CAPÍTULO II

*Narración cambiante*


Desperté a mitad de la noche, no lo sabía muy bien pues estaba perdiendo la noción del tiempo, no estaba atado, sentía que era una oportunidad para huir, me levante rápidamente en busca de alguna prenda para escapar, no encontré más que una simple playera y temía hacer demasiado ruido o perder demasiado tiempo para buscar más así que descarté de inmediato la idea de verme decente, lentamente subí los escalones atento a cualquier ruido del otro lado de la puerta, no escuchaba nada; además que estaba abierta, algo dentro de mí me advirtió que quizá la situación en la que estaba era parte de un plan, aún así decidí que me arriesgaría, el lugar era amplio y tenía un estilo rústico, por las ventanas lo único que veía un amplio bosque, muy diferente a lo último que recordaba ver en la ciudad, acá no había ninguna casa, camino o persona.

Sigiloso, buscaba con prisa la salida, Sakura aún no aparecía por ningún lugar pero aún así quería tener ventaja sobre ella, encontró un bate de béisbol en el camino y lo llevó consigo.

Sin problemas llegó a la puerta principal, la salida.

Afuera, no había nada más que un montón de árboles gigantescos que, si te adentraras a ellos simplemente te era una terrible oscuridad sin la luz de la luna, temía por su vida pero estaba dispuesto a escapar, olvidar todo lo que había visto en esa casa y de esa mujer, descalzo, corrió hasta los árboles y poco a poco fue perdiendo la visión.

Un ruido mucho más adelante lo alertó, había vivido en una buena familia y por ello reconoció el ruido sordo de un arma cargándose.

*Clink*

Era ella, por fin, y lo estaba cazando, lo supo desde que despertó sin ataduras, sin obstáculos.

Corrió con gran velocidad a alguna parte refugiándose a ratos entre los árboles hasta que volvió a escuchar otro ruido, una risa no muy lejana de él, quizá a unos metros.

—¿Tanto me amabas?.— dijo cantarina en otra dirección a la que creía, no podía saberlo, pues se escuchaba por todas las direcciones.

—Dejame ir, prometo que me olvidaré de todo.- Suplico por su vida adolorido por las ramas, piedras y una que otra cosa cortándole la planta de los pies

—No lo haré…— comunicó en otra dirección más clara, más cerca

Forzó su vista a su alrededor y atino a correr en dirección contraria a ella, el sentido común inundó su mente en la peor de las situaciones, si no se hubiera encaprichado con ella desde pequeños esto ahora no estaría pasando, si no la hubiera reconocido en aquel antro, si no la hubiese perseguido sin saber que realmente ella era una asesina solo así podría estar a salvo en su hogar, si tan solo no se hubiera enamorado un poco más de ella cuando casi lo mata, qué clase de síndrome de Estocolmo desarrollo esos pocos día encerrado…

—¡¡Ayuda, alguien!!.—grito a todo pulmón sin detenerse, enseguida ella volvió a reír imitando su llamado

—¡¡Porfavor, ayuda, estoy apunto de asesinarlo jajaja!! Nadie más vive cerca de aquí…

Su voz no se escuchaba para nada lejana, la seguía el paso.

—Sakura, porfavor…

Un golpe en su hombro descordino* sus pasos hasta caer al suelo y un dolor intenso se dio a notar ¿Ella le había disparado?

—¡Eres más divertido que esto Uchiha Sasuke, vamos!

Estaba dudando de mi cordura pues aquel dolor me hizo sentir algo extraño.

No.

No podía permitirme esos sentimientos, necesitaba huir de ella debería tener miedo, tenía miedo, miedo, demasiado miedo pero ahora no sabía… ¿A qué le debería temer?

Corrió con fuerza hasta que volvió a ver un poco de luz, se apresuró a llegar pero otro obstáculo lo hizo gritar aún peor; algo había atrapado su pierna izquierda, una trampa de osos quizá.

Estaba tumbado en el suelo tratando de quitarse aquella cosa a prisa, aún así estaba seguro que ya tenía su piel y hueso destrozado

—¡Estas excitado! .- dijo a mujer con voz hipnotizada

Quería alejarme aún más cuando la vi salir del árbol pero otra trampa me tomo el brazo derecho esta vez

—Es triste, no fuiste capaz de llegar a la salida…— balbuceaba ella ahora, mirándolo con ojos decepcionados.

Me sentía atrapado, escapar solo me había lastimado aún más, no podía más, sentía que explotaría en confusión y dolor.

Sakura calló sobre mi regazo enterrando los codos en mi pecho atenta a mi rostro.

Me había vuelto loco sintiendo placer por tenerla a ella cerca, persiguiendome como un animal, con trampas horribles.

Cómo aquellos movimientos de reflejó, mi cuello se estiró hasta ella para besarla, se suponía que debía apartarme, pero la bese soportando el dolor, me sentía hambriento por ella.

Mi mano derecha la atrajo más y luego rebusque debajo de la sudadera que ella llevaba puesta, Sakura por su lado no correspondió a los besos o a sus caricias, sus manos se dirigieron automáticamente a la entrepierna del Uchiha y se dedicó a una sola cosa, lo ponía al límite y lo frustraba, aún lo torturaba y dolía, dolía demasiado que la buscaba aún más

—Moriras desangrado...vamos a casa, te vendare las heridas— susurro una vez más que no lo dejo llegar al clímax

—¿Porque haces esto?.—pregunto el Uchiha con voz demasiado débil y seca

—Tienes un gesto muy divertido...—

Sasuke enrojeció por completo pero volvió a preguntar correctamente

—¿Por… porque te ofreces a ayudarme?

—Si no quieres podemos dejarlo …

—¡Si quiero!.—Interrumpio apresurado buscando el brillo de sus ojos sobre toda esa oscuridad

—Bien te quitaré esto entonces.—