RESPUESTAS A REVIEWS.

Ruby Schnee: Continuada! Gracias por tu apoyo.

Inu4Neko: Hice la predicción de que Neo iba a pasar tiempo con Ruby xD. Por ahora quizá no veas mucho a Yang, pero ya llegará el tiempo. ¡Gracias por tu apoyo!


"No significa nada"

Capítulo 3:

Desahógate.


— ¡Saludos, Weiss Schnee!

— Esto no nos hace amigas— se apresuró a decir la albina, antes de tomar asiento.

— Por supuesto que no— respondió con total naturalidad —, pero tranquila, no pienso hablar de nada que salga de tu boca en esta mesa.

— No te conviene— suspiró —. ¿Comida italiana?

—Es mi favorita, y es muy buena, perfecta para hablar mientras nos conocemos mejor— Penny sonrió con ternura, lo que incomodó un poco a Weiss, pues rara vez alguien era amable con ella… Bueno, ella también rara vez era agradable con las personas así que pues, cosechas lo que siembras. El mesero se acercó y ambas optaron por una pizza.

— Bien…

— ¿Qué pasó ayer? Y con eso, me refiero a la razón para estar gritando en la banca de una universidad en la madrugada.

— No mucho, ¿conoces a Pyrrha Nikos? — Penny asintió —. Bueno, parece que se le van a salir los ojos cada que me mira… Ayer estaba en el bar con Ruby y entonces comenzó a decir qué si los clientes pagaban, que no podía estar ahí y otras cosas que ya no recuerdo — comenzó a jugar con el pote de orégano que había en la mesa —, en fin, después creo que regañó a Ruby y decidí que era mejor irme.

— Una decisión sabia. Conozco a Pyrrha, y sé que no le agradas.

— Permíteme adivinar por qué… ¿Jaune Arc? — enmarcó una ceja, mirando a su acompañante.

— Más que eso, también es por Ruby. No te ofendas, pero no eres el mejor ejemplo de buena imagen en la universidad con respecto a lo que amor se refiere… Así que Pyrrha tiene miedo de que, si Ruby se llega a enamorar de ti por el jugueteo que traen últimamente, mi amiga salga más herida que tú. Debes saber que Ruby es muy preciada para todos nosotros, y la sola idea de que alguien pueda hacerle daño y apagar su sonrisa, es algo que no soportamos.

— ¿Y quién dice que voy a lastimarla? — se cruzó de brazos.

— ¿Quién dice que no? — contestó Penny con audacia.

Weiss chasqueó la lengua. La chica robot tenía razón, pero no dejaba de ser una verdad irritante.

— De cualquier manera, esa tonta no me interesa en lo más absoluto como pareja, simplemente quiero— las mejillas de la heredera se tiñeron de grana—… quiero ser su amiga…

— Nuestro error, entonces— Penny recargó su barbilla en el dorso de su mano y sonrió ampliamente, sin tragarse la negativa de la chica de ojos azules —. ¿Estás bien con lo que pasó entre ustedes? El beso…

— Estaba borracha, no hay manera de que eso suceda de nuevo— Weiss dejó de hablar, pues la pizza había llegado. Una vez comió su primer pedazo, devolvió la vista a Penny, quien devoraba gustosa la comida —. En cualquier caso… Ruby no… ella no… está enamorada de alguien… ¿verdad?

— No que yo sepa— Penny estiró el queso de la rebanada, mintiendo descaradamente —. Tiene mucho tiempo que no le interesa nadie, aunque… supongo que hubo una persona que en algún momento le gustó.

— ¿Quién era? — preguntó con interés poco disimulado.

— Un chico, amigo de su padre… Oscar, según recuerdo— no dijo nada más, esperando que la chica de orbes zafiros preguntara. Si es que su amiga tenía una posibilidad, quería saberlo, aunque, obviamente, si en el camino lograba ayudar a Weiss a mejorar como persona, estaría bien. Siempre había tenido el presentimiento de que podían ser buenas amigas.

— Oh—Weiss dio un mordisco a su pizza, intentando masticar con ella, las palabras que diría —… Y él… ¿era buen chico?

— Excelente, de hecho, no sé por qué no iniciaron una relación, se entendían muy bien— rememoró —. Él era muy atento con ella, seguía sus bromas, la mimaba cuando se ponía en modo infantil, le compraba galletas muy seguido—fijó su mirada en la albina, sonriendo —. Ruby ama las galletas— remarcó —. Es una persona amable y cordial, quizá eso era lo que le gustaba a Ruby de él— era el momento de encender la mecha —. Sí, hubieran estado bien… pero bueno, no sé si a ella realmente le gustaba, se mudó aquí para estudiar la universidad y no se han visto desde entonces.

