mirarla directamente.

Súbitamente toda esa luz parece ser tragada por el propio punto que la emite. A pleno día, se hace la oscuridad en el GeoFront. Durante un segundo.

Y el punto implosiona en una explosión muda.

Una luz cegadora inunda la cápsula de la Unidad 01.

Apenas puede el subcomandante alzar las manos antes de ser engullido por el resplandor.

TOKIO-3 es ya una simple imagen blanca.

A kilómetros de distancia un campesino ve la colosal bola luminosa, y corre a refugiarse tras el muro de su casa. De poco vale su esfuerzo, pues una luz que no produce sombra atraviesa su cuerpo.

Un astronauta vería cómo varias ramas blancas surgen de TOKIO-3 y se extienden en pocos instantes por Japón, como si fueran en realidad raíces. De los confines de la isla los brotes pasan a China, perdiendo fuerza a medida que se propagan por el continente.

En Berlín, por encima de la Puerta de Brandeburgo, el cielo del amanecer pasa del naranja a un amarillo blanquecino mientras los coches se detienen.

En algún país de habla hispana varios niños juegan al borde del mar. La luna llena se refleja en el océano, formando un brazo de luz que une el horizonte con la costa. De improvisto el reflejo parece centellear más fuerte, y todos los niños sienten un escalofrío. Se quedan parados en silencio, observándose extrañados. Un momento después, ya han vuelto a reír y jugar alegremente.

SECCIÓN TERCERA: ROJO SANGRE, Y UN POCO DE AZUL

Bajo un cielo bastante más claro de lo habitual, los restos de TOKIO-3 aparecen intactos. El cristal de algún solitario rascacielos reluce como con luz propia.

A una distancia considerable de allí, donde lo urbano ya se funde con lo rural, sólo suena el lejano ladrido de un perro. Tendría uno que recorrer decenas de kilómetros para encontrarse con la primera puerta que se abre: una gigantesca mole de hormigón.

Cubierta de un musgo espeso, la entrada del refugio se abre despacio. Varias personas empiezan a ocupar la colina.

Las llantas de una silla de ruedas aguantan el esfuerzo de rodar sobre cantos y hierba alta. Al detenerse, el semblante serio de Toji mira hacia lo lejos. Un poco más allá Kensuke contempla el mismo espectáculo.

"Qué pasada…"

TOKIO-3 está envuelta en un fantasmal resplandor pese a encontrarse bajo el sol; a medida que pasan los segundos la aureola parece ir perdiendo fuerza ante el empuje de esta claridad natural.

Hikari, sujeta a la silla de Toji, se inclina con miedo sobre él.

"Suzuhara... ¿crees que ya ha acabado todo?"

La mirada de Toji solamente se endurece aún más.

El subcomandante se apoya a duras penas para poder incorporarse. Detrás de él, Hyuga busca a tientas sus gafas, y Aoba se agacha entre las penumbras para ayudar a una temblorosa Ibuki. Algunas plataformas más bajo, varias figuras con diferente uniforme intercambian miradas de extrañeza y aturdimiento.

Ya está Fuyutsuki erguido al dirigir sus ojos hacia lo alto con tristeza.

"La humanidad ha quedado huérfana. El mundo… ha de seguir su curso."

En un movimiento repentino, gira la cabeza ocultando su rostro a los tres técnicos. Sus puños tiemblan apretados un instante, sólo él escucha el nombre que musita.

"Yui…"

Sus subordinados le observan confundidos. Fuyutsuki tarda unos segundos en volverse hacia ellos. Su semblante es serio sólo superficialmente, pues sus ojos evidencian una profunda intranquilidad.

"¿Se sabe algo de los pilotos? ¿Cuál es su estado?"

Ibuki se arrastra apresuradamente por las frías baldosas hasta alcanzar su portátil. La pantalla ilumina una expresión todavía más angustiada que la de Fuyutsuki. Aun así, ahora sus tecleos son ágiles.

"El EVA1 no responde a ningún comando… no… no recibimos ningún dato del piloto."

El subcomandante frunce el ceño antes de volver a mirar hacia arriba.

Descansando en horizontal, la cápsula ya no recibe ninguna señal de las cámaras. Un débil tono rojo impera en la oscuridad interior, y no se discierne ninguna figura.

Pronto se sienten unos acallados gemidos: la silueta del piloto es la que llora, hecha un ovillo sobre el asiento. Su cuerpo estremecido es lo único que se mueve.

Un cordel asoma por uno de los bolsillos del pantalón, y la gruesa cruz que lleva anudada reposa un poco más allá. Justo junto a ella están cayendo la mayoría de las lágrimas. Todavía caen unas pocas más, y los ojos de Shinji se abren súbitamente.

