Capítulo 3: Aliados
Twilight Town era reconocido pueblo sombrío y retorcido, que se encontraba en las cercanías de Rogueport. Estaba caracterizado por sus espeluznantes habitantes, individuos cuyos sus ojos eran siempre vacíos y mantenían un aura de negatividad bastante latente en su alrededor. El ambiente frío del lugar era decorado con enormes árboles oscuros sin hojas, y sus puntas ramificadas con ausencia de hojas le daban una apariencia bastante intimidante, sobre todo por los cuervos que se posaban sobre ellas.
Varios de los pueblerinos de aquella zona paseaban sin rumbo alguno cerca de sus casas, niños pequeños rodeaban la plaza con tal de inventarse algún juego y entretenerse, y los adultos parecían hablar de sus situaciones personales en voz baja.
Bajo las penumbras del muerto pasto del lugar, tres figuras de color morado con sombreros largos y puntiagudos caminaban en dirección a un enorme hogar hecho en ruinas, con maderas estropeadas y la puerta principal destrozada. Una de ellas tenía un sombrero de bruja con franjas azules y de punta alzada, pero era la más baja de todas en cuanto estatura. Mantenía su espalda encorvada y una gran nariz bajo sus ojos tapados por la gorra, también tenía una larga sonrisa maquiavélica, y sus cabellos largos de color magenta se posaban sobre sus delgados hombros. Por apariencia, era una mujer de avanzada edad, sobre todo por la manera en la que caminaba. Cojeaba muy de vez en cuando, y le costaba avanzar en sus propios pasos. A sus espaldas le seguían dos espectros más con una apariencia similar pero de distintos físicos; una era demasiado alta y de gran... anchura, con cabello corto y de color amarillo muy puro. Sobre su cabeza, tenía la misma gorra que la otra bruja anciana, sólo que esta tenía franjas del mismo color que su pelo. Justo detrás de ella, le seguía un ser un poco más pequeño. Tenía cabello largo y ondulado de un color rosado pastel, y parte de él tapaba gran parte de su rostro y ojos. Sus mejillas y labios eran de un amarillo cálido, y su gorra, que era igual a las de las otras dos fantasmas, era puntiaguda pero con la excepción de que sus franjas tenían tonos rosado cereza.
Estos tres seres espectrales eran las hermosas Shadow Sirens. En algún pasado de sus vidas, fueron realmente temidas por lo que eran, oscuros espectros que fueron llamadas "sirenas", debido a su belleza con la cual engañaban a las personas para devorar sus vidas... o eso era lo que se rumoreaba por esos tiempos lejanos.
Beldam, Marilyn y Vivian, esos eran sus respectivos nombres. Aunque no tenían un tono ciertamente intimidante, eran una familia con un oscuro pasado sobre sus espaldas... a excepción de la hermana más menor. Mientras seguían en su caminar a su antiguo hogar, Beldam, la hermana más anciana, decidió tomar palabra después de un prolongado silencio.
"—Muy bien, hermanas. Después de que retomemos nuestro merecido descanso, de tanto ir corriendo de aquí para allá... ¡Seguiremos buscando y esta vez, sin cesar, mwehehe!—" La sonrisa eterna de la bruja se alzó un poco más, mirando sobre sus hombros a sus susodichos familiares espectrales. "—Saben muy bien que no nos rendiremos tan fácilmente, ¿verdad?, y esta vez, mequetrefe—" Se detuvo unos momentos para mirar fríamente a la hermana de cabellos rosados cálidos, dirigiéndose directamente a ella, provocando que Vivian respondiera con un leve estremecimiento de temor. "—No volverás a traicionarnos, ¿cierto?—" Destacó fríamente su última palabra, mientras cerraba su puño en forma de amenaza.
