Summary: Los personajes y escenarios de Saint Seiya pertenecen a Masami Kurumada y Toei Animation. Yo solo los tomé prestados para jugar con ellos y crear la historia que ellos no me quisieron dar XD.

Advertencia: Yaoi / Lemon

CAPÍTULO 3: PASIÓN

Mu se quedó paralizado, nunca lo habían besado, y mucho menos de esta manera. Toda su vida se dedicó al servicio de la diosa, tanto en el santuario como en Jamir. Claro, lo había imaginado, pero visualizaba el besar a alguna chica, sin embargo, no llegó a conocer a alguna que le llamara la atención, sobre todo cuando las que conocía eran guerreras o doncellas que permanecían apartadas de la presencia de los hombres. Y el beso continuó, la unión de sus labios fue intenso, tanto que pudo percibir el sabor del chocolate. Su corazón se sentía que iba a estallar por lo acelerado que se sentía, su rostro ardía de lo rojo que estaba, y sin embargo lo que más le sorprendió fue el sentir de otra forma el cosmos de Shaka, lo conocía de siempre, pero se sentía distinto, era como si su cosmos y el propio se enlazaran para formar uno solo. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Minutos? ¿Segundos? ¿Horas? Y Shaka no se apartaba. Pero Mu se asustó, y se tuvo que apartar porque no entendía qué estaba sucediendo.

Empezó a caminar de un lado al otro, dejando que Shaka se quedara plantado en la misma posición en donde lo dejó, aunque sumamente acelerado y con el rostro muy rojo, algo que nunca le pasaba.

¿Mu? —lo llamó en un murmullo, pero con los ojos más brillantes que de costumbre.

Y Mu levantó un dedo pidiendo tiempo, y Shaka se lo concedió. Lo conocía, necesitaba dárselo para que analizara la situación, así luego estallaría con preguntas. Por lo menos este corto tiempo le permitió a Shaka calmarse un poco, y examinar cómo iba a cambiar su amistad después de lo que acaba de hacer. Y después de varios minutos Mu detuvo su caminar, se giró hacia él y empezó lo que ya sabía era un interrogatorio.

¿Me besaste? —preguntó lo que ya se sabía, pero debía hacerlo para aclarar sus ideas.

Sí, lo hice —y Shaka respondió con voz serena, aunque se sentía mucho más exaltado de lo esperado.

¿Por qué lo hiciste? —otra pregunta cuya respuesta ya sabía.

Porque quise hacerlo.

¡Esa no es una respuesta, Shaka! —Mu se alteró más después de escuchar esto.

Pero es la que tengo —dijo el santo de Virgo—. Quise besarte porque era algo que deseaba hacer desde hace tiempo.

¿Hace tiempo? —Mu abrió aún más los ojos por la sorpresa.

Te dije que tú y yo teníamos una conexión especial, siempre pensamos en el otro, me preocupas, y sé que es recíproco, y la verdad tengo muchas ganas de repetir lo que hice —dijo con convicción.

Shaka… —Mu aclaró su garganta para seguir preguntando—. ¿Por qué no hablaste antes? ¿Por qué no me dijiste lo que pasaba contigo?

¿Una guerra interna y dos guerras santas te dicen algo? —dijo irónico.

¿Y en el interín? ¿Y en el tiempo en que estuvimos de guardia juntos? Estuvimos juntos todos los días Shaka, para las comidas, entrenamos juntos, incluso te comunicas conmigo en tus meditaciones… —y eso hizo que Mu reaccionara y se diera cuenta de la realidad, no podía creer lo tonto que ha sido—. Oh…

¿Mu? —Shaka se quedó un poco extrañado al ver como Mu reaccionaba a lo último dicho—. No te habías dado cuenta, ¿cierto? —preguntó esto algo apagado, pero es normal, el santo de Aries es analítico para muchas cosas, muy listo y poderoso para proteger su templo, pero en cosas sentimentales es lento por no haberlo experimentado, aunque eso no hace alejar a Shaka. La verdad es una de las cosas que más aprecia, su inocencia e inexperiencia en esos temas son cosas que también tienen en común.

