"Todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi"

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"THE OFFICE"

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Capítulo 3

PANTONE

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Fue hace justo seis meses, un cliente nos pidió trabajar a la par con otra agencia. Yo estaba fúrico ¿acaso no creían que eramos capaces? La pobre Akane era la que siempre se tragaba mis arrebatos. Siempre tan comprensiva, tan entera; sabe lo que se tiene que hacer en cualquier situación, en casi todo. No cuenta mucho de su vida privada y sé relativamente poco de su familia y del por qué no vive con ellos. Hablamos de mis problemas, pero no de los suyos. La pasamos increíblemente bien, en el trabajo hacemos la mejor mancuerna. Siempre supe que su entrada a la empresa sería lo mejor, esa pasantía en los Estados Unidos nos daría muchas oportunidades creativas.

Es verdad que desde el principio tuvimos relaciones íntimas, pero no es nada serio. Solo es una relación y ya, nos hacemos compañía y así funcionamos bien. No le he contado sobre ella a mi padre; puede pensar que la contraté por tener interés en ella de por medio, y no es así. Ella vale oro y he sido el primero en darme cuenta de eso. Siento un cariño muy grande por Akane, es hermosa, es dulce, ella tiene todo…pero no me atrevo a formalizar algo con ella, es que hay algo que mi padre me dijo una vez, y en lo que yo no había prestado tanta atención: —Akane no tiene buena presencia. Si exceptuaras eso, ella podría comerse el mundo si quisiera…—me dijo. Al principio lo dejé pasar, pero luego comencé a observarla, y es que recuerdo que yo la conocí de noche saliendo de su anterior trabajo en el restaurante, traía el uniforme del sitio una falda negra corta y una blusa abotonada; confieso que no podía dejar de mirarla con su pequeña cintura, caderas firmes y unas piernas de infarto. Traía el cabello algo desgarbado, pero ¿quién no sale así después de trabajar toda la noche? —…tiene muy mala facha y esa no es la imagen que quiero para la agencia —las palabras de mi padre siempre eran certeras y aunque Akane es una mujer llena de cualidades comencé a ver esos detalles por todas partes. Su ropa relavada y de colores opacos, sus blusas siempre escondían alguna mancha impregnada de café y usaba los mismos zapatos con todos sus vestuarios. No es que yo fuera un experto en imagen, pero en una mujer de rango ejecutivo, eso cuenta mucho. No es sucia, pero no usa perfume y se muerde las uñas. Ella misma cose el dobladillo de sus faldas y creo que debió haber aprendido por necesidad porque lo hace fatal. Decirle a mi padre que estoy con ella sería algo que no le agradaría escuchar. Va a pensar que voy a distraerme, y no es así, la primera que no dejaría que eso pasara, es Akane, es sumamente responsable y entregada a su trabajo. Aun así, le he dado largas para decirle a mi padre que hemos estado saliendo. Ella no me presiona, me comprende y pienso que ambos estamos en el mismo canal, también la veo enfocarse mucho en su carrera y estoy dispuesto en ayudarla en lo que pueda, no puedo dejar que se vaya, es un elemento primordial.

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Las cosas cambiaron después; resulta que tendríamos que trabajar en una campaña pequeña con la agencia Furinkan, una empresa que es famosa por firmar cuentas extranjeras. Solo teníamos que hacer publicidad de una cadena de restaurantes con sede en Beijing, que se instalaría en Japón. Nos asignaron a un ejecutivo de la Furinkan para que "supervisara" el trabajo.

—¡Piensan que no podremos hacerlo! Ni que fuera la gran cosa tomarle una foto a un estúpido plato de tallarines —solté en la sala de juntas del cliente, mientras esperábamos al ejecutivo.

—Tranquilo, Shinno. Podemos hacerlo solos, pero tenemos que demostrarles que haremos lo que nos pidan, solo hay que asegurarnos de dejar nuestro sello y no el de ellos —Akane es decidida, por lo menos en el trabajo, pues cuando vamos a cenar nunca puede decidir entre arroz frito o verduras.

Asentí con la cabeza, tenía que controlarme frente a los clientes y ante nuestra competencia directa. Pasaron diez segundos y no pude creer lo que veían mis ojos. La mujer más hermosa y sexy que había visto en toda mi existencia. Su cuerpo era escultural, una cintura diminuta, senos grandes, hombros estrechos, piel perfecta entallada en un impecable traje sastre rosa de falda corta, muy corta. Su rostro evocaba a los mismos ángeles, aunque con un toque travieso por su sonrisa pícara. Tenía unos ojos encantadores y un cabello largo con destellos púrpuras. Se contoneaba y hacía que sus pechos se movieran de arriba abajo; yo babeaba por ella. Me quedé mudo ante tal aparición, se dirigió a mi y me tendió la mano, como los occidentales— Soy Shampoo Xiu, de la agencia Furinkan —dijo con una voz melodiosa.

Akane me dio un discreto codazo que me hizo reaccionar— Shinnosuke Ryugen, agencia Orochi —le di la mano y ella rio, asentí con la cabeza y no la solté, sino hasta que Akane se atravesó entre los dos y se presentó ella misma. —Akane Tendo, también de la agencia Orochi. Deseamos que nuestro cliente reciba nuestras propuestas cuanto antes, así que debemos organizarnos para formar las ideas, señorita Xiu.

Shampoo apenas y miró a Akane, desde el inicio, ella se dirigió a mí— ¡Oh! Creo que no les han explicado bien, nuestra agencia solo va a supervisar el trabajo que ustedes hagan, nuestra experiencia en campañas institucionales lo avalan.

Akane saltó de su asiento, apretaba los dientes alterada— Nosotros también tenemos experiencia con ese tipo de campañas, hacemos esto para cumplir lo solicitado con nuestro cliente.

Vi a Shampoo enarcar una ceja y fruncir los labios. Tuve que meterme antes de Akane dijera otra cosa— Será un placer mostrarles nuestras ideas, señorita Xiu —hice un asentamiento con la cabeza.

—Shampoo —volvió a sonreírme mientras acomodaba su cabello de la parte posterior de su cuello.

—De acuerdo, Shampoo —sabía que algo acababa de surgir, esa mujer me hechizaba con solo mirarme.

