La castaña se encontraba tumbada sobre su cama leyendo una y otra vez aquella extraña nota.
Quien podía habérsela envidado, no tenia ni idea... lo único que tenia de enlace era que su Tia debia conocer a la persona, porque sino no entendía el como podía haberla acabado teniendo.
Sabia de malas lenguas que decían que su tia Jackeline tenia muchos secretos.. era cierto que los tenia, pero no pensaba que fueran turbios.
Entregó el extraño paquete a Matthew y se volvió a casa dado que tendrían que regresar sus padres en poco rato supuestamente, aunque cierto era que le dio curiosidad por averiguar que era lo que habia recibido Matt - Por lo que se le hacia muy duro no salir corriendo en dirección a casa de su tio Soyer.
Jackeline estuvo intentando convencerla de que pasara aquella noche en su casa dado que no sabia si iba a regresar a casa alguno de los parientes de la joven, pero esta después de agradecerle decidió regresar a casa y esperar ahí.
El sol habia caído y a pesar de que habia preparado la cena, todavía no habia regresado nadie a casa. Las calles estaban desiertas y no habia ninguna estrella sobre el cielo, se asomó por la ventana del salón y miró hacia el bosque. Empezó a recordar lo que creyó haber visto mientras miraba a través de la ventana en casa de su tia.
― ¿En serio fue fruto de mi imaginación?...
Se llevó las manos a la cabeza frustrada.
― Maldita sea, Nathaniel lleva un montón de tiempo fuera y solo me queda familia en este pueblo... para el único amigo que tenia y tenia que marcharse con el tio Ryan...que suerte la mia.
Se fue al perchero de madera que tenían en la casa y se cogió la capa roja que le habia regalado Soyer por su cumpleaños, saliendo de casa después de cerrar todo. Se ajustó la capa dado que todavía hacia algo de fresco por las noches y se encaminó hacia el bosque , tal y como solía hacer a escondidas cuando se aburría de estar en casa.
Siguió la ruta que solía seguir cuando se escapaba de casa, cuando llegó a donde se suponía habia un camino que ella misma habia trazado para no perderse, pero alguien debia haberlo borrado porque ya no se encontraba ahí y estaba muy confundida.
― Estoy segura de que estaba aquí el camino que iba hacia aquel claro que estaba cerca del pueblo...
Miró al rededor y se preocupó al ver que no reconocía esa zona.
"Creo.. que acabo de perderme..."
La adolescente se empezaba a asustar, habia salido sin antorcha y sin nada porque no tenia intención de meterse bosque adentro. Los arboles llegaban hasta los 4 metros de altura - He incluso alguno llegaba mucho mas alto - Y el sonido de la noche hacia que se pusiera mas nerviosa todavía. No parecía haber ningún animal en las cercanías y eso era algo que confirmaba los temores de la joven, sobre el que pasara algo peligroso.
Comenzó a escuchar unos pasos acercarse hacia su posición seguido de un fuerte gruñido, lo que provocó que se pusiera alerta. Con la mirada intentó averiguar de donde procedía aquel extraño sonido y fue cuando justo detrás de ella vio dos pares de ojos observarle.
"Genial... volver sobre mis pasos descartado."
Daliah vió como de la oscuridad salia una zarpa que iba en su dirección y después de ver la zarpa fue cuando observó como dos grandes lobos se encontraban mirándole con las fauces abiertas. No lo dudó un solo segundo... tal cual vio que se acercaban, echó a correr como alma que lleva el diablo en la dirección opuesta por la que se encontraban aquellos dos animales.
Mala idea, puesto que estos hicieron exactamente lo mismo pero en su dirección.
Era la primera vez que sentía tanto miedo, sabia que decían que el bosque era peligroso pero no esperaba que hubieran lobos tan grandes en su interior. Llegó hasta una pared rocosa y se maldijo a si misma, habia estado tanto rato pensando en que tenia que alejarse de esos animales que no se habia fijado por donde estaba corriendo y habia terminado encerrándose en un trozo de la montaña.
Se giró encarando a los lobos y cogió un palo que habia en el suelo, seguramente seria una raíz de árbol... pero ahora mismo no tenia pensado perder el tiempo en comprobarlo.
Uno de los animales saltó hacia ella y con gran suerte le dio un fuerte golpe en el hocico haciendo que cayera al suelo gruñendo furioso. Con el otro no tuvo tanta suerte y le cogió de la capa con los dientes, lanzandola contra un árbol y comenzando a morderle la prenda roja con gran furia.
― ¡MALDITA SEA SUELTAME SACO DE PULGAS!
Le propinó una patada haciendo que le soltara la maltratada capa y sacudió la cabeza para volver a dirigir la mirada hacia la castaña, quien se habia subido en cuanto pudo al árbol mas cercano que tenia y miraba desde lo alto a los dos lobos que se encontraban intentando llegar hasta donde se encontraba ella.
La chica por su parte miró su capa y suspiró.
― Mi tio me mata... mi madre me mata... y mi hermano junto a mi padre me encierran de por vida si sobrevivo a esto.
Uno de los lobos se golpeó a propósito contra el gran árbol en el que estaba resguardándose , provocando que este crujiera de una forma no muy confiable. Una vez que el lobo volvió a golpearse contra el árbol, una piedra golpeó a las costillas de este provocandole una herida profunda - La piedra en vez de caer revotando al suelo, se incrustó en el costado de este debido a la fuerza del impacto - que hizo que aullara de dolor.
Daliah miró hacia el lobo que acababa de caer al suelo sangrando por el costado y después miró como el otro miraba hacia los lados. Una segunda piedra golpeó al animal herido y cayó al suelo mientras que su compañero se marchaba a gran velocidad, alejándose de ese sitio.
No estaba segura de si seria seguro bajar o no, por lo que se quedó un poco mas en el árbol.
― Si tienes ganas de convertirte en un árbol, deberías empezar enterrándote de los pies.. seguro que eso es mejor que subirte a uno de ellos - Una joven rubia sonriendo salió de entre los arboles y se aproximó hasta donde se encontraba la Castaña.
Daliah observó que esta iba vestida con un elegante vestido rojo - El cual iba arrastrando por el suelo - y su larga melena le llegaba hasta mucho mas allá de la cadera. Con cuidado bajó del árbol y miró como la joven que acababa de aparecer se acercaba hasta el pobre lobo apedreado y se agachaba.
― Hagamos una cosa... no termino con tu patética vida si dejas de trabajar para ese idiota... - El lobo aunque mal herido intentó morder con mucha rabia a la joven y esta sin despeinarse le partió de una patada el cuello, clavandole el zapato de tacón que usaba en el y arrastrando la pierna para usarlo de cuchillo; La castaña al ver eso se paró en el sitio - ...Te lo advertí...
