Disclaimer: Los personajes de Pokémon no me pertenecen, son de respectivo creador Satoshi Tajiri.


liuterazagi: Gracias por la review, me alegra de que te haya gustado el segundo capitulo. Creo que es lo mínimo que puedo hacer ya que te tomas un tiempo para leer esta historia y dejar un review, además cuando veo un review me animó mas a escribir. Tenía planeado incluir solo a las chicas de Alola pero todavía sigo en duda de escribir sobre las otras chicas, ya veremos que ocurre. Si te soy sincero Olivia y Hapu no pasaron por mi cabeza al momento de pensar en un chica con el mostaza, pero no desesperes que Alola todavía nos deja a Acerola, Matsurika, Kahili, Lusamine?, Enf. Joy?, Of. Jenny?, Pikarla... bueno quizás esta última no xD. La Iris del anime no es de mi total gusto, aunque si me decido por incluir a las demas chicas ella va a tener su lugar, confirmaría cuando termine con las chicas de Alola. Espero que te guste este capitulo. Saludos.

glamorousdays: Gracias por la review, créeme es lo primero que pienso pero luego se va de mi mente. Nunca hay trafico en el mundo pokemon, un mundo ideal xD. El Mao vs Lillie siempre es debatible, en varios foros se pelean por quien es mejor y todo eso por mi parte ambas me agradan. Lo del ending si me quedo con cara de ¿?, todos se fueron, joder al menos le hubieran dejado al Shaymin tambien como recuerdo de su madre, leí de eso en un foro en ingles de teorías locas. Sartenazo a la cabeza, aunque bien cierto dices que el hombre como buen adulto quería lo mejor para su hija y la indecisión del mostaza no ayudaba mucho por lo que tuvo que intervenir. Necesitamos que Suiren aparezca, de nuevo, y de un pvtazo le quite lo JOvenciTO al mostaza en Journeys. Espero que te guste este capitulo. Saludos.

Lector Luigi: Gracias por la review, creo que me estas preguntando el como pasaron de amigos a novios, si no es así solo ignóralo xD. El mostaza del segundo capitulo es mas "maduro" que en el del capitulo con Lillie por lo que ya se había dado una idea de lo que pasaba cuando Mao le dio un beso en al mejilla en "Conversación Nocturna", quiero decir hasta la invito a salir, salidas que se volvieron cotidianas al punto de que parecían una pareja algo que Mao ya se daba una idea por lo que se sintió muy mal cuando el chico la rechazo. Como trato de que sea solo un capitulo por chica puede que haya cosas en el aire que no se aclaren o queden inconclusas, usen la imaginación :v. Espero que te guste este capitulo. Saludos.

Este capitulo es una continuación de otro fic que escribí hace unos meses, "Hermana Mayor". He cambiado algunos detalles de algunos capítulos del anime de Sol y Luna así como el orden de la temporada de Ultraleyendas.


En un pequeño valle de la región Galar se podía apreciar una fogata junto a una pequeña tienda de dormir, frente al fuego estaba sentado un chico de cabellos azabache y a un lado se encontraba un Pikachu.

— Ya nos falta poco amigo —

El azabache veía su estuche de medallas de la región, ya había completado seis y solo faltaba dos más para poder entrar a la Liga Pokemon. En este viaje sorpresivamente lo había hecho mejor que nunca y consiguió rápidamente las medallas de los gimnasios.

Curiosamente este viaje no lo tenía planeado como los otros que había hecho, a excepción de Alola, ya que fue en uno de los viajes que hizo para el profesor Sakuragi que llegó a Galar. La primera impresión de la región no fue la mejor ya que llegó en el inicio de un conflicto contra un Pokemon legendario que ocasionó la conocida Noche Negra, terminó que después descubrió, y la aparición de dos pokemon legendarios salvadores de Galar.

Felizmente todo se solucionó y la calma volvió a la región, durante todos esos sucesos conoció a varias personas como Sonia, Kibana y a Dande, flamante campeón de Galar fue gracias a este último que decidió iniciar el viaje por la región para poder desafiarlo cuando ganara la Liga Pokemon de la región.

Tuvo que disculparse con el profesor Sakuragi porque ya no podría seguir ayudándolo. El profesor lo entendió ya que conocía el lado aventurero que tenía el azabache aunque le pidió que de vez en cuando lo ayude con algunos pokemon de Galar, algo que el entrenador aceptó inmediatamente.

El azabache tuvo que despedirse de los amigos que había hecho como Goh y Koharu, está ultima lo reemplazaría y viajaría con el pelinegro para ayudar con las investigaciones de su padre, igualmente se despidió de los ayudantes que tenía el profesor de los cuales tambien se había hecho amigos.

Después de tantos años estaba viajando solo nuevamente, solo con la compañía de sus pokemon. No sabía porque pero su viaje avanzo rápidamente, iba directo a las ciudades con un gimnasio disponible y solo en un par de ocasiones tuvo que desviarse para completar un encargo del profesor Sakuragi.

Cuando se disponía a dormir escuchó el sonido de su pokegear, rápidamente lo tomo y una gran sonrisa se formó en su rostro. Atendiendo la llamada espero un par de segundos hasta que la imagen de una chica se pudo ver en la pantalla.

— Alola Satoshi —

— Alola Suiren, es raro que llames tan tarde —

Una pequeña risa se escuchó a través de la pantalla, la peliazul le explicó al azabache que estuvo ocupada con el entrenamiento que estaba realizando para poder participar en la competencia que se realizaría en Alola para nombrar a los diversos capitanes de la región.

Ahora que se había inaugurado una Liga Pokemon en Alola y al no haber gimnasio disponibles en la región, los Kahuna se reunieron con el profesor Kukui para poder idear una forma de ganar aspirantes que deseen competir en la Liga. Según lo que Suiren le contó al entrenador, fueron los espíritus guardianes quienes los ayudaron a encontrar una forma para que el recorrido insular no se viese opacado por la Liga.

El recorrido insular regresaría a sus inicios y volvería a ser un rito de iniciación tradicional, en donde los niños que cumpliesen once años se aventurarían por la región superando distintas pruebas. Todas estas pruebas serían supervisadas por un capitán, que asignaría tareas y cuando sean cumplidas podrán enfrentar al Pokemon dominante. Cuando se superarán todas las pruebas de una isla tendrán que enfrentarse al Kahuna.

Los capitanes tienen que ser lo suficientemente fuertes para que los Pokemon dominante los respeten por lo que se iba a realizar una prueba con los entrenadores más prometedores de la región y debido a que funcionaría como rito de iniciación los futuros capitanes tenían que ser nativos de Alola.

— Estuve entrenando todo el día con Mao-chan en la colina Saltagua, Kaki se fue cerca al volcán Wela —

— Deben estar emocionados, la prueba es la próxima semana —

— Si, Mao-chan y yo estamos bastante nerviosas… ¿Qué tal si no nos escogen? —

El azabache vio como la expresión de la peliazul cambio un poco. — Suiren, eres bastante fuerte no lo olvides… aunque, si no te sientes lista quizás pueda mandarte un poke- —

— ¡Ni se te ocurra! No necesito de tu ayuda para poder superar esta prueba —

El azabache rio al ver que la peliazul recupero su confianza nuevamente. — Es bueno oírlo, ¿Y Mao no querrá un poco de ayuda? —pregunto molestándola un poco.

Un puchero se formó en el rostro de Suiren para risas del entrenador. — No hablaras con ella hasta que termine la prueba, no quiero que la corrompas —

— Hoo… —el azabache alzó una ceja al escucharla. — ¿Estas celosa? —

— ¡Cla-Claro que no! —el sonrojo en sus mejillas decía lo contrario por lo que se alejó de la pantalla rápidamente para que el chico no la viera.

