Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, Ranma ½ es la obra magistral de la gran Rumiko Takahashi. Yo sólo los tomo prestados para esta historia.

DESENGAÑO

Capítulo 3: ''Te llevo en mi memoria''

AKANE

FLASHBACK: Nerima, Tokyo (3 años atrás)

Mi corazón late frenético en mi pecho, mi respiración se encuentra totalmente agitada, trato de no tropezar, pero mi visión está totalmente nublada debido a las gruesas lágrimas que caen a borbotones de mis ojos. Corro, corro sin detenerme, sin mirar atrás. No sé si Ranma me sigue y la verdad, no quiero saberlo, no quiero verlo y solo quiero huir. La visión de ellos dos me asalta una y otra vez… sollozos se escapan cuando mi respiración errática me lo permite. Mi alma se fue, mi vida entera se fue cuando entré a esa biblioteca y los vi.

Sigo mi camino por las calles frías de Nerima hasta que después de lo que parece ser una eternidad, diviso el Dojo a lo lejos y acelero aún más el ritmo. Sé que no hay nadie en casa, nadie sabe aún que me fui de la celebración y eso es perfecto para lo que voy a hacer. No me detengo a abrir puertas, simplemente salto el paredón y aterrizo en el jardín trasero tal cual lo haría mi prom… ¡Basta Akane! Sin perder tiempo rodeo el estanque y me dirijo hacia la parte trasera de la casa donde está mi habitación. De otro salto subo hacia las tejas de mi ventana y después de forcejear con la cerradura, finalmente la abro y entro.

La adrenalina de la carrera recorre mi cuerpo, la tristeza y desesperación se agolpan en mi pecho mientras camino como posesa dando vueltas dentro de mi cuarto, pero no me permito frenar, si lo hago no voy a ser lo suficientemente fuerte para enfrentarlo… y eso es algo que no me puedo permitir ahora. Sin perder más tiempo rebusco en mi armario, me cambio de ropa, saco mi mochila de entrenamiento y comienzo a guardar cuanta prenda y artículos personales puedo, junto con todos mis ahorros. Fuertes sollozos salen de mi garganta y me permito liberar el dolor y la angustia, pero no me detengo.

- ¡Akane! ¿Qué está sucediendo? – me freno en seco cuando siento la voz de mi hermana Nabiki a mi espalda. Me giro para verla sin poder creer que ella esté en casa ahí parada en el marco de la puerta de mi habitación, se supone que estaría aún en la recepción de la Universidad. Me mira con los ojos totalmente abiertos, extraña por mi comportamiento. No le contesto, no le pregunto qué está haciendo ella en casa, me doy vuelta para continuar con mi cometido y largarme cuánto antes de aquí.

- ¿Qué estás haciendo? – se acerca para ponerse de frente a mí – Akane… ¡Akane, para ya! - me toma fuertemente de un brazo haciendo que suelte la mochila y la vea a los ojos… y ahí es cuando me quiebro, ya no sé cuántas lágrimas más pueda derramar.

-Suéltame Nabiki… ¡déjame! - le contesto aflojando su agarre y apartándome bruscamente, pero ella no me deja ir, se agacha hasta quedar a mi altura y me toma por lo hombros fuertemente.

-Akane…- intenta llamarme más calmada - ¿Qué sucedió?... ¿Por qué estás intentando huir? – me niego a contestarle y rehúyo su mirada, lo que hace que me apriete fuertemente - ¿Qué pasó con Ranma? ¡Creí que ya estaban juntos y que están bien! -

- ¡Bien?! – lo que me dice me descoloca y hace que suelte una risa sarcástica, después de todo ella sí estaba al tanto de lo nuestro - ¡Tan bien que decidió que estaba mejor con Shampoo! – suelto gritando y pronto los sollozos vuelven a mí con intensidad.

- ¿Con Shampoo? – pregunta confundida - ¿Cómo que con Sh…? -

- ¡Sí! ¡Con Shampoo! ¡Los encontré en la biblioteca casi teniendo relaciones, Nabiki! - mi hermana me mira atónita y me suelta de la impresión, acción que aprovecho para seguir guardando mis cosas.

