2.- La paciente X

En el hospital había sido un ajetreado día, como de costumbre… ése era el día a día de la enfermera Ajkuna Kasemi, quien trabajaba ahí desde hacía casi tres décadas. Estaba sentada en una banca cercana a una ventana que dejaba ver un panorama de la ciudad de Pristina; desde el cuarto piso la vista era linda.

Dio un sorbo a su café, el cual saboreaba a pesar de que no era muy bueno; de igual manera saboreaba esos quince minutos de descanso que tenía antes de continuar sus rondas.

Al mirar hacia la entrada del hospital alcanzó a distinguir a un hombre que llevaba un ramo de flores en las manos. Eran como los claveles que usualmente adornaban el cuarto 423.

- "Al menos Dios le ha enviado un ángel a esa pobre chica"- pensó la enfermera Kasemi.

Y es que desde que había llegado al hospital, nadie se había acercado a preguntar por ella o reconocerla. Recordó el día en que la pobre joven había sido diagnosticada.

********** Flash Back **********

Fue hasta diez días después de que la paciente había sido llevada al área de terapia intensiva que el doctor Aaron Horowitz, neurocirujano a cargo del caso de aquella misteriosa mujer, determinó que podía ser trasladada a una habitación de cuidados intermedios en el cuarto piso del hospital.

Al igual que el doctor McLaggen, el veterano doctor Horowitz formaba parte de las filas de Médicos Sin Fronteras.

- Enfermera Kasemi- la llamó el doctor Aaron Horowitz- mande a traer al resto del equipo.

Así lo hizo la mujer y a los pocos minutos entraron en la habitación 423 el doctor Mclaggen, seguido de la ginecóloga Irina Landowski, el cardiólogo Matthias Radic, y Kassia Dervishi, la pediatra. Ajkuna Kasemi cerró la puerta de la habitación y permaneció de pie junto a ella.

- La paciente continúa en estado de coma- informó el doctor Horowitz y tomó un poco de aire antes de explicar a su equipo el extraño resultado de su diagnóstico- el último electroencefalograma que le realicé muestra que hay algo de función neurológica pero no responde a ninguno de los estímulos que se le realizaron.

- ¿Eso quiere decir que hay ausencia de respuesta voluntaria?– preguntó la doctora Landowski. Era una guapa mujer a la mitad de sus cuarenta.

- No hay consciencia; simplemente ella no despierta. Y sus funciones vitales se redujeron al mínimo- finalizó Horowitz.

- Pero tiene siete semanas de embarazo- se atrevió a intervenir Ajkuna desde el rincón. El doctor Horowitz se irritó un poco por la insolencia con que la mujer se inmiscuyó en el diálogo que sostenía con sus colegas pero no dijo nada. La enfermera Ajkuna Kasemi era muy querida por él y por todo el personal del hospital gracias al compromiso que siempre mostraba hacia su trabajo.

- Sí, Ajkuna- concordó el hombre - es muy poco tiempo, no tiene caso mantener al feto con vida. Quién sabe si logre gestarse por completo. Lo mejor sería practicar un legrado y…

- Pero doctor Horowitz- insistió la enfermera- esta criatura sobrevivió al hecho de que su madre casi se ahoga… eso es un milagro, y quizás una señal de que debe nacer.

- Si se mantiene a la madre bien alimentada y en buenas condiciones, hay grandes posibilidades- concordó Kassia Dervishi, la más joven del equipo, en defensa de lo que decía la enfermera Ajkuna.

- Según las leyes, se considera que es un ser vivo a partir de la semana doce- citó el doctor Radic.

- Pero eso es algo que ella debería decidir- replicó Maurice- o en su defecto, su esposo o algún familiar cercano. Nosotros no tenemos ningún derecho a hacerlo.

Este razonamiento paró en seco a Horowitz.

- Démosle unos días- concordó la doctora Landowski- seguramente alguien vendrá a buscarla.

********** Fin Flash Back **********

Maurice McLaggen entró a la habitación 423 y colocó el ramo de flores en la mesita de noche que estaba junto a la cama. A través de la ventana de la habitación una gran lechuza parda lo miraba con sus ojos amarillos. Él no se inmutó. Esa ave ya llevaba varias semanas ahí y a pesar de que en su momento su llegada causó revuelo, para ese entonces ya había dejado de ser novedad para el equipo médico que estaba a cargo de la paciente que yacía en aquella habitación.

- Hola Aurora, ¿qué tal estuvo tu día?- preguntó sentándose en la silla que había a un lado de la cama. Y haciendo caso omiso del silencio que recibió como respuesta, continuó- hoy es cinco de mayo y la tarde está bastante fresca…

Maurice McLaggen siguió hablando, tal como si lo estuviera haciendo con alguien que pudiera responderle.

********** Flash Back **********

Pasó una semana más desde su llegada y solamente una mujer había llegado al hospital a pedir informes sobre la paciente del cuarto 423; pero había sido una falsa alarma.

En las dos semanas posteriores el doctor Marku Jovanović, director del Hospital General de Pristina, ordenó que se informara a la policía sobre la aparición de la mujer, incluso se lanzó una notificación en la televisora local… pero nadie se acercaba a dar razón de ella.

Ante la insistencia del doctor Jovanović, la policía había asignado un detective para que indagara más sobre aquella joven pero no halló ninguna información que fuera de utilidad.

Se desconocía su nombre, su origen, su edad… todo. Sólo alcanzaban a especular que se trataría de una mujer que tendría entre veinte y veintitrés años. Pero nada más. Ciertamente era una joven muy bonita y por ese motivo las enfermeras comenzaron a llamarla "Aurora", en alusión al cuento infantil de "La Bella Durmiente".