No, no realmente —esto lo entristeció, pero más porque sin querer había herido a su amigo, en sentido figurado claro está—. Tú también eres muy importante para mí, eso no debes dudarlo —se lo indicó levantando su dedo índice derecho como remarcando esa verdad—. Es solo que esto es... inesperado.

¿Qué sentiste con el beso? —preguntó Shaka, y con esa pregunta volvieron los tonos rojizos que se estaban desapareciendo de su rostro.

Mu copió su tono de piel, y miró hacia otro lado. —Fue sorpresivo, imprevisto, algo que sinceramente no pensé que iba a pasar —dijo en voz baja, aunque Shaka lo escuchó claramente.

Eso me lo esperaba… Pero, dime, ¿qué más sentiste? —y se fue acercando poco a poco Mu.

Fue intenso —sigue sin verlo a los ojos—. No pensé que tuvieras los labios suaves —no encontraba donde enfocar la mirada al decir esto.

Shaka sonrió al escuchar lo último. —Tú también los tienes —esta vez se acercó con más osadía y le tocó la barbilla para mover su rostro y así lo viera a los ojos—. Podemos intentarlo otra vez, con calma, y si no resulta cómodo, lo olvidamos, seguiremos como hasta ahora, sin importar lo que pase podrás contar conmigo —y sonrió para darle tranquilidad a Mu.

Después de pensar un poco en lo dicho, enfocó su mirada en Shaka. Y lo miró, en verdad lo hizo, y empezó a ver las cualidades físicas que tiene él. Vio sus hermosos ojos azules, usualmente los tiene cerrados para concentrar su cosmos y estar preparado en algún combate, o cuando está meditando, algo que hace a diario para mantener su poder equilibrado, así que al observarlos con atención pudo ver el azul tan intenso que se ha conservado desde que era niño, eran puros, y la verdad podría caer hipnotizado por ellos. Vio su nariz, es perfilada y agradable a la vista, pese a las batallas y los fuertes entrenamientos no tiene imperfecciones en ella, o por lo menos así la apreciaba. Vio su bindi, el pequeño punto rojizo que lleva marcado entre las cejas, lo que indicaba que no abandonaba sus raíces. Vio sus pómulos, eran llamativos y atractivos, su rostro lo era. Siempre veía como las doncellas con las que a veces coincidían en algún pasaje del santuario se quedaban admirando el físico de Shaka, y una vez él pasaba delante de ellas, se quedaban hablando tanto de su rostro como de alguna otra característica, aunque él no les hiciera caso alguno. Observó el flequillo rebelde de su cabello rubio que caía en su frente, que lo hacía parecer a veces como al niño que conoció, aunque el resto de su cabello es liso y brillante, ¿cómo le hacía para mantenerlo tan cuidado en este lugar si a él mismo le costaba mantener el propio? Eso era algo que nunca pudo averiguar. Pudo ver su porte, su belleza, y la verdad antes había sentido admiración hacia él, pero no había permitido que pasara a algo más. Ahora no podía evitarlo, sentir atracción hacia él. Vio su boca, de labios en perfectas proporciones, no muy gruesos, no muy delgados, y cuando sonríe se ve lo llamativa que en realidad es su sonrisa, y la verdad quería experimentar nuevamente el cosquilleo de un nuevo beso de esos labios. ¿Qué debería hacer? Era su mejor amigo, pero si no resultaba se dañaría lo que ya tenían hasta ahora. Sin embargo, si no lo hacía iba a tener esta sensación extraña, la duda del "¿qué hubiera pasado si…?"

