CAPÍTULO 3
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La reunión se la estaba pasando muy bien. Por suerte había podido desviar el tema de su nombre, le habían hecho preguntas sobre la aldea de la luz para entablar conversación ella respondía con lo más atractivo de ella, la aldea de la luz se encontraba escondida por una neblina oscura y espesa. Aquél que no conociera bien el camino podría ser engañado por la neblina y si tu mente se encuentra lo suficiente exhausta puedes ver hasta alucinaciones. También ahí se encuentran ninjas ocultos vigilandolos que personas están intentando ingresar a la aldea. A pesar de esa apariencia tormentosa por fuera la aldea de luz es muy bonita y es una aldea dónde la noche no existe pues esta se encontraba iluminada todo el día por ello su nombre. Para dormir todos ponen cortinas muy pesadas que no permitieran el traspaso de la luz. Inui por cierto esta información pero ninguna tan certera como le estaba dando ella así que la estaba gozando tomando notas sobre lo que decía la muchacha.
El sushi estaba realmente delicioso era el más rico que había probado en su vida aunque a decir verdad era la primera vez que comía sushi en toda su vida entonces no tenía alguna otra experiencia para comparar. El dueño restaurante el señor Kawamura los invitaba a comer todo lo que quisiesen e incluso a su abuela le había servido un poco de Sake.
— ¡Vamos a darlo todo en el torneo!— exclamó Eiji emocionado abrazando a Momoshiro con un vaso de gaseosa en la mano.
— ¡Claro que sí!— respondieron todos.
— Yo nunca perderé— dijo Ryoma antes de llevarse un pedazo de salmón a la boca.
— ¡Así se habla pequeñín!
— Aún les falta mucho— respondió el ambarino.
— Tendrán que mantener la disciplina— comentó Tezuka.
— Claro que sí capitán— respondió animado Oishi.
Todos estaban muy entusiasmados por ir tras la victoria en el próximo torneo de ninjas, pero Sakuno a pesar de alegrarse geniunamente por ellos, el torneo de ninjas le parecía algo completamente innecesario. Era consciente de que no sólo sería un espectáculo y que los ninjas no sólo iban a medir su fuerza, sino que el fin principal del torneo era promocionar la aldea y la eficiencia de sus ninjas, además de que gracias a dicho torneo se recaudarían bastante fondos con las entradas sin contar los que hacían apuestas. A pesar de ser consciente de la utilidad del torneo para aldea le seguía pareciendo inútil que se produjeran peleas innecesarias.
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Al salir los primeros rayos del sol del dia la castaña tenía una paloma blanca golpeando con su pico la ventana. El sonido la despertó y apenas al verla la reconoció, era una paloma mensajera de la aldea de la luz, por suerte su hermano seguía profundamente dormido. Sólo le bastaron dar unos pocos pasos para llegar a la venta y recibir a la paloma. En su pata traía un pergamino, que ella obviamente abrió. El mensaje que traía la había dejado totalmente pálida, no se podía quedar quieta después de recibir tal mensaje. Decidió colocarse ropas que le permitieran movimiento, se hizo una coleta de cabello para sujetar su larga cabellera y sin desayunar salió enseguida a buscar un lugar dónde entrenar sin antes dejarle a una nota a sus padres, aunque era extraño pensar en ellos de esa manera.
Llevando el chakra hacia sus pies se subió a un poste de luz para ver mejor la aldea y sus alrededores. Primero fue a minisuper donde se compró un sándwich de huevo y en menos de un minuto ya se lo había acabado. Atravesó los tupidos bosques de árboles hasta llegar al barranco. Ya era hora de comenzar con su entrenamiento. Afortunadamente el barranco era lo suficientemente alto como ella quería. Llevo el chakra hacia sus pies nuevamente y comenzó a descender corriendo a toda velocidad menos mal que era la primeras horas de la mañana y que nadie la estaría viendo. Una vez abajo como pudo se ato una mano a la espalda y comenzó a escalar. Tendría un gran reto, tendría que llegar a la cima sin la ayuda de su mano izquierda.
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Yukiko se despertó con intenciones de preparar el desayuno tal como hacia todas las mañanas, a su esposo Ryusei le tocaría lavar los platos. Iba preparar comida para cuatro hasta que vio la nota sobre la mesa.
"Necesito ir a entrenar, cuando vuelva les contaré.
Volveré para la hora del almuerzo.