Estuvimos esa tarde mostrando los bocetos que teníamos hechos, Akane explicaba los detalles, pero a Shampoo no le gustó ninguno. —¿No tienen más? Todo me parece haberlo visto antes.

Akane cerró la carpeta de un manotazo y contestó de mala gana—¡Son tallarines! Supongo que formará parte de tu dieta básica, los ves todos los días.

—Shampoo ¿nos permites un minuto? —dije jalando a Akane hacia mí y haciéndola levantarse de su asiento y la llevé hasta la parte exterior de la sala. —¿Qué rayos crees que estás haciendo? Fuiste la primera en tranquilizarme y ahora parece que tú eres la alterada.

—¿No te das cuenta de que me está humillando? Solo quiere tratar contigo ¡le gustas!

Me sorprendo, Akane nunca se había puesto así— Akane, no puedes reaccionar de esa manera, ella solamente se porta así porque tú te muestras agresiva.

—Me ignora por completo. Ni siquiera vio los bocetos, se la pasó viéndose el esmalte de las uñas y enseñándote las piernas por debajo de la mesa de cristal.

Me sonrojé un poco; no tenía idea de que Akane lo hubiera notado, pero obvio tenía que fingir que no lo había visto— Por supuesto que no. Déjate de cosas, tenemos que conservar esta cuenta, mi padre fue muy específico en que no quería perderla y si sucede, me desollará vivo.

Akane tomó aire un par de veces y luego sacó un boceto más de su maletín— ¡Ten, muéstraselo tú y dile que fue tu idea! —dijo entregándomelo.

Entramos de nuevo a la sala y Shampoo se enderezó en su asiento— ¿algo más que me quieran mostrar? He perdido mucho tiempo.

—Tenemos un último boceto, esta fue mi idea inicial y de ahí partimos con las demás. Quise dejarlo para el final —le tendí la hoja con la marquesina de cartón y sus ojos se iluminaron.

—¡Es perfecto, Shinnosuke! no cabe duda de que eres un excelente mercadólogo. Con esto pueden empezar las fotografías.

—Creo que es todo, la llamaremos para mostrarle los preliminares, señorita Xiu. Shinno ¿nos vamos? —Akane guardó todo en el maletín y se puso de pie. Shampoo no dejaba de mirarme, ni yo a ella.

—Esperaba que me invitaras a festejar la apertura de la cuenta —Shampoo era una mujer muy directa y eso me gustó de ella.

—Sí, por supuesto —respondí encantado.

—Llamaré al equipo, estarán felices de conocer a S-h-a-m-p-o-o —Akane enfatizó su nombre y me miró con los ojos entrecerrados, además de una sonrisa acartonada.

—Hablaba de ir solo Shinnosuke y yo —respondió Shampoo a modo de reclamo.

—En la agencia Orochi todo el equipo es tomado en cuenta cuando se trata de festejar, ya que todos trabajamos arduamente en cada proyecto. La veremos en el bar Candy a las siete y media. Vámonos —Akane fue muy imperativa y en cuanto salió de la sala, Shampoo me gritó a lo lejos.

—¡Te veo pronto, Shinno!

Yo me giré para sonreírle, Akane ya iba a tres metros de mí, maldiciendo por lo bajo. Caminé rápido para darle alcance. —¿Ya terminaste de coquetear con esa?

—Akane, no pienses en eso. Ayudó para convencerla de que aceptara esa última propuesta…por cierto ¿de dónde la sacaste?

—¡Fue la primera que le mostramos! No puedo creer que ni siquiera tú te dieras cuenta —Akane estaba muy de malas, pero no le di importancia.

—Sabes que soy distraído, pero te saliste con la tuya, como siempre —le pasé la mano por la cintura para que se relajara un poco y por fortuna lo hizo. Akane es más hermosa cuando es amable y sé cómo hacer que vuelva a ser ella.

Salimos en el auto con rumbo a la oficina y a las siete y media nos fuimos al Bar Candy. Shampoo llegó algo tarde, le presenté a todo el equipo y lo pasamos muy bien. Tuvimos oportunidad de hablar poco, ya que Akane estaba cerca y Shampoo no se llevó con ella. En un momento que Akane se levantó al baño, Shampoo me escribió su número de móvil en una servilleta y me dijo que tenía que irse. Me hizo una seña para que la llamara y yo apunté su teléfono antes de que Akane se diera cuenta.

—Creo que bebí de más ¿nos vamos a tu apartamento? —me preguntó Akane, pero la evadí.

—¿Te molesta si te dejo en la estación? Mi padre me envió un mensaje y quiere que vaya a casa ahora mismo.

—Puedo esperarte en el apartamento, tengo la llave.

—Seguro me pedirá que me quede en casa esta noche y no me gusta que te quedes sola. La señora Kori podría pensar mal —me excusé poniendo de por medio el tema de mi casera que era una mujer muy entrometida.

Akane me miró no muy convencida, pero como siempre, me sonrió y accedió a que la dejara en la estación para irse a su casa. En cuanto bajó del auto, llamé a Shampoo. Me estaba esperando en un bar cercano y me encontré con ella. Pasamos la noche charlando sobre nosotros, estuvimos hablando hasta tarde y la llevé a su casa. Nos veríamos al día siguiente para concluir el trabajo con el cliente. Yo estaba decepcionado, porque pensé que pasaría mucho tiempo para verla de nuevo, pero por fortuna, el mismo cliente nos encargó realizar la imagen de todos los restaurantes, no solo los promos. Por supuesto, la agencia Furinkan designó a Shampoo como nuestra supervisora y tuvimos tiempo para conocernos más.

Todos en la agencia trabajamos día y noche. Akane era mi segunda al mando, así que prácticamente ella era la líder del proyecto. Ni siquiera llegaba a dormir al apartamento, a veces se quedaba a dormir en la oficina y yo…yo aprovechaba para salir con Shampoo. Por supuesto que hablábamos un rato de lo que haríamos en la campaña, pero un impulsivo beso de ella en el bar fue lo que inició todo.

Ni siquiera pensé en lo mío con Akane. Di por sentado de que lo nuestro había terminado al igual que como empezó, sin decirnos nada, y continué saliendo con Shampoo.

