Capítulo 3
El primer día de Draco
El día estaba inusualmente soleado y despejado perfecto para la tradicional comida dominical en la madriguera, aprovechando el maravilloso clima los Weasley habían extendido una larga mesa en el jardín, alrededor de ella estaba todo el clan Weasley en pleno, el grupo lo completaban Angelina que era la novia de George, Harry y por supuesto Hermione.
Todos platicaban alegres mientras disfrutaban el delicioso pastel de carne que la señora Weasley había preparado , todos menos Hermione, durante la comida la castaña se había mantenido poco interesada por la trivial plática que sostenían en la mesa , por el contrario se había limitado a asentir ocasionalmente y a jugar con su comida, se sentía intranquila y sabía que parte de esa zozobra era la integración de Draco Malfoy a su equipo , cielos no le había dicho a nadie que ya tenía asistente nuevo , estaba segura del revuelo que eso provocaría, Harry y ron jamás lo entenderían, "nunca lo entienden" pensó ella recordando la inflexibilidad de ambos chicos y como siempre trataban de imponer sus ideas, la no tan accidental patada que Ginny le dio trajo a Hermione de vuelta a la tierra , la castaña miro a su amiga la cual dirigió su vista hacia la matriarca Weasley.
-perdón me decía señora Weasley? – preguntó Hermione con aire despreocupado
-oh querida!, decía que podemos hacer la recepción de la boda aquí en la madriguera, tal como fue la boda de Bill – recordó la señora Weasley con una amplia sonrisa en el rostro al recordar la boda de su hijo mayor – Fue tan hermosa- exclamo suspirando.
-es un detalle muy lindo de su parte, muchas gracias Sra. Weasley – le respondió, Molly sonrió complacida con la respuesta de su futura nuera.
-¿qué opinas Ron? - Pregunto Hermione tomando de la mano al pelirrojo, Ron tenía la boca atestada de patatas como de costumbre, sorprendido por la pregunta trago duramente el bocado, tomo un sorbo de jugo de calabaza y respondió.
- lo vamos a considerarlo mamá, gracias - contesto fríamente
-están dejando pasar mucho tiempo, saben una boda no se organiza de la noche a la mañana-
-mamá- interrumpió abruptamente Ron resoplando y acomodándose el cabello, parecía molesto e impaciente – Hermione y yo tenemos mucho trabajo de acuerdo, estamos tratando de hacer tiempo para ver lo de la boda –
- si quieren yo les puedo ayudar- se ofreció la matriarca, todos en la mesa de inmediato dirigieron su mirada a la pareja
-no es necesario – atajó ron – además no considero que sea buena idea hacer la fiesta aquí, vendrán personas muy importantes y …. Bueno ya saben ocupamos más espacio – el pelirrojo volvió a su plato de comida, Hermione paso la mano por su espalda y le dio unas cuantas palmadas, Ron evadió la caricia de Hermione
- Hermione me acompañas por el postre por favor – pidió Ginny rompiendo el incómodo momento la castaña asintió y se encamino con Ginny hacia la cocina
-cielos, ¿ahora que le pasa a mi hermano? – la pelirroja tomo varios platos de la alacena y Hermione algunas cucharas
- está presionando, la siguiente semana empieza el torneo, ya sabes cómo se pone –
-pobre de ti que lo tengas que soportar- Hermione solo se alzó de hombros sin atreverse a decir lo que pensaba en realidad de Ron, aunque la verdad era que comenzaba a molestarle la actitud de Ron, cada inicio de temporada era lo mismo soportar sus berrinches y ataques de malhumor y que decir de cuando su equipo perdía, era mejor no acercarse a él.
- no es el único presionado al parecer- comento Ginny mientras ponía los pasteles sobre la mesa de la cocina – me vas a decir que te pasa, estas distraída y tu no eres así - Hermione puso los ojos en blanco, odiaba ser tan transparente y que sus cambios de humor se notarán de inmediato
-no tengo nada – mintió sacando un gran chuchillo de uno de los cajones tratando de no hacer contacto visual con Ginny "que buena es para investigar" pensó ella
-¿me vas a poner a adivinar? - pregunto Ginny comiéndose una cereza de las que decoraban el pastel
-no es nada importante, solo es el trabajo– la pelirroja se alzó de hombros y comenzó a pasar los platos a Hermione para que sirviera el postre, no pensaba insistir si ella no quería hablar estaba bien, solo necesitaba tiempo.
