SNOW WHITE MEMORIES
PARTE III. FINAL
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Honoka resultó ser una buena compañera de cuarto.
Tiempo atrás, la idea de llegar a su departamento resultaba agobiante, tener que lidiar con la soledad y los recuerdos era cansado, la sumían en arrepentimientos y muchos hubiera, obligándola a ahogarse en el internado. Solía pedir más turnos y ofrecer su ayuda a doctores y residentes, trataba de pasar el menor tiempo con la cabeza despejada e incluso se quedaba en el Hospital, en los cuartos de descanso con tal de no regresar a casa.
Ahora era todo lo contrario.
Tenía una razón para evitar las guardias extenuantes y retirar su presencia de las tareas que no le incumbían. Solía llevarse más libros al departamento para estudiar ahí, siendo el ruido de la televisión encendida que Honoka veía, un estimulante. El antiguo silencio del lugar ahora estaba lleno de vida y color. De risas, pucheros y comida.
Claro que no todo era siempre felicidad, compartir un hogar con alguien que era un opuesto en personalidad traía muchas cosas.
Ropa olvidada en sillones y esquinas, revistas dejadas en el piso, algunos vasos que aparecían en cualquier lugar menos la cocina. A veces demasiado ruido que podría despertar a un edificio entero y otras, un karaoke improvisado en medio de la sala.
Bueno, Maki no era una maniática del orden, eran cosas con las que podía vivir. La repentina vagancia y despiste se compensaba con lo demás.
Porque, cuando abría la puerta, el aroma de la cocina le daba la bienvenida, junto al saludo efusivo de Honoka y su impecable sonrisa. Los días de desayunos y cenas en cafeterías fueron reemplazados por comida casera que Honoka solía prepararle cuando tenía tiempo, y cuando no, salían a cenar en algún lugar.
Maki pensaba en ello como citas.
Hablaban del pasado, de lo que les hizo llegar hasta ahí, lo duro de la universidad o lo difícil de la vida laboral. Los problemas familiares, los gustos nuevos, los viejos hábitos. Después, daban un paseo en algún parque, o recorrían la ciudad en el auto sin prisa de llegar, tan sólo… disfrutando de la compañía de la otra.
Los fines de semana iban al cine; a veces también la acompañaba a eventos donde Honoka tenía acceso para cubrir la nota. Compartían sus puntos de vista sobre la música, si la letra era impactante, si los trajes eran adecuados o si transmitían los sentimientos de la canción.
No podía decir que no amaba volver a inmiscuirse en la música de esa forma.
No de manera directa, sino dando sus observaciones no profesionales de lo que creía que faltaba. Por algo fueron parte de μ's, el grupo que hizo que los school idols resurgieran en el entretenimiento japonés y saltando al mercado internacional.
De pronto, los karaokes improvisados en la sala tenían otra voz.
Ella y Honoka se dedicaban a cantar viejas canciones. La voz de la mujer seguía siendo tan hermosa y llena de vida como en la adolescencia, con un tono más grave y profesional. Una voz que se metía en su alma para luchar contra los viejos sentimientos de desolación. Quería escucharla por siempre.
—Woah, te ha llegado un paquete enorme, ¿qué es eso? ¿Instrumentos médicos?
—Son instrumentos sí, pero no tiene nada que ver con la medicina. No la física al menos.
Maki firmó los documentos de recepción e hizo que dejaran las cajas en el cuarto de estudio. Estaba ansiosa de que los tipos del correo se fueran para mostrarle su adquisición a Honoka.
Una vez se quedaron solas, no perdió el tiempo y comenzó a abrir con cuidado el paquete más grande, era una caja larga y pesada.
—¿Quieres ayudarme?
—¡Claro! —Honoka que sólo estaba pasmada observando, se puso manos a la obra.
Maki no perdió ni un momento de la expresión concentrada de Honoka cuando el objeto salió a la vista. Sus ojos brillaron de emoción y maravilla.
—¡Maki-chan! ¿Acaso esto es…?
Esperaba tener que explicarle a detalle lo que compró, pero la chica fue más rápida en responder antes.
—¡Una Yamaha Reface CS!
—Wow, no pensé que sabrías de esto.
—Hey, tengo que saber mucho de muchas cosas para hacer buenas reseñas, ¿de dónde crees que tiene que salir mi salario? Ah, olvida eso, ¿entonces lo demás?
Además del teclado, había otro par de cajas en la habitación.
—Una tarjeta de audio, audífonos, micrófonos y algunas extensiones de corriente.
—Todo ese equipo… ¿¡Volverás a componer!?
Jugueteó con sus mechones rojizos para actuar desinteresada ante la aprensiva mirada de Honoka. Cosa que logró por poco ya que su sonrisa era demasiado para ignorar.
—Lo estuve pensando mucho y después de todo, no es como si hubiera dejado de ama la música. He hecho algunas cosas pequeñas en mi ordenador, pero creo que es tiempo de hacerlo mejor —se sinceró—. En parte, te lo debo a ti. Me lo has recordado de nuevo
—Maki-chan… realmente, me sorprendes mucho —Honoka la miró de una forma extraña con ojos vidriosos—. No pensé que te atreverías a dejar la medicina.
—¿Cómo?
—¿No es eso?
—¡E-Espera un minuto! Lo has malentendido —Maki comenzó a reír.
—¿¡Eh!? ¿Qué está mal?
Tuvo que esperar a calmarse antes de responder:
—No voy a dejar la escuela. Soy muy competente para balancear ambas cosas. Además, aunque sé que tengo una buena voz —dijo hinchando el pecho de orgullo—, no es mi principal interés cantar. Más bien, quiero que alguien más cante, un alguien que lo hace de una forma tan hermosa, que con una nota hace que tu corazón palpite y, te llena el alma de sentimientos de fortaleza y sueños por alcanzar —dijo sin dejar de mirarla mientras dejaba a un lado el instrumento y acercándose a ella.
