Hola, hola, Luna de Acero reportándose.
Tercer y último capítulo de esta adorable historia, mi querida Rosa Mayfair, muchísimas gracias por comisionarme y permitirme crear esta belleza, amo fuerte al Levi fresa! A todos los que han tenido fe y han llegado hasta aquí, muchas, muchas gracias.
FELIZ CUMPLEAÑOS, EREN! No creo que llegue hoy con el one shot super ricolino que tenía pensado para él, pero seguro mañana, estén atentos, ya les dije que los amo?
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Isayama Hajime, la historia si es de mi completa invención.
Advertencias: Fluff, situaciones cómicas, alguna que otra palabra altisonante, nada que no puedan digerir.
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"Las personas que son conscientes o que se avergüenzan de sus prejuicios
son también las que están en el camino de eliminarlos."
Gordon Allport
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Levi atendió una llamada de Hange, la puso en el altavoz mientras se retiraba la mascarilla hidratante.
—Hi, queen.
—Repórtame las novedades.
—Maté cuatro gatetes que se quisieron hacer los listillos delante del chico lindo que quedó, con la boca como un aro, soy tan genial, oh, es cierto, frité pollo. Es una experiencia aterradora, o sea…
—Lo vi en tus redes, me preocupas Li, te estás transformando en un ser humano normal, harraaarr.
—Calla, solo estoy adquiriendo habilidades, es como una digievolución, neta. #Proud.
—Por cierto, que me dijo Farluncho que cuando lo vas a llamar.
—Que se compre un bosque y se pierda, ush. Mis necesidades amorosas están completas right know.
—¿Ya hiciste contacto? ¿"Entró el tren a la estación"?
—Siempre vulgar, nunca invulgar, no reina, te dije que estas cosas toman tiempo, pero digamos que "ya están abordando el tren".
—Bueno, me avisas cuando pase algo interesante, bye —y le colgó.
Se acostó un momento luego de ponerse la crema hidratante y tocaron a su puerta.
—Pasa.
Eren metió su cabeza y Levi levantó la suya sonriendo.
—Ya está la cena, espero que te gusten los tacos al pastor.
—¡Que pro! —dijo poniéndose de pie de un salto.
En pocos minutos estuvieron en el comedor, Carla estaba radiante y le agradeció mucho por las compras de la tarde.
—Carla, ¿zas? Estuve mirando el patio, noté que te gustan mucho las plantas, a mí también, de hecho hice un curso de botánica y otras cosas al estilo hace un tiempo y me gustaría ofrecerte mis servicios para poner tu jardín que hasta la reina de Inglaterra gritaría de la envidia, ¿te prendes?
—Bueno, la verdad siempre quise mejorar el jardín, Levi, me encantaría, pero es que estamos a fin de mes y realmente no sé si podría salirme del presupuesto si es que hay que comprar algo.
—Equis, Carlita, yo me encargo, no tendrás que comprar nada.
—No, pero oye, seguro será un gastadero y no creo que-
—Tú tranquis, si te preocupa hagamos esto, intercambiamos por clases de cocina. Hoy hice pollo frito, Eren me ayudó, ¡que wow! Muy emocionante, y necesito aprender because voy a vivir solín solo para dentro de poco, así que, ¿qué dices? Te conviene el negocio.
—Me encantaría darte clases, aunque el que cocina la mayoría de las veces es Eren, de hecho esta semana hice una excepción para salir antes del trabajo y estar aquí.
—Puedo enseñarte, no hay problema —dijo el joven guiñándole un ojo y Levi le sonrió contento.
—Esto es genial, cuando terminemos quisiera hacer un boceto de algunas ideas que tengo y quiero que me digas qué te parece, of course necesito conocer tus gustos. Podemos hacer canteros, una cascadita, ya sabes para meditación zen, sé mucho sobre feng shui, aquí hace falta movimiento de energías.
Tanto Carla como su hijo lo miraron con extrañeza.
—El feng shui es un antiguo sistema filosófico chino de origen taoísta basado en la ocupación consciente y armónica del espacio, con el fin de lograr una influencia positiva sobre las personas que lo ocupan, ayuda a que mejore la entrada de efectivo, a que uno esté mejor de salud, en fin, es muy importante, hoy en día hay hasta profesionales que se dedican a organizar los muebles y las construcciones de acuerdo a los niveles energéticos, es muy interesante.
—¿Eso en verdad funciona? —preguntó Eren intrigado.
—Obvio, es fundamental.
—Levi, tú sabes muchas cosas, eres una persona en verdad instruida —dijo Carla con admiración.
—Bueno, qué les digo, me gusta leer, soy una criatura curiosa, tuve la fortuna de viajar mucho y me gusta aprovechar todos los recovecos culturales disponibles para luego utilizarlos en mi profesión. Verán, no quiero ser el típico arquitecto que solo busca que todo se vea bonito y nada más, o sea quiero crear entornos funcionales, que sean eco sustentables y que además provean de energías armónicas a sus usuarios, todo perfectamente equilibrado.
Eren no lo dijo pero el joven profesional lo impresionaba cada vez más y más. Tal como le había dicho anteriormente, a veces era fácil pre juzgar a las personas cuando a veces esas personas tenían habilidades y conocimientos que a uno lo dejaban pasmado.