-Akane estás segura qu…-

- ¡Sí!... yo los vi… ellos…- de pronto freno mi cometido y me siento en el piso derrotada por unos momentos – debí haber sabido que para él fue un simple juego…-

Nabiki no me dice más nada, pero me mira fijamente examinándome, ahora su silencio me incomoda - ¿Qué harás? No podrás huir para siempre…-

-Eso lo sé… pero ahora no… no puedo- me levanto, tomo la mochila con las pocas pertenencias que pude guardar y me la calzo a los hombros, dispuesta a marcharme.

-Ranma te buscará…- la certeza de esas palabras hacen que mi determinación flaquee brevemente.

-Que lo intente… no me encontrará- me dirijo a la venta y cuando estoy a punto de salir me detengo y volteo para ver a mi hermana una última vez para mentirle, mentirle como nunca lo he hecho porque sé que es la única manera- volveré…-

-Más te vale…-

Y sin más, me deslizo por la ventana hacia la oscuridad de la noche para perderme en su silencio.

FIN FLASHBACK

….

ACTUALIDAD: Sapporo, Hokkaido

Mientras miro el mar desde mi posición en esta solitaria roca y siento cómo los rayos del sol comienzan a calentar mi piel, pienso que esa fue la última vez que pise las calles de mi hermosa Nerima. No quiero, pero es inevitable que los recuerdos vuelvan a mí con intensidad.

Luego de haber salido corriendo del Dojo me dirigí hacia el bosque para evitar que pudieran seguir mi rastro y dieran conmigo. Recuerdo que anduve toda la noche, entre el frío, el hambre, el cansancio… la soledad, el dolor y la angustia, pero no podía parar. Recién me permití un descanso cuando llegué a un pequeño poblado. Allí descansé un par de horas, me acicalé, comí, pero en seguida volví a reanudar la marcha. No podía estar segura si mi padre o él me habían seguido, sólo sabía que debía alejarme cuanto antes.

Así estuve viajando durante un mes, siempre alejada de las ciudades, de la carretera, solamente atravesaba los bosques para ocultarme de todo y ocultarme de mi misma. Al principio había podido rentar pequeñas habitaciones las primeras noches y pagar un plato de comida caliente en los pueblos que ocasionalmente iba encontrando en el camino, sabía que yo no podía cocinarme nada y no podía arriesgarme a enfermar. Pero luego ya no pude solventar el gasto y comencé a dormir a la intemperie en una pequeña bolsa de dormir que fui capaz de conseguir. El hambre, el frío, la lluvia, el sol… el hambre ¿Ya lo dije? Comenzaron a ocasionar estragos en mí, el dinero comenzó a faltarme y la situación se tornó muy complicada. Fue un mes realmente difícil que puso a prueba todo mi entrenamiento, mi cordura, mi salud. No tenía la menor idea de a dónde estaba, pero me obligaba a avanzar todos los días, sin saber hacia dónde, solo avanzar.

A veces explotaba de dolor y gritaba sola en el medio del bosque, a veces solo lloraba mientras caminaba, a veces solo caminaba con la mente completamente en blanco. Cuando me quedé sin dinero, sin comida y sin agua, seguí caminando durante dos días más, hasta que ya no pude más, caí rendida en un claro y allí me quedé, desplomada en la fina hierba sin ganas de nada más. Estaba dispuesta a aceptar la muerte como una maldita cobarde, ya no tenía más fuerzas para luchar ni para seguir viviendo, solo quería irme y dejar de vivir esta horrorosa realidad, quería ser invisible, y con ese sentimiento me desmayé, recuero que lo último que vi antes de desvanecerme fueron un par de ojos azules que me miraban con reproche.

Desperté increíblemente a los pocos días confundida y mareada en una casa completamente desconocida. Resulta que había sido rescatada por alguien que de casualidad estaba pasando por donde me encontraba. Ese alguien, un joven apuesto de pelo castaño y ojos de color verde, no dudó en salvarme la vida y desde ese entonces, desde que lo conocí, se ha convertido realmente en una de las personas más importantes para mí, y le voy a estar eternamente agradecida lo que hizo por mí.