Tras ese tiempo juntas, algo le quedó claro, amaba a Honoka y amaba lo mucho que brillaba cuando cantaba. No era necesario que lo dijera, la forma en cómo sus emociones se desbordaban… Honoka nació para cantar.
Aunque decidieron disolver μ's cuando ganaron el Love Live, μ's nunca dejó a Honoka. Ella lo creó y las llevó a la gloria. Descubrieron sus sueños y los hicieron realidad, tal como su lema decía. Incluso ahora, fue nuevamente ella quién le hizo ver lo mucho que amaba ser doctora.
Quería retribuirle un poco de toda la felicidad que le dio.
—¿Te refieres a mí? ¿Quieres que yo vuelva a cantar? —preguntó Honoka, sonando dudosa.
La tomó de las manos suavemente. Su corazón palpitaba de los nervios, pero el valor que le infundaba su presencia se hizo más fuerte.
—Quiero que cantes lo que yo componga. Quiero que creemos canciones de nuevo, canciones que ayuden a quien sea, como tú hiciste conmigo. Déjame ser tus alas esta vez.
—¿De verdad, Maki-chan? ¿No crees que es una pérdida de tiempo? Tenemos trabajos, ganamos bien, ya hicimos una vida, ¿n-no crees que somos demasiado grandes para soñar? —El titubeo y la angustia en su voz eran extraños. Había una súplica indirecta en sus palabras.
Fue muy extraño de escuchar para Maki. Nunca creyó que algo así saldría de ella. Era como si su fuerte voluntad, fuera frenada por algo.
Llevó sus manos a su rostro y acarició sus majillas tan lento y suave, Honoka no la apartó, al contrario, pareció derretirse en su toque. Le dio esperanza de que sus sentimientos la estén alcanzando.
—Nunca es demasiado tarde si quieres hacerlo. Y yo quiero, ¿tú quieres?
El rostro de la editora volvió a llenarse de alegría.
—¡Por supuesto que quiero! —Sus brazos la rodearon en un fuerte abrazo que Maki respondió de inmediato.
Creyó escucharla murmurar algo, pero no entendió que fue. En vez de eso se quedó ahí, sosteniéndola.
El aliento de Honoka en su cuello le erizó la piel.
—Honoka, ¿acaso alguien…? —No pudo terminar de formular cuando fue interrumpida.
—Te quiero, Maki.
—Ah, ¿sí? Y-Yo también te quiero, Honoka.
La repentina confesión borró el rastro de lo que iba a decir. Se puso aún más nerviosa cuando lo dijo de repente. No es que no lo creyera, sabía que lo hacía, aunque en un nivel diferente del que ella ansiaba. En un intento de poner las cosas de nuevo en su sitio y no tener tanta expectativa, dijo:
—B-Bueno, ¿seguimos desempacando? Aún hay arreglos que hacer antes de echar a andar todo.
Aún tardaron un poco abrazadas antes de que Honoka se apartara y dejara atrás cualquier signo de pesar, para ser de nuevo la chica de luz. Maki se sintió aliviada de que todo saliera bien, aún tenía la duda de lo que pasó con el estado de ánimo, pero estaba segura que tarde o temprano lo descubriría. Mientras tanto, ambas podrían seguir estrechando sus lazos, ahora con la música como medio de nuevo.
Lo que una vez los unió, podría volver a hacerlo.
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Unas semanas después, la primera canción salió a la luz.
Se llamó "Snow White Memories", fue publicado en el canal de YouTube que se creó con sus iniciales: H&M.
Ninguna era tan buena con los nombres, por algo es que Nozomi les dio el suyo, así que elegir algo simple fue una buena opción. Era bastante sencillo y sofisticado, fácil de recordar y las incluía a ambas, fue perfecto, en sus propias palabras.
El propósito fue mero entretenimiento y gusto por el que no buscaban una remuneración. Algo que podrían hacer cuando tuvieran tiempo libre, con la única intención de disfrutarlo.
La letra de la canción también era un poco simple. Hablaba sobre recuerdos en la nieve que se congelaban en papel, y un fuego que los quemaba para que las cenizas volaran libres y formaran nuevos recuerdos otra vez. Era un ciclo dónde se valoraba la lucha constante por vivir. No se comparaba al poder de las canciones de μ's, pero era igual de fresco y mágico.
Para lograrlo, necesitaron días de estudio sobre composición con la habilidad de Maki y la experiencia de Honoka como editora.
En un principio, sugirió que hablaran con Umi, quien había sido la letrista estrella de μ's para tener su consejo y opinión, pero Honoka fue reacia en contar con la ayuda de alguna de las chicas, especialmente Umi, con la excusa de no querer molestarlas.
Ella no insistió más. Interiormente y de forma egoísta, no quería que nadie se inmiscuyera entre las dos.
No tenían ninguna expectativa sobre si tendrían éxito y, aun así, fue una gran sorpresa notar la inmediata reacción.
Las vistas en el video se dispararon a cientos en apenas un par de días, una vez que se dieron cuenta de quienes eran, y en unas semanas ya estaba en miles.
Las subscripciones tuvieron números similares y los comentarios fueron una total locura.
A pesar de que especificaron que no tenía nada que ver con μ's, y sólo eran Maki Nishikino y Honoka Kousaka con un proyecto por diversión, no dejaron de preguntar si este era una especie de regreso del grupo, si era el lanzamiento de su dueto a los escenarios de vuelta o si era el comienzo de una nueva historia con ambas. Por supuesto, las dos se alternaron respondiendo que se trataba solamente de algo que iniciaron por amor a la música y no era nada formal.
