FIC
Lo Mejor de Mi
Por Mayra Exitosa
En la televisión solo aquello que se alcanzaba a grabar en el exterior, sin embargo, en el interior las cámaras de seguridad se habían quedado en shock, al ver que el Señor Andrew en ese piso en esos momentos, cuando normalmente a esas horas siempre iba por las escaleras subiendo y revisando, eso significaba algo para los guardias, a lo cual de inmediato se iban, efectivamente la escalera estaba bloqueada.
Johnson miraba las cámaras junto al jefe de seguridad y ver a Andrew cuando se le acercaron con un arma frontal casi le da un infarto a George, el joven reaccionaba igual que con su padre cuando era niño, que lo retaba con un arma a desarmarla y armarla, en este caso al finalizar de desarmarla frente al incauto y embobado maleante, recibía disparos de los otros compañeros temerosos de que William fuera un policía o militar.
- ¿Cómo hace eso Señor Johnson? - Su padre tenía servicio militar, amaba las armas y las limpiaba con velocidad, el era un niño y parece que se le quedó grabado en su subconsciente. - ¡Fue increíble! George recordaba que William sufría por su padecimiento algunas atrocidades y su padre se negaba a aceptar que fuera un inútil, por lo que lo obligaba a dar más de sí mismo, de manera firme y al parecer ahora notaba ese resultado que jamás había visto en él. - ¡Mi muchacho! ¡Porque tú! El jefe de seguridad notaba la angustia tan evidente en el rostro del inmaculado hombre de los negocios, preocupado por él joven que veían ambos en las pantallas.
En esos instantes George recordaba las primeras veces que William llegaba al edificio, como lo recorría de punta a punta, sabía todo del mismo a tal grado que había renovado algunas cosas y usado a los ingenieros de tráfico de los caminos despejados y la seguridad del lugar, todo porque él paseaba por el edificio distraído y podían hacerle algo, ahora notaba que él a esa hora ya no estaría en el primer piso. Giraba y ahora entendía porque los guardias se movilizaban, conocían sus caminos constantes, ¿porque no había salido de ahí?
Para quienes estaban dentro de edificio desde los pisos segundo hacia arriba podían salir por las puertas de emergencia con facilidad, pero el primer piso estaba bloqueado completamente primero por una alarma de atentado, luego por una de incendio y al final por disparos que habían dañado el sistema de apertura de puertas.
Candy se encontraba alarmada, sabía que podía estar en ese lugar por lo que de inmediato hacia la llamada al señor George, quien le confirmaba su mayor temor, William estaba en ese piso, era el ingreso y la revisión que él realizaba cuando el atentado sucedía, todo el personal en los pisos subsecuentes era evacuado de manera exitosa, más el primer piso estaba encerrado y varios de los que alcanzaron a salir habían sido atrapados gracias a las alarmas inmediatas que alguien había activado.
- ¡Fue William! - ¿Usted cree? - Estoy segura, el poseía el conocimiento y debía haberlo aplicado, es muy estricto en lo que lee y ve, sigue los protocolos y todos son seguido incluso la secuencia en la que fueron activados. En esos instantes George buscaba los caminos alternos de salidas de ese piso y dependían del jefe de piso o de William si es que había memorizado los números secuenciales de los códigos de las puertas de salida y entrada de las demás áreas de los pisos internos como el sótano.
Johnson extendía un mapa y reunía al personal de seguridad del edificio junto a los ingenieros para encontrar una salida alterna y poder sacar a las personas, cuando ya los hombres encapuchados dentro usaban un altavoz y pedían un camión blindado para salir. Aseguraban usar rehenes.
Interiormente William estaba abstraído, para sus reacciones y movimientos repentinos, nadie le hacía caso, excepto el jefe de piso quien comentaba con el personal que se encontraba sentado tras los escritorios, todos los que estaban cerca de él escuchaban,
- Si me pasa algo, él es la única salida, solo manténganse a metro y medio de él, persíganlo de ser necesario si hace algo. Uno de los hombres se reía, - ¡Ese retraído! - ¡Jamás lo está! Créeme lo he seguido una semana completa y hace cosas diferentes diariamente, nunca las mismas, ese hombre nos sacara de aquí.
