Todos los personajes son de la serie Boku No Hero Academia (My Hero Academia) del mangaka Kōhei Horikoshi. Esta historia sólo utiliza los nombres de los personajes para entretenimiento sin fines de lucro.
— Bueno, creo que no podrá ser — Concluyó Uraraka cuando se percató que su idea de chupar el miembro masculino de su profesor en plena vía pública dejaría de ser factible.
— En esta ocasión. — La mirada de Bakugou tenía un brillo que la hizo salivar. Él estaba dispuesto a repetir sus encuentros.
Uraraka de nuevo salió del auto con su ayuda y apenas colocó los dos pies fuera de éste, recibió una nalgada que la hizo tener que sostenerse con el marco de la puerta, él tenía la mano dura, sin embargo no sintió un ardor incomodo, sino uno que le hizo encender todas sus terminaciones nerviosas.
— Adelante — Habló él rasposamente mientras le indicaba que subiese a las escaleras que daban para la habitación, ella entendió que tenía que subir primero para darle una buena vista de su trasero, y vaya que se encargaría de hacerlo mientras subía las escaleras de manera lenta y ligeramente exagerada.
Su maestro le dio tiempo de subir mientras admiraba la vista y ella quedó perpleja cuando entró a la habitación, ella ya había estado en una habitación de motel antes, pero ninguna con semejantes aditamentos a su disposición.
Había una gran cama con una cabecera que presumía luces que cambiaban de color, y la orilla del techo también tenía luces que también cambiaban, sólo podían ser las orillas porque todo el techo estaba lleno de espejos.
Se encontraba también uno de los típicos sillones con curvas en color rojo, y si bien la zona del baño era privada, la regadera era una suiza con paredes traslucidas hacia la cama, tenía un banquito, y al parecer también tenía luces variadas.
Decir que la habitación la intimidó sería poco.
— ¿Qué tal? — Preguntó Bakugou a sus espaldas mientras la tomaba de la cadera y la acercaba a su pelvis, ella sintió un bulto creciente.
— Me gusta — Intentó sonar tranquila. — Es muy colorid… — No terminó de decir la oración, su maestro comenzó a besarle el cuello mientras desfajaba su blusa con una mano para poder acercarse a sus pechos, el contraste entre su piel cálida con la suya fría le erizó la piel de una forma muy sensual — Ohh — Fue lo que pudo responder mientras cerraba los ojos.
Bakugou detuvo sus movimientos cuando logró apretarle un pezón.
— Muy bien, pon música mientras me preparo, no tardo. — Dijo y la soltó para ir hacia el baño. Uraraka se giró al verlo y descubrió que llevaba una pequeña maleta a su costado.
Sus piernas temblaron.
Se dirigió hacia la televisión Smart tv y a lado de ésta se encontraba un sistema de sonido, podía reproducir su música a través de bluetooth o por cable, como ella no tenía el segundo, optó por conectarse en la primera opción, y mientras se hacía la conexión, ella comenzó a dudar ¿Qué música le gustaría a él? Era obvio que sus gustos musicales variaban entre la generación de él y la suya.
Se sintió un poco culpable al usar el Spotify grupal de la oficina en la que trabajaba y se sonrojó cuando eligió poner la lista de reproducción favorita de Izuku, su mejor amigo. Él era fanático de la música noventera, la ponía siempre que podía, así que ella la conocía bien, y seguramente Bakugou igual.
Se disculpó mentalmente con su amigo por utilizar su playlist para fines sexuales pero era la única idea que tenía, Bakugou comenzó a tatarear en el baño, perfecto.
La música se detuvo por un instante cuando recibió una llamada, era de su madre, pero la canceló inmediatamente, no era que fuese grosera, ambas tenían un lenguaje, y el cancelar una llamada estaba permitido si enviaba un mensaje que decía que estaba ocupada y regresaría la llamada en cuanto estuviese libre.
Lo bueno que podía calificarse de "ocupada" cuando tenía que escuchar los chismes que Aoyama proveía en las cenas.
Envió el mensaje aun con la música puesta y entonces sintió como Bakugou salía del baño.
— ¿Lista?
Ella bajó el celular.
— Sí.
