Los nombres de los personajes que utilizo en esta historia; no son de mi pertenencia sino de RUMIKO TAKAHASHI. La historia si es mía y queda prohibida su copia total o parcial.
El vestido de Rin
Capítulo 3:
Inuyasha parecía impaciente y aunque lo negara, su esposa sabia la razón; la ausencia de su hermano comenzaba a preocuparle, puesto que demostrarle su progreso laboral era esencial para su ego, así mismo y aunque jamás lo diría, esperaba su visto bueno. Así que, sabiendo eso, Kagome, le tomo la mano a su esposo y le compartió una sonrisa cálida que lo tranquilizaría.
Minutos después llegaron Sesshomaru y Rin.
Kagome no oculto su alegría y de inmediato se levantó de la mesa para recibirlos, junto con Inuyasha.
- Rin, Sesshomaru, me alegra mucho que llegaran
- Si, por fin llegamos – respondió Rin – Lo siento mucho Kagome, de verdad…
- Tranquila – adelanto la mujer – A veces pasan esos imprevistos
- Si…. Si… - respondió sonrojada sabiendo que el asunto de su vestido roto, era solo una escusa
- Vengan con nosotros a la mesa principal – indico y ambas mujeres, comenzaron a caminar, dejando atrás a los hermanos
Inuyasha observo a su hermano y después de fruncir el ceño, hablo:
- ¿Dos horas tarde? Mejor no hubieses venido imbécil
- No planeaba hacerlo – respondió Sesshomaru sin dedicarle mirada
- ¿Qué, acaso tu esposa te obligo?
- Así es… - Inuyasha sonrió burlón
- Ja – burlo – Por eso Rin, me agrada tanto, a su lado, pareces un perro faldero
- Y a ti nunca te quitan la correa – agrego el mayor de los hermanos, justo a tiempo para que su cuñada mandara hablar a su esposo
- ¡Inuyasha, vamos! – insistió su mujer
Después de compartir miradas retadoras, ambos se dirigieron a sentar.
No había pasado mucho tiempo, pero todo iba bien, ambos hermanos permanecían tranquilos al punto de compartir un par de conversaciones. La velada hubiese pasado perfecta, de no ser por los invitados que llegaron de sorpresa, inquietando sin reparos a los Taisho.
- ¿A esta clase de escoria invitaste Inuyasha? – pregunto molesto – Que repugnante…
- Yo no lo invite – aclaro tan incómodo como Sesshomaru, pues de quien se trataba era de Kirinmaru, un antiguo amigo de la universidad – ¿Kagome? – pregunto en un gruñido – ¿Que hace aquí Kirinmaru?
- ¿Eh? Le mande invitación
- ¿Por qué demonios hiciste eso? Y ¿Por qué no me lo dijiste?
- Tranquilo… si lo invite fue por estrategia, sabes bien lo involucrado que está en los medios, estoy segura que si habla de la inauguración de hoy, será…
- ¿Crees acaso que necesito de su ayuda?
- Me pareció una buena idea…
Era obvio que Inuyasha estaba inconforme por la resiente asistencia y reclamarle a su esposa ya no serviría de nada, pues el hombre ya estaba ahí, con claras intenciones de quedarse durante toda la noche.
Pero no solo esa presencia molestaba al más joven de los Taisho, pues Sesshomaru reflejaba una furia tal, que pronto apago el ánimo de su esposa.
- ¿Sesshomaru? – indago Rin
- En cuanto Inuyasha corte ese listón, nos largamos de aquí
- Mi amor, no dejes que la presencia de una persona te…
- Rin no estoy de humor para escucharte en este momento – interrumpió frio
La mujer soltó un suspiro, de alguna forma lo esperaba, Sesshomaru nunca perdonaría a Kirinmaru por lo sucedido en el pasado, y su actitud aunque no era la más correcta, la comprendía, así que ya no insistió más. Se levantó de la mesa y después de indicar a su esposo se dirigió al tocador.
Cuando por fin regresaba, respiro profundo e intento llegar con una nueva actitud para con su esposo, pues lo que deseaba era ayudarlo a relajarse. Pero en ese momento su camino fue interrumpido por Kirinmaru.
