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La madre de Hayleen Spilker había contado la historia de su nacimiento miles de veces. De hecho, era una que su hija pedía una y otra vez para reírse del caos que había generado al querer nacer tan repentinamente. Según Ladena Lichliter, su hermosa y amorosa madre, la enfermera la había mandado a su casa al mediodía, ya que supuestamente faltaba mucho para que el bebé naciera, y le había ordenado volver en dos horas. Hayleen había terminado naciendo a las dos de la tarde en su propia casa solo con la asistencia de la mejor amiga de su madre que había llegado a último momento, tras robarle el taxi a un pobre vecino desprevenido, para simplemente hacer el papel de atajarla en su desesperado intento de llegar a la vida.

Lo que ciertamente Ladena no mencionaba muy seguido, y especialmente a alguien que no sea su hija, es que además de haber sido un parto rápido y doloroso sin epidural, el postparto había sido uno de los momentos más preocupantes de su vida. Por supuesto, después no tardaron en llegar situaciones que fueron aún más aterradoras, como la Llamarada y el maldito virus que ella misma no había logrado detener.

Ciertamente lo que había sucedido esa tarde era un secreto fuertemente guardado entre la Dra. Alessa Jhonson, madre e hija. Ni siquiera Randall Spilker conocía detalles tan importantes sobre su heredera. Quizás en el fondo Ladena ya sabía que el padre de su bebé no era de confianza para ese trascendental asunto.

La historia había sido contada a la pequeña Lyn por su madre y su tía Alessa a muy corta edad porque sabían que ella no era como los otros niños, era mucho más inteligente y madura, más que capaz de guardar un secreto tan importante para su futuro.

El cinco de marzo, casi dos años antes de la Llamarada, Hayleen Spilker había venido al mundo con extrañas marcas en el cuerpo. Pronto su madre y su tía Alessa descubrieron que las manchas negras en su clavícula y cuello eran nombres de chicos. En ese momento ninguna de ellas entendía realmente lo que significaban pero sabían que no era normal y una sensación de horror y profunda preocupación se había asentado en Ladena para quedarse.

Pronto quedó demostrado que su madre tenía razón. Esas marcas no presagiaban nada bueno para el futuro de Lyn, había tomado la decisión correcta al ocultar las marcas de su esposo y todos los demás.

Lo que su mamá no sabía en ese momento era que desde hace menos de un año venían ocurriendo nacimientos de bebes con extrañas manchas negras en la piel. Era algo de lo que ciertamente los padres y familiares trataban de evitar hablar, no por lo misma razón que Ladena si no por temor a que algo esté mal con sus hijos.

La mayoría de esos bebes nacían con pequeños triángulos en la nuca que probablemente terminarían ocultos por el cabello. Sin embargo, había cuatro niños diferentes al resto, ya que sus marcas estaban colocadas en la muñeca derecha. Esos cuatro pequeños eran hijos de personas muy importantes e influyentes en el mundo normal, y aún más en el que surgió luego de la Llamarada. Se podría decir que esos padres y madres eran los dueños del mundo, si no fuera por sus constantes luchas por el poder y enemistad, y porque había dos personas muy influyentes que tenían igual o más poder que ellos, los padres de Hayleen. De lo que no hay duda es que estas personas influyentes habían terminado jugando roles importantes en el nuevo mundo, ya sea como políticos, científicos o empresarios dueños de recursos de suma importancia para sobrevivir.

Ladena Lichliter había sido una política importante pero había renunciado poco después de que comenzaran los primeros casos del virus letal. Aún hoy en día la perseguía la reunión que había dado como resultado el surgimiento de los Cranks. A pesar de que ella había hecho lo posible para evitarlo y había votado en contra, el haber estado presente durante el deliberado surgimiento de la catástrofe mundial la carcomía. Terminó dedicándose con más intensidad a las empresas de las que era dueña, en las que tenía prácticamente el monopolio del agua de todo el planeta.