Él de nuevo se acercó para besarla y con una rodilla comenzó a separar sus piernas, Uraraka no sabía dónde poner sus manos, por lo que las dejó apoyadas en el mueble donde estaba su celular, fue una fantástica idea, porque Bakugou comenzó a controlar la situación de una forma muy rápida.
Sus besos eran calientes y firmes, nada tímidos, le besaba los labios mientras le daba pequeñas mordidas a éstos y sus manos comenzaron a bajar había sus caderas. Ella muy apenas podía soportarle el ritmo, no sabía cómo él podía respirar aun besándola de aquella forma, pero incluso la falta de aire era excitante.
— Esto no está molestando un poco — Dijo en señal de las medias, y entonces ella obediente comenzó a bajarlas. Se tuvieron que separar, el quitarse las medias también incluía despedirse de los botines. Adiós al outfit perfecto que había ideado. — Muy bien, ahora no seas tímida, tócame.
Uraraka sintió como una atadura era liberada, estaba tensa a pesar de sus besos, pero cuando tuvo su permiso directo de tocarlo, una nueva experiencia golpeó su interior: Su cuerpo era fornido, podía sentir sus músculos a través de la tela, y a pesar de que sentía que él también estaba caliente, sus manos seguían siendo frías y le seguían causando escalofríos.
La rodilla de él volvió a separarle las piernas y volvió a su sesión de besos, cuando ella colocó sus manos en sus hombros y después a sus pectorales, comenzó a suspirar con sonoridad.
— Vamos a la cama — Indicó él mientras la giraba, ella no opuso resistencia, estaba comenzando a tocar el cielo. Ella cayó primero en la cama boca arriba y se apoyó en sus codos para ver como él comenzaba a desabrocharse el cinturón de su pantalón. — Si sientes que estoy siendo muy rudo dímelo.
— Sí — Contestó, y para mostrar su seguridad, ella misma se quitó el suéter que portaba.
Bakugou se detuvo un momento para admirarla, su brasier formaba parte del conjunto de lencería que ella portaba. Todo era de color negro con listones que acentuaban su figura, y como la falda de ella estaba arrugada, daba una vista que lo desconcentró por un momento.
— Que bonita.
Ella sonrió mientras se levantaba un poquito más la falda al mismo tiempo que separaba más las piernas para dar una buena vista de sus pantaletas. En vez de preguntarle ¿Te gusta? Simplemente le guiñó el ojo.
Bakugou al ver la escena tan sensual se acercó a ella para volverla a besar, solo que con la diferencia de que no permitió que volviera a cerrar las piernas, ya que hábilmente comenzó a acariciar su zona aun con la tela acomodada hacia un lado.
Uraraka por fin entendió lo que estaba a punto de hacer cuando sintió sus dedos jugueteando por su clítoris. Sus suspiros comenzaban a convertirse en gemidos, y a pesar de ser bajos, sabía que él los escuchaba. Sí, mil veces sí, lo que estaba viviendo era mucho mejor que sus fantasías, no iba a dejar que nada los interrumpiese.
Mientras la mano de él seguía con su monte venus, los besos de él comenzaron a bajar hasta su pecho, donde con solo su boca logró bajar el brasier que llevaba para comenzarle a besar, lamer y morder los pezones.
Su piel estaba totalmente erizada, él aún seguía vestido pero ya podría jurar que ese sería el mejor polvo de su vida. Ya no sólo estaba acariciando su clítoris, sino que también había introducido un dedo en ella, ah, se sentía tan bien, los movimientos estaban perfectamente sincronizados.
— ¡Ah! — Soltó cuando él la mordió con mucha más fuerza. Pero él no se separó, su exclamación fue de placer, no de dolor.
— Estás sumamente húmeda — Le dijo mientras se alejaba de sus pechos y quitaba su mano. Ella sintió como su cuerpo quería seguir recibiendo sus caricias, porque sentía que su zona estaba temblando. — Mira.
En eso le enseñó el dedo que había introducido, estaba húmedo y se veía un líquido brillante que lo empapaba.
Sin siquiera ponerse de acuerdo, Uraraka se acomodó para abrir la boca y chupar el dedo. Bakugou se congeló por un segundo.