-bueno si es algo- comento abruptamente la castaña soltando el cuchillo, Ginny sonrió triunfante
-¡lo sabía! escúpelo-
- ya tengo asistente – resoplo con alivio la castaña
-era eso- le contesto la joven con un dejo de decepción ya que esperaba pasara algo más interesante – vamos Herms, en serio eso te tiene tan descompuesta, no me digas que Kingsley te volvió a poner a alguno de los becarios de Hogwarts, recuerdas a esa tal Jessica, casi hace explotar el cuarto de archivos mágicos-
-es peor que eso-
- ¿qué puede ser peor que eso? -
-Draco Malfoy- Ginny soltó un grito de sorpresa llevándose las manos a la boca -¡no!- exclamo aun con un gesto de incredulidad grabado en su cara.
-lastimosamente-
-pero, ¿por? –
-empieza mañana, no fue idea mía- le aclaro la castaña de inmediato
-Hermione, pero él es… tan snob, por favor ese chico se cree la octava maravilla, ¿por qué haría algo así?, su padre se pudre en dinero, ¿por qué se iba a rebajar el niñito a trabajar en el ministerio? -
-es un tema delicado, pero Kingsley espera que de el ejemplo de inclusión con el-
-y supongo que ni Harry ni Ron lo saben-
-por el momento no, pero estas de acuerdo que no puedo esconder esto por siempre, vaya algún día se deben de enterar-
-sí, y estoy segura que les va a encantar la idea de que trabajes con Malfoy, sobre todo a Ron- el tono de sarcasmo era obvio, jamás en la vida ese par de orgullosos Gryffindor consentirían que alguien como Malfoy estuviera cerca de Hermione y claro que aprovecharían cualquier oportunidad para hacérselo saber a la bruja
-yo no opino sobre el trabajo de Ron, él sabe que no debe meterse con el mío- respondió con la esperanza de que así fuera
-pues mucha suerte, sabes que yo te apoyo, aunque no quisiera ser tu cuando le digas a Ron y a Harry-
-hay que apurarnos con el pastel antes de que alguien venga a buscarnos– sugirió Hermione
El resto de la tarde Hermione se dedico a olvidarse de cualquier tema que involucrara el ministerio, Malfoy o la futura boda, sabía que el siguiente día seria un desafío para ella, pero no se dejaría intimidar por alguien como Malfoy, ahora las cosas cambiaban y le gustara o no ella era su jefa y demandaría respeto por parte del rubio
OoOoOoOoOoO
Draco no había podido dormir en toda la noche, una extraña combinación entre repudio, asco y nervios lo invadían desde que había conseguido el trabajo como asistente de Granger, sabía que algo saldría mal , era como la crónica de un desastre inminente, el rubio resoplo con hastío mirando el techo de la sala de Blaise y Theo, se preguntó si ese era el camino indicado, tal vez hubiese sido mejor ir al callejón Diagon y buscar trabajo en alguna de las tiendas, o probar suerte como periodista de chismes, algo que no lo involucrara con el trio dorado de Gryffindor .
-Despierto tan temprano- señalo Theo desde el umbral de la puerta
-no puedo dormir-
-no te culpo, es tu primer día, yo estaba igual cuando entré al profeta, ¿quieres una taza de té? -
-si porque no – contesto Draco observado el reloj que marcaba las seis de la mañana, se puso de pie y siguió a su amigo a la cocina
- lo harás bien, Blaise tiene mucha fe en que podrás con todo, incluida Granger -
-si claro- resopló acomodándose el cabello – para empezar, ella no quería trabajar conmigo-
-solo intenta llevarte bien con ella, ya sabes para no hacerte el ambiente pesado-
-no aguantaré que me trate como un sirviente-
-ahí esta- comento sonriente Theo – ese es el Draco Malfoy que conozco-
-no te burles-
-jamás lo haría- se escucharon ruidos en la parte superior de la casa seguramente era Blaise despertando
-aquí tienes, ¿azúcar? - Draco tomo la taza caliente de té
-no gracias, creo que me daré una ducha- puso la taza en la mesita de la cocina y subió.
A las 8:50 Draco ya se encontraba en el atrio del ministerio, esperaba pasiblemente por uno de los elevadores, aguantando las miradas curiosas y los cuchicheos indiscretos de sus ahora compañeros de trabajo, sujetó firmemente la varita que guardaba en la túnica y torció la boca lista para embrujar al primero que se atreviera a decirle algo.