Satoshi espero varios segundos, de hecho espero un par de minutos y al ver que no había rastro de la peliazul empezó a llamarla. Estuvo en eso unos segundos hasta que vio como la pantalla se movía, al parecer la peliazul había vuelto a tomar su pokegear.

— No era para que te pongas así, sabes que eres la única para mí —le dijo en lo que acomodaba la leña para que la fogata no durara mucho.

— ¿Ara? Me hace muy feliz escuchar eso querido pero estoy casada —

— ¿Eh? —

El azabache rápidamente vio la pantalla del pokegear solo para ver a la madre de Suiren quien tenía una sonrisa en su rostro aunque la mirada divertida le daba mala espina.

— Se-señora, buenas noches… lo siento, creí que era Suiren —se disculpó bastante avergonzado.

— Sa-to-shi-kun —

El nerviosismo creció en el azabache al escucharla, si bien tenía una sonrisa "inocente" en su rostro el tono de voz que utilizó era demasiado frío para alguien tan amable como ella. Y la mirada que le estaba dando tampoco ayudaba, simplemente lo asustaba aún más.

— Creí haberte dicho que no me dijeras señora —

— ¡Lo siento! —inconscientemente dio una reverencia, aun cuando estaba detrás de una pantalla la madre de Suiren le daba miedo.

— Fufufu… no te preocupes Satoshi-kun, tú puedes llamarme mama si quieres —

— ¡Mama! —se escuchó un grito detrás de la mujer peliazul quien al verse descubierta rápidamente soltó el dispositivo no sin antes despedirse del entrenador.

El azabache soltó un gran suspiro cuando la madre de Suiren se fue, se ponía bastante nervioso cuando hablaba con ella, podía pasar de una mujer bastante linda y amable a una madre bastante sobreprotectora con sus hijas.


Satoshi-kun te encargo a mi hija —

Esas eran las palabras que había escuchado de la madre de su amiga y su respuesta simplemente fue un asentimiento seguido de un pulgar arriba. ¿Estaba tratando de sonar genial?

El azabache alejó algunos recuerdos de su mente mientras caminaba rumbo a la escuela, últimamente su amiga peliazul había estado actuando un poco extraña. Sentía su mirada algunas veces cuando estaba junto a Lillie e incluso pudo notar una ligera molestia en la peliazul cuando se reencontró con Kasumi, aunque no lo notó sino hasta que Takeshi se lo dijo antes de que regresaran a Kanto.

No iba a negar que últimamente se había acercado un poco más a Suiren, se sentía a gusto cuando estaba con ella y por lo poco que podía notar su amiga peliazul se sentía de la misma manera.

También habían aumentado las visitas del azabache a la casa de la peliazul, al parecer su madre la convencía para que lo invitara a cenar bastante seguido. Incluso el profesor Kukui le sugirió a modo de broma que se mudara con Suiren ya que pasaba bastante tiempo en ese lugar, además de que a Ho y a Sui le caían bastante bien ya que jugaba con ellas y les gustaba jugar con Pikachu.

Aceleró el paso para no llegar tarde a la escuela, al parecer las clases del día sería sobre pescar y sabía que una peliazul estaría bastante emocionada. Suspiro un poco al pensar el motivo del porque nunca podía tener una pesca tranquila, en todas las regiones que había visitado siempre ocurría algo cuando pescaba. Unos idiotas molestando a uno de sus compañeros, una chica de cabello rubio empujándolo al agua, pokemon que los atacaban sin motivo alguno o el más reciente que un Milotic lo tacleara en el estómago mandándolo al agua.

Nada malo puede salir el día de hoy —declaró mientras llegaba a la escuela.

Varias horas después se podía ve al azabache peleando contra un grupo de cazadores mientras una peliazul junto con una recién evolucionada Primarina trataban de calmar a un Pokemon legendario.


Viendo que Suiren estaba en sus típicas peleas con su madre cortó la llamada, sabía que ambas demorarían en calmarse por lo que se preparó para dormir. Termino de apagar la fogata para colocarse dentro de su saco de dormir, fue en ese momento que su pokegear nuevamente sonó para sorpresa del azabache.

— ¿Eh? —se sorprendió aún más al leer el nombre de la persona que lo estaba llamando.

Atendió la llamada solo para sorprenderse de ver a otra persona en la pantalla.

— ¿Koharu? —

— Hola Satoshi —saludo la pelirroja, su mirada estaba más sería de lo normal. — Se que en Galar ya es de noche pero necesitaba que veas algo —

El azabache no sabía que de hablaba su amiga, el tono de voz que había utilizado era bastante igual al que usó cuando se conocieron por primera vez, sonaba distante.

— ¡…! —

Sus ojos se abrieron a mas no poder al ver la imagen que Koharu le estaba mostrando, el aparecía junto a una chica de cabello negro que tenía a un Morpeko en su hombro y por la posición en la que se había tomado la foto era como si se estuviesen besando.

Antes de que pudiese decir algo escuchó un sonido a través del pokegear, segundos después la imagen de Koharu fue cambiada por la de Goh, el pelinegro vio a su amigo antes de negar.

— Tienes suerte de que esta revista no circule por Alola —

El pelinegro sostenía una revista que tenía en la portada el título de: El Campeón de Alola viene a conquistar algo más que la Liga de Galar.

— ¡Esperen! ¿Acaso creen que estoy engañando a Suiren? —

— Claro que no —respondió el chico

— Yo aún tengo mis dudas —se pudo escuchar la voz de la pelirroja quien recibió una mirada de Goh. — Las pruebas son bastante obvias Satoshi —

El azabache se dio un golpe en la frente, al ver la imagen recordó exactamente lo que había pasado. Mary era una chica con la que se había encontrado varias veces mientras desafiaba a los gimnasios, ella tambien aspiraba entrar a la Liga por lo que era inevitable encontrarse con ella, de hecho viajaron juntos un par de días.

El día que fue tomada aquella foto fue cuando estaban en ciudad Pistón, el día anterior ambos se encontraron en la entrada del gimnasio y mediante un sorteo se decidió que primero pelearía el azabache. Al entrenador de Kanto le resulto difícil pero logró ganar la medalla, normalmente se hubiera despedido de la chica y hubiera seguido con su camino pero se quedó a ver el combate de ella.

Lamentablemente Mary no pudo vencer al líder y salió corriendo rumbo al Centro Pokemon, ella le había contado que era su primer viaje por lo que el azabache suponía que su primera derrota en el gimnasio la había afectado. Satoshi la encontró en el Centro Pokemon y se acercó para ver cómo estaba, ella se sorprendió de verlo ya que no eran precisamente amigos. El azabache la ayudo en su entrenamiento para volver a desafiar al gimnasio al día siguiente, entrenamiento que dio frutos ya que la chica logró vencer al líder.

Cuando el entrenador de Kanto se preparaba para irse fue detenido por Mary quien lo invito a comer como agradecimiento por haberla ayudado. El azabache acepto y almorzaron juntos, ambos tenían el mismo destino por lo que decidieron viajar juntos, al menos la mitad del camino porque el entrenador recibió una llamada del profesor Sakuragi.

Fue en ese momento, mientras caminaban rumbo al Centro Pokemon alguien choco con la chica y para que no se golpeara contra el suelo el azabache la rodeo con sus brazos, aunque eso le valió un golpe del Morpeko de la pelinegra.

