Después de comer, los capitanes se encontraban ya con sus respectivos pijamas jugando una ronda de las cartas llamadas "UNO", traídas personalmente por Ushijima Wakatoshi en recomendación de Tendou.

— Ugh, no tengo una buena jugada—. Refunfuñó el castaño mientras miraba las pésimas cartas que le habian tocado.

— La mía es bastante decente—. Comentó Kuroo para después inclinarse hacia un costado.— Bo, déjame ver tus cartas.

El bicolor lo miró y asintió al instante mientras se las enseñaba sin problema alguno.

De repente Kuroo pareció examinar demasiado la pijama de Oikawa, la cual consistía en un pantalón negro con varias caras de aliens estampadas por todos lados junto con una remera celeste con un solo alien azul en el centro de esta. El pareció darse cuenta.

— ¿Qué? ¿Buscas pelea?—. Atacó rápidamente mientras lo miraba con ojos entrecerrados.

— No realmente, no me sorprende tu pijama—. Dijo con naturalidad a la vez que se encogia de hombros.

— Sabes, eso es tener estilo—. Oikawa apuntó a Bokuto, quien vestía un pantalón azul con buhos cornudos estampados y una remera negra que en la parte trasera tenía escrito un "¡Hey, hey ,hey!" En letras blancas.

El peligris los miró con confusión antes de seguir en lo suyo.

— Siento pena por tu... simpleza—. Expresó el joven mientras tiraba un 2 rojo después del 5 que había lanzado Bokuto.

— Por favor, no lo digas de esa manera, lo haces sonar como si fuera algo malo—. Pidió el pelinegro acomodando sus naipes.

— Es que lo es, además...—. Llevó su mirada hacia cierto chico que estaba concentrado en sus cartas.— La pijama de él si es realmente un pecado. Dios me libre.

— Eh, a mi me parece muy cool—. Dijo Kuroo mientras tomaba una carta del maso y una sonrisa malvada se dibujó en sus labios.

— ¡Si, yo también lo creo!—. Apoyó el peligris.

— Se ve... ¿Adorable?—. Pronunció un Daichi con duda.

Al escuchar que era el tema de conversación, Wakatoshi alzó su mirada para poder verlos expectante. Su pijama estaba compuesta por un buzo marrón con una gorra con dos orejitas redondas de un oso, y un simple pantalón gris.

Si, igual que un osito.

En realidad, Kuroo y Daichi eran los únicos en vestir pijamas sin ningún tipo de estampado. Siendo de los colores representativos de su equipo.

Lo que no sabían era que aquel pijama le fue dado por cierta personita de cabello rojizo.

— No importa, mañana ya me iré y olvidaré que todo esto pasó—. Oikawa frunció el ceño cuando se dio cuenta que tenía que comerse dos cartas por el 2 que le habían lanzado.— Malditos...

— En realidad se quedarán aquí hasta el próximo domingo.

Silencio.

Todos llevaron su mirada hacia el gran osito que se encontraba tranquilamente recogiendo una carta del maso, como si lo que dijo hace un par de segundos atrás no fuera algo importante.

— ¡¿HASTA EL PRÓXIMO DOMINGO?!—. No tardó en gritar Oikawa histérico.— PERO SI ESO ES PRÁCTICAMENTE UNA SEMANA ENTERA ¿QUE QUIERES? ¿MATARME? O ¿CONVERTIRME EN UNA VACA?

— Una semana—. Murmuró Daichi sorprendido.

— Hablé con sus padres e incluso le avisé a sus compañeros—. Wakatoshi por fin los miró.— No parecieron tener problemas, incluso parecían felices.

— Me duele, pero puede ser cierto—. Kuroo lanzó un 2.— Además, por mi no hay problema, después de todo, aquí todos tenemos la semana libre.

— Por mi igual... aunque voy a extrañar mucho a Akaashi—. Su cabello pareció flaquear al igual que su expresión, recibiendo pequeñas palmaditas en la espalda por parte de Ushijima que lo reconfortó un poco.

— Creo... que no esta mal—. Daichi respondió tirando otro 2.

— ¡Pero yo si tengo cosas importantes que hacer!—. Exclamó Tooru enfadado sin darse cuenta de lo que se aproximaba.

— ¿Qué? Te refieres a ¿Estar rogándole a tu "Iwa-chan" que te de atención?—. Se burló el pelinegro mientras miraba a Wakatoshi responder con un potente 4.