Por favor cuiden a Hiroshi por mi mientras tanto.
Sakuno"
Llevaba un par de días viviendo con su hija pero aún así le llamó la atención que saliese tan de repente para entrenar, sabía que en la aldea de la luz ella había trabajado o trabaja como ninja pero aún así era extraño que saliera tan temprano, ¿qué será lo que la había llevado a entrenar tan de repente? Escapaba de su entendimiento, seguramente su hija se lo explicaría cuando volviese. Aparentemente no había comido absolutamente nada antes de salir, una pena que no hubiese sabido antes del entrenamiento así podría haberle preparado algo para que se llevase.
— ¿Dónde está Sakuma?— preguntó el niño adormecido frotándose un ojo al pie de las escaleras, aun llevaba su pijama puesto.
— Salió porque tenía que entrenar.
— ¿En serio?— preguntó el niño decepcionado— . Pensé que al estar aquí no tendría que entrenar nunca más y pasaría todo el tiempo conmigo.
— Ella es un ninja, los ninja nunca deben dejar de entrenar porque sino se debilitan— le explicó Yukiko al niño.
— Ella siempre me lleva con ella cuando va entrenar. ¿Por qué esta vez no me llevó?— se quejó el niño.
— Seguramente no quiso despertarte. ¿No te gusta pasar tiempo con nosotros?
— Me gusta sí—respondió el niño con una sonrisa.
— Sakuno, ¿no se ha despertado?— preguntó un Ryusei recién levantado aún con el pijama puesto sin aún estar al tanto de la situación hasta que su esposa le pasó la nota.
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El amabarino se encontraba plácidamente recostado sobre el árbol tomando su merecido descanso después del entrenamiento, además de irse para ahí para huir del alboroto de sus compañeros. Unos jadeos que provenían del barranco. Abrió los ojos y se dirigió hacia allí y ¡vaya sorpresa la que se encontró! ¿Esa no era la nieta de la entrenadora Ryuzaki? ¿Cómo era que se llamaba? Ella también se sorprendió al verlo.
— Interesante-murmuró para sí al ver que la mujer ya estaba llegando a la cima y encima con una mano atada en la espalda— Oye...— habló en un tono fuerte para que la chica lo pudiera escuchar. La joven al verlo se percató que el ambarino le estaba extendiendo la mano para ayudarla a terminar de subir, la primera idea que se le cruzó por la mente fue no aceptarla pero al consciente del cansancio que tenía encima aceptó su ayuda.
— Gracias— murmuró entre jadeos incesantes y una vez descanso un poco y recuperó el aire le pregunto—. ¿Tú no tendrías que estar entrenando?
— ¿Porque tú no entrenas conmigo?
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Yukiko después de limpiar las cosas del desayuno con colaboración de su esposo se fue en busca del más pequeño de la casa. Desde las escaleras escuchaba al niño platicar, ¿ya habrá llegado Sakuno sin que ella se hubiese percatado? Se dirigió hasta el cuarto encontrandose con los ojos celestes del pequeño mirando hacia la pared y platicando completamente solo.
— Hiroshi ¿con quién estás hablando?— lo interrumpió entrando al cuarto del niño.
— Con... -iba a responder pero el niño se interrumpió a si mismo.
— ¿Con?
— Con.. con... -se quedó un poco pensativo— ¡CON MI AMIGO IMAGINARIO KARI— respondió apresuradamente con lo primero que se le ocurrió.
— Vaya así que tienes un amigo imaginario, que bueno-le respondió la mujer, le daba un poco de pena que el niño haya creado un amigo imaginario ya que no tenía con quién jugar-¿qué tal si juegas conmigo?
— Está bien, deja que primero me despida de Kari— respondió el niño, la mujer asintió siguiéndole la corriente pero lo que ella no sabía es que Kari no era un amigo imaginario como había dicho el niño, era una figura blanca translucida y redonda que sólo podía captar Hiroshi con sus ojos. Su hermana le había enseñado a que nunca se lo dijese a nadie pues era una habilidad muy particular que muy pocos comprenderían.
En el amplio patio del jardín de la casa el niño se encontró con una sorpresa, habían puesto un columpio en el árbol que al instante que lo vió, instante que se subió. Estaba gozando de columpiarse y aún más cuando Yukiko le dió más impulso.