Un caso similar era el del padre de Hayleen. Randall formaba parte del mismo consejo que su madre, eran compañeros de trabajo y ella le había enviado varios mails angustiada por lo sucedido a pesar de que en ese momento ya estaban divorciados. Su padre había votado en contra también pero por motivos más egoístas, ciertamente sus empresas se veían beneficiadas con lo ocurrido en la Llamarada y no le traía ningún beneficio asesinar en masa. El caos epidemiológico que surgió con el virus no lo perjudicó tampoco, probablemente hasta eliminó varios competidores, pero si le generó un sentimiento de culpabilidad que lo llevó a trabajar con CRUEL.

En los años que siguieron al surgimiento del virus fueron investigando y descubriendo cada vez más cosas que los llevarían a una cura, entre eso la existencia de los Inmunes. Todos los padres con niños pequeños afiliados a CRUEL o personas interesadas en saber si su hijo sobreviviría a la enfermedad mortal, permitían que los científicos de la organización analicen la sangre de sus hijos para obtener un resultado. Así fue como pronto descubrieron la peculiaridad genética de esos cuatro chicos con un triángulo en la muñeca. De hecho todos los niños marcados eran inmunes pero los otros cuatro no solo lo eran, sino que también eran genéticamente perfectos.

A lo largo de los años, mediante métodos que es mejor no explicar, CRUEL fue obteniendo a todos los niños marcados bajo su custodia y fue descubriendo otros niños inmunes que no tenían ninguna mancha triangular en el cuerpo. Ladena había recibido ayuda de su mejor amiga Alessa para analizar la sangre de su hija en secreto. Los resultados concordaban con los de esos cuatro niños, inmunidad y perfección genética.

Para el momento en que eso había ocurrido su madre ya sospechaba de los resultados y ya sabía la razón de las marcas. En una de las reuniones posteriores al surgimiento del virus había escuchado la conversación entre dos compañeros de trabajo, la política Katie McVoy, principal culpable del desastre mundial y muerta debido a sus propios errores, y Kevin Anderson, futuro ministro de CRUEL. Durante esa charla que había llegado a escuchar descubrió que los hijos de estos dos tenían marcas triangulares en la muñeca y se llamaban Minho y Newt, nombres que manchaban la piel de su propia hija. Luego hablando con conocidos y utilizando su habilidad política logró descubrir que muchos niños habían nacido con triángulos en la nuca y que solo había otros dos niños con marcas en la muñeca, Ladena apostaría su vida a que los nombres de ese par eran Thomas y Gally.

La madre de Lyn nunca había sido muy supersticiosa pero últimamente su fe se había visto fuertemente tambaleada. En los días previos a la Llamarada un anciano había predicado el fin del mundo como lo conocíamos, y todo lo que describía aterrado era lo que finalmente había sucedido. Por supuesto todos lo habían tratado de loco y nadie le había creído, pero el video que alguien había grabado para burlarse del viejo demente seguía subido a la red para que todo el que buscase lo viera. Por suerte para Ladena el momento en el que tomó le decisión de visitarlo y preguntar sobre su hija era uno en el que el virus todavía no se había esparcido por todo el mundo y no era tan complicado para alguien tan rico e influyente como ella visitar al vidente sin que nadie se entere y sin grandes problemas.

