¿Cuándo descubrió que era una persona con instintos psicópatas? Quizás a los doce años cuando junto a Ryusui terminaron por aceptar juntos lo que eran, después de ese torpe accidente, el cual juntos ocultaron con su ingenio y la rápida acción del mimado de su amigo.
No. Lo suyo era un patrón familiar, diría que genético. Desde su padre hasta su hermana menor.
Aunque era lo menos que le importaba en esos momentos, simplemente se aceptó así y sabía que con su mente y todo el maldito dinero de Ryusui, nada le saldría mal. Y necesitaba de Ryusui cuando la vio a ella.
Cabello rubio, figura esbelta, rasgos finos y lo más importante de todo. Sus ojos, los preciosos ojos aguamarina no llegando a ser del todo azules, era un total contraste con los suyos propios, sus ojos rojos lograban reflejarse en los de ella cuando se quedó embobado admirándola.
Dos minutos, cuarenta segundos exactos.
—Ah, perdón. Pasa .-se hizo a un lado de la puerta dejándolo entrar, mientras él daba una última y rápida mirada a todo su cuerpo-. Soy Kohaku. Yamaha Kohaku .-le extendió la mano la cual, él no perdió tiempo en tomar, deleitándose con su suavidad. Totalmente contrario a él-. Tú debes ser el amigo de Chrome.
—Ishigami Senku .-sonrió ladino, sin dejar de observar sus atrapantes ojos. Demonios, ya lo tenía donde quería-. Bienvenida a Tokyo, supongo.
Lamentablemente su encuentro se vio interrumpido por la torpeza de Chrome que corrió con su encargo. Maldito sea el inútil de su amigo, también maldito sea Ryusui que le mandaba mensajes al celular en el peor de los momentos, cuando conoció a esa maravillosa mujer.
Tomó el frasco y se despidió, ya en el ascensor del edificio se quedó pensando en que solo habían sido cinco malditos minutos en los que hablaron, cinco malditos minutos donde ella se había robado su corazón con tan corto intercambio de palabras
Observó su mano, aun sintiendo la ausencia del calor y suavidad de las de ella.
—Kohaku .-susurró en una sonrisa, viendo su reflejo en el espejo del ascensor-. Diez billones de puntos para ti.
Una vez reunido con Ryusui en el muelle de la familia de este, habló con toda confianza.
—Me enamoré de alguien .-si, amor. Por muy cursi que sonará eso era lo que sentía, amor por aquella rubia y deliciosa mujer.
Ryusui, lejos de asombrarse le sonrío mientras tomaba el otro frasco de metal con el ácido que él había traído, a saber, para que lo ocupase el mimado, pero a él le quedaba suficiente para sus experimentos.
—Ya era hora que te interesará alguien.
Sí, ya era hora de que alguien activará la parte obsesiva en su cerebro.
No hizo ningún movimiento con la Leona, como la apodó, más que llegar a saludarla u observarla a lo lejos mientras ella estaba en el club de artes marciales, dando gracias que su amigo Tsukasa también perteneciera a este y así pasar desapercibido, pero lo que era seguro es que cada vez que ella lo saludaba, la producción de hormonas de felicidad aumentaba en su cerebro.
Hasta que un día, otra vez gracias a Chrome, tuvo oportunidad de hablar mucho más tiempo con ella.
—¡Rayos! .-ella suspiró y para después morder la uña de su pulgar, acción que a él le molesto-. Ese idiota, le dije que me ayudará a estudiar.
—No hagas eso .-no le importó que su voz sonara molesta, ella estaba dañando una preciada parte de su cuerpo. Todo en ella era preciado-. No es bueno que te muerdas las uñas .-se acercó a ella a un paso firme, llegando a interrumpir el espacio personal de ella, notando que como su cuerpo se tensaba. Excelente-. Te ayudo, Leona.
Ignoró sus reclamos y procedía a ayudarle con su estudio, cosas tan básicas a su parecer, pero mientras lo dejaran compartir tiempo con ella, sería feliz. Una vez terminada la lección, ella habló de un pago y ya tenía bien pensado lo que quería.
Al admirarla con el cabello suelto, le pareció ver a estar viendo algún tipo de arte, la simple imagen de ella así lo volvió mucho más adicto, comenzando a pensar lo bien que sería verla todo el tiempo así, porque su cabello atado le provocaba otro tipo de pensamientos.
El susurró que se le escapó, al menos no fue escuchado por ella.
—Me gusta
—¿Disculpa?
—Que ya está. Puedes volver a ser una Leona.
Ella comentó que debían retirarse, pero él ya tenía planes esa noche después de pedir la autorización para observar la luna en su mejor punto. Suerte de la suya cuando ella quiso observarla junto a él en la azotea.
Ella comentó sobre la buena vista que tenía, pero eso él ya lo sabía. Ya había pedido a su amigo mimado recolectar toda la información posible que hubiera de ella, desde sus pasatiempos, relaciones anteriores y fichas médicas.
La suerte otra vez pareció estar de su lado, cuando después de la extraña pregunta sobre cuánto tiempo llevaban allí y él respondió que solo quince minutos ella soltó una nueva e importante información.
—Creo que estoy enamorada de ti Ishigami Senku.
No le sorprendía, toda la charla que habían tenido en ese lugar fue puramente para cortejarla. No pudo evitar agrandar la sonrisa en su rostro después de eso.
—Interesante.
Ya tenía listo su siguiente movimiento después de dos meses de conocer a Kohaku. En uno de los almuerzos que compartieron y ella dejó su bolso sobre la mesa mientras iba al baño, busco rápidamente las llaves del departamento de ella, colocándolas sobre la plastilina, asegurándose que la forma quedará muy bien grabada y después quitar los restos del metal.