— ¿Te gusta eso? — Le preguntó con una sonrisa, mientras ella seguía chupando sus propios líquidos a través de su mano, estaba sonrojada, pero algo que la prendía era tener algo en la boca. Asintió sin dejar de hacer lo que hacía.
Entonces Bakugou la recostó sobre las almohadas mientras la provocaba con su mano intentando salir, al mismo tiempo que le acariciaba los labios y parte de la cara. Uraraka comenzó a salivar con mayor fuerza al mismo tiempo que aceptaba introducir dos dedos a su boca.
— Que sucia. — Le susurró su profesor, y después le plantó una mordida en el lóbulo de la oreja. — Sucia y bonita.
Ella, sintiendo su cuerpo estremecer, tomó lo poco que le quedaba de cordura y le quitó la mano.
— Profesor — Decidió jugar, y descubrió que ni siquiera había requerido fingir la voz, su estado libidinoso se la estaba proveyendo. — ¿No quiere ver algo más sucio que sus dedos en mi boca?
Él sonrió, ella sintiendo un poco de control sobre la situación decidió aprovechar para girarlo y colocarlo a él sobre la cama con ella encima. Tal vez no tenía mucha experiencia, pero sabía que algo que a los hombres les prendía era que ella tomara iniciativa.
Una vez él acostado, comenzó a besarlo mientras le desabrochaba la camisa, era un proceso lento, pero estaba segura que él sufría mucho más que ella, besó sus labios, bajó a su cuello, después a su pecho y terminó en el cierre de su pantalón, agradeció puramente el hecho de que él ya se había quitado el cinto, ya que bajó el pantalón y el bóxer al mismo tiempo.
Un pene de tamaño considerable salió listo para sus atenciones.
— ¿Le gusta profesor? — Siguió en su papel — ¿Le gusta que lo mire? ¿O prefiere que lo lama?
No le dio oportunidad de contestar, comenzó a lamer su virilidad mientras aprovechaba toda la saliva extra que su boca ofrecía, le dedicó una mirada a Bakugou y notó que estaba sonrojado. Aun sosteniéndole la mirada introdujo el inicio de su pene intentando darle una escena erótica.
De verdad disfrutaba de tenerlo en su boca, subía y bajaba intentando hacerlo lento más no podía, con cada caricia se estaba desesperando, el hecho de que ya estuviese con Bakugou en ese momento le hacía querer hacer de todo con él, le gustaba el sexo oral, pero sabía que haría unas cosas aún mejores cuando terminara aquello.
Se lo metió lo más que pudo hasta la garganta, no tan al fondo para vomitar, pero si lo suficiente para que él exclamara un sonido de placer.
Repitió el movimiento mientras acariciaba sus testículos, era algo difícil, pero los suspiros de Bakugou la motivaban, él estaba disfrutando de eso tanto como ella.
Se limpió la boca y se enderezó para indicar que había acabado, él también se enderezó para quitarle el brasier de forma brusca y le quitó la falda y la tanga, estaba totalmente desnuda a su merced.
— Te has sacado un cien — Le dijo al oído cuando la ropa cayó, ella disfrutó mucho el roce de su piel desnuda contra la de él. — Debo de premiarte.
— ¿Premiarte? — Preguntó cuándo él se alejó por un momento.
— Con algo que te gustará mucho.
En la amplia cama Bakugou la acomodó para que se colocara sobre sus rodillas, en cuatro, Uraraka se acomodó lo mejor que pudo dándose una idea de lo que iba a pasar. Estando así él podría acariciar sus pechos, jalarle el cabello y nalguearla, sin embargo esas ideas quedaron atrás cuando él la penetró, y mientras él comenzaba sus vaivenes, algo comenzó a vibrar.
Gritó al sentir el movimiento inesperado, eso motivó a Bakugou a que repitiera los movimientos con más fuerza, y ella sabía que si estuviera en un hentai, sus pupilas tendrían forma de corazones ¿O eran iris? Ya no recordaba.
Por tanto placer tardó en adivinar que él llevaba un anillo vibrador, que le causaba placer a ambos. Nunca lo había usado, pero ahora comprendía porque se manejaba semejante producto, ¡Era fascinante!