Una señora mayor que estaba sentada donde los hombres los habían obligado escuchaba a los empleados que mencionaban como salir, luego giraba a ver al joven quien permanecía de pie mirando un punto fijo, ella lo vio y entonces lo supo, comentaba con los que estaban cerca de ella, - Ese joven tiene asperger, y dicen que sabe el camino para sacarnos de aquí. -¿Asperger? - Si es como autismo, algo difícil de aceptar, es muy introvertido, y hacen cosas extrañas, fue el que hizo eso. Mencionaba la mujer a los clientes que se encontraban ahí y todos giraban a ver los pedazos del arma y el hombre muerto que estaba ahí. - ¿Lo mató? - No. Despedazo el arma. Quienes lo mataron fueron ellos, sus propios compañeros.
Giraron a ver a cuatro hombres desesperados al frente que seguían haciendo llamados por radio, se notaban molestos y que nada había salido como lo planearon. - Nos llevaremos a dos cada uno, al tarado ese déjenlo ahí, nos puede distraer y retrasar. - Si jefe, está loco.
Candy tuvo algunos mareos, tomaba te y veía la hora, ya debía salir del edificio, pronto se molestaría y su chofer estaría afuera. Ella hacía una llamada, - Charles, pase lo que pase, quédate en el lugar de siempre. - ¡Hay policías! - Si, pero es tu lugar, no salgas, el auto esta blindado, solo gira a buscar a William si llega por otro lado. - Como usted ordene señora. No me bajaré de auto. Esperaré aquí. - Gracias Charles.
Candy se iba a los jardines y soltaba el llanto, se encontraba muy preocupada, William podía morir si desesperaba a alguien y más si él se desesperaba o se enfurecía. Tenía años de que nadie lo sacaba de sus cabales.
Dentro de la sección William miraba de reojo el reloj en la pared, afinaba su reloj y veía la puntualidad el movimiento de su cabeza era como si estuviera a punto de decirle algo a un amigo en secreto, más solo se movía hacia atrás sin hacer ruido.
Por instantes todos se sorprendieron por como los que estaban al frente no lo notaban y este se iba por el pasillo y luego escaleras abajo, había una puerta levantaba una tapa y marcaba el código con una sencillez como si lo hiciera constantemente, los que ya estaban listos se fueron uno a uno a seguirlo, conservando la distancia, la puerta se abría y uno de los empleados la detenía, así, vio como todos se enfilaron y entraban sin ser vistos, con el miedo el también se metía sosteniendo la puerta para que todos los que los seguían entraran.
El personal había sido colocado tras los escritorios en el suelo, para que nadie los contara desde el exterior, los clientes también fueron colocados cerca de estos, por eso la señora mayor había escuchado todo. Cuando el joven se comenzó a mover ya todos estaban listos para ver su única posibilidad de salir con vida. Y como por arte de magia solo el muertito en el suelo era quien tapaba la visibilidad de la salida por la distancia y por la bajada de escaleras al sótano.
William caminaba recto como un soldado de la milicia, no se movía ni hacía nada que asustara a los que lo seguían, pasaba por caminos de mantenimiento, con tubos recubiertos, para él estaba muy bien con su delgadez y su altura, pero todos los que lo seguían estaban asustados y un poco en claustrofobia, tal como el camino era muy estrecho. Los movimientos de William continuaban siendo extraños, la mirada era lejana, pero el jefe de piso sonreía, tranquilizando a todos y comentaba,
- La puerta tiene código, si la disparan se cerrará como lo hicieron las demás puertas, estamos a salvo aquí, ¡nadie nos siguió! Una de sus empleadas le preguntaba, - ¿Había venido aquí antes?
- Nunca es mi primera vez, pero estamos tras una puerta de alta seguridad, y salimos como si nada. Mira, hasta los clientes nos siguieron. Algunos intentaban usar sus teléfonos, pero por estar en el sótano, no había señal, como estaba obscuro y solo había luces suaves que iluminaban la tubería, nadie se rezagaba y para suerte no había menores, si acaso ancianos, pero ningún niño en el primer piso donde ocasionalmente asistían con visitas para ver los productos del corporativo.
Llegaban a una base donde William se detenía miraba los tubos y el movimiento de cabeza de un lado a otro topando con uno de sus hombros como si se quitara la tensión del cuello. El rubio de pronto se orientaba y la señora alterada que apenas se había recargado un poco lo seguía acercándose más, sin embargo, el continuaba caminando, y todos temiendo perderse se iban tras él, el camino fue muy largo, según lo que notaba el jefe de piso que ya debían haber salido de los terrenos del corporativo, pero nadie quería perder a William quien ahora bajaba por un camino de aguas residuales y pasaba por el sucio callejón, él se mantenía recto y seguro de lo que estaba haciendo, por lo que la señora temiendo caerse tomaba su saco para detenerse y él se esperaba, no lo había tocado directamente, pero hacía la pausa al sentir el jalón.