¿Qué si temía si alguien lo vio? No. Y de hacerlo y enterarse que alguien lo delató... Bueno, sería historia.
Una vez estuvo lista la copia, solo tenía que sobornar al encargado del edificio, bastante fácil porque, en palabras de su amigo, el mundo se movía con dinero.
Con su propia copia, abrió la puerta del pequeño departamento, recorriendo toda la sala, hasta que algo llamo su atención. Sobre la pequeña mesa que había en medio de la sala, una pequeña liga para el cabello, con tres cabellos rubios aún allí, la tomó con cuidado de que estos no se cayeran por ningún motivo y sonrió feliz ante su hallazgo, colocó la liga en una bolsa plástica que había traído para luego caminar hacia el dormitorio, encontrando tres fotos colgadas allí, una era de ella alzando una medalla con una sonrisa, era apenas una niña.
Él se preguntó, si se hubieran conocido antes ¿Ella habría sido su salvación o la que lo habría hundido antes de tiempo? Posiblemente la segunda opción. Las otras dos fotos eran de ella junto a otra chica rubia, supuso que sería su hermana por el parecido, además de que ahora también entendía a su amigo Chrome cuando le dijo que la hermana de Kohaku se diferenciaba de ella más en personalidad que nada, pero para él, los ojos de la otra no eran igual a los de su amada.
Recorrió el cuarto, abriendo el guardarropa y encontrando una caja abierta, con un montón de cosas en esta, seguramente por falta de espacio ella no las saco, pero lo que captó la atención de él, fue la medalla al fondo de la caja, la misma que había visto en la foto y no perdió tiempo en sacarla del lugar, guardándola en su bolsillo con una sonrisa.
Camino hacia el baño del cuarto, encontrando otra liga con cabellos rubios, de igual manera la tomó y colocó dentro de la bolsa. Viéndose al espejo se dio cuenta de lo que hacía, pero ya había tomado una decisión.
Kohaku sería suya, tarde o temprano ella le pertenecería a él, y solo a él.
En su habitación, se encontraba observando la medalla entre sus manos hasta que la puerta se abrió, él ni siquiera se molestó en ocultarla.
—¡Senku! Vamos a jugar .-su hermanita, Suika le sonreía mientras se acercaba a él. Solo que la niña frunció el ceño luego de ver la medalla en sus manos-. ¿Qué es eso?
—Una medalla, enana .-rio ante la rabieta que seguramente comenzaría si no explicaba eso, así que saco su celular y lo alzó mostrándole una de las fotos que había sacado cuando Kohaku estaba distraída entrenando.
—¡Que linda! .-la expresión en cara de Suika cambio rápidamente arrebatándole el aparato-. ¿Es tu novia? ¿Ella vendrá a jugar conmigo?
Casi sentía pena de que esa niña algún día, seguramente, recorrería los mismos pasos que él.
—Pronto Suika.
—Ella si me gusta para ti. Puedo compartirte con ella, así como comparto a papá con mamá, y como comparto a mamá con papá.
Senku se carcajeo ante esa afirmación, a sus siete años, ella ya era celosa con todos en su familia, no permitiendo que nadie que le cayera mal entrará a esa casa, aún recordaba la rabieta que había armado cuando el antiguo productor de Lillian entró a la casa para organizar unas cosas de la nueva gira de su madrastra, pero la niña tuvo razón en eso. El hombre estaba interesado en la cantante. Lastimoso destino había tenido.
—A mí también me gusta .-acercó la mano a acariciar la cabeza de su hermanita con ternura-. Creo que la amo.
—¡Espero que la traigas a casa pronto!
Sí, él también esperaba eso.
Casi le dio un infarto cuando vio a Kohaku con aquel vestido azul, que solo le llegaba hasta las rodillas, pero supo disimular la reacción cuando ella se sentó sobre la mesa del laboratorio, mientras él analizaba unas muestras.
Esa había sido una nueva rutina establecida, ella acompañando y ayudando en algunas cosas, solo para estar junto a él, porque ella ya se había declarado enamorada. Solo que él, quería comprobar que eso fuera verdad, solo había pasado un mes desde aquella confesión apresurada.
—¿Puedes ayudarme a estudiar inglés? Juro que te invito un plato de ramen, pero necesito pasar el examen .-ella junto sus manos y lo observó con una expresión suplicante en el rostro.
Él podría matar a alguien si ella se lo pedía, más ahora que usaba ese maldito vestido azul que lo estaba volviendo loco de solo pensar lo que podría llegar a hacerle si se lo levantará tan solo un poco más.
—Claro Leona, pero de hecho también debo dar una tutoría en inglés.
Si, siendo tutor de varias asignaturas era como obtenía sus beneficios para usar el laboratorio en sus propias investigaciones, eso y cualquier otro lugar de la universidad que necesitará.
La decepción en el rostro de ella se hizo presente ¿Acaso?... Disimulo una sonrisa antes de volver a hablar.
—Pero, no es necesario que estés en esa misma tutoría. Podemos estudiar ahora si quieres.
Y la sonrisa que ella le dio confirmó que la expresión había sido porque esa petición, era solo una excusa para estar a solas con él, sí, eso era más que seguro porque sabía que ella hablaba bien y entendía perfecto el idioma gracias a la información de Ryusui. Vaya Leona astuta.
Nuevamente con un soborno y a sabiendas que Kohaku se encontraba en un entrenamiento, volvió a entrar al departamento de está, esta vez tendría más tiempo para estar en el hogar de su amada Leona.
Sin pensarlo dos veces, caminó directo a su cuarto, al ver la cama se imaginó lo hermosa que se vería ella durmiendo, entre sus brazos de preferencia ¿Cuánto más aguantaría el impulso de simplemente ser él quien dé el paso a una relación? Las señales de ella eran obvias, pero él jamás fue muy abierto como para darle alguna, más que esas sesiones de estudio privadas en el laboratorio, solo para ella.