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Aquella propuesta la había tomado por sorpresa Ese pequeño silencio fue roto por el ruido de su estomago que alertaba que ya era la hora del almuerzo. Al principio estaba un poco avergonzada de que su estomago hubiese sonado pero luego estaba agradecida de que fue la excusa perfecta para declinar la oferta del ambarino.
—Debo volver a mi casa justo ahora—le avisó rechazando su invitación tomando camino para irse a casa.
—Buen provecho— le dijo haciendo que las mejillas de muchacha se enrojecieran un poco por la vergüenza por aquél incidente. Pues a pesar de que su estomago le había servido de gran excusa le ha hecho pasar un momento que quiere borrar de sus recuerdos.
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Si algo no cambiaba con el pasar del tiempo era la impuntualidad de Ryoma y sus excusas baratas a las que todos estaban acostumbrados. Pues bien que poco tiempo antes del torneo el chico no fuese capaz de llegar a tiempo al entrenamiento había hecho saltar la vena del capitán Kunimitsu. Aunque esta vez no ha llegado tarde por quedarse dormido sino por querer entrenar con la nieta de la entrenadora. Al verlo llegar todos se alegraron de que hubiese aparecido por fin y se empezaron a burlar de él por haber llegado otra vez.
—No toleraré que nadie sea indisciplinado, Echizen—lo regañó el capitán de su equipo—. Después del entrenamiento te quedarás más tiempo.
—Sí—afirmó el ambarino sin rechistar.
—¡Uy te castigaron!—comenzó a burlarse su sempai— Así aprenderás que no se puede llegar tarde, no puedes.
—¡Momoshiro!—o llamó el capitan con una voz reprendedora- Acompañarás a Echizen.
—¡¿Por qué?!
—Porque yo lo digo-sentenció el mayor—. ¿Quién les ha dicho que pararan de entrenar? ¡Continuen con el entrenamiento ya mismo!
—Sí, capitán—respondieron todos a la misma vez retomando sus actividades.
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—¡Oh, Sakuno! Ya llegaste, por lo veo estuviste entrenando mucho—comentó la mayor al ver las ropas llenas de polvo y toda sudada-. Ve a bañarte y después almorzamos.
—Antes de eso tengo que decirles porqué me fui así a entrenar y disculparme por haberles dejado a Hiroshi de esa manera.
—¡Ryusei!—lo llamó—¡ven aquí!—apenas el hombre se apareció en la sala de estar ella siguió hablando— Mira Sakuno nosotros tenemos la intención de formar una familia contigo y con Hiroshi también, queremos ser los padres de ambos. Es más si es que decides quedarte aquí haríamos un nuevo cuarto para que cada uno pueda tener su independencia.
—Aún no he decidido nada...—respondió, ese tema la tenía muy inquieta también escoger un lugar dónde vivir que le cambiaría la vida por completo y no sólo la de ella sino la de Hirosi también.
—Lo sé, no te presiones. Lo que decidas será lo mejor para ti y para Hiroshi. ¿Qué querías decirnos?
—Recibí un mensaje de mi aldea, no sé cuándo pero probablemente en algún momento tendré que marcharme a ocuparme de un asunto.
—¿No es algo que podamos saber?—preguntó Ryusei por fin interviniendo en la conversación.
—No estoy autorizada para compartir nada ahora—por más que fuesen sus padres ella seguía siendo una ninja de la aldea de luz y pues el día que ella muera los secretos de allí morirían con ella.
—Entiendo…
—No sé…—no sabía cómo decirles lo que tenía en mente, no sabía que palabras utilizar pero agarró una gran bocanada de aire y siguió hablando— No sé si tendremos que volver a la aldea de la luz o dejarlo aquí. Todo depende de las circunstancias pero aún así quiero que estén al tanto. Tendré que dedicar mucho tiempo a entrenar, debido a que tengo que estar preparada para cualquier cosa que pueda ocurrir pero no se preocupen que todas mis tardes estarán dedicadas a ustedes.
—Lo veremos después, entonces. Ahora ve a bañarte y ya comemos.