Sentía como todo el miembro de él entraba sin ninguna dificultad, ella estaba dispuesto a recibirlo, y lo recibía con gemidos y movimientos de placer, su espalda se arqueaba más y más y ella sólo quería seguir sintiéndolo dentro.
Se atrevió a voltear un poco pero él no la dejó, le jaló el cabello para que se volviera a acomodar y ella obedeció, no sabía que era tan masoquista hasta ese momento, aunque con el ritmo de él cualquiera quedaría tendida a sus pies, o en cuatro.
— ¿Te gusta? — Le preguntó él entre jadeos, ella asintió mientras sentía como la saliva luchaba por salir de sus glándulas, era difícil asentir cuando él aun la tenía sujeta, pero entendió el gesto. Bakugou entonces aprovechó para soltarle el cabello y bajó su mano hacia sus pechos y comenzó a darles pequeños golpes que endurecían sus pezones más de la cuenta. Uraraka comenzó a sentir que sus paredes se encogían, si seguía así tendría un orgasmo pronto.
— Déjame ir arriba — Le pidió mientras luchaba por no juntar sus piernas, todo su cuerpo palpitaba y sudaba, estaba en un estado de éxtasis que hace mucho lo llegaba.
— Como ordenes, adoro las buenas vistas.
Volvieron a cambiar de posición, Bakugou se acostó boca arriba y ella se sostuvo sólo con el equilibro de sus piernas, así podía sentirlo más a él, y entonces se inclinó para apoyarse con sus manos en el pecho de él, con eso consiguió dos cosas; primero, sentir las vibraciones hasta su abdomen, y segunda… que él pusiera sus brazos más hacia delante para comenzar a chupar sus pechos de nueva cuenta.
Sus gemidos eran sonoros, sentía la cara enrojecida y sabía que estaba poniendo una cara de dolor, aunque en realidad estuviese un placer exquisito, sus caderas se trababan porque el placer era demasiado, pero él la ayudaba moviéndose un poco también.
La posición duró poco, estaba corriéndose en ese mismo instante.
— Aprietas mucho. — Dijo Bakugou al ver que ella se había detenido. — Pero ahora que estás sensible, creo que podremos usar algo más.
La tumbó para que ambos quedaran acostados, Uraraka soltó un "¡No!" cuando él se apartó, pero la colocó del lado mientras él se posicionaba en sus espaldas. Le levantó una pierna y de nuevo la penetró mientras hacía movimientos expertos con sus caderas.
— Ah, ah — Decía ella mientras su cuerpo se tensaba, usualmente en ese momento del sexo ella prefería alejarse para poder controlarse, pero Bakugou la estaba penetrando con mucha más rudeza, y cuando creyó que ya no podría más, él con su mano libre usó un segundo vibrador para ponerlo directo en su clítoris.
Ella grito mientras se controlaba por no dar una patada, él lo notó y la sujetó con las fuerza, ya no tenía conciencia de sí, todo estaba empañado y sentía que se orinaría en cualquier momento, las dos vibraciones la hacían sentir como una muñeca de trapo, él la estaba moviendo a su antojo y no podía quejarse porque era la mejor sensación en toda su vida.
Las penetraciones de Bakugou eran veloces, y estuvo a punto de gritar "¡Ya, ya! ¡Por favor ya!" pero entendió que él también estaba a punto de correrse. Miró hacia el techo y pudo ver la escena más gloriosa de todas, ella siendo follada por el profesor más guapo de su universidad.
Enserio había alcanzado el cielo esa noche.
Cuando sintió que estaba a punto de desmayarse él pareció terminar y entonces le soltó la pierna. Se quedaron un rato así juntos mientras controlaban su respiración, su vagina palpitaba con fuerza, y parecía que él también lo sentía porque no se había alejado de ella.
Pasaron un momento así mientras sus respiraciones volvían a regularizarse.
— Te veo — Dijo ella mientras volvía a mirar el techo.
— Yo también, pero prefiero la vista de tu trasero — Respondió él mientras retiraba su pene, aunque aun así siguieron en la misma posición, abrazados.
Pudieron haberse quedados dormidos así, de cucharita, de no ser porque la música se interrumpió de forma abrupta para anunciar una llamada entrante a su celular.
No sólo era una llamada, era una llamada que tenía un timbre en específico.
— Mamá — Susurró ella.