—Ahí vi las cremas, Levi, te agradezco mucho por el regalo, pero me parece demasiado.
—Never mind, Carlita, es un placer, además una vez que las pruebes no vas a querer volver a usar otra cosa, es una experiencia mística.
Luego de la cena los tres hicieron una larga sobremesa mientras Levi traía una de sus carpetas y se ponía manos a la obra, dibujaba hermoso, en pocos trazos les diseñó tres tipos diferentes de jardín, mientras consultaba con ambos sobre lo que les gustaría tener en el patio. Levi era un gran intérprete y escuchaba atentamente los deseos y las sugerencias de los residentes, por lo que finalmente hizo un cuarto bosquejo donde quedó plasmado todo lo que podrían hacer.
—Ya me lo estoy imaginando —dijo Carla con los ojos brillando, pero luego se aplacó un poco—, ay, pero es que… será un gasto muy grande.
—Para nada, Carlita, tú déjame a mí, solo es cuestión de buscar algunas ofertas en los corralones cercanos, además vamos a reutilizar algunas cosas que ya tienes. Mencionaste que hay un cobertizo, ¿okay? Tendremos que revisarlo, siempre se pueden encontrar grandes tesoros en los arrumbamientos. Me siento muy inspirado.
—Bueno, mañana es mi descanso, puedo ayudarte en todo lo que necesites —se sumó Eren con entusiasmo.
—Levi, hace un rato me llegó una notificación al email de que ibas a extender tu estadía una semana más, ¿verdad? —Consultó Carla y el joven asintió con energía—. Bueno, quiero que sepas que puedes quedarte todo el tiempo que gustes, y que no aceptaré que nos pagues por ello, recibe nuestra hospitalidad a cambio de tu trabajo.
—Nooo, ¿cómo crees? Ya pagué además, tú no te preocupes, que para mí no es trabajo, que a mi estas cosas me molan. O sea, todos los años le rediseño el jardín a mi mamá, ella hiper happy, claro está. Así que no te agobies, Carlis, tú solo consiénteme con estos platillos tan delis y será suficiente.
—¡Eres un ángel! —dijo la mujer conmovida.
—Que me pones colorado, pero sí lo soy.
Los tres rieron y Eren ofreció preparar un café, Carla se retiró a descansar y Levi aprovechó para ir a fregar los platos de nuevo.
—Mira, me estoy volviendo todo un amo de casa, mamá va a pensar que es una puesta en escena cuando vea las fotos.
Una vez que terminó de fregar se apoyó contra la mesada de granito y largó un suspiro, Eren se acercó invadiendo su espacio personal y Levi abrió grande sus ojos mientras quedaba como estatua, ¿qué onda con el altote? ¿Acaso iba a… besarlo? ¡Y él no estaba preparado!
—Lo siento, tengo que sacar… el azúcar —dijo con un tono de voz algo coqueto y a Levi las esperanzas se le hicieron añicos.
—Ah, claro, claro —y le hizo lugar para que sacara el frasco.
Por un segundo creyó que el otro tenía otras intenciones, debería ser un delito alborotar a la gente de ese modo, pensó.
—Rico perfume —soltó Eren mientras ponía azúcar en una taza y comenzaba a batir.
—Neta, Yves Saint Laurent nunca falla.
—No sé mucho de perfumes, mamá me compra algunos de vez en cuando pero solo los uso para salir.
—Pero Eren, te la bañas, tienes que cuidar esos detalles, nunca sabes cuándo se presenta una buena oportunidad, hay que estar siempre ready, como los boy scouts.
—¿Y qué perfume me recomendarías?
—Depende qué aromas te gustan, ¿prefieres los dulces, o los cítricos o los amaderados?
—Supongo que esos últimos.
—Entonces el Amber Mystique de Estée Lauder, aunque es más bien como oriental ¿zas?, uno clásico pero efectivo es el Boss Bottled de Hugo Boss, como así muy de roble, sino The One de Dolce & Gabbana, uf, ese es hiper cool, muy seductor.
—Me perdí —dijo Eren sonriendo y tomando el agua caliente de la tetera para servir en las tazas.
—Es cuestión de prestar atención, cuando tengas un tiempito vamos al mall y te indico, créeme es una de las mejores inversiones que puedes hacer.
—¿Cuál estás usando tú?
—L'Homme Parfum Intense, es uno de mis favoritos.
—¿Sabes francés?
—Sé cuatro idiomas, aunque el italiano no lo domino del todo, pero puedo defenderme bastante bien. Luego el inglés, que es como mi segunda lengua y latín.
—¿Latín?
—Me lo enseñaron en la escuela media, nuestro profesor era tan estricto, nos torturaba, neta, pero salí bueno, de hecho tengo un tatuaje con una frase en latín, "Tempus Fugit", el tiempo escapa, es algo parecido a "Carpe Diem", ¿la has oído? Algo así como hay que disfrutar la vida porque el tiempo se nos va de las manos.
—Interesante, ¿y dónde lo tienes?
—Oh, bueno, está bastante oculto —dijo Levi sonriendo de medio lado—. ¿Tú tienes tatuajes?
—No, la verdad no me hice, aunque me gustaría, pero aún no encuentro algo que realmente quiera llevar para siempre sobre la piel, por ahora solo tengo piercings.