"¡Asuka!"

El chico salta del asiento y se inclina sobre el cuerpo que yace entre las sombras. Un tenue brillo revela que está encharcado: la sangre tiene el mismo color que la cabina, oculta el torso y la mitad de la cara de Asuka. Al intentar palpar, Shinji retira horrorizado la mano. Por un instante parece a punto de derrumbarse de nuevo. Consigue no hacerlo, y alarga de nuevo el brazo.

"Pero qué te han hecho…"

Sus dedos se cierran temblando sobre una de las muñecas inertes. Un segundo después se abalanza sobre los mandos del EVA, golpeándose contra la propia cápsula por la violencia de su reacción.

"¡Ayuda! ¡Necesito ayuda! ¡¿Alguien me recibe?!"

Sólo hay silencio.

"¡Hyuga! ¡Fuyutsuki! ¡Padre! ¡Por favor!"

Termina dando un puñetazo al dispositivo y agachando la cabeza.

"Que alguien me ayude, por favor…"

Su perfil negro se delinea confusamente sobre un fondo de color vino. Así continúa hasta que los colores se mezclan violentamente: la voz de Hyuga le ha hecho reaccionar.

"¡Shinji! ¡Hey, la radio funciona! ¿Puedes oírnos? ¡Shinji!"

"¡Hyuga! ¡Necesito ayuda! ¡Asuka! ¡Está muy grave, pero todavía vive!"

Otras voces se entremezclan con la de Hyuga cuando este intenta volver a hablar.

"¿Tú estás herido? ¡Shinji! ¿Cómo estás?"

Él ya responde directamente con un rugido.

"¡Yo estoy bien, es ella quien necesita ayuda!"

Ibuki se incorpora a la comunicación con tono ansioso.

"¡Shinji, tranquilo! Iremos a por vosotros. ¡Iremos lo antes posible!"

Los puños de Shinji hacen mucha fuerza.

"Por favor, venid rápido…"

Las sombras rojas del interior del habitáculo parecen hacerse aún más densas al detenerse la comunicación. Ya nadie ocupa el asiento del piloto. Un tiempo indeterminado después, la voz resignada de Ibuki suena suavemente en la oscuridad.

"Shinji, hemos perdido muchos efectivos y el área está devastada. El hospital de NERV ha sido destruido."

La mano de Shinji cuelga sin fuerzas, casi tocando el suelo de la cápsula.

"Ahora mismo no… no tenemos la capacidad de tratar las heridas de Asuka. Vamos a intentar evacuarla por otros medios."

La mano de Asuka reposa con sus dedos ligeramente doblados hacia arriba.

"No hay ningún helicóptero medicalizado disponible en el área de TOKIO-3, pero nos han informado de una ambulancia todoterreno disponible en el Hospital IV de la ciudad. Están preparando bolsas de sangre y en cuanto las tengan saldrán para allá. Les estamos transfiriendo los últimos datos del estado de Asuka provenientes de la Unidad 02 antes de… apagarse."

El cuerpo de la joven sigue oculto por una mezcla de oscuridad y líquido.

"Tienen que descender al GeoFront… no sabemos cuánto tardarán debido al terreno destruido. Pero llegarán lo antes posible."

Shinji continúa acurrucado en el fondo de la cabina.

"Shinji, tienes que mantener a Asuka dentro de la cápsula. EL LCL hace que su condición se deteriore mucho más despacio, pero necesita estar en contacto con él."

La palma de Shinji se apoya sobre el suelo en un dubitativo intento de levantarse.

"Sólo esperar… ¿es que no puedo hacer nada más?"

Un súbito ruido indica que el micrófono de la sala de control ha cambiado de manos; es Hyuga quien responde.

"Hay una cosa que sí necesitamos que hagas, Shinji. Expulsa la cápsula del EVA de manera manual, con la configuración M. Así los sanitarios podrán acceder directamente. Recuerdas cómo hacerlo, ¿verdad?"

Silencio.

"Shinji…"

El perfil negro del chico vuelve a aparecer.

"Sí, lo recuerdo."

"Bien, hazlo ahora. Después, ya sólo tendrás que esperar."

El extremo de la cabina, como un agujero negro que se traga la poca luz del ambiente, también engulle la silueta de Shinji.

"Ya has hecho todo lo posible, Shinji."

La cápsula se eyecta con suavidad. En medio de un cálido día ya libre de cualquier retazo extraño, el artefacto se desliza sobre la armadura, y termina varado sobre el barro a pocos metros del casco. La mitad queda al sol, la otra mitad a la sombra.