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El capitán había castigado a Ryoma duramente y Momoshiro por bocón terminó haciendole compañía y sufriendo el mismo destino. Después de cien lagartijas, les tocó dar veinte vueltas en el bosque después de eso les tocó nadar en el río eso sumado al entrenamiento que habían tenido con el equipo estaban completamente exhaustos. Estaban boquiabiertos tendidos en el pasto, su pecho bajaba y subía constantemente y su pulso trataba de volver a la armonía, se habían exigido demasiado. Con esta lección Tezuka esperaba que Ryoma por fin aprendiese que no se debía de llegar tarde a los entrenamientos aunque si era necesario ponerle esta clase de castigo otra vez su voz no iba titubear en hacerlo, con el ambarino era un poco más riguroso que con los demás pues en el había depositado su idea fe en que se convirtiese en el próximo pilar .Después de beber un poco de agua de sus botellas fueron capaces de recuperar un poco el aliento. Con los colores del ocaso del sol, los dos amigos se encontraban yendo a paso tranquilo hacia sus respectivos hogares.
—Ryoma… esa chica, Sakuno. ¿No te parece un poco extraño? Nunca había escuchado de que Sumire tuviese una nieta pero esta chica aparece de repente.
—Fue porque se crió en otra aldea, o al menos eso dijeron.
—Ya… pero sigue siendo extraño, el hijo de Sumire vive aquí en Konoha…
—¿Por qué le das tanta vuelta?—se quejó el más pequeño de la familia Echizen—. No sería el primer, ni el último caso dónde los padres están separados y el hijo se quede a vivir con uno de ellos.
—Tienes razón.
—Aunque esa chica es interesante-comentó el ambarino—. La encontré entrenando hoy subiendo por el gran barranco con una mano atada en la espalda.
—¡¿En serio?!—preguntó Momoshiro sorprendido.
—Así es-afirmó Ryoma—. No es una persona común por lo que parece.
—Ahh—exclamó Momoshiro de forma pícara—. Te has fijado en esa chica, muy bien Echizen ya estás creciendo, por fin.
—¡No digas tonterías! Estoy hablando de su entrenamiento.
—No hay nada de qué avergonzarse, yo estoy muy feliz con mi Ann—comentó un Momoshiro contento.
—No es lo que piensas de todas formas senpai.
—Como tu digas… —se quedó un poco pensativo—. Aunque tienes razón es interesante que se haya puesto hacer un entrenamiento así, no es una persona común—concluyó siguiendo con su paso.
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En la mesa todos se encontraban disfrutando de su almuerzo, le preguntaron a la joven como le había ido en su entrenamiento, luego se pusieron hablar del clima y de los posibles planes que podrían realizar en la tarde. La se encontraba degustando su almuerzo sentada junto al pequeño y su paladar no era capaz de disfrutar la deliciosa comida y eso que la comida después del entrenamiento era la más deliciosa, en su mente no estaba para nada tranquila, aún tenía muy presente el mensaje del pergamino hasta que la voz de su hermano la sacó de sus pensamientos.
—Hermana, ¿por qué no me llevaste conmigo a entrenar como siempre?—le reprochó haciendo un puchero.
—Porque estabas durmiendo—respondió con simpleza.
—Quiero ir contigo la próxima vez.
—Te vas a aburrir mucho-alegó tratando de convencer al niño por su cuenta de que no era buena idea ir con ella.
—No si me enseñas a lanzar un kunai o una shuriken.
—Eso lo aprenderás el año que viene en la academia, no necesitas aprender eso de mi.
—¡Saku!—se quejó el niño tratando de convenserla de lo contrario.
—He dicho que no—sentenció la chica dándole punto final al tema.
—No es justo—reclamó el niño.
Tanto Yukiko como Ryusei estaban viendo la interacción de los dos hermanos, no entendían el porqué del todo de no llevar al niño. Capaz realizaría un entrenamiento peligroso, y no era bueno que Hiroshi estuviese tan cerca.
—¿Qué te parece si no entrenas con tu abuela?—le propuso su padre, pues además de pasar más tiempo juntas la gran experiencia de Sumire seguramente ayudaría
—Tiene que entrenar a los muchachos—respondió la chica.
—Mañana les dará el día libre ya que quiere que estén bien descansados para el torneo.
—No tenía ni idea que empezaba tan pronto.
—Aún así debo entrenar sola.
—¿Piensas entrar de nuevo esta tarde?—preguntó el niño, pues si ella iba a ir entrenar, él encontraría la forma de escabullirse con ella.
—No, quiero pasar tiempo con ustedes—esa respuesta había alegrado a ambos padres, pues que Sakuno se preocupase por pasar tiempo con ellos era un abrazo para sus corazones que habían sufrido tanto por la falta de su hija.