—¿También ocultos?
—Ni tanto, en ambos pezones.
—¡Vaya! Yo solo tengo este aro en mi oreja y me dolió un chingo, no me animaría a que me perforaran en otras partes del cuerpo… con una aguja quiero decir.
Eren casi escupe el café ante tamaña confesión y Levi sonrió un poco apenado, luego ambos echaron a reír.
—¿Y cómo es que te decidiste a venir a vivir a una ciudad que nunca habías conocido antes? —preguntó Eren con verdadera intriga.
—Mmm, soy arrojado, me gustan las nuevas experiencias y no suelo temer de tomar decisiones tan abruptas, por otra parte quería hacer esta especialización, neta, no veía las horas de recibirme para poder hacerla. Ya sabes, "In Omnia Paratus", o sea siempre preparado para todo.
—Ya veo, ¿pero no vas a extrañar a tus amigos, a tu familia, a tu pareja?
Levi no sabía si esa pregunta era simplemente para saber su estado civil, pero lo tomó como un aliciente.
—Tengo pocos amigos, digo los de verdad, los cercanos, y con ellos siempre me escribo o nos llamamos así que no se siente la distancia, lo mismo my mother, de hecho suele ser un poco sobreprotectora así que viene bien una temporada de alejamiento de vez en cuando y respecto a parejas, estoy soltero aunque no lo creas. ¿Y tú?
—Ya hace un buen que ando solo, me han criticado mucho, al parecer apesto como novio.
—Tal vez no te han enseñado como ser uno bueno.
Eren se rió abiertamente, tomó un tragó del café y continuó la charla.
—¿Hay un lugar donde se puede aprender acaso?
—Pues, soy buen maestro. ¿You know?
—¿A poco, me quieres enseñar? ¿Cómo sé que tú eres buen novio, para empezar?
—¡Me lo han dicho! Tengo pruebas.
Levi tenía su corazón acelerado, ¿Eren le estaba coqueteando? Su instinto le decía que sí, pero quería ir con cautela, no fuera que lo arruinara por apresurarse.
—No manches, mira la hora —dijo Eren al revisar su celular—. Creo que será mejor ir a descansar, asumo que mañana tendremos harto trabajo allá afuera.
—Efectivamente, además hay que dormir bien para mantenerse joven.
—Ahora que lo mencionas, tu piel es muy linda, aunque yo no me veo usando cremas y esas cosas.
—Thanks, la verdad me gusta cuidarme, si quieres te haría una limpieza de cutis, una pequeña dermo abrasión y una humectación acorde, deberías intentarlo una vez en tu vida aunque más no fuera.
—Suena tentador, mañana veremos si nos queda tiempo.
—Bueno, entonces hasta mañana, Eren, sueña bonito.
—Sirvo el desayuno a las nueve, ¿te parece?
—A las nueve es tarde, hazlo a las ocho, hay mucho por hacer.
—Como usted mande.
Levi sonrió, lavó su taza y se retiró a descansar. Había sido un día lleno de emociones y ya estaba feliz de que al siguiente iba a poder compartir la jornada con el adonis de Eren, ¿a poco la vida era bellísima?
Durmió feliz y se levantó con todas las ganas, ya echaba en falta entrenar en el gimnasio así que el desgaste en diseñar el nuevo jardín lo ayudaría.
A pesar de que se iba a llenar de tierra hasta en aquellas partes donde nunca le daba el sol, decidió usar ropa sport pero moderna. Un pantalón de chándal gris oscuro que parecía alargarle las piernas junto a su par favoritos de zapatillas blancas de cuero, en su torso un crop top negro con mangas tres cuartos, después de todo tenía abdominales de ensueño y quería que Eren se enterara, se colocó una gorra gris con negro a tono con sus pantalones, de Louis Vuitton, y sacó unos guantes de fino cuero (muy ligeros en verdad) porque antes muerto que arruinarse las bonitas manos. Claro que no faltaron sus lentes de sol Chrome Hearts Kufannaw I, que le quedaban geniales (¿qué cosa le quedaba mal? No había, no existía, claro estaba) y ya se sintió listo para poder afrontar el día.
—¡GOOD MORNING! —dijo con energía e hizo saltar a Eren en su lugar que aún tenía cara de tener mucho sueño—. ¡¿Listo para la faena, muchachón?! Oh, my… tienes cara de que te han estafado.
—Buenos días —dijo bostezando sin reparos, Eren—. Me cuesta madrugar, es que anoche debería haberme ido a dormir después de cenar, pero pos… que una partidita de Among Us y cuando quise acordar eran las tres de la mañana.
—Pobrecillo. Don´t worry, ve a recuperar el sueño, yo me voy a encargar de todo.
—No, no, quiero ayudar, ya después de un cafecito cargado se me pasa. Tú sí que tienes espíritu.
—Bueno, ¿you know? Siempre me levanto de buen humor, my mom dice que hay que iniciar el día de buenas y para mí eso es ley. Pero me siento un poco mal contigo, Eren, te ves fatal.
—Nah, es solo un ratito y ya me despabilo, luego voy a hacer una siestita y ya.