"Chicos, necesitamos que resistáis ahí dentro."

Gendo Ikari se encuentra tumbado en el Dogma Terminal. Todavía ase su brazo amputado fuertemente, e inspira hondo antes de hablarle al vacío.

"He fracasado, Yui. Sólo quería volver a verte. Todo lo que he hecho en los últimos años… ya sabes que sólo lo hacía por ti. Sólo había una manera de arreglar lo que ocurrió. No pude soportar aquella injusticia. No pude soportar aquel… dolor. Me alejé de Shinji… porque no podía padecerlo de nuevo."

Sus facciones se han ido relajando hasta perder cualquier signo de dureza. Detrás de sus gafas hay ahora incluso una pincelada de afecto.

"No sé qué ocurrió entre nosotros, Yui. Llamarlo 'amor' se quedaría corto. Nunca pude zafarme de ello, era… demasiado fuerte. Pero todo lo que he hecho ha sido en vano. Tanto daño, tanto dolor, para no conseguir nada."

Con una mueca de dolor, comienza a voltearse con dificultad.

"Quizá hubiera habido otro camino. Pero no lo encontré. No soy digno de ti, Yui."

Cuando consigue incorporarse y alzar de nuevo los ojos, el cuerpo sin vida de Ritsuko aparece en la distancia. Camina renqueante en esa dirección sin apartar la vista. Las ondulaciones que provoca al introducirse en el LCL no tardan en acunar el cadáver.

Un poco después, Gendo baja la mirada hacia ella. En el rostro de Ritsuko, oculto durante su última aparición, se mezclan los tonos anaranjados del LCL con su usual rubio. Su semblante es plenamente apacible, parece que fuera a despertarse en cualquier momento.

Gendo parece afectado ante dicha visión, ante la placidez terrenal de la muerte. Sus ojos se abren con impresión tras las gafas, y se encorva hacia delante en una postura de fuerte dolor.

Pero poco después su cabeza vuelve a alzarse, ahora con una mirada entristecida.

"Lo siento mucho, Ritsuko. Parece que… tú estás viva y yo estoy muerto."

Continúa agarrando con fuerza su brazo. Su pose, a pesar de mantenerse erguida, da la impresión de un hombre casi anciano. La fotografía de aquel joven Gendo Rokubungi que sonreía era muy distinta.

Ahora Gendo Ikari mira hacia arriba.

"Es hora de que me sueltes, Yui."

Mira hacia el frente.

"Lo siento mucho, hijo."

El eco de un último disparo retumba en el Dogma Terminal. Ahora hay dos cuerpos flotando en el lago de LCL, uno boca arriba y otro boca abajo.

Una gran mesa rectangular color caoba surge de la oscuridad. A ambos lados aparecen poco a poco varios hologramas de diferentes colores.

Los monolitos han desaparecido. En su lugar ya sólo son personas sentadas en una mesa, ataviadas con un traje oscuro en medio de un halo de color. Dos de ellos aparentan tener rasgos de mujer.

Keel Lorentz se persona en la cabecera con sus finos labios bien apretados. Ninguno de los integrantes de SEELE escapa al disgusto, y el silencio les envuelve durante varios segundos. Es una de las figuras femeninas quien rompe la rigidez del momento, y da comienzo la conversación que se reproduce a continuación.

"¿Y ahora qué puede hacerse? ¿No es posible recuperar a Lilith? ¿O Adán?"

"Quizá haya una posibilidad de reiniciar el Proyecto sin ellos."

"En principio no la hay. Varias fuentes científicas me aseguraron en el pasado que si llegábamos a este punto la situación era irrecuperable. Era una eventualidad muy remota, pero ha terminado sucediendo. Mandaremos un equipo a investigar, de todas formas, si aún queda alguna opción."

"Ese hijo de perra de Ikari nos la ha jugado. Debimos haberle matado cuando tuvimos ocasión."

"Ahora ya no caben lamentaciones."

"¿Pero cómo ocurrió exactamente esa desaparición de Adán y Lilith?"

"Al parecer ambos crearon una singularidad en sus campos AT después de fusionarse. Tengo entendido que algo así como un agujero negro hace a la gravedad: no sabemos a dónde lleva, pero de ahí nada puede salir."

"Joder."

"Está bien, ataremos los cabos sueltos, pero me niego a seguir metiendo nuestro dinero y nuestro tiempo en este… proyecto. Reconozcámoslo, ha sido un fracaso. NERV será desmantelada en las próximas semanas. Ya derrotados los Ángeles, propongo no seguir gastando recursos en este sumidero, o lo lamentaremos."