Algo llamó la atención de sus ojos, en un cesto de seguramente ropa sucia, al final de todo estaba el condenado vestido de la última vez, llamándolo a tomarlo y sobre todo recordando lo bien que se veía ella con aquella prenda de ropa, recordaba además que ese día tuvo que aguantar las ganas de lanzar ácido en la cara de todos aquellos que al igual que él, observaron su cuerpo deleitándose con su figura.
Menos mal llevo su mochila ese día para guardar la prenda rápidamente.
Ya en su casa, guardó el vestido dentro de su baúl, dónde estaban las ligas y medallas. Además de la única prueba que lo incriminaba del primer arranque de ira que tuvo en su niñez.
Volvió a sentarse frente su escritorio, justo al tiempo en que su padre entraba al cuarto.
—¡Senku! ¿Qué tal la universidad hijo? .-la sonrisa de su padre era igual de boba que siempre, mucho más desde que conoció a Lillian.
—Lo mismo de siempre .-hurgó en su oído con los ojos cerrados, no había más que decir en ese tema porque Byakuya sabía que él era un genio.
—¿Algo nuevo que contar? ¿Ya tienes novia?
Seguramente, Suika ya había hablado con su padre de la vez que lo encontró observando la medalla, no era algo que le interesará si es que su viejo lo sabía.
—No. Aún no, viejo.
—Esperaré con ansias conocerla, Senku.
Sí, él también esperaba presentarla tan pronto como fuera posible a su familia.
Se le ocurrió que sería buena idea invitar a Kohaku a una de las fiestas de Ryusui, después de que el maldito estuviera de insistente en querer conocerla, su mala suerte fue que también se encontraba Magma.
En el momento que él se alejó de ella para ir al baño, el maldito había comenzado con su acoso hacia la rubia. Agradecía la intervención de Chrome, aunque Magma no se salvaría tan fácil.
—¿Estás bien? .-se acercó a la rubia con un vaso de cerveza en su mano, el alcohol podría hacerle olvidar el enojo.
—Sí, Chrome me sacó de ahí antes de que yo golpeara al tipo .-bufó mientras cruzaba los brazos sobre su pecho, él reconoció el movimiento como parte de su molestia.
Esa noche la acompañó a su edificio, tratando de alargar el tiempo con ella, sobre todo era eso.
—Gracias por invitarme, la pase bien... De no ser por el idiota la hubiera pasado mejor .-la sonrisa que ella le regalo, se quedó en su mente como no tenía serio lo hubiera golpeado, pero no quería dejarte en vergüenza.
—Hubiera estado más que feliz que le rompieras la cara a ese maldito .-sonrío ladino, girándose sobre sus pasos, tenía cosas que arreglar-. Descansa, Leona.
—¡No soy una Leona!
Sí lo era, una demasiado feroz a la que pronto dominaría. El celular en su bolsillo sonó, justamente siendo la persona en la pensaba.
—Muelle, bodega 10, ahora .-la voz de Ryusui sonaba burlona, eso significaba que tenía algo que mostrarle.
Llegó justo cuando Ryusui estaba con una palanca en la mano, sonriendo mientras señalaba al sujeto maniatado sobre la silla. El hijo de perra de Magma.
—¡Tú y yo pensamos igual, Senku! .-chasqueó los dedos mientras le entregaba la herramienta.
—¿En serio por Francois? ¿Cuándo se te va a ocurrir confesarte? .-bufó arrebatando la palanca de las manos de su amigo y acercándose al tipo que parecía estar inconsciente.
—Soy feliz teniéndola junto a mí, todos los días, siempre conmigo .-otro chasquido junto a la sonrisa burlona, tomando un balde de agua fría-. ¿Lo despertamos?
—Edipo .-se burló de su amigo, el apodo burlesco que le colocó junto a Gen cuando esté les confesó estar enamorado de la mayordomo que lo cuidó durante casi toda su niñez-. Hazlo.
Ryusui tiró el agua sobre el tipo robusto, quien despertó completamente desorientado. Al notar que no podía moverse en su lugar, forcejeó un poco hasta levantar la mirada hacía sus captores.
—¡¿Qué mierda Ryusui?! ¡¿Esto es otra de tus bromas?!
Senku rodó los ojos ante el escándalo provocado, si bien estaba esperando eso, lo irritaba.
—¿Por qué lo invitaste? Nos hubieras ahorrado todo esto .-suspiró hurgando en su oído con el meñique hasta caminar frente a Magma, quien seguía soltando preguntas e insultos.
—Simple cortesía .-Ryusui rio mientras se acercaba a recargar un brazo sobre la cabeza de Magma-. ¡Hey Magma! ¿Quieres saber la razón del porqué estás aquí? .-de un momento a otro, su cara se puso completamente seria-. Porque yo odio que toquen a mi Francois
Magma se quedó viendo a ambos jóvenes frente a él, sin llegar a entender lo que estaba pasando, pero cuando su vista se fijó en Senku alzó la ceja.
—¿Y tú por qué estás aquí, Ishigami?
Senku simplemente sonrió mientras alzaba la palanca para luego golpear a Magma con esta misma, al tiempo que Ryusui se alejaba y reía escuchando la maldición de Magma.
Mandando a ambos chicos al infierno.
Observar esa medalla entre sus manos le hacía sentir en paz después de lo hecho hace un par de noches. Sabía que todo era por ella, algún día incluso podría llegar a confesar su mayor secreto con ella, porque Kohaku era hermosa, para Senku ella era única.
Rebuscó entre el baúl aquel vestido azul ¿Por qué ese parecía ser su color? Aunque sus ojos no lo eran del todo, porque cada vez que hablaban, cada vez que estaban juntos y ella lo miraba, podía ver el reflejo de sus ojos carmín, pero ella siempre se ponía nerviosa cuando él se quedaba observándola más de la cuenta.