"—N-¡No!, p-prometo que nunca m-más haré algo así, Beldam... lo s-siento...—" La bruja más pequeña negó con la cabeza bastante atemorizada, juntando sus propias manos en precaución de llevarse un regaño o incluso un golpe. A pesar de haber vivido una gran aventura en su pasado y oír a sus hermanas "prometerle no lastimarla nunca más"... parecía que estaba condenada a vivir nuevamente una realidad cruda y cruel, tragándose una gran mentira y obligada a vivir un círculo de abusos sin fin. ¿Por qué Beldam aún era tan insistente y terca con esa idea ridícula de revivir a su madre?, a pesar de que esa famosa Reina del Mal las había creado y dado luz a la Tierra, sabía que su real propósito era crear caos y sufrimiento. O al menos, eso es lo que quería su figura maternal ya muerta...
Pero Vivian rechazaría eternamente su destino al que supuestamente estaba obligada a cumplir por ser una Shadow Siren, sobre todo por esa experiencia tan única que había vivido ya hace mucho tiempo con grandes amigos y su profundo amor, aquel lindo plomero de ropas rojas...
Agitó rápidamente su cabeza al ver la imagen de Mario volar por su mente, un tanto nerviosa por ese repentino pensamiento de amor. Después de haber estado tan abstraída, observó frente a ella que sus hermanas ya no se encontraban, debido a que habían entrado al estropeado hogar desde ya hace un buen rato.
"—¡Vivian, por el amor de...!, ¡Entra ya de una maldita vez!, ¡¿Por cuanto tiempo más planeas quedarte plasmada cómo una tonta ahí en medio de la nada?!—" La voz de la anciana resonó de golpe en ella, provocándole que saltara de temor y rápidamente se fuera volando dentro de su "dulce" casa.
. . .
"—Uhm... ¿estás seguro de que esto es una buena idea, bufón?—"
Murmuró el Rey de cabellos rubios, observando con cierta incredulidad al dichoso ser. Ambos se encontraban escondidos tras una de las oscuras paredes de los sombríos establecimientos de Twilight Town, vigilando cierto hogar mal hecho y apenas pudiendo mantenerse en pie.
Ambos parecían ser precavidos, ya que la voz de King Olly era siempre baja y desapercibida. ¿Cómo es que los dos habían logrado volver a la Tierra cómo si nada?, es fácil de responder: Shadow Queen les concedió aquel poder para mantenerse estable en la vida... pero les había demandado a ambos un límite de tiempo para que pudieran actuar. Así que, allí estaban, intentando apresurarse con sus planificaciones.
"—Ah, por supuesto, Su Majestad. Creo que lo planee con cada sumo detalle, así que dudo mucho que pueda fallar...—" Dimentio se encogió de hombros, su lenguaje físico dando a entender otra idea totalmente contraria. "—Además, depende de ti si quieres que funcione, de todas maneras.—" Miró con su permanente sonrisa al pequeño ser de Origami, este devolviéndole la mirada de forma muy seria.
"—Bueno, eso es cierto, pero aún así no logro comprender del todo porque debo ser yo quién debe acercarse a esos seres tan... peculiares.—" Murmuró despectivamente, ahora sus ojos clavándose en aquella casa destruida a medias. "—Podrías perfectamente ser tú quién se alíe con ellos...—"
"—¡Eso también es cierto, querido Rey!, pero la diferencia entre tú y yo es bastante, así que decidí dejarte a cargo un plan apto para tu puesto.~—"
Aquel grosero comentario era obviamente una burla directa hacía Olly, pero el Rey de papel decidió ignorarlo por completo.