Entonces tomó la iniciativa, él se acercó más a su atractivo amigo, y sintió su aroma, incienso, el mismo que siempre se encendía en el templo de Virgo cada vez que meditaba, ya lo había percibido, pero el mismo cansancio que tenía hace rato había hecho que lo olvidara, y luego toda esta nueva situación hizo que olvidara hasta del día que era, y que ambos deberían estar en su guardia. Subió la mano que tenía sin la protección de la armadura y sus vendas, y se atrevió a tocar el rostro de Shaka, primero rozó con sus dedos su mejilla izquierda, luego con el dorso de la mano tocó su mejilla derecha, para después tomar con ambas manos el rostro y tímidamente acercó sus labios a los de él. Primero fue un toque con los labios, pero se atrevió a aumentar la presión, sentía la suavidad de su boca, y saboreó nuevamente el sabor del chocolate de sus labios. Luego empezó a experimentar con torpeza, chupó con cuidado el labio inferior de Shaka, luego el superior, y después abrió un poco más la boca para dejar rozar su lengua en los labios de él, y Shaka se dejaba hacer. Él abrió su boca para recibir la lengua de Mu, y empezó a experimentar con la suya para saborear igualmente el chocolate que su amigo había bebido. Ese beso, que ya no era inocente, hizo que despertara nuevas sensaciones en ambos, muchas corrientes circulando en sus rostros, en sus cuerpos, sentía el cosmos de Mu enlazarse con el suyo y era una sensación algo extraña pero muy adictiva. Shaka se atrevió a rodear la cintura de Mu con sus brazos para acercarlo más, sin embargo, era algo incómodo porque al tener las armaduras puestas no sentía tanta libertad para poder hacerlo, además de que ambas chocaban entre sí. Así que se separó un poco de Mu para dar una orden mental a la armadura de Virgo y esta se separó de él para formar la figura de la virgen, debajo de la armadura había llevado puestos una camiseta sin mangas y un pantalón de telas delgadas y ligeras de color borgoña, color que usualmente simulaba mejor el color de la sangre, y así simular mejor las heridas internas en un combate cuando no quería que fueran vistas. Mu al ver esto, imitó su actuar, dio su orden mental a Aries para que se separara y así formara la figura del carnero, en su caso tenía una camiseta sin mangas y pantalones verdes oscuros igualmente ligeros, y volvió a besar con más fogosidad al santo de Virgo, Shaka lo pudo rodear con sus brazos como deseaba, y respondió con la misma intensidad. Ambos empezaron a mover sus manos para tocar aquello que no conocían en esa forma, sentir la piel del otro tan ardiente por la pasión del momento, sentir los latidos tan acelerados, oler el aroma del otro tan vivamente, y al estar tan juntos pudieron empezar a sentir la excitación en el otro. Shaka se detuvo un momento para respirar y presionó con su frente la de Mu para ello. Estaba sumamente excitado, y al abrir los ojos para ver la cara enrojecida de Mu, y luego ver de refilón el bulto en sus pantalones, supo que estaba en la misma situación.

Tomó la mano de Mu y lo llevó hacia el pequeño sofá que había en la habitación, ambos se sentaron, pero enseguida se dejaron llevar por la emoción del momento, volvieron a besarse apasionadamente, pero esta vez Mu quedó recostado mientras Shaka se colocó encima para seguir haciéndolo en su cuello. Sin embargo, no era cómodo, la altura de ambos era considerable, más de 1,80 cada uno, en ese diminuto mueble impedía moverse con libertad. Mu se detuvo para luego levantarse y llevar a Shaka a su habitación. No estaban pensando, solo se dejaban dominar por la ansiedad de sentir y tocar la piel del otro. La habitación tampoco era muy grande, pero cabían dos camas, una que usualmente era ocupada por Kiki, y la otra cuyo dueño tumbó al santo de Virgo en ella y así montarse a horcajadas por encima de él para seguir ese intercambio de besos y caricias nuevas para ambos. Ambos estaban agitados, no sabían cómo hacer para detenerse, así que tácitamente decidieron seguir hasta donde se sintieran cómodos. Saboreaban sus labios, lenguas, la piel de sus cuellos, tocaban sus pechos, la espalda del otro, después de un rato ambos se quitaron las camisetas para seguir tocando, descubrían con el tacto la fortaleza de sus músculos desarrollados por su formación de santos, se rozaban con sus excitaciones que ya estaban más que listas para hacer algo más, aunque ambos se estaban sintiendo algo intimidados por lo que podría seguir. La verdad, estaban viviendo algo que nunca pensaron iba a pasar, y mucho menos entre ellos, siendo dos hombres que no habían sentido ese tipo de atracción por otros, y siendo los mejores amigos que eran.

¿Qué quieres hacer? —preguntó Shaka agitado dada su excitación, desde su posición debajo de Mu.

