Como bien todos los derechos sobre los personajes le corresponden a Rumiko Takahasi. Esta es solo una historia alternativa, para darle gusto a la imaginación.
Ha pasado una semana desde que tuve esa horrible pesadilla, había sido tan real que me mantuvo con insomnio las siguientes dos noches.
El viento sopla y agita mi corta melena, mientras recorro la ciudad, necesito conocerla bien y así poder trazar alguna ruta de escape por si se llegará a requerir. También ocupó comprar algo de ropa, solo he traído conmigo lo indispensable, recuerdo haber visto una boutique cerca del trabajo, también debo pasar al supermercado. La anciana Gotou ha sido tan amable y considerada, compartiendo conmigo su almuerzo y dejándome algo para cenar después del trabajo. No hizo muchas preguntas cuando le marque para revisar los detalles sobre el alquiler del departamento, hace algunos meses, y lo tuvo listo cuando llegue a la ciudad. Debo de admitir que ha sido de gran ayuda la experiencia y trucos que he aprendido en casa, y eso mismo me lleva a estar más alerta, a estás alturas no han de tardar en darse cuenta que he huido. Aprovecharé bien los dos días de descanso que el señor Yoshida, nos concedió como compensación por los horarios extendidos en la Golden Week.
La boutique no es muy grande, pero el estilo de ropa que manejan va conmigo y los precios son razonables.
-¿Estás buscando algo en particular?- me dice la vendedora, una linda chica con mechones rosas en el cabello -Mi nombre es Akari, y con gusto te atenderé.
-Gracias Akari, estoy buscando algunos jeans, y vestidos ligeros para el verano.
-Estas de suerte, hoy nos llegó mercancía nueva. Y tenemos muchos descuentos en la ropa de la temporada pasada. Si gustas acompañarme...
-Akane, mi nombre es Akane.
-Mucho gusto, Akane. Vamos a los probadores.
¡Esta chica es muy buena en su trabajo, ni siquiera le di mi talla y todo lo que me ha mostrado me ajusta a la perfección!
-¿Eres nueva en la ciudad, Akane?
-Si, llegué hace poco.
-Trabajas en la Cocina de Izayaka, ¿verdad?- nota mi sorpresa y agrega con una dulce sonrisa- Es una ciudad pequeña, y vamos seguido a comprar el almuerzo allí, me pareció haberte visto como mesera.
-Eres observadora, Akari. Se podría decir que llegué directo al trabajo, no he tenido tiempo de terminar de desempacar la mudanza y no es que haya traído tantas cosas. Y apenas estoy conociendo la ciudad- le comento, se ve que es una chica lista, y voy a usar eso a mí favor.
-Si gustas te puedo dar un recorrido, en mi día libre.
-Me gustaría, claro, si no te ocasiona ningún inconveniente.
-Para nada, solo hay que revisar que nuestros días libres se ajusten. Mi día libre es mañana.
-¿Te parece si es mañana mismo, entonces? En está ocasión cuento con dos días libres, hoy y mañana.
-¡Estaría excelente! Hace tiempo no tengo una tarde de chicas- dice emocionada.
Terminó de probarme la ropa y de escoger que me voy a llevar.
-Abusando de tu amabilidad, ¿me podrías decir si hay un supermercado cerca?
-Claro, hay un mini combi al finalizar la calle a la izquierda. Y un supermercado en la calle Hananoki Dori, que está a una cuadra de aquí. ¿Piensas ir ahorita mismo?
-Si, creo que de una vez- digo pensativa.
-¿Podrás con todo lo que has comprado?- se nota la preocupación en su voz.
-No te preocupes, traje mi bicicleta. ¡Soy una chica precavida!- le digo guiñandole un ojo, ella suelta una risita.
Afinamos los detalles para el día siguiente, y nos despedimos, ha sido agradable conversar con ella. Pero el tiempo se ha pasado volando y ya pasa de media tarde, debo apurarme, todavía hay que pasar al supermercado; lo bueno que me queda de camino a casa.
¡Por fin llegó al apartamento! Preparo la lavadora, para la ropa que acabo de comprar y dispongo de algunos comestibles para la cena, algo de arroz y curry que alcance a preparar antes de salir. El apartamento es pequeño, pero acogedor y cuenta con todo lo que necesito. No es necesario tener grandes lujos para sentirse cómoda y tener un hogar. Le estaba tomando gusto a su independencia, no iba a permitir que nadie se la arrebatará.