Cuando finalmente se sentó frente a Yunik el demente y le hizo la pregunta que le venía angustiando desde el nacimiento de su hija, la respuesta fue aún peor de lo que imaginaba. Su hija no sería afectada por el virus y era la clave para salvar a la humanidad, al igual que cuatro chicos muy influyentes. Yunik le explicó con lágrimas en los ojos que había un vínculo entre Hayleen y los niños que muchos llamarían sobrenatural, eran sus almas gemelas. Esa conexión se vería también reflejada biológicamente, sus cuerpos reaccionarían de forma extraña entre si y CRUEL querría analizar detenidamente por qué sus cerebros se comportaban así. Sin duda no está de más aclarar que en ese momento aún no existía CRUEL y que Ladena prefirió no preguntar sobre eso, tenía otras preferencias como mantener a su bebe a salvo. Por lo que el vidente le explicó, su hija estaría físicamente a salvo pero no emocionalmente. Yunik afirmó que Lyn sería extremadamente fértil pero solo con esos niños, ya que con los demás sería estéril, y que lo mismo ocurriría con los cuatro monstruos (y si, de hecho, el anciano los llamó así), algo así como cuerpos gemelos le explicó haciendo referencia con burla a las almas gemelas que mencionó anteriormente.

Realmente Ladena no tenía ganas de explicar exhaustivamente lo que el vidente le había contado pero se podía resumir en que Newt, Minho, Thomas y Gally eran el mal encarnado, psicópatas extremadamente inteligentes que solo amarían a Lyn. El hecho de estar con ella les daría el poder necesario para guiar a la sociedad en una nueva civilización que sería gobernada por ellos por toda la eternidad, y en la cual serían libres de hacer lo que quisieran a quien quisieran, lo cual había afirmado Yunik con un brillo aterrorizado en los ojos era terrible para todos menos los niños marcados con triángulos. Además el estar con ella los haría felices y ellos no se merecían la felicidad. Luego le había explicado que Hayleen también sería extremadamente inteligente y que sería distinta a las chicas de su edad pero que ella era una buena persona y que no iba a estar de acuerdo con lo que hacían sus almas gemelas. De hecho su hija se iba a negar firmemente a cumplir su destino e intentaría evitar a toda costa que esos cuatro psicópatas completen el vínculo que los une y sellen su futuro feliz. Le explicó a Ladena que para que eso ocurra su hija tenía que tener relaciones sexuales con todos los niños y que ellos iban a forzarla aunque ella se negase.

Finalmente, al ver el semblante destrozado de la política el vidente agregó que aunque su hija sufriría porque realmente ese no es el destino que quiere, ya que ella no es como ellos y nunca sería feliz dándoles lo que necesitan para arrasar con el mundo, los psicópatas son sus almas gemelas y ella los amaría tanto como esos monstruos la amarían a ella.

Ladena nunca había estado más aliviada de no haberle contado acerca de los nombres en la piel de Hayleen a Randall, estaba segura de que él hubiese abogado firmemente para que ese destino se cumpla. Probablemente era todo y más de lo que habría soñado el padre de su bebe, su hija sería reina de todo y el futuro de sus empresas estaría en manos de gente más que capaz. De hecho, no tendría competencia porque todo estaría monopolizado bajo las parejas de su heredera, y salvarían a la humanidad del virus que él mismo había permitido liberar.

Para el momento en que CRUEL descubrió los genes de los cuatro chicos y visitó al vidente, Ladena ya le había contado a su hija el futuro que le esperaba y la importancia de ocultar los nombres en su piel hasta de su padre si quería evitar ser entregada en bandeja de plata a esos niños.

Yunik que estaba desesperado por ayuda le contó a Kevin Anderson todo lo que le había dicho a la política y más, pero afirmó que no sabía quién era la niña y que nadie más que él sabía lo que sucedería. Antes de ser asesinado por CRUEL para evitar que la información salga de esa habitación, les informó acerca del vínculo que habría entre los cuatro chicos y que los otros marcados serían personas importantes para el futuro régimen que se formaría y la sobrevivencia de la especie humana, ya que tendrían roles específicos que cumplir, habilidades especiales y serían completamente leales a sus reyes. Previamente a cerrar los ojos para siempre, mencionó unas pruebas muy importantes que sucederían.

Con el paso de los años los niños fueron entrenados en el cuartel de CRUEL y eran plenamente conscientes del futuro que les esperaba y lo que tenían que hacer para cumplirlo.