-Hola Draco- lo saludo una delgada rubia, la chica llevaba unos extravagantes lentes rosas, además de una túnica de un purpura brilloso
-perdón, ¿te conozco? - preguntó el joven mirando la peculiar vestimenta de la bruja
-no han pasado tantos años sabes, pero lo entiendo casi no hablábamos en el colegio, Luna Lovegood- se presentó extendiéndole la mano
-te recuerdo, eras amiga de Potter –
- srita Lovegood puede venir un momento- interrumpió una anciana bruja que portaba una túnica parecida a la de luna, aunque no tan brillosa
- ¿Hablamos luego?, buena suerte en tu primer día- cometo y se fue dejando a Draco en el atrio, el rubio vio como ella se alejó, se le hizo extraño su comportamiento hasta que recordó el porqué de su apodo Lunática, ¿por qué hablaba con él? Se preguntó, él era indeseable, el gesto de luna lo saco de balance y no supo si la joven era amiga o enemiga, pero cualquiera que fuera el caso sabía que debía tenerla cerca – subió al elevador y apretó el número cinco
- Departamento de Cooperación Mágica Internacional- anuncio una voz femenina cuando llego a su destino, Draco bajo y caminó por el extenso pasillo, dejó atrás de si varias oficinas hasta que llego a una especie de mini atrio de mármol negro y pisos de caoba oscura , ahí había una sala de espera con mullidos sillones de cuero negro, una mesa con lo que parecía todos los elementos para preparar té, dos grandes escritorios repletos de libros, papeles, plumas y pergaminos sueltos cada escritorio estaba apostado a los lados de una gran puerta negra.
Miro la placa en la puerta para comprobar si estaba e el lugar correcto
"Hermione J. Granger
Jefa del departamento de relaciones exteriores de ministerio de magia británico
Departamento de cooperación mágica Internacional"
Genial, estaba en el lugar correcto, se quedó parado sin saber si llamar a la puerta, esperar o escapar, aún estaba a tiempo, nadie salvo la lunática lo habían visto, lo pensó demasiado, ya que una chica paso a su lado chocando con el
-lo siento mucho – respondió la bruja dejando caer sobre el escritorio varios pergaminos y libros -¿tiene cita con Madame Granger? - pregunto acomodando su túnica
- soy Draco Malfoy-
-¡por fin!, no sabes el gusto que me da verte – exclamo la bruja sonriendo ampliamente – soy Meliá Blake, la secretaria de Hermione, llámame Lia, mis amigos así me dicen , sabía que llegarías temprano – Draco miraba con cierta precaución a la joven que hablaba demasiado rápido, como si no tuviera que detenerse a tomar aire, de inmediato le pareció alguien irritable.
-Hermione aun no llega, está en la reunión matutina con el ministro, me pidió que te diera esto- Draco tomo una gran agenda y varios pergaminos -este va a ser tu escritorio, perdón por el desorden, pero estamos revisando la participación del colegio Hogwarts en el torneo de los tres magos en Francia el siguiente año y es un caos, pero ya te acostumbraras-
Draco miro con desprecio el pequeño escritorio de 1x2 que estaba frente a él, lo odiaba, parecía tan insignificante, tan convencional, y feo todo desordenado lleno de pergaminos, plumas, tinta, que pésima impresión daba ese desorden, de entre tantos papeles observar un pequeño intercomunicador, y una pequeña placa con letras doradas
"D. Malfoy, asistente jefa de relaciones exteriores"
-¿qué exactamente voy a hacer yo si Granger te tiene a ti? Preguntó el rubio pasando su dedo sobre el escritorio comprobando que estaba polvoso, la chica le respondió con una risa nerviosa
-yo atiendo a las personas que viene a verla y cuido de la oficina cuando ella sale de viaje, horarios, reuniones, planes de trabajo y juntas te tocan a ti, Hermione necesita a alguien de tiempo completo que la apoye en todo-
-¿Hermione? -
-si, no le gusta que le llamen, Sra., madame o miss Granger, mucho menos jefa, pero ya te acostumbraras, tampoco es que te vaya a esclavizar todo el día en la oficina, no es ese tipo de jefa, es muy buena onda-
-entiendo, dime algo…-
-Meliá, Lia-
-si merlina, como sea, ¿porque no eres tú la asistente de Granger? -
-si bueno, yo no puedo, sabes tengo un hijo en casa es pequeño y tengo que cuidarlo así que no podría salir de viaje, mi esposo me ayuda, pero no puedo dejarlo con Henry tanto tiempo solo, te imaginas dos hombres solos, ¡me queman la casa! - Draco asintió, nunca pensó que esa inquieta y extrovertida bruja ya tuviera un hijo y esposo, no aparentaba ser una ama de casa y se veía muy joven.
