Chaewon

Para comprender realmente la magnitud de conmoción que experimenté cuando Son Youngjae rompió mi corazón, necesitan comprender las circunstancias inusuales de nuestra relación hasta ese momento.

Youngjae y yo nos conocemos desde que nacimos. Nuestras madres se conocieron en una clase de yoga prenatal y se convirtieron al instante en mejores amigas, unidas a la misma fecha de parto y la tendencia en común de vomitar durante la clase.

Youngjae y yo nacimos en el mismo frío día de invierno: 19 de noviembre del 2000. Siendo bebés fuimos a las mismas citas de juegos y los grupos de mamá-y-yo.

Cuando crecimos un poco más, se convirtió en el mismo pre-escolar y luego la misma escuela primaria, secundaria y bachillerato. Tenemos los mismos amigos, participamos en las mismas actividades extracurriculares, y hemos celebrado cada uno de nuestros cumpleaños juntos.

He estado perdidamente enamorada de Youngjae por años, pero a pesar de mi eterna devoción secreta, nunca hemos sido nada más que los mejores amigos. Al saber que los chicos son más lentos para desarrollarse en el departamento del romance, esperé pacientemente porque Youngjae alcanzara sus sentimientos. Nunca tuve ninguna duda de que él algún día me vería por la chica que soy y me daría mi primer beso. Luego iríamos al baile juntos y eventualmente terminaríamos como el Sr. y la Sra. Son Incluso nuestros nombres encajan perfectamente juntos.

Youngjae lanzó la bomba que cambió mi vida el pasado Año Nuevo. Mi mamá y yo habíamos ido —como lo hacíamos cada año— con la familia Son a su condominio increíblemente bonito en Park City para las vacaciones de invierno. Se acercaba la hora de la cena, y Youngjae y yo estábamos viendo un documental fascinante sobre los efectos del uso de esteroides en el cuerpo humano.

—¿Dónde está tu hermana? —La mamá de Youngjae, Mina, estaba de pie en la cocina, frunciendo el ceño hacia la pila de platos en el fregadero.

Son Hyejoo no es mi hermana, técnicamente, pero no lo pensé dos veces antes de contestar la pregunta de su mamá. —Bajó al gimnasio hace una hora.

—Sin camisa —añadió Youngjae con un bufido—. Creo que los nuevos inquilinos abajo en el 7B tienen una linda hija. ¿Cuál era el término que usó?

—Whooty. —Me reí.

—¿Whooty? —hizo eco Mina.

—También era nueva para nosotros. Tuvimos que buscarla.

Youngjae felizmente recitó la definición que habíamos leído en . —Chica blanca que tiene una cara bonita, una cintura delgada, y un voluptuosamente grande, generoso y hermoso trasero.

Mina soltó un largo suspiro exasperado, había un toque de diversión en su voz cuando dijo—: ¿De dónde saca esas cosas?

Como si hubiera sentido sus orejas ardiendo, Hyejoo entró por la puerta principal y respondió la pregunta de su mamá.

—Algunas personas tienen un don.–Entró en la cocina —aún sin camisa y ahora empapada en sudor— levantó a su mamá con un gran abrazo, y le dio un beso mojado en su mejilla—. ¡Te amo, mamá! ¿Qué hay de cenar? Muero de hambre.

—¡Asquerosa! —gritó Mina y la alejó con una palmada—. ¡Eso es asqueroso, Hyejoo! ¡Sé que te he enseñado mejores modales que eso!

Hyejoo frunció el ceño. —¿Desde cuándo abrazar a tu mamá y decirle que la amas son malos modales?

Mina suspiró de nuevo pero esbozó una sonrisa. Metió una galleta con chispas de chocolates en la boca de su hija mayor después de ver el puchero en su rostro.

Algunas personas tienen muy buenos dones. Son Hyejoo podía encantar a cualquier chica que conocía para que se quitara los pantalones, y frecuentemente lo hacía si los rumores alrededor de la escuela eran ciertos. Que sí lo eran.

—También te amo, cariño —dijo Mina—, pero apestas. Ve a ducharte, por favor, y luego regresa aquí y lava los platos.

—¿Los platos? —se quejó Hyejoo, dirigiéndose al refrigerador.