La popularidad continuó aumentando con el paso de los días, y la emoción del recibimiento hizo que la alegría de Honoka fuera aún más explosiva. Pronto recibieron de las chicas de μ's, sorprendidas por lo que hicieron y felicitándolas por el éxito.
Hasta hicieron programaciones para poder verse y colaborar con alguna canción, pese a que una reunión del grupo completo quedaba un poco lejos de hacerse. Parecía que la emoción las contagió a todas.
Nico apareció un día en su puerta luego de hablar con Maki, y exigió una canción con las dos. Si su popularidad antes fue asombrosa, con la ayuda de Nico fue abrumadora. Se atrevió a hacer publicidad en sus redes y hablar del canal en entrevistas diciendo que las apoyaba abiertamente aun si no eran profesionales.
El apoyo saltó a su vida laboral y pronto, Honoka fue invadida por colegas para hacerle reseñas. En el Hospital tampoco pasó inadvertido, sus compañeros de trabajo quienes no sabían nada de su pasado school idol, se hicieron fans de μ's sin importarles el tiempo transcurrido, y la avergonzaban con sus elogios. Admiraban que fuera tan competente en la medicina al mismo tiempo que creaba música y cantaba.
Continuaron creando más canciones y pronto H&M se convirtió en uno de los canales más populares. Sin pensar el dinero, el apoyo de la gente hizo que comenzaran a monetizarse.
Motivadas, decidieron ir más allá de la música. Abrieron su propio blog haciendo reviews de grupos de school idols, idols profesionales y bandas. Dando sus propios consejos y tips no profesionales para quienes quisieran perseguir el mismo sueño. Siempre que lo disfrutaran.
Ambas amaban lo que hacían y no paraban de divertirse.
Era todo lo que Maki alguna vez soñó con hacer y ahora era realidad, con Honoka a su lado. Al igual que sentía que tenía un avance en sus sentimientos.
Algunas veces mientras grababan, se acercaban lo suficiente que sus sentidos se inundaban del olor a fresas. Era adictivo y de cierta manera, excitante. Ella era una belleza total, no dejaba de admirarla y de demostrar la devoción que sentía.
Si Honoka la abrazaba, se demoraba en dejarla ir. Si se quedaba dormida en el sofá mientras veían películas, ponía a reposar su cabeza en sus piernas y se dedicaba a delinear con cuidado y esmero su rostro reprimiendo el impulso de besarla en los labios, y dejando apenas besos en su frente o cabello. Le gustaba escuchar sus curiosos ronquidos y ver su frente arrugada por algún sueño pasajero.
Ya no se esforzaba en ocultar sus sentimientos, quería que estos llegaran por completo aún si tardaran.
Poco a poco, sintió que su relación estaba avanzando. Honoka respondía sus afectos, la llamaba a recostarse con ella en el sofá y se aventuraron a dormir en la misma habitación con la excusa de estar más cómodas viendo películas.
Había roces sutiles y otros no tanto, podía sentir el despertar del anhelo por tener más. Muchas veces se quedaron perdidas en miradas y en acercamientos peligrosos, y aunque ella quisiera continuar y dar el paso, por alguna razón Honoka terminaba apartándose.
No sabía si porque la estaba confundiendo con una simple amistad o por qué no era capaz de darle un nombre formal a lo que tenían. Por lo tanto, después de pensarlo detenidamente, decidió que era tiempo de hacerlo.
Justo el día en que tuvo el valor y se preparó para hacer la mejor de las veladas y develar sus sentimientos, recibió un extraño mensaje:
«Hola Maki, estoy cerca de Chiyoda, ¿tienes tiempo para vernos? Es importante»
Era de Umi.
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—Lo siento, tuve que revisar a un paciente antes de salir, ¿esperaste mucho?
—No, tranquila lo entiendo, llegué hace unos quince minutos. Es un gusto saludarte de nuevo Maki-chan, ha sido un largo tiempo.
A la hora de su comida, se encontró con Umi en una de las amplias cafeterías del Hospital.
Antes, le propuso que la esperara para invitarla a cenar junto con Honoka cuando salieran, pero Umi se negó argumentando que no tenía mucho tiempo y sólo quería hablar con Maki.
Le sonaba como petición muy extraña, casi sonaba como una evasiva de Umi para verse con la editora. Siendo que era amigas de la infancia tan unidas, no podía imaginar que habría ocurrido.
Si lo pensaba bien, no recordaba que Umi hablara de Honoka en sus postales, y viceversa con su compañera de cuarto, que casi no hablaba de ella. Pensó que seguirían en contacto más que cualquiera, sin embargo, parecía ser lo contrario. Era claro que algo sucedió.
—También es una agradable sorpresa para mí verte de nuevo, siento que nos hayamos apartado tanto —musitó tomando asiento, y dejando sus cosas en la silla vacía al lado.
Vaya que era una sorpresa ver a Umi de nuevo, su apariencia tal como ocurrió con ella y Honoka, cambió. Su antes largo cabello azulado tan liso y brilloso, ahora estaba corto, a la altura de los hombros y recogido en una pequeña coleta trasera. Tenía las facciones más endurecidas y atisbos de cicatrices pasadas que a simple vista no podían verse, y que las notaba gracias a su experiencia médica.
También podía notar un cambio en su constitución física, más firme y musculosa sin llegar a perder su atractivo natural femenino. Las líneas de sus brazos saltaban a la vista. Todo, producto del arduo entrenamiento y enseñanza en el dojo.
No obstante, lo que más llamaba la atención no era su condición física, sino la expresión de su rostro, el ceño fruncido aparentando tranquilidad, la tensión en su mandíbula y sus ojos, esos ojos miel fugaces que podían acelerar el corazón cuando te miraba fijamente, se veían tan opacos ahora.
—No hay nada de qué disculparse, fue parte de crecer. Lo agradable es ver que lo hemos hecho bien, ¿no es así?
