Bien, de todas las situaciones en las que podría verse envuelto Seven cuando decidió seguir a Six al exterior, está en particular, no se la esperaba. Y lo peor, es que se le hacía escalofriantemente familiar.

Había visto a Six de espaldas a él, mirando hacía algún lugar y quiso llamar su atención para hablar con un simple toque en su espalda. Un mero toque que de todas formas desencadenó en la siguiente situación: Six se había dado la vuelta y abalanzado sobre él como una bestia, Seven no tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió el impacto de su espalda contra el suelo y al abrir los ojos se encontró con la mirada furibunda de Six, junto con la sensación de sus manos en su cuello, dispuesto a estrangularlo.

-¿Six...?-se atrevió a llamarla, dolorido y confuso por aquel ataque sorpresa tan gratuito.

Al parecer tuvo su efecto, pues Seven pudo ver que los ojos furiosos de Six cambiaban de golpe al absoluto desconcierto, como si no se hubiera esperado para nada que se tratara de él.

Aquella tesitura le hizo recordar a Seven aquella vez que estuvieron en la misma situación, cuando él había sido convertido en un gnomo y Six estaba sobre él, víctima de un hambre brutal. Recordaba el miedo que sintió cuando vio aquellos ojos hambrientos, presos de una enorme locura, capaces de hacer cualquier cosa en ese momento con tal de saciar aquel hambre, sin embargo, Seven también recordaba la mirada rota que se encontraba tras su gesto depredador.

No sabía por qué fue capaz de verlo, ni siquiera era capaz de recordar cómo fue capaz de ver algo así cuando la expresión de Six en ese momento era de un auténtico depredador. Estaba asustado, y aun así fue capaz de ver enorme sufrimiento que la niña cargaba tras esos ojos hambrientos.

Al igual que hizo entonces, Seven llevó lentamente su mano a la blanca y suave mejilla de Six. Le pareció sentir que ella se estremecía al momento en que le dio una caricia, intentó mantenerse tranquilo pese a la situación, mirando aquellos ojos y tratando de trasmitir calma con los suyos. Hacerle saber que todo estaba bien.

Y también poder preguntar lo que pudo hacer cuando era un gnomo.

-¿Estás bien, Six?-susurró con cuidado, moviendo su pulgar en la mejilla de la pequeña, que continuaba paralizada mirándolo fijamente.-¿Dónde te duele...?

Six no contestó, se quedó mirándolo unos segundos más con desconcierto, pero apenas se recuperó de la impresión, soltó un gruñido e inmediatamente se levantó, dejando al otro en el suelo, con la mano con la que había estado acariciando extendida en el aire.

Inmediatamente, Seven se incorporó quedando sentado y mirando como Six le estaba dando la espalda y daba profundas y rápidas respiraciones, como si estuviera intentando calmarse.

-Six ¿qué ocurre?-preguntó preocupado de verla tan alterada.

Tras unos segundos más de respirar profundamente, Six se puso erguida y miró al chico por encima del hombro.

-No vuelvas hacer eso nunca más, Runaway Kid.-siseó enfadada, sintiendo que aun la espalda se le tensaba en la zona donde el muchacho la había tocado.

-Mi nombre es Seven.-le corrigió él cambiando su expresión preocupada por una molesta.

-Lo que tú digas.-rodó ella los ojos.-No sé qué estás haciendo aquí, pero más te valdría regresar a tu cama en vez de dedicarte a asaltar niñas desprevenidas por la noche. Bastante mal está el mundo para que tú contribuyas hacerlo peor.

En respuesta, Seven se ruborizó de vergüenza, tomando impulso de levantarse del suelo, encarando a la del chubasquero.

-¡Yo no te he asaltado! ¡Solo te toqué la espalda! ¡Un simple toque para llamar tu atención porque no me contestabas cuando te estaba llamando!-se defendió él, haciendo que Six arqueara una ceja ¿la había estado llamando? ¿En qué momento...?-Y si nos ponemos en ese plan, Six, tú también deberías regresar a tu cama y no abalanzarte sobre chicos desprevenidos y mirarlos como si quisieras comértelos.

Aunque en otro momento Six hubiera admitido que se merecía aquella recriminación, incluso se hubiera reído de ello, en este caso estaba demasiado alterada para tener consideración con aquel niño estúpido. El recuerdo de la vez que estuvo tentada a comerse al gnomo, el cual tiempo después supo que se había tratado de Runaway Kid, aun taladraba su cabeza. La idea de que el chico pudiera percatarse de que su cara era precisamente la de alguien hambriento capaz de comerse cualquier cosa viva solo hacía que se estremeciera porque volvía a recordar aquel momento.

Si no se hubiera dado cuenta en el último momento de que el gnomo que había inmovilizado tenía una actitud demasiado humana, Six se lo habría comido sin dudarlo, como hizo antes con la rata. Habría cometido canibalismo.

Ella no tenía ni idea de que los gnomos con los que se había estado topando durante toda su aventura por The Maw fueron antes niños humanos, pensaban que eran algo así como monstruos en miniatura, pero asustadizos y esquivos, sin representar ninguna amenaza para ella, tal era su apariencia indefensa que hasta Six los llegaba a considerar adorables. Pero no tenía percepción de ellos como humanos, los consideraba más cercanos a las aves o a las ratas, pero no como personas.

Pero aquella actitud del gnomo al que estuvo dispuesto a comer, tan humana, su toque preocupado cuando acarició su mejilla, le hizo cobrar conciencia en medio de su hambre desquiciada la posibilidad de que aquella criatura podría ser algo humano.

Y, maldita sea, acertó.

No se habría perdonado así misma si hubiera sucumbido a su hambre y devorado a otro niño, un ser que ella consideraba su igual.

Y que de todos los niños, precisamente fuera Runaway Kid quién señalara ese hecho solo la hacía hervir la sangre. Aquella hambre era su momento de mayor vulnerabilidad a la vez que su mayor momento de violencia, detestaba que recordaran sus acciones o la expresión de su rostro cuando estuvo bajo los efectos de esa hambre atroz.

Para su buena fortuna, esa horrible sensación había desaparecido de su cuerpo tan pronto como devoró a la Dama. Después de aquello, no volvió a sentirla ni una sola vez, incluso aquella sombra que siempre la estuvo persiguiendo desapareció para no volver, Six se sintió liberada con ello y solo quería olvidar que alguna vez experimentó algo así, no era algo de lo que estuviera orgullosa.

-Si tanto miedo tienes a ser devorado, quizás no deberías ser tan estúpido de salir de la seguridad de la habitación, llena de testigos que podrían protegerte.-contraatacó ella sin intención de disimular la irritación que sentía.

Su tono de voz hizo que Seven bajara los hombros y mirara la espalda de Six con tristeza, él tan solo quería hablar con ella a solas, tener la oportunidad de disculparse por lo mal que había empezado su relación y tratar de empezar de nuevo con ella para ser su amigo. Pero la chica del chubasquero no estaba poniéndoselo nada fácil, y Seven no tenía claro si era de verdad por algo que había hecho él o que simplemente no le caía bien.

-Tú...¿en serio me odias tanto?-preguntó mirando hacia abajo con expresión de cachorro apaleado.

Six se tensó de inmediato ante aquella pregunta, con el corazón dándole un vuelco y su estómago revolviéndose como si hubiera comido algo podrido.

"Tú...¿en serio me odias tanto?"

La voz y el rostro de Mono retumbaron dentro de su cabeza.

Antes de darse cuenta, se había dado la vuelta y había tomado al chico por la ropa quedándose en una posición de darle un golpe afilando la mirada en su dirección. Seven, por su parte, volvió a sobresaltarse ante el nuevo ataque de Six, y al volver a ver su fiera mirada, alzó las manos pidiendo paz entre ellos ¿qué había dicho ahora para que se enfadara tanto?

-Creo...que deberías pensar en serio en controlar esos ataques de ira que tienes Six, así no podrán dejar de acusarte de atacar a chicos indefensos ¿sabes?-intentó bromear pese a lo tenso que se notaba el ambiente. Six era más bajita que él, y prácticamente tenía que bajar un poco la cabeza para mirarla, pero ahora mismo ella parecía tan intimidante que la diferencia de alturas no parecía significar absolutamente nada.

Six tuvo un tic en una ceja y se planteó golpearle de verdad, solo para cerrarle esa bocaza que tiene. Pero le miraba la cara y solo podía sentir enfado y desconcierto en partes iguales.

¡Mierda de pato! Se parecía tanto a...

-Empiezo a estar muy harta de escucharte decir tonterías ¿sabes?-Six lo soltó de malas formas y se alejó de él cruzándose de brazos.

-¡Espera!-pidió el muchacho volviendo acercarse a ella haciéndola detenerse de mala gana-Oye, por favor, en realidad he venido porque quiero hablar contigo de una cosa.