Era su culpa, ella era perfecta, si no fuera tan única, él jamás se hubiera fijado en ella, jamás habría despertado esa parte obsesiva en su cerebro.
Nunca tuvo interés en el sexo contrario, jamás le llegó a llamar la atención la presencia femenina y con tan solo cinco minutos de charla, ella ya lo tuvo a sus pies.
—¿Qué demonios me hiciste, Leona? .-acaricio la tela del vestido, recordando cómo se veía con el puesto, su figura esbelta marcada-. Mierda .-se llevó el vestido hasta la nariz y olfateo un poco, ya no debería de tener su olor, pero no importaba, él lo recordaba-. Algún día Leona.
Sonrió ladino mientras volvía a meter el vestido al baúl, tenía que ir a cenar junto a su familia.
Las vacaciones llegaron, y él había temido perder contacto con ella por esas fechas, sorprendentemente ella le escribió apenas una semana después de iniciadas estás, invitándolo a ver una película a su departamento. Era ahora o nunca.
Ni siquiera tomó atención a la película, pero en un momento su mano quedó apoyada sobre el hombro de la rubia, descansando allí de manera casual, aunque ese simple toque significará mucho más para él.
—Oye Leona, estás muy callada hoy .-era más un reclamo porque ya estaba extrañando su voz.
—Ah, es que me entretuvo la película.
—Si, puedo decir que me gustó .-pudo notar que su cuerpo estaba tenso ¿Tan nerviosa la ponía estar cerca de él? Lejos de molestarlo, adoraba provocar eso en ella-. ¿Qué harás para las vacaciones? .-giro la mirada hacia ella, observando su perfil. Mierda, le encantaba.
—Planeaba volver a mi pueblo, pero si voy no tendré dinero para ir en navidad .-Kohaku se giró para verlo y él casi deja escapar una sonrisa ladina al notar el nerviosismo en sus ojos.
—Entiendo .-bajo la mano que estaba en su hombro, acariciando su brazo divertido con mirada que tenía la rubia mientras se acercaba más a ella-. ¿Qué sucede?
—Estoy enamorada de ti.
—Perfecto.
Y ya no perdiendo más tiempo, se acercó a besarla de la manera más suave que pudo, ni siquiera temió a no ser correspondido porque ella ya se había declarado enamorada de él, y dos veces.
Había estado esperando tanto por ese momento, en tocar sus labios, en sentir la suavidad de sus mejillas mientras acercaba las manos para sujetarlas, acariciándolas suave y lento, no queriendo que eso termine, aunque ahora tenía que dejar algo en claro.
—Sé mía
—Va-Vale .-tan rápido como respondió, Kohaku lo volvió a besar.
Ese día volvió con una sonrisa a su casa. Al fin Kohaku era solo suya.
¿Era raro volver a verla tres días después de eso? Se habían mandado mensajes y Senku ya había confirmado que era la mejor chica que pudo encontrar, no se molestaba si es que tardaba en responder y tampoco era insistente. Bueno, eran solo tres días de relación.
El primero en saber de eso fue Ryusui.
—¡Me alegro por ti, bribón! Espero sepas hacer feliz a esa bella dama .-el Nanami sonreía mientras revelaba sus cartas a la mesa, llena de fichas de House.
Senku rodó los ojos revelando la escalera real y tomando las fichas para él, esos había sido algo tonto por parte de su amigo.
—¿Cuándo volverás a traer a tu novia a una de mis fiestas?
—¿Para repetir lo que pasó? No gracias. Me estoy pensando no volver a venir a tus fiestas llenas de gente idiota.
Lamentablemente para él, Ryusui ya había conseguido el número de Kohaku unas semanas después, y como él no quería dejarla sola por miedo a que le pasara algo, fue a regañadientes.
—Eres un hijo de perra .-gruñó mientras observaba como Kohaku jugaba junto a Chrome y Minami a ver quién bebía más rápido.
—Senku-chan~ Adoro a tu novia .-Gen alzó su vaso mientras pasaba una mano sobre los hombros de su amigo-. Es divertida, me sorprende que no los haya visto juntos en la universidad.
—¡Jajaja! La bella Kohaku me agrada .-chasqueo los dedos entregándole un vaso a Senku, siendo recibido con mala cara por parte de él-. ¡Es perfecta para quitarte esa cara de amargado que tienes!
Si, Kohaku era perfecta, perfecta y suya.
Ni bien habían pasado unas horas desde que había llegado, Kohaku le dijo que se iría a su departamento gracias a lo mareada que estaba.
—Te acompaño.
—¡Tranquilo! Acabo de pedir un auto de servicio y ya está esperándome afuera .-ella noto la mueca en su cara y se acercó a besar su mejilla con el rostro ligeramente sonrojado, tanto por el alcohol como por su acción-. Disfruta por mi ¿Sí?
Mierda, si ella se lo pedía de esa manera no podía negarse.
Trato de divertirse, en serio que trato, pero ella seguía en su mente preguntándose si había llegado bien y cuando por fin tuvo respuesta en el mensaje que le envío, se arrepintió tanto se no haberla acompañado.
—Ryusui .-gruño mientras jalaba a su amigo fuera de la sala donde se estaba dando la fiesta, sin darse cuenta de que eran observados.
Una vez fuera, mostró el mensaje y exigió a su amigo que mueva sus fuentes de información rápido para dar con el paradero del conductor bastardo que vio a su novia de forma obscena.
—Dame cinco minutos y tendré el nombre, dirección y patente del tipo.
Efectivamente cinco minutos después, Ryusui le entrego la información necesaria, ahora solo faltaba saber cómo deshacerse del tipo.