Nunca antes consideró que mentir fuera bueno, si de algo podía jactarse era de su honestidad. No podía volver a hábitos tsunderes cuando vivía la vida rodeada de personas esperando oír la verdad, por cruda que fuera.
—No estoy segura de que lo haya sido para ti, te ves fatal, ¿qué te pasó Umi? Nunca mencionaste que tuvieras problemas en tus mensajes.
Umi la miró con una enigmática sonrisa.
—Tienes razón —aceptó—. Pasaron muchas cosas. Espero que tengas tiempo para escuchar.
—Por eso me llamaste, claro que lo tendré.
—Bien, ¿qué tal si primero comemos? Me tomó mucho llegar hasta aquí. Creo que es mejor tener estómago lleno para lo que diré.
Maki asintió. Tomó la carta de la mesa fingiendo revisar detalladamente el menú y Umi hizo lo mismo.
—Sólo una cosa, ¿tiene que ver con Honoka? —Se atrevió a indagar.
—Tan perspicaz como siempre, Maki-chan. Pero hablemos primero de nosotras, ¿qué tal el internado? ¿Irás al Hospital Nishikino para la residencia?
No necesitó más confirmación que las preguntas. Mientras las contestaba, ordenó la primera cosa que leyó y enseguida entabló una amena charla sobre su vida actual mientras comían. Eran dos viejas amigas que no se veían en mucho tiempo poniéndose al día. Ignorando la tensión venidera de la charla real. Tardaron poco más de 40 min. en terminar de comer.
Después, Maki la condujo a los amplios jardines del Hospital, un espacio exterior lleno de vegetación, plantas de todo tipo, árboles frondosos y pequeños estanques protegidos, diseñado para potenciar las necesidades físicas, psicológicas, sociales y espirituales de las pacientes, familiares y personal de salud que necesitaban un respiro de la dura realidad. El lugar perfecto para el desahogo, que era lo que parecía que Umi necesitaba.
—Es hermoso, pronto los cerezos se estarán preparando para la primavera, ¿y esos pequeños bonsai bajo los castaños? Son fantásticos.
—Algunos pertenecen a pacientes que se encargan de cuidarlos, es una buena terapia para ellos. Pero no venimos aquí a hablar del jardín ni de mí, ¿verdad?
Umi detuvo su andar en una banca bajo un castaño sin hojas. El frío del invierno mermaba su corteza, haciéndola verse rígida y seca. Maki se quedó de pie, junto al árbol, esperando una respuesta mientras volvía a juguetear con su cabello.
—Vi su canal de YouTube y el blog que crearon. Son extraordinarios, la música que compones siempre fue mágica. A veces me preocupaba no poder escribir letras a la altura de tu creación. Siempre has tenido un don para eso.
Maki rió.
—¿De qué hablas? Fui yo quien pensaba en no poder llenar las expectativas para tus hermosas letras, no poder darle música a lo que querías decir.
—Vaya, ahora que lo dices era como si estuviéramos compitiendo, ¿eh? Nunca lo vi de ese modo.
—Era porque estábamos metidas en llevar al grupo a la cima, nos adaptamos y cooperamos juntas. Aunque nada habría valido sin las voces. Cantar con todas fue lo verdaderamente mágico.
—Aún parece un sueño haberlo hecho, ganar el Love Live, viajar a New York, nunca pensé que haría algo así —Umi admitió sonriendo.
—Y sin embargo, lo hicimos. Pensar que fue una persona la que nos hizo vivir ese sueño… ella es asombrosa.
—¿Por eso lo estás haciendo? —preguntó Umi de pronto en un tono serio—, ¿es esta tu forma de agradecerle?
Maki miró a Umi desconcertada por el repentino cambio de voz. Se alejó del castaño para sentarse a su lado y verla directamente.
—¿Qué pasa con esto? Al principio creí que se trataba de que querías unirte a nosotras para una colaboración, pero dudo que sea el caso, ¿qué es lo que te tiene tan tensa Umi-chan? Sé clara, sin rodeos.
—Bueno… —Umi se llevó una mano al cuello, nerviosa— digamos que estoy un poco preocupada por su particular situación. No sabía que vivían juntas hasta esos videos.
Maki enarcó una ceja.
—¿Eso es todo? Demonios Umi, creí que era algo más grave —suspiró negando con la cabeza—, no tienes qué preocuparte por Honoka. Ella está bien, sigue trabajando en la revista y, los fines cuando estamos libres grabamos. Créeme, es bastante competente con su trabajo, y su canto no ha decaído en estos años, sigue siendo tan precioso como antes, estamos bi…
—No estoy preocupada por Honoka —Umi la cortó—. Sé que ella está bien, la que me preocupa eres tú.
—¿Qué? ¿Yo? No lo entiendo —dijo vacilante.
Umi fue quien suspiró esta vez, pero con pesar.
—Me temo que Honoka sólo te esté usando.
—¿Qué quieres decir con eso? —exigió, sus palabras sonaban muy mal, implicando un lado malo de Honoka—. Creí que hablarías sin rodeos.
La chica miró al cielo, cómo si ahí encontrara las palabras correctas, antes de volver a mirarla.
—Creo que Honoka está usándote para olvidar lo que pasó entre nosotras —soltó sin vacilación—. Creo que se mudó aquí para escapar; hasta lo que sé por Yukiho, ella no estaba contemplada en la transferencia de la oficina, lo solicitó después.
La confesión le heló la sangre, ¿Honoka y Umi estuvieron juntas? ¿Cuándo sucedió? Sintió que todo a su alrededor se detuvo, el tranquilo aire invernal que amaba, la estaba sofocando.