"Yo también lo creo. El Comité de Instrumentalización Humana debería quedar disuelto si los resultados de dicha investigación son negativos. O poco claros. Hemos vencido a los Ángeles. Eso, con la debida propaganda, nos debería traer un cierto tiempo de estabilidad política."

"¿Estabilidad? La economía mundial está hundida tras el esfuerzo de la guerra. No creo que la estabilidad dure mucho si eso no mejora."

"Ahora la humanidad vuelve a estar sola con sus problemas."

"Tendremos que buscar otras formas de hacer progresar a la raza humana. O de controlarla. Si no, nos acabarán sacando los ojos."

"Hemos estado tan cerca de conseguirlo…"

"Por lo menos, seguimos teniendo el poder."

El sol ha caído un rato en el cielo, pero todavía irradia con fuerza. Las facciones de la Unidad 01, parcialmente sumergidas en el barro, ahora proyectan una sombra completa sobre la cápsula. Sólo se escucha la voz arrastrada de Shinji.

"Te acuerdas… ¿te acuerdas de aquel día en que Misato nos llevó a celebrar la victoria contra aquel ángel?"

Con toda la claridad afuera, en el interior continúa imperando una oscuridad roja impenetrable. Apenas se discierne al joven sentado junto a Asuka, tapándose la cara con una mano.

"Nos había prometido una buena carne, pero terminamos comiendo ramen en aquel puesto… Misato, Rei, tú y yo."

Con la otra mano está sujetando la de ella.

"No sé por qué lo recuerdo ahora. Creo que… es un recuerdo feliz para mí."

Su silueta negra se recorta sobre el rojo.

"Estaba contento por los halagos de mi padre. Pero ahora sólo lo veo feliz… porque estaba con lo más parecido a una familia que he tenido."

La vista sale de nuevo al exterior, y el sonido de algún pájaro perdido acuna la estampa del EVA muerto. Entonces la voz de Shinji se rompe.

"Ojalá todo hubiera sido diferente."

El fango seco que rodea a la Unidad 01 se extiende más allá de los restos de los MP EVAs. Llega a mezclarse con una hierba descarnada, donde algunos arbustos quemados conviven con otros salvados milagrosamente. Detrás de una pequeña arboleda hay un camino desdibujado sobre la tierra removida. Esta senda conduce a un pequeño huerto de plantas.

Algún lance de la batalla debió arrasar la mitad de los vegetales. Sin embargo, las matas que restan parecen resueltas a sobrevivir. Aquí los tonos verdes se transforman en flores, y allá una multitud de tallos y hojas se enrolla bajo unas grandes sandías. En la tierra húmeda unas cuantas hormigas se mueven sin aparente dirección.

Otro insecto más grande, quizá un grillo, comienza a escalar uno de los pocos tallos rectos del cultivo. El diminuto animal recorre lentamente su camino. Durante largos segundos, el bicho no parece interesado en las grandes hojas que va dejando atrás. Simplemente sigue subiendo.

Y sigue. Y sigue.

Por fin alcanza la hoja más alta y se posa sobre ella, pero entonces esta tiembla. Varias botas militares aparecen de improvisto pisando duramente el terreno.

Al dispersarse la polvareda la planta continúa allí, pero el insecto ahora se revuelve en el suelo. Tras recomponerse, vuelve a dirigirse hacia el tallo. Justo cuando comienza una nueva subida, otra eterna subida, la vista le abandona.

Ahora se sitúa a cientos de metros por encima.

Hacia abajo, en la lejanía de la superficie deteriorada, una mota morada sobresale en el centro de una blanca circunferencia. Lejos de allí, en uno de los extremos de la cavidad del GeoFront, varios camiones militares rodean el acceso a una de las salidas que suben a la ciudad.

Sobre esa ciudad destruida ha emergido un espeso manto de nubes. El círculo solar está ya parcialmente oculto por esa franja nebulosa; da la impresión de un atardecer anticipado.

Comienza a sonar el aria "Nessun Dorma" de Turandot, interpretado por Luciano Pavarotti. La parte instrumental rompe el silencio breves instantes antes de que el tenor cante el primer "Nessun Dorma".

Nessun dorma, nessun dorma. (Nadie duerma, nadie duerma.)

El fondo negro va dando lugar al rojo apagado de la cabina del EVA. Shinji tiene la cabeza sobre el pecho, parece que está dormido.

Tu pure, o principessa, (Tú tampoco, oh princesa,)

Nella tua fredda stanza. (En tu fría habitación.)

