Capítulo 3: Él es Adam

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Harry no podía creer que ya hubiera pasado un mes desde que había llegado a la época en que sus padres estaban vivos, y que él aun no nacía. Era genial, en cierta medida.

Como lo había esperado, le ganó a Lucius en el primer combate que tuvieron cuando se conocieron, pero a estas alturas, cuando estaba en el suelo, todo sudado y agotado por el entrenamiento, se preguntaba si de verdad Lucius luchó con todo su poder. Era imposible que le hubiese derrotado si el hombre era capaz de dejarlo botado luego de un par de horas de entrenamiento.

-Arriba, Adam -le llamó Lucius. Mientras se ponía en posición de batalla nuevamente.

-Dame un respiro -le dijo sin siquiera mover un musculo.

-No. Tú quieres ser entrenado, y yo lo haré, pero las cosas se harán como yo lo estime, y en este momento decido que seguirás combatiendo hasta que el sol se haya puesto.

Harry ahogó un gemido, al entender que faltaban al menos cuatro horas para que eso pasara.

-Es imposible. No soy capaz de ponerme de pie.

Lucius caminó hasta pararse al lado del chico. Harry respiraba de manera errática y se notaba agotado, pero había estado haciendo averiguaciones, y ahora necesitaba que ese chico se hiciera más fuerte.

-Tienes que ponerte de pie -le dijo estirando una mano para que Harry la tomara.

-¿De verdad será así siempre? -le preguntó mientras se sacaba el brazo que estaba ocupando para cubrirse del sol y estiraba la mano para tomar la ofrecida.

-Por supuesto que sí. Tienes que aprender más hechizos.

-Pero hoy estoy de cumpleaños -dijo como escusa.

-Eso no tiene nada que ver -le dijo parándose frente a él-. Ya no eres un niño, por lo menos, eso es lo que has demostrado.

-No, no lo soy, porque por gente como "tu amo" he tenido que crecer a la fuerza.

Lucius notó la voz amargada de Adam y negó con la cabeza. Se acercó a adolecente y puso una mano sobre su hombro.

-¿Me dirás cuando tienes que regresar?

-No puedo. No me dijeron que tenía que hacerlo o no, pero no creo que ayude el que sepas cuando tengo que volver.

-Entonces dame una pista -le dijo caminando a su alrededor- ¿Será en unas semanas?

Harry se estremeció al sentir el aliento de Lucius pegar contra su nuca, pero no respondió.

-No te diré.

-¿Quizás en un año?

-No te diré -le dijo con tono divertido.

-Vamos, Adam -le dijo abrazándolo por los hombros, parándose tras él-. Dime hasta cuando estarás aquí.

-¿Quieres que me vaya? -logró preguntar, tratando de dejar de lado el hecho de que Lucius lo estuviera abrazando.

-No, claro que no -le dijo soltándolo-, pero me gusta saber las cosas que pasan...

-Amo Lucius -le llamó un elfo que apareció junto a ellos-, sus invitados acaban de llegar.

-¿Tus invitados? -preguntó Harry, poniendo atención a las palabras del elfo.

-Sí, así que es mejor que nos demos una ducha. No pretenderás que te presente a gente, mientras estamos en estas condiciones.

-Lucius, tú sabes que...

-Lo sé, no te pongas nervioso -le dijo poniendo una mano en su hombro- ¿Que te parece ensayar el hechizo Glamour que te enseñé?

-Bien -respondió, no muy convencido.

-Entonces nos trasladaré a nuestras habitaciones, para que nos arreglemos. Atiendan a mis invitados en lo que bajamos -le ordeno al elfo, antes de sostener a Harry de la cintura y aparecerlos en la ala norte de la mansión, donde se encontraba la habitación de Lucius. Y una puerta al lado estaba la que le había entregado a Harry.

Lucius se arregló como siempre. Con una impecable túnica de mago de color gris perla, que le quedaba estupenda. Su cabello suelto cayendo por su espalda. Cuando estuvo listo se dirigió a la habitación de Harry, golpeó la puerta y esperó a que el chico saliera. Cuando el chico lo hizo, se felicitó a si mismo por la elección de las ropas para Harry. Claro, por el sonrojo en las mejillas del menor, estaba seguro de que el chico no pensaba lo mismo.

-Esto no es apropiado -dijo Harry, notando su atuendo tan diferente al de Lucius.

-A mi me parece que te queda muy bien.

-Lucius, ni siquiera por ser un chico, esto está bien.

-Míralo de este modo. Todos tendrán los ojos puestos sobre ti.

-Y se supone que eso es lo que tengo que evitar. Ya Dumbledore te preguntó por mí.

-Pero estoy seguro que creyó en lo que le dije. Ahora vamos -le dijo abriéndole el paso-. Recuerda el hechizo.

-Lo sé -dijo aun sin convencerse. Cambio sus ojos por unos oscuros, además de que sus facciones se volvieron más angulosas, dándole un aspecto completamente diferente. Su cabello no lo cambió, con el tiempo que llevaba allí, había crecido un poco y estaba un tanto más manejable- ¿Me veo bien? -le preguntó a Lucius.

-No había manera de que no te vieras bien. Ahora sí, vamos.