—No quiero herirte —continuó Umi, renovando su voz por un tono condescendiente después de ver su conmoción—, ni siquiera creo que ella sea muy consciente de lo que está haciendo así que no puedo culparla. En cambio, me preocupa los sentimientos que puedas tener con todo esto, no quiero que te ilusiones y salgas lastimada. Si pudiera decirlo sin sonar egoísta, creo que es muy pronto para ella empezar algo nuevo después de que terminamos. No… creo en eso de estar con alguien nuevo para olvidar, porque, quién más sufre es la otra persona. En este caso, tú.
—Ya veo —musitó. Su mirada bajó al suelo, incapaz de seguir mirándola—, ¿tanto se nota que me gusta?
—¿No es así? No es como si fueras buena ocultándolo —Umi se burló sin desdén—. Lo he visto desde µ's. Siempre tenías esa mirada anhelante en tus ojos cuando Honoka llegaba. Te sonrojabas demasiado cuando se acercaba a ti y nunca te negaste a sus peticiones.
—Nunca dijiste nada.
—¿Cómo iba a hacerlo? Estaba luchando con mis propios sentimientos por ella.
—¿Cuándo empezaron a salir? ¿Después de la graduación?
—No, fue dos años después cuando estuvimos separadas durante la universidad. Me di cuenta de la falta que me hacía, lo difícil que era no pensar en su lejanía. Ella estaba en lo mismo, así que, en las vacaciones de verano, hablamos de ello y comenzamos a salir.
Se quedó en silencio, sin saber qué decir. Estaba con la guardia baja, de los miles de cosas que esperaba, esta no fue una de ellas. Amaba a Honoka más que a nadie, y de pronto su ex, quien fue también su amiga, estaba ahí contándole que no creía que fuera amada.
Su pecho se apretó. Lleno de ira, celos y dudas.
—Esto es un desastre, no puedo creer que siempre estuve en lo correcto —Sin aguantar más, Maki se echó a reír ante la mirada extrañada de Umi—. Nunca tuve oportunidad, era Tsubasa o tú. Realmente atiné. Quién lo diría.
—¿Eso es lo gracioso?
No respondió. No se equivocó antes, sus sentimientos no iban a ser devueltos, ¿lo estaría ahora creyendo que era correspondida? Vio las señales, el brillo de los ojos azules mirándola con intensidad, la risa sincera, el afecto compartido.
Apretó los puños hasta que sus nudillos estuvieron blancos.
Estaba mal, no podía dudar. Que Umi estuviera ahí no cambiaría lo que vio. Estaba segura de que algo en Honoka cambió.
—No estoy equivocada. No sé qué tan fuerte fue lo que tuvieron o si aún le duele, pero ella me ha mostrado facetas nuevas que no conocía. Sé que ella me quiere y no me importa lo que tenga que esperar para que sea más fuerte.
—¿No fue suficiente lo que dije? —replicó Umi, frunciendo el ceño y manteniendo una expresión estoica.
—¿Pensaste qué me rendiría? ¿Estás segura de que no estás hablando por celos?
Las facciones de Umi palidecieron.
—Yo no… sólo quería…
Negó, estaba mal. No debía enojarse con ella. Eran amigas, quería seguir siéndolo. Carraspeó para aclarar su mente y garganta.
—Lo reconozco, cuando lo dijiste me dolió —aceptó—. Pero es diferente a cómo lo imaginas.
—¿A qué te refieres?
—Honoka no me dijo que estuvo con alguien antes, mucho menos tú. Ni siquiera hemos hablado de amor. No sabía nada. Todo este tiempo, los acercamientos los he hecho yo y muchas veces, creí que su renuencia era porque no sentía lo mismo, pero ahora sé que era porque no quería darme esperanzas cuando aún estaba cerrando un ciclo.
Umi negó, incrédula. Maki se levantó de la banca con energías renovadas.
—¿Seguirás adelante con esto? ¿Pese a lo que acabo de confesarte? ¡Es una locura!
—¿Puedes decirme algo? ¿Por qué terminaron exactamente?
Umi parpadeó confusa.
—Bueno… deberías saberlo mejor que nadie —desvió la mirada, llena de pesar y arrepentimiento—. Fue por las responsabilidades que tenía. Tengo el Dojo, mi familia me llamaba a hacerme cargo y, aunque amo lo que hago, el kendo y la danza, estar con Honoka lo hizo… pesado. Ella es demasiada luz y libertad, no puede estar centrada en una sola cosa. Seguía hablando de cantar, pero no era algo que estuviera en mis planes seguir. Ya no podía hacerlo, somos demasiado adultas para ello… o eso creí hasta que las vi.
—Entonces si fuiste tú —Maki le sonrió, aliviada. Otra duda había sido despejada. Al contrario de lo que la otra creía, quién cortó las alas no fue Honoka—. Gracias Umi, ahora tengo claro lo que debo hacer.
Umi se levantó del banco. No se veía convencida con lo que estaba sucediendo. Un asomo de sonrisa luchaba por aparecer en su rostro. Fue breve, pero Maki creyó ver algo del brillo de sus ojos volver.
—Supongo que no hay nada más que pueda hacer —suspiró.
Maki la abrazó con fuerza, sintiendo la añoranza de viejos días. Esta era su despedida.
—Si eres tú, está bien, Maki-chan.
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El último turno fue bastante leve, por suerte. Monitoreo de pacientes, hacer sus historias clínicas y tener una reunión de diagnóstico con su doctor asignado. Increíble que, aun teniendo la mente un poco nublada por la sorpresa de su anterior encuentro, pudo hacer todas sus diligencias sin problemas.
Lo atribuía a la desesperación de querer llegar al departamento y hablar con Honoka. Aunque le aseguró a Umi que sabía lo que haría, la realidad es que los nervios y el temor de una respuesta la atosigaban.
En su interior, su corazón identificó las señales de la chica haciendo que la esperanza se viera como una respuesta afirmativa. Pero, ¿y si no era así? ¿Y si todo era como Umi decía y sólo se estaba engañando? ¿Si Honoka no la quería de esa forma y no era más que una amistad sincera?
