Capítulo 02

—¡No se hace de esa manera!

—¿Crees que puedes hacer las cosas sin ganas?

—¿Por qué haces eso? ¡No es necesario!

—¿De verdad crees que estás haciendo un buen trabajo con Loyd?

—¡Dame! De verdad tienes mucho que aprender

—No, no, NO. ¡Estás haciendo todo mal!

Esos comentarios de su padre eran frecuentes.

Tal vez su madre también le diría cosas como su padre, recurriendo un poco a alzarle la voz para dejarle en claro que no está tratando bien a Loyd – cosa que en su visión sí que lo hace – y que merece ser reprendido. Pero el que más está haciendo todo esto, de levantarle la voz y decirle que está haciendo todo mal, era su padre.

No iba a decirle nada, ni a él ni a su madre.

Ambos decidieron dejarle estar con ellos por un tiempo. Esto tiene que ver porque tienen un nieto y quieren pasar mucho tiempo con el pequeño, viendo en sus caras el enorme amor que tienen por el niño pero pudiendo ver también cómo tienen ganas de saber más del mismo, de cómo diablos terminó en un cesto de basura y de cómo diablos Lori, su tan amada hermana mayor, haría esto.

¿El padre del pequeño? Tampoco tenía idea de él.

—¿Está mal lo que estoy haciendo? —preguntó.

Sus padres le miraron. Luego se miraron entre ellos y al final, con el niño en manos – manos de Rita – suspiraron y le dieron una mirada de compasión.

—No está mal de hecho —habló Rita—. Tan solo…

—No lo haces bien —aclaró Lynn padre. Lincoln seguía callado—. Si realmente quieres ser un buen padre, debes entender que por encima de todo, está el niño, luego tú y el resto de tu familia —con esto que dijo él, Rita le miró con una ceja alzada, no recordando muy bien que él viviera con esa frase que acaba de decir pero, no es momento de decir nada. Eso lo hará luego en la cama, en las típicas charlas de la cama—. Es normal de hecho. Cualquier padre primerizo pasa por estas cosas. Yo también lo sufrí, también con tus hermanas, todas…

—Sufrió con todas —comentó de atrás Rita—. Ya sabía todo pero sufrió con cada una de ellas…

—Gracias por el apoyo, cariño

—De nada, esposo mío.

Lincoln decidió ignorar esto de sus padres.

—… ¿No seré buen padre?

—No estamos diciendo eso hijo —Rita se acercó hasta él y apoyó una de sus manos – la que estaba libre y sin sostener a Loyd – mientras le consolaba y frotaba dicha mano en su hombro—. Estás pasando por algo que nos ha pasado a nosotros. Nadie nace siendo un excelente padre…

—Aunque sabiendo que tuviste muchas hermanitas en su momento y le has cuidado… —decía Lynn mientras hace ademanes—. …deberías de saber algo…

—… —Rita le hizo a señas para que su esposo se calle. Lo hizo porque le conviene. Dejando su enojo de lado, miró a su hijo que estaba muy serio—. El tiempo pasará y serás un gran padre Lincoln… mejor… que nuestra hija —y recordar de nuevo eso, le hizo temblar un poco. Miró a Loyd y le besó levemente la frente—. …No te debes poner mal

—No estoy mal —miró a su madre con confusión—. Tan solo… —luego, miró sus manos con la cabeza gacha—. …no pensé que tendría que preocuparme por alguien más…

—¿No?

Lincoln negó.

Su sentido de humanidad, de humano, actuó en ese momento que encontró a Loyd en el cesto. No es humano para nada que alguien haga esto. Él, como persona, no es un santo para nada y ha hecho muchas cosas malas en su vida. Entrar a esa especie de familia le cambió la vida… pero sigue siendo humano. Cualquiera en su lugar, pese a ser como es, haría algo.

Que supiera, después, que dicho niño termina siendo hijo de una de sus hermanas, sobre todo de la mayor de todas… es que le hacía flipar un poco.

—Vas a ser un buen padre hijo —era Lynn que decía esto ahora mismo. Hizo lo mismo que su mujer y sonreía—. No pienses lo contrario…

Tras un minuto de silencio, Lincoln aclaró su mente y miró a su padre.

—Nunca dije que no lo iba a ser

Sus padres, entonces, soltaron una pequeña carcajada

Unos días después

—Estás haciendo esto mal. No debes hacer movimientos raros, tampoco mecer a Loyd como si fueras un sillón vibrador.