― Esto...
La rubia se giró y vió a Daliah ya sobre el suelo; sonrió y se acercó con toda la calma a esta.
― Valla, no esperaba ver a un humano plantar cara de esa forma a un par de Licantropos... - La joven sonrió de tal forma que se dejaron ver los colmillos que poseía - Felicidades, me sorprendiste Daliah.
― ¿Que? ¿Licantropos? ¿Que es eso? - La adolescente miró sorprendida a la chica y le señaló los colmillos - ¿Porqué tus dientes son tan puntiagudos?
La rubia comenzó a caminar en círculos sorprendida.
― ¿Has estado viviendo en una burbuja? ¿no conoces la existencia de los vampiros y los Licantropos? - Al ver como la chica negaba con la cabeza se llevó una mano a la suya propia - Dios santo...Pensé que lo sabias al venir tantas veces al bosque.
― Si, si ... me parece todo muy bonito... - Levantó las manos para callarle - Pero has dejado muy claro que me conoces, así que dime... ¿Tu quien demonios eres?
La joven abrió la boca y estalló en una carcajada.
― Cierto, perdona... Mi nombre es Giselle
― ¿Y de que me conoces?
― Me hablaron mucho de ti, y ya veo que es cierto lo que he oído - Dijo sonriendo - Aunque creo que necesitas aprender un poco a defenderte, no esta bien saltar así de la nada sobre una criatura que puede romperte la cabeza en menos de un minuto.
― ¿Quien te a hablado de mi?
― Primero tenemos que conocernos mejor, ¿No crees? - Giselle sonrió de nuevo y le dio unas palmaditas flojas en la espalda a Daliah.
― Conoces a Matthew,¿verdad? ... - Giselle miró curiosa a Daliah y esta sonrió al ver que habia dado en el clavo - ... Por eso me pediste que le diera aquel paquete de tu parte.
Giselle sonrió.
― Chica lista... Hagamos una cosa, como vas a seguir saliendo al bosque cuando te aburras, aprovecharemos esas escapadas que haces para enseñarte a poder defenderte.
― ¿Porqué querría aprender a defenderme?
―Tienes el mismo espíritu que tu Tia, estoy segura de que si aprendes a defenderte podrías llegar a ser como ella.
― A mi tia Jacky le gusta salir a cazar, yo no podría matar un cervatillo aunque quisiera, aprecio demasiado a los animales. ... - Giselle miró a Daliah cuando dijo eso con una ceja enarcada.
"Ya veo... tampoco sabe esa parte..." - La rubia asintió . ― Bueno, pero al menos a defenderte de cosas como las de hace poco no te ira mal... y de los que son como yo también te iría bien saber defenderte, aunque mientras siga por esta zona puedo seguir como hasta ahora vigilando la zona.
Daliah miró sorprendida a Giselle.
― ¿Cuantos años tienes?
― Creo que cumpliré los 18 dentro de seis meses.
― ¡Pero si aparentas tener 15 años!
― En un par de años envejeceré un poco supongo, aunque llegará un momento en el que dejare de hacerlo... es el precio de la inmortalidad - la rubia se encogió de hombros.
― Genial... - Daliah miró a la joven completamente feliz - ... Entonces, ¿cuando es que empezamos Maestra?
Giselle sonrió ampliamente dejando ver sus colmillos de nuevo y mientras reía asintió con la cabeza.
― Mañana a esta misma hora pasaré a buscarte por tu casa y comenzaremos.
― Pero... te pueden ver mis vecinos ¿No será peligroso?
― No te preocupes... no me reconocerán, pero tú si.
Jackeline se encontraba terminando de fregar los platos cuando se dirigió al salón y se sentó mirando por la ventana hacia la oscuridad de la noche; Emily bajó de su dormitorio y se encontró a su madre , pensativa.
―Madre, ya sabes que no tardaran en regresar... seguro que Daliah se encuentra bien.
La pelirroja se giró y miró a la adolescente.
―Hay algo que no anda bien... Chris no tardaría tanto en regresar y mucho menos se iría sin avisarme... - la mujer comenzó a caminar en el salón mientras su hija le observaba .
―¿Porque no le dijiste a mi prima eso?
―Hasta no asegurarme no quiero preocuparle...
Emily dio un vistazo hacia la ventana y observó una figura escondida detrás de unos arboles, miró preocupada a su madre.
"Creo que alguien nos observa madre... ahí, por la ventana en el bosque"
―Cariño, sube junto a tu hermano voy a ir a visitar a tu prima y averiguar si tus tíos han regresado - No esperó respuesta, en cuanto dijo eso Jacky cogió su fiel Ballesta y salió de la casa con el arma en la espalda y varias flechas de plata sobre la casaca.
Emily vió alejarse a su madre y miró preocupada hacia la zona del bosque en donde habia visto la figura de alguien..
―¿A esto se refería Daliah?
La oscuridad era muy profunda y la pelirroja habia salido de casa con lo justo, era tal la prisa por saber que habia visto su hija que ni siquiera se habia cogido una antorcha ni nada parecido. Vestida con un camisón blanco y corsét blanco caminó con paso seguro por el bosque; Después de alejarse bastantes metros comenzó a escuchar sonidos aproximarse hacia ella. Detuvo su paso y apuntó con su Ballesta a un sitio alejado, mantuvo la respiración durante unos segundos y en cuanto exhaló disparó con gran precisión una flecha.
En la rama que estaba junto a ella se posó un cuervo con porte majestuoso que salió de la dirección en donde habia disparado, observó a la pelirroja y esta en cuanto lo vió volvió a guardar su arma en la espalda. Suspiró.
―Esto es nuevo...
El animal le miró moviendo la cabeza de un lado a otro y después se acicaló las plumas del ala. Jackeline se cruzó de brazos mientras enarcaba una ceja.
―¿Que se supone que voy a tener que hacer contigo ahora?
Sin previo aviso, el ave alzó el vuelo y fue en dirección a la casa de la pelirroja. Suspiró y comenzó a caminar de vuelta a casa detrás del Cuervo.
―Perfecto... esto se va a poner mas grave.
Con voz cansada, comenzó a caminar de regreso y cuando estaba a punto de salir del bosque - Ya podía vislumbrar la luz que salia desde las ventanas de su casa, Emily he Ian todavía estarían despiertos - el cuervo volvió hasta donde se encontraba Jackeline y se colocó sobre su hombro, manteniéndose erguido.
―Que sepas... no pienso hacerme responsable de lo que pase- Jackeline comenzó a reír mientras caminaba con paso decidido hacia la puerta de su casa.
El cuervo comenzó a graznar como si se riera.