—¡Conozco esa mirada! .-Ryusui sonrió chasqueando los dedos, el maldito lo conocía-. Y lo quieres hacer ahora.
—Dos opciones, capitán. O lo baño en ácido o...
—O dejas que mande a alguien y salimos inocentes de esto. Si te vas ahora, te seguiré y el anfitrión no puede abandonar su propia fiesta.
—Nunca te pedí que vinieras conmigo .-él nunca le pidió nada, Ryusui solo se metió en eso. Senku sentía que era su culpa que él fuera así, de no haberse conocido quizás sería otra la historia.
—Soy tu amigo, lo que hagas tú también me involucra a mí.
Dejo que Ryusui se encargará de eso, y a la mañana siguiente no pudo evitar soltar una carcajada cuando vio el reporte del accidente vehicular.
Si, mientras él tuviera a Ryusui, nada le podría salir mal.
Siendo su primer mes con Kohaku, era hora de presentar a la rubia con su familia, solamente advirtiendo a su padre que no se pasará con sus bromas antes de traerla.
—¿Qué pasa? .-ya estaban frente a la puerta de su casa y ella parecía más nerviosa que de costumbre.
—Senku... ¿Y si no les caigo bien? .-lo vio con terror y tomo sus manos reflejando aún más su nerviosismo-. ¡¿Y si le caigo mal a tu madrastra?!
Vale, que ella era demasiado para él.
Sonrió ladino sin contestar a eso, y abrió la puerta dando aviso de su llegada.
—¡Senku! ¡Al fin trajiste a tu novia! .-y allá iba la buena presentación, Byakuya se acercó a Kohaku tomando su mano entre las suyas y haciendo un reverencia-. Soy el padre de Senku, Ishigami Byakuya. Por favor, cuida del mal humorado de mi hijo, te doy las gracias por soportarlo.
—¡Oh! Ya estás aquí .-Lillian se acercó a ellos, dejando a Kohaku con la boca abierta ante la revelación de quién era su madrastra-. ¡Bienvenida, Kohaku!
Y como final, su hermana apareció corriendo, abriéndose paso entre los adultos
—¡Hola! ¡Soy Suika y tú eres Kohaku! ¿Verdad? ¡Eres muy linda! .-la niña pasó de él y tomó la otra mano de Kohaku, sonriendo mientras trataba de jalarla dentro de la casa-. ¡Ven a jugar conmigo!
Observó divertido la cara de Kohaku viendo completamente embobada a su hermana, ese era el efecto que la niña producía en las personas, aunque, que ella quisiera compartirlo con Kohaku, no significaba que él quisiera compartir a su Leona.
—¡Ya suéltenla ustedes dos! .-gruño alejando tanto a su padre como a su hermana, a lo que ambos lo vieron con una sonrisa burlona por su reacción.
En la cena, Kohaku lo pateó por debajo de la mesa cuando comenzó a hablar con Lillian, seguramente molesta por no haber dicho exactamente que la cantante era su madrastra, pero bueno.
Pronto aprendería a quitarle el enojo.
Dos meses exactos habían pasado desde que comenzaron a salir, desde que ella era suya, pero ahora iría por el plato fuerte. Ya había planeado quedarse con ella en el departamento, solo que debía de disimular su verdadero propósito.
Ella insistió en que se quedará, argumentando que ya era tarde y eso solo le provocó sonreír, ella era tan amable en algunas cosas. ¿Se la merecía? Sí, en su mente, ella estaba destinada a ser suya.
—¿Qué sucede? ¿Quieres un beso de buenas noches?
Oh, él quería más que eso esa noche.
—Si .-la jalo del brazo para que quedara recostada sobre él mientras que con su otra mano la tomaba de la nuca acercarla y unir sus labios.
Necesitaba hacerla entender, que ella era suya y la mejor manera, era tomar lo que por derecho era suyo, su primera vez, su cuerpo, ella le pertenecía. Kohaku era su mujer.
Ni siquiera pensó mucho, ella misma lo encaminó hasta su cuarto para que él terminará de hacer lo que tenía en mente, pero se dio una nota mental de conseguir el conjunto de ropa interior azul que llevaba esa noche puesta.
—Sé mía .-aun sabiendo todo lo nerviosa que estaba, no dejaba de admirar su rostro sonrojado por el calor del momento-. Leona...
Cuando ella afirmó serlo, no pudo más y entró en su intimidad tratando de contenerse, tratando de hacerlo lo más lento posible, sin querer lastimarla, su mente quedo en blanco solo por unos segundos cuando ella en medio de eso afirmó también amarlo.
Solo podía gruñir ante eso, pronunciar una calmado "Yo igual" y seguir en su tarea de darle placer, en poseerla, en dejar en claro que le pertenecía.
Igual que otras veces, había sido tan fácil entrar a su departamento, buscar el bendito conjunto azul, que lo volvió mucho más adicto a ella y su otra misión allí.
Había trabajado hace bastante tiempo en eso, era el mejor su mejor inventos hasta ahora.
Dos minicámaras, que ni siquiera se notaban una vez las colocó en la esquina del cuarto de Kohaku y otra en la sala, necesitaba estar pendiente de ella aun cuando no pudiera estar con ella ¿Y si otro idiota como él aparecía? No podía llegarse a imaginar eso.
Ya en su casa, en su cuarto encendió su laptop y efectivamente, las cámaras funcionaban de maravilla, en ese momento Kohaku estaba recostada mientras parecía escribir en un cuaderno ¿Un diario de vida? Nunca se imaginó que ella fuera de esas chicas, vaya caja de sorpresas era esa Leona
—Me pregunto, Leona .-sonrió pasando el dedo por la pantalla de la laptop, justo sobre la cara de la rubia que se veía en esas grabación continua-. ¿Estoy yo en tus pensamientos? ¿Estás tan enamorada de mí como yo lo estoy de ti, Kohaku?