Necesitaba saber si era una u otra.
Ya lo dijo antes, si era rechazada, al menos lo intentó. Sabía que dolería, y al final tras un par de meses pasaría. No iba a permitir tampoco que esto arruinara su relación con ella. Podrían seguir viviendo juntas haciendo H&M… al menos eso quería creer.
La jornada terminó y ella estaba finalmente de regreso en el departamento, sin su compañera a la vista. Sabía que era el día de entrega de artículos, por lo que faltaba un par de horas para que llegara. Le prometió que iría por ella, así que tenía tiempo suficiente para arreglar el lugar, darse un buen baño y lograr dar una buena impresión.
Decidió que cenar ahí era lo mejor en vez de salir fuera.
Había visto demasiadas películas donde los protagonistas no terminaban bien mientras estaban en un restaurante, uno salía corriendo y el otro tenía que perseguirlo. En la realidad no podía ser tan simple. El que se quedaba tendría que pagar la cuenta y entre la obtención del ticket y el pago, si es que algún mesero estaba desocupado, tardaría. Para cuando saliera, la otra persona ya habría tomado transporte y la cita estaría perdida. No estaba dispuesta a correr ese riesgo.
Y como tampoco era buena cocinera, nada era mejor que pedir comida a domicilio y encargarse del resto de la ambientación. Así, si saliera mal, sólo le quedaría limpiar, le pediría permiso por enfermedad a su jefe y saldría de su cuarto tras una semana de depresión. Todo estaba calculado… aunque no se supone que hiciera cálculos pesimistas.
Apenas recibió el mensaje de Honoka de que estaba a punto de salir, salió del departamento en su auto en la máxima velocidad permitida. No quería hacerla esperar mucho y no quería alargar demasiado lo que necesitaba oír.
Como resultado, llegó más pronto de lo previsto. No vio a Honoka en la entrada del edificio donde estaba su editorial, aparcó en un espacio vacío y bajó del auto, consideraba que si se quedaba dentro no la encontraría. Además, el aire nocturno ayudaba a sus ya de por sí, desastrosos nervios.
Las manos le sudaban, su latir estaba descontrolado y eso que ni siquiera la había visto.
—¿Necesitas compañía~? —Una voz desconocida la sacó de su ensimismamiento.
La dueña era una mujer rubia de cabello semilargo, que a la poca luz de la noche apenas se notaban sus ojos ámbar, más tenues que los de Umi. Tenía una sonrisa tonta en la cara, facciones extranjeras y la miraba de una manera inquietante. Vistiendo un elegante vestido blanco, parecía modelo de alguna revista.
—Puedo acompañarte darling~ —dijo, arrastrando las palabras al tiempo que se arrimaba a ella.
Era una situación muy incómoda.
—Ehm, gracias, ya e-estoy esperando a alguien —le dijo, tratando de alejarse. Por el contrario, la mujer la tomó del brazo y con su mano libre, acarició su hombro sensualmente.
—Eres tan guapa~ te pareces a alguien, ¿quién será?
Maki sabía que tenía un atractivo sinigual, junto al reconocimiento de su fama gracias a µ's. Muchos hombres se le habían acercado para coquetear y tener una cita, ¿mujeres? Si, también hubo un par. No es como si alguna vez ocultara sus preferencias. Y aunque accedió a un par de encuentros, la fuerza de sus sentimientos evitó que algo se concretase. Por tanto, no sabía cómo actuar ahora con esa extraña insinuándole cosas. Y peor aún, en el estado en que se encontraba. Teniéndola cerca podía sentir un leve aliento alcohólico de ella.
No podía evitar preocuparse, si dejaba sola a una mujer guapa como ella, ¿qué podrían hacerle?
—¿Cómo te llamas? ¿Sabes tu dirección? Te llevaré a la policía —Le preguntó, volviendo a intentar que la soltara. La mujer en cambio, la haló del cuello para colgarse de ella.
—¡Let´s go party!
—¡Ah! ¡Espera! —Sino la hubiera abrazado, la mujer habría terminado en el suelo con una fuerte contusión en la cabeza.
—… ¿Qué estás haciendo Maki-chan?
Oh no.
La doctora volteó hacia la voz aun con la mujer colgada de su cuello. Honoka estaba ahí con los ojos abiertos de par en par. El pánico la invadió.
—¡Honoka! Y-Yo estaba esperándote y luego ella apareció y se aferró a mí, ¡no sé de dónde salió!
—¿Es eso así? Parece que te conoce bien —Ella habló en un tono de voz plano que no oía a menudo.
—¡No lo hace! —Negó, tratando de quitársela de encima.
La rubia era difícil de manejar, comenzó a intentar darle besos ante la mirada de desconfianza de Honoka. No podía estar peor.
—¡Tengamos party and sex…!
—¿Ella dijo…?
—¡No dijo nada! ¿Puedes ayudarme a quitármela?
—Bueno…
No muy convencida, Honoka se acercó. Apenas logró que desenroscara sus brazos de Maki cuando esta vez, se abalanzó sobre Honoka para besarla en los labios.
En breves segundos experimentó la ola de celos asesinos.
—¡No fue mi intención! —gimoteó Honoka, aterrada.
—¿No será que te estaba esperando a ti? —inquirió Maki, asesinando a la mujer rubia con su mirada.
—¡De ninguna manera! ¡No quería ser besada por nadie más que tú!
—¿Qué?
—¿Qué?
—¡After Party!
—¡Mari!
Una cuarta voz se unió a la loca y estúpida conversación. Se trataba de una mujer alta, de cabello azulado atado en una coleta alta, ojos violetas similar a los de Maki, que vestía un vestido verde dejando al descubierto una bronceada piel. Parecía otra modelo, ¿es que había una agencia cerca? ¿O era el día en que salían a romper corazones? Literalmente.