De nuevo, Six rodó los ojos, fastidiada, volteándose a mirarlo para ver qué diablos quería, a ver si cuando termine la dejaba en paz de una vez.

-Si es por la pesadilla, puedes olvidarte de ello-dijo ella-No soy tan débil como para que nadie tenga que venir a consolarme por ello ¿sabes?

-Ni tú ni nadie, Six, las pesadillas nos atormentan a todos. Ya estamos más que acostumbrados-se encogió Seven de hombros como si no fuera la gran cosa, pesadillas era algo que todos los niños tenían, imposible no tenerlas con todo lo que cada uno había vivido.-En realidad quería hablar contigo de otra cosa.

Six suspiro cansinamente, dejándose caer sentada en el suelo con las piernas y brazos cruzados, estaba claro que aquel chiquillo no iba a dejarla sola sin decir lo que tenía que decir, lo mejor era escucharle lo que tuviera que decirle y terminar con aquello cuanto antes. Seven, por su parte, se tomó aquello como que estaba dispuesta escucharle, por lo que intentó tomar asiento a su lado, sin embargo, tuvo que recular un poco cuando ella le lanzó una mirada amenazadora al ver que intentó sentarse más cerca de lo normal. Resignado, Seven tomó asiento a su lado, pero poniendo una distancia respetuosa entre ambos.

Por algunos minutos ambos permanecieron en silencio, escuchándose de fondo el sonido de las olas rompiendo contra el casco del navío, Six esperando a que el otro empezara a hablar pero Seven se sintió tímido de repente, inseguro de qué palabras usar para iniciar la charla, no quería que Six volviera a enfadarse con él y le atacara. No sabía cuántas más veces iba a tener suerte de que ella se controlara y no le diera un golpe.

Durante ese silencio, Six aprovechó para mirar al muchachito por el rabillo del ojo, de arriba abajo. Tenía el pelo más largo de lo normal, lo suficiente como para taparle los ojos y hacer que fuera complicado mirarlos, aunque Six ya pudo comprobar al ponerse encima de él que eran de color avellana. Un color que Six asociaba con la madera joven y tierna, con la miel e incluso con la tierra mojada luego de un día de lluvia; nada que ver con un pozo profundo y oscuro.

Apretó sus dedos contra sus brazos, regañándose a sí misma por volver a recordar aquella mirada de esclerótica negra.

-No tengo toda la noche, Runaway Kid, si quieres hablar empieza ahora o déjame sola.-siseó ella sobresaltando al chico.

-Seven, mi nombre es Seven.-fue su contestación mirándole con expresión ofendida, haciendo que Six estuviera tentada a reírse en su cara, si no fuera tan difícil mirarle.

-¡Tsk! Lo que tú digas...-se encogió ella de hombros quitándole toda importancia a ese hecho, para gran disgusto del chico, recostándose en sus brazos y mirando hacia delante con expresión aburrida.

-No sé por qué te cuesta tanto llamarme por mi nombre ¡no es tan difícil!-protestó él, solo para recibir una risa irónica por parte de la niña.

-¿En serio me preguntas el "por qué"?-cuestionó señalándolo con burla.-¿De verdad pretendes que me crea que "Seven" es tu nombre?

-¿Y por qué no? "Six" no es que sea algo creíble para ser un nombre y aquí nadie te lo cuestiona.

-Ya ¡qué casualidad más grande que precisamente aquí haya dos niños que tienen por nombre unos números! Y el seis y el siete, ni más ni menos.

-¿Tan imposible te parece una casualidad así?-cuestionó Seven inflando las mejillas con fastidio.

-Imposible no, pero sí muy improbable.-contestó ella encogiéndose de hombros.-¿Acaso piensas que no me acuerdo del día en que te presentaste? ¡Por todos los demonios! Empezaste a tartamudear cosas imposibles de entender cuando se supone que solo debías decirme tu nombre ¿y de la nada me sueltas todo convencido de que te llamas "Seven"?

Abochornado, Seven se encogió en el sitio sin saber cómo defenderse de algo así.

-¿Quieres saber lo que pienso? Que te entusiasmaste demasiado de querer presentarte antes que nadie, pero olvidaste que no tenías un nombre que dar, y soltaste el primero que se te vino a la mente ¡Y precisamente elijes por nombre el número siete, cuando el mío es el seis! ¿Cómo esperas que te llame de esa manera que te inventaste al momento? ¡Parecía que te estabas burlando de mí!

En algún momento de su vida, Seven había escuchado la frase de "Tierra trágame", y en ese momento deseó que de verdad la tierra se lo tragara para esconderse de Six ¡Había adivinado por completo su falta, haciendo su metedura de pata mas bochornosa de lo que ya era! ¡Eso solo hacía que fuera todavía más difícil disculparse con ella!

-Tienes que creerme, no quise burlarme de ti en ningún momento ¡de verdad!-aseguró Seven con toda la cara enrojecida.

-¿Entonces a qué vino todo aquello? Encima delante de todo el mundo...-gruñó ella.

Seven suspiró, suponía que no le quedaba más remedio que ser honesto con ella y rezar porque le creyera.

-Porque como bien has dicho, yo no tengo un nombre, al menos, no uno que pueda recordar.-confesó él pasando su mano por su boca avergonzado de confesar aquello.

Esta vez Six lo miró con atención, la verdad es que se lo esperaba, sin embargo, que no pudiera recordar haber tenido un nombre antes si que le parecía algo...extraño. Todo el mundo tenía un nombre, aunque fuera dado por los monstruos.

-Desde que nací siempre fui de un lado a otro, como si fuera ganado.-explicó Seven.-No sé quién es mi madre ni quién es mi padre, mis primeros recuerdos siempre fueron las rejas de la jaula donde vivía, las cajas donde me transportaban, los lloros de otros bebés y niños, gritos y el ruido de gente siendo desollada. Nunca recibí un nombre, ni siquiera sé si los que fueron mis padres se molestaron en darme uno. Siempre fui llamado de distintas maneras: niño, mocoso, trozo de carne, prisionero, niño encadenado, por obvios motivos-señaló el grillete que llevaba en su tobillo, del que no pudo deshacerse en todo ese tiempo- muñeco, comida y, bueno, niño fugitivo...

Six asintió sin mostrar ninguna expresión en su rostro, pero manteniéndose atenta a lo que estaba contando el muchacho.

-Cuando aprendí a andar y correr sin perder el equilibrio, fue cuando pude escapar de donde estaba encerrado, lo hice junto a otros niños, pero algunos volvieron a ser capturados, y muchos de los que lograron escapar conmigo se fueron quedando por el camino.

-¿Y no os llamabais de ninguna manera...? Si tuviste compañeros, de alguna manera tenían que llamarte, digo yo.

Seven soltó una risa triste, negando con la cabeza.

-Vivíamos en constante peligro, no había ni siquiera tiempo de pensar en un triste nombre y que te llamaran por él. No había tiempo de pensar en tonterías así, por lo que nos apañábamos solo diciendo un "hey, tú!" "Niño" "el del pelo largo" "el del la camisa azul" cosas así...¡wow! mirando atrás sí que es bastante triste.-intentó bromear al recordar aquellos tiempos, pensando en lo acostumbrado que estaba a no tener una identidad por estar más pendiente de sobrevivir.

Aquello a Six se le hizo familiar, y su mente la traicionó al hacerla regresar al tiempo en que estuvo viajando con Mono. En principio, su relación con su compañero de viaje había sido la misma que Runaway Kid había tenido con los suyos, distante y sin dar nombres, comunicándose solo con monosílabos, manteniéndose casi siempre en silencio, limitando cualquier conversación que no tuviera que ver con lo que estaban haciendo en el momento. Pero, incluso con eso, Mono y ella habían estado el tiempo suficiente juntos como para sentir que debían llamar a su compañero de alguna manera, pero por la forma en la que Runaway Kid contaba su experiencia, parecía que su tiempo con sus compañeros había sido mucho más corto que el que ella tuvo con Mono.

-Con el tiempo, solo quedamos cuatro en el grupo que habíamos logrado escapar, pero cuando estábamos viajando por unas praderas, un tipo gigantesco con la cara deformada y colgando como un saco se cruzó en nuestro camino y, de pronto, nos vimos todos atados y en una barca surcando el océano ¡Ni siquiera puedo recordar cómo llegamos a esa situación!

Six afiló la mirada, esa descripción coincidía con aquel monstruo que se había topado en aquella ciudad, luego de haber dejado atrás Ciudad Pálida. El barquero, le había estado llamando para sí misma.

-¿Fue así que acabaste en The Maw?-se atrevió a preguntar, a lo que el chico respondió de manera afirmativa.

-¿Cómo lo sabes...?

-Intuición.-indicó ella, negándose a decir que ella había llegado al navío de la misma manera.-¿Qué pasó luego de tu llegada...?