Creo que Akane ya pensaba que sucedía algo, pero nunca habló conmigo, será que no quería agobiarme o era porque había demasiado trabajo. Un día, mi padre me llamó a su oficina para revisar los avances del proyecto y le confesé mi relación con Shampoo. Estuvo de acuerdo, pero me pidió discreción hasta que terminásemos la campaña, faltaba una semana para eso.

Finalmente se cumplió el ciclo y entregamos con éxito nuestro trabajo. Para festejar celebramos en las oficinas, nos estábamos ampliando y rentamos dos locales más en el mismo piso del edificio. Integramos unos cuantos privados y modernizamos nuestras instalaciones. Junto con la Furinkan hicimos dos proyectos más y para el final del año teníamos más miembros de nuestros nuevos socios trabajando hombro a hombro con nosotros. Todo gracias a Shampoo.

Akane trataba de hablar conmigo, pero yo lo evité a toda costa. Me esperó un día que salí tarde para alcanzarme en el estacionamiento. Supongo que tampoco ella se atrevía a llegar a mi apartamento. —¡Shinnosuke!

—Akane ¿qué haces aquí? Ya es tarde.

Sus ojos me hablaron antes de que pronunciara esas palabras— Tú y Shampoo…están juntos ¿verdad? —nunca la había visto llorar, es una mujer muy fuerte, pero en ese momento parecía una montaña a punto de desquebrajarse.

No tenía de otra, más que responderle— Lo siento mucho, Akane.

—¿Por qué no me lo dijiste? —las lágrimas caían por sus mejillas, como si siempre hubieran estado ahí.

—Pensé que lo nuestro no era nada serio. Nunca formalizamos ni le hablé de ti a mi padre…

—¡Porque tú me lo pediste así! —interrumpió, con un poco de desespero, pero sin alterarse, creo que, en el fondo, estaba resignada desde el principio— ¿No me quisiste, entonces? Nunca sentiste nada por mí…

—¡Te quise y te quiero! ¡Por favor no digas cosas que no son!

—Si me querías a mí ¿por qué estás con ella? —fue más un lamento que un reclamo, apenas y podía expresar su dolor. Sentí mucha lástima por Akane.

—No sé decirte por qué. Ella y yo nos llevamos muy bien, fue algo químico, muy diferente a lo que siento contigo.

Siempre pensaba antes en mí que en ella y esta vez no fue la excepción, de inmediato intentó resolverlo— Entiendo…y espero que comprendas que ya no puedo seguir más en la agencia. Mañana presentaré mi renuncia.

—¡No! ¡por favor, Akane no me hagas esto! —en ese momento sentí mucho miedo de perderla, me di cuenta de que lo que sentía por ella seguía vivo y no se había borrado.

—La agencia está creciendo mucho, ya no me necesitas para nada. Tienes a Shampoo, para lo mismo que yo te servía.

Sentí una puñalada en el pecho, quería a Akane más de lo que pensaba— ¡No es así! ¡Te necesito a ti a mi lado!

La vi sonreír, al tiempo que se llenaban sus ojos de lágrimas y comenzó a caminar hacia la salida. Fui tras ella, no iba a dejarla ir; la tomé de un brazo y la giré hacia mí, la besé. Jamás olvidaré ese momento. Le tendí la mano y ella me siguió hasta el auto, fuimos al apartamento e hicimos el amor. Ninguno de los dos dormimos esa noche, pasamos media hora en silencio— ¿Vas a dejarla? —me preguntó al fin, sin mirarme.

Le respondí como un cobarde— Ya hablé con mi padre sobre ella. No puedo terminarla así y luego decirle que te quiero a ti, creerá que…

—…que no puedes tomar decisiones —completó la frase.

—Dame tiempo, no quiero que estés lejos de mí —era verdad, si ella se iba, mi mundo y mis planes se vendrían abajo. Pero tampoco sabía qué sucedería con Shampoo, nuestra relación era mágica.

—Yo tampoco quiero estar lejos de ti…ya ni siquiera puedo acercarme cuando está ella.

—Te prometo que lo solucionaré.

Akane asintió con la cabeza y se acurrucó para dormir, yo me acerqué y la abracé por la cintura, sabía que no volveríamos a estar así por algún tiempo, pero también supe que su entrega hacia mí seguía siendo la misma.

SHINNOSUKE.

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No puedo creer lo que ven mis ojos, el día que nací, un ser maligno debió hacerlo también y se llevó mi buena suerte. Contuve la respiración, esperando que ni siquiera se fijara en mí, pero era inevitable, yo era la única que estaba de pie. Al entrar fui lo primero que vio, alzó las cejas sorprendido, incluso más que yo. Esperaba que no dijera nada, pero también estaba segura de que un día lo haría y todo el mundo se enteraría de lo sucedido.

—Quiero presentarles a todos al señor Kuno, él es el nuevo director de la agencia Furinkan, tiene varias empresas y ha sido una nueva adquisición —mencionó el señor Ichiro, padre de Shinnosuke.

El tipo era un completo payaso, siempre iba vestido con una camisa con detalles hawaianos, iba peinado con una coleta sobre la cabeza que simulaba una palmera en la punta, pocas veces vestía pantalón de vestir, siempre usaba pantalón corto y sus ridículas gafas de sol, así hubiera una tormenta. Jamás me interesó conocer su nombre, siempre lo llamé: señor Kuno. Y pensar que estuve comprometida con el idiota de su hijo. Kasumi me contó que fue él quien dio el dinero a mi padre para armar un equipo de búsqueda que diera con mi paradero. Dijo que yo era una tonta por huir del compromiso con su hijo. Aceptó a duras penas a mi hermana Nabiki, para que se casara con Tatewaki y a pesar de su renuencia, mi hermana se casó con quien fuera mi prometido.

—Akane Tendo, es una sorpresa encontrarla aquí. Tantos años sin saber de usted —dijo al fin el hombre.

—Buen día, señor Kuno —respondí secamente. Shinnosuke y su padre me miraron impactados, Shampoo enarcó una ceja y pude ver incredulidad en sus ojos; seguro se sentía con mucha influencia por tener un cargo importante en la Furinkan, ojalá y eso le bajara sus aires de grandeza.

—Director Kuno, de ahora en adelante —se atrevió a decirme el pusilánime.

—¿Se conocen? —preguntó el señor Ichiro. Yo no quise abrir la boca.