Su condición seguía igual desde que había entrado en estado de coma pero progreso de su embarazo parecía bueno.

Pasó otra semana…

- Bien- comenzó a decir el doctor Horowitz mientras él y el resto de los doctores hacían el chequeo rutinario de la joven para ver si había alguna evolución en su condición- la paciente X lleva ya un mes en estado de coma y…

- ¿La paciente X?- interrumpió Maurice- disculpe señor, no creo que sea correcto referirse a ella de esta manera.

- … lleva ya un mes en estado de coma y eso ha favorecido que la inflamación del cerebro se haya disipado- prosiguió el doctor Horowitz haciendo caso omiso al comentario del doctor McLaggen- Sin embargo, no hay actividad neuronal contundente que nos demuestre que pronto podrá recobrar la consciencia.

- Pero tampoco podemos decir que tiene muerte cerebral- rebatió Maurice. El doctor Horowitz bufó molesto.

- ¿Sabe? El doctor Jovanović me notificó que el día de ayer falleció una jovencita de quince años a causa de una insuficiencia renal. Ella lo único que necesitaba era un par de riñones sanos… ¿no se da cuenta, doctor McLaggen? Esta mujer podría salvar muchas vidas si tan sólo…

- ¿Y qué hay de la vida del bebé?- interrumpió Maurice- ya tiene once semanas de gestación. ¡Mire su vientre!

El doctor Horowitz pudo distinguir por encima de las sábanas un pequeño bulto, cuyo tamaño era un poco más grande de lo normal en esa etapa del embarazo.

- Aún no llega a las doce.

- ¿Y eso qué importa? ¡A ninguno de nosotros nos corresponde decidir eso! Además, las doctoras Landowski y Dervishi han estado al pendiente y según sus estudios, está saludable.

- Eso es correcto, señor- concordó la ginecóloga- he estado monitoreando el desarrollo del feto y todos los estudios indican que va bien.

- ¿Lo ve?- le dijo triunfantemente Maurice.

- Escuche, doctor McLaggen- pidió Aaron Horowitz tratando de serenarse- y ustedes también, doctoras: tan sólo quiero que sean racionales… suponiendo que el chiquillo logre nacer bien, su futuro no es muy alentador. Su madre está en coma y no hay ninguna persona que se pueda hacer cargo de él. En cambio, si desconectáramos a la paciente y donáramos sus órganos, ¡salvaríamos al menos a seis personas!

Maurice hizo un ademán para contradecir eso pero fue interrumpido por el doctor Horowitz:

- Vamos, doctor McLaggen. Durante la guerra que vivimos hace unos meses usted debió aprender que hay situaciones en que el sacrificio de uno es necesario para salvar a muchos.

- Y también hay situaciones en que se arriesgan a muchos para salvar a uno sólo- rebatió astutamente Maurice.

- Pero la guerra terminó- dijo Horowitz al ser confrontado con su propio argumento- y le recuerdo, doctor McLaggen, que tanto usted, como la doctora Landowski y yo tan sólo estamos de apoyo en este hospital, cuyo único ingreso proviene del gobierno. Mantener a una paciente en este estado va a costar mucho dinero, excedería el presupuesto. Tan sólo es cuestión de tiempo para que el doctor Jovanović haga preguntas acerca de la manera en que se está manejando el caso de esta paciente. ¿Quién se hará cargo de todos los gastos si no tiene a nadie? Si el doctor Jovanović decide no destinar más recursos para mantener con vida a esta joven, no hay nada que podamos hacer al respecto.

La respuesta de Maurice no se hizo esperar.

- Yo me haré cargo de sus gastos.

Sus colegas y las dos enfermeras que estaban ahí voltearon a ver al joven médico con asombro.

- ¿Está usted loco?- inquirió Aaron Horowitz.

- Tal vez, señor pero con todo respeto… creo que usted está más loco por querer quitarle la vida a dos inocentes que aún tienen esperanza. Mientras la madre no tenga muerte cerebral no veo razón biológica ni moral para recurrir a la eutanasia.

Se hizo un breve silencio en la habitación. Kassia Dervishi fue quien se atrevió a romperlo.

- Señor…- masculló tímidamente- nuestro deber es luchar por la vida… no podemos arrebatársela así sin más a este pequeño. Seguramente su madre no lo permitiría. Trataré de convencer al doctor Jovanović para que nos dé oportunidad de esperar hasta septiembre para que nazca el niño… y una vez que eso ocurra, decidiremos el destino de ella.

********** Fin Flash Back **********

- Bien, es hora de irme- dijo finalmente Maurice- debo dormir bien para aguantar la guardia de mañana. Regresaré a verte a primera hora… y por favor, despierta ya…

La miró por última vez y se alejó de ahí procurando no pensar en el destino que muy probablemente le esperaba.

Al tiempo que Maurice abandonó la habitación, la lechuza también emprendió el vuelo para irse de cacería.


N/A: para poder escribir gran parte de esta historia tuve que hacer algo de investigación médica. Esto con la finalidad de que los diálogos y las situaciones que planteo tengan algo de sentido pero ya en alguna ocasión les había aclarado que no soy médico ni nada parecido. Si alguna de ustedes sabe más de estos temas y descubre que escribí una tontería, les pido disculpas, jaja.

Lo único que puedo decir a mi favor es que esto es un fanfic y necesito que las cosas sucedan así para poder llegar al punto que quiero en la trama.