— Eso fue lo que paso, solo evite una caída suya —

— Mmm… —Koharu lo estaba pensando, sabía que el azabache era distraído y un poco tonto a veces pero no creía que fuera ese tipo de chicos. — Bien, te creo pero tienes que hablar inmediatamente con Suiren —

— Eso ya lo sé —

— Bueno, nosotros no somos nadie para decirte que hacer —nuevamente Goh le dio una mirada molesta a su amiga. — Simplemente queríamos hacerte saber lo que la revista estaba mostrando en otras regiones… y tengo que disculparme amigo —

El azabache agradecía las intenciones de su amigo, él no era del tipo que lea revistas de los adolescentes, de hecho no leía ninguna revista soló manuales de entrenamiento para las batallas. Aunque lo último que dijo Goh lo dejo con bastante incertidumbre.

— Tu madre vio la revista el día de ayer —

— … —

— Nos vemos amigo, suerte —

Antes de que el azabache pudiera decir algo se cortó la llamada. Ahora si estaba en un gran problema, si Suiren molesta era bastante peligroso, su madre era incluso mucho peor. Rápidamente se levantó y empezó a guardar todo. Ahora no era tiempo de dormir.

— Lamento hacerte esto amigo pero necesito ir al aeropuerto ahora mismo —

El azabache liberó a su Dragonite para que lo llevara a la ciudad, con la velocidad de su pokemon dragón llegaría rápidamente, solo esperaba que encontrara un vuelo disponible para Alola.

Minutos después y por gracia de Arceus logró encontrar un vuelo disponible que abordó rápidamente, tenía que hablar cuanto antes con Suiren y evitar que sus otros amigos se enteraran.


Un azabache y una peliazul estaban sentados en un pequeño muelle, tenían algunos rasguños en su cuerpo y se podía ver algunas manchas en la ropa del chico. Ambos tenían una toalla sobre sus cuellos y un ligero brillo en su cabello indicaba que estaban mojados.

Ya decía yo que no podía tener un día de pesca normal —comentó el azabache mientras se secaba el cabello.

Su compañera simplemente sonrió ante lo dicho por el chico. — ¿Quién pensaría que nos encontraríamos con un Kyogre? —

Si… y ¿Quién pensaría que te lanzarías al agua con un pokemon recién evolucionado solo para calmarlo? —

La risa de la chica se detuvo al escuchar el tono del chico, estaba un poco molesto por lo que había hecho pero algo que tenía que hacer sí o sí, alguien tenía que calmar al Pokemon legendario para poder quitarle el veneno que recorría su cuerpo.

No le gustaba ese ambiente que se había formado. — ¿Estabas bastante preocupado por mí? —preguntó un poco divertida picándole un costado al chico.

La sonrisa que se le formó rápidamente desapareció al ver el rostro serio del chico quien la miraba fijamente, bajó la cabeza para evitar verlo.

Fuu… —dio un suspiro antes de darle un pequeño golpe en la frente. — Claro que me preocupo por ti tonta —

Las mejillas de la peliazul enrojecieron por la respuesta del chico aunque su sonrisa volvió. Lentamente apoyó su cabeza en el hombro del chico, pudo sentir un leve estremecimiento en el azabache que provocó que soltara una risita.

Después de todo le dije a tu madre que me encargaría de ti —

— … —

La peliazul se levantó rápidamente al escuchar al azabache, este último confundido la llamó solo para ser ignorado por la chica quien entró a su casa.

¿Eh? ¿Ahora que hice? —se preguntó el chico sorprendido por la acción de su amiga.

Espero varios minutos pero su amiga no salió de casa por lo que decidió volver donde el profesor Kukui, dejó la toalla prestada en el pomo de la puerta y comenzó a caminar rumbo a casa. En el trayecto se encontró con Mao quien volvía del bosque con un par de bolsas llena de ingredientes, le ayudo con ambas bolsas mientras le contaba lo que había pasado con su amiga peliazul y le preguntaba porque habrá actuado de esa manera.

Un golpe en la cabeza fue su respuesta.

Escucha Satoshi —llevó al azabache a un lugar apartado para sentarse y tratar de explicarle. — Hay cosas que debes y no debes decir cuando estas con una chica —

Mao sabía lo que había pasado entre su mejor amiga y el entrenador, Suiren misma le había contado lo que paso cuando el azabache la acompaño a casa luego de la casa embrujada que hicieron. No le contó todo pero Ho y Sui se encargaron de contarle sobre el abrazó que se habían dado así como la conversación que tuvieron con la madre de su amiga.

Desde ese día la peliverde no había dejado de molestar a su amiga cada vez que se encontraba con el azabache, normalmente era difícil avergonzar a su amiga y era ella quien varias veces terminaba un poco avergonzada. La llegada del azabache a la región había facilitado esa tarea, nuevamente cortesía de Ho y Sui quienes le habían dicho que Suiren se avergonzaba fácilmente cuando la relacionaban con Satoshi.

Lo que le dijiste a Suiren sonó como si estuvieras cumpliendo un deber o como si estuvieras obligado a hacerlo —

Pero no lo dije en ese sentido, solo… estaba nervioso —admitió el entrenador.

Una sonrisa se formó en el rostro de Mao al escuchar a su amigo, no tenía dudas de que un romance estaba a punto de formarse. Como una chica adolescente estaba bastante interesada en contar historias románticas y no sabía por qué pero no había muchos chicos de su edad en la isla, el más cercano era Kaki pero era más como un hermano para ella.

Escucha Satoshi, tienes que explicarle a Suiren lo que quería decir para que no se moleste… puede que no lo parezca pero ella tambien es una chica bastante sensible —

Pero… —

¡Nada de peros! ¡Se un hombre y díselo! —

¡Si! —respondió el azabache un poco asustado por el brusco cambio en la actitud de su amiga

Mao vio contenta como el azabache se fue rápidamente rumbo a casa de su amiga, estaba bastante feliz por ellos. Tendría que contarle a Lillie sobre la futura pareja que se formaría en Alola.

— … —

La peliverde había comenzado a caminar rumbo a casa pero se detuvo al sentirse tan ligera, las bolsas con los ingredientes no estaban y no recordaba donde…

¡Espera Satoshi! —salió corriendo, tratando de alcanzar al azabache.


Un nuevo día comenzaba en la región de Alola y un avión aterrizaba en el aeropuerto de Melemele. Cuando se abrió la puerta para que los pasajeros puedan bajar se pudo ver a un azabache que salió a toda velocidad cayendo al suelo debido a lo rápido que iba. Se puso de pie tan rápido como pudo mientras iba rumbo a recoger su mochila, últimamente tenía la mala costumbre de dejar su mochila con el equipaje cuando podía tenerlo a mano en el avión.

— ¡Dragonite! —

Ignoró el grito de sorpresa de las personas que estaban fuera del aeropuerto y subió en su compañero para ir rumbo a la casa de Suiren. No demoró mucho en llegar aunque al momento de aterrizar una oficial Jenny lo detuvo porque no estaba utilizando la montura correcta, cuando estuvo a punto de ponerle una multa lo reconoció por lo que se lo dejo pasar solo por esa vez, no sin antes tomarse una foto con el Campeón de Alola.

Guardando a su pokemón se acercó a la casa, como siempre el Lapras de la familia estaba descansando en el pequeño puerto. Toco la puerta un par de veces hasta que alguien apareció detrás de él asustándolo.