Levi se acercó para ayudar a sacar las tazas y se estiró un poco para llegar a la repisa donde estaba la loza, sintió como Eren volvía a escanearlo con la mirada y al girarse lo encontró en plena inspección descarada.
—Oh, ¿tengo alguna mancha? —dijo preocupado mirándose el atuendo, tal vez la pasta de dientes le hubiera salpicado en alguna parte.
—Nop, es solo… no me imaginaba que estabas tan mamado, se nota que entrenas.
—Ah, ¿te refieres al six pack? —dijo con orgullo señalando su perfecta tabla de lavar sobre el abdomen—, si, si, entreno mucho, por eso este trabajito del jardín me viene suuupa, ya que estos días no pude hacer mis ejercicios habituales. Pero oye, tú también estás así bien… cargado, ¿eh? —soltó mientras empujaba su dedo índice sobre el torso de Eren.
—Pos, mucha genética la de verdad porque no entreno, es decir hago mis ejercicios pero no soy muy aplicado, cuando me acuerdo nomás —levantó un poco su playera para mostrar el bonito abdomen y Levi se mordió el labio inferior, sí tal vez no estaba ultra marcado como él, ¡pero qué pedazo de hombre!
—Ay, Eren no te me hagas el humilde que bien que tienes lo tuyo.
El más alto sonrió apenado y prosiguió a preparar el desayuno.
—¿Café?
—No, hoy prefiero un tecito, neta, es que really, amo el café, lo amo pero no es muy sano así que mejor volver a las raíces.
—Veamos, tenemos té verde, negro y no sé qué onda esta cosa morada, ah, dice de arándanos.
—¡Wow, super nice! Dame el de arándanos, que fresh.
Luego del desayuno y de lavar la vajilla, salieron por fin al jardín, afortunadamente estaba un poco nublado. Levi se puso sus guantes y miró a todas partes haciendo un recuento mental y organizando todo en su cabeza.
—Bien, maistro, dime por donde quieres que empecemos —dijo Eren que de tanto en tanto le miraba el trasero a Levi, porque podía ser más bajo y toda la cosa, pero con ese pantalón de algodón gris se le marcaba la perfecta redondez nalgal y era algo que uno no podía dejar de admirarle.
—Ya, vamos a empezar por el fondo, quisiera que quitáramos toda esa maleza contra la pared y que trajéramos esas macetas aquí al medio para que tu madre elija qué plantas va a conservar y cuales tendríamos que poner en otra parte. ¿Hay herramientas?
—En el cobertizo.
—Good, vamos a inspeccionar —dijo con resolución mientras se dirigían a ese lugar.
Estuvieron su buena hora revolviendo todo, el lugar estaba bastante ordenado, había repisas y cajones y aunque no era ideal, no estaba tan sucio o lleno de basura. Levi le iba pasando a Eren las palas, el pico y las palitas pequeñas de mano para revolver la tierra.
—Mira, somos el dream team, Eren, igual que cuando cocinamos, tenemos buena coordinación —hablaba Levi mientras parecía un electrón moviéndose de un lado a otro, eligiendo los elementos a utilizar.
Eren tomó un balde y comenzó a colocar las cosas allí, se estaba divirtiendo como hacía mucho no lo hacía, era raro encontrar gente con tanta energía y ganas de hacer cosas, era estimulante. Y ese trasero que le daba un plus a la labor. Se preguntó qué tipo de ropa interior usaría Levi, ¿usaría una tanga? Porque a decir verdad no parecía que llevara ropa interior alguna. Si tenía alguna brizna de sueño en alguna parte, tengan por seguro que se había esfumado del todo.
Cuando menos quisieron acordar ya llevaban como hora y media en la faena de arrancar malezas y quitar plantas, ambos comenzaron a sudar un poco y las nubes se abrieron para dar paso a un ardoroso sol. Levi se secó el rostro con una toallita de mano que había traído de su equipaje y fue a buscar el protector solar. Se quitó los guantes y con tranquilidad se puso a embadurnarse el rostro.
—Oye, deberías ponerte un poco o te va a quedar como cuero de sapo esa bonita piel, ¿zas? —dijo Levi acercándose a Eren que frunció un poco la nariz en una graciosa mueca.
—No, gracias, ya te dije que no soy de las cremas y eso.
—No seas culero, Eren, o sea, es por tu bien, y no es por conservar ese bonito color que tienes sino que el cáncer es muy mal pedo, anda, déjate, prometo que no te va a doler —habló en un sugestivo tono que atrapó la atención de Eren por completo.
—¿No se te puede decir que no, eh? —dijo divertido y se sentó en un cajón de madera para dejar que Levi le pusiera la loción en el rostro.
—Cierra tus ojitos —dijo Levi acercándose, apenas le obedeció Levi se mordió el labio inferior porque ¡Dios! Ese chico estaba como quería, se partía de lo hermoso.
Mientras le ponía la loción apreció sus preciosas facciones, las cejas pobladas y fuertes, la nariz tan perfecta, esos labios, el de arriba un tanto fino y el de abajo un poco más relleno, uf, ya se estaba imaginando besarlo y tirar de ese sector, atraparlo entre sus perfectos y blancos dientes y provocarlo. Levi contuvo la respiración para calmarse o su "amiguito" se iba a empezar a hinchar y con esos pantalones iba a quedar en evidencia. "Abajo Fifí", pensó divertido.