No lo sé —respondió Mu igualmente alterado—. Solo sé que si no me tocas voy a explotar.

¿Quieres que te toque? ¿Ahí? — preguntó sorprendido y señalando la entrepierna de Mu.

Sí, lo necesito, y tú también lo necesitas —y tragó saliva al sentir directamente lo grande que estaba el bulto de Shaka.

¿Lo has hecho antes? Quise decir… ¿Te has tocado? —preguntó Shaka con más curiosidad y pena a la vez.

Y Mu se sonrojó aún más de lo que era posible. —Una vez… Sentía curiosidad por saber cómo se sentía —y desvió un poco la mirada del rostro de Shaka—. ¿Tú?

Eh… Sí… Pero fue más accidental que otra cosa —y tampoco dirigía la vista al rostro de su amigo por la vergüenza de su confesión.

¿Accidental? —Mu miró su rostro nuevamente.

Sí… Es que… Accidentalmente vi a una pareja teniendo relaciones por la playa cercana al santuario —y tragó saliva al decir esto—. Y fue tanta la impresión al ver lo explícito de todo eso que me excité, mucho, y me tuve que aliviar esa vez.

¿Cuándo pasó eso? —preguntó Mu sorprendido.

Hace más de dos meses —respondió Shaka apenado.

Se quedó viendo a Shaka, dándose cuenta de que realmente estaba apenado por haberse dejado llevar por sus impulsos.

¿Y a quiénes viste? —preguntó tanto por curiosidad como por saber la razón por la cual el santo de Virgo reaccionó de esa manera, Shaka se sorprendió por esta pregunta—. Digo, si se puede saber, de todas formas, no pienso decirle a nadie lo que pase aquí, tampoco lo que hayas visto en otros días —cambió su posición y se acostó en la cama al lado derecho de Shaka para darle la libertad para que contara lo que sucedió, y así apaciguar un poco las ganas de dejarse llevar por todo y no pensar en sus actos, si iban a hacer lo que creía, o parte de eso, quería hacer bien las cosas.

Shaka se giró hacia él y apoyó su cabeza en su mano izquierda para poder contarle lo sucedido. —Vi a Aioria con Marín de Águila —Mu se sorprendió por escuchar esto, aunque la verdad ya había oído rumores en la orden dorada de que el santo de Leo había estado muy pendiente de una de las amazonas de plata, pero no había sospechado de Marín de Águila. Las pocas veces que se cruzó con ella fue muy cordial y respetuosa, de hecho, le tenían un gran respeto porque era una de las más fuertes en el recinto de las amazonas junto a Shaina de Ofiuco—. Y siendo sincero me sorprendió el ver lo apasionada que puede ser esa mujer —al decir esto Shaka aclaró la garganta para terminar de confesar y relajarse un poco más para controlar sus ímpetus—. Estaba caminando hacia la playa porque quería salir del encierro que sentía en el templo de Virgo, respirar ese aire relajante del mar para meditar… Y cuando llegué a la playa percibí la presencia de dos personas, estaban ocultos detrás de unas rocas grandes con unos arbustos que les daban refugio. Yo pensaba que eran personas que estarían ocultándose por alguna fechoría, sin embargo, cuando me acerqué sigilosamente al lugar, vi a Aioria acostado completamente desnudo con Marín a horcajadas encima de él en iguales condiciones, y sin su máscara. La verdad es muy bonita —se sonrojó un poco más al decir esto—. Aunque lo más me impactó fue el descubrir lo apasionados y enamorados que se veían. Las relaciones sexuales las imaginaba de forma distinta, una simple función para que los humanos se reproduzcan y ya, algo mecánico, algo que no se debía disfrutar. Pero al verlos quería experimentarlo, al ver el intercambio entre ellos, las estocadas, ver los gestos de Marín al recibir a Aioria de esa forma, hizo que me excitara de tal manera que tuve que alejarme rápidamente de ellos, e ir hacia una cueva cercana para que no sintieran mi presencia. Tuve que huir y esconderme porque necesitaba tocarme, por tener esa necesidad de vivir lo que se sentía en ese momento el ser tocado.