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Otro día había llegado a la aldea de la hoja. A petición especial de Oishi un día antes del torneo se encontraban caminando bañados por la luz de la luna encaminados hacia una gran colina. Al llegar allí la aurora ya los recibía. En el cesped hicieron todos un circulo y comenzaron a observar aquél cielo que los recibía. El roció del allí había mojado sus ropas y su cabello. Cuando Oishi había tenido esta idea al principio todos estaban rehacios a realizarla. ¿Quién tendría ganas de caminar a las cinco de la mañana para ver un amanecer? Cuando vieron que a su capitán le agradó la idea todos decidieron unirse.
Y ahí estaban, luego de par de horas de relajación y platica casual se pusieron en marcha para realizar un picnic. Todos llevaron comida para colaborar. Momoshiro apenas terminaba de tragar ya tenía la boca llena de comida otra vez.
Inui aprovechó que estaban allí para comenzar a buscar posibles ingredientes para sus jugos vitaminicos especiales. Fuji había traído un libro consigo que se dispuso a leer y a su lado tenía Tezuka que se frente al gran río había dejado caer su caña esperando pacientemente que un pez tocará el anzuelo.
Ryoma se había puesto a tomar una siesta mientras que Momoshiro y Kaoru andaban compitiendo como buenos rivales a ver quien de los dos era capaz de realizar más flexiones. Oishi, Eiji y Kawamura, estaban muy animados jugando a las cartas y realizando pequeñas apuestas.
Al llegar el atardecer todos emprendieron camino de nuevo hacia la aldea con una sonrisa de satisfacción en sus labios. Todos además de formar un equipo tenían un lazo especial de amistad. Tantas personalidades y habilidades diferentes que en su conjunto formaban el gran equipo de Seigaku.
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Al igual que el día anterior la castaña se había dedicado toda la mañana a su entrenamiento, y se encontraba con la tranquilidad de que Hiroshi estaba en muy buenas manos y además de pasarla bien. Su madre le había dejado comida preparada sobre la mesa para que se llevase con ella y la verdad ¡qué deliciosa que había estado! Era raro en pensar en ella como madre pero a la vez como que una parte de su mente ya se estaba acostumbrando. Sus ropas nuevamente estaban todas llenas de polvo y largaba gotas de sudor de su frente, se tomaría un merecido baño otra vez. De repente paro en secó dejando escapar un suspiro pesado.
—¿Se puede saber hasta cuándo me piensas seguir espiando?—se quejó de forma fuerte para que el individuo pudiese escucharla. Este salió de su escondite y se mostró ante ella, se trataba de un hombre que aparentaba tener la misma edad que ella. Tenía el cabello de color negro que reflejaba destellos azules, ojos pequeños de color marrones y piel apenas bronceada por el sol.
—Son ordenes del Hikakage y ya te imaginarás porqué me mandó.
—No te necesito—declaró rudamente, no le importaba para nada sonar grosera, pues la persona con la que estaba hablando era alguien con quién ya se conocían desde hacía bastante tiempo.
—Eso díselo al Hikakage, yo sólo estoy cumpliendo órdenes—sus labios se despegaron largando un pequeño suspiro—. No creo que el Hikakage quiera que me despegué de ti, me lo dejó muy claro.
—Yo puedo cuidarme.
—Puedes cuidarte sí los enfrentas uno a uno, pero si los enfrentas a todos juntos acabaron contigo y eso todos lo sabemos.
—Entonces contigo no es suficiente—le respondió nada más para contradecirle.
—Yo no vengo a pelear con ellos, sólo vengo a impedir que hagas tonterías.
—Dudo que puedas detenerme de hacer algo—se burló la castaña.
—Eso ya lo comprobaremos—respondió el muchacho desafiante—. Por cierto, ten esto—le entregó una caja blanca a la castaña y esta lo miró un tanto confundida sin saber de que se trataba—. Es para que no tengas que seguir usando ropas tan largas con este calor—la chica abrió la caja donde se encontraban unos cuántos frascos del maquillaje que ella solía usar, ¡qué buena suerte! En la aldea de la hoja no había sido capaz de conseguirlo.
—Muchas gracias, el que tenía ya se me había acabado—ademáś la cantidad que le había traído haría que no volviese a necesitar por un buen tiempo. A ella no le importaba llevar ropas largas mientras que su "secreto" no quedara en evidencia, podría haber un calor infernal pero ella es capaz de soportar esa prenda tan larga con tal de no quedar expuesta y eso su compañero lo sabía, por ello le había traído esa caja.