Su nombre es Hiro Higurashi, es 5 años más grande que yo y también es un artista marcial. Ese día se encontraba haciendo su rutina matutina cuando me encontró. Él me curó, me alimentó y cuidó de mí hasta que pude reponerme. Al principio cuando me preguntaba qué me había pasado y el porqué de mi estado yo no le respondía, trataba de hablarle poco de lo acontecido ya que era alguien que apenas conocía a pesar de que había salvado mi vida, pero conforme pasaban los días comencé a sentirme tranquila a su alrededor y le confesé que había escapado de mi hogar. Lógicamente me preguntó por mi familia y quiso que me pusiera en contacto, pero me negué rotundamente así que le conté mi historia, le conté la razón de mi huida sin entrar en muchos detalles y le dije que quería empezar de cero una nueva vida. Sin saberlo, había llegado hasta un bosque lindante a la ciudad de Sapporo en Hokkaido, de donde él era oriundo.

Hiro era dueño de un Dojo de artes marciales y se dedicaba a enseñar su arte. No tenía familia ya que era hijo único y sus padres habían muerto hacía tiempo, vivía solo en una gran casa de una sola planta que albergaba también a su Dojo familar. Para mi sorpresa se ofreció a darme alojamiento en su casa alegando que tenía espacio de sobra y que no le vendría mal la compañía, al menos hasta que yo pudiera ordenar mis ideas y decidiera qué hacer. Acepté porque algo en él me transmitió paz, no parecía ser una mala persona y decidí finalmente quedarme… Parecerá raro cómo es que confié tan deprisa en un completo extraño, pero Hiro tenía un aura que me brindaba calidez y tranquilidad, algo que hacía mucho no sentía. Al poco tiempo le confesé que también era artista marcial y sensei del estilo libre Tendo, así que cuando le hice una demostración de mis conocimientos sin pensarlo me ofreció un puesto de maestra en su Dojo, realmente no podía estar más agradecida con él.

Desde entonces Hiro y yo hemos entrenado juntos algunas veces, compartiendo conocimientos, enseñando a los alumnos en su Dojo, y nos hemos vuelto vueltos amigos, compañeros que se acompañan para no sentir la soledad… se ha convertido en alguien especial para mí, un puerto seguro al cual volver todos los días y sin duda su apoyo constante ha sido fundamental para mi recuperación… pero no puedo decir que he sanado, mi corazón aún se encuentra partido al medio.

A los pocos meses por supuesto le conté de Ranma, de mi vida en Nerima, de las locas aventuras que había vivido, de mis sentimientos y de aquella fatídica noche. Hiro me escuchó atento y me brindó su calidez para que yo pudiera desahogarme, realmente no sé qué hice para haberme topado con una persona tan bondadosa como él. Ese día fue la primera vez que pude mandar una carta a casa 3 meses luego de haberme marchado, pude decirle a mi familia que estaba bien y que no se preocuparan por mí, por supuesto haciendo trampa para que no pudieran localizar desde dónde salía la carta. Después de eso, se convirtió en costumbre escribirles cada tanto para que al menos supieran que yo estaba bien, aunque nunca pudiera recibir respuesta.

- ¡Akane! – la voz de Hiro me saca de mis pensamientos, me giro y veo que viene trotando hacia mí por la playa – Aquí estas… - me dice aliviado cuando llega hasta mí. Si bien suelo salir a trotar sola todas las mañanas, hay veces en que nos topamos en el camino cuando volvemos al Dojo para comenzar la jornada laboral.

-Buen día Hiro… – le digo mientras bajo de la piedra y él nota enseguida el tono de mi voz.

-Por eso vine a buscarte, sabía que ibas a estar así – me dice mientras toma una de mis manos y me arrastra para que comience a caminar junto a él, sé que sabe qué día es –Hoy dejo que entrenes al grupo masculino de la clase de las 5, ¿Qué dices? así te distraes-

Lo miro a los ojos y por un segundo, solo un segundo, me olvido de mi dolor… Hiro a veces tiene esa capacidad – Ni loca… ya sabes que no tolero a los babosos- le contesto enfurecida logrando que lance una carcajada.

-Vamos Tendo, sólo era una broma- me dice divertido.

Lo miro con los ojos entrecerrados, él sabe que no me gusta que diga en voz alta mi apellido, y me suelto de su agarre mirando para todos lados, también para evitar su contacto.