—Tampoco debes dejar que esté cerca de objetos que se pueda tragar

Otro día después

—Debes hacer esto y esto para cambiar los pañales. No tienes que apresurarte. No ganas gana con hacer todo rápido, incluso si tienes muchas cosas que hacer.

—Tampoco debes darle todo el biberón… salvo que no haya comido en todo el día… aunque si eso pasa, no me interesa que seas más fuerte y alto que yo, voy a golpearte hasta que entiendas que tu hijo importa demasiado…

Un día después…

—Siempre debes tener todo a mano.

—Juguetes. Recuerda que es un niño, un bebé apenas. Debe de tener algunas cosas para poder morder para que desarrolle un poco sus encías, sus dientes. Te daré algo de dinero para que puedas tener todo a mano cuando empiece a crecer.

Dos días después…

—¿De nuevo sin leche? ¿En serio? ¿Eres idiota Lincoln? ¿No te dijimos que siempre debes de estar preparado? Ve a comprar donde has ido antes. Ve y no vuelvas hasta tener suficiente para varias semanas, meses incluso. Vuelves sin nada y te echaremos y nos quedaremos con el niño.

—¡¿Otra vez?! ¡Debes fijarte si la leche está en una temperatura ideal! ¡No puedes darle una leche caliente sin más! ¡Es un niño Lincoln! ¡¿No aprendes?!

—Deja que tu madre y yo nos encarguemos de alimentar al niño, Lincoln. Esto no es algo que parezca que puedas hacer bien.

Tres días después…

—Bien, bien, tal parece que estás aprendiendo a cuidar al niño bien. Tan solo, un detalle: trata de no fumar junto a él.

—No sé qué necesidades tienes o cuándo has comenzado a fumar, tan solo recuerda que fumar cerca del bebé no es bueno, ¿sabes? Si es que eres un ser humano con pensamiento claro y pensamiento común, no es bueno fumar junto a un bebé.

—También, no es lindo que un niño tenga un padre que beba alcohol

—Pero tú lo hacías casi siempre —le contestó a su padre mientras su madre, ahora, le miró con sorpresa.

—Nunca hice eso —contestaba entonces Lynn padre con una cara seria.

Rita miró esto y miró a su hijo

—¿De verdad tomaba?

—Solía mezquinar algo de dinero cuando tenía 14 años, creo. Como la familia le agotaba y no recibía buenos saludos cuando venía del restaurante, se compraba… ¿qué era? Creo que se compraba Ron y tomaba y tomaba hasta que dormía en el sofá…

—Aaaah… —decía Rita asintiendo mientras miraba a su esposo—. Yo siempre pensando que era Luna o era el perro que orinaba allí… —sonreía pero no de una buena manera—. Eras tú todo este tiempo… —Lynn padre sudaba bastante. Ella miró a su hijo de nuevo—. ¿Qué más?

Lynn negaba y negaba y le pedía a su hijo que no dijera nada.

Lincoln, no se iba a guardar nada.

—Hacía eso porque decía que el matrimonio era como un ataúd y cada hijo es un clavo para el mismo…

Lincoln no parecía importarle mucho que su madre ahora mate a su padre por ese pensamiento que ha tenido y que ha borrado a base de bebidas en su momento. Él estaba más concentrado en su pequeño Loyd que lentamente parecía mostrar signos de estar mucho, mucho mejor que antes, pudiendo ver que hacía pequeños balbuceos y meneaba sus manos para todos lados.

Estiró su dedo.

Loyd tomó ese dedo y parecía hacer una especie de sonrisa.

En el fondo se mataban sus padres.

Lincoln parecía estar feliz y su corazón, rebosaba de alegría.

Una semana después…

Fue una sorpresa.

Habrá pasado más de dos semanas desde que él y su mujer han dado una mano enorme a su hijo para indicarle cómo hay que cuidar a un bebé y de cómo debe prepararse para cuando crezca y qué cosas debe hacer en esos casos donde le venga a hablar el niño de chicas y demás. Lincoln les negó rotundamente que le hablen de todas cosas de mujeres y otras más. Él sabe de tales cosas y sabe muy bien lo que le dirá, nada que ver a las cosas que ellos le dijeron.

Para remarcar, él estaba orgulloso de ver a su hijo como un padre, muy preocupado en todo momento de Loyd… pero a su manera.