Afortunadamente Mina interceptó la leche y le dio a Hyejoo un vaso antesde que pudiera sorberla del cartón. —Sí. Los platos. Era tu turno de hacerlo después del almuerzo. Si no están listos antes de la cena, estarás a cargo de todos los platos de la cena también, y Chaewon estará libre esta noche.

—Genial —dije por encima del hombro desde la sala de estar—. Por todos los medios, Hyejoo, atrásalos un poco más.

Hyejoo finalmente nos notó a Youngjae y a mí en el sofá. —¿Qué están haciendo, tontos?

—Aprendiendo sobre los esteroides —dije alegremente—. Probablemente deberías saber que usarlos puede causar acné, atrofia testicular, disminución del conteo de espermatozoides, aumento de la próstata y ginecomastia.

Hyejoo se veía consternada. —¿Gineco-qué-ia?

—Pechos agrandados en hombres –tradujo Youngjae—. Cómo eres mujer, tendría el efecto contrario, por lo que deberías dejar el jugo antes de que tengas que comenzar a pedir prestados los sostenes de Chaewon.

Respiré entrecortadamente ante la mención de mi ropa interior y golpeé con fuerza el hombro de Youngjae.

Detrás de mí, Hyejoo se rió. Sabía que ella estaba a punto de devolver una respuesta, pero me negué a mirarla. Segundos después su cálido aliento estaba en mi cuello. Susurró lo suficientemente bajo para que su madre no pudiera escuchar lo que decía.

—Me gustan mis sostenes de colores y de encaje, Wonnie. No estoy segura de que tu colección logre eso para mí.

Mortificación total. Hyejoo podría ser tan cercana como familia para mí, pero aun así era una de las chicas más sexys y populares de toda la escuela. Ella, hablando de mis sostenes con esa voz baja y sexy que podía detener el corazón de una chica en el lugar, hizo que mis pulmones se contrajeran. Además, tenía razón. Mis sostenes eran de la variedad de algodón de color blanco y lisos.

—¡Mamá! ¡Hyejoo está molestando a Chaewon de nuevo!

El grito de Youngjae me sobresaltó de mi ataque de pánico. Hyejoo aún estaba mirándome, con una sonrisa maliciosa jugando en sus labios, así que hice la única cosa que se me ocurrió hacer.

Olfateé una vez y luego pretendí vomitar. —Ugh. Tu mamá tiene razón. Realmente apestas. Por favor ve a sudar sobre alguien más.

Hyejoo se rió mientras volvía a la cocina en busca de más galletas.

—¿Qué es lo que hace que tu hermana sea una hormona andante? —le pregunté a Youngjae—. ¿Crees que es toda la actividad física? Quiero decir, con el ejercicio el snowboard, y el baloncesto, tiene que tener un alto nivel de endorfinas como de, ¿qué? ¿Ochenta y cinco por ciento del tiempo? ¿Crees que hay una correlación entre los dos? ¿Algo como que mientras más activo sea el atleta, es más grande el maníaco sexual?

Youngjae se encogió de hombros. –Probablemente. Piensa en la reputación de los atletas profesionales.

—¡Ja! Tal vez ese debería ser el tema de nuestro experimento para el club de ciencias este año.

Youngjae me dio una mirada extraña. –¿Cómo, exactamente, procederías con la prueba de esa teoría?

Pensé en la aplicación práctica que sería requerida para un experimento como ese y rápidamente volví a sonrojarme.

—De acuerdo —cedí, aunque la idea de Youngjae y yo entrenando y sudando juntos sólo para trabajar uno en el otro con una candente sesión de besos era muy atractiva—. Pero necesitamos idear algo pronto. La feria es en marzo este año. No nos da mucho tiempo.

De pronto el cuerpo de Youngjae se puso rígido. Lo miré justo a tiempo para ver su rostro ponerse un poco verde.

—¿Qué te pasa? —Quería hacer una broma sobre él estando tenso por los esteroides o algo así, pero se veía demasiado asustado como para bromear. Algo estaba realmente mal con él, así que pausé la televisión, me enderecé y le di mi completa atención.

—¿Estás bien?

—Sí. —Youngjae tragó—. Es sólo que… he querido hablar contigo sobre eso.

—¿Sobre qué?

Dio un gran suspiro y luego lo soltó.

—No voy a hacer lo de la feria científica este año.

Me tomó un minuto asimilar esta noticia. Hemos sido compañeros en la Feria Científica del Estado de Utah cada año desde el sexto grado.

