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48. Beso de rutina
Obito irrumpe en el taller de Deidara, la punta de su corbata pegada a su hombro como una bufanda.
—¡Dei! ¡¿Has visto mis llaves?!
—No. ¿Dónde las dejaste ayer?
—¡Junto a la puerta! —Responde, con una mirada de pánico en sus ojos. Deidara observa a su esposo buscar alrededor de su mesa de trabajo.
—No están aquí, hm.
—¿Dónde están entonces? ¡No puedo desbloquear mi bicicleta si no-! —Obito se mete la mano en el bolsillo—. Oh.
—¿Las encontraste?— Pregunta Deidara.
—S-sí —dice, sonrojándose un poco.
—¿Cuándo tienes que irte?
—Hace cinco minutos —responde Obito, saliendo de la habitación—. Bien. Me voy a cepillar los dientes muy rápido. ¿Puedes rellenarme la botella de agua, porfa?
Deidara se levanta y se mira las manos manchadas de arcilla. Las restriega en una toalla de papel, no hay tiempo para limpiarlas mejor pero eso bastará. Va a la cocina y enjuaga la botella mientras escucha el furioso roce del cepillo de dientes proveniente del baño.
—Listo —dice Obito, entrando a la cocina.
Deidara apunta a sus pies.
—Tienes el pantalón metido en el calcetín —Obito se inclina para arreglarlo—. Y tu botella tiene decoración de huellas dactilares ahora.
—Me gusta así —Obito agarra la botella y la caja bento y sale de la cocina—. ¡Hasta luego Dei, te quiero!
—¡También te quiero! —Responde Deidara.
La puerta de entrada se cierra y Deidara vuelve al trabajo. Está a punto de sentarse cuando oye girar la llave en la cerradura y los pasos frenéticos de Obito a través de la sala de estar.
—¿Qué olvidaste? —Obito entra en la habitación, lo agarra por las mejillas y lo besa con fuerza.
—Esto —dice.
Deidara lo ve irse con una sonrisa en su rostro.
Nightcrawler, también sufro cuando los hago sufrir 😭😭
Lybra, alguna vez había querido escribir a un Obito poco o nada acomplejado de sus cicatrices, aunque siempre se me cuela un poquito de complejo por ahí xD Y Dei bueno, él siempre está curioso y le atrae *_* Kankuro está bien. Obito solo se llevó el barril a su dimensión. Duele verlos así, queriéndose pero enojados. Alguna vez se reconciliarán, aunque sea en el más allá.