En su mente, esperaba que sí, porque de no hacerlo... Bueno, ella era suya, nadie más podía tenerla, ni, aunque ella lo terminará dejaría que otro idiota se le acerqué.
Y ese idiota llegó a principios de su tercer mes.
—Senku-chan~ Parece ser que alguien está molestando a tu novia .-Gen sonreía mientras lo picaba con un palillo, su amigo lo acompañaba a almorzar en la soledad del laboratorio-. ¿Qué harás al respecto?
Oh, ya había hecho algo, había pedido a Ryusui que enviará a alguien a darle una golpiza, algún simio fortachón o un par de matones, lamentablemente el tipo había sobrevivido a eso.
—Sé tus traumas, Senku .-si él se consideraba peligroso, creía firmemente que Gen lo era más gracias a su conocimiento en psicología-. Sé lo que tú y Ryusui hicieron con Magma.
—¿De qué demonios hablas? .-frunció el ceño, dejando de lado su almuerzo por completo ¿En qué momento Gen se dio cuenta?
—Oh vamos .-el de cabellos bicolor agrandó su sonrisa, había dado en el blanco al mencionar ese incidente-. Escuché a Ryusui cuando te llamó para ir al muelle, después también los escuche hablando fuera de la fiesta, mis felicitaciones para ustedes por ocultar tan bien sus huellas, pero te recuerdo que también soy parte del incidente de hace ocho años. Déjame jugar a mí también.
Gen había sido víctima menor en todo lo ocurrido en su preadolescencia, su amigo nunca hizo nada, los responsables fueron Ryusui y él.
—Mentalista ¿Qué mierda planeas?
—Denme una oportunidad, dejen que los estudié para mis libros y yo me encargaré de atormentar a sus víctimas mucho más.
Sabía que con Gen debía irse con cuidado, pero también necesitaba hacer una pregunta.
—No lo haces por estar interesado en Kohaku, ¿Verdad?
La mueca que él le hizo antes de responder le confirmó que podía confiar en él.
—Nunca me metería con la novia de un amigo, mucho menos con la tuya.
Y había sido bueno sacarles provecho a las artimañas psicológicas de Gen, porque disfruto ver a Ginro asustarse ante todo el mundo, incluso llegó a alejarse de Kohaku un buen tiempo.
Si quería que Ryusui colaboré con él, él debía de colaborar con Ryusui.
—Deshazte de ese tipo, me enferma que cada día salude a mi Francois con una sonrisa.
Estaban en la mansión del mimado Nanami, mientras le señalaba al hombre fuera, podando el pasto de su jardín.
—¿Y qué demonios quieres que haga?
—Tú puedes pensar en algo, camarada. Cuento contigo para esto.
Suspiró resignado a eso, ni siquiera era su tema, pero el pobre diablo se había metido con la mujer de su amigo, así que era tiempo de pagar parte de lo que le debía.
—Consígueme una puta rana que tenga batracotoxina, y tu maldito jardinero se va a atragantar con su comida.
Ryusui chasqueo los dedos, y sí, al día siguiente tuvo que mentirle a Kohaku para tener tiempo de extraer una suficiente cantidad de veneno de esas ranas exóticas.
Le debía demasiado a la amistad que tenía con Ryusui, que nunca se negaría a lo que le pidiera.
El hijo de puta de Ginro había vuelto con los acosos hacía Kohaku, eso ya lo tenía harto, pero justamente agradecía tener que darle tutorías a su hermano, Kinro.
—El brodifacoum y la clorofacinona están presentes en las mayorías de veneno para ratas, así que ni se te ocurra tratar de probar el queso que traen algunas trampas .-sonrió mientras señalaba la trampa sobre el mesón-. Solo un idiota lo comería.
—Conozco a alguien que lo haría sin pensarlo .-el castaño de lentes suspiró mientras tomaba la trampa entre sus manos-. Gracias, te debo una Senku.
Ese plan dependía de que tan idiota fuera Ginro, ya había visto que lo era bastante después de que comió unas plantas que creyó lo fortalecerían para su enfrentamiento contra otro luchador del club de artes marciales.
Y sí, tres días después Ginro había consumido el queso que Kinro se había llevado cuando se la dio.
Ese había sido su único trabajo fácil.
A fines del quinto mes de estar con Kohaku, una de sus compañeras de carrera, Ruby, había comenzado a fastidiarle la existencia, tanto que había logrado que su Leona se pusiera celosa ¿Cómo podía? Ella era lo único que él necesitaba para vivir, la única en su mente, su única obsesión
—No deberías molestarte tanto, Leona .-sonrío mientras terminaba de leer el cuaderno donde ella ponía anotaciones de su vida, ese maldito cuaderno tenía tanta información sobre su Leona, que había estado tentado a leerlo desde que la vio por medio de sus cámaras-. Creo que necesito motivarte.
Ya de vuelta en su casa, le escribió para decirle que se pusiera su mejor vestido porque al día siguiente tenía algo preparado para ella.
Nunca se consideró del tipo romántico, ni siquiera cursi porque era algo que le enfermaba, pero a ella podía darle uno que otro detalle.
—Cuando dijiste que saldríamos a comer, nunca me imaginé que sería en un lugar como este .-ella tenía un vestido ceñido al cuerpo con un escote que lo estaba tentando demasiado-. ¿Cómo conseguiste reserva en este lugar?
—¿Te gusta? .-sabía la respuesta, porque era algo que había leído en su cuaderno donde escribió que le gustaría cenar en un lugar como ese-. Lillian me ayudo a conseguir reservación .-se encogió de hombros mientras tomaba su copa de vino, sin dejar de ver lo hermosa que se veía ella-. Hay veces que es bueno sacarles provecho a las personas.