-Akane, aquí no hay nadie – me dice mientras señala alrededor y es verdad, es temprano y hay solo unas pocas almas en la playa y en la calle a esa hora.

-No importa, nunca se puede estar seguro- le digo gravemente- y menos después de tu ya sabes qué…-susurro recordando el día que pensé que volvería a morir.

FLASHBACK: Sapporo, Hokkaido (2 años atrás)

El día había resultado bastante tranquilo, me encontraba limpiando y haciendo algunos quehaceres en la casa mientras tenía prendido el televisor para escuchar las noticias de fondo. Hiro se encontraba cocinando, había aprendido no de la mejor manera que si no quería morir envenenado debía encargarse de la cocina. Así es que yo me encargaba de limpiar, después de todo debía agradecerle que me había dado alojamiento, trabajo y comida. Pero no todo podía permanecer estable y pacífico, no…

Como si fuera una mala broma del destino, mi cuerpo entero se paralizó y mi corazón se salteó al menos 3 latidos cuando vi lo que estaban anunciado en las noticias. Solté todos los artículos que llevaba conmigo cuando lo vi… el rostro de Ranma Saotome estaba por todos lados… se decía que era la nueva promesa local de artes marciales que había pasado las regionales e iba a competir por el campeonato nacional. Me vi totalmente idiotizada viendo sus ojos azules que brillaban mientras mostraban uno de sus últimos enfrentamientos y mi corazón volvió a latir frenéticamente como una tonta adolescente enamorada… ahí fue cuando supe que nunca lo había superado y que jamás iba a poder dejar de amar al hombre que rompió mi corazón. Se veía más alto, más fornido y sin duda más apuesto de lo que lo recordaba. La prensa se encontraba maravillada con la habilidad marcial de mi ex prometido, eso claramente no me extrañó, pero si bien la noticia ya me había impactado, lo que sí no esperaba era que dijeran que se encontraba representando al Dojo Tendo. Los periodistas decían que era sensei del Dojo más famoso de Nerima, incluso rumoreaban que había asumido el mando después de que su heredera y prometida, Akane Tendo, había huido de su hogar… cuando vi eso mi rostro palideció y sentí que perdía la conciencia, pero nunca llegué a tocar el piso porque unos fuertes brazos lo evitaron.

FIN FLASHBACK

Luego de ese golpe fatídico que recibí aquel día, Ranma ganó el campeonato nacional y se condecoró como uno de los artistas marciales más famosos de Japón, por lo que me acostumbré, muy a mi pesar, a verlo seguido en la tele y a ver sus peleas, Hiro también tomo la costumbre de verlas conmigo. Siempre aparecía con el semblante serio, con mirada fiera y nunca sonreía a las cámaras, jamás brindaba entrevistas ni se dejaba interrogar. Por fortuna, los medios nunca habían difundido mi foto y por suerte ningún miembro de mi familia salía a hablar tampoco, por lo que nunca pude enterarme de más nada, ya que yo no había llamado ni una vez a casa, solo enviaba las cartas informando que me encontraba bien. Menos mal que cuando decidí quedarme y enseñar en el Dojo Higurashi en ningún momento había brindado mi apellido a mis alumnos, así le había pedido a Hiro cuando me acogió, quería mantener mi identidad al margen y él me había introducido como una familiar lejana.

En éstos 3 años transcurridos nunca pude deshacerme de mis sentimientos por Saotome, si bien lo quise odiar muchas veces, lo insulté muchas veces, jamás pude olvidarme de él y su recuerdo me perseguía en sueños. Tampoco ayudaba la popularidad que él había ganado en los medios, y como siempre participaba en todos los torneos por más pequeños que fueran, terminaba torturándome a mí misma al observarlo en la pantalla. Siempre me preguntaba qué había sido de él y de Shampoo, siempre me preguntaba por qué aún seguía estando con mi familia; porque estaba segura que Nabiki les había contado la verdad, pero sin embargo Ranma seguía con ellos como si nada, como si no hubiese pasado lo que pasó, como si nada hubiera cambiado. Era una duda que me carcomía, pero yo aún no estaba lista para afrontar nada, vivía una vida en suspenso concentrada solamente en el presente sin pensar en el futuro. Para colmo de males, otros personajes de mi pasado habían comenzado a figurar en los medios, trayéndome dolores de cabeza e imposibilitándome aún más el olvidar… Ryoga había comenzado a competir (él no me preocupaba, de hecho, me alegraba de verlo) y Shampoo… Shampoo había comenzado a participar en la categoría femenina de los torneos nacionales y yo tenía ganas de vomitar cada vez que la veía en la tele…