— Satoshi-niichan —saludó la pequeña abrazándolo. — ¿Qué haces aquí? —

— Hola Ho, vine a ver a Suiren. ¿Está por aquí? —

La pequeña no respondió y entro a la casa junto al azabache, el chico al dar un paso dentro de la casa sintió un escalofrío en su espalda, algo le decía que debía irse de ahí.

— Mama, mira quien vino —

Ho y el azabache entraron al comedor para ver a la señora de la casa sentada, no sabía el motivo pero el chico retrocedió inconscientemente al verla. Todavía recordaba su conversación de ayer.

— ¿Oh? Alola Satoshi-kun —saludó con una sonrisa amable.

— ¡…! —

Mientras la pequeña se acercó felizmente a su madre para abrazarla, el azabache estaba sudando demasiado. El entrenador sabía que aquella no era una sonrisa amable, él había visto esa sonrisa aquella vez.

— A-Alola seño- —tuvo que parar al ver los ojos filosos de la madre de Suiren. — ¡Glup! Qui-quiero decir Ne- —nuevamente se detuvo al ver lo que estaba en la mesa.

Era esa revista que Koharu le había mostrado la noche anterior, ahora entendía él porque estaba tan nervioso cuando la vio, ella lo sabía, estaba seguro de que había visto aquella foto donde salía él, aquella sonrisa que le causaba tanto miedo era debido a eso.

— Y-Yo puedo expli- —se detuvo al ver la expresión de la mujer.

La madre de Suiren tuvo que detener al entrenador de que siguiera hablando ya que todavía una de sus hijas se encontraba presente.

—Ho, ¿Podrías ir al restaurante Aina? Necesito que vayas por algo —

— ¿Ehhh? —reclamó la pequeña. — Quería jugar con Pikachu —

— No te preocupes cariño, Pikachu se va a quedar por unos días, ¿Cierto Satoshi-kun? —

El azabache asintió rápidamente ante su mención. Aun a regañadientes la pequeña salió de la casa para cumplir con el pedido de su madre dejándolos completamente solos.

— Ahora, Satoshi-kun… —pudo ver un leve temblor en el chico lo que le causo un poco de gracia. — ¿Podrías explicarme esto? —levantó al revista justo en la página donde se podía apreciar la foto que le tomaron al entrenador.

El tono serio que utilizó preocupo más al azabache, sabía que esto podía generar un problema bastante grande, justo lo que quería evitar. La expresión de la mujer frente a él era bastante sería, casi similar a cuando ocurrió aquello.


Satoshi llegó rápidamente a la casa de Suiren siguiendo el consejo de Mao. Toco la puerta varias veces pero nadie abría, eso era raro ya que normalmente las hermanas de Suiren estaban en casa. Decidió sentarse al lado de la puerta esperando que su amiga le abra o que alguien más de la familia llegara.

Pasaron varios, varios minutos hasta que pudo ver a la madre de su amiga llegar junto con las pequeñas Ho y Sui. Las tres se sorprendieron de ver al azabache sentado en la entrada de su casa.

¿Te peleaste con Suiren? —preguntó la mujer mientras invitaba a pasar al entrenador.

El azabache se colocó una mano en su cabeza, estaba nervioso. — Creo que sí, según Mao fue mi culpa —

La mujer le pidió que le contara lo que había pasado, tal vez podría aconsejarlo, el azabache accedió inmediatamente después de todo sabía que las mujeres eran expertas en esos temas o así le habían dicho varios de sus amigos.

Mientras el entrenador se quedaba en la cocina contando sus problemas, Pikachu estaba jugando con las pequeñas peliazules y aunque al principio se quejaba por las repentinas caricias, algo rudas de las pequeñas, con el tiempo se tuvo que acostumbrar ya que su entrenador empezó a pasar mucho tiempo en ese lugar.

Al menos para el pokemon eléctrico las hermanas ya no eran tan bruscas lo que evitaba que lanzara una de sus conocidas descargas aunque eso a veces parecía divertir a las pequeñas. Mientras estaban jugando Pikachu reconoció un olor bastante familiar, aprovechando un breve descuido de las pequeñas se dirigió rumbo a la habitación de donde provenía aquel aroma.

El pokemon roedor entro a una habitación donde vio a alguien sobre en la cama, reconoció fácilmente a la persona y subió a su lado.

¿Pikachu? —la peliazul se sorprendió de ver al pokemon a su lado. — Si tu estas aquí… —soltó un suspiro al saber quién más estaría en su casa.

Había escuchado al azabache tocar la puerta pero en esos momentos no quería hablar con él, estaba segura de que se disculparía con ella por lo que le dijo, debía suponer que se encontró con alguien camino a casa para que se diera cuenta.

A veces le molestaba lo lento que podía ser el azabache, pero lo que más le molestaba es que no tomaba en cuenta todo lo que estaba haciendo para que la viera, quería que la notara no como una amiga sino como algo más. Suiren no sabía si estaba enamorada del chico, simplemente se sentía a gusto cuando estaba al lado suyo, todavía recordaba la sensación que tuvo cuando él la abrazó lo que provocó un pequeño rubor en su rostro.

Había hablado con su madre sobre eso y aunque no le dio una respuesta clara, literalmente le había dicho que ella tenía que descubrirlo por sí misma, sabía que lo quería pero no hasta qué punto.

¿Qué tengo que hacer para que tu entrenador me vea Pikachu? —abrazó al roedor mientras se hacía la pregunta en voz alta.

El pokemon eléctrico puso una patita en el rostro de la chica en un intento por calmarla, segundos después se liberó del abrazó mientras trataba de decirle algo. Lamentablemente ella no era su entrenador así que solo escuchaba como el pokemon hablaba y hacía varias poses.

Pikachu estuvo un par de minutos tratando de explicarle algo a la chica y al parecer lo estaba logrando.

¿Quieres que hable con Satoshi? —preguntó mientras que el roedor asentía. — No lo sé —

Viendo que la peliazul no quería ir el pokemon se acercó a las mejillas de la chica y de sus mofletes envió un poco de electricidad, solo fue un poco para no lastimarla pero lo suficiente como para darle un pequeño hormigueo en el cuerpo.

¡Pika! ¡Pi! —con una de sus patitas trataba de hacer que la peliazul saliera de la habitación.

No sabía si era por la pequeña descarga pero se sentía mucho más animada y tambien le parecía demasiado lindo todo lo que estaba haciendo el roedor para alegrarla.

Tienes razón Pikachu, le diré lo que siento a Satoshi… tal vez con eso pueda pensar claramente —con una mirada determinada salió de su habitación.

En la cocina el azabache estaba sentado en la mesa frente a la madre de su amiga, la mujer le había dicho casi lo mismo que Mao, agregando que no lo golpeo. Cuando estuvo a punto de preguntarle algo sobre su hija, la misma llegó colocándose al lado del chico quien nerviosos solo se quedó viéndola.

¡Satoshi! —

El entrenador quien estaba a punto de disculparse tuvo que guardar silencio ante el grito de su amiga, tenía un pequeño pero lindo rubor en sus mejillas. No sabía cuánto tiempo se quedó viendo sus ojos azules, suponía que mucho tiempo ya que pudo ver como lentamente fruncía el ceño.

Satoshi… ¿Estas escuchándome? —

S-si —

Mentira, la peliazul sabía que el entrenador estaba mintiendo, ese hilo en su voz lo delataba. Suiren trató de respirar para calmarse después de todo era algo que esperaba del azabache. Tomando la mano del chico lo llevó fuera de casa, esta acción provoco un quejido en su madre quien veía toda la situación bastante divertida y quería saber que era lo que ocurriría.

