La casa de Slytherin no había sufrido tantas secuelas luego de la guerra, aunque claro, como estaba ubicada en las mazmorras, en aquel sitio encantado bajo el lago, era un lugar al que resultaba difícil acceder. Theodore Nott avanzó por la sala común con aspecto confiado, aparentemente nadie en Slytherin se atrevía a hacer los que sus compañeros de otras casas, Hermione tenía que reconocerles eso, las serpientes podían ser ambiciosas y crueles, pero tenían cierto sentido de la jerarquía que se acataba muy formalmente.
- Buenas tardes – saludó Theo a un grupo pequeño de chicos que debían pertenecer a cuarto o quinto año, los cuatro asintieron con la cabeza, luego miraron a Hermione, entre confundidos y disgustados – ¿Alguno de ustedes ha visto a Malfoy? La prefecta lo está buscando.
- Estuvo aquí hace un rato, todos esperamos que volviera a su habitación antes de venir – respondió uno.
- Te lo agradezco.
Theo avanzó hasta el pasillo lateral medio oculto al final de la sala común, Hermione obedientemente lo seguía ignorando las miradas quemando en su espalda.
- ¿Realmente piensas ir hasta su habitación? – medio susurró para que los alumnos no escucharan.
- Puedes creerme cuando te digo que nada más que las clases o el hambre lo van a hacer salir, y no sé a ti, pero no me apetece esperar hasta la hora de la cena para salir a cazarlo entrando a las cocinas.
- Tienes un punto ahí.
Avanzaron por el pasillo, al parecer en Slytherin la cuestión de los dormitorios era bastante más elitista que en el resto de las casas, había tantos pasillos con habitaciones que realmente agradeció la guía silenciosa de Theo.
- Las de séptimo año están por aquí – le indicó cuando llegaron al final del pasillo – se recorre un buen trecho, pero apreciamos mucho la privacidad.
- Los envidio un poco, no mentiré.
- Bueno, estamos acostumbrados – le dedicó una sonrisa de suficiente que iluminó sus ojos por un momento y luego se detuvo junto a una puerta.
- Entonces… ¿cómo hacemos esto? – dudó ella parándose junto a la puerta también.
- Bueno, es Malfoy – se encogió de hombros él antes de tocar la puerta tres veces.
- ¡Largo! – se escuchó ahogadamente desde dentro.
- Por lo menos sabemos que está ahí… - la chica se interrumpió cuando vio como Nott sacaba su varita y murmuraba algo frente a la puerta antes de hablar con voz grave.
- EH MALFOY, SACA TU PRINCIPESCO CULO DE LA CAMA Y ABRE LA MALDITA PUERTA.
Hermione estaba mortificada, ¿acaso había silenciado el pasillo para que nadie escuchara eso? No quería que toda la casa se enterara de que ella estaba ahí, que decir de que tenía temas que tratar en la habitación del rubio, a su lado Theo permanecía tranquilo e incluso sonriente, del otro lado de la puerta se comenzaba a escuchar actividad. La puerta se abrió un par de centímetros.
- ¿Qué demonios quieres Nott? – el disgusto era palpable en el tono de voz, pero el aludido no cambió su expresión en absoluto.
- Has estado huyendo de tus responsabilidades para con la escuela Malfoy, así que me vi obligado a traerlas hasta aquí.
- ¿De qué responsabilidades estás hablando?
La puerta se abrió un poco más y la mirada gris y cansada de Draco Malfoy se fijó en ella, la última vez que habían estado cerca el uno del otro había sido en la guerra, y la última vez que habían estado tan cerca había sido aquella noche que lo había encontrado en medio de una ronda… El día en que él se había mostrado vulnerable.
- Granger – medio saludó haciendo una muy leve inclinación de medio grado con la cabeza.
- Malfoy.
Hubo un silencio incómodo durante un rato, hasta que Theodore lo interrumpió.
- Nott, ya que todos nos conocemos los dejo para que Hermione te explique porque se ha metido expresamente al nido de nosotras las serpientes para hablar contigo – hubo un ligero cambio de humor en su voz y hasta su mirada se puso más seria al mirar al rubio - no le cierres la puerta en la cara o seas grosero con ella o me lo tomaré como una afrenta personal.
- Contigo siempre es personal – se quejó el rubio alzando una ceja.
- Los dejo en manos del otro, no literalmente, nos veremos después Granger.
- Hasta luego Nott, y gracias.
Ambos esperaron a que Theo desapareciera por el pasillo antes de mirarse y analizar su situación, Hermione estaba ahí por algo concreto, seguro, ella jamás se adentraría en Slytherin por nada, y por otro lado Draco había estado demasiado cómodo aislándose a si mismo de la gente, ¿por qué dejarla entrar?
- Seré breve, me han asignado a ti y a Nott como evaluadora de comportamiento, no te preocupes, no planeo entrometerme en tu vida ni ser una sombra molesta, pero parte de mi trabajo implica tener tu horario de clases así que… ¿me lo puedes dar?
Habló rápido, tal vez demasiado rápido, sentía como un poco de rubor se le formaba en el rostro ante lo incómodo de la situación, Malfoy la miraba con una expresión que no supo identificar, pero sus ojos estaban demasiado calmos, como apagados, al final se movió para abrir la puerta del todo.
- Entra – invitó.