Seven parpadeó un poco confuso de la pregunta de Six, no se esperaba que ella se mostrara interesada en saber aquello, solo estaba dándole explicaciones sobre su falta de nombre pero ¿ahora parecía interesada en saber de él...?

-Pues no recuerdo mucho, nos encerraron en los camarotes para niños que custodiaba el Conserje.-continuó hablando, sintiendo cierto escalofrío al recordar aquel monstruo de brazos largos.-No sé qué estaban haciendo con nosotros pero casi todo el tiempo sentía que todo estaba dando vueltas y que no podía seguir el ritmo del tiempo. De repente era por la mañana y al segundo era por la noche. A veces me quedaba dormido y cuando estaba despierto era como si no pudiera ser consciente de donde estaba parado. Perdí de vista a mis compañeros y ni siquiera me di cuenta hasta que, luego de sufrir una pesadilla, me desperté. Vi a mí alrededor y todos los niños dormían, pero era como un sueño pesado, muy pesado, daba igual el ruido que yo hiciera, o si intentaba llamarlos, no me escuchaban y apenas se movían. No podía ayudar a nadie, así que...intenté escapar solo.

Six se quedó pensando sintiendo un gruñido amenazador queriendo salir de su pecho al escuchar lo que le contaba Runaway Kid. Habían mantenido a los niños idiotizados en los camarotes del Conserje para que no tuvieran resistencia alguna a la hora de convertirlos luego en ingredientes para las comidas de los Huéspedes. Miles de niños criados como ganado solo para acabar muriendo sin tan siquiera tener la oportunidad de luchar por sus vidas.

Se merecían que los hubiera matado de aquella manera, como cerdos asquerosos, tirados en el suelo como si no fueran nada, cayendo ante lo que ellos podrían haber considerado una presa. Al final la presa se convirtió en el depredador.

-Y...¿sabes? Durante mi viaje, te vi, algunas veces.-Six levantó la cabeza en dirección a Runaway Kid, el cual estaba recostado en sus brazos, mirándola con tranquilidad.-Y fue antes de que la Dama me convirtiera en un gnomo

-¿A mí? ¿En qué momento...?

-Cuando yo me escapé del camarote tú ya estabas recorriendo el barco por tu cuenta. Solo que tú estabas en una sección y yo en otra. Te vi por la cámara de la Guarida y también fui, bueno, fui tu compañero prisionero cuando el Conserje nos encerró a los dos en jaulas para ir a la cocina.

-¡Espera! ¡¿Tú estabas en una de esas jaulas?!

-Sí, de hecho, estaba justo detrás de ti-señaló su chubasquero.-Es difícil no saber quién eres con esa ropa tan brillante que tienes-Six sintió el color llegarle a las mejillas, ya había pensado en ello alguna vez, que el color de su ropa resaltaba tanto que llamaba la atención.-Pero no tuve tiempo de decirte nada, el Conserje tomó mi jaula y me arrastró con él para empaquetarme y enviarme a la cocina. Aunque bueno ¡pude huir! No estaba tan débil como para no poder romper la tela y escapar.

-Pero espera, eso significa que cuando te derribé...

-La Dama acababa de convertirme en gnomo apenas unos minutos antes.-suspiró él-Me confié demasiado y ella me atrapó en cuanto estuve cerca, no sé qué le hizo querer convertirme en un gnomo en vez de matarme o de llevarme de vuelta a la cocina, pero sea lo que sea, ella estaba lo bastante enfadada como para preferir convertirme a acabar con mi vida. Y bueno, el resto ya lo conoces, me derribaste cuando intenté ofrecerte algo de comer.

La niña sintió necesidad de tirarse de los pelos ante aquella declaración ¡Runaway Kid había sido humano minutos antes de su encuentro en aquella sala! ¡Maldita sea, ella podría haber...!

-Por ello es que quería hablar contigo.-dijo entonces.-Yo no tuve nunca un nombre propio, pero cuando nos liberaste yo no te sentía como una desconocida y quería presentarme como era debido y agradecerte lo que hiciste por todos nosotros. Si elegí "Seven" fue porque quería darte un nombre a toda costa y solo se me ocurrió ese, no fue porque quisiera burlarme de ti u ofenderte.

-Pero de todos los nombres que existen, tuviste que elegir ése.-suspiró fastidiada.

-Lo siento mucho…

Seven jugueteó con sus dedos presionándolos contra sus brazos, había vuelto a crearse un silencio entre ellos y estaba empezando a ponerle ansioso, quería seguir hablando con ella. Era la primera vez que lograba mantener una conversación con ella sin que le echara y no quería terminar tan pronto ahora que había superado su timidez inicial.

-¿Qué hay de ti...?

-¿De mi?

-Yo ya te he contado lo que recuerdo de mi vida ¿qué hay de ti?-se interesó, pero pensando que quizá el que le contara de su pasado sería demasiado entrometido por su parte para su primera charla, por lo que añadió.-¿Tuviste algún compañero antes de llegar a The Maw?

Su pregunta crispó los nervios a Six y la imagen de Mono volvió a cruzar su mente, haciéndola sentir el impulso de gruñir de nuevo.

-Eso no es asunto tuyo.

-¿Six...?

-Esta conversación termina aquí, Runaway Kid.-dictaminó ella levantándose de donde estaba, haciendo que Seven la imitara, confundido por el abrupto cambio de comportamiento ¿qué es lo que había dicho ahora?

-¡Hey! ¡Pero eso no es justo! ¡Yo te he contado sobre mí! ¡Lo justo es que tú hagas lo mismo!

-¿Lo justo? ¡Ja! ¿Tú que te piensas? ¿Que porque me cuentes tu vida entonces yo debo contarte la mía? Lo siento, Runaway Kid, pero si tú decidiste contarla, es tu problema, yo no tengo ningunas ganas de compartirla ¡y menos contigo!-dijo esto para darse la vuelta y marcharse de ahí.

Enfadado por su actitud y su contestación, Seven corrió para ponerse justo en mitad del camino de Six, obligándola a detenerse y escucharle.

-¡No estás siendo justa! ¿Sabes?

-Oh, pobrecito ¿acaso no sabes que la vida no es justa para nadie? Pues bueno ¡bienvenido al mundo, Runaway Kid!-se burló con crueldad de él, sintiendo que la sangre le hervía al ver que aquellos ojos avellana escondidos tras las maraña de pelo moreno la miraban con disgusto.

-Me…Llamo… ¡SEVEN!-gritó él justo a la cara de Six, atreviéndose en medio de su ofuscación el darle un empujón que la hizo retroceder un par de pasos.

Six parpadeó sorprendida, sin esperarse semejante acto en su contra por parte del chico ¿de verdad se había atrevido hacer eso…?

-¿Me has empujado...?-cuestionó ella sorprendida por tal atrevimiento.

-¡Y mas que tendría que empujarte por ser una niña tan desagradable!-señaló Seven ya bastante sobrepasado, olvidando por completo con quién estaba tratando.-¡Te he hablado de mi pasado! ¡He sido honesto contigo y he querido que supieras quien soy! ¡Y tú me sigues tratando como si fuera una piedra en la planta del pie! ¡¿Se puede saber qué narices te he hecho para que me trates de esa manera?!

Sorprendida por su osadía, y al mismo tiempo, con su cabreo aumentando por momentos, Six contestó.

-¡¿Pero tú qué te has creído?! ¿De verdad piensas que me importa tu honestidad o saber quién eres? ¡No se trata de que me hayas hecho algo! ¡Se trata de que no quiero tener nada que ver contigo ni con nadie de este barco! ¡¿Tan difícil es para ti entender algo tan simple como eso?!

Seven abrió la boca, incrédulo por sus palabras, y a cada segundo más enfadado, y olvidándose también de lo intimidante que resultaba ser la niña que tenía delante, no pudo controlar su lengua.

-¡¿Entonces por qué nos salvaste?! ¡¿Por qué no me comiste cuando me tuviste a tu merced?! ¡¿Eh?! Si tan poco te interesamos, habría sido mejor que no hubieras hecho nada por salvarnos! ¡Si tan poco significamos para ti, habría sido mejor que nos dejaras atrás! ¡Que parece que lo estás deseando!

"Déjame atrás, en la oscuridad ¡cómo siempre has hecho! ¡Cómo lo haces con todos!"

Aquella voz volvió a retumbar dentro de su cabeza, Six sintió dolor en su mandíbula de lo fuerte que estaba apretando los dientes. Otra vez. De nuevo, estaba ahí ¡otra maldita vez!

-¡¿Ahora me recriminas por haberos salvado la vida, maldito desagradecido?!

-¡Recrimino tu asquerosa actitud! ¡Estas actuando como una maldita hiena que va por ahí despreciando a los demás! ¡¿Tan por encima de nosotros te crees que estás como para hablar de nosotros como si fuéramos basura?!

