Lysithea se encontraba viendo las finanzas de los terrenos de Ordelia con cierto dolor de cabeza en este punto, sin importar como lo viera, sería difícil estabilizar la economía de sus tierras en corto tiempo, según sus cálculos tardaría por lo menos 9 meses en restablecer las arcas, pese a que antes se mostraba bastante optimista por la gran seguridad con la que cuenta su territorio y por haber elaborado un plan de negocios bastante confiable, no había tomado en cuenta el tiempo en que ese plan podría recién iniciarlo con tan pocos fondos que poseía, todo debido a que el imperio atiborro en deudas a su casa en su tiempo de ocupación, y los antiguos nobles de la alianza se favorecieron con el endeudamiento de los Ordelia haciéndoles préstamos de altos intereses, al final todas las cosechas que se manufacturaban en sus tierras terminaron siendo propiedad del territorio de Gloucester mientras que ellos no recibieron ni un solo centavo, y su otro punto de interés que era el gran puente que limitaba con los territorios de Hrym, paso a ser parte del territorio imperial en la ocupación, por lo que los imperiales si necesitaban pasar por territorios de la alianza, usaban su puente sin ningún coste, y sus padres tampoco podían recibir ningún beneficio de las actividades comerciales que se realizaban ahí, y si los de la alianza o cualquiera tenía que pasar por los territorios del imperio, usaban el gran puente Myrddin de los Gloucester, y obviamente esto les daba aún más influencia.

-Me pregunto si esa fue la razón real del por qué el padre de Lorenz incentivo a no actuar a las demás casas cuando ocurrió toda la tragedia, viniendo de ese viejo zorro me lo espero totalmente. - decía Lysithea con el ceño fruncido, y por más que quisiera seguir despotricando sobre sobre lord Glouster, tenía que volver su atención a los problemas de su territorio, si bien todas esas deudas empobrecieron sus dominios, actualmente ya están saldadas, o más bien "perdonadas", después de todo, nadie en la alianza sería tan estúpido como para cobrarle deudas a la futura reina de Fodlan, de las cuales son gran parte responsables, y cualquier deuda que hayan podido tener con el imperio murió junto a él mismo tras la guerra, pero que no tenga deudas es solo un pequeño alivio dentro de todos los problemas del territorio Ordeliano.

-Primero y más importante, las deudas anteriores causaron que nuestras arcas estén en 0, por lo que no hay dinero para financiar los proyectos que tengo en mente, el otro problema es que los terrenos de Ordelia se ven muy en decadencia, las casas son pobres y mucho del terreno se destruyó con el ataque de Nemesis de hace poco más de 8 meses, por lo general la apariencia sería de lo que menos me importe en esta situación, pero tampoco puedo esperar entregar mis territorios en decadencia a quien vaya a cederle mis tierras, casi se vería como si le estuviera pasando la responsabilidad a alguien más, por otra parte, la restauración del territorio en cuanto al ataque de Nemesis está casi terminada, y Ordelia es bastante segura en estos momentos, por lo que mi plan de atraer a varios gremios de mercaderes ofreciéndoles una tierra segura para sus negocios aún es factible, el problema sería que no quieran estacionar sus negocios en Ordelia solo porque la apariencia no se les haga lo suficientemente atractiva, lamentablemente muchos de los mercaderes suelen ser más extravagantes que prácticos, por lo que, solo me queda tratar de conseguir financiación para restructurar mis dominios, ahora, no puede ser con alguien de la antigua alianza, el problema lo tengo que resolver yo, y mis amigos si bien estarían encantados de ayudarme, tienen sus propias responsabilidades que cumplir y no interferiría en eso, tampoco puedo pedir ayuda a otros nobles de la antigua alianza, ya que solo me cumplirían el deseo por ser la futura reina, y no dudo que muchos tratarían de usar ese "favor" para ganar influencia o tratar de manipularme, tal vez podría pedir ayuda en lo que antes era Faerghus, pero de nuevo, conseguir apoyo con alguno de mis amigos de los leones azules no sería lo indicado, y fuera de las casas de ellos, no conozco a ningún otro noble de ahí que fuera de confianza, mientras que del imp... - Lysithea dejo de hablar consigo misma cuando escucho que alguien tocaba su puerta, sin esa sorpresa, probablemente hubiera estado divagando por mucho más tiempo.

-Lysithea, hija mía, tienes visita. - decía la madre de la maga detrás de la puerta, Lysithea se levantó para poder abrirle a su madre con bastante incertidumbre, ya que no sabía quién podría visitarla ahora ni el porqué de esta manera tan repentina, ninguno de sus amigos podría ser, ya que se lo hubiera notificado por carta que vendrían a verla, a menos que algo malo haya ocurrido.

-Madre ¿Quién me busca, Es algún conocido o un noble local? - preguntó la albina ahora con curiosidad.

-Pues parece que ambas, es la regente de Hrym, una mujer llamada Constance, , dice que es amiga tuya por lo que la deje pasar, te espera en el patio. - le dijo su madre con una sonrisa tranquila.

