Un descubrimiento
Durante el camino a la Academia hablaron de cosas sin importancia. Izuku era un hervidero de nervios y ansias de pisar de nuevo ese lugar, y esta vez, para quedarse. Shouto lo sabía, así que lo escuchó divagar sobre las propiedades de las plantas y las historias sobre hechiceros poderosos de ataño con una sonrisa en el rostro, al recordar los viejos tiempos, y sin interrumpirlo.
Por el camino Izuku se detenía a recoger algunas plantas y cosas que se encontraba y procedía a explicarle a Shouto, con lujo de detalle, para qué podría usarlas, luego las guardaba en los saquitos de su cinturón hasta que estaban a reventar.
Después de todo el día de viaje a través del bosque, llegaron. Dos altas torres conectadas por un puente. A Izuku se le puso la piel de gallina y le dieron ganas de llorar por la emoción, pero se contuvo.
—¿Listo?
Izuku tomó aire y asintió.
La puerta se abrió sola, al reconocer la magia de Shouto. Entraron juntos. El vestíbulo y el salón de reuniones era lo único que había visto la vez del examen, esta vez Shouto lo guío por otro pasillo distinto. Subieron unas escaleras, en el camino encontraron un par de personas que los saludaron, con la mano. Lo miraban con curiosidad, y él, muerto de vergüenza al sentirse analizado, los saludaba de vuelta tímidamente.
—¿Los conoces a todos? —susurró.
—A los de mi grupo —contestó Shouto, sonriéndole—, ya los conocerás, tomarás algunas de las clases conmigo.
Eso tranquilizó a Izuku.
Sus ojos iban de un lado a otro observando la escuela, quería grabarse cada detalle por si resultaba que todo había sido un error y en realidad no lo iban a aceptar ahí.
Llegaron a la oficina del director, Nezu, un cambiaformas que, por alguna razón, prefería presentarse en público con la apariencia de un roedor —la teoría más aceptada era que su forma humana era la falsa—. Saludó a Izuku con amabilidad y le explicó que efectivamente lo habían aceptado.
—Debes saber que es la primera vez que hacemos una excepción. La insistencia del joven Todoroki y el respaldo del joven Bakugou nos convenció. Las clases que tomarás son teoría de la magia, historia, runas, latín, arcano antiguo, herbología y pociones, en la cual estoy seguro de que sobresaldrás. También tomarás acondicionamiento físico, por supuesto.
—Muchas gracias, de verdad. —Izuku hizo cientos de reverencias, con lágrimas en los ojos—. Prometo que no se arrepentirán de haberme aceptado. Trabajaré muy duro.
—Eso espero.
Salió de la oficina radiante. Los miedos previos olvidados y muy emocionado por sus clases.
—Sirve que te aclimatas un poco a la Academia, al principio es un poco confuso todo aquí.
Izuku bostezó, se tapó la boca apenado ante la risa de Shouto.
—Pero eso puede esperar hasta mañana. ¿Tienes hambre? —Izuku asintió—. Los supuse. Ven, vamos al comedor.
Volvieron a bajar por las escaleras, pero Izuku notó que todo era distinto, algunos pasillos se extendían donde antes no estaban y las puertas que había visto al llegar habían desaparecido. Se lo hizo notar a Shouto.
—Por eso decía que todo se vuelve confuso al principio —explicó Shouto—. La Academia no es sólo el nombre de la escuela, sino del castillo entero, y tiene su propia magia. Cambia de forma y se amolda según su humor, pero cuando te acostumbras, casi es como si supiera a dónde debe llevarte.
Izuku palideció al imaginarse perdido por ahí. Shouto le dio un apretón en el brazo.
—Tranquilo, yo te acompañaré mientras te acostumbras. Verás que no es tan difícil.
Luego de comer lo llevó a donde estaban las habitaciones. Cada piso era para uno de los 5 años que duraba la educación en la Academia, estaban separadas las de mujeres y hombres.
—Mi habitación es la tercera del pasillo de enfrente, por si necesitas algo. Buenas noches, Izuku.
—Buenas noches, Shouto. Gracias.
Se dejó caer en la cama. Estaba agotado por el viaje, pero se sentía demasiado inquieto como para dormir. Estaba emocionado, ansioso y muy nervioso. Además, temía que, si dormía, al despertar resultara todo ser un sueño: amanecería en su cama en el pueblo y Shouto habría regresado a la Academia sin él.
Pero luego de dar miles de vueltas, logró quedarse dormido. Y cuando despertó descubrió que no era un sueño. Shouto lo esperaba afuera, listo para guiarlo al comedor y luego a su primera clase. Sentía su estómago como cuando se subió a un columpio por primera vez. Vibraba de emoción de que realmente estaba ocurriendo.
Las clases resultaron incluso más maravillosas de lo que Izuku podría haber imaginado. Aunque había leído mucho, no se comparaba con la forma con la que los maestros explicaban. Sus favoritas eran las del profesor Aizawa, las del maestro al que todos llamaban All Might —antes de ser un hechicero había sido un guerrero muy poderoso que defendió el reino de invasiones— y las del maestro Yamada. Pero las mejores, y también las que más disfrutaba, pues había podido demostrar sus propios conocimientos, era la de pociones con la profesora Kayama. Hablaban de sustancias y polvos que ayudan a potenciar la magia, mezclas medicinales y otras que servían en el combate. La mayoría de sus compañeros le caían bien, aunque él no podía hacer magia ninguno lo hacía sentir menos capaz. Estaba aprendiendo muchísimo y eso lo hacía muy feliz.