¿Suiren? —

La mencionada no respondió, ambos estaban en el muelle de su casa pero ella le estaba dando la espalda al chico. Toda la determinación que tenía se había esfumado cuando tomo la mano del azabache. En la casa por la ventana estaba la madre de Suiren junto a Pikachu, o eso era hasta que llegaron Ho y Sui llevándoselo e ignorando sus quejas, viendo que era lo que pasaría entre ambos.

Satoshi no sabía qué hacer, por un lado estaba nervioso ya que estaba a solas con su amiga y todavía tenía que disculparse, y por el otro lado tambien estaba nervioso pero era más que todo por lo que había estado hablando con la madre de la chica.

El entrenador detuvo sus pensamientos cuando escuchó unos leves murmullos que provenían de su amiga, no lograba escuchar muy bien que era lo que estaba diciendo pero luego escucho como la peliazul se dio unos leves golpes en su rostro antes de voltear a verlo.

Suiren, yo quiero dis- —

Espera —interrumpió la peliazul. — Yo quiero decirte algo muy importante…. —

Tomó un gran respiro antes de continuar. — ¡Cre-Creo que me gustas! —gritó con los ojos cerrados, no quería ver la expresión del azabache.

Tu tambien me gustas Suiren, eres una amiga muy importante para mí —

¡No me refiero a eso! —se sentía molesta de que el chico no se diera cuenta lo que estaba tratando de decirle. — Lo que quiero decirte es- —trató de calmarse, sentía toda su rostro bastante caliente lo que le daba un motivo más para no ver al azabache.

Suiren estaba pensando de qué forma podría lograr que su amigo entendiera lo que estaba diciendo, la declaración directa no había funcionado y solo encontraba otra manera de que se diera cuenta a lo que se refería.

Por parte del azabache, este al principio se confundió por las palabas de la peliazul pero rápidamente recordó lo que Takeshi le había dicho y su rostro se calentó un poco, sabía que le gustaba estar con Suiren pero no sabía hasta qué punto. No pudo pensarlo mucho tiempo ya que vio como la peliazul se acercó rápidamente.

Suiren estaba decidida así que se acercó rápidamente al azabache hasta quedar a centímetros de él, ella era más pequeña por lo que colocó sus manos detrás de la cabeza del chico y lo atrajo para que sus labios se unieran.

Su rostro estaba demasiado caliente pero cuando sus labios tocaron los del azabache inmediatamente se calmó, todo lo que estaba pensando quedo en segundo plano. Simplemente quería seguir saboreando los labios del entrenador, tenía que admitir que aquella sensación le gustaba.

El entrenador estaba completamente perdido, de un momento a otro su amiga se había acercado y lo estaba besando. No era la primera vez que lo besaban, ya lo habían hecho antes Fleura, Kanon y Serena siendo su última compañera la que lo había hecho en los labios. Ambos besos lo habían sorprendido sobre todo el de Serena ya que no pensaba que su amiga tuviera esos sentimientos pero el de Suiren se sentía distinto al que le dio su amiga de Kalos.

Satoshi tenía los ojos abiertos por lo que podía ver el gran rubor que tenía la chica, no sabía porque pero lentamente sus manos comenzaron a rodear el cuerpo de la peliazul correspondiendo el beso mientras cerraba los ojos.

Los labios de la peliazul eran distintos al de Serena, no es que haya tenido mucho tiempo para pensar en aquel beso de Kalos ya que paso demasiado rápido pero el contacto que tuvo aquella vez era muy distinto. Tuvo que dejar esa línea de pensamientos ya que no creía correcto comparar a ambas chicas.

Ambos tuvieron que separarse debido a que necesitaban respirar nuevamente, se podía ver un rubor en el rostro de ambos y un brillo en los ojos de la peliazul. Antes de que Suiren pudiese decir algo se vio abordada esta vez por el azabache quien nuevamente unió sus labios, esto la sorprendió pero internamente esbozo una sonrisa al ver que el entrenador sentía más o menos lo mismo que ella.

Cuando se separaron ambos se quedaron viendo fijamente hasta que la peliazul lo abrazó fuertemente. — Te quiero mucho Satoshi —

Fue en ese entonces que el azabache se dio cuenta de lo que había hecho lo que le provocó un gran nerviosismo y no ayudaba el hecho de que su amiga siguiera pegado a él.

Suiren yo- —

No es necesario que hables Satoshi —le colocó un dedo sobre sus labios. — Ya quedo claro que es lo que ambos sentimos… te veré mañana en la escuela —

El entrenador no tuvo tiempo de hablar ya que su amiga se despidió con una gran sonrisa y un rubor en su rostro antes de entrar a su casa. Se quedo en esa posición un par de minutos hasta que sintió un toque en su hombro.

Satoshi-kun —la que lo llamó fue la madre de su amiga, ella tambien tenía una gran sonrisa en su rostro por todo lo que había presenciado.

Parece que te tomaste en serio lo que te dije aquella vez fufufu… ¿Ocurre algo? —tuvo que detener sus risas al ver la expresión del chico.

Yo… no sé lo que paso —

Bueno, mi hija te dio un beso que tú correspondiste y cuando se separaron tú la besaste de nuevo —

El azabache se dejó caer de rodillas al escuchar lo que había hecho, no sabía porque había correspondido el beso de su amiga, ¿Era por la suavidad de sus labios? ¿Por la hermosa vista que tuvo de cerca? o… agitó la cabeza rápidamente, no podía ser lo que estaba pensando ¿cierto?.

Estoy segura de que tienes mucho que pensar pero solo quería decirte algo… —se agacho para quedar a la altura del chico y decirle algo al oído, lo siguiente que el entrenador escucho lo helo por el tono utilizado. — Quiero bastante a mis hijas y más que todo a Suiren ya que es la mayor de todas por lo que no me gustaría que ninguna de ellas salga lastimada. Se que eres un buen chico y no debería preocuparme pero… si algo, por más mínimo que sea, le ocurre a mi hija… —lo siguiente lo dijo en un susurró que hizo temblar al chico.

¡…! —

Espero que lo entiendas — se levantó para dirigirse a casa. — Te invitaría a cenar hoy tambien pero hay algunas cosas que quiero conversar con mi hija así que lo dejaremos para mañana —dicho esto se despidió del entrenador con una sonrisa.

Satoshi se quedó en esa posición un par de minutos hasta que sintió nuevamente un toque en el hombro, esta vez era Pikachu que lo veía con una sonrisa divertida lo que provocó un sonrojo bastante notorio en el rostro del entrenador. Todo lo que paso hoy era demasiado como para asimilarlo por lo que se dirigió a casa del profesor Kukui, solo quería dormir.


— ¡No es lo que parece! —trató de explicar rápidamente al ver la mirada molesta de la madre de Suiren. — Es una foto sacada de contexto, esa chica es solo una cono- —

La mujer levantó la mano para detenerlo, estaba hablando demasiado rápido como para entenderlo. — Satoshi-kun, ¿Quieres a mi hi-? —

— ¡Claro que la quiero! —respondió antes de que terminara de formular al pregunta. — Se que las cosas no empezaron de la mejor manera entre los dos pero si hay algo que le puedo asegurar es que quiero mucho a Suiren y no haría nada para lastimarla —

Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de la mujer, sonrisa que no pudo ver el entrenador debido a la posición en la que estaba, al escuchar las palabras del chico. Conocía al entrenador y sabía que no era ese tipo de chicos, simplemente quería comprobar si el azabache todavía quería a su hija después de tantos meses.