Y a Mu solo se le antojaba más el tocarlo a él, el ser tocado por él, el intercambiar más que simples besos y caricias. Empezó a respirar más rápido, y sentía que la excitación volvía a incrementarse. Aunque seguía asustado por sentir esto, pero era más la pasión que sentía que el miedo a dañar la amistad que tenía con el santo de Virgo.

Shaka… ¿Qué quieres hacer? —preguntó acercándose más casi rozando sus labios a los de él, y empezó a tocar con su mano izquierda el rostro del chico al que estaba viendo ahora con otros ojos—. ¿Quieres experimentar conmigo algo parecido? ¿Quieres que sea algo plenamente físico? ¿O quieres algo más? —Shaka tenía los ojos brillantes, ya no sabía que tono de rojo debía tener en su rostro, sin embargo, eso solo indicaba una cosa. Empezó a tocar la cintura de Mu con más ahínco, dando a entender que quiere algo más—. Porque si quieres algo más estoy dispuesto a ello. Porque, así como dijiste que soy importante para ti, tú lo eres para mí, ya lo había dicho, pero quiero reafirmarlo. Así que lo que sea que vaya a pasar a partir de ahora deberá quedar entre nosotros, debes prometerme que no le dirás a nadie de lo que pase en esta habitación.

Lo prometo… Nunca mencionaremos nada de lo sucedido, o de lo que ha de suceder… —y lo besó apasionadamente para confirmar la promesa entre ellos—. Y respondiendo, te dije que estoy dispuesto a aprovechar la segunda oportunidad que nos dio la princesa, por lo que estoy aquí para algo más que un simple acto sexual, o lo que llegue a pasar —eso lo dijo con mucha firmeza, y quizás hasta como un desafío—. Quiero estar ahí para ti, y quiero que sea recíproco. Quiero experimentar todo lo que sea posible contigo —y volvió a besarlo, lo atrajo hacia él para juntar sus pechos y abdomen, y en consecuencia su miembro rozó el de Mu, el cual se sentía más grande de lo esperado.

Mu respondía con la misma pasión el beso, y acariciaba la espalda de Shaka, se dejaba tocar, hasta sentía que las uñas de él dejaban marcas en su propia espalda. Luego Shaka fue esta vez un poco más osado y le acarició una de sus nalgas por encima del pantalón que tenía, y como la tela era delgada el muviano sentía el cosquilleo que esto le generaba, el cual iba a directamente a su ingle, era como si cada toque que le daba Virgo pudiera hacerlo crecer más y más en su excitación, y si seguía así o un poco más llegaría a su climax ahí sin más. Por lo que se atrevió a meter su mano izquierda entre ellos, y empezó a tocar el miembro de Shaka por encima de la ropa, a lo cual el santo de Virgo gimió por ese contacto que nunca había sentido de manos de otro. Sintió la presión de la mano que lo estimulaba, pero ya no estaba para simples caricias, necesitaba el contacto directo, por lo que agarró la mano de Mu, y la introdujo dentro de su pantalón, dentro de su ropa interior, para que pudiera tomar directamente su miembro, el cual estaba caliente, hinchado, y húmedo por el líquido pre seminal que lo ayudaba a sentir más placer. Mu se asustó nuevamente porque nunca había tocado el pene de otro hombre, siempre que tocaba el suyo era para limpieza y sus necesidades físicas, pero la única vez que se masturbó lo hizo con torpeza por no saber cómo darse placer, y el que estaba tocando estaba ardiendo para él. Así que para no maltratar a Shaka retiró su mano, se sentó y luego se puso de rodillas para luego intentar quitarle su pantalón para poder manipular más fácil, a lo que el chico rubio entendió y se retiró por completo dicha prenda junto a la ropa interior que tenía y se acostó para dejarlo actuar. Y Mu vio que estaba totalmente erguido, era grande, las venas estaban muy marcadas en toda su extensión, y se dio cuenta que los vellos que estaban en el nacimiento de su miembro eran de un rubio más oscuro, algo curioso para el muviano. Acercó su mano izquierda para agarrarlo, lo hizo con suavidad, y con su pulgar tomó parte del líquido que emanaba la punta para humedecer el glande y parte del tronco, algo que realmente le gustó a Shaka porque cerró los ojos y gimió fuertemente al sentirlo. Estaba muy nervioso, no quería hacerle daño, tragó saliva y respiró profundo para enfocarse en el rostro de Shaka y ver sus expresiones, para saber si le gustaba lo que le hacía. Empezó a mover la mano poco a poco, en movimientos verticales, de arriba para abajo y viceversa, y Shaka empezó a temblar por lo que sentía, al mismo tiempo que agarró las sábanas de la cama con sus puños por lo intenso que estaba viviendo todo. Mu no se detenía, con el líquido pre seminal humedecía el miembro y podía deslizar más fácil su mano en él. Shaka empezó a murmurar. —Mu… Mu… No te detengas por favor… —y así lo hizo Mu, no se detuvo, aunque llegó un punto en que mientras lo estimulaba se inclinó hacia él y lo besó para compartir esa intensidad. Shaka le correspondió, aunque con todo lo que estaba sintiendo no podía enfocarse solo en el beso, tenía sensaciones similares a corrientes eléctricas que le recorrían el cuerpo, y su miembro estaba cada vez más hinchado y sensible, estaba a punto de llegar a su clímax—. No aguanto más —y siguió jadeando con más agitación, hasta que no resistió más, agarró la otra mano de Mu sin darse cuenta, y llegó al éxtasis, al nirvana, a esa pequeña muerte que la mayoría de los humanos llaman orgasmo. Después de inhalar y exhalar varias veces abrió los ojos y vio hacia la mano de Mu que aún tomaba su miembro, la cual estaba cubierta del semen arrojado en su culminación. Mu lo miraba sorprendido, con los ojos muy brillantes, la cara muy enrojecida, sin embargo, sonreía al ver que su otra mano aún era tomada por Shaka.