—¿La conoces? —Maki fue la primera en hablar, obligándose a salir del estupor.
La mujer asintió.
—Ella es mi novia —confesó, lanzando un enorme suspiro antes de correr a sostener a la mujer rubia.
Honoka y Maki se miraron asombradas.
—Lo siento si Mari les ocasionó problemas. Se supone que estábamos festejando nuestro aniversario, pero no es muy tolerante al alcohol. Sólo fui al baño y cuando regresé, ella ya no estaba. No pensé que iría tan lejos.
Y es por eso que Maki decidió que una cena en el departamento era lo mejor.
—¡Oh Kanan mía! ¡Ya te recuerdo amore~! —La mujer Mari se derritió en el cuerpo de la otra, sin que eso le incomodara. Se volteó hacia Maki y alternó miradas entre "Kanan" y ella—, ¡Oh! ¡Kanan-chan, te pareces a ella!
—¿¡Era por eso!? —Maki se dio una palmada en la frente.
—Ah… eh… —Honoka ni siquiera sabía que decir.
—Lo siento mucho, de verdad. Me la llevaré enseguida —Kanan volvió a bajar la cabeza en disculpa.
—¿Necesitan que las llevemos? —sugirió Honoka por último.
La otra mujer negó.
—Ya ha sido mucha molestia, tengo mi auto cerca. Gracias por cuidarla… espero que no haya ocasionado algún malentendido con ustedes.
—No, para nada. Al contrario —La doctora le echó un vistazo a Honoka, recordando sus palabras sobre besarla—, creo que debo agradecerle.
Notando su mirada, ella se sonrojó.
—Eso es un alivio. Entonces, ¡nos vemos! Ha sido un enorme gusto conocerlas, Honoka Kousaka y Maki Nishikino, ¡somos sus más grandes fans en Aqours!
—¡Vivan las novias~!
—¡MARI!
—¿¡De qué hablas!?
—¿…Aqours? —Honoka ladeó la cabeza— ¡Demonios! ¡Ya sé quiénes son! ¡Se supone que debo conseguir una entrevista con ellas pronto! ¡Ah, maldición!
Para cuando lo recordó, ellas ya se habían ido.
—¿Supongo que es hora de irnos también?
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Pensó que el viaje en auto sería incómodo, en cambio, después de lo ocurrido no podían dejar de reír. La aparición de esas chicas fue una especie de salvación para su atormentada mente.
—Entonces, ¿qué tal besaba?
—Vamos, Maki-chan, ¡no quiero hablar de eso!
Lejos de olvidarlo, la vergüenza de Honoka la incentivó a burlarse más.
—Fue tan gracioso, en un momento estabas celosa y al otro, ella te estaba besando. Ni siquiera hiciste el intento de apartarla.
—¡Estaba en shock! Es obvio que me quedé congelada.
—A mi me parece que te gustó, ¿no estuvo tan mal verdad?
—¡Estuvo horrible!
—¿Has tenido mejores!
—¡Por supuesto!
—¿Con Umi?
—¡Exacto! … Espera, ¿q-qué?
Okey, tampoco pudo evitar tomar la oportunidad. No es que le molestara… no tanto. Sólo… no estaba segura cómo es que sus palabras se filtraban antes de pasar en su mente.
—¿Cuál es el problema? Es eso cierto, ¿no? —preguntó, tratando de sonreír tranquilamente mientras mantenía la vista en el camino.
—¿Cómo lo supiste? No recuerdo haberte hablado de eso —Honoka dijo mansamente.
Era bueno que no lo negara.
—Me hubiera gustado que lo hicieras, aunque supongo que nunca hubo oportunidad. Umi me lo dijo, la vi hoy en el Hospital —respondió, no tenía intención de ocultarse nada, quería que todo fuera claro entre ellas y era mejor empezar antes de pisar terreno peligroso.
Miró a Honoka apenas unos segundos, sólo para ver qué expresión tenía. Se veía cohibida y triste. Se supone que ella debía sentirse enojada, si pudiera hacerlo, en vez de ello, sólo quería abrazarla.
—¿Por qué nunca me hablaste de ello? —continuó.
—Yo… no creí que fuera necesario. Y no quería que te hicieras ideas equivocadas.
—¿Qué ideas? ¿Qué me estabas usando? ¿O huyendo?
Honoka se derrumbó en el asiento.
—¿Así es como suena? Ves, por eso no quería decirlo. Sonaría igual de terrible sin importar cómo lo explicara.
Estaban a nada de llegar al departamento. Podría continuar la charla ahí, después de la cena… sin embargo…
En el último semáforo donde se detuvieron, con toda la flexibilidad que el cinturón le permitía, Maki volteó el rostro ajeno hacia ella, se inclinó y la besó.
Honoka gimió de sorpresa. Sus ojos nunca se cerraron, mirándola tan fijamente a través de sus largas pestañas, los ojos azules brillaron con fiereza. Fue un beso húmedo y sensual. Saciando una sed no resuelta.
Tuvo que apartarse cuando notó el cambio del semáforo y echó a andar el coche de nuevo. Honoka se llevó las manos al rostro, tratando de discernir si fue real o no.
—¿Y bien? ¿Cuál fue mejor? ¿Umi, esa chica Mari, o yo? —preguntó, saboreando sus labios con la cara desafiante y orgullosa.
—… ¡Maki, idiota!
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Entre las risas estridentes, llegaron al estacionamiento del edificio. Pero ninguna se bajó. Aunque tuvo la gran valentía de besarla, ahora se había esfumado dejándola en un manojo de nervios que se tuvo que tragar.