-¿...He mencionado que salvé tu culo de gnomo?

-¡Maldita sea, Six! Debería lavarte esa maldita boca con jabón.

-Mejor resérvalo, que estoy segura que con lo tonto que eres creerías que el jabón se come como guarnición.

-¡SIX!-gritó frustrado Seven ¿es que aquella deslenguada tenía contestación para todo? Y ofuscado, utilizó la única baza que tenía a su favor contra ella, señalándola con el dedo y alzando la voz de la forma más autoritaria posible-¡Soy mayor que tú, Six! ¡No voy a consentir que tengas esa actitud ante mí! ¡te exijo que me respetes! ¡RESPÉTAME!

El silencio volvió a instalarse y un suave viento balanceó las ropas de ambos chiquillos. Todo se había vuelto muy incómodo y absurdamente ridículo de repente.

-...-

-...-

-¿Tú eres consciente de a quién le estás hablando de esa manera?-cuestionó Six cambiando totalmente el tono de voz de manera peligrosa consiguiendo que Seven sintiera un escalofrío recorriéndole la columna vertebral.-Te recuerdo que yo tengo los poderes de la Dama ahora, si quiero, puedo volver a convertirte en un gnomo y desatascar los baños con tu cabezota o directamente tirarte por la borda y dejar que seas pasto de los peces.

Intentando demostrar que no tenía miedo, pese a que lo tenía ¡y mucho!, Seven se cruzó de brazos ante ella y alzó la barbilla con dignidad.

-¡Si ese es el destino que me aguarda! ¡Adelante! ¡Aquí me tienes!

Dicho y hecho, Seven de repente sintió una presión en todo su cuerpo, como serpientes constriñéndose sobre él al mismo tiempo que era alzado en el aire. Miró hacia Six viendo que tenía la mano alzada en su dirección, sus ojos se habían vuelto rojos y una energía oscura envolvía su brazo.

Se estremeció al ver cómo le sonreía de manera retorcida.

-No puedo creer que seas tan estúpido.-se jactó Six viéndose aterradora, poniendo su mano en forma de garra y Seven lanzó un quejido al sentir que la presión de su cuerpo se intensificaba hasta el punto de cortarle el aire.

-¡ARG!

-Es por esto que me arrepiento de haberte salvado a ti y a todos los demás ¡os habéis vuelto confiados y estúpidos!-señaló Six apretando los dientes mientras veía al chico retorcerse en el aire.-¡¿Dónde ha quedado vuestro ingenio?! ¡¿Dónde está vuestra prudencia?! ¡¿Dónde ha quedado todo aquello que usabais en vuestro favor para sobrevivir?! ¡Nada! ¡Os habéis acostumbrado a la vida en este barco a la deriva sin un rumbo y sin planes! ¡Os habéis hecho a la idea de que YO soy la que tiene que protegeros! ¡Qué os haya salvado no significa que me haya convertido en vuestra cuidadora ¿te enteras?! ¡Me niego a cargar con una panda de mocosos inútiles! ¡¿Me has entendido, Runaway Kid!

-¡AAAAARG!-gritó ante un nuevo apretujón.

-Yo he conseguido estos poderes luego de haber sacrificado tanto ¿y ahora resulta que vosotros esperáis que los use para protegeros y que vosotros viváis una vida tranquila dependiendo de mi? ¡No! Me niego a eso ¡buscaos la vida vosotros, porque yo me niego a tener que cargar con unos debiluchos! ¡En este mundo es matar o morir, y eso es algo que vosotros habéis olvidado!

Seven, abrió un ojo en dirección a la del chubasquero amarillo.

-Pero...yo aun creo en ti.

La presión se detuvo de golpe y todo quedó en un tremendo silencio con Six mirando a su víctima con los ojos abiertos.

Entonces, simplemente todo se desvaneció, el cuerpo de Seven cayó pesadamente al suelo y casi de inmediato se puso a toser y a sobarse los costados, estaba dolorido pero no parecía tener nada roto. Miró a Six, la cual había apartado la mirada de él, escondiéndose en su capucha.

-No sé si eres muy valiente o muy estúpido, Runaway Kid.

-Seven.-corrigió el chico intentando incorporarse del sitio, con un brazo cruzando su estomago intentando de esa manera hacer más soportable el dolor. Al menos no le había roto nada. Menos mal.

Six miró al chico, casi sintiendo lástima por él. Era un crío debilucho, sin fuerza en los brazos, sin ningún poder con el que defenderse, solo ingenio y un cuerpo joven y sano que le respondiera bien ante las situaciones de peligro, justo como lo era ella antes de haber conseguido sus poderes ¿Por qué narices Runaway Kid se había vuelto tan imprudente y descarado? Si ella quería podía matarlo de un solo movimiento.

-No deberías jugarte la vida de esta manera...¡podría haberte matado!

-Pero no lo has hecho

-¡Podría haberlo hecho!

-Pero aun pudiendo, no lo has hecho.-insistió

-¿Qué clase de razonamiento es ése? ¿Eso es lo que vas a esperar a partir de ahora? ¿Que tu enemigo sienta compasión por ti y al final decida no matarte?

-No eres la única que ha tenido que sobrevivir en este mundo, Six, y algunos lo hemos hecho sin tener poderes. No soy tan ingenuo como para pensar que los monstruos sentirían pena por mí y me dejarían ir. Cualquiera en tu lugar no habría siquiera dudado en matarme.

-¿Entonces, por qué me has provocado? ¿Por qué me has hecho enfadar sabiendo que podría haberte matado como cualquier otro monstruo?

-Porque tú no eres un monstruo, y por ello, yo creo en ti-soltó Seven con tanta seguridad en su tono de voz que Six se quedó desconcertada en el sitio.-Pudiste habernos abandonado hace tiempo, Six. Si tanto te desagrada estar con nosotros, pudiste haber conducido el barco a cualquier puerto o a cualquier otro lado y marcharte, sin avisarnos, ni nada. Si no querías renunciar a The Maw, pudiste habernos obligado abandonar el barco, tienes el poder de hacerlo ni nadie habría podido hacerte frente, pero tampoco lo has hecho. Has tenido opciones y oportunidades durante todo este tiempo, y aun así decidiste quedarte aquí y dejar que nos quedáramos nosotros. Entonces, eso significa que de alguna manera extraña, prefieres estar con nosotros a quedarte sola.

Six chasqueó la lengua ¿de verdad Runaway Kid podía decir algo así tan a la ligera…? ¡Ni siquiera la conocía!

-Hey, Six, por favor, mírame.-Six se tensó en cuanto sintió los dedos del chico tomar con suavidad su brazo ¿en qué momento se le había acercado tanto? Fue a decirle algo pero volvió a quedarse paralizada al toparse con aquellos ojos avellana que se asomaban entre el abundante flequillo.-¿Quién te hizo tanto daño...?

-¿Qué...?

-Te cuesta mírame a la cara...-susurró sin poder evitar sentirse apenado por ese hecho.-Creo que es acertado por mi parte pensar que, en realidad, yo no tengo nada que ver con los motivos que te hacen querer evitarme de esta manera ¿verdad...?

Six parpadeó y apretó los labios de manera inconsciente, regañándose a sí mismo por ser tan malditamente obvia como para que Runaway Kid pudiera adivinar lo que estaba pasando. Je, parecía un muy mal chiste, con todo el poder que ahora posee y sigue siendo una cría que es un libro abierto para los demás ¡menudo sentido del humor tan retorcido que tenía el destino!

-Six...

-Yo...

-¿Eh...?

-Tenía un compañero. Antes.

Sorprendido por haberla escuchado comentar algo así, Seven soltó lentamente su brazo, mirándola interesado y, para qué negarlo, esperanzado de que se abriera a él.

-Fue...¿fue antes de que llegaras a The Maw?

Six asintió, evitando mirar al chico y preguntándose por qué estaba ahora cediendo tan rápido ¿es que ella tampoco había aprendido nada en todo este tiempo?

-Ese compañero tuyo ¿tenía nombre?-preguntó con cuidado Seven, usando un tono de voz suave.

Six apretó los puños y la mandíbula, mientras la imagen de dicho chico con bolsa en la cabeza le venía a la mente.

-Mono-dejó salir su nombre, casi como si fuera un gruñido, como si se le hubiera estado atragantando durante demasiado tiempo y era un trabajo sobre humano dejarlo salir.-Se llamaba Mono.