¿Te gustó? —preguntó porque quería escuchar su voz después de ese hermoso final.

Oh sí, la verdad gustar es algo muy insignificante para lo que sentí —respondió con la voz un poco más ronca porque la sentía más seca de tanto jadear—. Me encantó, sobre todo porque tú lo causaste —y apretó la mano de Mu con cariño—. Ahora te toca a ti —y lo atrajo hacia él sin importar que su mano izquierda estuviera llena de su semen. Lo acostó debajo de él para besarlo con más ahínco que antes, y esta vez Mu se dejaba hacer, disfrutando de los besos en los labios, en el cuello, en el pecho, en su abdomen, y luego vio como Shaka le retiró con más facilidad de la esperada su pantalón junto con su ropa interior. Ahora estaban en iguales condiciones. Solo que esta vez Mu no sabía que esperar de Shaka, hasta que este hombre, ahora más hermoso para él, bajó su rostro a su miembro para besarlo, y fue algo tan sorpresivo para Mu que sintió que estuvo a punto de llegar a su culmen. Shaka besó su vientre, sus muslos, volvió a besar su miembro, y luego con su mano derecha lo tomó, el cual estaba tan erguido como estuvo el de él, también hinchado, y se veía que necesitaba esa urgente estimulación. Comparando ambos miembros, el de Mu era un poco más delgado, sin embargo, se veía algo más largo, aunque Shaka se prometió que luego los compararía, porque no iba a permitir que esta experiencia fuera la única que se diera entre ellos, que debía repetirse lo más pronto posible. Imitó los movimientos de Mu en él, movimientos lentos y verticales, arriba hacia abajo y viceversa, solo con la pequeña diferencia de que también lo humedecía con su saliva, aunque aún no se atrevía a hacer la felación, esta vez quería ver a Mu, ver su rostro mientras fuera estimulado por él, por su mano que lo apretaba lo justo para hacerlo gemir, que lo mojaba cada vez que lo necesitara, se atrevió a tocar sus testículos para acariciarlos e incrementar la sensación, y Mu jadeaba más, su corazón latía más y más, igual que Shaka apretó en sus puños la sabana ya arrugada de su cama, y al igual que él, Shaka se inclinó a besarlo apasionadamente, para recibir sus gemidos en su boca a medida que subía y bajaba su mano.

Estoy a punto de llegar —era demasiado para Mu, necesitaba culminar, sentía que iba a explotar.