El sol volvió a salir de nuevo marcando el inicio de un nuevo día, los aldeanos habían terminado de reparar la iglesia y estaban comenzando a llevar los materiales hacia una de la casas del pueblo que necesitaba reparar sus paredes.
Matthew iba cargando con un tronco al hombro cuando observó como un pequeño zorro pasaba por delante de el a toda velocidad y al reparar en su presencia se detuvo.
El rubio sonrió cuando el animal paró mientras le miraba fijamente y después de ver que le habían descubierto, salió a gran velocidad pasando por la casa de los Lavigne.
El joven de ojos verdes miró en la dirección que se habia marchado el animal y sonrió divertido.
―Será mejor que avise a padre de que se vuelven a meter en el pueblo criaturas del bosque...
Un golpe como si hubieran lanzado algo contra la puerta de entrada, provocó que Daliah despertara sobresaltada. Bajó a mirar que habia ocurrido después de que se puso por encima un camisón y fue cuando se percató que sus padres todavía no habían regresado.
Revisó bien sin ver ni siquiera a su hermano Tyler cuando al final decidió regresar al piso de arriba para seguir durmiendo; Cuando puso un pie en la escalera para subir volvió a escuchar un fuerte golpe, en ese momento se dio cuenta que procedía de la puerta principal. Con precaución se acercó a la puerta y la abrió con cuidado.
Nadie...
No habia absolutamente nadie, abrió mas la puerta y se asomó al marco de la puerta.
Como no vió a nadie decidió volver al interior de su casa y cerró la puerta para después subir hasta el piso superior y meterse en su habitación; en cuanto llegó a su cuarto, vió un zorro sentado sobre su cama y se sorprendió.
―¿De donde saliste tu pequeño? - Se acercó con cuidado intentando no asustarlo, pero este cuando se acercaba hacia el lo único que hizo fue recoger su cola y colocarla por delante de el.
Cuando la castaña se puso en frente del animal y fue a cogerlo para sacarlo fuera, el zorro desenroscó el rabo y saltó de la cama. Al hacerlo, el animal cobró forma humana y apareció la silueta de una joven rubia con vestido rojo aterciopelado, Fue entonces cuando Daliah la reconoció y se quedó estupefacta.
―¡GISELLE!...¡¿COMO HICISTE ESO?!
La rubia se encogió de hombros mientras sonreía.
―Te dije que nadie me vería llegar.
―Pero, quedamos por la noche... ¿que haces aquí?
―Me aburría así que me adelanté. Siéntete alagada, vas a tener una preciosa mascota todo el día - Daliah no pudo evitar ponerse a reír y vió como la joven se dirigía a su armario y comenzaba a mirarle la ropa; vió como torcía el gesto y le miró preocupada - ¿que ocurre Giselle?
La aludida señaló el armario y después miró a la castaña.
―¿Eso es la ropa que tienes? Dios santo pero si parece ropa del siglo pasado...¿No viste los nuevos conjuntos de ropa que llevan en América?
Daliah negó con la cabeza.
―He oído sobre la ropa que llevan por ahí, pero creo que entenderás que siendo humilde eso es lo que puedo llegar a permitirme... algunas cosas son heredadas de mi tia ... -Rebuscó por el armario hasta sacar un pantalón negro ajustado y un corsét rojo - Esto es de cuando mi tia tenia 13 años, no es que podamos permitirnos comprar mucha mas ropa la verdad .
Giselle observó el corpiño rojo y lo miró curiosa.
―De lo que hay aquí dentro, eso es de lo poco bonito que tienes... A propósito, ¿Y tus padres?
―Es verdad.
Daliah comenzó a rebuscar en el armario por algo de ropa y se fue al baño para comenzar a vestirse; Un sencillo vestido de color verde fue lo que decidió ponerse aquel día, en cuanto salió del baño se encontró a Giselle sentada sobre la cama jugando con una de las arrugas de las sabanas.
―Voy a ir a casa de mi Tia, supongo que te vendrás también ¿No?
La rubia asintió mientras sonreía y se levantó de la cama sacudiéndose el vestido.
―Por supuesto, no he salido de casa para encerrarme en otra.
En cuanto dijo eso, la figura de la joven se encogió y doblándose sobre si misma al final acabó apareciendo en su posición de nuevo un pequeño zorro con un gran y pomposo rabo; entonces fue cuando Daliah se dio cuenta.
―Así que la largura de tu vestido es el tamaño del rabo, interesante.
El zorro movió orgulloso su rabo y después salió corriendo hacia la puerta principal, esperó hasta que la castaña bajó y después de que esta hubiera abierto la puerta, salió junto a esta en dirección a casa de Jackeline.
De vez en cuando Daliah iba mirando a su lado observando a Giselle como interpretaba a la perfección el papel de zorro, estaba segura que de no ser porque sabia quien era se habría pensado que un zorro de verdad estaba junto a ella.
Conforme se iba acercando al portal de la casa de su tia, Daliah se fijó en que habia un lobo de pelaje completamente blanco junto a la puerta de esta. Golpeó un par de veces la puerta mientras todavía observaba al lobo y como Giselle se habia colocado a sus pies.
Emily fue la que le abrió la puerta y le miró un poco somnolienta.
―Buenos días Daliah, ¿Ya regresaron tus padres?
―Todavía no, por eso venia para preguntar a la tia si sabia algo... - señaló con la cabeza al lobo curiosa - ¿Hace cuanto tenéis perro? Es la primera vez que lo veo.
La rubia miró por encima del hombro a Daliah y en cuanto vió el lobo sonrió y se giró hacia la casa; al mismo tiempo la castaña observó que apoyado sobre un mueble colocado en frente de la entrada , se encontraba un cuervo mirando hacia la puerta.
―¡MADRE! ¡ EL LOBO VOLVIÓ A VENIR! - Emily volvió a mirar a Daliah y le hizo un gesto con la cabeza para que pasara al mismo tiempo que Jackeline llegaba con un paño en las manos - Hace muchos años que viene de vez en cuando a casa, casi se podría considerar por así decirlo como una mascota que viene y va... últimamente con el que mas suele estar es con mi hermano Ian.
La rubia se dio cuenta de que a la castaña le acompañaba un zorro y le señaló .
―Veo que tu también tienes mascota..
―Una larga historia.
Giselle al ver que le nombraban caminó hacia la rubia de ojos ámbar y se frotó en su pierna como si fuera un gato, haciendo a esta que se sorprendiera.
―Buenos días Daliah, ¿Que tal dormiste? - Jackeline dejó el trapo tirado por el suelo y en cuanto el cuervo vió que llegaba se posó sobre su hombro, observando al lobo fijamente.