Seven se quedó mirando a Six, su espalda estaba tensa y parecía que estaba haciendo un enorme esfuerzo en responder a algo tan sencillo. El nombre no le sonaba para nada, no era nadie que él hubiera conocido, pero estaba visto que Six tenía toda una historia detrás con su antiguo compañero, una muy complicada y parecía que el solo hecho de pronunciar su nombre le costaba horrores. Aunque se muriera de curiosidad y se le comieran las ganas de saber más de ella, Seven consideró que no debía presionarla a contar su historia con aquel chico, Six tenía todavía demasiados demonios internos con los que lidiar y Seven no era ignorante ni desconsiderado respecto a temas así. Lo más inteligente era respetar los límites de Six y no tratar de presionar más allá de eso.

-Está bien, entonces...¿tengo algo que ver yo con él?

-¿Ah...?

-¿Me parezco en él o algo...? Tu forma de actuar hacia mí me hace pensar que quizás...

Enseguida, Six saltó:

-¡NO! bueno, sí, quiero decir...¡no estoy segura!-dijo llevando sus manos a su capucha y presionando hacia abajo como si quisiera esconderse del mundo, ruborizándose en el proceso. Algo que en cierto modo, a Seven se le hizo muy gracioso.-No estoy segura de qué me pasa contigo...

-Bueno, creo que me has tenido cruzado desde que nos presentamos...pero supongo que el recuerdo de tu antiguo compañero es lo que más ha influido en esto, aunque no termino de entender por qué.

Six se quedó unos segundos en silencio, para mirar al chico con una timidez que incluso lo sorprendió.

-Ni yo misma lo sé. No te pareces en nada a él.-suspiró profundamente para luego mirarlo descaradamente de arriba abajo, poniéndolo un poco nervioso.-No lo entiendo, definitivamente no te pareces en nada a él, entonces ¿Por qué narices cuando te miro a la cara de repente tengo la sensación de que a quién tengo delante es a él?

-¿Six...?

-Mono y tú sois morenos y de ojos oscuros, pero es que vuestras tonalidades son diferentes. Mono también tenía el pelo alborotado, y el tuyo es liso. Los ojos de Mono eran negros como un pozo y los tuyos son como la madera de un árbol joven. También tú eres más pálido que Mono, y vuestro carácter también es diferente. Mono era callado, serio, siempre tomando riesgos, rompiendo todo lo que estaba en su camino con tuberías o hachas, tú eres parlanchín, no te callas ni debajo del agua, también eres inteligente y sociable, pero débil como si tuvieras brazos de palillos ¡¿entonces por qué cuando te miro a ti estoy viendo a Mono?!

Seven se había quedado congelado en el sitio, conforme Six había estado hablando la intensidad de sus palabras había ido subiendo de todo hasta prácticamente estar gritando, llenándose de frustración por la falta de respuestas.

-No sé qué decirte, Six...-dijo Seven sintiéndose terrible por no poder decir nada más, pero estaba totalmente desconcertado.

-Es algo que no entiendo y me enfada demasiado ¡lo peor es que tú no tienes nada que ver con él y estoy pagando mi enfado contigo!

Seven se quedó mirándola unos segundos, viéndola pasearse de un lado a otro, agitando los brazos al aire y soltando toda una perorata contra el tal Mono y, de paso, contra él. Respetó que se estuviera desahogando y esperó a que se tranquilizara mientras intentaba asimilar lo que estaba pasando.

Six le aseguraba que él no guardaba ningún parecido con el que fue su compañero, sin embargo, cada vez que le miraba a la cara le parece estar viéndole a él ¿eso era siquiera posible cuando no se parecían? De todos modos ¿qué fue lo que hizo aquel chico como para que Six siempre estuviera tan enfadada?

-Tu compañero...¿te hizo daño?-se atrevió a preguntar, y al sentir cómo Six lo estaba mirando se apresuró en añadir.-¡No te digo que me cuestes tu historia con él si no quieres! Es solo...solo quiero saber si él es el motivo por el cual siempre pareces estar tan enfadada y, por verle a él en mi, siempre me esquivas tanto.

Six miró largamente a Runaway Kid durante unos minutos, pensando en sus palabras e intentando hacer retrospectiva de su aventura anterior.

Si, Mono había sido la causa de gran parte de sus sentimientos negativos, y la llenaba de una amargura intensa pensar en él porque llegó a quererle muchísimo, le había admirado por todo lo que se arriesgó para sacarla de la casa del Cazador, y le calentaba el corazón cuando la tomaba de la mano para mantenerla cerca de él. Pensaba que con Mono tendría un amigo y un compañero con el que poder llevar un poco mejor la podredumbre del mundo, alguien en quién podría confiar, alguien que no le daría la espalda y que podría confiar.

Oh, que tonta fue al creer de verdad en algo así, y todo porque se dejó llevar por la culpa de lo ocurrido con Raincoat Girl.

Raincoat Girl...

Recordarla aun era doloroso para Six, aquella niña que la salvó durante su travesía en el Nido, y a la que Six no pudo salvar. Podría haber sido su amiga, tal vez podrían haber escapado juntas del Nido y haber huido al Bosque del Cazador, ella era resulta y astuta, seguro que habrían hecho un gran equipo y el Cazador nunca las habría atrapado. Pero ella murió. Six estuvo segura de que había matado a la Pretendiente ¡le tiró una enorme roca encima! ¡¿Cómo no se murió con eso?! Six bajó la guardia, tan convencida de haber salvado a una posible amiga, y de repente, la niña cayó al mar junto a la Pretendiente para su horror. Six bajó por el acantilado y fue a buscarla, pero no encontró nada. El mar se la había tragado, y no dejó nada de ella que pudiera encontrar, y Six tuvo que alejarse de ahí antes de que aparecieran más monstruos. No pudo hacer más, tuvo que irse de ahí con todo el dolor de su corazón. No podía perder tiempo buscándola, por mucho que quisiera.

Ni siquiera tuvo oportunidad de preguntarle cómo se llamaba. No podía recordarla con un nombre, solo era...Raincoat Girl...

Y entonces, Mono llegó a su vida. Tan valiente, resuelto, muy fuerte y ágil...alguien con un corazón suficientemente amable como para ir a rescatarla y llevarla con él lejos de aquel lugar horrible, buscando juntos un sitio en el que estar salvo. Six sinceramente llegó a pensar que con Mono podría enmendar el fracasó que cometió con la pobre Raincoat Girl.

Six se prometió que esa vez lo haría bien, que se mantendría cerca de su nuevo compañero y le apoyaría en todo cuanto hiciera falta, que no perdería a un amigo por confiarse demasiado.

Pero, otra vez, se equivocó ¡y de qué manera lo hizo!

Mono siempre la dejaba atrás, ese maldito sensiblero la veía como una niña frágil que necesitaba estar constantemente protegida. Siempre era él quien se peleaba con los monstruos, siempre era él el que tenía que estar a la cabeza del camino, el que estaba siempre tomándola de la mano para evitar separarse, el que siempre se le adelantaba para allanarle el camino, asumiendo los riesgos él solo mientras a ella la dejaba atrás una y otra vez.

Aunque molesta, Six consintió aquella actitud de Mono hacia ella, pensaba que quizás él habría perdido a alguien antes igual que le pasó a ella con Raincoat Girl, y su comportamiento sobreprotector era solo el resultado del temor de volver a perder a alguien por no estar lo suficientemente atento. Ella comprendía eso y por ello lo respetó.

Pero al final, Mono acabó dándole más problemas que nadie. El muy idiota nunca tuvo un plan más que la de caminar hacia delante, sin un objetivo concreto; nunca pensó en un sitio al que ir, nunca pensó en buscar un mapa, nunca mencionó llegar hasta el mar o a otro bosque ¡Nada! Solo caminar hacia delante y hasta donde les llevara el destino. Y durante el recorrido, Mono la puso en situaciones demasiado peligrosas en las que Six aun se preguntaba cómo pudo sobrevivir.

La dejó sola muchas veces, y fue capturada también varias veces por su culpa.

La peor...

Cuando Thin Man...

Apretó los dientes al recordarlo y luchó contra sus propias emociones cuando sintió sus ojos humedecerse.

-Él me abandonó cuando más le necesitaba.-contestó finalmente mirando su propia mano.-Le pedí ayuda cuando me capturaron, y él ni siquiera hizo el amago de tomar mi mano.

Su paso por la Torre de Señales fue el infierno. Aquel hombre tenebroso, delgado y altísimo la miraba de una manera aterradora, con sus enormes ojos negros llenos de estática como la que había en las televisiones de Ciudad Pálida. La dejó encerrada en aquella habitación, y casi al momento en que le cerró la puerta, todo empezó a retorcerse a su alrededor, miles de imágenes cruzaban por su mente, veía con horror como sus brazos se alargaban y se doblaban hasta escuchar sus huesos crujir. Estuvo tan aterrorizada. Gritó y Gritó. Llamó a Mono hasta que la garganta se le desgarró, desesperada por que fuera a buscarla y la sacara de ahí, mientras su cuerpo se iba retorciendo, sus huesos crujían escandalosamente y las imágenes horribles inundaban su mente sin piedad hasta que casi no podía distinguir entre lo que era real o solo paranoias de su cabeza. Incluso cuando su voz se volvió rasposa y arrastrada, siguió llamando a Mono.