Cuando se dio cuenta le estaba untando los brazos tan largos y lindos y Eren lo estaba observando para entonces.
—Ah, sorry, esto lo puedes hacer tú —dijo soltándolo de inmediato.
—No, no, tú eres el experto, síguele —pidió levantando sus extremidades y ni corto ni perezoso Levi prosiguió con unos sutiles toques, Jebús bendiga al creador del protector solar—. Se me hace que debes dar unos masajes bien chidos, ¿eh?
—No es por alardear, pero para que te digo que no, si, sí, soy muy bueno de hecho.
Ambos se miraron con intensidad, tal vez fueron tres o cuatro segundos que se sumergieron en una atmósfera completamente intensa. Eren se puso de pie, y Levi tuvo que mirar hacia arriba por la diferencia de alturas pero es como si ambos hubieran entrado en una burbuja temporal donde todo lo demás quedaba afuera. Eren levantó una de sus enormes manos y la acercó a la nariz del otro.
—Aquí… uh, te ha quedado un poco —dijo mientras sus dedos resbalaban por la pequeña y respingada curva de la bonita cara del más bajo.
Algo que Eren no sabía es que Levi era sumamente sensible en ese pequeño sector de su cuerpo y no pudo evitar sentir un escalofrío cuando lo acarició, Eren enarcó una ceja sorprendido de su reacción.
—Tienes una nariz tan… linda, güerito —no pudo evitar decir de una manera, bastante caliente y cuando Levi abrió sus labios para responder…
—¡Ereh! ¡Ya vinimos! —una voz femenina en extremo chillona les acuchilló el ambiente.
—¿Mika? —dijo Eren desconcertado, y porque no, un poco desilusionado también—. ¿Qué haces aquí? ¿Armin?
—Tu jefa nos dijo que tenían mucho trabajo, así que llamé al rubiales para venir a ayudarte.
—¿Qué pex? —dijo Armin mientras saludaba a Levi que cabeceó en respuesta.
—Bueno, todas las manos son buenas, hay mucho por hacer —dijo Levi activándose de nuevo.
Armin abrió grande sus ojos apreciando el atuendo de Levi.
—¡No mames, qué padre, estás mamadísimo! —dijo con su habitual naturalidad y Levi sonrió ante el halago.
—Me gusta entrenar.
—Pero debes estar horas.
—No, en realidad le dedico entre hora y media a dos horas cuatro veces a la semana, pero sí es cierto que hace años que me dedico.
—Tampoco está "taaan" mamado —dijo Mikasa y se levantó la playera revelando su pack que estaba de infarto—. Esto es entrenar de verdad.
—¿Qué disciplina practicas? —preguntó Levi interesado.
—Boxeo, y soy muy buena —dijo la chica con una evidente mirada asesina hacia el inquilino de la casa.
—Íjole, se juntó el hambre y las ganas de comer —soltó Armin divertido y luego miró al más alto de los cuatro—. ¿Tú cuál piensas que está más tallado, Eren?
Mikasa miró a su objetivo y levantó la barbilla demostrando su superioridad, Eren miró a uno y otro por algunos segundos. Levi iba a decir que eso no importaba, a fin de cuentas ambos eran lindos, pero le interesaba escuchar la opinión del adonis.
—Sin duda los dos se destacan, pero diría que Levi está mejor proporcionado.
—¡No es cierto! —se quejó Mikasa y la tuvieron que detener porque quería ponerse a hacer una competencia de abdominales con Levi ahí mismo.
Luego de que se calmaron los ánimos, Armin y Mikasa se pusieron a llevar todas las macetas al centro del jardín, mientras los otros dos ya iban terminando con el fondo.
—Eren, ¿sabes si en el Thianguis venden tierra negra?
—¿Tierra negra?
—You know, es así como más oscurita, húmeda, es genial para hacer crecer la grada, también es rica en minerales para hacer crecer las plantas.
—Ahora que lo mencionas, aquí detrás de casa hay un lugar de donde mamá siempre traía tierra de esa que dices, no estoy seguro creo que se llama ¿mantilla?
—¡Mantillo! Super, eso es lo que necesitamos.
—Mamá había ido a un vivero, pero querían cobrarle una barbaridad, así que una de las vecinas le había dicho que de allí sacaban ellos.
—No es propiedad privada ni nada como eso, ¿cierto?
—No, no, es fiscal y tenemos un carrito, podemos traer en eso, buscaré algunas bolsas.
Mikasa miró al par conversando animadamente y afiló la mirada.
—Ya, Mika, que los vas a gastar de tanto mirarlos.
—Ese pinche chaparro mamón, quiere acaparar a Eren.
—Relaja, Mika, no es así, ese Levi es buen pedo, y tan lindo, míralo.
—Traidor.
—¡Oye!
—Si te gusta tanto ve e invítalo a salir y haznos un favor a todos.
—¿Tú crees que me diga que sí?
Mikasa miró a Armin y sonrió con picardía.
—Pos, claro, tu especialidad es la crema, ¿no? Anda, anda, yo te hecho porras, Ar.
El chico sacudió sus manos y se acercó al otro par que venían arrastrando un carrito que habían sacado del cobertizo.