-por que no acomodas tu escritorio y cualquier duda partimos de ahí- sugirió la bruja, Draco se alzo de hombros y empezó a revisar y clasificar los papeles que tenía enfrente de él, en toda la mañana el y Lia no cruzaron palabra, para medio día Draco ya tenía organizado su escritorio y revisaba la agenda de Granger la cual no se había aparecido en todo el día por la oficina.
Algo sumamente raro según Lia ya que la reunión con el ministro había terminado hace mas de una hora
Malfoy siguió acomodando papeles y haciendo unas anotaciones en una libreta que su compañera había conseguido para él, a lo lejos se escucharon unos pasos firmes y apresurados, Draco volteo y vio como Hermione venia apresurada.
-Buenas tardes- saludo Hermione deteniéndose en medio de los escritorios
-qué bueno que llegas, estos son los memos interdepartamentales, esta es tu correspondencia de hoy –
-muchas gracias Lia, me salvas la vida – agradeció Hermione acto seguido se dirigió hacia Draco
-Hola Malfoy, ¿cómo estás?
-Granger- gruño el incomodo de estar con ella
-veo que ya te instalaste, que bueno, espero que Lia te haya sido de ayuda-
-si gracias-
- por que no pasas y hablamos de tus labores- invito Hermione con una actitud sorprendentemente normal a los ojos de Draco quien solo conocía a una Hermione a la defensiva
-después de ti- dijo el rubio
Draco entró detrás de Hermione a la oficina le llamo la atención la decoración que desentonaba con la lúgubre estética del ministerio, las paredes estaban pintadas de un color gris ostión muy tenue pisos de madera clara y molduras alrededor del techo una estética que obviamente no encajaba con las lúgubres oficinas y húmedas bodegas que abundaban en el ministerio.
A su derecha había una pequeña sala con un gran sillón color menta y dos sofás individuales grises, la decoración era muy minimalista, en el centro de la oficina y de espaldas a un gran ventanal que daba hacia el atrio del ministerio un gran escritorio color blanco y dos sillas, en las paredes había libreros de piso a techo llenos de viejos ejemplares y a la derecha había dos puertas blancas.
A Draco le sorprendió la impoluta oficina y le agrado que no fuera un tributo a Gryffindor con ese horrible color rojo que lastimaba la vista.
-toma asiento por favor- interrumpió Hermione dejando su túnica y bolsa colgada en un perchero -¿algo de tomar?-
-al punto Granger- demando Draco impaciente, Hermione se revolvió en su silla un poco incomoda por la prisa de Malfoy, sin embargo, no se inmuto
-bien, ¿por dónde empezar? - se preguntó Hermione– sabemos que esto fue … inesperado, ninguno de los dos pensábamos que terminaríamos así, pero bueno tu ocupas el trabajo y yo ocupo a alguien con tus aptitudes para las relaciones internacionales-
-eso lo sé-
-Bien, partiendo de ahí quiero que sepas que no estoy dispuesta a tolerar que me insultes a mi o a alguien de esta oficina por su status tanto de sangre como económico o social-
-le dije a Kingsley que mis prejuicios sobre los san… los nacidos muggles habían cambiado- dijo Draco
- creo que eso será bueno para ti, espero que podamos llevar una relación cordial-
-me parece justo- respondió Draco indiferente
-genial, pasaremos mucho tiempo juntos y no quiero amargarte la vida- Draco la miro pensativo, se alzó de hombros y asintió.
-opino lo mismo Granger, al contrario de lo que todos piensan se cómo comportarme con alguien como tu-
-que encantador, seguramente es lo mas amable que has dicho jamás- respondió irónica y firme una Hermione determinada a no dejarse de Malfoy - porque no vas a almorzar, por la tarde tendremos mucho trabajo, me parece que Lia ya te explico que hay que coordinar la participación del colegio Hogwarts el siguiente año en el torneo de los tres magos-
-Algo comentó- respondió el rubio
-de acuerdo, regresando te explicaré lo que debes de hacer- Malfoy asintió y se dio media vuelta, se dirigió hacia la salida sin voltear a ver a Hermione, sorpresivamente cuando abrió la puerta se topó cara a cara con Ronald Weasley.