—¿Qué?

—Um… bueno… verás… Lee Jaehyun se mudó durante las vacaciones, así que el equipo de debate necesita una persona o no serán capaces de volver a competir. Hwang Eunbi y yo llevamos Hablar en Público juntos el semestre pasado. Ella me pidió que llenara el lugar de Jaehyun. Dijo que tengo carisma y un talento natural de persuasión.

No pude hablar por sesenta segundos completos. Él estaba hablando en coreano, pero aún así no podía entender sus palabras.

—¿Te uniste al equipo de debate?

Asintió.

—Pero ellos se reúnen al mismo tiempo que el club de ciencias.

—Lo sé. —La mirada de Youngjae bajó a su regazo como si no pudiera soportar mirarme—. Renuncié al club de ciencias. Ya le envié un correo electrónico al Sr. Kim al respecto.

—¿Renunciaste? —Mi voz saltó tantos octavos que se rompió a la mitad de la palabra renunciaste. Tenía el desagradable efecto de hacerme sonar como un ratón—. ¡Pero eres mi co-presidente!

—De todos modos eres mejor con toda la cosa de las ciencias que yo.

—Sí, pero no soy algo como, un líder. Por eso es que la pandilla votó por nosotros. Juntos. Te necesito.

Youngjae hizo una mueca de dolor y luego negó con la cabeza. —No es así.

—Bien —dije, incluso aunque se sentía muy, muy mal—. Pero incluso si renuncias, podrías hacer la feria científica conmigo. Ya todos tienen pareja. Tendría que hacerlo sola.

Youngjae finalmente me vio a los ojos. Se veía aún más culpable ahora. —No tendré tiempo. Eunbi dijo que el debate se pone muy intenso. Además, ¿con todos los cursos de honores que tenemos este semestre? La feria científica es mucho trabajo.

—¡Lo sé! Y ya hemos esperado hasta que inicie enero para comenzar. No seré capaz de hacerlo yo sola. Tendré que retirarme.

—No, no lo harás —insistió Youngjae—. Eres increíble, Chaewon. Encontrarás una manera. Siempre lo haces. Y oye, sin mí derribándote, probablemente vas a ganar el primer lugar por una vez.

—¡Cállate! ¡No lo haré! ¡Voy a desmoronarme sin ti!

Youngjae suspiró y tomó mis manos en las suyas. —Wonnie —dijo lentamente —.Eso también es una especie de por qué le dije que sí a Eunbi. Creo que necesito un poco de espacio por un tiempo.

Por un breve momento, el tiempo se detuvo… como un corazón saltándose un latido. Cuando empezó a correr de nuevo, mi vida había sido alterada para siempre.

—¿Espacio? ¿A qué te refieres? —Sabía a qué se refería. Sólo estaba rezando estar equivocada porque, de otra forma, acababa de romperme el corazón a la mitad y no podía lidiar con ello—. ¿Estás diciendo que no quieres ser más mi amigo?

Youngjae rápidamente sacudió la cabeza. —Por supuesto que no. Siempre vamos a ser amigos. Sabes que lo haremos. Pero, Wonnie, pasamos más tiempo juntos que gemelos siameses. Creo que sería bueno para ambos quizás empezar a salir con otras personas a veces, ¿sabes? Como, por separado. Y… —Otro encogimiento de hombros, y tragar doloroso—. No quiero celebrar nuestros cumpleaños juntos este año. Como que quiero hacer mi propia cosa.

En esa última petición se produjo un grito y el sonido de cristales rotos en la cocina. Estaba agradecida por la distracción hasta que me di cuenta que Mina estaba allí casi comatosa mirándonos con una mano sobre su boca y lágrimas en los ojos. El grito había sido de ella, y el vaso de agua que había estado sosteniendo ahora estaba en el suelo alrededor de sus pies descalzos en tantos pedacitos como mi corazón.

—¡Mamá! —Youngjae saltó y empezó a recoger las piezas grandes de vidrio.

Fui a buscar una toalla y la escoba, pero mis movimientos eran robóticos. Mi cuerpo estaba en piloto automático porque mi cuerpo estaba bastante muerto por la conmoción.

Simplemente no podía entender cómo esto podía estar pasando. ¿De pronto la Tierra se estaba inclinando fuera de su eje? ¿Se estaban desdibujando los límites del espacio y el tiempo, causando que la realidad se divida en universos alternos?¿Era Park City, Utah, en secreto la Puerta del Diablo y yo había caído en el infierno sin saberlo?

