Los personajes de Saint Seiya son propiedad de Masami Kurumada, Chimaki Kuori y Toei Animation.
La volvió a ver cuando tenía diecisiete. Había dejado la escuela, cansado de las comparaciones, de verlo presumir su popularidad, de ser menos.
Comenzó a trabajar como mesero, sus padres nunca le dijeron nada, su padre repitió el "mediocre" varias veces.
Ese día, de verano nublado, ella estaba sentada a lado de su puerta de entrada, con su uniforme de secundaria, leyendo un libro de romance, amaba el romance. Kanon había salido temprano, su jefe le cambiaría el horario, pronto sería un adulto legal.
Él había pasado los últimos dos años preguntándose cómo habrían sido las cosas si hubiera contestado una de las preguntas de ella, si su corazón no se hubiera acelerado como lo hacía cuando ella le sonreía, pero era joven y no supo que eso era amor hasta después, mucho después.
Cuando Katya alzó la mirada hubo un breve destello de sorpresa, seguido de otro de reconocimiento, un reconocimiento efímero, borrado al recordar que no era él.
— Tu debes ser Kanon — dijo ella, aún en el suelo, con una sonrisa inocente — te pareces mucho a él, sé que son gemelos pero aún así, es increíble lo iguales que son, tal vez él es un poco más alto...
Saga apareció, en el momento oportuno como siempre, llevaba las llaves del auto de su padre, a Kanon nunca se lo prestó.
— Llegaste temprano — saludó el mayor mientras le ofrecía la mano a la chica para ayudarla a levantarse — ella es Katya, mi novia.
El menor llevaba toda su vida sin tener pareja, pero más de tres años enamorado, flechado sin saberlo, en el remolino del amor. Era joven para comprenderlo, incluso en ese momento, todo lo que sintió fue la opresión de su pecho, el lento desangrar de su corazón. La imagen de la mano de ella entrelazada con la de su hermano lo lastimaba más que nada en el mundo.
Tardaría años en recuperarse.