- ¡Rin! – escucho de aquella voz
- ¿Ah? ¡Kirinmaru, Hola! – saludo amable
- ¿Cómo estás? Hace mucho que no te veo
- Si, lo sé, estoy muy bien ¿Y tú?
- Puedo notarlo, luces radiante – adelanto sonriendo mientras admiraba la belleza de la mujer frente a él – Yo, estoy excelente
Rin conocía sus intenciones, su galantería siempre tenía un doble sentido, así que entre más rápido terminara su conversación con él, era lo mejor. Más que nada por el pasado que compartía con su esposo.
- Me alegro mucho por ti – respondió ella, ignorado el halago
- Y dime… ¿Aceptarías bailar una pieza, conmigo? – propuso galante
- Ah…
- Vamos. Por los viejos tiempos – insistió acercándose a ella
Rin dio un paso atrás, por lo visto, lo mejor era negarse y regresar de inmediato.
Fue entonces, que al dar un paso atrás, sintió chocar con alguien, y al escuchar su voz, supo de inmediato que habría problemas.
- No, y aléjate de ella – pronuncio Sesshomaru colocándose delante de su esposa
- ¿Qué pasa Sesshomaru? Tu no bailas, sino la invitaba yo, Rin se quedaría sentada toda la noche
- Es algo que a ti no te incumbe así que, si tienes intenciones de continuar con vida, será mejor que te alejes de mi vista – amenazo severo
- ¡Sesshomaru! Por favor, vayámonos a sentar – dijo Rin con insistencia
- Aun casada contigo, sigues comportándote como en la universidad – burlo sin apartarle la vista
Entonces Sesshomaru dio un paso adelante, estaba dispuesto a golpearlo pero de inmediato Rin, tomándolo del brazo se interpuso.
- Mi amor, por favor, es un evento privado, es la fiesta de Inuyasha… por favor, solo ignóralo y vayámonos
- Así es Sesshomaru, no perdamos el decoro – agrego Kirinmaru aun con voz burlona
- ¡Basta Kirinmaru! Ya es suficiente - Kirinmaru observo a Rin y después de alzar una ceja, sonrió.
- De acuerdo, no podría negarme a tan hermosos ojos
Y ahora gracias a Inuyasha quien llego a tiempo para detener a su hermano, logro evitar una escena más grande y se retiraron, no sin antes dedicarle una mirada llena de furia y desprecio, esa era una burla y no la pasaría por alto, esa maldita fiesta terminaría y sin necesidad de ser detenido por tanta gente, desquitaría sus inmensas ganas de romperle la cara.
Entonces, Sesshomaru, tomo del brazo a su esposa, y la llevo al balcón.
- ¿Qué demonios hacías hablando con ese bastardo? – pregunto furioso
- Nada, solo me saludo, le devolví el saludo y…
- ¿Y como carajos tuvo la valentía de invitarte a bailar? – prosiguió con mirada reprochaste
- No lo sé, posiblemente porque nos conocemos hace mucho tiempo, era tu amigo
- Ese maldito animal no es mi amigo…
- De acuerdo, pero, ya deberías tranquilizarte
- Fue este maldito vestido – adelanto
- ¿Qué?
- Te dije que no debías traerlo, insististe y como un idiota te deje hacerlo
- ¡Sesshomaru!
- No volveré a permitirte esto…
¿Qué pasa contigo? ¿Me estas culpando? ¿Crees que fue mi culpa todo lo que sucedió? – no hizo falta que respondiera, pues su mirada le respondía afirmativo a sus preguntas. Cosa que enfureció a Rin – No puedo creer hasta donde llegan tus celos… y te diré algo, Kirinmaru tiene razón, ya no estamos en la universidad ¿Por qué continúas actuando de esa manera? - exalto, regresando a la fiesta, mientras el hombre sin moverse la observo marcharse.
Comentarios de la autora:
La verdad es que, creí que solo serian dos capítulos pero... me llego una buena inspiración para continuar con esta historia, así que, espero que les guste y me dejen sus Reviews, ya saben que me encanta leerlos.
Por cierto... agregue a Kirinmaru porque en lo personal !Me encanta! obvio, no mas que Sesshomaru pero... a partir de esta historia, lo verán mas seguido. Espero les agrade la idea.
Les mando un fuerte abrazo. Saludos.