Hoy, en este momento, veía a Lincoln cambiarle el pañal a Loyd como todo un profesional, no titubeando para nada con el fuerte olor que había en dicho pañal, pañal que ha tenido que comprar porque casi se olvida de ellos.

Él está muy acostumbrado a cambiar pañales, tuvo 10 hijas. No importa qué tan acostumbrado ha estado, siempre habrá un accidente en los pañales que no podrá soportar para nada… pero su hijo está ahí, sin pestañear, aguantando un fuerte olor que tenía el pañal.

—¿Cómo es que aguantas el olor? —le preguntó

—¿Eh?

—Te estoy preguntando de cómo haces para aguantar este olor —señalaba el pañal que ahora yace en el cesto de basura y que Lincoln cerraba la bolsa de basura para ya luego sacarla—. No conozco a nadie que pueda aguantar tal olor como tú

—Oh… eso… —se encogía de hombros mientras levantaba a Loyd y lo miraba fijamente, levantándole por debajo de sus pequeños brazos—. …estoy acostumbrado a lidiar con mierda… frecuentemente…

—¿Trabajas quemando mierda de caballo?

Es que era la única cosa que se le ocurría a Lynn en estos momentos si decía él esto.

Aunque, no se explica el cómo tendría un traje blanco como el que tiene, más llevando – como siempre – esa camisa color vino tinto. Parecía ropa de muy alta calidad. Rita le dijo, tras lavar tal ropa, que esa ropa vale miles de dólares, todo por ser marca de diseñador… y un diseñador muy bueno.

—… podría decirse de alguna manera que sí —comentaba Lincoln—. Aunque esas mierdas también eran personas…

—¿Personas?

—No, no dije nada —sonreía—. Solo digo que a veces tengo que lidiar con… situaciones de mierda.

—Oh… entiendo

Lynn no entendía nada de hecho pero dejó el tema de lado.

Esa tarde

—Hay algo que me hace preguntar… ¿no vienen las demás a verles?

Lincoln ha tenido esta duda en su corazón.

Él tiene motivos de sobra para justificar no verles en tanto tiempo. Su trabajo no es algo que quería que sus padres supieran. De tal manera, casi nunca veía a los mismos. Los llamaba entre tanto pero solo eso. ¿Sus hermanas? Siempre ha sabido que tan tenido vidas… legales. Entiende que ellas deben estar con sus padres en todo momento. Siente que eso es lo correcto… ¿no?

Pero ambos bajaron la cabeza tras escuchar su pregunta y él se ponía erguido y sin entender.

—¿No han venido? —era lo que podía intuir por tales reacciones.

—Hace 9 años que no han venido a vernos, Lincoln —obvio que le sorprendió—. Desde que hicieron sus vidas, todas ellas, no han venido en ningún momento.

—No entiendo… ¿no necesitaron su ayuda para nada? ¿No han tenido hijos y le han pedido a ustedes para que les cuide?

—Espera, ¿tenemos más nietos? —preguntaba Lynn padre con asombro.

Es obvio que ambos iban a estar un tanto exaltados con esto.

¿Tienen más nietos?

¿Cómo no lo podían saber?

Lincoln se quedó sin habla.

¿De verdad sus hermanas no son capaces de venir a ver a sus padres, que tienen vidas muy buenas, para presentarles a sus respectivos hijos y decirle que son abuelos, el sueño de toda la vida de ellos?

Estaba serio pero dentro, impresionado estaba. No daba abasto de cómo sus hermanas han cambiado demasiado.

Él ha matado gente a sangre fría pero, esto es peor que matar a una persona.

—¿Tenemos más nietos Lincoln? —preguntaba Rita con rastros de felicidad en sus ojos.

—… algo así —respondió. Ambos se alegraron internamente—. Luna… adoptó con su pareja… y la otra… —hizo algunos ademanes con sus manos mientras le costaba explicar esto—. …mejor no hacer comentarios de la otra…

—¿Sabes del resto? —preguntaron ambos.

Esto ya no viene al caso de saber si son abuelos nuevamente o no. Esto viene a raíz de que son padres que no han sabido de sus hijas en casi 10 años de vida. Dieron siempre todo por ellas para que ahora mismo les haga esto… estaban devastados al ver que pasaba el tiempo y menos sabían de ellas. De Lincoln también estaba muy mal pero él les llamaba de vez en cuando y pedía siempre disculpas por no ir a verles.