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Todas los equipos de cada aldea estaban alineados en filas. Seigaku, Fudomine, Hiotei y muchos más representando a la aldea de la hoja. Los de los otras aldeas sus nombres eran desconocidos, en realidad la mayoría que estaban allí, pero pronto lo harían ya que en algún momento se enfrentarían, aunque las de los rivales más poderosos todos sabían el nombre. La aldea de la luz estaba representada por un solo por un equipo, el equipo no tenía nombre sólo era conocido como equipo de la aldea de la luz. Dentro de una caja se encontraba todos papeles con los nombres de cada equipo. En una tabla fueron colocando par a par los equipos que se enfrentarían. A Seigaku les tocaba enfrentarse a un equipo que ya se había enfrentado anteriormente y pertenecía a su misma aldea, Fudomine.
Ambos equipos tenían una especie de amistad además de sana rivalidad, la hermana del capitán Tachibana, era novia de Momoshiro, así que ambos solían verse bastante seguido.
—¡Qué bueno que nos enfrentaremos con Fudomine!—celebró Momoshiro estando junto Ann.
—Sí así es, ya verás que esta vez les ganaremos—respondió la chica regalandole una pequeña sonrisa. Otra persona en el lugar de ella desearía que el equipo de su novio y de su hermano no se enfrentasen pero ella estaba muy a gusto con esa idea, además que el encuentro le entusiasmaba aunque en ese momento no lo demostrara demasiado.
—Eso ya lo veremos, ¡Seigaku ha estado trabajado muy duro y vamos en busca de la victoria!
—Sí, nosotros también—con esa respuesta sumando su seria expresión que trataba de disimular, Momoshiro se percató que algo no andaba bien con su novia.
—¿Qué ocurre, Ann? Eso sí quieres contarme—ambos eran una pareja muy unida pero ambos respetaban mucho sus espacios.
—Ayer mi papá volvió aparecer—le comentó tratando de sonar serena—. Después de tantos años que mi hermano y yo hemos salido adelante solos. En realidad yo estoy donde estoy ahora porque he sido cuidada por Kippei. Él desapareció por tantos años, pensábamos que estaba muerto. Volvió, una parte de mi se alegró, supuse que tenía una buena razón por la cuál no nos pudo cuidar en todos estos años—el chico de ojos violetas se encontraba escuchando atentamente cada palabra que decía Ann.
—¿Y cuál fue la razón?—preguntó suavemente.
—¡Eso es precisamente lo que yo quisiera saber!—exclamó la chica con frustración y tristeza— Fue incapaz de decirnos la razón por la cuál nos dejó solos tantos años. Kippei al ver como me estaba poniendo yo hizo que se fuera de la casa y le pidió que no nos volviese a buscar.
—¿Y tú cómo te sientes con eso?
—No sé… una parte de mi quiere verlo y quiere que le diga la razón por la cuál nos abandonó tanto tiempo. Otra parte de mí no quiere saberlo y quiere que esté lejos, porque si él no fue capaz de decirnos el porqué se fue tanto tiempo sin que supiésemos nada, eso significa que lo hizo por su propia voluntad—a medida que hablaba su voz se fue agudizando cada vez más y a pesar de que lo intentó, no pudo contener llanto. Momoshiro todo lo que pudo hacer fue abrazarla, demostrarle que él estaba ahí para acompañarla en ese mal momento, que no se encontraba sola. Resguardo su rostro en el hombro del joven y no lo despegó de allí hasta asegurarse que ni una sola lágrima más saliera de sus ojos.
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Antes a la hora de escribir me ponía un objetivo de páginas, eso me llevaba hacer demasiados diálogos, pues era la forma que yo encontraba para alcanzar mi meta. Ahora a la hora de escribir me exijo 4000 palabras y siento que me ayuda a avanzar mejor en mi escritura. Comparto esto por si alguna autora llega a leer esto y le sirve.
Cambiar a rating "M" en mi caso noté que hubo una gran baja en los views. ¿Pueden dejarme un comentario para saber qué piensan? Si disfrutan la historia, si algo está mal escrito, todo tipo de opiniones son aceptadas mientras sean hechas con respeto. Yo no voy a parar de escribir porque no me dejen una review pero sí me ayudarían a mejorar o a ver si voy por un buen camino. Además de que me gusta saber lo que piensan las personas que leen mi historia.
¡Muchas gracias por leerme! ¡Espero que hayan disfrutado este capítulo y que tengan un bello día!