―Bien... aunque no regresaron todavía mis padres.. - La adolescente no pasó por alto lo que acababa de hacer el ave y miró curiosa a la pelirroja - Vaya tia, parece que en una noche te llenaste de mascotas.
―Digamos que siempre acuden a mi de vez en cuando... Pero pasad, no os quedéis ahí fuera.. - Abrió la puerta y Daliah entró a la casa, un poco sorprendiéndose por el tono del plural... "¿Acaso a descubierto a Giselle?" - ¿Has desayunado cariño?
La castaña negó con la cabeza.
―Emily, lleva a tu prima a la cocina y cogeos algo para desayunar... - La mujer miró hacia fuera y vió que el lobo seguía en el mismo sitio sentado; se cruzó de brazos mientras se apoyaba en el marco de la puerta - Ni se os ocurra empezar con una de las vuestras... Ian esta en su cuarto, ves a buscarlo y bajad a desayunar.
En cuanto Jackeline dijo eso el lobo entró con calma al interior del edificio, en dirección hacia donde se encontraban las escaleras antes de entrar al salón - en donde estaban ubicadas - dio una ultima mirada como si estuviera enfadado al cuervo quien empezó a batir las alas, sin moverse de donde estaba he hizo lo que parecía un "já" en graznido y siguió sobre el hombro de la pelirroja. Daliah estaba muy sorprendida al ver eso y se fijó en que Giselle se habia sentado sobre uno de los sofás de cuero del salón y estaba tumbada sobre sus patas mirando hacia donde se iba el lobo con total tranquilidad.
Se fue junto a Emily a la cocina y antes de abandonar el recibidor le pareció ver a su tia dándole un ligero golpe al cuervo en la frente.
"No se si la loca soy yo por tener una amiga que es un vampiro y se convierte en animal, o mi Tia que habla con los animales como si fueran personas..." - Comenzó a ayudar a su Prima con las cosas del desayuno y escuchó una voz desde el comedor.
―No es mas loco el que habla y actúa como tal, que aquel que finje ser lo que no es.
Una vez mas, Su tia se habia adelantado a lo que estaba pensando en ese momento...
Los días fueron pasando y los padres de Daliah todavía no habían regresado.
Su tia consiguió convencerla de que se quedara con ella y sus primos mientras no estaban sus padres, pero no por ello conseguía ocultar que estaba preocupada al igual que la pequeña.
Se encontraban en las vísperas de celebrar el cumpleaños de su Primo pequeño y era lo que por lo menos le estaba motivando para no deprimirse. Giselle como bien le dijo, fue a buscarle todos los días para entrenarle... al principio se sorprendió porque acudió a casa de su tia incluso cuando aun no le habia dicho que estaría pasando unos días, pero al final decidió no preguntar dado que parecía que Jackeline la conocía - Haciendo que se sorprendiera - , aunque hacia ya un par de días que no veía a la rubia.
Ese mismo día Soyer fue a buscarle a casa de la pelirroja y le pidió que le acompañara, iba a dar un paseo por el bosque y como hacia tiempo que no salia la joven de la casa - O eso creía el - aprovechó para dar un paseo con ella.
Daliah suspiró. Hacia ya un par de horas que habia entrado con su tio en el bosque y le habia quedado claro que habia usado un farol.
―Tio... pensé que habías dicho que íbamos a dar una vuelta... no a buscar madera. - Miró con mala cara al joven mientras este se reía.
― Si hubiera dicho que era para que me ayudaras a cargar cosas, Jacky no me habría dejado sacarte de ahí y me habría lanzado algún cogin.
Ambos rieron.
La tarde iba pasando y salieron al camino que habían seguido al adentrarse al bosque, pero esta vez para regresar cuando de repente la castaña se detuvo pensativa. Al ver que no le seguía, Soyer se giró a mirarle.
―¿Ocurre algo?
―Crees...¿Crees que mis padres estén bien? - Los ojos de la chica le miraron tristes - Hace varios días ya que desaparecieron, estoy preocupada.
―No te preocupes, son unos grandes cazadores y sabrán defenderse bien.
―¿Y Tyler?
Soyer acarició la cabeza de su sobrina para tranquilizarle.
―Estarán bien... tranquila.
―Por cierto... ¿Porque no viniste con el primo Matthew a recoger estas cosas?
―estaba ayudando a una familia del poblado con el ganado, tenían que esquilar ovejas.
―Ya veo.
Cuando estaban llegando casi a la zona mas próxima de la aldea de repente se hizo el silencio a su alrededor y el castaño se puso tenso. Paró en seco y se puso en guardia, al ver esto Daliah le miró sorprendida pero antes de decir nada tres lobos enormes salieron y fueron directos hacia el poblado.
―Maldición, están por todas partes... - Soyer soltó los trozos de leña y las plantas al mismo tiempo que miró serio a Daliah - Sigue el camino que hemos estado utilizando y corre sin separarte de el, donde salimos del camino para recoger todo hay una bifurcación ... síguelo y te llevara hasta la montaña. Ahí arriba estarás a salvo, ¡date prisa!
La castaña se asustó en el mismo momento que un grito proveniente de la aldea se hacia eco entre muchos ruidos y gruñidos de animales..
―¿Qu... que es lo que pasa?
―¡CORRE!
Después de empujar a la joven para que se diera prisa y asegurarse de que habia salido corriendo hacia ahí, Soyer se metió de cabeza al pueblo.
Los arboles eran manchas verdes y negras a su alrededor. La oscuridad empezaba a comerse los pocos rayos de sol que todavía se encontraban en el espeso bosque, no podía ser capaz de distinguir ningún sonido animal, el único sonido que tenia en su cabeza era el grito y los gruñidos de los lobos.
Se sorprendió al ver que el camino seguía por un camino de piedra y que poco después de alcanzar la base de la montaña habían escaleras de piedra que subían. En cuanto puso un pie en el primer escalón, escuchó gruñidos lejanos dirigirse directamente hacia donde se encontraba ella.
Con algunas lagrimas en la cara subió desesperadamente y fue cuando se dio cuenta de que daban a un castillo. Corazón en un puño y nervios a flor de piel,temía que en cualquier momento pudiera atraparle las criaturas que le intentaban alcanzar; Al llegar al portón del castillo se sorprendió, ver que la puerta estaba abierta antes de siquiera salir de la zona de las escaleras y que una sorprendida Giselle se encontrara ahí mirándole con cara de preocupación, no se lo habia esperado..
Daliah nada mas verle corrió y se abrazó a ella, quien le devolvió el abrazo y miró seria a la castaña.
―¿Que estas haciendo aquí?
