Su mirada se mantenía fija en el ramo de rosas blancas que poseía, para luego mirar los guantes del mismo color que le llegaban hasta el antebrazo, pensativa.

El blanco simbolizaba pureza, inocencia y, el bien. Y no podía evitar sentirse incómoda al ser vestida de un color que, realmente nunca fue para ella, que nunca la representaría.

Ella no era inocente, había tomado la vida de personas, cumpliendo las órdenes de Medusa al mendigar por algo de afecto y evitar más abusos. Más oscuridad.

Lo cual resulta irónico al estar encerrada por 6 años en la luna, en la oscuridad. Junto a un ser aterrador aterrado, y mucho más oscuro y loco que lo que ella pudo haber estado bajo la influencia de la sangre negra.

Pero este sería el único día que vestiría de blanco inocente, blanco santo. Y aunque el sueño de cualquier mujer –y posiblemente, hombres– era casarse, el suyo nunca fue; no se estaba casando por amor, este matrimonio era un castigo.

Y aunque Kid no le desagrada, no puede evitar pensar que por su culpa, le está arrebatando su libertad de amar a alguien en el futuro. Y eso, le pesa en la conciencia y, en su corazón.

Y cuando se enteró de que fue Maka la de la idea de este matrimonio, una parte de ella le agradeció. Y la otra, no pudo evitar pensar en lo egoísta que fue.

(Aunque eso, nunca se lo dirá. Porque la quiere, pese a todo).

Tocan la puerta, por lo que se levanta del taburete y abre la puerta. Encontrándose con Stein, quien la llevará al altar donde supone, Kid espera –. ¿Estás lista, Crona?

Asiente, tomando el brazo que le ofrece el mayor, delicadamente. Y aunque este es el día de su boda, no se siente feliz.

Se siente triste. Y Stein lo sabe.

- ¿Qué es lo que te aflige? – pregunta como si de padre preocupado se tratase. Aunque ella, no fuese su hija.

-… No debería estar aquí.

Debería estar muerta, quiere decir pero, no siente el valor de expresarlo con palabras.

- Es probable – dice, haciendo que ella se encoja de hombros, más decaída que antes –… Pero hay personas que no querían que murieras – la miró de reojo –, y entre esas, me incluyo.

Crona entonces, siente una ligera opresión en su corazón. Pero no desagradable, más bien, reconfortante. Incluso siente que podría llorar por sus palabras.

- Si Shinigami-sama accedió a casarse contigo fue por decisión propia. A pesar de que fuera idea de Maka, fue él quien decidió al final – suspiró, apretando con fuerza el palito de la paleta que comía (pues Marie no quería que fumara por su hijo) –. Y si todavía tienes tus dudas, puedes hablar con él también.

Y Crona, aguantando sus lágrimas, pronunció quedito –: Gracias, profesor Stein.

Cuando llegaron a la entrada del Shibusen, en donde un arco de rosas blancas estaba colocado ahí donde estaba el altar. Donde Kid estaba ahí parado con su traje de novio de color blanco y detalles en negro; también notó que estaban ahí el grupo Spartoi y otras personas, como Marie y su hijo, el padre de Maka junto a los demás maestros, además de Mabaa-sama, su asistenta y otras brujas.

Sin contar a los ciudadanos de Death City, notando algunas miradas desconfiadas, rechazo o miedo. Que la desanimaron un poco.

¿Esto era buena idea en verdad?

Trató entonces de enfocar su atención al frente, diciéndose a sí misma que debía ser valiente, que debía lidiar con esto, y que, habían personas que la apreciaban y querían entre la multitud.

Cuando llegó al altar, tomó la mano que Kid le tendió, nerviosa. Algo que notó el Shinigami, quien acarició con su pulgar sus nudillos enguantados, en una muestra de confort.

(Aunque también, se estaba reprimiendo a sí mismo de no tener un ataque de simetría. Por solamente sostener una de sus manos y no ambas.

Pero en fin, detalles).

Y la boda, comenzó finalmente.

Ambos dieron el "acepto" y, procedieron a intercambiar anillos –dos para cada mano, por capricho de Kid, algo que no sorprendió a nadie de sus conocidos–. Crona comenzaba a sentir el pulso acelerado del nerviosismo, sobre todo ante las palabras del cura diciendo "Ya puede besar a la novia".

Ruborizándose al sentir las manos de Kid en sus mejillas, únicamente para recibir un delicado beso en su frente. Que sinceramente, le sorprendió y conmovió.

Al punto en que terminó por abrazarlo, ocultando su rostro en su pecho, llorando en silencio. Siendo consolada por Kid en silencio, quien la envolvió con sus brazos en la cintura.

Y aunque algunos pudieron interpretar ese gesto como uno de amor, la verdad, era otra.

Luego de la boda, ambos se dirigieron a la mansión Gallows, el cual para sorpresa de Crona, se encontraba en silencio y ordenado.

- ¿…Dónde están Liz y Patty?

- Con los demás. Aunque, actualmente ellas están viajando y yo casi no vengo aquí.

Intuyó que se debía a su trabajo como el nuevo Lord Shinigami.

- Puedes dormir en cualquier habitación que gustes, y también, hacer lo que te plazca aquí.

- Gracias…

Odiaba la idea de estar sola, sobre todo en un lugar tan grande. Y aunque Ragnarok no fuese una compañía muy agradable, al menos no se sentía tan sola.

Kid la miró, notando su mirada decaída, casi desilusionada. Y obviamente, no se iba a quedar con la duda –. ¿Quieres decirme algo, Crona?

- ¿Eh? Yo… ¿Tengo derecho a pedir algo?

- Mientras yo pueda hacer algo para conseguirlo y no sea perjudicial, sí. Puedes pedirme lo que quieras – expresó, sereno. Crona se ruborizó, bajando la mirada cual niña tímida a la que le han dicho que sí –… ¿Tienes algo en mente?

- S-sí – jugó con sus dedos, antes de volver a mirarlo, tímida –. Yo… ¿Puedo hacerte compañía cuando trabajes?

Alzó ambas cejas, sorprendido por su pedido. Aunque no pudo evitar sonreír levemente al pensar en lo aniñada que se veía en ese momento –. Claro, aunque puede ser un poco aburrido.

Ella negó suavemente –. Está bien… Porque yo, n-no quiero estar sola.

Él se acercó, poniendo una mano en su hombro, como en antaño, dándole un ligero apretón –. No lo estás. Todos estamos aquí para ti y contigo, incluyéndome.

Nuevamente aquella agradable opresión en su corazón se hizo presente, embargándola de calidez. Kid se alegró al sentir su alma en paz, serena.

- Descansemos por hoy – y ante su silencio, preguntó –: ¿Quieres dormir conmigo?

-… S-Si no es mucha molestia para t-ti.

Kid nuevamente le sonrió –. Nunca eres ni serías una molestia Crona.

Y finalmente, ambos se dirigieron a la recámara a descansar.