Pero nadie vino

Solo cuando ya estaba moribunda por el dolor, fue cuando sus ojos localizaron aquella caja de música, reproduciendo por si misma aquella nostálgica melodía que tan grabada a fuego tenía en su mente. La misma que le había dado paz y sosiego durante su cautiverio en la casa del Cazador, su única forma de combatir la soledad de su aislamiento. Rememorando esos tiempos, Six se había arrastrado hacia el juguete musical, abrazándolo contra si con fuerza, concentrándose en la melodía intentando convencerse una y otra vez que todo iba a estar bien. Solo debía escuchar la música, como cuando estaba prisionera del Cazador, solo escuchar la música y todo lo demás dejaría de existir y el dolor se detendría.

Entonces Mono regresó por ella, pero la mente de Six ya estaba demasiado destruida para siquiera pensar en alegrarse de volver a verle. No era siquiera consciente del tiempo que había estado pero se había sentido como una eternidad, todo el tiempo asustada, sola y dolorida...solo pudiendo recordar cómo aquel cobarde se había quedado achantado como un ratón bajo la cama mientras ella era secuestrada, ignorando sus gritos de auxilio.

Aquello, fue por su culpa.

Y la guinda de todo, fue en aquel momento crítico.

Vio a Mono de cerca, la única vez que pudo hacerlo desde tan cerca, sin aquella bolsa que siempre había cubierto su rostro y Six se le paró el corazón en cuanto vio sus ojos.

Esclerótica negra, igual que los de Thin Man, solo que sin la estática.

Mono...

Six sintió terror en cuanto vio aquellos ojos e, instantes después, una profunda rabia y rencor surgió desde lo más profundo de su ser contra el que, hasta ese momento, había sido su amigo. Su mente se llenó de comprensión, todo tuvo sentido a partir de ese momento crítico. Mono era Thin Man, lo había sido todo ese tiempo ¡La había arrastrado por Ciudad Pálida adrede! La había estado guiando para ser capturada por ese monstruo y llevada a la Torre de Señales ¡y estúpida de ella confiando en él, yendo a rescatarlo pensando que estaba en peligro cada vez que le veía metido en una de esas televisiones!

Todo...lo había planeado.

-Pero ya da igual, él está muerto. No puede volver hacerme daño-sentenció ella apretando los pliegues de su capucha amarilla.

-¿Muerto...?

Six no contestó, y Seven se encogió en el sitio. Las palabras de Six le daban ideas sobre varios escenarios sobre el desenlace de su compañero. Está muerto, según ella pero ¿de qué manera murió? Six no parecía que quisiera responder a eso, y Seven tampoco estaba seguro de querer preguntárselo.

Pero quería confiar en ella.

Ella le había salvado la vida, a él y a todos los niños de The Maw, se quedó con ellos y les dejó seguir viviendo en el barco.

Tenía fe en ella.

Six entonces se sobresaltó cuando sintió una mano sobre su cabeza, encima de su capucha. Se quedó rígida por unos segundos mientras aquella mano se pasaba suavemente por encima de la tela impermeable, en una caricia suave.

-Todo está bien ahora.-susurró la voz del chico, y cuando Six fue a mirarlo, se encontró que la recibía con una sonrisa tranquila.-Sé...que no puedo hacer nada por lo que hizo tu compañero, también sé que tú eres ahora tope poderosa y que puedes acabar con todo el que se te cruce en el camino, incluso pobres chicos indefensos y bocazas-al escucharlo, Six sintió que la garganta le tembló ¿en serio aquella tontería estuvo a punto de provocarle una risa?-Pero aunque yo no tenga poderes, o que sea tan débil como un palillo, espero que en algún momento de este viaje puedas llegar a tener la confianza de creer en mí como yo lo hago contigo. Tal vez...no sé, podamos llegar a ser muy buenos amigos ¿no crees? No vendría mal tener uno en estos tiempos que corren.

Su tono de voz junto a su expresión calentó el corazón de Six pero, de un momento a otro, la imagen de Mono volvió a invadir su mente, con el mismo tono de voz y la misma mirada cariñosa que le dedicaba en los escasos momentos tranquilos que vivieron durante el viaje. Confiar en chicos amables y adorables le acabó pasando factura. Ella acabó queriendo a un monstruo que al final solo la puso en peligro.

No podía caer otra vez en el mismo error.

-No creo que eso pueda ser posible, chico.-dijo ella moviendo la cabeza en un gesto que le hizo a Runaway Kid detener su caricia.

-¿Por qué...?

-No me retracto de lo que dije antes, no estoy dispuesta a usar mis poderes para cuidar de vosotros ni protegeros. Llámame egoísta si quieres, pero tener alguien que proteger te lleva a tener un punto débil por el que te pueden destruir. Siempre es mejor que cada uno sepa protegerse solo en vez de estar dependiendo que sea otro quien garantice su supervivencia.

-Pero, Six, aquí nadie te pide que protejas a nadie. Nosotros solo queremos...

-Runaway Kid-le cortó ella con seriedad.-Soy la única en todo este maldito barco, si no del mundo, que tiene poderes y que no está dispuesta a usarlos para asesinar a niños ¿De verdad piensas que esos niños que roncan como osos en los camarotes no tienen plena confianza en que yo voy a estar aquí para cuidarles y protegerles para siempre?-Seven no tuvo más remedio que callar ante eso, él podía hablar por sí mismo, pero no sabía qué pensaban al respecto los demás, pero era cierto que todo el mundo se había vuelto mucho más relajado y despreocupado desde que Six se había hecho con The Maw, y nadie había cuestionado nada. Ni siquiera él-Si sigo aquí con vosotros es porque ahora mismo no sé cuál es el siguiente paso que dar, pero en algún momento The Maw dejará de ser un lugar seguro para nosotros, y no estaría de más el ir pensando en un plan alternativo para cuando tengamos que abandonarlo.

-¿Por qué piensas eso? Te hiciste con el barco, eliminaste a todos nuestros enemigos y estamos en medio del mar ¿qué hay más seguro que esto?

-Porque te recuerdo que esto no es un barco pesquero, precisamente.-le recordó esta vez mirándolo con su profunda y cansada mirada castaña-Esto es un restaurante flotante. Tiene publicidad en todas las ciudades, mucha gente conoce este maldito sitio. Tendrá locales contratados, clientes que ya tienen reservadas mesas y habitaciones, proveedores que se encargan de traer la comida con la que servir las mesas, incluso en algún momento habrá que pensar en llenar este trasto de combustible y eso solo se puede conseguir en tierra ¿Qué va a pasar en el momento en que nosotros nos quedemos sin comida o sin combustible? ¿Qué vamos hacer cuando empiecen aparecer a gente para ver qué rayos está pasando con el restaurante que ya no recibe clientes ni se detiene en ningún puerto? Dime, Runaway Kid, si eso pasa ¿Voy a tener que dedicarme asesinar a todo bicho viviente que se acerque al barco hasta que alguien decida usar una bomba para volar este sitio por los aires?

Seven tembló ante todo ese abanico de posibilidades, por experiencia sabía que todo aquello que había dicho la del chubasquero amarillo eran demasiado real. Había visto cosas así antes, pero no se había parado a pensar en ello sino hasta que lo escuchó salir de la boca de Six.

¿Por qué...?

Estaba claro, porque Six tenía razón. Se había sumergido en la fantasía de que ahora los niños gobernaban en The Maw, que habían conseguido un lugar seguro en el que vivir felices, y que su héroe iba a estar ahí para defenderlos de toda amenaza. Su característica prudencia, alerta y desconfianza por el mundo exterior se había relajado y le habían hecho obviar los peligros que aun les acechaba. Haberse hecho con The Maw no significaba nada. El mundo seguía tan podrido y tan peligroso como lo estaba antes, aun habría monstruos dispuestos a matarlos y el barco tarde o temprano iba acabar siendo una trampa para ratas en vez del lugar seguro que ellos habían asumido que tenían. Porque siempre iba haber monstruos que quisieran comérselos.

Seven sabía que Six no estaba para nada interesada en proteger a otros niños, los salvó a todos por puro sentido de humanidad, pero más allá de eso no tenía porque tomar responsabilidad de ellos. Y aunque doliera, también sabía que estaba en todo su derecho, tener poderes no la convertía en la responsable de la supervivencia de todo niño indefenso que se le cruzara.

-Cuando llegue el momento, yo abandonaré The Maw, no sé cuando, pero lo haré. Necesito seguir moviéndome y encontrar un sitio en el que sepa que voy a estar a salvo, pero sinceramente, empiezo a dudar que pueda existir un sitio así-dándose la vuelta para alejarse de ahí.-Tú y los demás también tendríais que ir pensando en lo que queréis hacer llegado el momento.