―¡ESTAN ATACANDO EL PUEBLO! - Intentó controlarse pero estaba completamente nerviosa - Creo que son los lobos que me atacaron la vez que me ayudaste, me venia siguiendo uno y el resto están atacando a la gente del pueblo, solo pude escuchar un grito y mi Tio Soyer me dijo que viniera hacia aquí rápido.
Giselle en cuanto escuchó eso abrió los ojos completamente y metió a la chica inmediatamente al interior del castillo; Un lobo blanco gruñendo furioso bajó de un salto desde el piso superior del castillo hacia la planta baja y salió rápidamente al exterior antes de que la rubia cerrara la puerta. La castaña reconoció al animal y después miró a su amiga.
―Ese... Ese era el lobo que suele ir a casa de tia Jacky, ¿Que hace aquí?
―¿Ahora mismo? Salir mas furioso de lo que jamas me habría esperado, la verdad...
La vampiresa comenzó a caminar tranquilamente acompañada de Daliah y empezó a subir las escaleras en dirección a los dormitorios.
―Eres muy valiente al atreverte a venir de cabeza a un nido de vampiros, es cierto que aquí estas a salvo ya que los que estamos aquí somos como si fuéramos una gran familia, pero de todas formas tuviste suerte de que no estamos muchos.
En el momento que llegaron a un gran pasillo largo, Daliah se sorprendió al ver a una chica de cabellos rubios - mas brillante que el de Giselle - , ojos ámbar y con un precioso vestido estampado de flores corto azul y una camisa blanca de manga larga decorada con ribetes y un lazo azul a juego; Se aproximó a ellas y miró sorprendida a la castaña.
―¡Daliah! ¿Que a ocurrido?
―¿Qué? ―La adolescente dio un salto sobresaltada.
―Ah, perdona - La chica rió - Mi nombre es Becky, encantada.
La rubia le tendió la mano para saludarle y a la vez, La chica se sorprendió al ver que le conocía también, miró a Giselle para que le explicara pero esta estaba mirando a la joven enfrente de ellas.
"Empiezo a pensar que me he dado un golpe con alguna rama y estoy inconsciente en el bosque..." - Daliah intentaba sacar razones lógicas para tan extraña situación, pero no tenia suerte.
―Parece que por fin volvieron a las andadas... - Giselle se cruzó de brazos y la otra rubia asintió.
―Ya ... Demonios, mi padre está hecho un basilisco... - Becky se llevó una mano a la cabeza y después miró a la chica de ojos grises - ¿Y tu? ¿No vas a salir al pueblo para ayudar a Matt?
La castaña miró curiosa a Giselle, cierto era que todavía no sabia el porque conocía a su primo y todavía estaba con la duda de eso. La rubia fue a hablar pero Daliah se adelantó.
―Salí a pasear con mi tio Soyer y fue el quien me dijo que viniera aquí porque estaría a salvo.
―Ha... Ya veo - Becky miró sonriendo a Giselle - Así que, te vas a quedar para cuidar de ella.
―Ajá... Ademas, creo que solo con que mi madre se entere y tu padre valla los lobos están muertos - Ambas rieron - De todas formas, ahora comprendo porque Lysandro me dijo antes que habia desaparecido este de nuevo, parece que fue a ayudar a Matthew.
― ¿No es la primera vez que entra en ese pueblo Castiel? - Becky miró curiosa a la ojigris.
―Si... Pero me da mas miedo lo que pueda hacer a cualquiera que le ponga la mano encima.
Daliah llevaba un rato sin enterarse de lo que estaban hablando, Miró a Giselle sorprendida y esta le devolvió la mirada sonriendo.
―Bueno chicas, os voy a tener que dejar porque el tiempo que me quedo aquí es tiempo en que mi padre puede estar descontrolado...
Se despidió de las jóvenes y comenzó a caminar en dirección a las escaleras, siendo detenida a medio camino por un grito de Giselle.
―Becky... Tienes aquí una ventana que da directamente al pueblo ¿Porque no sales ya por aquí? Tonta.
Daliah observó como regresaba hasta su posición la chica mientras reía nerviosa.
―Perdona... es la costumbre, pero tienes razón.
Al mismo tiempo que Giselle abría la preciosa ventana de vidriera, Becky comenzó a encogerse sobre si misma hasta que en donde habia estado ella antes ahora se encontraba un cuervo negro de plumaje corto - Al igual que lo que habia descubierto con Giselle y su ropa que influía en el tamaño del rabo cuando estaba en modo de zorro, con Becky le influía en el tamaño del animal y del plumaje - ; Exclamó sorprendida en cuanto reconoció el cuervo.
―¡Eras tu! - La castaña señaló sorprendida a la joven transformada - ¡Tu eras el cuervo que estaba en casa de mi tia cuando me quedé a dormir por primera vez desde que mis padres no regresaron!
Al igual que la rubia de ojos grises quien estaba riendo, el pequeño cuervo comenzó a graznar como si se riera a la vez que asentía y después de hacer eso salió volando hacia el exterior.
Giselle acomodó a Daliah en uno de los dormitorios vacíos que habia en esa planta y cuando vio que se habia quedado dormida por el cansancio, salió a patrullar la zona cercana del castillo.
El sol comenzaba a brillar en lo alto del cielo, filtrándose por las ventanas del dormitorio y incidiendo directamente en la zona de la cama en la que estaba la adolescente. Con cierto malestar, la castaña comenzó a moverse hasta que al final abrió los ojos incomoda.
Se incorporó sobre la cama y se frotó los ojos.
Si algo habia aprendido de su tia, era a diferenciar la hora del día solo con mirar la posición del sol, y en esos momentos deberían ser las tres de la tarde largas...
Se levantó de la cama y se acercó curiosa a mirar la habitación en la que se encontraba.
La cama con dosel y cortinas rojas se encontraban perfectamente colocada en el medio de la habitación, a sus lados habían cómodas de madera con varios candelabros sobre ellas; un armario de abeto se encontraba junto a la ventana que poseía un gran balcón con fantásticas vistas y las paredes del dormitorio se encontraba decorado con pinturas que le recordaban al estilo de dibujo de su tia.
Se aproximó a un cuadro en el que reconoció a una chica de aproximadamente su edad junto a Becky ―la chica que acababa de conocer esa misma tarde ― y un hombre de cabello rubio largo, vestimenta oscura y Ojos ámbar. Supuso que seria algún retrato familiar, pero le sorprendió que la joven de su edad fuera pelirroja, dado que le recordaba a su tia Jackeline.
En el escritorio junto al armario habia una pila de papeles desordenados, se acercó curiosa y torció el gesto; Todas las cartas estaban escritas en un idioma que no entendía, lo único que si llegó a comprender era "Becky", así que supuso que Giselle le habia llevado a la habitación de esta para que pudiera descansar.
