La música en sus auriculares y el movimiento del sandwich hacia su boca, se ven interrumpidos por el ringtone de llamada entrante que le atrona en los oídos. La pantalla del celular se enciende y el nombre del estudio de arquitectura para el que trabaja aparece en letras blancas sobre el fondo negro mientras los botones para atender o rechazar la llamada titilan.
Shaka tiene una ganas enormes de deslizar hacia arriba el botón rojo en vez del verde, terminar de comer su sandwich, beber su té y tomar de regreso el colectivo que lo llevará a su casa, darse una ducha y disfrutar del resto de su día, pero el sentido del deber se impone y finalmente responde.
-¿Hola? - atiende resignado y la voz de la secretaria se escucha del otro lado de la línea. El nerviosismo y la verborragia de la chica se adelantan: comienza pidiendo disculpas, que sabe que es su día de descanso y... - Saori, Saori, por favor, despacio - deja el sandwich sobre la servilleta y se reclina contra el respaldar de la silla inspirando profundo – Sí, me acuerdo... - estira la mano, toma el té, bebe un sorbo y se cruza de brazos - ¿Hoy? - pregunta cerrando los párpados, alzando las cejas y frotándose los ojos tratando de evitar un dolor de cabeza que presiente está gestándose en algún lado en el interior de su cráneo – Sí, entiendo, entiendo, está bien... - toma la taza de té por el borde y la hace girar en su lugar mientras la chica continua excusándose – Sí, no hay problema... Escuchame, ¿a qué hora? - controla el reloj en la pantalla del celular y se pellizca el puente de la nariz meneando la cabeza con incredulidad – ¿Podrías llamar al agente nuevo y explicarle también la situación? Que me espere unos minutos, estoy saliendo para allá – se levanta, guarda el teléfono en uno de los bolsillos y agarra el té y el sandwich – No, no, mejor pasame el número, yo lo llamo. Sí, gracias. Chau – y la llamada termina automáticamente cuando ella corta el teléfono de línea fija y la música suena otra vez de fondo.
Shaka espira dejando caer los hombros y mentalmente justifica a Saori: es nueva, apenas está incursionando en el mundo laboral, está aprendiendo... Intenta no pensar en que es la nieta del dueño de estudio de arquitectura ni tampoco en que está resultando bastante propensa a cometer errores por falta de atención.
Saori le explicó que por error arreglaron para ese día la visita al sitio de construcción de uno de los nuevos agentes inmobiliarios con los que están trabajando y que necesitaba que se acercara al lugar para poder explicarle mejor "in situ" de qué se trataba el proyecto.
"In situ" le explicaría Shaka a Saori que, o debería haberle avisado antes, o debería haber pospuesto unas horas la reunión o debería haberla cambiado para otro día, porque a menos que el nuevo agente sea también un entusiasta del running y entienda la situación, la primera impresión sería una mierda: las calzas ajustadas, la camiseta y las zapatillas fosforescentes y los mechones de cabello alborotados por el viento matutino definitivamente no daban la imagen de capacidad y profesionalismo que quería transmitir.
Pero ya no tenía tiempo de volver a su casa, bañarse y volver a salir hacia el sitio de construcción, así que pondría su mejor sonrisa cuando llegara y trataría de ser lo más breve y conciso posible para que el mal trago de esa primera mala impresión pasara rápido. Ya se disculparía en otro momento y en mejores circunstancias.
Se dirige al mostrador, se quita uno de los auriculares y le pide al empleado más cercano si podía darle una bolsa para el sandwich y una tapita para el vaso, que al final el pedido es para llevar.
Escucha el sonido de notificación y supone que el nuevo mensaje en la aplicación es el número de teléfono del agente.
Con la bolsa de su desayuno y la taza de papel colgando de entre sus dedos, abre la puerta con la mano libre y sale de la cafetería al fresco del exterior. Vuelve a sacar su teléfono del bolsillo, desbloquea la pantalla, abre el nuevo mensaje y marca el número en cuestión. Suena un par de veces y finalmente responde la casilla pidiéndole que deje un mensaje. Nada peor que dejar un mensaje en el correo de voz que nadie escucha. Comienza a caminar a la parada del colectivo y vuelve a marcar esperando tener suerte esta vez, mientras le da otro sorbo al té que ya está enfriándose.
By MëRäK