—Honoka. Te amo. Me divierto mucho estando contigo, siento que si eres tú, podría cualquier cosa y siempre sería impresionante. Cómo ser school idol, tú me mostraste el mundo encima de un escenario y me trajiste de vuelta a la música. Por eso, te he amado desde aquél entonces, y nunca me atreví a decírtelo porque sabía que no sentías nada por mí —habló lo más rápido posible para no dar tiempo a retractarse. Sus ojos estaban enfocados en la chica a su lado, que se había quedado en silencio mirándola—. Ahora sé que no me equivoqué, y está bien. Porque en este momento, esos sentimientos siguen fuertes y sin importar tu pasado, con Umi o quien sea, aún te amo y estoy dispuesta a esperar el tiempo que sea para que estés lista. Esta vez no creo estar equivocada, sé que sientes algo por mí, por pequeño que sea y yo... quiero intentarlo. Sé que puedo hacerlo, demostrarte cuánto te amo, seguir adelante con H&M e ir… a dónde sea que eso nos lleve. Te quiero conmigo.
Vio el sonrojo colarse en la cara de Honoka. Notó el temblor, la respiración rápida y superficial, cómo si entrara en pánico, ¿la asustó tanto? ¿Realmente estaba equivocada?
— Fui yo quien decidió dejar la relación, porque sentía que estaba siendo una carga para Umi-chan —Honoka habló finalmente en tono tranquilo. Portaba una sonrisa sincera y un rastro de nostalgia en la mirada—. Tenía muchas responsabilidades en el dojo, casi no teníamos tiempo para vernos y cuando lo hacíamos, ella se notaba cansada. Ya no sentía esa chispa y diversión. Cada una estaba metida en su trabajo y en su vida. Ella es muy seria, ya sabes —rió, rascándose la nuca—. No terminamos mal, fue mutuo acuerdo. Aún la considero mi amiga de la infancia. Aunque también es cierto que me alejé de casa porque necesitaba terminar de procesar lo que tuvimos, era un poco incómodo verla siempre en el vecindario.
Maki lo comprendía, la importancia de mantenerse alejado de una ex pareja para cerrar la brecha de la costumbre. Pasar un tiempo a solas, pensar en lo que los llevó hasta ahí y estar en paz con la mente. No la juzgó por esa decisión.
—Y luego apareciste tú —Honoka siguió hablando. Incómoda por la posición, se quitó el cinturón de seguridad, cargó sus cosas y salió del auto. Por un momento Maki se asustó de que se fuera, pero en vez de eso, la puerta de su lado se abrió cuando ella fue a buscarla. Extrañada por lo que hacía, bajó también del coche, siendo recibida de inmediato en un cómodo y demandante abrazo—. No pensé que alguien podría volver a gustarme tan pronto, pero lo hiciste. Cuando te vi, me sorprendí de lo hermosa que seguías siendo, tus atenciones me atrajeron, me gusta que te preocupes tanto por mí. Que me cuides y me regañes cuando es justo. Pero lo que más me gustó, es que continuaras mi sueño de seguir cantando. Que crearás H&M, y cantes conmigo —Sus ojos estaban vidriosos—. Entendiste lo mucho que amé ser school idol y no me dejaste caer en una vida sin propósito. No te pedí nada y me diste todo. He vuelto a soñar por ti.
—Honoka —La abrazó con fuerza.
—No quiero que creas que te usé, nunca lo hice. Te quiero, no sé aún si es amor, pero me gustas mucho. Y quiero estar contigo también, para siempre si es posible.
—¡Yo también! —El abrazo se deshizo brevemente, para que pudiera besarla de nuevo. Esta vez más tranquilo y lleno de sentimientos.
Se besaron por mucho tiempo, sin que nadie las interrumpiera en el solitario estacionamiento. Cuando se separaron, mirándose con devoción, se echaron a reír.
—Se suponía que debíamos hablar de esto después de la cena —musitó la doctora, sin dejar ir a la otra chica.
—Oh~ no me digas que lo tenías planeado, ¿la tsundere Maki-chan hizo algo cursi y romántico?
Los colores estallaron en su cara.
—¡P-Por supuesto que no! ¡No hay nada de especial! —exclamó, soltándola y dándose vuelta para irse.
Honoka lanzó una estruendosa carcajada y se apresuró en seguirla.
—¡No lo niegues, Maki-chan!
—¡Ah! ¡Déjame en paz! ¡Solo cenemos y ya!
—¿Segura que es lo único que quieres hacer?
Desde atrás, Honoka pudo ver cómo el sonrojo llegó hasta sus orejas.
—Me pregunto… hasta cuando notarán tu ausencia.
—¿Ausencia? ¿Por qué no iría a trabajar…? Oh… ¡¿AH?!
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Ninguna de las dos fue a trabajar en tres días.
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Notas finales:
¡HELLO! POR EL INFIERNO QUE ME TARDÉ.
Pero hey, valió la pena, ¿no? Se supone que iba a ser un final breve pero terminé alargando más y más ;D en fin, con esto doy por terminado una versión escrita y continuada del Doujin Snow White Memories. Si quieren la continuación con esos tres días, echen a volar la imaginación y lean los demás doujin del mismo autor ¬w¬ no creo que pueda hacer algo mejor que eso.
Ha sido un gusto contar con su apoyo, agradecimientos especiales a Suzume Tachibana (espero que con este final te ayude un poco más con el ánimo, ¡confianza en el amor!), Joe Nishi (bro, amo ese doujin y me quito una meta de vida en hacer esto. Estoy satisfecha y espero que haya saldado tus expectativas también) y a Yuu Stryfe (el amor vuelve a triunfar con estas dos heroínas).
¡Gracias al resto por leer y espero sus comentarios!
Así como espero seguir compartiendo más cosas por aquí de este y más ships del HonoHarem.
Hasta la próxima~
P.D El nombre H&M fue sugerido por la siempre confiable OnlyNueve/Anikamia, ¡muchas gracias por el igual siempre apoyo~!