—¿Qué hacen? —preguntó con amabilidad.
—Vamos a ir con Levi a traer tierra del monte aquí atrás, va a ser saludable para las plantas y eso —explicó Eren.
—Oh, si quieres puedo acompañarte yo, Levi, conozco bien la zona —dijo el chico.
—Pero ya estás ayudando a Mika, ustedes espérennos, ya volvemos —cortó Eren en seco.
—Escucha, Armin, me vendría muy, pero que muy bien, si puedes ir removiendo la tierra que hemos dejado limpia allá atrás, mira te explico —dijo Levi tomando una de las palitas de mano y yendo al lugar con ambos chicos por detrás como abejas yendo a la miel. Se agachó dándoles un espléndido espectáculo de su retaguardia, cosa que Levi no se daba cuenta la verdad y le dijo—. Mira, remueves así, ¿ves? Y si hay piedras muy grandes las sacas, hay que partir esta tierra seca, así cuando pongamos la nueva y reguemos pueda filtrarse hasta las napas de abajo, ¿you see?
Eren codeó fuerte a su amigo cuando lo vio relamiéndose y Armin lo observó sorprendido.
—No —le susurró con agresividad y el rubio levantó una ceja.
—¿Armin?
—Sí, sí, entendí perfectamente, déjamelo a mí, te voy a dejar la tierrita bien suave, ya vas a ver.
A Eren no le gustó ni tantito ver esa actitud en su amigo, de hecho nunca le había visto actitud predadora hasta ese día y era molesto porque Levi era un invitado de la casa.
—¡Ouch! —dijo Mikasa tocando su espalda y poniendo una expresión dolorida—. Creo que me he lastimado la espalda, Eren, ¿puedes ayudarme?
—Ar, ve con Mika, así podemos hacer esto con Levi. Güerito, ¿vamos?
Y ahí se fueron los dos mientras la chica se quedaba mascullando su bronca.
—Anda, Armin, que eres bien inútil, tú.
—No te agüites, Mika, para mí que el que quiere acaparar es Eren y no al revés. Igual ya se va a descuidar. ¡Ya lo tengo! —dijo de repente golpeando su puño contra su otra palma—. Lo invitaré a un antro, esta noche hay reventón en La Rosa de Guatemala, será un mejor ambiente para conocernos.
—¿Qué jodidos le ven a ese enano agrio?
—Mika, está bien ricolín, justo como me lo recetó el doctor —dijo el chico suspirando risueño.
—Que mal gusto, la neta.
Levi y Eren se tomaron su tiempo, hacía mucho calor y el lugar era complicado para avanzar, estuvieron paleando y llenando varias bolsas por un largo rato, se estaban deshidratando, así que no hubo ningún momento que se pudiera tildar de romántico. Volvieron con la lengua afuera, una vez más Eren asombrado de la fuerza de Levi que en un tramo del camino levantó el carro (con las cuatro bolsas enormes y llenas de tierra) con algo de esfuerzo, pero no demasiado, y bajó rápidamente la ladera del montículo hasta hacerse con la calle de la casa.
Llegaron y extendieron en ese sector la tierra, luego Levi los organizó otra vez (se notaba que tenía dotes de líder) y los puso a hacer un surco rectangular (les enseñó como usando cuerda blanca, un palo y un nivelador podrían hacer un entramado de perfectas dimensiones), en esa zona para ir delimitando los canteros.
Era un trabajo duro, Levi separó las flores de la casa de las plantas colgantes, encontró algunas semillas de azaleas en el cobertizo y los plantó en los dos extremos de los nuevos canteros. Encontró algo de cal, y con un poco de pintura blanca hizo un preparado con el cual pintó unos ladrillos viejos (después de lijarlos un poco), y los dejó sobre los cajones secándose, para usarlos para delimitar los canteros.
Poco a poco todo empezaba a tomar forma. Cuando se dieron cuenta eran casi las dos de la tarde, afortunadamente Carla había regresado del trabajo y en pocos minutos cocinó un picadillo exquisito acompañado con unos pancitos redondos crujientes que había comprado de camino a casa. Todos la aplaudieron, estaban hambrientos y llenos de tierra y sudor.
—Armin, ¡estás más rojo que polvo de tajín! —notó Levi y el chico se miró las manos.
—Sip, creo que me achicharré tantito.
—Vas a lavarte bien el rostro luego que terminemos de comer, y te voy a aplicar unas compresas húmedas con un post solar que tengo ahí que es milagroso, sino en unas horas vas a pegar de gritos por el dolor. Debes cuidar mejor tu piel, we.
—Gracias, Levi.
—A mí también me dio mucho el sol, a pesar que me pusiste el protector —dijo Eren de inmediato.
—Pero qué flojos están todos —se quejó Mikasa.
—Mmm, tú también estás como un camarón asado, Mikasa —notó Levi.
—¿Neta?
—No se diga más, salen compresas para todos —dijo Levi sonriendo—. Y recuerden niños, deben cuidar mejor su piel.
—Se nota que tú sabes, tienes el cutis bien padre.
—Puedo darles consejos cuando quieran, es que soy buena onda la neta y me apasiona el tema del cuidado de la dermis, ¿zas? Cuando estaba por elegir carrera, estuve a nothing de elegir medicina, quería ser dermatólogo, ah, ¡qué emocionante! Pero no me quejo —dijo exaltado.