Six se alejó del chico, dejándolo atrás para poder estar un rato a solas, aquella conversación había sido más intensa de lo que le habría gustado, pocas veces había dejado salir toda la maraña de emociones que había vivido desde que tiene memoria, pero le dolía más de lo que le gustaría reconocer pero ¿qué iba hacer? ¿Llenarle de esperanzas inútiles al chico? No, debía ser práctica. Debía aprender de todo lo que había vivido hasta ahora y no engañarse con falsas esperanzas cuando el mundo ya le había demostrado que no valía la pena albergar alguna.

Tener compañeros débiles te debilitaba a ti también. Estás más pendiente de su seguridad que de la tuya, por miedo a quedarte solo en aquel mundo hostil.

Tener compañeros también es un riesgo para tu propia supervivencia, porque tal vez tu compañero no sea quien crees que es. Tal vez no era ni tan amigable, ni tan amable como te quiere hacer creer. Tal vez te perjudicará, te llevará a una trampa, te abandonará...

No, Six no podía permitirse más apegos de ese tipo, su mente y corazón habían quedado demasiado dañados como para volver a pensar en tener algo así de nuevo. Nunca valió la pena el sufrimiento, al final solo le había quedado recuerdos bonitos y amargos que le rompían el corazón una y otra vez. Y ella no quería morir, no estaba dispuesta a morir por nadie, no cuando tuvo que hacer de todo para poder seguir adelante.

Por ello, y sintiéndolo mucho por los niños de The Maw, ella seguirá su camino sola una vez tuviera claro hacia dónde dirigirse esta vez, y esperaba que al menos un buen numero de ellos pudieran lograr sobrevivir. Estaba claro que no todos saldrían adelante cuando se fuera, pero sus buenos deseos era todo lo que podía ofrecerles.

-¿Quién sabe? Tal vez llegues a cambiar de idea en algún momento...-escuchó entonces la voz de Runaway Kid, se giró para mirarlo, y lo vio dedicándole una sonrisa calmada mientras el viento balanceaba su cabello dejando al descubierto sus ojos avellana.

-Eres muy ingenuo si piensas que porque pase el tiempo voy a cambiar de idea, Runaway Kid.

-Bueno, no creo que sea tan ingenuo de mi parte. Ya de por si cambiaste a raíz de lo que ocurrió con tu compañero ¿por qué no ibas a poder volver a cambiar? Aun eres humana, incluso con todos tus poderes encima.-rió de buena gana el chico.

-¿Acaso ser una amargada pesimista te parece una buena manera de cambiar?-cuestionó arqueando una ceja pero sin poder disimular la pequeña sonrisa que se asomaba por sus labios.

Seven, en respuesta, solo se encogió de hombros.

-Incluso una niña tan desagradable como tú puede cambiar si tan solo lo intentas.

-¿Aun tienes la osadía de decirme eso a la cara...?

Seven emitió una risa, divertido por el tono de voz que había usado Six. No iba hacerle daño, lo sabía.

-Por muy mala que tu pienses que te estés volviendo, todo el mundo puede ser una buena persona, si tan solo lo intenta ¿No es lo que tú hiciste al salvarnos a todos a costa de matar a la Dama y a los Huéspedes?-en respuesta Six rodó los ojos, era una forma de pensar muy ingenua, demasiado infantil para su gusto, y quizá pensando de esa manera Runaway Kid no iba a poder llegar a crecer. No era agradable pensar en esa posibilidad.-Creo que en el fondo, tampoco soportarías estar mucho tiempo sola, te gusta demasiado que te acaricien la cabeza y eso solo lo puedes conseguir si tienes un amigo.

-¡¿Que yo qué?! ¡¿Quién ha dicho nada de que me guste...eso que has dicho?!

-¡Oh, vamos! Te quedaste quieta cuando podrías haberme dado un manotazo, morderme o mandarme al otro lado de cubierta ¡pero te quedaste quieta! Eso es porque te gusta que te den algunos mimos ¿no?

-...tú definitivamente quieres morir ¿verdad?

-Venga, ya, Six ¿que tiene malo que te gusten los mimos? Es más ¿a quién no le gustan? A mí personalmente me gusta más cuando me acarician el cuello y la nuca.

-¡Yo sí que te voy a dar una caricia tan fuerte en el cuello que hasta te vas a poner azul!-chilló Six moviendo los brazos de manera cómica mientras todo su rostro se había vuelto un farolillo, y Seven tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no carcajearse en su cara, pero consciente de que no podía estar fastidiándola todo el tiempo, o de verdad acabaría arrojándolo al mar, decidió que la charla había sido suficiente y fructífera.

-Hasta que decidas dónde ir y te vayas, creo que voy a tener tiempo de convencerte de cambiar de idea.-aseguró alzando los hombros y colocando sus manos a su espalda.-No te detendré si quieres marcharte ni tampoco te reprocharé si no quieres que nadie vaya contigo pero de todos modos, al menos quiero lograr que te marches sabiendo que tendrás aquí a un amigo en el que confiar.

Entonces, dando un largo bostezo, Seven se despidió de Six con una sonrisa y un gesto con la mano, para luego darse la vuelta e irse de nuevo hacia los camarotes, más contento de haber podido hablar con ella y saber que tal vez le habría dado en qué pensar.

-¡Runaway Kid!

El aludido se dio la vuelta, listo para reclamarle por volver a llamarle por aquel apodo, pero entonces, sintió una presión en su pie derecho. Cuando fue a mirar qué estaba pasando, vio una energía oscura envolviéndole el pie y, de pronto, algo salió disparado cayendo sobre el suelo con un ruido metálico. Al fijarse, vio que se trataba de su grillete, aquel que nunca pudo quitarse.

Miró a Six, sorprendido porque hubiera hecho eso, pero se encontró con que ella le daba la espalda y se alejaba del sitio, alzando la mano a modo de despedida.

-Y con eso, ahora te has librado para siempre de que te llamen "niño encadenado".

Seven parpadeó sorprendido, pero conforme asimilaba lo que había escuchado una sonrisa de bobo adornó su cara y los ojos le brillaron como dos luceros. Contento como nunca en su vida, Seven casi empezó a dar saltos de alegría en el sitio, conteniéndose de gritar de júbilo solo por no armar un escándalo, y yendo de regreso al camarote mientras dejaba el viejo y oxidado grillete atrás. Hoy iba a poder dormir como nunca en su vida.

Six, por su parte, solo pudo esbozar una sonrisa. Runaway Kid era un ingenuo, y sentía lastima por él, pero también su actitud le tocaba el corazón. Si hubiera más gente como él, quizá el mundo no sería tan horrible como lo era, pero eso siempre era demasiado pedir, esa clase de personas siempre eran las primeras víctimas de toda catástrofe.

-Lo dicho, no sé si es muy valiente o muy estúpido, justo como lo eras tú, Mono.-rió ella con cierto sarcasmo al volver acordarse de su compañero.

Se llevó la mano hacia su brazo, volviendo a recordar la pesadilla que había tenido y que, bajo la tela impermeable, se encontraban las marcas de dedos que acabarían llenándole de manchas amoratadas.

¿Y si tal vez...?

-No, él está muerto. Le vi morir-intentó autoconvencerse mientras abrazaba su propio brazo, evitando a toda costa mirar las marcas.-No hay forma de que hubiera sobrevivido a esa caída. Está muerto. Esto me lo he hecho yo misma, igual que la herida de la boca. Él está muerto. Todo está bien...

Entonces, como si hubiera sido una llamada de atención, un agudo dolor la atenazó en su vientre, tan fuerte que le robó el aliento y tuvo que llevarse las manos al estomago. ¡Joder! ¿A qué venía eso? ¿Es que la habían disparado?

Preocupada, abrió los brazos para comprobar si algo la había herido, pero para su sorpresa, todo cuanto vio fue el color amarillo de su chubasquero, en perfectas condiciones, sin roturas ni nada que lo hubiera atravesado, entonces ¿qué es lo que...?

Justo en ese momento, un familiar gruñido fue emitido desde lo más profundo de su estómago.

¿Hambre...? Pero si ella no había vuelto a experimentar este tipo de hambre desde que mató a la Dama ¿por qué de repente...?

Entonces la vio, por el rabillo del ojo, una silueta familiar que hacía mucho tiempo que no veía. La imagen de una niña con un chubasquero igual al suyo, cómodamente apoyada en la puerta por la que se había ido Runaway Kid, moviendo la cabeza de un lado a otro como si siguiera el ritmo de una música que solo ella escuchaba. Sin un rostro apreciable, sin una expresión que pudiera verse. Solo una imagen oscura que estaba ahí, llena de estática, mirándola. Six, al reconocerla, se puso pálida como un muerto.