"—No creo que merezcas realmente mi atención, bufón.—" Se escondió un poco más detrás de la oscura pared, para reflexionar algo crucial. "—Cómo sea... Supongo que entraré en acción. Según tú, ellas están directamente relacionadas con esos... Cristales Estelares. Y, observando su físico, he de coincidir con la idea de que son tremendamente parecidas a Shadow Queen...—" Volvió su mirada a Dimentio, quién estaba sentado de manera ridículamente elegante, exagerando el hecho de que lo oía. Frunció el ceño por ello, pero decidió seguir. "—Aún así, estamos cumpliendo los deseos de la Reina... no creo que se nos complique mucho hablar con sus... herederas.—"
El bufón asintió con su cabeza, alargando esa inquietante sonrisa de su máscara, incomodando un poco al rubio de Origami. "—Ajá, así es. Ellas saben perfectamente lo que buscan... Es lo mismo que nosotros queremos con tantas ganas. ¡Y también su querida madre!, se me hace curioso verlas tan patéticas a pesar de su reputación pasada, ¡las admiraba mucho también!, es triste ver lo que hace el tiempo con gente cómo nosotros, ¿no crees?—" Ladeó la cabeza traviesamente, pero solo recibió una mirada seria por parte del Rey. Aquello le provocó una pequeña risita, rápidamente saltando del suelo para flotar de él. "—Bueno, debo irme, entonces. No falle, Su Majestad... yo haré mi parte a la perfección.~—"
Y con un chasqueo de dedos, el bufón de colores llamativos había desaparecido gracias al arte de la magia oscura que él poseía. King Olly se quedó pasmado ante su desaparición, supuso por unos instantes su inminente fuerza debido al ser el "maestro de las dimensiones".
Tenía que admitirlo, a veces ese Dimentio le sacaba de sus casillas.
Agitó su cabeza suavemente, junto con el movimiento de su mechón de cabello que tapaba uno de sus ojos, para volver a la realidad y zafarse de estas ideas. Sin decir mucho, salió de su pequeño escondite y voló con calma hasta la entrada del dichoso "hogar" de las Shadow Sirens. Al llegar ahí, analizó de forma breve cada esquina de ella; el pomo de la puerta apenas se mantenía estable, con un solo tornillo sosteniendo su peso, las maderas se encontrabas pútridas y destruidas, tanto cómo el techo y paredes tenían huecos realmente lamentables.
Era bastante deprimente ver algo así para Olly, ya que él estaba acostumbrado a ver paredes refinadas cómo aquel hermoso castillo que había invadido hace ya mucho tiempo... hecho por y para una Realeza cómo él. Y de repente... se sentía cómo un vagabundo a punto de pedir una oportunidad de sobrevivir en una casa que apenas se podía mantener por sí sola.
Pero algo más lo incentivó positivamente, alejando con rapidez esos malos pensamientos... imaginaba nuevamente ese hermoso Reino lleno de confeti y Origami, él y su hermana Olivia saludando a sus súbditos desde el balcón, estarían en sus tronos, disfrutando su liderazgo, su compañía...
Emocionado por ese sueño tan lejano, alzó su pequeña mano para golpetear gentilmente la penosa puerta de la entrada, esperando alguna respuesta con mucha paciencia. Y no tuvo que esperar mucho, ya que el sonido estruendoso de un crujir se manifestó gracias a que un ser había respondido a su llamado.
Vivian abrió la puerta lentamente, aunque estaba escondida tímidamente detrás de ella, sosteniéndose del pomo añejo y apenas viéndose parte de su rostro. Olly quedó algo anudado por esa reacción, pero rápidamente recuperó la compostura.