— Entiendo… ¿Podrías explicarme lo que paso? —

Un gran suspiro de alivio se pudo escuchar en la casa, todo el nerviosismo del azabache se había esfumado cuando la madre de Suiren le pidió una explicación aunque más que todo se alivió debido a que su tono de voz había cambiado.

Por los siguientes minutos el entrenador le explicó con lujo de detalle todo lo que había pasado ese día con Mary y el cómo la había conocido, demoró un poco en convencerla de que la chica simplemente era una conocida pero finalmente lo logró.

Y mientras Satoshi explicaba las cosas que sucedieron en Galar, Suiren se encontraba junto con Mao en el bosque. Ambas chicas estaban en medio de una batalla con Primarina y Tsareena que tenían varias heridas en el cuerpo, si bien la pokemon tipo planta tenía ventaja de tipos, no era capaz de finalizar la batalla debido a la diferencia de nivel.

— ¡Patada tropical! —

— ¡Aria burbuja! —

La pokemon tipo planta salió disparada contra su rival pero antes que llegara se vio rodeada por varias burbujas, con la fuerza de sus piernas lograba romper varias de ellas pero la cantidad era demasiada lo que provocó que saliera disparada para atrás cuando las restantes explotaron.

— ¡Muy bien Primarina! ¡Viento hielo! —

Aprovechando que Tsareena estaba en el suelo la pokemon tipo agua lanzó un viento con cristales de hielo que resultó bastante efectivo en su rival.

— ¡Tsareena! —

Mao corrió rápidamente hacía su compañera herida, no estaba completamente fuera de combate pero Suiren detuvo la batalla, se acercó donde su amiga y le dio una superpoción que revitalizo un poco a la tipo planta, bastaría por ahora antes de ir al Centro Pokemon.

Regresó a su compañera, no sin antes curarla un poco, antes de dirigirse a su mejor amiga. — Fue una buena pelea Mao-chan —

La peliverde rio un poco nerviosa. — Si… pero sigo sin poder acertar más de un golpe —

— Pero estas mejorando, das ordenes más precisas y tu capacidad de reacción ha aumentado al igual que Tsareena, no necesitó de una orden para destruir las burbujas y simplemente utilizó su ataque —

— Y aun así no logró acertar el golpe —la pokemon planta bajó la cabeza debido a eso.

— Es solo falta de entrenamiento, nosotras tambien estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo en casa —sacó la pokeball de su compañera con una gran sonrisa.

Una sonrisa se formó en el rostro de Mao. — Eso y que tienes la ayuda del Campeón de Alola — no pudo evitar reír al ver el rostro rojo de la peliazul. — Tal vez debería pedirle que me ayude a entrenar —comentó entre risas.

— …Mao-chan —

— ¡…! ¡Espera! ¡Estaba bromeando! —Mao tuvo que abrazar a Tsareena al ver el rostro molesto de su amiga, le daba mucho miedo cuando se ponía de esa manera.

Regresando a la casa de la peliazul, la puerta se abrió mostrando al azabache quien despidiéndose de la señora de la casa fue a buscar a Suiren. Pikachu se quedó en la casa a pedido de su amigo, suponía que quería enfrentar a la peliazul solo aunque no es como si el roedor pudiera hacer algo.

— ¡Dragonite! —subiendo a lomo de su pokemon dragón emprendió vuelo.

En el camino pudo ver el restaurante Aina y se sorprendió de ver al hermano de Mao saliendo del lugar, al parecer había regresado de su viaje de cocina. Se alegró por eso ya que su amiga peliverde debería estar bastante feliz y no pudo evitar recordar la competencia de cocina que tuvieron con Ulu. Tan metido estaba en sus pensamientos que no escuchó como alguien lo llamaba desde la misma altura.

— ¡Oi! ¡Satoshi! —

— ¿Eh? —el azabache vio a todos lados tratando de buscar la voz que lo llamaba.

No fue sino hasta segundos después que giro su cabeza para atrás que vio a un Charizard acercándose a su posición, reconoció rápidamente a la persona que venía sobre el pokemon de fuego.

— ¡Kaki! —detuvo a su pokemon esperando a que su amigo lo alcanzara. — No esperaba verte por aquí —

— Eso debería decirlo yo, supimos de Suiren que estabas viajando por Galar para participar en la Liga —

— Si… tenía que hablar algo con Suiren por eso vine por un par de días —

— Ya veo, será bueno tenerte aquí pero… —el moreno se detuvo al ver el pokemon de su amigo. — Esa no es la montura para volar por la región, podrías tener problemas por eso —

El azabache reaccionó a lo que dijo su amigo y recordó lo que pasó cuando llegó a casa de la peliazul, más específicamente cuando una oficial Jenny lo detuvo. Dándole la razón a su amigo comenzó a descender, esperaba que no se encontrara con ninguna oficial.


Suiren y Mao caminaban rumbo al restaurante Aina, los pokemon de ambas se habían recuperado en el Centro Pokemon y estaban regresando a casa de la peliverde para comer algo, en el camino no pudieron evitar hablar sobre la prueba que iban a dar.

— Ahora que lo pienso bien, no estoy segura de participar… quiero decir no soy tan fuerte como tu ni Kaki —

La peliazul suspiro al escuchar nuevamente a su amiga decir eso. — Mao-chan eres bastante fuerte y estoy segura de que seremos de las elegidas para ser capitanas, pero... si alguna de las dos no lo logra simplemente nos queda apoyar a la otra —

— Tienes razón, no debo rendirme tan fácil —se dio unos leves golpes en las mejillas mientras flexionaba ambos brazos. — Se que podemos hacerlo —

— Así se habla, estoy segura de que Kaki, tú y yo seremos grandes capitanes —

Mientras seguían su camino no pudieron evitar ver a una oficial Jenny junto a un Dragonite, un Charizard y dos chicos, reconocieron fácilmente a Kaki pero no pudieron reconocer al otro chico o más bien Mao no pudo reconocerlo ya que Suiren rápidamente se adelantó para sorpresa de su amiga.

La peliazul rápidamente reconoció al otro chico y como no hacerlo si se llamaban a diario, algunas veces más temprano y otras tarde, incluso fue ella quien escogió el cambio de ropa del chico en conjunto con Hanako.

— ¡Satoshiii! —

El azabache rápidamente volteó a ver a la dueña de la voz solo para recibir una tacleada en el estómago que hizo que su espalda chocara fuertemente contra el suelo. Cuando abrió los ojos pudo ver a Suiren abrazada fuertemente a su cuerpo, a pesar del dolor esbozo una gran sonrisa por tenerla tan cerca.

— ¡Ejem! —

El entrenador levantó la mirada solo para ver a la oficial Jenny un poco molesta por el espectáculo, no ayudaba de que segundos antes lo habían detenido nuevamente por no utilizar la montura correcta para volar. Gracias a Kaki se estaba librando de una multa hasta que llego Suiren empujándolo al suelo.

Cuando la peliazul se dio cuenta de la oficinal rápidamente se levantó mientras se escondía detrás del azabache, estaba muy avergonzada por lo que había hecho.

— Lo siento por eso oficial Jenny, no volverá a suceder —se disculpó el azabache. — Y sobre lo de Dragonite, bue- —

El chico no pudo terminar de hablar ya que una peliverde se acercó al grupo sorprendida por ver a uno de sus amigos. — ¿Satoshi? ¡Satoshi! —rápidamente abrazó al chico pero este no estaba muy bien equilibrado lo que provocó que nuevamente cayera al suelo.

— Mao… —la peliazul veía fijamente a su amiga quien estaba sobre su novio.