Mientras una vez más me pierdo en mis pensamientos, Hiro no volvió a decirme nada en todo el trayecto de vuelta y continuamos caminando en silencio por las calles de la ciudad. Los negocios ya habían comenzado a abrir, la gente ya se estaba movilizando hacia sus trabajos o a estudiar, pero yo me encontraba absolutamente perdida… a veces todo era demasiado para soportar. De pronto, lo siento tensarse a mi lado.

- ¿Cuándo vas a volver a reclamar lo que te pertenece? - Hiro se detiene a mi lado para enfrentarme y verme con una expresión seria – Sé que es aún es difícil Akane pero, es el Dojo de tu familia… por más que Saotome lo represente, tienes derecho de volver y retarlo, reclamarlo… él ya no tienen ningún derecho de estar allí -

Ruedo los ojos molesta ante su comentario y me doy cuenta que ya habíamos llegado al Dojo Higurashi. Tan ensimismada estaba en mis pensamientos que no me había percatado. No me gusta cada vez que discutimos éste tema, últimamente a Hiro se le dio por querer convencerme de que tengo que volver, que no puedo seguir más así, que nunca voy a sanar si no enfrento mi pasado.

-Hiro, no otra vez con eso… sabes bien que aún no puedo-

El me mira intensamente y se acerca hacia mí, casi invadiendo mi espacio personal, para acariciar una de mis mejillas con su mano, lo que hace que jadee nerviosa… hacía tiempo que no tenía ese tipo de acercamiento conmigo...

FLASHBACK: Sapporo, Hokkaido (1 año atrás)

Habíamos salido de viaje de entrenamiento a las montañas para poner en práctica algunas nuevas técnicas que habíamos adquirido. Hiro había resultado ser un artista marcial excelente y yo había notado una mejoría desde que había comenzado a entrenar con él. Nos complementábamos muy bien al hacerlo y es por eso que cada tanto hacíamos éstas escapadas, aunque… jamás logré tal grado de compenetración como cuando Ranma y yo entrenábamos juntos… el sólo recuerdo hace que me piquen las manos. No obstante, Hiro y yo nos habíamos vuelto unidos, no puedo negar que a veces me siento confundida por su cercanía, pero cada vez que intento verlo con otros ojos siento un bloqueo enorme que me impide avanzar, siento algo que me retiene y yo sé muy bien qué es, después de todo estoy rota y probablemente nunca pueda volver a funcionar.

Nos encontrábamos enfrascados en una pelea, cuerpo a cuerpo, eso era algo también por lo que le estaba agradecida, no tenía miedo de luchar conmigo y pelear en serio, si debía golpearme lo hacía y me trataba como un igual. En una de esas, un gancho poderoso conectó con mi costado y salí despedida por los aires para aterrizar en el suelo a unos metros. Dolorida como estaba logré sentarme y ya lo tenía a Hiro al lado mío brindándome su mano para ayudarme a levantar.

-Te has vuelto fuerte Akane, tendré que cuidarme bien la espalda-me dice con un tono alegre, yo tomo su mano y él hace fuerza para levantarme.