—¿Qué estudias, Levi? —dijo Armin con toda su atención centrada en el joven.
—Ahora estoy por hacer una especialización en la uni de aquí, pero ya me recibí de arquitecto.
—¡No manches! —soltó Armin con sorpresa—. ¡Está cañón! Eres muy joven para ser ya todo un profesional.
—Ni tanto, tengo veintiséis.
—¡Órale! No se te nota, ¿eres vampiro?
Todos rieron en la mesa y Eren pateó a su amigo mientras seguía fingiendo que reía.
Luego de las compresas y de tomar mucha agua fresca, volvieron a la faena, esta vez todos se pusieron protector bajo la estricta revisión de Levi y hasta Carla se les sumó en el convite.
Ya cuando estaba cayendo la tarde y todos estaban bastante exhaustos, Levi fue con Eren en su moto a buscar algunas botanas y de paso unos adornos e implementos para poner más luces en el lugar. A pesar de que Eren le suplicó que no gastara, con Levi era imposible, compró de las cosas más costosas pero de mejor marca para que duraran harto.
Cuando volvieron, los otros dos ya estaban verdes de hambre, Carla había preparado una leche con azúcar y cacao bien fresca y espesa que todos disfrutaron con las botanas.
Levi dejó las compras para continuar las labores de electricidad al día siguiente, ya que con la falta de luz se volvía peligroso, pero a simple vista el patio se había transformado, estaba mutando en un lugar de exquisito gusto y detalle. Mikasa quería aplastar a Levi, no había forma de opacarlo, no solo era lindo el muy cabrón, sino que además amable, habilidoso, profesional, adinerado, ¿acaso no había una mísera cosa que tuviera de malo? Estaba que trinaba. Entonces tuvo una brillante idea.
Tomó una caja donde puso unos seis ladrillos que ya estaban secos, y se acercó con la supuesta intención de acercárselos a Levi que estaba arrodillado formando los canteros. Armin no le estaba prestando atención, pero afortunadamente Eren si, ya cuando le vio la cara de "psicópata a máxima potencia", su instinto le dijo que mejor se acercaba.
Mikasa calculó el ángulo, la velocidad y el impacto y levantó la cajita a la altura de sus pechos cuando estuvo cerca de Levi solo para encontrarse con la cara de "demonio salido de los avernos" de Eren que hizo que desistiera de inmediato.
—¿Qué traes ahí? —dijo Eren con voz de hombre de las cavernas y sus ojitos de loco y a Mikasa se le aflojó hasta el elástico de los calzones.
—La-ladrillas-llos, para el e-ena, para Levi.
—Entonces deja la caja en el suelo —prosiguió Eren con la mirada inyectada en sangre y la morra obedeció.
—Thanks, Mika —dijo Levi que se había girado en ese momento y vieran nomás la carita de Eren que parecía un perrito Pomerania recién salido de la peluquería canina—. Justo lo que iba a necesitar.
Levi nunca se enteró de la verdadera intención de la chica. Después de lo sucedido Mikasa estaba en un costado mirando con enojo a Eren, quien se le acercó.
—¿Qué pedo contigo, Mika? ¿Qué te hizo el pobre Levi?
—Él nada, pero tú, pinche mentiroso.
—¿Yo? ¿Mentiroso?
—Le andas moviendo el bote a cualquiera que se te hace el bueno, pero te olvidas de las promesas, wey, ¿dónde quedó tu honor, eh?
—¿De qué chingados estás hablando? No te entiendo.
—¡Eren! Me prometiste que te casarías conmigo, ¿acaso te vas a hacer el desmemoriado ahora? Pero cada que puedes te vas por ahí detrás de cualquier… cucaracha.
—A ver, Mika. Primero, si te refieres a la promesa que te hice, analicemos el contexto, ¡tenía cinco putos años! Y solo fue porque quería que me dieras tu elote, estaba bien pinche hambreado porque ese día a mi jefa se le olvidó llenarme la lonchera, ¡no manches!
—Una promesa debe honrarse no importa bajo qué circunstancias —dijo la chica con solemnidad.
—Mika, estás hermosa, eres inteligente y el sueño de cualquier hombre, pero yo ando por otros lados, no estoy ni cerca de pensar en casarme y todo el pedo, ¿entiendes? Como sea, no es momento de hablar de esto.
Dicho lo cual fue donde Levi para decirle si ya podían parar por el momento porque todos estaban bien cansados. El arquitecto aceptó, era notable que tenía mucha estamina y que era el más aguantador de los cinco, era evidente que no podían seguirle el ritmo.
Armin quería invitar a Levi para ir por ahí, pero lo cierto es que estaba algo afiebrado por el sol de la mañana y estaba cansadísimo, por lo que decidió que mejor se iba a descansar y luego al otro día vería de jugarse un tiro, por su lado Mikasa no estaba en mejores condiciones y era notable que su ánimo había decaído.
Se despidieron y Levi fue directo a darse una buena ducha y hacer su ritual de hidratación de cutis. Luego del baño Eren tocó su puerta y le dijo que su madre tenía un compromiso esa noche, que si gustaba podían ir a cenar a una lonchería cercana que estaba cañón, aceptó de inmediato.