Había acordado con Akari, verse a la una en el banco que estaba frente al supermercado. Y mientras esperaba, tomo nota de los establecimientos que había allí cerca, llamándole uno la atención. En eso ve que ella sale del banco.
-¡Hola, Akane¡ ¿Te hice esperar, demasiado?
-¡Hola¡ No, vengo llegando.
-Que bien, creí que no iba a salir nunca, se demoraron demasiado en el banco- dice suspirando.
-No te apures, oye Akari, ese lugar de allá. Es un dojo, ¿verdad?- ella observa en la dirección que le mencioné.
-Si, es un dojo. Lo maneja el mejor amigo de mi novio. ¿Te interesan las artes marciales?
-He practicado algo de Karate y Naginata, ¿crees que lo manejen en el dojo? Me gustaría seguirlos practicando, para no oxidarme.
-Muy probablemente, es un dojo muy completo, he escuchado que enseñan y practican varias técnicas. De todas maneras le preguntaré a mi novio o más tarde podemos venir a preguntar, ¿te parece?
-Claro, y ¿qué planes tienes para la tarde?
-Ya verás, ¡te voy a sorprender!- me dice dando unos pequeños saltitos, mientras yo río.
-Pues vamos, entonces- le digo, contagiandome de su energía.
Tomamos un taxi, que nos llevaría a la Villa Floral. Que no voy a negar me sorprendió bastante, realmente pareciera que estabas en Inglaterra. ¿Quién diría que había un lugar asi, en una ciudad tan poco conocida?
Aún cuando nuestra familia contaba con una excelente posición económica, jamás se nos permitió viajar al extranjero, una jaula de oro en otras palabras.
Saliendo de la Villa, Akari me llevo a probar las famosas Kinsho Croquettes, que por demás estaban deliciosas. También visitamos un bazar que se encontraba cerca, antes de volver a tomar un taxi que nos llevará de regreso. Estaba atenta al trayecto cuando noto que el taxi tomó una ruta diferente a la que habíamos usado para llegar, a lo que Akari me menciona que tenía otra sorpresa antes de terminar el día y volver a casa. Nos detenemos frente a una pastelería, llamada Carandonel, ella me comenta que se especializan en pastelería francesa. Entramos al establecimiento, que al igual que en la Villa, parecería que estás en otro lugar; compró algunos pastelillos para mí y otros para la anciana Gotou, que ha sido tan amable conmigo.
Ha sido una muy buena tarde, me ha despejado un poco y he ubicado algunos lugares que podrían ser de utilidad para alguna "emergencia". La compañía de Akari, también ha sido refrescante, muy diferente a las que se dicen mis amigas.
Solo hemos dado unos cuantos pasos fuera de la pastelería, cuando nos topamos con una chica pelirroja.
-La estás pasando bien, ¿no Akari? ¿Haz conseguido una nueva amiga?- dice la chica frente a nosotras.
Akari permanece en silencio, y noto que se encuentra molesta, hay una tensión palpable.
-No seas maleducada, ¿no me la vas a presentar?- insiste la pelirroja, a quien reconozco de aquella ocasión que tuve un encuentro con el gato "ninja" y en la que ella discutía con el que parecía su novio.
-Akane, ella es Ranko, una conocida- contesta con una seriedad absoluta, que no creería que es la misma chica con la que he pasado la tarde.
-Ah es cierto, había olvidado que ya no somos amigas, solo conocidas- debate con sorna, haciéndome recordar a una de mis hermanas.
-Vamos Akane, se hace tarde. Es mejor no demorarnos- contesta Akari, mientras me toma del brazo para continuar caminando.
-Gusto en conocerte, Akane. Ya en otra ocasión podemos salir las tres a conversar, y quizás también pueda acompañarnos el guapo de Ryoga. Por cierto Akari, dale saludos de mi parte- finaliza con malicia en su mirada.
Nos alejamos rápidamente del lugar, dejando atrás a Ranko quien también prosigue su camino. No hay que ser adivino para notar que esa chica es una busca problemas, y de la cual me tengo que mantener alejada.