—Desde hace años, pero eso no tiene la menor importancia. Bien, si me permite quiero decirles a todos que habrá aumento de sueldo. —las exclamaciones de sorpresa y alegría se escucharon por toda la sala. Ese tipo no había perdido lo extravagante, pero, así como daba algo, lo quitaba, por eso no dije nada a nadie. No quería arruinarles el momento— Como ya les decía Ichiro, ahora somos socios y mi intención es velar por nuestros intereses. Sé que ya llevan varios meses trabajando a la par con la agencia Furinkan, nuestra querida Shampoo ha sido la encargada de informarme de todo desde que compré esta empresa ¿ya les mencionaron que tengo muchísimas empresas?

—Así es, señor Kuno —dijo el señor Ichiro, quien era un hombre muy serio y no parecía sentirse muy cómodo con la forma de ser del director Kuno, que lo llamaba de modo informal por su nombre, en vez de su apellido, pero negocios eran negocios.

—De acuerdo, lo primero es ver el organigrama, creo que ahora que aumentaré los sueldos, habrá más trabajo…por supuesto tengo que armar todo del modo que me guste, si hay algo que odio es perder mi dinero ¡HA-HA-HA-HA! —una estrepitosa carcajada sorprendió a todos, mientras yo resoplé por lo bajo, Shampoo comenzó a reírse con su peculiar risa chillona y todo el resto del grupo comenzó a reír sin tener idea de porqué lo hacían. —Como no puede haber dos presidentes en la empresa, porque es una sociedad, propongo nombrarnos presidente a mí y vicepresidente a Ichiro Ryugen, en calidad de la cantidad de acciones que tenemos cada uno. La agencia Orochi es más pequeña, así que el rango de mi puesto es mayor.

Todos los que estaban en la reunión se miraron entre sí. Shinnosuke abrió los ojos lo más que pudo, tratando de decirle algo a su padre, quien le lanzó una mirada serena y exhaló con conformidad, como diciendo que se tranquilizara. Yo solo miraba a Shinno, sabía lo que estaba pensando, que ese tipo quería adueñarse también de la Orochi y no podía permitirlo, el señor Ichiro había empezado la agencia desde cero y ellos debían tener derechos también. Shampoo estaba sonriente y atenta a todo lo que decían, se veía muy segura de que le iban a dar un puesto importante a pesar de que era una inútil que jamás hacía nada.

El director Kuno, continuó hablando— …y ahora el puesto de director general. Sé que hay mucho talento en esta empresa y es notable su esfuerzo porque sus ganancias han subido como la espuma…— vi a Shinnosuke muy serio, la tonta de Shampoo le sujetó la mano, pues era lógico que el puesto se lo dieran a él. —…pero no me fío de nadie que no conozca, así que he decidido que sea alguien del equipo Furinkan.

Shinnosuke enarcó una ceja y miró a su padre, quien de nuevo lo miró y le hizo una seña para que se calmara. Shampoo sonrió y se irguió en su silla sacando sus prominentes pechos ¿sería posible que la nombraran a ella en vez de Shinnosuke?

—Quiero presentarles a todos a la persona que ocupará el puesto de Director General y que estará a cargo de evaluar cada proyecto que se haga en la Orochi — el director estiró la mano como si fuera un presentador de circo y gritó— denle un fuerte aplauso a su nuevo jefe: ¡Ranma Saotome! ¡Pasa, hijo!

La puerta se abrió y mi quijada cayó hasta el suelo ¡¿ese tipo?! El infeliz que me tiró el café encima iba a ser el nuevo jefe de la agencia. Entró, con muchos aires de grandeza, alto, moreno de cabello negro atado en una trenza seguro para llamar la atención, ojos azules, brillantes, sonrisa perfecta, con un cuerpo trabajado evidenciado a través de un traje gris hecho a medida que le marcaba las nalgas ¡desgraciado hijo de puta! expedía un olor fresco a colonia, mientras yo seguía oliendo a café mocca con leche y azúcar, por su estupidez. Se paró delante de mí y adoptó una postura de modelo de revista, poniendo una mano en su bolsillo y saludando con su voz modulada— Mucho gusto, soy Ranma Saotome, estoy encantado de trabajar con ustedes, es una gran oportunidad para mí y un nuevo reto en el cual estoy seguro de que todos aportaremos lo mejor de nosotros y daremos los mejores resultados —hizo una ligera reverencia y todo el grupo, incluso los varones lo miraban como si fuera un dios. Todos aplaudieron emocionados y de forma ridícula. Yo fruncí el ceño y me crucé de brazos, seguía enfadada con ese arrogante; debió sentir mi mirada, porque se giró y me miró con asombro y esbozó una media sonrisa ¡¿para qué me sonríe?! el coraje me hace sentir algo acalorada, lo miro retadora ¡y ahora me sonríe completamente! ¿se burla de mí? Abro la boca para decirle un par de verdades y en eso, Shinnosuke se pone de pie en su lugar, apoyándose en la mesa.

—¡No estoy de acuerdo! —dice Shinno con voz firme, dirigiéndose al director Kuno.

—¡Shinnosuke! —el señor Ichiro parece algo molesto con su hijo.

—¿No estás de acuerdo? No lo entiendo, Shinnosuke —el director lo mira extrañado.

—Mi padre me había prometido el puesto de Director General antes de que usted postulara al señor Saotome. Tengo la suficiente capacidad para ejercer el trabajo, ya que llevo muchos años aprendiendo de mi padre.

—Shinnosuke, no dudo que seas capaz, pero apenas y te conozco…—apuntó el director con desenfado—…seguro encontraré algo para ti.

Eso pareció encender la ira de Shinno, nunca lo había visto así de enojado— Señor Kuno…

—Di-rec-tor…—recalcó el hombre.

—¡Cómo sea! Si mi padre no le ha dicho nada, seguramente es por respeto, pero yo no voy a quedarme sentado viendo cómo usted maneja las cosas a su antojo.

—Shinnosuke ¡basta! —el señor Ichiro se había puesto muy tenso y había levantado la voz, cosa que jamás hacía, más que cuando discutía con Shinno. Éste alzo la mano para pedirle que se detuviera y continuó hablando al director. —¡Esto es una sociedad, y los acuerdos deben hacerse entre las dos partes! ¡No es justo que usted decida todo! —golpeó la mesa con el puño y se hizo un silencio absoluto en la sala.