Entonces llega para mí —dijo Shaka en su oído con la voz ronca, y le mordió el lóbulo de la oreja derecha para provocarlo más. Y logró su cometido. Mu soltó la sábana para agarrar los hombros de Shaka para apretarlo e inconscientemente subir su cabeza a su hombro derecho, y empezó a jadear con más fuerza, hasta que no resistió más y llegó a su clímax muy intensamente, mojando la mano de Shaka y su vientre con el semen producto de ello.

Así que… Así se siente tocar a la persona que quieres —dijo el santo de Virgo al ver a Mu inhalando y exhalando agitadamente, tratando de recuperar su ritmo cardíaco normal, transpirando por el calor del momento, y siendo más hermoso que antes, porque era así para él. Mu con sus características muvianas, con sus lunares en vez de cejas que llamaban la atención, con sus hermosos ojos verdes, su piel lozana, su cabello de color lila que no era muy común, su rostro único y atractivo, porque él nunca se daba cuenta de cuando las doncellas y amazonas del santuario lo veían desde lejos admirando su figura fuerte y su belleza sin igual, Shaka llegó a reír antes por esto. Pero al verlo así tan vulnerable tenía que darles la razón a esas mujeres, Mu de Aries era un hombre con una gran belleza exótica, digna de su raza, y al final un ser humano único, porque su corazón lo hacía ser un hombre más que hermoso para él. Y sus labios eran más que divinos de saborear. Todo su cuerpo, todo le gustaba de él. Anteriormente no se imaginó teniendo este tipo de relaciones. Se supone que todo lo carnal y todo lo terrenal le impedía llegar al nirvana, a ese estado en el que podía sentirse como decían muchos, más cercano a los dioses. La verdad había pecado en soberbia, creyendo que era superior a los demás, por no dejarse corromper, por no vivir lo mundano, por buscar la perfección en los preceptos budistas. Sin embargo, desde la batalla de las doce casas, pudo darse cuenta de que era tan humano como los demás. Y cuando se reencontró con Mu pudo sentir esa extraña conexión que había entre ellos, por eso no dejó de buscarlo, buscar su presencia, su aroma, su compañía. Ahora estaba ahí en su cama, compartiendo la primera relación sexual con el chico que ha sido su mejor amigo.

Creo que ya tengo la respuesta a tu pregunta —dijo Shaka con un tono de revelación.

¿Cuál pregunta? —después de recuperar su calma, Mu que estaba acostado se quedó viendo a Shaka con extrañeza al escuchar esto, y luego se apoyó en ambos codos para verlo mejor.

La pregunta era: ¿Qué siento por ti? —y Shaka le sonrió más feliz de lo que alguna vez se habría sentido—. Mu de Aries, yo estoy enamorado de ti.

Y Mu se sentó al escuchar esto, y se le aceleró nuevamente el corazón. —Shaka…

No digas nada aún —dijo Shaka colocando un dedo en los labios de Mu—. Esto que vivimos hoy, ha sido lo más hermoso de toda mi vida… Y voy a aprovechar cualquier momento que pueda para estar contigo —lo besó para sellar su declaración.

Cuando terminaron el beso se quedaron mirando con los ojos brillantes y llenos de ilusiones. Pero Mu no quería definir todavía lo que sentía. —Shaka… Yo… —pero Shaka lo interrumpió nuevamente con otro beso apasionado.

Yo esperaré hasta el momento que estés listo —todo dicho con voz serena, pero con una mirada llena de anhelo por escucharlo pronto—. ¿Puedo quedarme? —al preguntar se acostó en la cama que estaba con las sabanas sumamente arrugadas—, no quisiera que los demás me vieran como si hubiera tenido sexo contigo —y le dio una sonrisa ladeada que indicaba que realmente quería ser visto así.

Puedes quedarte… No es la primera vez que lo haces… —solo que las anteriores veces que había pasado la noche en el templo de Aries lo había hecho en la cama de Kiki, y no en su propia cama, y todo porque esas veces Shaka no tenía ganas de estar solo en el templo de Virgo, aunque lo adjudicaba a la flojera de subir todas esas escaleras hasta allá, y Mu lo dejaba quedarse sin ningún inconveniente—. Hasta que esté listo, mantengamos esto entre nosotros, por favor —tomó la mano izquierda de Shaka para luego acostarse a su lado izquierdo—. No quiero que otras personas interfieran en esto que está sucediendo con nosotros… Y debes entender que realmente eres muy importante para mí.