— Parecía un gran partido— la agresiva mordida que Weiss le dio al pedazo de pizza que tenía en las manos, hizo sonreír a Penny. La pelirroja no entendía gran parte de las relaciones amorosas, ella amaba a todo el mundo, pero cosas como los celos, el querer ser especial para alguien de esa manera tan pretenciosa que tenía a la gente tan obsesionada con el verdadero amor, no le pegaba en lo más mínimo. Pensaba que si podía vivir su vida rodeada de las personas que eran importantes para ella, entonces no pedía nada más. Aunque la vida daba muchas vueltas, quizá un día lo sabría, pero por el momento, podía ser una espectadora de la obra de la vida respecto al amor.

— Bueno, no tiene sentido estar celosa de él ahora, créeme, Oscar y Ruby son sólo amigos.

— No estoy celosa.

— Mira— Penny recargó uno de sus codos en la mesa —. Te ofrecí hablar contigo para que soltaras todo lo que no quieres que sepan las personas a tu alrededor, realmente lo necesitas, incluso yo puedo verlo. Tengo una idea de cómo eres gracias a Ruby, y no, ella no me ha contado gran cosa de ti— agregó al captar la pregunta en la mirada azul de la heredera —, pero vi las lágrimas contenidas en tus ojos mientras revisabas tu celular, y cómo frunciste el ceño cuando remarqué que no tienes amigos.

— Tengo amigos.

— Igual fui grosera al decírtelo así, sin más, por esa parte lo siento— el padre de Penny se caracterizaba por su naturaleza amable, y era algo que la chica siempre había compartido con él. Ya tenía un tiempo mirando las actitudes de Weiss, sabía que no era mala persona, pero se guardaba las cosas, y si no aprendía a controlar esa parte de sí misma que la obligaba a aparentar fortaleza, un día iba a explotar… y algo de esa explosión o mucha de ella, iba a terminar cayéndole a su querida amiga.

— ¿Por qué te importa? ¿Es por Ruby? No necesito ser la obra de caridad de nadie.

— Por supuesto que no. Tú vas a pagar la pizza— Weiss cerró la boca ante esa respuesta. El tono de Penny seguía siendo amable, a pesar de sus respuestas claramente groseras… Esa chica seguía ahí. Vale, quizá se había pasado de esquiva, pero no entendía la insistencia de Penny con respecto a su persona, varias razones se le venían a la mente, pero… es que… se sentía tan extraño…

Era tan raro que alguien quisiera saber cómo estaba. Incluso si se había acostumbrado con Ruby, verlo en alguien con quién no tenía una relación tan cercana…

Ni siquiera sus hermanos habían sido tan pesados con ella en ese aspecto… Era Weiss Schnee, odiaba por muchos, comprendida por pocos, pero débil para nadie.

— Lo siento— susurró, mientras tomaba una servilleta y se limpiaba las manos.

— Está bien, a decir verdad… No es prudente que esté aquí, y estoy siendo entrometida.

— De hecho, sí… pero gracias…

Se había hecho tarde con rapidez, cuando salieron del restaurante italiano, caminaron en silencio hasta un centro comercial.

— ¿Estás segura de que puedes regresar sola? — preguntó Penny.

— Sí, sólo necesito hacer unas compras y después me voy a casa.

— Bien, entonces, salgamos alguna otra vez, fue divertido después de que dejamos de discutir— dijo la pelirroja con una sonrisa.

Weiss no pudo evitar reír por la constante honestidad de la chica frente a ella. Sí, también se había divertido; Penny tenía varias historias interesantes para contar, sin mencionar que la extravagancia con que solía tratar los temas más sencillos era interesante.

— Seguro… salgamos— sonrió.

— Bueno, entonces, que tengas buenas noches, mándame mensaje al llegar.

Se despidieron con la mano y Weiss subió las escaleras con una sola idea en mente.


Era tarde.

Muy tarde.

Bueno, no tan tarde, eran las diez de la noche, pero aún así, el paisaje nocturno la hacía sentirse ansiosa… ¿Y si la iba a buscar al hospital donde estaba Neo? Aunque últimamente ya no había visto a Weiss tomar, no tendría razones para estar cerca… La preocupación no la dejaba pensar adecuadamente.

¿Estaría con Neptune? ¿Debería preguntarle? Eso requeriría ir a la residencia de los chicos, y dudaba mucho que, incluso si el peliazulado sabía algo de la albina, se lo dijera, después de todo, era conocido de sobra para ella que no le agradaba. La razón era desconocida, pero ambos compartían la misma aversión por el otro. Además… ella no era nadie para ir a buscar a su compañera con su ex novio… Sin embargo, aunque esa idea le supiera mal, lo preferiría mil veces a pensar que Weiss estuviera herida en algún lugar.

Pyrrha le había dicho que no había visto a la heredera en el bar cuando sucedió el incidente, pero eso no desvanecía su preocupación.

Tomó su celular para llamar por décima vez a Weiss, pero justo cuando el tono de llamada sonó, la puerta de la entrada fue abierta.