—Shinnosuke —alguien tenía que romper con la atmósfera helada que se sentía, y el tal Saotome había sido— el director Kuno mira por los intereses de ambas agencias, no deberías tomártelo personal.

Shinno se giró para verlo, apretando los dientes—¡¿Tú qué sabes?!

Saotome de inmediato trató de mediar la situación de nuevo, yo no creía que lo hiciera, Shinnosuke aunque distraído, era muy determinado en cuanto se refería a la agencia, era su patrimonio y cuidaría de él a toda costa— Si lo que te preocupa es quién maneje la agencia, puedo presentarte todas mis credenciales, tengo experiencia suficiente, me atrevería a decir que más que tú.

—¡¿Qué dices?! ¡no tienes ni idea de cómo se maneja esta agencia! ¡Llevo años aquí! ¡Todos los proyectos han pasado por mis manos! —Shinno estaba rojo de coraje, me estaba entrando miedo, sentía que se le iba a echar encima al otro si seguía presumiendo. Shampoo se mordía una uña y balanceaba su pierna cruzada de forma nerviosa, pero también parecía sonreír, la muy boba estaba más que divertida.

—Esta agencia no, pero he hecho proyectos en la Furinkan, Custom Media, Zo Digital Japan…y en todas he sido director de proyecto, la verdad que me he movido no porque ellos muestren descontento con mi trabajo, sino porque me ofrecen mayor remuneración en otros lados y me gusta aprovechar las oportunidades.

—¡Puedes haber hecho proyectos en Uzbekistán, pero lo que de verdad importa es conocer un negocio a fondo! Un proyecto lo puede hacer cualquiera, ¡hasta un estudiante de primer año!

Vi a Saotome hacer una mueca y entornar los ojos, yo sonreí por lo bajo. Shinnosuke sabía de lo que estaba hablando, y ese engreído no iba a lograr amedrentarlo con su curriculum estrella.

—¡Es suficiente! Shinnosuke ¡siéntate! —el señor Ichiro se levantó para poner orden— lo siento, director Kuno, me disculpo en nombre mío y de mi hijo, no sabe lo que dice.

—¡Pero, papá...! —reclamó Shinnosuke. Su padre le hizo un gesto tan duro, que Shinnosuke acató su orden al instante y no dijo más.

—Lo lamento mucho —volvió a excusarse el dueño de la agencia Orochi.

—¡Oh, no se lamente Ichiro! Los jóvenes son más viscerales y dicen lo que piensan sin controlarse.

—Quizá pudiéramos dividir el puesto por zonas y así tener dos directores generales —el señor Ichiro sabía que Shinnosuke tenía razón en que ambos socios debían manejar la agencia y no solo uno. Shinno pareció tranquilizarse con ese comentario, la tonta de Shampoo solo se miraba las puntas del cabello, aburrida, y Saotome observaba todo muy serio.

—Eso es imposible, Ichiro. La Orochi no es tan grande y apenas y hay empleados para cubrir la zona de Tokio. En todo caso, si es tanto problema no habrá director general. —Los murmullos no se hicieron esperar, Shinnosuke miraba a su padre para que hiciera algo. El señor Ichiro se veía impaciente.

—Director Kuno, le pido que considere…

—Es mi última palabra, Ichiro. Se elimina el puesto, lo lamento, Ranma. Espero que decidas quedarte, aun así.

Shinno miró de reojo a Saotome; era claro que el tipo había llegado con la idea de ser el mandamás, pero no se le iba a cumplir. —No tengo problema, para mí el nombre de un puesto no significa nada, mi intención es cumplir con mi trabajo y demostrar lo que puedo hacer.

—¿Te crees tan bueno, Saotome? —Shinnosuke estaba harto del ego de ese tipo, lo mejor era hacerlo callar —hay vacantes en el departamento de limpieza.

—Mi trabajo habla por sí mismo, nunca necesité tener influencias dentro de ninguna agencia, o ser pariente de un alto ejecutivo para poder desarrollarme en un lugar, llegué en base a mi esfuerzo hasta donde estoy ahora. Y ¿sabes? sería bueno incluso en el departamento de limpieza, a estas oficinas les falta un buen líder, incluso en ese sector.

—¡¿Qué insinuas?! —gritó Shinnosuke, mientras Saotome sonreía con sorna. Parecía que esta vez iban a enfrentarse, ninguno de los dos toleraba lo que decía el otro. De pronto el director Kuno se levantó de su sitio.

—¡Se me acaba de ocurrir la mejor idea de todas! No tendremos un director general…peeeeerooooo ¡tendremos dos Marketing Managers! —al tipo le gustaba parafrasear en inglés, que pronunciaba terrible— En vista de que tenemos dos elementos muy fuertes para las campañas como lo son Shinnosuke y Ranma, ¡dividiremos los proyectos en dos equipos!

—¿Una campaña para dos equipos de Marketing? ¿no sería como trabajar doble por lo mismo? —preguntó el señor Ichiro.

—¡Sí! Pero, aquí viene la parte interesante. Será por unos cuantos proyectos y el ganador ¡será quien se quede con el puesto de director general! ¿qué les parece?

El señor Ichiro no estaba de acuerdo— Me parece ilógico, director. Podríamos sacar más campañas trabajando cada equipo en un proyecto diferente. Además, no tenemos para pagar por eso.

—¡Para eso nos respalda la agencia Furinkan! Tengo muchos más empleados allá que se encargarán de las cuentas de la Orochi, y recuerde que usted solo pagará sueldos de uno de los equipos, yo me encargo del resto ¡Es muy emocionante! Cuando seleccionemos un ganador, éste propondrá a su marketing manager y así iremos definiendo todo, ¡cómo si fuera un concurso! Dígame que está tan emocionado como yo, Ichiro. Vamos, ¡quite esa cara! ¡nos divertiremos! ¿no es así, Ranma?

—Yo estoy dispuesto a aceptar cualquier reto que me proponga, director. —Saotome miraba fijo a Shinnosuke, y éste igual.