- Perdone, tenía miedo caer. - No hay cuidado. Esa simple frase la hizo sonreír como si el joven tuviera algo de consideración, más él seguía ahora sin iluminación el camino hasta que tocaba una escalera metaliza y subía pro ella. Ahí todos se asustaban, pero William alzaba la mano y había una tapa metálica y estaban en el centro de una avenida, el solo movimiento hizo que un tránsito de inmediato detuviera a los autos y colocaba los semáforos preventivos, viendo salir por la alcantarilla a un hombre alto, rubio y de traje, este sonrió al pensar en la película de Encantada y pensó que era alguna cámara escondida, pero luego subían una fila de personas incluso una señora algo rellenita y con lentes, para ver que de la alcantarilla brotaba más de veinte gentes.
Aun saliendo, parecía una fila india, pues todos seguían al rubio como típicamente pudieran decir pollitos tras la gallina. Los cláxones comenzaron a sonar y la alteración lo sacaba de concentración, a lo que la señora que estaba más cercana comentaba,
- ¡Tranquilo hijo! Es un loco desesperado, tu nos has sacado a todos de un problema muy feo. El policía amonestaba a quienes lo hacían y notaba a la señora que le pedía ayuda, pero William giraba a ver su reloj de pulso y cubriéndose las orejas continuaba caminando y todos lo seguían como si supieran que él los llevaría a un lugar mejor.
El jefe de piso ya iba hablando por teléfono en la banqueta de las avenidas, igual todos los clientes, por lo que Johnson recibía la notificación de que William los había sacado a todos por el sótano y los túneles de agua residual. George reía y les mostraba en el plano a los ingenieros - ¡Lo ven! Él si encontró la salida ¡Él lo hizo! ¡Lo hizo! Festejaba al escuchar que todos incluso clientes se habían venido por la parte del sótano y estaban en los callejones del centro de Chicago, a unas diez o veinte cuadras del corporativo.
El chófer veía por el espejo al hombre en traje recto y abriendo su puerta donde él subía,
-¡Señor! - A casa Charles- Si señor.
La entrada a la mansión y Candy corriendo por poner la comida tibia y los cubiertos colocados perfectamente, - ¡Ya llegó!
William entraba y se iba a lavar, pero esta vez, se quitaba toda la ropa, se daba un baño y se apuraba para entrar al comedor, - ¡Tengo hambre! - Ya esta lista la comida, mi amor. Ella se sentaba y él tomaba sus cubiertos y comía como si nada hubiera pasado, Candy lo imitaba y sus lagrimas salían y reía, luego él dejaba de comer y comentaba - ¿Crece?
Candy ahogaba una risa, tomaba la servilleta se limpiaba las lagrimas y confirmaba - ¡Si, crece!
El le estaba preguntando que sus lagrimas se debían a su vientre que había alguien creciendo y que tenían la posibilidad de tener un hijo, pero él estaba abstraído y continuaba comiendo, para luego ver la hora y agregar, - ¿quieres ir conmigo? - ¡Si!
La pareja salía del comedor ya era tarde, no era la hora de siempre, se habían brincado algunos pasos, pero paseaban por el jardín bajo la sombra de los árboles y en su cabaña, él se quitaba su ropa y se recostaba en su cama, ella lo imitaba colocándose junto a él, ahí se quedaba en silencio, esta vez, no hubo platica o conversación, había caminado mucho, estaba agotado, ella podía haberle preguntado, pero al notar que su cuerpo reflejaba cansancio, no le decía ni le hacía ningún tema, solo lo cubría con la sabana y se recostaba junto a él, este la abrazaba, para quedarse dormido simplemente. Candy sobaba su vientre y como por arte de magia, él colocaba su mano encima de las de ella, estaba dormido y lo sabía, pero su mano estaba encima de las suyas y eso la hizo sentir mejor.
CONTINUARA…
Gracias por continuar leyendo y comentando, recuerden que este tema varia en cada ser humano por su grado y su simplicidad,
es un autismo en un adulto en una historia inusual, continuemos con cierta consideración por el tema general,
no es un super héroe, pero es una habilidad exclusiva, no tiene otras y eso lo hace ser especial
Un Abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