—Estoy segura que tú le sacas más que provecho a Lillian-san o al mimado de Ryusui ¿No es así? .-mierda, ella había comenzado a conocerlo demasiado bien, tanto que lo dejaba asombrado-. Pero sí, me gusta este lugar. Gracias por traerme.
Quiso decir que haría cualquier cosa por ella, pero ya había pasado su cuenta con cosas cursis ese día.
Había sido algo extraño que ella le diera las llaves de su departamento, de hecho, había desechado las suyas propias al volver a su casa porque significaba que ella confiaba demasiado en él.
¿Qué mierda le había hecho? Aún recordaba la primera vez que la vio, casi ni hablaron, pero ella lo tuvo entre sus manos.
—¡Senku! .-Ryusui había entrado a su cuarto y él ni siquiera se inmuto al verlo con una expresión de enojo en su rostro-. ¡Otro hijo de perra está detrás de mi Francois!
Que dolor de cabeza era ese mimado, pero ya había dicho que era su amigo y por él haría lo que sea.
De no ser porque Taiju le había mencionado el suicidio de Ruby, él jamás se hubiera dado cuenta de su ausencia porque no le importaba.
Mucho menos le importaba eso si estaba recostado en las piernas de su novia, mientras ella acariciaba su cabello puntiagudo y rebelde.
—Te ves relajado .-Kohaku sonrió sin dejar sus caricias lentas, podría pasarse la vida allí.
-Lo estoy, Leona .-abrió los ojos, topándose con una de sus distracciones favoritas.
Los pechos de su novia que simplemente hizo que se incorporará de golpe para ponerse sobre ella y hacerla suya.
—¡Senku! .-Kohaku gemía bajo él, mientras sus uñas se clavaban en su espalda. Era un masoquista porque adoraba que ella hiciera eso, así como también gustaba de dejar chupones en el cuerpo de ella.
Era un adicto y obsesivo a ella, después de tiempo de pensarlo, llegó a la conclusión de que todo era culpa de ella.
Ella le abrió la puerta, ella le habló primero, ella se confesó primero, todo era culpa de ella. Kohaku era la que se estaba hundiendo sola, si ella hubiera dejado que Chrome fuera a su casa, ellos jamás hubieran hablado.
Kohaku y el destino tenían la culpa, porque ella estaba destinada a ser de él y solo a él.
El octavo mes, conoció por fin a la familia de su novia y no se encontraba para nada nervioso, a decir verdad.
En él estaba ser cautivador a las personas, sabía que su inteligencia era lo que las atraía y por mucho, incluso el padre de Kohaku había comentado eso y llegó a sorprenderse cuando él ayudó con parte de los trabajos que había que hacer en la casa, mejorando el sistema eléctrico por completo.
Había sido demasiado fácil ganarse tanto a su suegro como a su cuñada.
—Mi padre está maravillado contigo .-Kohaku lo había llevado hasta un río, solo para pasar un tiempo a solas, le gusto el pueblo, aunque claramente ese no era su entorno-. Creo que ya nos está casando en su mente.
Ella se rio, pero él no estaba para nada alarmado con la idea, de imaginarse a Kohaku con un vestido de novia su corazón comenzaba a palpitar demasiado rápido.
Mierda
—No tengo reclamo en eso, Leona .-tomó sus manos entre las suyas para poder besarlas, haciendo que la rubia ponerse nerviosa ante eso, lo cual había sido prácticamente una propuesta indirecta.
Sí, él haría realidad su deseo, aunque faltaran años para eso. Era una buena manera de atarla a él, y para siempre.
En el avión de regreso a Tokyo, escuchó la conversación que Chrome tuvo con ella, gracias a que el maldito de su amigo no había querido cambiar puestos.
—¿Sabías que un psicópata tiene la habilidad de enamorar a alguien de cinco a quince minutos desde que conoce a alguien?
Sí, eso era totalmente cierto.
Nueve meses, dos desde los que había estado lidiando con sus celos hacia el bastardo estadounidense de Joel, había pedido a los matones de Ryusui, incluso los juegos mentales de Gen, pero no había funcionado nada.
Había podido notar al tipo seguir a su novia a varias partes, lo que no había soportado fue que cuando uno de los días que se encontraba revisando las cámaras para ver si Kohaku estaba en su departamento, se encontró al hijo de perra entrando al dormitorio.
—Ryusui, necesito que lleves a alguien al muelle ahora .-la primera persona a la que siempre pudo acudir fue a Ryusui-. Joel Miller, lo necesito ahora ya.
Colgó mientras tomaba una jeringa guardándola en su bolsillo, para salir directo al puerto Nanami. Quince minutos esperó hasta que vio a Ryusui llegar con el tipo maniatado.
—¿Qué hizo este pobre diablo? .-Ryusui sonreía mientras arrastraba a Joel, desmayado después de la emboscada.
—Se metió al departamento de la Leona .-gruño observando al tipo dormir, sería tan fácil cortarle la cabeza en ese mismo instante, pero no tenía ganas de mancharse las manos-. Despiértalo, nunca he visto la reacción del cianuro inyectado, además de beberlo.
Su amigo chasqueo los dedos obedeciendo su indicación.
Demonios, había quedado maravillado con la vista del tipo retorciéndose de dolor. Otra vez le debía otra a Ryusui, quien hizo pasar todo eso como un ajuste de cuentas.
El haría lo que fuera con tal de proteger a Kohaku. Lástima que no pudiese protegerla de él mismo.
En el año que llevaba con Kohaku, las cosas eran perfectas entre ambos, ella simplemente era perfecta para él, jamás se le pasaría por la cabeza dejarla.
No le importaba lo que pasaba a su alrededor, tan solo estar con ella era lo que necesitaba, ella lo calmaba, le calmaba la mente retorcida que tenía, todos esos pensamientos oscuros.