—También acepto, veremos quién ríe al último —dijo Shinno, mientras Shampoo se acomodaba el cabello en un hombro, mirando y sonriendo coqueta a Ranma, quien le devolvió el gesto. Shinnosuke lo notó y sujetó la mano de Shampoo con mucha fuerza en un intento primitivo de marcar territorio, también la observó molesto. La china tragó duro al verse descubierta, es que no se podía ser más descarada en la vida como ella.

—Bien, que así se haga entonces —el señor Ichiro resopló, cansado. Tal vez no imaginaba que hacer sociedad con un loco, sería tan complicado.

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La junta terminó y todos salimos a nuestros lugares de trabajo, me senté en mi silla y me apoyé con los codos en el escritorio, cubriendo los ojos con mis manos. No había dormido nada la noche anterior, por estar esperando a Shinnosuke.

—¡Akane! —Yuka vino a mi encuentro, siempre que se acercaba era para contarme algún chisme o preguntarme algo que sabía de antemano podía solucionar sola, pero nunca lo hacía. —¿Qué pasó con lo de tu ascenso? ¿no ibas a ser tú la gerente de marketing?

¡Mi ascenso! Por estar tan enfrascada pensando en Shinnosuke, ni siquiera había notado que mi puesto se lo habían dado a Saotome; Shinno se había quedado con el mismo. En pocos segundos me puse de mal humor— Pues no lo sé, ya no tengo idea de qué va a pasar con nosotros.

—¡Dijeron que nos aumentarían el sueldo! Bueno, eso dijo el director Kuno.

Resoplé y entorné los ojos— Yuka, a ese tipo créele la mitad de lo que diga. Lo conozco de antes, no es más que un payaso con suerte y dinero.

—¿En serio? Ah, yo sí lo creí…—no me gustaba ser aguafiestas, pero Yuka siempre me había caído bien, y era mejor hablarle con la verdad— …por cierto, ¿supiste que Saotome pidió la oficina de Shinnosuke?

—¡¿Qué dices?! —la oficina de Shinno quedaba justo frente a mi cubículo, había una ventana donde lo veía sentado en su escritorio, muchas veces me le insinué, sabiendo que me veía, agachándome para recoger algo, levantándome lo suficiente la falda, guiñándole un ojo. Desde ahí nadie podía ver lo que hacíamos. A veces Shinno llegó a decirme que podía verme el color de las pantaletas cuando me sentaba mal y no me daba cuenta… ¿y ahora este tipo iba a estar ahí? Tomé una caja y comencé a colocar todas mis cosas.

—Akane ¿qué haces? ¿piensas renunciar?

—Claro que no. Me voy a la oficina nueva de Shinno, no pienso estar cerca de ese tipo ¿te dije que fue quién me vació el café esta mañana?

—¿En serio? ¿ese chico tan guapo? —Yuka suspiró sonoramente y se tomó el rostro mirando hacia el techo con ojos soñadores— yo hubiera dejado que se disculpara y le habría sacado una cita.

—¿Una cita? ¿con ese arrogante? No, gracias.

—No puedes negar que es guapísimo.

—Lo que no puedes negar, Yuka, es que te gusta cualquiera —dejé la caja sobre mi cubículo y me di la vuelta para ir a la nueva oficina de Shinnosuke.

Llegué a la nueva oficina, era del mismo tamaño que la anterior, solo que ésta estaba al lado de una sala de juntas privada. Llamé una vez a la puerta y después le hablé— ¡Shinno! —estaba abriendo la perilla, siempre pasaba al momento que quería, nos teníamos esa confianza, pero en esta ocasión, alguien me detuvo. La puerta se abrió de pronto, ahí estaba Shampoo. Me había olvidado por completo de ella.

—¿Qué quieres? —se recargó en el marco de la puerta pegando la cadera y sacando sus vulgares tetas que levantaba con ayuda de un wonder bra, lo sé porque tuve la "suerte" de encontrar uno en los cajones de la habitación de Shinno, en su apartamento. Yo no uso de esos, casi no me compro ropa y debido a mis finanzas, me es más económico ir a las tiendas de segunda mano.

—Vengo a hablar con Shinno —repliqué.

—Shinnosuke está ocupado, hablando con mi suegro —desde antes de que se anunciara el compromiso, la igualada esa ya le llamaba suegro al señor Ichiro.

—Dile que lo estoy buscando, en cuanto termine. Tengo qué hablar con él.

—¡No soy secretaria! Y si tienes algo que hablar del proyecto, anúnciate primero con la asistente y ya veré si te podemos atender.

—No necesito sacar cita para hablar con Shinnosuke, esta es su oficina.

—Ahora es n-u-e-s-t-r-a oficina —recalcó la china, con una mueca burlona en el rostro.

Yo enarqué una ceja; debió suponer que no le creía porque soltó una risita fingida y me dijo: —¿Qué no lo sabes? Soy la segunda al mando del equipo de Shinnosuke ahora que es el marketing manager, así que estaremos juntos aquí ¡ahora vete que me estás quitando el tiempo! Tengo que decorar la oficina, y recuerda hacer cita o no dejaré que te dejen pasar. —Shampoo cerró la puerta con fuerza y me sentí frágil, como si el viento pudiera llevarme.

¿Shinnosuke no había pensado en mí para ser su segunda al mando? Siempre lo había hecho yo ¿es que no tenía donde más poner a su novia? Cerré los ojos y tomé aire, hice todo por contener las lágrimas, no era posible que eso me estuviera pasando. Volteé a mi derecha y una chica llenita y con anteojos fingía escribir en su ordenador, mientras me miraba nerviosa de reojo. Era una de las practicantes, que había sido "ascendida" a asistente.

Regresé a mi lugar, con una cara de decepción que no podía con ella. Primero lo del compromiso de Shinnosuke y Shampoo y ahora esto. Si tenía suerte me darían el cargo de la mandadera del equipo, y cualquier error que cometiera, Shampoo haría lo imposible por correrme ¡con un carajo! Solo faltaba que me orinara un perro.

—Akane ¿qué sucedió? ¿qué te dijo Shinnosuke? —me preguntó Yuka, sacando su cabeza por el panel de al lado de mi cubículo.

—Me van a correr Yuka, estoy segura. Shampoo es la segunda al mando en el equipo de Shinno.