Ahora con verle, realmente están felices. Tal parece – sacando esos comentarios sobre su vida que hace algunas veces – que ha crecido como un buen hombre, apuesto y alto. Tiene un hijo… aunque eso es debatible ahora mismo.

—Lo sé —confesaba—. Simplemente, intento no saber de ellas —no entendieron ellos. Dio un largo suspiro—. Siempre tengo a mano información de ellas y de cómo viven, como están, sus respectivas parejas, todo eso. Yo solamente… no quiero estar relacionado con ellas, nada más… —esto pareció ser fácil para ellos.

Sonaba como que Lincoln no estaba orgulloso de ser hermano de ellas, al menos algunas de ellas porque directamente, el resto no le importa.

Con tan solo mencionarle a Lori, incluso hasta mataría a la persona que la nombró.

—Y… ¿cómo están?

—Están bien, creo. Tienen una buena vida, todas ellas.

—¿En serio tenemos más nietos? —Rita murmuraba con una sonrisa extraña—. …somos abuelos y nunca supimos… que lindo es ser abuela… creo…

Lincoln miró a su madre, le llamó por su nombre y con el bebé en mano, se lo extendió para que ella lo tomara. Le miró y sonreía, olvidado todo.

Loyd parecía adorar estar en brazos de sus padres, mucho. De él también porque ahora ya no llora y se siente muy a gusto. Encima pareciera que no dejaban dormir en la cuna al niño y vivía en brazos de ellos tres, siempre. Era un lindo detalle pero según buscó en internet, no es recomendable hacer esto todo el tiempo.

—Tienes a Loyd —decía firmemente—. Creo que será el mejor nieto que tengas…

—… —ante tales palabras, Rita sonreía sinceramente mientras miraba al pequeño—. Si es como su padre… entonces… sé que será el mejor…

Lincoln entonces sintió una extraña calidez en ese comentario y le hizo sonreír.

Por la noche

Una vez el pequeño se durmió, Lincoln esperó un rato para asegurarse de que realmente ha estado durmiendo. Ver que en serio se ha dormido, salió del cuarto donde ellos dos estaban y fue hasta la sala, todo para sentarse en la mesa que había detrás del sofá. Puso sus piernas encima de otra silla de allí y con un cenicero a mano, encendió un cigarro.

Fumaba cuando quería, más cuando sentía un fuerte estrés.

No entiende de dónde le ha salido ese estrés fuerte porque tras la primera fumaba, sintió un alivio enorme.

No quería pensar que era por el niño que le ponía de esta manera. Sentía que esto era por otra cosa más no por Loyd que ser un gasto de energía primordial y muy necesitado. Se preguntaba un poco también si es normal que un niño te quite años de vida. Según entiende, eso suele suceder demasiado. No piensa como padre, la verdad. Sigue pensando como una persona normal y corriente, que tiene el deber de cuidar a un niño que se hizo cargo de él por cuestiones de la vida.

Entre más fumaba, más pensaba.

¿De verdad puede ser un buen padre?

¿De verdad ese niño tendrá un buen futuro bajo su tutela?

Dejó de fumar al instante. Apenas se dio cuenta que había terminado de fumarse 6 cigarros. Alzó una ceja, absorto del tiempo que había pasado por fumar. Tomó todo y tiró al cesto de basura. No había una basura puesta en el cesto. Buscó y puso una para tirar las cenizas y las colillas de los cigarros terminados.

Se paró frente a Loyd que dormía con mucha calma.

Tomó una silla de allí, que tenía para su escritorio.

Se sentó frente a él y le miró detenidamente.

No lo sabe y no sabe qué diablos es este sentimiento que brota en su corazón… pero cada vez que veía tan plácidamente dormir a Loyd, le hacía sentir tan bien, tanto que era como si hubiese conseguido el sueño de su vida.

Sonreía también.

Antes de poder darse cuenta, todo lo que veía era oscuridad completa.

Lincoln miró por un rato a Loyd, no sabiendo que el tiempo avanza rápido cuando estás concentrado en una sola cosa, con tanto amor que sin darse cuenta, con ese cansancio acumulado por hacer miles de cosas por él, le hicieron cerrar sus ojos y dormirse en la silla mientras pensaba en su hijo.

Sí, Lincoln afirma ahora a toda honra, tras verle siempre dormir con un gran placer.