— ¡…! E-Espera Suiren —rápidamente se levantó al ver lo que había provocado mientras se alejaba poco a poco de su amiga. — Es solo que me sorprendí de verlo —

Mientras ambas chicas se ponían de acuerdo, Kaki ayudo a su amigo a levantarse mientras se disculpaban con la oficial por el nuevo imprevisto. La mujer de uniforme simplemente suspiro antes de apuntar algo en un pequeño papel y entregárselo al azabache, esta vez ni un ofrecimiento de autógrafo de parte del campeón fue suficiente.

— … —el azabache solo pudo suspirar derrotado mientras veía como la oficial se alejaba.

Se recompuso rápidamente al recordar el motivo por el que llegó a Alola, las chicas todavía seguían sin calmarse así que el azabache tomó la mano de Suiren para llevársela a otro lado, se disculpó con Mao y Kaki diciéndole que se reunirían después en otro lugar.


¡¿Ehhhhhh?! —

Todos estaban sorprendidos por la declaración que había hecho el azabache. En la Escuela estaban realizando una obra de teatro con Lillie como protagonista y todos los familiares de los estudiantes habían sido invitados. Fue en ese entonces que la madre del entrenador conoció a Lusamine, está ultima le agradeció por todo lo que había hecho el azabache por su familia.

En lo que transcurría la conversación, Lusamine dio a entender que le gustaría que Lillie y Satoshi fueron algo más que solo amigos lo que provocó un sonrojo enorme en la rubia menor y una risa nerviosa del chico algo que dejo pensativa a su madre ya que normalmente no le tomaría importancia.

¿Pasa algo Satoshi? —preguntó viéndolo fijamente, por el nerviosismo de su hijo podía decir que ocultaba algo.

¿Eh? No, no es nada, es solo que… bueno… yo… estoy saliendo con Suiren —

— … —

Las dos mujeres se quedaron en silencio ante lo dicho por el entrenador, Hanako estaba más que sorprendida por lo que había escuchado de su hijo. Una enorme sonrisa se fue mostrando en su rostro antes de dar un grito para posteriormente abrazar a su hijo.

Todos los amigos del azabache, los chicos, lentamente dirigieron su mirada a la peliazul para verla con un gran sonrojo por lo dicho por el chico. Esa expresión simplemente confirmaba lo que el azabache había dicho. Mao, en cambio, estaba bastante feliz por su amiga aunque tambien estaba un poco sorprendida ya que si bien sabía que entre los dos podía ocurrir algo no esperaba que fuera tan pronto y menos que su mejor amiga no se lo haya dicho, tendría que hablar con ella a solas después.

Lillie estaba en un estado parecido al de su amiga peliverde, la aspirante a chef ya le había contado sobre lo que pasaba entre ambos por lo que estaba bastante feliz por sus amigos. Aunque eso no evito que un leve rubor se formara en su rostro al ver a ambos tomarse de la mano.

¿Cuándo paso Satoshi? —preguntó una emocionada Hanako, no esperaba que su hijo consiguiera una novia en Alola, es decir como nunca lo hizo en otras regiones y eso que había viajado con varias chicas lindas.

Bu-bueno… —

Es una lástima —comentó Lusamine. — Esperaba que saliera con mi pequeña Lillie —esto provocó un reclamo de su hija muy sonrojada.

Hanako rápidamente fue con la madre de Suiren, ambas mujeres acordaron cenar juntos ya que la madre del chico quería saber la historia de amor de su hijo. Esto provocó una sonrisa en la mujer peliazul que gustosa aceptó la invitación, si bien ella intuía cuando su hija había comenzado a enamorarse del chico quería escucharlo de boca de ambos.


En una zona de la playa se encontraban Satoshi y Suiren, la peliazul se encontraba viendo el mar aunque sus ojos no desprendían el brillo de siempre, en una de sus manos se encontraba lo que parecía un celular con la pantalla encendida.

El azabache estaba detrás de ella en completo silencio. Cuando llegaron al lugar y antes de que la peliazul dijera algo rápidamente se disculpó mientras le daba su SmartRotom con la imagen que Koharu le enseño. Viendo el desconcierto en el rostro de la chica procedió a explicarle todo lo que había pasado, durante todo el relato la peliazul se quedó en completo silencio y cuando terminó de hablar simplemente se alejó un poco del chico y se quedó viendo el mar.

— Satoshi —llamó la peliazul luego de varios minutos. — ¿Nosotros aún somos una pareja? —

La pregunta dejó helado al chico. — ¿De que estas hablando? Claro que sí, yo te quiero mucho —

Nuevamente la peliazul se quedó en silencio, le gusto la respuesta que le dio el azabache pero cuando veía nuevamente la imagen era suficiente para sentirse molesta, sabía que el chico no era ese tipo de persona pero ella tenía miedo. Cuando el entrenador le dijo que se iría de Alola pensó que la relación que tenían se rompería debido a la distancia, ambos acordaron que tratarían de que funcionase y de cierta forma lo estaban logrando.

Ambos se llamaban diariamente y se quedaban conversando por varias horas, el azabache incluso había vuelto a Alola unos días cuanto todavía era ayudante del profesor Sakuragi, fue en esa ocasión en la que Goh y Koharu conocieron a Suiren y sus demas amigos.

Desde que ambos empezaron a salir no habían tenido ninguna pelea, no es que fuera difícil de evitar ya que ambos siempre se decían lo que tenían en mente. Incluso cuando el azabache una vez le dijo que su comida no sabía muy bien no generó problemas en Suiren quien solo suspiro antes de volver a intentarlo.

Esta sería catalogada como su primera pelea y el motivo por el cual estaba molesta era lo que más le molestaba a Suiren.

Estaba celosa.

La chica que veía en la foto era muy linda y por lo que dijo el azabache era una entrenadora bastante fuerte, si la comparaba consigo mismo ella no era tan fuerte en batalla, de hecho solo tenía dos pokemon y solo entrenaba con Primarina.

Estaba muy celosa pero sobre todo tenía miedo de que el azabache se haya fijado en ella o en otra chica de Galar. No es que ella se considere fea o algo por el estilo pero si hay algo que la molesta, al menos un poco, es su pequeño cuerpo. Comparada con Mao o incluso con Lillie ella no estaba muy desarrollada, algo curioso ya que su madre tenía una figura bien definida aun cuando había tenido tres hijas.

Los pensamientos de la peliazul se vieron interrumpidos por unos brazos que la rodearon, el azabache había crecido un poco por lo que su barbilla descansaba en la cabeza de la chica.

— Lo que te dije ayer era cierto —comenzó el azabache mientras la acercaba un poco más. — Eres la única para mi Suiren —

— P-Pero… ¿Qué pasaría si te enamoras de alguien más en Galar? —

— Eso no pasara —

— ¿Cómo estas tan seguro? —

— Confía en mi —deshizo el abrazó mientras se colocaba frente a la peliazul. — Te quiero mucho Suiren —

Antes de que siquiera la chica pueda decir algo fue atrapada por los labios del chico, la sensación era tal como la recordaba. Podía sentir todos los sentimientos que tenía el azabache a través de sus besos, la calidez tan característica de él. Abrazó más al entrenador mientras una solitaria lágrima caía por su mejilla. No quería perderlo por nada del mundo.

Satoshi podía sentir la desesperación de su novia, le dolía un poco que no confiara tanto en él pero en cierta parte tambien lo entendía. Varias personas, incluida su madre, le habían dicho que las relaciones a distancia tienden a romperse e incluso puede nacer un leve resentimiento o molestia de parte de los involucrados.