Eren lo esperó afuera junto a su moto y cuando Levi salió se quedó con la boca abierta, esta vez lucía un jean celeste con varios rotos sobre los muslos (muy cool), unas zapatillas de marca blancas, impecables, una remera a rayas horizontales negras y blancas y una chamarra de cuero negro con varias tachas y cierres. Eren también tenía lo suyo, y se había esmerado además, con una camisa negra con las mangas arremangadas a tres cuartos del brazo, un pantalón chupín negro y unos borcegos del mismo color. Ambos quedaron impresionados.
—Me gusta tu onda —dijo Eren sonriendo coqueto.
—Estás bien Hollywood, Eren, suuupa nice. ¿Adónde vamos a ir?
—Es un lugarcito bien proletario pero te vas a chupar los dedos. Andando.
Se pusieron los cascos y partieron, si bien la moto seguía escupiendo humo negro y sonando como fiesta de asmáticos, a Levi ya no le sorprendía, además estaba muy ilusionado con la salida a solas con el chico bonito, así que no había nada que pudiera arruinarle el disfrute.
Llegaron a una calle muy pintoresca, estaba llena de carritos de comidas y aunque era buen plan quedarse en uno y comer bien, Levi prefirió ir de uno en uno comprando un poco y probando todos los menús, lo cual fue realmente un éxito.
—Ven, nos saquemos una selfie con estas aguas de Jamaica. Si mi madre ve esto le da un infarto —dijo Levi divertido mientras apuntaba con la cámara para lograr un buen ángulo.
—¿Por qué le daría un infarto?
—¡Eren! ¡Agua de la calle! ¡Los estreptococos, los gérmenes!
Se comenzaron a reír mucho y Levi sacó varias capturas y eligió la que le pareció los favorecía mejor para subir a sus redes. #VivirAlLimite, #AgüitadeJamaica, #SiMeMueroValioLaPena, #FastFood, #ILoveDanger, #BuenosMomentos.
Cuando ya no pudieron tragar un taco más, compraron unas chelas bien heladas y se fueron caminando hasta una rampa cercana, era como una especie de paseo peatonal, ya estaba casi desierto a esa hora, la mayoría de las personas estaba en sus casas, o en los antros, solo había una que otra pareja por aquí o por allí en sus cuestiones, igual que ellos.
—Y te digo, te da harto miedote esa cosa, es como una especie de melón negro con un montón de espinas y rojísimo por dentro, pero no me iba a ir de Tailandia sin probarlo —contaba Levi mientras Eren reía divertido.
Finalmente se sentaron en un banquito de tablitas verdes, cerca de una farola donde varios insectos golpeaban el vidrio tratando de acercarse lo máximo posible a la luz. Había bajado la temperatura pero era agradable de todos modos. Había un cesto de basura a un costado, justo del lado que estaba sentado Eren y Levi se había terminado su bebida ya.
Eren estaba contándole como había su infancia en Shiganshina, cuando su padre todavía estaba vivo y Levi le había contado que en el caso de ellos, su padre los había abandonado cuando su madre era joven. Ambos estaban muy a gusto y la brisa nocturna le traía ese perfume tan exquisito que Levi había elegido para la ocasión. Eren se le quedó mirando un momento, tal como esa vez en el jardín y notó que Levi se acercaba a su cuerpo, no lo pensó mucho y puso de su parte para juntar sus labios, pero Levi abrió sus ojos y se alejó unos centímetros.
—¿Qué? —dijo Eren, pero entonces notó que uno de los brazos de Levi estaba estirado con la botella vacía en su mano y apuntando hacia el cesto que él tenía a sus espaldas.
¡Maldita sea! Eren había pensado que Levi se había acercado para besarlo, pero en realidad solo se había inclinado para tirar la botella vacía en el cesto, ¡upsie!
—¡No mames! Lo siento, Levi, yo pensé, eh…
—Eren, calla.
Esta vez fue Levi quien lo tomó con firmeza de la nuca y juntó sus bocas de nuevo. Esta vez no hubo titubeos o dudas, acoplaron sus labios y disfrutaron del húmedo y cálido contacto, mientras sentían que un pequeño sol amanecía solo para ellos dos.
Se gustaban, era notable, Eren había tenido sus dudas en un principio, pero más conocía a este maravilloso joven y era inevitable sentir que era atraído sin remedio. Eren abrió levemente su boca y Levi deslizó su dulce lengua a su interior, la succionó tentadoramente y tuvieron que acercar más sus cuerpos para no romper el beso.
Más tiempo pasaba, más ganas tenían de continuar, pero eventualmente se detuvieron para poder respirar. Se sonrieron y Levi se puso de pie para tirar finalmente la botella, luego se sentó junto a ese chico hermoso que lo había cautivado desde la primera vez que lo había visto, quien ahora le tomó la mano para que pudieran enredar sus dedos.
—¿Esta fresa si puede ser para mi pastel? —se animó a decir Eren luego de una larga pausa.
Se deleitó con una risa cantarina y suave por parte del chaparro y recibió una respuesta que lo puso muy feliz.
—Obvio, esta fresa solo para tu pastel, mi rey.
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By Luna de Acero.-