El perfil derecho de Asuka apenas tiene sangre. También parece dormida.

Guardi le stelle (Mira las estrellas)
Che tremano d'amore (Que tiemblan de amor)

E di speranza. (Y de esperanza.)

La cápsula se cierne sobre las dos vagas siluetas como una impenetrable noche de nubes.

En la oscuridad, uno de los mandos del EVA comienza a temblar imperceptiblemente.

Ma il mio mistero è chiuso in me. (Pero mi misterio está cerrado en mí.)

Il nome mio nessun saprà.(Mi nombre nadie lo sabrá.)

La compuerta exterior de la cápsula, ya prácticamente de noche, comienza a iluminarse por un débil resplandor azul.

De vuelta al interior, Shinji alza súbitamente la cabeza. Sus ojos se distinguen muy abiertos, y el rojo que los pinta se funde a negro.

No, no, sulla tua bocca... (No, no, en tu boca…)

...lo dirò. (…lo diré.)

En un atardecer ya nocturno, una ambulancia avanza con velocidad bordeando la colosal cabeza de un MP EVA. Despide fuertes destellos de luz azul que inundan todo a su paso, la siguen dos coches con el distintivo de NERV.

Fuyutsuki, Hyuga e Ibuki se bajan con premura del primer coche. Y se funden a negro.

Quando la luce... (Cuando la luz ...)

Varios sanitarios observan a uno de ellos girar la manivela de la cápsula. Los fogonazos azules golpean la compuerta como queriendo entrar. Y se funden a negro.

...splenderà. (...resplandezca.)

"Breve parte strumentale" (Breve parte instrumental)

Un rayo de luz azul penetra por la abertura cuadrada y ciega el interior de la cabina.

Dos médicos sacan el cuerpo inerte de Asuka y lo posan sobre una camilla, otros intentan entonces tapar el rojo de sus heridas. Y ella se funde a negro.

Ed il mio bacio scioglierà il silenzio (Y mi beso derretirá el silencio)

Fuyutsuki ayuda a salir a un derrotado Shinji. Le está diciendo unas palabras, pero el chico no cambia su expresión. Sólo la mira a ella. Y se funde a negro.

Che ti fa mia. (Que te hace mía.)

La iluminación del interior de la ambulancia es blanca. Las heridas de Asuka sangran copiosamente mientras los médicos las presionan. Su ojo izquierdo está enterrado bajo un montón de gasas. Y se funde a negro.

Il nome suo nessun saprà. (Su nombre nadie lo sabrá.)

Las batas blancas se agolpan sobre el cuerpo y lo esconden, como anteriormente hicieran los MP EVAs con la Unidad 02. Y se funden a negro.

E noi dovrem, ahimè, morir, morir. (Y deberemos, ¡ay! morir, morir.)

Dilegua, o notte. (Disípate, noche.)
Tramontate, stelle. (Ocúltense, estrellas.)

Un monitor parpadea en azul. Uno de los médicos corta apresuradamente el traje rojo desde el ombligo hasta el cuello.

Los pechos de Asuka quedan al descubierto. Se preparan unas paletas. Hay una descarga eléctrica, y el cuerpo se impulsa hacia arriba. Y se funde a negro.

Tramontate, stelle. (Ocúltense, estrellas.)

Fuyutsuki observa el vehículo sanitario con expresión grave. Tras él, el azul desvela a Ibuki llorando sobre el pecho de Hyuga. Y los tres se funden a negro.

All'alba vincerò. (Al amanecer venceré.)

¡Vincerò! (¡Venceré!)

Los médicos se mueven sin cesar en el cubículo pese al poco espacio disponible. En su ajetreo se abre un hueco, la camilla queda a la vista.

Shinji contempla el torso desnudo de Asuka por segunda vez en su vida. Esta vez con horror extremo. Y se funde a negro.

¡Vince rò! (¡Vence … ré!)

"Parte strumentale finale" (Parte instrumental final)

El suelo de la ambulancia está lleno de sangre y gasas pringosas.

En la noche cerrada el vehículo sortea los escombros cogiendo velocidad. Los fogonazos azules dibujan un terreno espectral a cada segundo, y lo vuelven a ocultar.

Shinji observa por la ventanilla del copiloto con la mirada vacía. La lejana comitiva de tres coches avanza en medio de la oscuridad hacia unos focos situados en el extremo del GeoFront.

La música ha terminado.

Los retazos intermitentes del azul van abandonando la pirámide destrozada, hundiéndola cada vez más en la noche. Al final, del símbolo de NERV sólo queda un fondo negro.