xSouh
Nuevo Amanecer
03: Tengo Hijos
Naruto suspiró mientras bajaba las escaleras de su casa, viendo los cuadros pegados en la pared donde el aparecía en múltiples ocasiones, en los primeros solo estaban él y Sakura, después una Sakura embarazada y el rubio con una enorme sonrisa.
Los cuadros fueron cambiando, mostrando a los niños que había visto el día anterior por cortos minutos, el más alto era rubio, como él mismo y con ojos enormes y verdes, ya portaba una banda ninja y vestía ropa naranja oscuro, casi rojo.
La segunda era una niña de cabellos rosas y ojos verdes, pero esas dos cosas eran las únicas características de Sakura, el resto era prácticamente Naruto versión niña, con todo y la energía que caracterizaba al Uzumaki, tuvo que comprobar que Kurama seguía dentro de él, porque no había forma humana que alguien tuviera tanta batería.
El tercero, aunque era rubio y de ojos azules, la tranquilidad con la que caminaba a pesar de su corta edad y la seriedad en sus ojos, hacia que fuera difícil conectarlo con Naruto aunque fuera una pequeña copia. Ese es el que sacó la inteligencia de Sakura, estuvo seguro el Uzumaki.
Cuando logró llegar al primer piso, los tres niños ya estaban sentados en la mesa, Shinachiku se mantenía ocupado dibujando en un pergamino, Naruto logró ver que eran unos sellos, no tan complicados, pero si podrían alcanzar un nivel de chunnin, algo notorio para un niño de 13 años.
―Buenos días, Oto-san. ―saludó con una sonrisa Hanami, dejando el juego de kunais que afilaba aun lado para que su padre no la regañara.
―Buenos días, Hanami-chan. ― regresó el saludo con una voz demasiado robótica.
No pudo evitar sentirse extraño, recordando a otro niño rubio y una niña de cabellos negros. ¿Boruto y Himawai? ¿Esos eran sus nombres? ¿De verdad había sido un sueño?
Su mente aún se sentía obnubilada, su corazón latía fuerte y muy rápido de felicidad por estar con Sakura, pero eso no cambiaba el hecho de que su vida ahora parecía muy diferente.
―¿Qué vamos a desayunar hoy, oto-san? ―cuestionó el rubio menor, ¿Arashi?
―¿Su mamá no dejó listo el desayuno? ―preguntó Naruto, extrañado.
―¿Mamá cocinando? ―se rio Hanami, girando en su silla para ver a su padre. ―No creo que el mundo se acabe hoy.
―¿Sakura-chan no cocina? ― soltó la pregunta, ganándose carcajadas de sus tres hijos.
―Tu eres el que cocina cuando Akane-san no viene. ―informó Arashi. ―¿Estás enfermo, oto-san? ¿Te sientes mal? ¿Comiste otra de esas píldoras de soldado que oka-san siempre intenta que probemos?
―Yo… estoy bien. ―aseguró, acercándose al refrigerador para buscar algo que pudiera ser comestible.―¿Qué les parece si vamos a desayunar ramen?
―Hoy no es domingo de ramen. ― le dijo Shinachiku, dejando su pincel y pergamino en la mesa para poner atención a su padre.
―¡Cualquier día es buen día para comer ramen!
―Esta bien, pero cuando oka-san se enoje, diremos que es tu culpa. ―terminó Arashi, sorprendiendo a Naruto con cada palabra.
Acababa de ser embaucado por niños, y el menor apenas iba en el segundo año de la academia.
