MARINETTE

El camino a casa se ha hecho infinito, tan solo cruzar el umbral de la puerta me siento a salvo, aunque esta sensación es meramente superficial. Escucho a mis padres preguntarme si me divertí, pero basta con levantar la cabeza para que sus expresiones se transformen en preocupación.

-¿Estás bien, cariño? –Quiero asentir e inventar algo, pero apenas logro emitir una palabra que se transforma en un ridículo sollozo. No sabía que había estado llorando hasta que mamá y papá se acercan a abrazarme, siento sus manos en mis mejillas, mientras preguntan qué sucede. Solo puedo negar con la cabeza, no quiero que sus pensamientos tomen otro rumbo, atino a decir lo único que se me ocurrió.

-No es nada grave. –No parecen convencidos, la chispa de furia en sus ojos aparece-. Lo juro. Por favor, necesito estar sola un momento. Prometo que les contaré todo mañana. –Añado apresuradamente. El atisbo de calma en sus miradas me permite escapar a mi habitación-.

"Mentirosa, ni siquiera puedes contarles la verdad a tus padres y poco a poco las excusas van acabándose, al igual que su confianza en ti. Y como si no fuera suficiente, es probable que para mañana ya todos lo sepan."

-Tranquila, Marinette, nada malo va a suceder.

-Pero Adrien te vio, Tikki, seguramente ya sabe que soy Ladybug. -Me llevo las manos al rostro. No puedo llorar más, necesito hacer algo.

-Tal vez…Pero…-La voz de Tikki va apagándose y el peso del insoportable silencio cae sobre la habitación-.

-Algo se te ocurrirá, ya lo verás –Dice Wayzz, el kwami con forma de pequeña tortuga. Escucharlo hace que voltee, todos los kwamis me miran expectantes y preocupados, los había olvidado. Rápidamente me cuestiono a qué se refiere Wayzz, una breve idea cruza mi mente.

-Quizá no todo esté perdido…-Susurro para mí misma.

ADRIEN

Me detengo en el techo de una casa que se encuentra a un costado de la habitación de Marinette, la emoción casi insana de saber la verdad se ha diluido lentamente y ahora me pregunto si es realmente inteligente hacer esto, ¿Qué se supone que iba a hacer de todas formas? ¿Ingresar, agarrar infraganti a Marinette y obligarle a confesar?...¿Confesar? Ni siquiera estoy seguro de que ella sea Ladybug, quizá hay otra razón que probablemente esté tan alejada de lo que pienso, si ese es el caso estaría comprometiendo mi identidad de Cat Noir y Ladybug, mi verdadera Ladybug no me lo perdonaría.

-Garras fuera… -El peso de mi impulsividad por fin llega. Siento el frío de la noche, el traje de Cat Noir ya no está y junto a él la osadía de hace unos minutos.

-¡Adrien! ¿Qué hacemos aquí? Tenemos que irnos, alguien puede vernos. -La voz de Plagg me saca de mis pensamientos.

-Pero Plagg, si Marinette es Ladybug…

-Es algo que no sabes ni deberías saberlo, tendrías que entregar tu miraculous si vas contra las reglas. Lo perderías todo.

-¿Entonces Marinette…? -Plagg se cruza de brazos mientras niega con la cabeza, no va a decirme nada.

Sé que no debo saberlo, pero quizás ya es tarde, cada minuto la certeza de la verdadera identidad de Ladybug crece y con ella una nueva cuestión aparece, ¿Conocer la verdad que tanto deseo me hará perder la libertad que he ganado siendo Cat Noir?

-Vamos a casa... Plagg, las garras. -Observo mis manos enfundadas en el traje de Cat Noir, en algún momento dejaría de usarlo para siempre, ¿No es así?

A la distancia volteo a ver la ventana de Marinette una vez más, ahora la habitación está apagada y por alguna razón, aparece una nueva sensación, no debería irme, no debería escapar de la verdad, pero lo hago y solo unos minutos después estoy en casa, veo mi reflejo en el espejo y frente a él dejo de ser Cat Noir.