— Hmph—. Bufó el castaño con los cachetes inflados. Bien, tal vez tenia razón, tal vez solo un poquitín. Sus ojos marrones se posaron en el monton de 2 y 4 que se habían acumulado en su turno.— ¿Qué...?

— Upsi—. Soltó Kuroo con una mano cubriéndose la boca, el último en responder había sido Bokuto con un 4. Lo que daba como resultado dos 4 y dos 2.

— ¡¿12 cartas?!—. Dijo con los ojos como platos.

— Perdón, Oiwawa, si no respondía, todo eso—. Bokuto apuntó hacia las cartas.— Hubiera recaído sobre mi y yo no puedo morir, por qué si muero, Akaashi morirá de tristeza y yo no puedo permitir eso—. Su lindo Akaashi no debía sufrir su desgracia.

Todos los miraron con confusión pero decidieron dejarlo ser.

— Agradece que no fueran 16—. El Nekoma le guiñó el ojo al castaño.

— Fue tu culpa, maldito engatusado—. Maldijo entre dientes.— Me estabas distrayendo para después atacarme.

— Ya, ya, solo agarralas—. Daichi tuvo que reprimir una sonrisa al decir eso.

Tooru resopló antes de hacer lo dicho.

Simplemente increíble.

Oikawa estaba sentado de piernas cruzadas sobre su futon mientras encendía la pantalla de su celular. Los chicos estaban reunidos en un cuarto con los cinco futones para dormir en el suelo, siendo acomodados de forma ordenada por Ushijima antes de su llegada.

Se habían tomado un tiempo para poder enviar mensajes de texto a sus compañeros.

Tooru sonrió al ver que Iwaizumi anteriormente le había preguntado como había llegado, sintiéndose mal por no haberlo visto antes. Asi que simplemente se disculpó diciendo que estuvo distraído por culpa de cierta persona que lo irritaba demasiado.

Iwa-chan

¿Ushijima?

11: 35 p.m.

¡Si! ¿Puedes creerlo Iwa-chan?

11: 35 p.m.

¡Es un acosador! ¡Jesús me protega esta semana!

11: 35 p.m.

Apenas lo vi, lo intenté matar con mi mirada, pero creo que faltaba tu mirada rabiosa para poder lograrlo, ya sabes, como aquella vez.

11: 36 p.m.

Grrr...

11: 36 p.m.

No... no vuelvas a escribir eso.

11: 37 p.m.

Además.

11: 37 p.m.

Creo que esta fue tu cara cuando lo viste:

11: 37 p.m.

JAKASJAJKAAJAJ.

11: 37 p.m.

Oikawa frunció el ceño sintiéndose ofendido al ver ese emoji feo que tanto odiaba que Iwaizumi le mandara cuando lo estaba molestando.

Ugh, no.

11: 38 p.m.

Mas bien fue:

11: 38 p.m.

¿Estás diciendo que eres una caca?

11: 38 p.m.

JAKSJSJSJSJSJ.

11: 38 p.m.

¡Iwa-chan!

11: 38 p.m.

Idiotakawa.

11: 38 p.m.

Esperó a que le dijera algo más, pero jamás apareció el "escribiendo..." asi qué siguió.

Extraño a Iwa-chan :c

11: 38 p.m.

No pasó ni un dia y ya estás diciendo idioteces.

11: 39 p.m.

11: 39 p.m.

11: 39 p.m.

¡IWA-CHAAAAN!

11: 39 p.m.

Oye, mierdakawa.

11: 40 p.m.

Ya debo irme.

11: 40 p.m.

Oh, entiendo.

11: 40 p.m.

Bueno, era bastante tarde y Oikawa sabía perfectamente que Iwaizumi era de las personas que se levantan en la mañana temprano. Siempre que iba a quedarse a dormir en su casa, Hajime era el primero en despertar y hacerle algo para desayunar.

Oh, él cocinaba tan bien que Tooru podría morir saboreando sus platillos.

Hablamos después, Iwa-chan

11: 40 p.m.

Sueña conmigo

11: 40 p.m.

¿ Y morir dormido?

11: 41 p.m.

Mierda, no.

11: 41 p.m.

Adiós.

11: 41 p.m.

Oikawa se despidió con muchos corazones rosados e Iwaizumi le clavó el visto haciéndolo resoplar.

— ¿Qué? ¿Ya te echó?

Sintió un tic en su ceja al escuchar ese tono burlón tan irritante.