Un poco cansada y curiosa, decidió salir y comenzar a investigar el castillo.
Volvió a dirigirse hacia las escaleras que iban al hall principal y esta vez, subió al piso superior.
Candelabros y algunas lamparas de araña eran la decoración que prevalecía en aquel lugar. Subió un par de pisos y en cuanto estuvo en la tercera planta se sorprendió.
Aquel pasillo estaba mucho mas decorado que los que acababa de pasar, y las paredes estaban plagadas de retratos.
Caminó curiosa mientras miraba a ambos lados, Desde mujeres con extrema belleza hasta hombres elegantes inundaban el pasillo. Daliah se sorprendió al darse cuenta que de los retratos, habia un hueco en la pared en el que no habia cuadro y se detuvo justamente ahí.
― El señor del castillo se lo entregó a la persona en quien mas confía.
Una voz algo lejana hizo que la Castaña se asustara y se girara en todas las direcciones, sintiéndose descubierta como si hubiera estado cometiendo un crimen. De una de las habitaciones mas alejadas a donde se encontraba Daliah, salió un joven de cabellos blancos y comenzó a aproximarse hacia ella. Esta inconscientemente dio un paso hacia atrás.
―Perdonad si os he asustado...― El joven sonrió― usted debe ser la amiga de Giselle, ¿me equivoco?
Un poco avergonzada y cohibida por la belleza de aquel joven, Daliah asintió. Un leve rubor surgió de sus mejillas y con cierta timidez se apartó un mechón de pelo de la cara, colocandolo tras una de sus orejas.
―S...si.
El chico se paró justo en la ventana y los rayos de sol hicieron que se le viera con mas detalle.
La castaña se impactó al darse cuenta de que el pelo del joven tenia un trozo de pelo mas oscuro que el resto, haciendo notar tanto el pelo blanco como aquel extraño mechón negro; Los rayos del sol también hacían resaltar sobre todo el color de ojos que poseía, dado que eran de colores distintos... Ámbar y Azul.
― ¿A que se refiere con "Se lo entregó a la persona en quien mas confía"? - Superada en gran parte por su gran ansia de conocimiento, Daliah dejó a un lado su timidez para intentar averiguar a que se refería el chico.
―El cuadro que falta es del dueño del castillo, un retrato propio para ser exactos ... Pero lo dejó en casa del artista que se lo hizo. A modo de regalo me atrevería a decir.
―Vaya... - Daliah observó de nuevo el rincón vacío de la pared sorprendida - ¿Como es que sabe tanto? Es pariente del dueño del castillo?
―Por favor, llamadme Lysandro ... - Sonrió mientras realizaba una leve reverencia - A sido muy descortés de mi parte al no presentarme en primer lugar.
Aquel acto no se lo esperaba para nada, la castaña no sabia como actuaban los Vampiros - O como los habia autodenominado Giselle - Pero eso no se lo habia esperado, ni siquiera de uno de los de su aldea; Sonrió nerviosa mientras miraba al joven.
―L...Lysandro.
―El dueño nos permite estar aquí porque todos tenemos algo que proteger, y nos va bien estar juntos para protegernos entre todos - Lysandro sonrió dejando entre ver sus colmillos y levantó la mirada tras Daliah - ¿Tenéis hambre? Si no recuerdo mal desde que llegasteis no has comido nada... acompañadme por favor.
― La verdad es que no tengo hambr... - Un gruñido traicionero procedente del estomago de la chica, hizo que Lysandro comenzara a reír y Daliah acabara roja de la vergüenza.
―No temais, tenemos comida para humanos ... no necesita avergonzarse de algo tan normal.
Pasó un brazo por la espalda de la adolescente y comenzó a guiarle de vuelta hacia las escaleras que iban en dirección al hall; Conforme bajaban las escaleras, Daliah se quedó un rato observando al vampiro por el rabillo del ojo. Cierto era que vestía con un traje un tanto peculiar... ― negro, abrigo de mangas hasta medio brazo, camisa blanca y un pañuelo azul al rededor del cuello― difícil de no verlo. Pero de todas formas se sentía intrigada por lo agradable que le resultaba hablar con el.
Una vez en el Hall principal, le guió hasta una de las puertas enormes que estaban junto a la escalera y al entrar a su interior, la castaña no pudo evitar el abrir la boca del asombro. Lysandro al observarle sonrió divertido y le siguió acompañando hasta colocarle en la amplia mesa que se encontraba en el centro de la sala.
El joven de pelo blanco se colocó tras una silla y la apartó un poco para dejarle espacio a Daliah y que se sentara. Un poco avergonzada, la castaña se sentó con cuidado y en cuanto lo hizo este le acomodó dejandole junto a la mesa.
La chica observó como Lysandro se acercaba a un costado de la sala y comenzaba a hacer sonar una campana que se encontraba en ella. Al momento llegó quien parecía ser un criado y después de un par de minutos de conversación - La cual no pudo escuchar debido a la distancia - el hombre salio por el mismo sitio del que habia salido.
Daliah observó la escena sorprendida.
―¿No es demasiado mayor para ser un vampiro? Bueno... tampoco es como si supiera exactamente lo que es ser un vampiro...
―está en lo cierto, Louis no es un vampiro... pero si un viejo amigo - Lysandro se sentó en el sitio justo en frente de la adolescente y sonrió - Lleva muchos años trabajando con nosotros, y es una bellísima persona... espero que no le disguste el ciervo, Louis lo prepara Exquisito.
―No hace falta que se tome tantas molestias...
―Lysandro... - El joven sonrió al ver como la joven volvía a avergonzarse.
―L...Lysandro - Daliah dijo con cierta timidez el nombre y sonrió - Pero de todas formas, se lo agradezco.
Mientras conversaban, les llamó la atención una paloma blanca posada sobre el marco de una de las preciosas ventanas con vidrieras. Lysandro se levantó con los ojos completamente abiertos y con gran preocupación se dirigió por el animal.
Daliah se percató que tenia un trozo de papel en la pata y torció el gesto. "¿Una Paloma mensajera? ¿Que ocurre?"
Giselle caminó a gran velocidad a través del profundo bosque, con rostro impasible y gesto duro, avanzó completamente centrada en lo que tenia que hacer. A la castaña le habia demostrado que podía ser elegante y que era fuerte... pero lo que no habia visto Daliah sobre la rubia, era que todo este tiempo desde que le habia dejado en el castillo, se encontraba completamente asustada.
Se sentía como una persona humana, sufría y tenia preocupación por sus seres queridos, pero no por ello iba a preocupar a los demás.
Cuando llegó a la aldea casi tropieza al ver como se encontraba.