—Ay amiga… ¿ya viste que Saotome sacó todos los cuadros de la ex oficina de Shinnosuke?

¡Saotome! Cierto, de nuevo olvidé que el tipo me vería desde su sitio. Yo lo estaba viendo en ese momento desde mi lugar, estaba dando indicaciones al personal de mantenimiento, que ya estaban trabajando, colgando cuadros y hasta instalando un tapiz nuevo. Me hervía la sangre de ver cómo desmantelaban la oficina. Al mismo tiempo, el hombre hablaba por su móvil y miraba algo en su ordenador. Vi que me miró y me hizo un gesto con la cabeza ¿qué quería decirme?

—¡Te vio! Creo que te está hablando, Akane —dijo Yuka emocionada. Yo arrugué el entrecejo, no le entendía. Movía la mano hacia el pecho y luego hacía un gesto serio. Negué con la cabeza, tal vez solo quería burlarse de mí por haberme derramado el café en la mañana. Hizo ademán de que me aproximara a su lugar. —¡Quiere que vayas con él! Akane, si no le sacas una cita ¡te juro que te dejaré de hablar! —amenazó Yuka.

—¡Puedes callarte desde ahora! No pienso tener nada que ver con ese, solo ha venido a la agencia a hacerse el interesante, a molestar a Shinno quitándole su puesto… ¡el que me iban a dar a mí! Gracias a él tendré que pagar el alquiler en abonos y hacer favores para conseguir dinero.

No hice más caso y caminé hacia la oficina con el tal Saotome; los trabajadores salieron todos al mismo tiempo. Me planté frente a su escritorio y me sonrió sin soltar el teléfono. Sí, tenía una sonrisa bonita y una mirada muy atrayente ¿eso qué? —¿Puedes por favor cerrar la puerta?

¿Quién se creía para darme órdenes? Respiré profundo antes de responderle cortante— No pienso quedarme aquí para tener que cerrar la puerta, no tengo nada que hablar contigo. El que el señor Kuno te haya traído es su asunto…

—Director —me interrumpió.

— ¡Lo que sea! Soy parte de esta agencia y me compete lo mismo que a sus dueños originales, así que si vienes a tratar de mandar y dártelas de "jefe" no creas que todos aquí van a hacer lo que digas, por lo menos no de mi parte. —el volumen con el que había dado mi discurso de entrada al nuevo manager de marketing había puesto al tanto a todos los que estaban afuera de la oficina, por lo que volteaban de forma nada disimulada a ver lo que sucedía.

El tipo ni siquiera pestañeó, sonrió apenas y se acomodó colocando los codos sobre el escritorio entrelazando los dedos— Es bueno saber tu compromiso con la compañía, no era eso para lo que te llamé… ¿estás segura de que no quieres cerrar la puerta?

Su comentario me enervó, le volví a contestar de muy mala gana— ¡Ya te dije que no! dime lo que quieres, no tengo tu tiempo.

Se recargó en su silla ergonómica con respaldo alto y alzó un poco más la voz— En vista de que no aceptaste mis disculpas por lo del café de esta mañana y que intentaste "solucionarlo" quitándote la blusa, te diré que hubiera sido una excelente idea si tuvieras más pechos con qué llenar tu blazer sacado de una barata de supermercado, o si lo hubieras ajustado mejor al frente. Puedo verte los pezones desde donde estoy sentado y supongo que los que te tienen cerca se estarán dando un espectáculo.

La sangre se me fue hasta los pies, no podía hacer ningún movimiento. El tal Saotome me veía directo a los ojos; me mordí los labios, no quería ni girarme, no había ningún sonido, siquiera murmullos, todos en el pasillo estaban esperando a que lo hiciera para verme los pechos, seguro. Cuando recuperé un poco el aliento, me cerré el blazer lo más que pude y crucé los brazos, aunque ya fuera muy tarde. Di media vuelta y caminé rápido con pasos cortos hacia la puerta, pero antes de llegar, Saotome me llamó de nuevo— Tendo, así te llamas ¿verdad? —Giré la cabeza y asentí apenas ¿iba a decirme que también me vio algo más? — buen Pantone, 13-1015 —y me guiñó el ojo.

Salí de inmediato y cerré la puerta sin dejar de cubrirme el pecho con un brazo. Por supuesto, Daisuke ya estaba a un lado de mi cubículo, junto a Yuka e Hiroshi que estaban a cada lado de los paneles. Busqué en el fondo de mis cajones algunos alfileres y corrí al baño y Yuka me siguió. El color me había vuelto a las mejillas y estaba roja a más no poder, me pinché unas diez veces antes de lograr que mi estúpido blazer se cerrara bien.

—Akane, ¡lo encontré! —dijo Yuka emocionada, estaba buscando en el móvil el Pantone que me había mencionado Saotome— este es el color.

—¡Déjame ver! —le arrebaté el aparato de las manos y me desarmé, chocando mi cabeza contra el espejo del baño— ¡Mierda!

—¿Sí es? —preguntó Yuka.

—Es el color exacto, seguro lo buscaba mientras estaba de pie frente a él— Saotome había identificado el tono de mis pezones, ¡el muy hijo de puta!

—Pero dijo que te vio desde que estabas en tu asiento ¡debe tener vista de rayos X!

—¡Es un jodido pervertido! ¡es lo que es! dudo que desde su lugar haya visto el color.

—¿Te habrá visto desde la reunión de esta mañana?

¡¿Desde la reunión?! Si me vio desde ahí, quiere decir que me vieron ¡todos! El padre de Shinnosuke, el director Kuno y el resto del departamento. Lo mejor sería renunciar antes de seguirme humillando sola— ¡¿Me veía así desde esta mañana?! Yuka ¡¿por qué no me lo dijiste?! Se supone que eres mi amiga.

—No lo noté, te lo hubiera dicho…tal vez Shinnosuke…

—¡Shinnosuke no vería un incendio frente a sus ojos! ¡Mi vida se acabó! —gimoteé. ¿Sería el fin de mi carrera?

—Ánimo Akane, ¿y si Saotome solo lo hizo por molestar?

—No lo sé.

—Lo mejor es salir y afrontarlo. Te traeré una de las camisetas de prueba que usamos para la campaña de cosméticos.