— ¿Y a ti que? ¿Ya hizo su obra de caridad y ahora estas en la calle como el gato mugroso y pulgoso que eres?—. Contraatacó el armador mientras lo miraba con una sonrisa de autosuficiencia.

— ¿De qué hablan?—. Bokuto preguntó con curiosidad una vez terminó de llorarle a Akaashi sobre la semana que se iba a quedar aunque este ya lo sabía perfectamente. Además, su armador le había mandado una foto de su gatito durmiendo plácidamente sobre su cama, un gatito negro que el bicolor le gustaba acariciar cada vez que pasaba por su casa. Asi evitando que se deprimiera una vez más.

— Hablamos de que justo en este momento voy a patearle ese culo desinflado que trae—. Kuroo lo miró ofendido.

— Desinflada quedara tu cara después del almohadazo que te voy lanzar—. El pelinegro tomó un almohadón listo para la Tercera Guerra Mundial.

Ushijima dejó de mirar la foto de Tendou que este mismo se la había enviado, mostrándose asi mismo en una selfie sonriendo con la bandita elástica que había usado en él tiempo atrás, para poder mirar a los chicos matarse con la mirada. Por instinto guardó su celular en el bolsillo de su pijama, como si sintiera que debia protegerlo de todo el mal del mundo.

— ¿No había dicho Daichi que nos vayamos a dormir después de terminar de hablar?—. Cuestionó confundido el peligris mientras se acercaba hacia la punta de su futon.

— Esta afuera hablando por teléfono, seguro tardará, ya sabes—. Kuroo sonrió.— Parece un papá excesivo.

Asintiendo, Koutarou se arrodilló frente a su bolso y se inclinó un poco hacia adelante para conectar el cargador de su celular. Un almohadazo por parte de Oikawa llegó a su trasero haciéndole perder el equilibrio, terminando con la cara en el suelo y con el trasero en alto sobre su bolso deportivo.

Kuroo soltó un silbido mientras apoyaba una de sus manos en su cintura.

— Quien pudiera ser rodilleras para envolver semejantes piernas—. Elogió con coquetería mientras asentía satisfecho con la vista de su bro. Siempre orgulloso de él.

— Y que trasero— Acompañó Oikawa con cierta envidia. Ugh, tal vez después le pregunte que tipo de entrenamiento Bokufantástico hacia.

Bokuto se enderezó rápidamente y volteó a verlos con la carita roja de la verguenza.

— Cállense—. Tomó una almohada que estaba por el suelo y se levantó con una sonrisa brillante mientras rodeaba el cuarto lentamente.— Vamos, Oiwawa.

Oikawa puso un semblante cansado.

— ¡Vamos, no es tan difícil Boku-chan! es O-I-K-A-W-

No pudo terminar de hablar por que ya le habían lanzado el almohadón a la cara.

— Oh mi lindo Boku-chan, tú lo pediste—. Oikawa lanzó la almohada al aire y la golpeó como si estuviera sacando en un partido de voleibol oficial. Dios, que miedo.

Pero Bokuto lo había esquivado fácilmente viendo como ahora el grupo miraba a su espalda con horror, por lo que también volteó con curiosidad.

Bueno, tal vez no fue buena idea.

Daichi estaba parado en la puerta corrediza con la cara ligeramente roja por el reciente golpe que llegó sin previo aviso, y no parecía nada feliz.

— ¡YA VÁYANSE A DORMIR!

De repente todos estaban echados sobre los futones mientras fijian dormir, ni siquiera estaban en una posición correcta. Excepto por Ushijima quien seguía sentado de piernas cruzadas, pero al verlos también se echó de espaldas sobre su futón y cerro sus ojos. Estaba demasiado rígido.

— ¡No hagan como si no los hubiera visto! ¡Vayan a dormir!—. Reprochó Daichi para después mirar al castaño.— Ushijima ¿Puedo decir eso verdad?—. El nombrado abrió uno de sus ojos y asintió para después cerrarlo nuevamente.

Todos, excepto Wakatoshi, hicieron un puchero para después ir a acostarse en sus respectivos lugares y cubrirse de manera ordenada.

— Kuroo-chan empezó—. Murmuró el castaño sintiéndose regañado.

— Llorón.

— Cállate.

— Akaashiii...

Ushijima se acomodó en su futón y tiró un poco mas de su gorro con orejas para cubrirse. Comenzaba a sentirse adormilado.

Daichi suspiró cansado mientras se cruzaba de brazos.

Esta semana iba a ser un caos total y recién estaba comenzando.

Lo que le esperaba al pobre capitán de los cuervos.