No...

Nonononononononononononono.

¡NO!

La pesadilla había vuelto.

CONTINUARÁ

No me puedo creer lo poco que he tardado en escribir este capítulo, y eso que no estaba muy segura de cómo proceder con él. Tenía una idea de cómo hacerlo, pero eran ideas sueltas. Pues solo me puse a escribir, a lo que saliera y ¡oye! Ni tan mal, salió la verdad mucho mejor de lo que me esperaba.

Lo cierto es que aunque soy fiel defensora del Monix (Mono x Six), la verdad es que también le tengo un cariño especial a Runaway Kid/Seven, especialmente por la forma en la que terminó en los DLC de LN1. Creo que si él y Six hubieran podido interactuar podrían haberse hecho buenos amigos, y él podría haberse convertido en un pilar importante para Six, sobretodo luego de lo que le pasó a ella en su aventura con Mono.

La verdad es que creo que si Six hubiera sabido que los gnomos eran niños humanos, no habría devorado a Seven. En los juegos es con Seven con quien descubrimos que los gnomos eran antes niños pero Six creo que nunca llegó a ver resquicios de que eran humanos y por ello se dejó llevar por su hambre, porque no diferenciaba a los gnomos de las ratas u otro animalillo.

También aquí quería poner un poco del punto de vista de Six respecto a su aventura y relación con Mono. Todo el mundo está convencido de que ella es mala malísima y que uno de los poderosos motivos por el cual soltó la mano de Mono fue por éste destruyó su caja de música cuando era Six Distorsionada. Creo que realmente la caja de música era lo de menos para Six, era solo un juguete terapéutico que usaba para mantenerse cuerda en solo dos ocasiones del juego y en ambas situaciones de aislamiento y tortura mental, pero no puedo creerme que lo atesorara tanto como para dejar morir a Mono (Si no, no creo que Six hubiera dejado atrás tan fácilmente la caja de música en la casa del Cazador y no se hubiera preocupado nunca de volver a buscarla luego de saber que Mono no iba hacerle daño, si tan importante era para ella).

Pienso que ella le guardó rencor a Mono por la cantidad de veces en que la puso en peligro, en todas las veces en las que él se fue hacer los puzzles dejándola a ella sola y a merced de los monstruos que pudiera haber por la zona. Mono tendía mucho a creer que Six era débil e indefensa, y creo que eso, junto a las veces que fue secuestrada por sus descuidos, fueron plantando la semillita del rencor, y lo que lo hizo brotar fue ese momento en que Thin Man la capturó. Vi esa escena cientos de veces, y Six alza la mano hacia Mono pidiéndole ayuda y él se queda acurrucado bajo la cama sosteniéndose la cabeza, sin hacer amago alguno de ir por ella (cuando él mismo fue quién liberó a Thin Man), y la escena acaba con Six dando un chillido mientras es llevada. Viéndolo desde su perspectiva, no es de extrañar que estuviera resentida con Mono, incluso malinterpretando las buenas intenciones que éste tuviera hacia ella cuando acaba encontrando parecido entre él y Thin Man.

Por estas vivencias, Six llega a la triste conclusión de que tener un compañero en su viaje era más un problema que una ayuda, por lo que llega a una solución práctica. No puede volver a confiar en tener un compañero. Pueden fallarla o ella fallarles a ellos por su propia debilidad, y eso es algo que es demasiado para ella, y en LN1 acaba comprobando al sobrevivir y matar a la Dama que es capaz de seguir adelante sola, y acabando mejor de lo que había hecho antes.

Por algo, en LN1, la definición que ponen de Six es "alguien que ha visto más cosas de las que debería"

Pero pese a todo, Six no puede olvidar a Mono, ni el cariño que le tuvo, por ello abrazaba a los gnomos, recordando el ridículo sombrero de gnomo que consiguió su amigo, y luego ella empezó también a recolectar máscaras para cubrir su cabeza, imitándole a él.

O lo más claro dentro de esta historia, que ver a Seven y sentir que a través de él ve a Mono la hace sentir enfadada y dolida a partes igual, en el fondo, le sigue echando de menos.

Se mire desde el lado de Mono como en el de Six, ambos son dos pobres niños que están rotos por la cantidad de mal que hay en su mundo, que solo pueden estar equivocándose una y otra vez porque no pueden ya actuar de otra manera.

Ah! El motivo por el que hice que Six viera a Mono en Seven fue por una teoría que me formé luego de leer cómo fue el proceso de diseño de los personajes y siendo lógica de cómo estaba compuesto el mundo de Little Nightmares. Seven fue creado con la misma base con la que se creó a Six, haciéndole parecido a ella, tal vez intentando hacer de alguna manera una versión masculina de Six (aun cuando en ese entonces, Six no tenía su género confirmado ni por los propios creadores), pero también leí en la wiki inglesa que el diseño de Seven originalmente fue uno de los bocetos que se usó para crear a Mono por lo que teniendo todo esto en cuenta y viendo cómo es el universo de LN, creo en la posibilidad de que Seven pueda ser medio hermano tanto de Six como de Mono. Me explico:

La Torre de Señale necesita de la energía vital de los adultos para subsistir, y eso solo puede seguir mientras sigan habiendo Espectadores a los que absorber dicha energía pero hemos visto en el juego que en su locura por seguir enganchados a la televisión o abrumados por la Torre de Señales, los Espectadores tienden a morir al carecer de cualquier tipo de instinto de auto preservación a causa de caídas desde sitios altos, abalanzarse sobre la pared o las televisores entre otras cosas.

Por lo que puedo creerme que para asegurarse de que sigan existiendo humanos, los monstruos controlados por la influencia de la Torre hagan que los Espectadores procreen niños para que estos, si llegan a la edad adulta, sigan los pasos de sus padres. Pero la procreación la imagino como algo artificial y para nada destinado a crear familias, sino prácticamente como ganado, por lo que no sería extraño darse el caso de que un niño tuviera hermanos de los que ni siquiera es consciente ni que lo será nunca. Este sería el caso de Seven, Six y Mono.

Seven y Six son los que más parecidos comparten, sin embargo, en este caso, Six no se da cuenta en eso porque los rasgos y gestos que ella ve en Seven los identifica con los de Mono. Porque está delante de ella el medio hermano de Mono, desconociendo este hecho y que también es medio hermano de ella ¿Os parece esto spoiler? Nah, en realidad no, esto es solo para explicar porque Six, y luego Mono, verán parecidos el uno al otro en Seven, pero en sí, jamás tendrán conocimiento de que están relacionados biológicamente.

Y para los que sientan curiosidad: Mono y Seven comparten madre, Six y Seven comparten padre. Mono y Six no comparten ninguna clase de vinculación sanguínea. Hale, si os explota la cabeza, bien estará jajajaja.

Si has leído hasta aquí ¡enhorabuena! Eres una persona curiosa y yo aprecio a las personas curiosas!

Muchas gracias por leer ¡y espero tus comentarios! ¡A ver cuántas referencias a Undertale encontráis aquí! Y nos vemos en el próximo episodio (eso sí, no garantizo que venga tan rápido como ha pasado con este).

Y a partir de aquí ¡respondiendo reviews!

Mari: Pues aquí no serás ignorada, si puedo, siempre contesto a los reviews que recibo. De todos modos si te es más cómodo, esta historia también está subida en wattpad, ahí se puede interactuar mas con los lectores, aunque desconozco si FireFox lo tolera. Bueno, al margen de que a mí me encanta ver la versión de Mono todo simp él y super adorable, a la hora de representarlo he intentado ser fiel a lo que yo veo en el juego y creo que Mono es serio, inteligente e incluso violento, con el tipo de mundo en el que vive es imposible que sea de otra manera pero si que me creo que pueda tener un profundo deseo de querer y ser querido ¿De verdad piensas que la manera de pensar de Mono es egoísta? Porque realmente tal y como él está planteándolo, aunque es obvio que consigue cierto beneficio personal, es bien cierto que la Torre de Señales es el único lugar seguro del mundo, si Six sigue vagando por el mundo tarde o temprano morirá o se convertirá en una Espectadora, algo que Mono quiere evitar. Si de todas formas piensas que es egoísta, creo que todos los personajes lo son de una manera u otra. Es difícil pensar de manera altruista con un mundo como el que ellos viven. Respecto a Six, yo me aferro que ella se corrompió del todo cuando probó la carne humana al comerse a Seven, pero también pienso que de haber sabido que lo que estaba comiendo era un niño no lo habría hecho. Six todo lo que buscaba era sobrevivir, no convertirse en un monstruo mas. Y no fue por presión pero ¡toma capitulazo! Espero que te haya gustado ^^

Iscord323: No sé si se viene lo bueno pero si que va subiendo un poco de intensidad, si.