Lucius vio lo incomodo que se encontraba Adam, pero de verdad, se veía muy hermoso con la ropa que le mandó a comprar. Tenía un conjunto blanco. Una especie de corsé estilo japones que le llegaba a la cintura. Un pantalón blanco de cuero, mismo material que la parte de arriba. Todo cubierto por una larga chaqueta que le llegaba casi hasta el suelo y que cubría su parte trasera. La cosa es que todos lo vieran, no que se lo quieran comer. Total, todos sus invitados rodeaban por los veinte años, y su invitado recién cumpliría dieciséis.

Cuando Harry llegó a la sala, tuvo grandes ganas de salir huyendo. Estaba parado frente a un gran grupo de Mortífagos en potencia, si es que no lo eran ya.

-Gracias por esperarnos -dijo Lucius a su espalda, mientras ponía una mano sobre su hombro-. Le presento a mi invitado de honor. Su nombre es Adam Lestrange Pritchard -lo presentó.

-Mucho gusto, querido -le dijo una mujer muy hermosa-. Mi nombre es Narcisa Black, ella es mi hermana, Bellatrix -le dijo mostrándole a la mujer parada a su lado y que podría fácilmente pasar por una persona con sus facultades mentales en orden.

-Mucho gusto -respondió, sin separarse mucho de Lucius.

-Este es mi mejor amigo -le dijo indicándole un hombre de apariencia elegante, Harry se impresionó de que tuviera esa apariencia-. Su nombre es Severus, Severus Snape.

-Un gusto -dijo extendiendo la mano, para que Harry la apretara.

Harry se sentía en un vórtice. El Snape de esta época era casi un aristócrata, ni comparación con el hombre amargado que conocía él. Algo debía pasar en el tiempo para que Severus Snape pasara de un hombre culto y altivo, a ser el bastardo rencoroso que le hizo la vida imposible en su tiempo.

Después de presentarle a esas personas fue presentado a los hermanos Lestrange, Rodolfus y Rabastan, que le miraban de manera rara. Fue el momento más tenso de la presentación, por que le preguntaban a cada rato de quien era hijo o si era pariente lejano o cercano de ellos. A cada rato Lucius lo salvaba diciéndole que luego podrían compartir vivencias con ellos, pero que ahora tenían que ir a una importante reunión en Hogwarts.

-Si me disculpan, tengo que ir por algo a mi habitación -dijo subiendo rápidamente-. Esto no puede ser. Si me reconocen estaré perdido.

-¿Cómo te reconocerían si no tienen idea de tu existencia?

Harry se volteó y vio que Lucius estaba parado en la entrada, viéndolo caminar de un lado al otro.

-¿Por qué lo hiciste? -le reclamó Harry, llegando a su lado cuando Lucius hubiera cerrado la puerta tras él y hubiera insonorizado la habitación, por si a alguno se le ocurría subir a buscarlos- ¡Me expusiste a un grupo de mortífagos!

-Lo hice, porque era necesario.

-¿Necesario para qué? -le pregunto casi histérico —Me enfrente a todos los que se encuentran allá abajo y créeme, que no quiero volver a ver a un buen par.

-Noté eso -le dijo sosteniendo de los brazos-. Tienes que mantener la calma. Pude notar que te alteraste cuando viste a Severus, Bella y los Lestrange.

-Severus Snape será mi profesor de pociones, gracias a Merlín se dará cuenta de la verdad al igual que tú y será un importante aliado, pero no se parece en nada al hombre que yo conozco. El Snape que he visto desde siempre es un hombre sombrío, casi sin sentimientos y completarte refugiado en las pociones. Este es... diferente. Elegante, incluso algo atractivo.

-¿Perdón? -le dijo alzando la ceja- ¿Te gustó mi amigo?

-¡Claro que no! -le respondió escandalizado- ¡Es mi profesor de pociones! El tipo siempre ha sido un cretino conmigo. No por que este medio decente en esta época deja de ser un miserable en mis recuerdos.

Lucius sonrió divertido.

-Bien, eso deja de lado a Severus, pero los demás...

-Bellatrix mató a una persona muy importante para mí. La odio desde el fondo de mi alma, pero esta mujer parece... cuerda -le dijo confundido-. Seguramente su amor por Voldemort la hizo enloquecer.

-¿Y los Lestrange?

-¿No es obvio? -le dijo poniendo una mano en su cintura, con pose altiva - Estoy usurpando sus apellidos. No los conozco lo suficiente como para inventar una buena historia.

-¿Entonces por qué inventaste ese nombre?

-Por que tú me lo dijiste antes de hacer el viaje, sino yo les habría dado mi nombre verdadero.

-Bien, eso no tiene muchas soluciones, pero tendrás que estar sereno.

-¿Por qué?

-Por que hoy es la fiesta anual que se hace para los ex alumnos, antes de que empiecen las clases en Hogwarts.

-No...

-Sí. Vas a ver directamente a tus padres.

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Continuará...

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N/A:

Hola amores

lamento la demora, muchisimo, pero estaba sin computador, así de horroroza la vida, pero ya me lo entregaron y por ende tengo de regreso a mis bebés

como compensación, mañana y el lunes publicaré capítulos de este hermoso fic que tanto amo

un beso

Majo