Lo sé —Shaka acarició su rostro con su mano derecha y lo besó nuevamente—, siento que no puedo dejar de hacer esto… no me conozco —y se rio de sí mismo.

Mu también sonrió al ver lo impulsivo que se había puesto Shaka. —Será mejor que descansemos, la noche está tranquila, aprovechemos que los demás están cuidando bien el santuario —se recostó del hombro de Shaka, algo que hizo de forma muy natural para no haber dormido con nadie anteriormente. Su amigo, no solo su amigo… ¿Cómo debía llamarlo? ¿Amante? No, no se sentía correcto… ¿Pareja? Lo seguiría pensando luego… Bueno, él no había soltado su mano, y se estaba empezando a relajar.

¿Mu?

¿Hmm?

Sabes que esta no va a ser nuestra única vez, ¿verdad?

Lo sé… Ya lo habías dicho.

Es bueno que lo entiendas. Porque en el momento menos pensado vamos a dar el siguiente paso.

¿Siguiente paso? —Mu frunció el ceño extrañado. ¿Cuál siguiente paso? Y lo miró al rostro para que le aclarara.

Hacer el amor por completo —dijo Shaka mirándolo a los ojos.

Mu se sonrojó por enésima vez esta larga noche. —Oh, ese siguiente paso… ¿Y para ti qué hicimos ahora?

Creo que es lo que llaman juego previo —dijo Shaka, pero esta vez acariciando el brazo de izquierdo de Mu—. Pero es el mejor juego previo que he vivido, contando lo que hice en la playa —y ambos se ríen por esa pequeña broma—. Aunque para mí lo que hicimos fue hacer el amor, porque esto fue producto de lo que sentimos aquí —dijo señalando el lugar donde se encuentra el corazón de Mu—. Descansemos, más tarde deberé regresar a mi templo —aunque lo dijo sin ánimos de hacerlo, pero esta vez soltó la mano que Mu, para luego rodearlo con su brazo izquierdo y hacer que el santo de Aries reposara su cabeza en su pecho, justo donde podía escuchar los latidos del corazón de Shaka, y abrazarlo en el proceso—. Gracias…—dijo en voz baja.

¿Por qué? —respondió en el mismo tono.

Por no rechazarme —dijo relajándose con el calor de Mu en esa noche fría.

Nunca lo haría —respondió, y se abrazó más a Shaka.

Esa noche durmió tan profundamente como no lo hacía en mucho tiempo, todo gracias a él, a su compañero de primeras veces.

Día actual

—Creo que ya sé que responderle a Shaka —dijo Mu al recordar esa larga y muy apasionada noche.

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N/A: Hola otra vez, guao, lo logré, escribir acerca de estos hombres fue difícil pero fue tan hermoso *w*. Los adoro, juntos o separados, son mis santos de Athena favoritos, junto a Shun de Andrómeda, pero a este ser más puro del mundo, y reencarnación de Hades, le tengo pensado algo más. Había querido escribir de Mu y Shaka antes, pero me había sido difícil sentarme para hacerlo, ahora que lo logré quiero seguir haciéndolo, así que seguramente verán más relatos de ellos. La conexión que veo entre ellos es especial, sobre todo porque el poder de ambos es sorprendente e inmenso. Sin embargo, son hombres jóvenes que si bien han servido a la diosa desde niños no han tenido experiencias románticas o de otra índole, y eso es lo hermoso de escribir acerca de las primeras veces de ellos. Aunque debo confesar que fue algo difícil escribir el lemon de ellos ya que es la primera vez que escribo lemon yaoi, la verdad quería meterme entre ellos y disfrutar XD. Bueno, no sean duros conmigo, es mi primera historia yaoi y solo quise que los personajes hablaran. Por favor dejen su review y espero verlos en el siguiente capítulo. Nos leemos.

XOXO

Doris