"—U-uhm, ¿qui-?—"
"—Saludos, estimada Shadow Siren.—" Interrumpió vivazmente el Rey con una suave reverencia, cosa que provocó que Vivian se escondiera un poco más. "—Mi nombre es King Olly... soy el Rey de los Origamis. Manejo aquel arte con maestría, y... bueno, alguna vez fui considerado un Líder muy temido y respetado.—" Olly alzó un poco la mirada, observando que aquel espectro de apariencia adorable temblaba por su presencia. Ladeó un poco la cabeza, con tal de demostrar que no iba a hacerle algún daño. "—¿Supongo que su nombre es...?"—
"—U-uhm...—" La bruja de cabellos rosados bajo la mirada, dejándose ver un poco de su escondite. —"Me llamo Vivian, Señor..."— Ella miraba fijamente el suelo, cómo si se avergonzara siquiera de hablar. "—U-uh, ¿podría saber porque está usted acá? ... D-Digo, ¡parece un Rey muy pequeñito y inofensivo!, ¿a-acaso está perdido?—" Preguntó ingenuamente, ya saliendo de detrás de la puerta en su totalidad, pues la curiosidad la picaba. Miraba con sumo interés y expectación, probablemente dejándose llevar por una nueva experiencia agradable.
"—¿Q-Qué...?—" Olly quedó un tanto atónito por el ridículo apodo que la pequeña bruja le concedió, negando rápidamente con la cabeza. "—¡N-no soy inofensivo!, ni tampoco... TAN pequeño.—" Miró sus propias manos, frunciendo el ceño por ese insulto tan inocente. "—C-Cómo sea, no es por eso el por qué he venido hasta acá, jovencita.—" De nuevo alzó su mirada, su expresión seria volviendo a su rostro. "—Cómo mencioné anteriormente, usted es una Shadow Siren...—" Voló un poco más hacía ella, pero Vivian ya no parecía temer de él, ya que aún a sus ojos lo veía cómo alguien muy tierno debido a su estatura. "—... ¿Acaso sabe algo respecto a algo llamado... los Cristales Estelares?—"
Vivian dio un pequeño salto de sorpresa respecto a esa... repentina pregunta.
Su hermana mayor le daba tantas vueltas a aquel tema, incluso perjudicándola a ella y a su otra hermana... Y ahora, ¿este individuo misterioso también las buscaba?, pero, ¿por qué le preguntó justo a ella, a la pobre hermana menor?. La bruja sentía que estaba en un eterno deja vú, una y otra vez escuchando respecto a esos dichosos Cristales... al fin y al cabo, estaba condenada a oír de ellos siempre, debido a su pasado, por quién fue hecha... y por sobre todas las cosas, su gran aventura que tuvo junto a Mario y sus compañeros.
Pero para ser sincera, ella no sabía actualmente nada sobre el estado de esos Cristales de los cuales tanto había oído últimamente. Y era totalmente cierto, desde que su antigua aventura había acabado, fue arrastrada de nuevo con sus hermanas... y nuevamente se encontraba buscándolos. Pero ni siquiera Beldam tenía la remota idea de donde podrían estar... o eso es lo que había concluido Vivian después de ver a su hermana más anciana frustrarse por tantas décadas desde su existencia.
Alzó un poco la mirada al techo, pensando un poco antes de responderle al Rey, quién parecía en el interior algo impaciente.
"—U-uhm, b-bueno... mis hermanas y yo también los estamos buscando, es lo único que puedo decirte sobre e-ellos.—" Se limitó a declarar, sabía que no tenía que hablar demás respecto al tema, ya que era bastante delicado... "—M-mi hermana más grande, llamada B-Beldam, parece obstinada con esa idea... s-si te soy sincera, s-sé porque... p-pero, n-no quiero c-contartela... porque, uh, y-ya sabes.. podría hacerla, um, e-enojar.—" La voz de la bruja pelirosada se había quebrado con suavidad al pronunciar sus últimas palabras, bajando la mirada mientras presionabas sus propias manos, cómo si temiera de algo que ella mismo se imaginaba. "—P-perdón... p-por favor, ¡n-no me convierta en O-Origami!, a-ahh...—"
King Olly se quedó en silencio ante esa repentina súplica, limitándose a llamar su atención al verla tan alterada. "—Oiga... no se preocupe, Señorita Vivian.—" Susurró con suavidad, aunque sus ojos monótonos aún se mantenían en su mirar. "—No te haré nada malo... yo también los estoy buscando. Tengo mis propios propósitos personales, también, así que no tienes que contarme nada.—" Él sabía a la perfección las reales intenciones de aquellas hermanas al querer buscar también esos Cristales, aunque se le hacía peculiar la actitud de la hermana más pequeña conociendo ya la naturaleza de su madre y su única familia viva.