Le entregué Youngjae la toalla y luego barrí el cristal restante, pero cuando fui a volcar el recogedor, accidentalmente encontré con una pared de músculos sólidos, sudorosos. —Lo siento —le murmuré a Hyejoo.

Estaba allí de pie moviendo sus ojos entre su hermano y yo, con pedacitos de galletas con chispas de chocolate sin tragar que amenazaban con caer de su boca abierta.

—¿Puedes correrte del camino? Estás bloqueando el bote de basura.

Esto la hizo entrar en acción. —Oh, correcto. Lo siento. —Dio un paso al costado y huyó de la cocina murmurando algo acerca de necesitar una ducha.

La observé irse porque era más fácil que enfrentar a su hermano.

Desde detrás los dedos de Youngjae gentilmente agarraron los míos. –Wonnie.

Su suave voz hizo que mis ojos quemen. Tiró suavemente de mi mano, pero no podía dar la vuelta todavía. Estaba a punto de llorar, y no había forma de que lo deje verlo.

—Chaewon.

Después de una buena respiración profunda, la sensación de ardor desapareció. Fui capaz de enfrentarlo y forzar una sonrisa, pero creo que mi orgullo herido fue el único que mantuvo las lágrimas a raya.

—¿Estás bien? —preguntó Youngjae.

La respuesta era definitivamente no, pero de todas formas asentí. —Por supuesto Sí, claro, estoy bien. ¿Por qué no lo estaría? Es sólo un proyecto de ciencias. Como dijiste, me las arreglaré. En cuanto a las otras cosas, lo entiendo, y eso es genial. Si eso es lo que quieres. Supongo que podría ser divertido cambiar un poco las cosas.

¡Mentira! ¡Mentira total y absoluta!

La mentira era tan grande que me dolió hasta el alma, pero lo que dolió más fue que Youngjae lo creía. Dejó salir una respiración y tiró sus brazos alrededor mío.

Todo su cuerpo se desplomó con alivio. —Me alegra tanto que entiendas. Tenía tanto miedo de que me odiaras por esto y no volvieras a hablarme.

—Nunca podría hacer eso —murmuré.

Su agarre se apretó con gratitud, pero bien podría haber llegado dentro de mi pecho y apretado lo último de vida de mi corazón en vez de abrazarme.

Cerré mis ojos con fuerza. Iba a perderlo. Las lágrimas no se iban a quedar atrás por siempre. Tenía minutos, segundos quizás, antes de desmoronarme.

—Está bien —insistí de nuevo y me alejé del agarre de Youngjae—. Sabes que nunca podría odiarte.

Youngjae me dio una gran sonrisa. —Gracias, Wonnie. —Besó mi mejilla y susurró —: Eres la mejor.

No podía hablar ahora sin perderme, así que solo asentí.

Mina debe haber reconocido la verdad de mi estado emocional, porque aclaró su garganta y le preguntó a Youngjae si no le importaría sacar la bolsa de basura con los cristales rotos.

Mina tiró sus brazos a mí alrededor en el segundo en que él se fue. –¡Chaewon, lo siento tanto! ¡Lo siento tanto, tanto! No entiendo… —dejó que su voz se desvaneciera. Estaba tan desconcertada como yo.

—Está bien, Mina. Está bien. En serio. —Me aparté de ella y prácticamente salí corriendo de la habitación. Sólo logré llegar al pasillo de arriba antes de colapsar en el suelo y llorar.

Unos minutos después la puerta de abajo se cerró de golpe. Tomé una respiración profunda, sabiendo que necesitaba al menos llegar a mi habitación antes de que Youngjae diera vuelta a la esquina y me viera, pero era la voz de mi madre la que escuché, no la de Youngjae.

Su jovial—: ¡Hyejoo! ¡Chaewon! ¡Vayan a ayudar a Youngjae a traer los comestibles! —No se repitió como normalmente habría sido cuando ninguna de las dos respondió. En su lugar, podía escuchar unos susurros y luego un muy fuerte, grito de asombro. Mina le había derramado los frijoles a mi madre, y estaban sin duda discutiendo cuan destruida estaba.

Me puse de pie cuando oí a mi madre decir—: Voy a hablar con ella. Quizás la lleve conmigo para la víspera de Año Nuevo.