Columnas de humo surgían del interior de algunas viviendas que estaban en llamas; El cielo se encapotaba con las densas nubes grises producidas por la ceniza, mientras que los aldeanos corrían asustados de un lado a otro.
El vestido Dorado que se habia puesto aquel día ahora mismo se estaba convirtiendo en una mala elección para ese día; Sin molestarse en pasar desapercibida, Giselle salió directa hacia el interior de los edificios y siguiendo sus instintos comenzó a buscar.
Conforme pasaba el tiempo y no conseguía encontrarlo, se le empezó a encoger el corazón.
"Por favor..." - Se decía a si misma - "Que este bien"
Los pocos aldeanos que estaban encerrados en edificios para protegerse de los lobos que estaban atacando y prendiendo fuego las casas, le observaban con miedo. Era la primera vez que algunos de ellos veían a una joven con colmillos y temblaban de miedo.
En su desesperación llegó hasta la iglesia que sabia que habían empezado a restaurar, pero se sorprendió al llegar; Jackeline se encontraba con un sencillo vestido crema, plantando cara a varios Licantropos de al menos tres metros de altura. La rubia se quedó observando como la mujer manejaba un látigo con gran maestría como si fuera un atrapa lobos, y de repente una gran cantidad de cuchillas salieron del látigo - Como si se tratara de una espina de pescado -, Dejando la pata completamente destrozada y al rato provocando una fuerte descarga eléctrica en la criatura.
Giselle se acercó rápidamente cuando vió que otro grupo de Licantropos se acercaban hacia la pelirroja, y con un certero salto aterrizó sobre la cabeza de uno de ellos... perforándole en el camino el cuello, aunque no de forma letal y eso le costó el salir por los aires .
Jackeline se aproximó rápidamente hacia la rubia para ayudarle al mismo tiempo que un lobo blanco llegaba hasta el lugar y de un momento a otro acababa transformado en un gran Tigre de Bengala y después de dar una larga mirada a Jackeline, saltó al cuello de un lobo que iba tras la pelirroja.
― ¿Te encuentras bien Giselle? - La mujer le tendió la mano a la joven y le ayudó a levantarse.
― ¿No crees que si los aldeanos asustados te ven ayudándome, te temerán?
―Ya creen que estoy loca por hablar contigo y con Becky cuando venís en forma humana, ¿Crees que me importa un poco de terror? - Jackeline se puso a reír contagiando a Giselle quien se relajó un poco aunque todavía tenia cara de preocupación; la pelirroja le puso una mano sobre la espalda - No te preocupes, tu madre está con el.
―¿mi madre? .
Jacky comenzó a luchar de nuevo y la rubia le imitó.
Ágiles movimientos por parte de la pelirroja esquivaban sin ningún problema los intentos por parte de los enemigos de herirla.
―Regresó hace un par de horas y vino a echarnos una mano por tener escasez de cazadores.
La rubia no sabia como tomar eso, por una parte se alegraba pero por la otra se aterraba mas; un grito desgarrador se hizo eco entre todos los demás gritos de terror, provocando que Jackeline se paralizara de miedo.
―¡VOSOTROS ESTUPIDOS, LES HEMOS ENCONTRADO! - Un hombre de pelo oscuro y ojos violetas salió del bosque y comenzó a llamar a los lobos - Moveros de una vez y traed los críos.
La pelirroja miró al recién llegado mientras ponía cara de pánico al ver que este le devolvía la mirada sonriendo maliciosamente; se giró hacia donde habia visto antes a aquel tigre de bengala.
―Los niños... - Giselle miró como los ojos de Jacky se anegaban de lagrimas.
Un fuerte gruñido de furia se escuchó al momento que terminó de decir eso, he inmediatamente el Tigre salió en una gran carrera perdiéndose rápidamente de la vista.
―Conmovedor...
Giselle se colocó delante de Jackeline y miró con odio al hombre, no conseguía verle la cara bien.
―¿Acaso es el responsable de este ataque? - La rubia se puso en posición de ataque; el hombre simplemente le observó sonriendo.
―Eres igual que tu madre, ¿Lo sabias? - El hombre sonrió cínicamente y después miró a Jackeline - Hazte a la idea querida... no siempre podréis estar ahí para protegerlos, y cuando bajéis la guardia... Yo si estaré .
Jackeline sacó su puñal de plata de la bota como solía tenerlo escondido y se lo lanzó , acertando de lleno en el brazo; Pillado por sorpresa, el hombre dió un paso hacia delante dejando mejor a la vista su rostro. Miró con odio a la pelirroja y a la vez que lo hacia se arrancaba con odio el puñal de plata, humo le salia de la herida como si la carne se le quemara, entonces es cuando Giselle se dio cuenta de que era un vampiro también. Miró a la pelirroja y después al hombre de nuevo.
―¿de que conoce a mi madre? - Giselle se encontraba confundida y preocupada a la vez.
―Giselle, vete con Matt.
La rubia observó como Jackeline seguía observando fijamente al hombre de cabello oscuro furiosa y precavida. El hombre en cuanto escuchó el nombre cambió la cara a una divertida.
―¿Todavía vive Matthew?
―Pero... necesitas ayuda Jack.. - Fue incapaz de terminar lo que iba a decir, Aquel extraño acababa de decir el nombre completo de su Hermano; Esta vez enseñó sus colmillos furiosa hacia el hombre - ¿¡COMO QUE TODAVIA VIVE?! - Gritó furiosa.
―Marchate , ¡YA! - Jackeline empujó a Giselle en dirección contraria hacia donde estaba el hombre y después volvió a mirar al hombre - Derek... Largate ahora mismo de aquí y llevate a tus mascotas, como le pongas un solo dedo a mi familia ...
―Te mataré mientras disfruto viéndote arder... - El Hombre al que la pelirroja habia llamado Derek comenzó a imitarle; Giselle miró esta vez asustada a la mujer y después al otro..."¿De que demonios conoce a mi madre y a mi hermano?"; ―Sigues repitiéndote querida, Estamos a 1850... ¿No puedes buscar algo mas moderno? Haces parecer como si aun estuviéramos en 1833.
―No lo diré una vez mas... - La mujer miró a la joven seria por el rabillo del ojo; al ver que parecía ser alguien muy peligroso, con ciertas dudas asintió a Jacky.
―Dale recuerdos a tu madre pequeña... - Derek sonrió maliciosamente a la rubia - Seguro que se "muere"... de la alegría.
Jackeline le hizo un gesto con la mano a Giselle para que se marchara y esta salió corriendo para buscar a su hermano.
"¿Quien demonios era ese hombre y de que conocía a su madre?"- Con una gran duda por la cabeza, comenzó a luchar por encontrar a su madre y a su hermano a salvo.