Vio como Vivian suspiraba de alegría, cómo si se hubiese salvado de un horripilante castigo.
"—Ohh, muchas gracias, Rey... ¡Pensé que se enojaría conmigo y me lanzaría un terrible y malicioso hechizo de papel de Origami!—" Se oía realmente aliviada por esa idea que se había maquinado producto de su miedo, Olly no pudiendo evitar sentirse encariñado por esa ingenuidad tan pura... que le recordaba a alguien muy familiar.
"—No... claro que no.—" A pesar de negar algo que cometió en un pasado sin piedad alguna, decidió seguir hablando con cierta confianza. "—Entonces... creo que podría ofrecerte a ti y tus hermanas mi más gentil ayuda. Sé bien que ustedes son muy fuertes, ya que poseen el poder de tres elementos cruciales de la naturaleza, y pueden usarlo a su favor... yo también utilizo mucha magia.—" Olly miro fijamente el rostro de Vivian, quién parecía estar muy atenta a sus palabras. "—... Sería ideal que aceptaran... ambos tenemos un mismo objetivo, y creo que juntos podríamos llegar a esos Cristales lo más pronto posible.—"
Vivian quedó estupefacta, pero a la vez, pensativa. Sinceramente la amabilidad que mostraba el Rey le agradaba de cierta forma, y no parecía mentir... pero sabía que si decidía algo POR las Shadow Sirens... probablemente metería la pata, o eso es algo que le diría Beldam con su furiosa voz de anciana. Pero bien sabía también que Beldam deseaba esos Cristales para un mal catastrófico... al menos este dichoso ser de Origami no parecía tener tan malas intenciones, o eso es lo que daba a entender... al menos no eran cómo los horribles propósitos de su hermana mayor.
Miró de un lado para el otro, asegurándose de que sus hermanas no la estuvieran viendo. Y cuando aprobó su ausencia, le dio la mano al pequeño Rey, estrechándola gentilmente con sus dedos, siendo delicada con tal de no romperlo o algo parecido.
"—Uhmm, ¡está bien!"— Vivian sonrío ampliamente, dejando ver sus labios pintados de amarillo. "—¡Creo que tienes razón, así los dos tendremos lo que queremos!, ¿No cree?—" Lo soltó rápidamente, ella aplaudiendo por la idea. King Olly se limitó a asentir con la cabeza, volviendo a hacer una reverencia cómo gesto de agradecimiento.
"—Muchas gracias, integrante de las Shadow Siren.—" Apodó gentilmente, acercándose al hombro de la bruja mientras le miraba.
"—Oh, ¡llámeme Vivian solamente, Señor... um, papel de Origami!—"
"—... Te agradecería que me llamaras King Olly, por lo menos.—" Rodó un poco los ojos, para después oír una pequeña risa provenir de Vivian.
... King Olly miró fijamente hacía una de las paredes. Había completado un gran paso de acuerdo al plan de Dimentio y de Shadow Queen, en cierto modo. Todo parecía ir de viento en popa, pronto trabajaría con las Shadow Sirens para obtener por fin su gran deseo, pero realmente... el Rey aún tenía sus inquietantes dudas. ¿Cómo será tratar con las otras dos hermanas?, ¿Era en serio su plan revivir a esa catastrófica Reina? ... Él solo deseaba volver a su Reino con Olivia en total paz y tranquilidad, poder traerla de vuelta con él... No obstante, Vivian parecía temerle enormemente a esa dichosa "Beldam"... Él tampoco podía evitar sentir cierta incertidumbre sobre cómo sería aquella otra bruja.
...
Continuará...