—Sho-chan, ¿quieres estudiar conmigo esta tar…de? ¿Por qué me miras así?
—Hace mucho que no me decías así. —Izuku no pudo evitar sonrojarse. Estaba tan feliz que se le había salido el nombre con el que llamaba de cariño a su amigo cuando eran niños—. Pero no puedo, quedé con algunos compañeros de la clase de control de la magia elemental para practicar. ¿Podemos estudiar mañana?
—Oh. Sí, claro, por supuesto. ¡Qué te vaya bien practicando! Igual ya me acordé de que quedé de verme con Uraraka, Iida y Asui. Ya me voy.
Izuku se fue corriendo y no fue sino hasta un buen rato que se dio cuenta que no sabía a dónde iba y que, además, estaba perdido. Miró a su alrededor y estaba solo, no reconocía nada. Soltó un suspiro y se sentó en las escaleras.
—¿Por qué le dije eso a Shouto? No voy a estudiar con nadie, quería hacerlo con él. Hace mucho que no estamos sólo él y yo y aunque es genial que él tenga otros amigos y yo también… lo extraño mucho. Casi no lo veo que no sea durante las clases, pensé que podíamos estudiar juntos, pero él, él prefiere estudiar con otros. Claro, yo no tengo magia. No podré nunca estar al nivel que ellos y yo…
—¡¿Qué tanto murmuras, nerd?!
Se sobresaltó cuando escuchó la voz de Bakugou sacarlo de su ciclo de pensamiento. Se talló los ojos con la manga.
—¡Ah! Kacchan. —Se levantó, pero Bakugou se sentó y le indicó que regresara a donde estaba—. De nada importante.
La relación con su antiguo amigo era otra de esas cosas que había cambiado en su vida. Shouto ya le había adelantado que era distinto: más amable, y que además había respaldado que Izuku fuera a estudiar a la Academia. Incluso le había pedido disculpas por su actitud cuando eran niños. No podía decirse que fueran amigos, pero tenían una relación cordial.
—Puedes contarme. Kirishima se fue a volar por ahí con Ashido, Tokage y Testutetsu, y me aburro.
—No es nada, en serio. Una tontería.
Bakugou resopló.
—Anda, nerd. ¿O prefieres que busque a Todoroki? Supongo que a él sí le vas a contar.
—¡No! —Se sonrojó—. Es que… ay, te vas a reír de mí.
—No lo haré.
—Bueno… es que quería estudiar con Shouto, porque hace mucho que no lo veo.
—Lo ves todos los días. Compartimos clases los tres, así que lo sé.
—No me refiero a eso, me refiera a los dos solos, como antes.
Bakugou giró los ojos.
—Pues dile. Dile que quieres pasar tiempo con él. Seguro que él también quiere pasar tiempo contigo.
—¿De verdad lo crees?
—Ay, De… Izuku —se corrigió—. Lo sé. Tengo ojos, ¿sabías? Cualquiera con mitad de frente sabe que ustedes dos están enamorados.
—Enamo… ¡¿QUÉ?! ¿Enamorados? —Se le aceleró el corazón y se sonrojó aún más—. ¿De qué hablas, Kacchan? Shouto y yo… —Se llevó las manos al rostro—. Shouto y yo sólo somos amigos.
—Y ahí lo tienes. Me acabas de confirmar lo que sospechaba. Anda, nerd, te conozco mejor que nadie, bueno, no mejor que mitad y mitad, y sé que lo que hay entre ustedes es especial. O que, ¿de verdad no te gusta?
—No lo había pensado. Tengo que… tengo que…
Bakugou se levantó y le lanzó una sonrisa.
—Buena suerte, nerd.
Se fue. Dejando a Izuku con un torbellino de pensamientos y una montaña rusa en su estómago.
—¿Estoy enamorado de Shouto?
Siguió caminando y sin darse cuenta estaba en el pasillo de las habitaciones. Tal y como le había dicho Todoroki al llegar, el castillo siempre te llevaba a donde tenías que ir, a menos que quisiera jugarte una broma. Agradeció esa suerte y se metió a su cuarto a pensar. Tenía que aclarar su mente.
Notas:
¡Volví! Evidentemente esto ya ni entra en el tododeku month porque me tardé mil años y además el prompt en el que estaba basado (mythology) al final no tuvo nada que ver xD Pero quiero terminar esta historia porque de verdad me gusta mucho la idea y obvio el ship y porque los comentarios bonitos de algunos de ustedes me animaron mucho. Igual serán 4 capítulos, como lo tenía planeado y el siguiente será el último. Ya no prometo nada respecto a cuándo saldrá porque siempre acabó sin cumplir pero espero que pronto porque estoy haciendo el camp nanowrimo y tengo que escribir. Pero como estoy haciendo otros proyectos paralelos, pues depende de las ganas, jaja.