— ¿Ruby? — la albina miró con extrañeza a la chica de cabello negro, mientras esta la veía como si hubiera visto un fantasma —¿No deberías estar en…?

— Weiss… ah, qué bien, pensé que te había pasado algo— Ruby bajó la cabeza, aliviada.

— No… ¿por qué?

— Pyrrha me llamó, me dijo que hubo un pequeño incidente en el bar, así que lo cerraron para evaluar los daños… Estaba preocupada de que estuvieras cerca o algo así— Ruby puso sus manos en los hombros de la heredera —. Menos mal no estabas ahí…

— ¿Qué pasó?

— Unos rufianes de una universidad vecina hicieron un escándalo con el equipo de mi hermana, pero nadie herido hasta donde sé. Uno de ellos traía petardos, así que ocasionó un pequeño incendio.

— Wow, ¿Yang y el equipo están bien?

— Sí, aunque seguramente nuestro padre le dé un buen sermón a mi hermana… Iba a irme con ellos, pero cuando vine a la habitación no te vi… y me preocupé.

Weiss sonrió ante la mirada angustiada de la pelinegra y caminó a la mesita que usaban para comer.

— Así que te hice perder la reunión familiar, lo siento. Sin embargo, pude haber salido a cualquier otro lado, comienzo a pensar que crees que soy una borracha.

Ruby enarcó una ceja y sonrió.

— Bueno…

— Si dices algo, quemaré lo que traigo en la bolsa— Ruby cerró la boca con gracia —. ¿Quieres que le diga a mi chofer que te lleve a tu casa?

— No, no, tranquila, igual quería estar aquí para ver cómo sigue la situación en Corvus.

— Toma esto, como compensación por el mal rato— Weiss se sentó en una de las sillas frente a la mesa y apuntó con un dedo la bolsa del supermercado.

Ruby se acercó sin saber exactamente qué pretendía la albina. No parecía ella misma, o al menos, no parecía esa Weiss Schnee estoica que tantas veces había visto. Se sentó en la silla frente a su compañera y tomó la bolsa, sus ojos se iluminaron al mirar dentro una caja de galletas de chocolate gigantes.

Bueno, "gigantes" para la marca que eran, realmente cada galleta no medía más que su mano.

— ¡Galletas! ¡Gracias, gracias! — dijo con emoción mientras abría la caja y olía el aroma a chocolate.

— Las vi de casualidad mientras venía de regreso.

— ¡Oye! Veamos una película mientras las comemos.

— Ya es tarde para una película, ¿no crees?

— ¡Anda!

La explosiva emoción de Ruby hizo imposible para Weiss negarse, así que después de darse un baño, ambas chicas se sentaron en la cama de la menor a mirar una película de artes marciales.

Como era de esperarse tras la leche tibia y el estómago lleno de galletas, ambas chicas comenzaron a sentir la somnolencia tras un largo día de emociones fuertes.

Ruby fue la primera en caer dormida, recargando su cabeza en el hombro de la heredera. En ese momento, Weiss dejó salir todo el aire que contenían sus pulmones… el cabello de Ruby era realmente suave, y sentir cómo dormitaba junto a ella le dio una emoción extraña a la albina, algo parecido a la ternura, algo cercano a la calidez que le daba abrazar a sus hermanos, pero diferente de alguna manera. Tragó saliva, estuvo pensando un tiempo si estaba bien hacer lo que iba a hacer, pero al final, recargó su mejilla en la cabeza de su compañera de habitación. Se sentía como si encajara perfectamente a su lado, todo parecía haberse tornado tan dulce como las galletas que habían degustado antes de ese momento.

Weiss estaba enternecida, no supo en qué momento comenzó a jugar con la palma de la mano de Ruby, pero ser consciente de lo suave que era la piel de la pelinegra, le impidió cesar sus caricias. Algo dentro de ella quería gritar lo que fuera que estaba sintiendo inflamar su corazón en ese momento, pero al no tener palabras ni certeza de qué era, suspiró profundamente. Ruby, entonces, cerró sus dedos, entrelazando su mano con la de Weiss.

… Ella estaba dormida, ¿verdad?

La heredera no se atrevió a corroborarlo, en cambio, apretó más el agarre de sus manos, deseando quedarse así por siempre, pero la película terminó, y dormir así les haría mal.

Al ser la más consciente, Weiss tomó a Ruby y la recostó en su cama, admirando su rostro dormido… se veía tan tierna así… Un pequeño ángel hiperactivo en paz. Apartó el flequillo que le cubría la nariz y, con suavidad, presionó la misma con un dedo, se negaba a dejar ir ese momento, pero no debía ser ambiciosa con algo que no comprendía.

Se levantó para ir a su lado de la habitación y se recostó, mirando en dirección a la cama de su compañera.

— En serio… Ruby Rose… ¿qué me estás haciendo? — susurró para sí misma.