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En cuanto salí del baño, todos me observaban y cuchicheaban entre sí. Fruncí el ceño, no iba a permitir que nadie dijera nada— ¡Si abren la boca, se las verán conmigo! —la mayoría de los de la oficina conocía mi mal humor debido a mis resacas, y no se atreverían a conflictuarme más, así que todos de inmediato volvieron a lo que estaban haciendo.

—Tendo —escuché su voz y me encogí de hombros, me sentí diminuta— a mi oficina —era Saotome ¿y si mi escuchó? ¿y si me delataba con Shinnosuke, o con el señor Ichiro, o con el director? Mi día había estado lleno de resultantes de la ley de Murphy.

Todos volvieron a murmurar y no me quedó más que volverme a cruzar de brazos y entrar como perro con la cola entre las patas a la oficina de Saotome. Cerré tras de mí y me paré frente a su escritorio viendo hacia el suelo. Él tampoco me miraba directamente, o por lo menos eso creía, comenzó a hablar y yo decidí esperar a que me dijera que pasara al departamento de Recursos Humanos a firmar mi despido. —Akane Tendo. Tu curriculum es muy bueno, veo que hiciste tu pasantía en Estados Unidos ¿Nueva York? —preguntó, y yo solo asentí con la cabeza— lo supuse, con esos modales y tu vocabulario no me extrañaría que hubieras estado en el Bronx.

Inhalé y exhalé, iba a quedarme callada y a no soltarle sus verdades como debía. Él continuó, parecía que me estuviera entrevistando— En todos los proyectos fuiste segunda al mando, no me sorprende puesto que la Orochi es una agencia pequeña…—de nuevo él y sus aires de grandeza ¿con qué me quería comparar? —…bien, te confirmo que desde este momento estás en mi equipo, haz el favor de elegir a dos personas para diseño y programa una reunión después de las tres para que hagamos la planeación del proyecto asignado.

—Espera… ¿qué? Debe haber un error, yo no estoy en tu equipo. —dije levantando un poco la vista, el bajó la hoja de mi curriculum y me miró con seriedad.

—Sí, lo estas. Pide también que nos lleven refrigerios, porque esto va para largo, si tienen asuntos o citas hoy, cancélenlos. Comenzaremos a trabajar desde hoy.

—Estoy en el equipo de Shinnosuke, no puedo estar en el tuyo, jamás estaría en…no. —era un error definitivo y el tipo insistía en que fuera su asistente.

—Shinnosuke fue quien te propuso para mi equipo, dijo que harías un buen trabajo y tiene razón es impecable, no así la forma en como te vistes, pero supongo que tiene arreglo.

—¿Shinnosuke? ¿Shinnosuke me propuso para tu equipo? —no lo podía creer ¿fue él quien se deshizo de mí? ¿Por qué? Ya no me quería cerca porque su compromiso con Shampoo ahora era formal. —¿Estás seguro de que no fue idea de Shampoo?

—No, Shinnosuke habló conmigo al terminar la reunión y me dijo que eras perfecta para el puesto. Ahora eres mi segunda al mando, bienvenida y haz lo que te indiqué, por favor, Tendo. —Me quedé helada, Shinnosuke no podía hacerme esto, tenía que haber una explicación— … ¿algo más que necesites, Tendo?

Desperté de mi letargo— N-no.

—Gracias, cierra la puerta al salir. —Saotome continuó trabajando en su ordenador mientras yo salía de ahí como si me hubieran sacado el alma del cuerpo.

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AKANE.

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Glosario de términos:

Pantone es una corporación norteamericana creadora del Pantone Matching System (PMS) el cual es un sistema que permite identificar los colores para impresión por medio de un código determinado, es decir, es un sistema para igualación de colores.

*Información del blog teinux.

¡HOLA! Gracias por continuar leyendo esta historia. Como en cada capítulo, agradezco a mis queridas betas Sailordancer7 y Sakura Saotome quienes en este momento tienen sus respectivos fanfiction "Cherry Blossoms" y "Por un sueño" respectivamente, para que no se los pierdan. Ellas me ayudan mucho para que la historia salga lo mejor posible.

Vamos al fic. Creo que el capítulo anterior se prestó para muchas confusiones por como estaba redactado, puesto que hubo varios flashbacks, además de que está narrado en primera persona, es complicado, dado que solo había escrito un fic así, por lo que me disculpo, no soy escritora profesional y trato de seguir ciertos lineamientos como el que no se debe de poner la palabra "Flashback" o determinar quién está narrando…pero de todas maneras he decidido hacerlo, así que al final de algunos párrafos está el nombre de quien narra el capítulo y la respectiva división de cuando cambia de personaje. También aprendo de esto, así que agradezco su paciencia.

Respecto a quienes pensaban quién era el ex prometido de Akane, tuvieron razón, era Kuno Tatewaki y es que ya saben que a mi me encanta shippear a Nabiki con Kuno, porque son ideales, además que siempre he creído que sí hay atracción por parte de ambos. Gracias a los que participaron en la dinámica de la página de Susy Chantilly en Facebook y Twitter.

Y bueno, ya se habrán dado cuenta de lo que sucede con Shinnosuke y Akane ¡no puedo esperar a los reviews! Poco a poco las historias van a empezar a enfocarse más en los personajes, ciertos detalles que son claves para que todo se enrede y desenrede al final.

¡Gracias a todos por sus reviews! la mayoría han sido preguntando sobre el ex prometido, y otros que atinaron a que Ranma iba a aparecer de pronto…no como nuevo socio, precisamente, pero sí alguien importante. También me comentaron que en mis fics el primer encuentro de Ranma y Akane siempre hay una especie de choque o roce entre ellos. ¡Sí! Confieso que es la forma que me gusta darles en la mayoría de mis escritos, creo que los identifico más con esa manera de darse cuenta de su existencia, como en la serie original, cuando Akane conoce a Ranma chico. Es uno de mis detalles favoritos, ¡muchas gracias por notarlo! Eso significa que me han leído y que algunas cosas ya las pueden predecir de lo que va a suceder en la historia.

Agradezco a mis amigas, las Locas por el dios griego por siempre apoyarme con mis proyectos y el hecho de siempre estar. A los que comparten la historia, también un millón de gracias, porque es la manera de que este fandom siga vigente.

¡Los leo muy pronto!

Susy Chantilly.