Él no quería que eso ocurriese. Suiren era demasiado importante para él como para perderla. Fue ella quien le había ayudado a madurar y era un constante apoyo para su carrera como entrenador. Debía admitir que al principio no tomo su "relación" tan en serio ya que seguía confundido por cómo se habían dado las cosas. Él mismo le había dicho, al día siguiente del beso, que todavía no tenía bastante claro sus sentimientos por lo que no sería correcto iniciar una relación de esa forma.

Esto más que entristecer a la chica solo logró motivarla aún más para conquistar el corazón del entrenador. La peliazul le dijo que solo le diera una oportunidad ya que estaba segura de que lograría que se fijara en ella, Satoshi no sabía por qué pero acepto a lo dicho por, en ese entonces, su amiga.

No le tomo mucho tiempo a la peliazul para conquistar al azabache, de hecho solo necesito una semana para que el entrenador, al finalizar una de sus citas, le confesara todo lo que estaba sintiendo para luego besarla. Desde aquel beso que la peliazul le había dado en su casa no habían tenido otro momento así, de hecho sus salidas parecían las que tenían antes solo con algunas muestras de afecto de parte de la chica como tomar su mano o su brazo.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos debido a un jadeo de parte de Suiren, ambos necesitaban recuperar un poco de oxigeno por lo que se separaron aunque no por mucho tiempo ya que la peliazul nuevamente unió sus labios con los del chico.

Estuvieron en esos durante varios minutos hasta que se sentaron debajo de una palmera para cubrirse un poco del sol. Suiren se sentó a un lado del azabache reposando su cabeza en su hombro derecho mientras tenía los ojos cerrados y unía sus manos.

— No tienes que preocuparte por nada —dijo el entrenador entrelazando sus dedos. — Solo tengo ojos para ti —

— Lo sé —respondió la chica mientras se acomodaba mejor. — ¿Cuándo regresas a Galar? —

Un bufido escapo de la boca del chico. — ¿Ya te aburriste de verme? —preguntó a modo de broma recibiendo un golpe en su estómago. — Me quedare dos días y luego regresare para completar las medallas que me faltan —

— Voy a extrañarte cuando te vayas —

— No te preocupes —recostó su cabeza en la de Suiren. — Cuando termine la Liga de Galar regresaré —

— Si, pero… ¿No te iras de viaje de nuevo? —

— No —respondió rápidamente para sorpresa de la peliazul. — Estuve hablando con el profesor Kukui y pienso tomar el puesto de Campeón de Alola —

Suiren se levantó rápidamente viendo fijamente a su novio, el chico estaba recostado en la arena debido a su acción previa. ¿Estaba jugándole una broma? De ser así lo iba a golpear por hacerlo.

— ¿Estás hablando en serio? —

El azabache se levantó mientras se quitaba un poco de arena del rostro. — Es algo que estuve pensando mientras viajaba, quiero estar a tu lado Suiren —

— ¿Y tú sueño de ser Maestro Pokemon? No quiero que lo abandones… yo estaré bien en Alola, seguiremos hablando como siempre—la peliazul no quería que el entrenador dejase su sueño solo por quedarse a su lado, todos los de la región que conocían al azabache sabían del sueño que tenía y ella no se lo perdonaría si fuera el motivo por cual no lo cumpliese.

Una mano se posó sobre la cabeza de la peliazul, quien levantando la mirada vio la gran sonrisa del azabache. — No estoy renunciando a mi sueño, todavía quiero convertirme en Maestro Pokemon… simplemente alguien apareció en mi mente y quiero estar a su lado el máximo tiempo posible. Ah, pero si no quieres eso puedo cam- —

Nuevamente el azabache termino cayendo de espalda a la arena, una sonrisa se formó en su rostro mientras acariciaba unos mechones azules. Había tomado la decisión correcta. Además, podría seguir entrenando en la región mientras defendía su titulo y ahora que la Liga de Alola estaba certificada por la Liga Pokemon podría participar de la Liga de Campeones. Enfrentarse a poderosos entrenadores como Lance, Máximo o Cynthia era sin duda bastante emocionante.

— … —

Satoshi no podía entender lo que su novia estaba tratando de decir, seguía abrazada a su pecho por lo que solo escuchaba murmullos.

— ¿Suiren? —

— Yo me convertiré en la mejor capitana de la región —declaró la peliazul, una gran sonrisa se formó en el rostro del azabache al escucharla. — Entrenare y entrenare para ser digna de ser conocida como tu novia… No, me haré un nombre propio como la mejor entrenadora de Pokemon tipo agua —

— Estoy seguro de que lo lograras y quiero estar a tu lado cuando eso suceda —

— Satoshi… —

Una ronda de besos, iniciada esta vez por la peliazul, comenzó y prosiguió durante varios minutos. Ambos seguían en la misma posición, Suiren recostada sobre el azabache quien a su vez seguía sobre la arena. Luego de varios, varios minutos ambos se dirigieron a la casa de la peliazul. Tenían que aprovechar los días que el azabache se quedaría en Alola para salir y entrenar para la prueba que tendría la peliazul.

— Por cierto… me quedare en el Centro Pokemon durante estos dos días —dijo luego de unos segundos.

— ¿Eh? ¿Por qué no te quedas en mi casa? —en otro tiempo esto hubiese sacado un gran sonrojo en el rostro de la peliazul pero ambos habían compartido habitación cuando el chico se quedaba a dormir antes así que ya se había acostumbrado.

— N-No hace falta, no quiero incomodarlas y el profesor Kukui debe estar ocupado con Lei así que el Centro Pokemon esta bien —respondió un poco nervioso.

Una sonrisa burlona apareció en el rostro de la peliazul al entender el motivo por el que el azabache actuaba de esa forma. Ya había pasado un par de veces cuando todavía estaba en la región.

— ¿Tienes miedo de que mi mama se entere de tu infidelidad? —

Una mueca se formó en el rostro del azabache, no negaba que la peliazul acertó pero no quería aceptarlo tan fácilmente por lo que solo apresuró el paso mientras escuchaba las risas de su novia.


Fin

Tercer capitulo terminado con la favorita de algunos, parece ser la que tiene menos fans si se la compara con la rubia o la peliverde. Este capitulo tuvo varios, demasiados para mi gusto, cambios y resultó el mas largo hasta ahora.

Lo de Alola Surprise! solo quedara como el titulo, ya me resigne. xD

Como mencioné líneas arriba, esta colección de historias no solo se van a centrar en el trio principal de chicas de Alola, curiosamente me vino la inspiración para un capitulo del mostaza con las tres al mismo tiempo mientras escribía las respuestas xD, como seguía diciendo, hay varias chicas que podrían encajar bien como Acerola, Matsurika o la misma Kahili, las tres me gustan por lo que cada una tendrá su capitulo. No puedo asegurar una pareja al 100% en los próximos capítulos pero si que tengan uno que otro momento romántico, espero explicarme bien, por eso tome como genero secundario "amistad" cuando publique el fic.

Siguiente Pokewaifu: Acerola.

PD: El siguiente capitulo va a demorar varias semanas quizás hasta un mes, o algo mas, en publicarse, he regresado a la universidad y entre estudiar y el trabajo no hay mucho tiempo. Tambien tengo que actualizar mi otro Fic de SAO que esta un poco, por no decir muy, abandonado xD

PD2: Como uso los nombres japoneses de los personajes puede que no sepan quien es Mary, es la que aparece en el juego de Sword and Shield, Marnie, Roxy, la gótica... tambien si no saben quien es Kibana es otro del juego SWSH, Roy, Raihan, el rechazado por Sonia...