De un jalón me pongo de pie, pero me levanté tan de prisa que terminé chocando con su pecho, y él me envolvió con sus brazos por mi cintura para evitar que volviera a caer. Nuestras miradas se cruzaron y nos quedamos paralizados, era la primera vez que teníamos un contacto de este tipo. Yo sospechaba que él sentía algo por mí, después de todo nos habíamos vuelto inseparables, pero realmente estaba confundida… me sentía como si estuviese traicionando la memoria de Ranma por más estúpido que eso sonara. Pero en ese momento Hiro tenía clavada en mí una mirada verde muy expresiva y deseosa que por un momento me olvidé de todo y me concentré en sus ojos. De pronto, veo que mira mis labios y comienza a acercarse a mí. Yo comencé a dudar, pero no puedo negar que me sentía algo atraída por él así que lo dejé… dejé que se acercara y que posara sus labios en los míos. El contacto fue cálido, dulce y por un momento me perdí, cerré mis ojos con fuerza y me entregué. Pero cuando él profundizó el beso, buscando mi lengua con la suya, mi mente me traicionó y lo vi… vi a Ranma besándome, vi al hombre que aún amaba con cada poro y soñaba cada noche reclamando mis labios nuevamente… y ya no era a Hiro a quien estaba besando, era a él… siempre fue él. Mientras lágrimas se escapaban de mis ojos, no pude evitar lo que sucedió…

-Ranma…- cuando mis labios lo soltaron contra mi voluntad ya había sido tarde y eso fue suficiente para que Hiro se apartara de mí tan rápido como si quemara.

-Perdóname… no quise forzarte…- me dijo con un hilo de voz evitando mi mirada, aunque pude sentir tristeza e impotencia en su aura

– No, Hiro… perdóname a mí, no fue mi intención… es que aún…- escondí mi rostro en mis manos mientras un incontenible llanto me azotaba, realmente no había querido lastimarlo, pero no había podido evitarlo… amaba aún a Ranma después de todo y no podía apartarlo de mis pensamientos – Por favor Hiro, perdóname… no sé si algún día pueda olvidarlo…-

Hiro dudó, pero se acercó a mí y me abrazó, y yo me dejé abrazar. No me creía merecedora de su amistad, tenía un corazón muy bondadoso y yo había sido muy ruin con él y la culpa me carcomía.

-Esperaré Akane… hasta que estés lista…-

Y sus palabras me dejaron con un sabor amargo en la boca.

FIN FLASHBACK

Me revolví nerviosa, pero evité apartarme de su contacto, no quería volver a lastimarlo. Lo cierto es que después de aquel día supe que por más que Hiro me resultaba atractivo no iba a poder verlo con otros ojos más que como un gran amigo, incluso a veces como un hermano mayor… jamás iba a poder verlo de otra forma. No habíamos vuelto a hablar del tema y él no había vuelto a insistir, por más que a veces se tomaba ciertas libertades como algún que otro roce.

-Akane, tienes que volver… y yo te acompañaré…-

Rehuí su mirada – Hiro no cre qu…- iba a replicarle cuando una conocida voz interrumpió mis pensamientos.

-Vaya hermanita, veo que no has perdido el tiempo…-

Me aparto de Hiro y me doy vuelta atónita, con mil sensaciones recorriendo todo mi cuerpo, como si me hubiese despertado de un gran letargo, como si el pasado hubiese golpeado a mi puerta sin pedir permiso. Y ahí estaba ella, con una gran sonrisa pícara en sus labios, como si el tiempo no hubiese transcurrido.

-Na… ¿Nabiki?!-

….

¡Hola a todos! Aquí les traigo el tercer capítulo de mi historia. Ya sé, muy largo, muchas explicaciones y poco diálogo. Me disculpo por eso, pero quería detallar lo mejor posible lo que había sido de Akane en estos 3 años e introducir como corresponde la presencia de Hiro, que fue fundamental para su recuperación y que tanta confusión le causó. No fue nunca mi intención detenerme en los 3 años que vivió apartada de todos, pero comprender lo que había vivido y mostrar dónde está ahora era necesario para lo que sigue. ¿Qué les pareció? ¿Se lo esperaban? Finalmente, después de tanta ausencia, el pasado la encuentra y la aparición de Nabiki, que también es central, será el detonante para que Ranma y Akane se reencuentren. ¿Se desvelará después de todo lo que pasó? Hago una aclaración: esta historia está ubicada en la línea de tiempo original, los años 80, por lo que no existe internet, ni celulares ni nada que pudiera hacer que se encuentren o se busquen de otra forma.

Quiero aprovechar nuevamente para agradecer los likes y los comentarios que me dejaron, ¡ojalá este capítulo también les haya gustado!

Sin más, ¡nos leemos próximamente! ¡Saludos!