—Leona .-estaban viendo una película en el departamento de la rubia, mientras ella estaba recostada sobre su pecho y él acariciaba su espalda-. Quiero saber si te ha quedado claro algo.
—¿Otra vez un repaso de física? ¡Ya te dije que estoy bien! Eres el mejor tutor que puedo tener .-se giró quedando recostada sobre él, con el mentón apoyado en su pecho para verlo a los ojos-. De hecho, eres mi único tutor ahora que lo pienso.
Y pobre de aquel que tratará de enseñarle otra cosa a ella.
Quiero saber, si te ha quedado claro que me perteneces .-frunció el ceño, pero sin dejar de acariciar la espalda de ella, aunque no fuera tan fuerte y su cuerpo le pesara, tenía una buena vista de su sonrisa.
Las mejillas de ella se sonrojaron ante eso, ya lo había afirmado en la fiesta idiota de Ryusui en uno de sus barcos, pero necesitaba que ella lo repitiera, todas las veces que fueran necesario para saber qué entendía.
—Lo tengo más que claro .-aún sonrojada y algo nerviosa, terminó por sentarse sobre él acercando las manos para abrir los botones de su camisa-. Así como tú me perteneces, Senku.
—Diez billones de puntos para ti, Leona .-sonrío ladino mientras él mismo llevaba las manos hacia la camiseta que ella llevaba puesta para sacarla-. Solo tuyo, Leona.
Adoraba también cuando ella era posesiva, le hacía pensar que no estaba tan mal todo lo que había hecho.
Ellos se pertenecían mutuamente.
Mozu Yagami, era su nuevo objetivo por eliminar. Esta vez trataría de hacerlo pasar por un accidente.
Cuando dieron las ocho con tres vio a su objetivo salir en compañía una chica que reconoció como Kirisame, al parecer Kohaku no era la única a quien acosaba y eso le hizo hacer una mueca de asco, ¿Qué clase de hombre era aquel tipo? La verdad no le importaba, espero a que este se dispusiera a caminar hacia su auto y entonces se acercó sigilosamente a sus espaldas para llamarlo.
—Hey, Mozu.
El nombrado dio un pequeño salto, casi imperceptible, pero Senku lo noto, y sonrió ladinamente mientras lo veía por fin a los ojos.
—Oh, el flacucho novio de Kohaku-chan .-el castaño sonrió con soberbia mientras abría las puertas de su auto-. ¿Cómo está la bella Kohaku? Hoy no vino a la práctica.
—¿No? Creí que sí, la esperé todo este tiempo.-suspiró dramáticamente-. Bueno, me iré. Nos vemos Mozu .-comenzó a caminar hasta el otro lado del estacionamiento, se detuvo unos segundos y giró la cabeza hacía el castaño viéndolo amenazante-. Por cierto, aléjate de Kohaku. Ya me está comenzando a molestar tus acosos hacia la leona .-reanudó su caminata cuando escucho una risa a su espalda.
—¡Pero si el flacucho tiene agallas! .-río mientras entraba en su auto-. En cualquier minuto la hermosa Kohaku-chan se dará cuenta de lo que se pierde por estar contigo y yo le enseñaré de eso... Tanto en la cama como en otros lados .-soltó una risa mientras encendía el auto y se iba de la universidad a gran velocidad.
Senku gruño mientras reanudaba su camino hacia casa, según sus cálculos de probabilidades, sabía que la botella de ácido sulfúrico se abriría en unos quince minutos cuando Mozu pasará sobre el bache en dos esquinas más, e instantáneamente al olerlo... Pues sería historia.
A la mañana siguiente todos en la universidad comentaban el grave "accidente" automovilístico de Mozu, quien se había quedado dormido mientras iba conduciendo, provocando un choque en donde su auto había quedado destruido y el cuerpo de este había salido prácticamente volando por el parabrisas, descuidado puesto que no usó cinturón.
Incluso Kohaku había comentado eso, pero él ya sabía disimular bastante bien todo, incluso los celos por el tipo llamado Titán que era él nuevo a ejecutar.
El mensaje que le mandó a Ryusui había sido respondido tiempo después.
"Puedo mandarlos mañana, pero también voy a necesitar de tu brillante mente para deshacerme de un nuevo jardinero. No está haciendo bien su trabajo"
Vale, que su amigo necesitaba apurarse en confesar sus sentimientos, y él pensándolo bien no tenía ganas de esperar tanto para deshacerse del tipo.
"¿2x1? Es más fácil que seguir con el juego de los matones y Gen"
"¡Concuerdo contigo, Camarada!"
Bien, ahora si podía concentrarse en las muestras del laboratorio, después tendría que dar la tutoría a la pelirrosa estereotipo y ya por fin podría ir a su casa, a comer en compañía de su novia y familia.
Aunque no estaba del todo seguro que quisiera compartir a Kohaku con su familia, los quería, pero había estado considerando la opción de mudarse con la Leona.
A ver como movía los hilos para lograr que ella misma se lo proponga.
...
¡Ay! Juro que me costó escribir esto, porque la obsesión de Senku es mucho más mental, y aunque sus acciones con la Leona no se vieron mucho fue porque... Bueno, esta locamente enamorado (Obsesionado) con ella, su mente es la que piensa en todas las cursilerías xD
¡IMPORTANTE! NO ESTOY NORMALIZANDO ESTO, DE VERDAD QUE NO. SOLO ES UN ESCRITO DE ESTA PAREJA Y FICCIÓN, PERO RECUERDEN QUE LA REALIDAD SIEMPRE SUPERA LA FICCIÓN
En fin, espero les guste xD, perdón si no era lo que esperaban algunos/algunas/algunes.
Perdón las faltas de ortografía y la mala redacción
¡XOXO!