De ninguna manera quería hacer eso. Amaba a mi mamá y todo, pero no estaba lista para enfrentar la verdad, todavía. Estaba demasiado conmocionada. ¿Primera fase del proceso de duelo? Actualmente en proceso.

Tampoco necesitaba una fiesta especial de lástima esta noche mientras la familia Son fingía no saber por qué mi madre y yo los abandonamos.

En pánico entré por la primera puerta que encontré y la empujé. Era conocida por tener un ataque de ansiedad o dos en mi vida, pero nunca había experimentado uno tan malo como este. La cabeza me daba vueltas, cada parte de mi cuerpo dolía, no podía respirar, y no podía pensar con claridad.

Estaba tan fuera de mí que me metí en el baño, mientras que Hyejoo estaba en la ducha, y ni siquiera me di cuenta hasta que asomó la cabeza por detrás de la cortina con una mirada de sorpresa en su rostro. —Wonnie, cariño, estoy un poco ocupada aquí. —Ella arqueó una ceja y me dio una sonrisa torcida—. ¿A menos que estés planeando unirte….?

Justo entonces hubo un fuerte golpe en la puerta, y la voz preocupada de mi madre llamándome. Levanté la mirada a Hyejoo y en un momento de puro pánico no lo pensé dos veces antes de saltar detrás de la cortina con ella.

—¡Whoa! ¡Chaewon! ¡Sólo estaba bromeando!

Podía escuchar a Hyejoo, pero no podía realmente responderle. Incliné mi espalda contra la fría pared de azulejos y cerré mis ojos, dejando que el agua caliente caiga sobre mí.

Hubo otro golpe, más fuerte esta vez, y luego la puerta se abrió. —¿Chaewon?¿Estás aquí, cariño?

Sacudí la cabeza frenéticamente, rezando para que Hyejoo haga lo correcto.

—Lo siento, Jihyo. Soy sólo yo.

—Oh. Lo siento, Hyejoo. Pensé que quizás fueras Chaewon.

—Seh, me dicen eso seguido —bromeó.

Mi mama se rió y luego suspiró pesadamente. —Si la ves después de que termines dile que la estoy buscando.

—Lo haré.

La puerta se cerró y las cosas se tranquilizaron. Me quedé allí por tanto tiempo que mi cabeza dolía y me mareé. Mis rodillas se doblaron.

Rápidamente Hyejoo me agarró por debajo de mis brazos. —Chaewon, respira—ordenó.

Tomé una respiración. Mientras el oxígeno fluía por mis pulmones, me di cuenta que probablemente era la primera respiración que tomaba en minutos. Literalmente.

—Wonnie —dijo una firme voz baja. Sentí manos en ambos lados de mi cara.

Abrí mis ojos, y los hermosos ojos penetrantes de Hyejoo me estaban mirando a sólo un par de centímetros de distancia, ocupando mi campo de visión. —¿Estás bien ahora? —preguntó.

Podía estar respirando, pero que nunca estaría "bien" de nuevo. Tiré mis brazos alrededor de ella y empecé a soltar sollozos desgarradores en su pecho.

No tenía idea de cuánto tiempo había estado así, agarrándome de Hyejoo para salvar mi vida mientras me rompía de adentro hacia afuera. Por el tiempo que sea, Hyejoo nunca trató de detenerme. Ella me abrazó y me mecía bajo el chorro del agua caliente, todo el rato susurrándome sentimientos alentadores mientras me acariciaba el cabello.

Finalmente, el ataque de ansiedad se desvaneció, y recuperé el control de mí misma. Por supuesto, ahí fue cuando me di cuenta que estaba en la ducha enredada a una muy desnuda Son Hyejoo y que ciertas partes de ella no se oponían a la situación.

Di un grito ahogado y traté de alejarme de ella, pero se mantuvo firme y se echó a reír. —Es lo que es, Wonnie. Soy una mujer de sangre caliente de pie, desnuda en la ducha, sosteniendo a una chica cuya camiseta está empapada y aferrándose más que poéticamente a su figura sorprendentemente impresionante.

Esta vez cuando jadeé, Hyejoo me dejó ir. Estaba todavía riéndose mucho tiempo después de que saliera de la bañera. No me sentí mal por robar su toalla y dejarla que se las arregle sola cuando esté lista para salir.