Daliah se paró junto a un árbol quedándose oculta, se habia asegurado de quedarse en un sitio que tuviera el viento a su favor y no pudiera ser descubierta por el olfato de las criaturas.
―"¿Que sucede Lysandro? - Preguntó curiosa la castaña.
―"Parece que un viejo conocido esta tras los sucesos de tu Hogar... Va Buscando a un niño de seis años.
Daliah palideció y salió a gran velocidad del comedor para dirigirse de vuelta hacia la aldea.
―Tendría que haber pensado mejor bien en un plan, antes de salir a lo loco... - la castaña susurró, al poco escuchó un crujido que le erizó el vello.
Se giró muy despacio hacia atrás para ver que habia hecho ese ruido y no vio nada, revisó a ambos lados y siguió sin ver nada. Cuando por fin suspiró aliviada y fue a mirar de nuevo hacia la aldea, notó como algo se le metía en el regazo, Agachó la mirada y se encontró un conejo gris y blanco sobre sus piernas.
Distraída por la belleza del animal, sonrió y le acarició la cabeza.
―Ey... ¿De donde sales tu pequeño? - La castaña le acarició la cabeza.
El conejo levantó la cabeza y le miró a los ojos, entonces fue cuando Daliah se percató de lo que sucedía al verle los ojos...Uno azul y otro ámbar;
Lysandro.
― Si tu intención era ser mi guardaespaldas, elegiste un animal un tanto flojo - La castaña rió por lo bajo y el animal saltó en dirección a la aldea; la chica intentó detenerlo pero no le dio tiempo, habia sido mas rápido - Malditos vampiros, son demasiado rápidos...
Daliah observó como Lysandro se paraba cada pocos pasos y olfateaba la zona, mientras que ella se daba cuenta que ya no se escuchaba ruidos de lobos por la zona. Recordó esa misma mañana cuando se habia visto en la obligación de separarse de su tio, haciendo que ahora se entristeciera por no saber la situación en la que se encontraría - "En el caso de que todavía siguiera con vida... "- ; se dió un golpe en la pierna enfadada consigo misma por pensar de esa forma y después volvió la vista hacia donde habia ido el conejo.
Quería llegar cuanto antes a casa de su tia, sabia perfectamente que en ese poblado solo habia un niño que coincidiera con la edad que decía la nota... y ese era su Primo, el pequeño ian.
―Lysandro... - Susurró para llamar la atención del animal - ¿Puedo salir?
El animalillo salió de entre unos arbustos cercanos a la chica, provocando que se sobresaltara un poco. Se colocó junto a la castaña y comenzó a regresar a la forma humana, con cara de arrepentido.
―Siento si os he asustado... Por ahora no vi ningún enemigo en los alrededores, aunque sigo viendo peligroso que valla sola.
―Tendré cuidado, lo prometo.
El vampiro asintió mientras le daba un pequeño golpe con el dedo en uno de los brazos, a la vez que sonreía.
―Voy a acompañaros, después de todo al irse Giselle os quedasteis a mi cuidado.
La joven sonrió.
―¿No hay forma de debatirlo? - La castaña vió como negaba a la vez que sonreía y asintió - Esta bien.. Vamos.
Lysandro le hizo un gesto de aprobación y volvió a su forma de animal; La chica comenzó a correr en dirección a la casa de su tia, y por el camino comenzó a ver como habia quedado su aldea. La iglesia que con tanto cuidado habían estado restaurando su tio y su primo, se encontraba de nuevo destrozada; Varias casas ardían y otras tantas tenían varios agujeros en sus paredes, pocas eran las afortunadas que todavía se encontraban en pie.
Estaba comenzando el anochecer, habían pasado varias horas desde que habia despertado y se habia conocido a Lysandro hasta que llegó aquella paloma y salió disparada de regreso.
No se atrevió a mirar su casa - Desgraciadamente, habia sido una de las desafortunadas que habían terminado en llamas - , por lo que comenzó a correr a toda prisa hacia la casa de su tia. No la vio por la aldea, así que supuso que estaba en casa con sus primos y estaba muy preocupada; Llegó a la zona donde se veía ya el jardín de su tia y apretó el paso.
―¡TIA JACKY! ... - Lagrimas comenzaron a formarse en sus ojos, "Vosotros también no, por favor... "; ―¡ EMILY! ¡IAN!
No esperó a comprobar si Lysandro estaba tras ella, en cuanto vió la puerta principal de la casa abierta se le calló el mundo sobre la espalda. Terror, eso era lo que sentía a su alrededor.
El corazón le iba a mil por hora.
Entró dando un gran golpe en la puerta que se golpeó fuerte contra la pared y comenzó a llamar de nuevo a sus primos y su tia; revisó el comedor y al no verlos fue hacia el salón.
Tal cual entró al salón se quedó helada en la entrada, Su prima Emily se encontraba protectora delante de su hermano pequeño mientras que un hombre - metro noventa, cabellos rubios largos, ojos ámbar y traje negro elegante - Se encontraba delante de ellos. En el momento que Daliah llegó, el rubio se giró y le miró fijamente.
La castaña se armó de valor y le plantó cara.
―¡ALEJESE DE ELLOS!
―Daliah ten cuidado! - Emily parecía bastante asustada y sujetaba con fuerza a su hermano - Tiene los dientes muy raros..
Ian miraba curioso al hombre de cabellos rubios y a su hermana, no entendía porque tenia miedo de aquel hombre - Aunque también podría deberse a su temprana edad, por lo que no era capaz de comprender todo lo que sucedía a su alrededor - cuando a el le provocaba curiosidad; ―Emy, me haces daño... - El pequeño se frotó el brazo dolorido cuando su hermana le dejó por fin un poco de libertad, momento que aprovechó para acercarse un poco mas al hombre .
―Ian maldita sea, Cuando regrese Madre te caerá una buena bronca - La adolescente miró preocupada a hermano por lo que pudiera llegar a hacerle el desconocido.
El hombre de cabellos rubios observó como le miraban, el pequeño con curiosidad y la hermana de este a su vez con temor ; de un acto de valentía producido por el aumento de Adrenalina, La rubia Pasó dando un empujón al rubio y cogió a su hermano, terminando junto a Daliah - Quien les observaba con preocupación - y dispuestas a salir a la calle se giraron en dirección a la puerta de salida.
Antes de que pudieran llegar a la puerta de la casa, el hombre se apareció delante de la misma y la cerró completamente, después miró a los jóvenes completamente serio.
―De aquí no sale nadie.
La voz era profunda... grave y autoritaria, las chicas no sabían que hacer. Se habían quedado petrificadas al escuchar esa voz. Mientras tanto, Ian seguía observando al hombre con curiosidad...