-¿Constance? Debió avisar antes, iré a verla ahora madre ¿te importuno pidiéndote que nos prepares un té? - le pedía Lysithea mientras salía de su habitación y se dirigía al patio trasero de su residencia, escucho antes de alejarse como su madre le respondía con un "por su puesto querida"

-Constance, que te trae personalmente aquí? Viendo que mi madre no estaba en lo más preocupada puedo esperar a que no sea nada malo, o al menos eso espero. - pensaba para sus adentros mientras recordaba a la chica de doble personalidad, en la academia fue una compañera de estudios tanto prodigio como bizarra a su manera, una chica que puede hablarte de teoría mágica de nivel más avanzado y a la vez fracasar de las formas más graciosas en sus investigaciones, se hicieron amigas cuando ambas practicaban vuelo para la el examen de Auriga oscura, y en la guerra fue su aliada en los cielos más confiable al prestarse cobertura mutuamente, recordando esos momentos, Lysithea se dio cuenta de que le aliviaría bastante que su visita solo fuera para recordar los buenos tiempos.

-Lysithea, amiga mía, es un gusto poder verte. - decía una feliz Constance que se encontraba sentada en la mesa redonda en la que suele merendar.

-Créeme que el gusto también es mío. - asentía hacia la rubia mientras descartaba cualquier mala circunstancia, después de todo, nadie sería capaz de traer malas noticias con esa sonrisa tan juguetona. - pero la próxima vez avísame que vendrás para traer preparado algo. - decía mientras corría una silla para sentarse frente de su amiga, que por fortuna la está tapando la sombra del techo de la terraza.

-Eso es lo de menos, realmente me hubiera gustado poder hablarte por medio de carta antes, pero estuve muy ocupada con muchas cosas. - decía después de suspirar con cansancio la rubia.

-Puedo entenderte, estabilizar el terreno de Ordelia me está matando, y eso que los ciudadanos se muestran cooperativos, no me imaginó como de difícil habrá sido para ti estabilizar Hrym cuando reinaba la anarquía. - decía Lysithea recordando aquella aventura que tuvieron en Hrym en plena guerra.

-Pues por suerte he tenido mucha ayuda, muchos de los antiguos empleados de la casa Nuvelle volvieron a mi cuando supieron que recupere mi título, también cuando me cedieron los territorios de Hrym como lo solicite a su majestad mando apoyo en tropas, aparte de eso, Caspar, Balthus y Yuri me ayudaron a limpiar a los maleantes de las tierras y mantener un orden, junto algunos caballeros de Seiros pudimos retomar el orden en casi 1 mes. - decía Constance mientras recordaba con cierta sonrisa aquellos momentos, si bien fueron duros, la satisfacción de haber logrado devolver el orden a Hrym es algo que aún la enorgullece.

-Por informes me había enterado que Caspar se vio involucrado mientras estaba en sus viajes por el continente, pero no me había enterado que Balthus y Yuri se habían participado también. - decía Lysithea intentando recordar aquel informe que leyó hace 7 meses.

-En el caso de Yuri, sabes cómo es, le gusta mantenerse entre las sombras donde es menos fácil de rastrear, ni siquiera sé dónde está ahora, mientras que Balthus, pues lo mismo de siempre, si se da a conocer lo estarán persiguiendo, por lo que solo de nuestros conocidos hallaras a Caspar en los reportes de esos eventos. - terminaba de hablar la rubia mientras miraba entrar a la madre de Lysithea con un juego de té.

-Disfruten de un buen té para una buena charla. - decía la madre de Lysithea dejando las tazas de té tanto a Lysithea como a Constance, Lysithea inmediatamente le hecho 6 cucharadas de azúcar apenas había recibido su té, mientras Constance después de tanto tiempo, se volvía a preguntar como un cuerpo tan pequeño puede aguantar tanta azúcar, la madre de la maga dio una reverencia y procedió a retirarse, dejando a las antiguas compañeras tanto de estudios como de armas nuevamente solas.

-Es un rico té, al menos cuando no le hechas más de 3 cucharadas de azúcar. - dijo Constance lo último casi como un susurro para que no escuche Lysithea. - pero como decía, una vez recuperado el orden, lo demás solo fue gestión, lo cual no es más fácil, pero si infinitamente menos emocionante.

-¿Cómo ha sido la gestión en tu caso? A mí se me ha complicado bastante al no tener fondos para los proyectos que tengo en mente, Hrym debió pasar por algo parecido después de tantos años sin un gobernante real. - preguntó Lysithea con curiosidad por si las experiencias de su amiga pudieran darle una idea de cómo solucionar su problema.

-Oh eso fue también otro drama, recuperar el orden y luego ver que Hrym no tenía ni una sola moneda en las arcas fiscales fue un golpe de realidad enorme, por fortuna, un viejo amigo me hizo una muy buena oferta, parecida a la que yo te voy a dar ahora. - dijo Constance sonriéndole a Lysithea, dejando a esta última bastante sorprendida.

-¿Qué clase de oferta? - preguntó la albina con cierto miedo por el cambio de tema tan inesperado.

-Tranquila, no es nada malo, solo que es la razón por la que vine aquí en primer lugar. - con esa aclaración dada Lysithea sintió que se calmaba un poco, pero aún debe estar atenta a lo que le ofrecerá la rubia frente suyo. - Una vez había hablado con Ferdinand sobre como la vida son realmente muchas montañas y llanuras, como pasamos del pico de la montaña hasta la más baja y plana llanura sin poder hacer nada, y aunque nuestras caídas fueron en distinto tiempo, sería lo correcto subir juntos desde abajo hacia la cima nuevamente, por lo que, cuando los 2 recuperamos nuestra nobleza y tierras, Ferdinand me contactó para que empecemos nuestra escalada, empezando a trabajar juntos para que Hrym y las tierras de Aegir resurjan, si bien yo no tenía fondos, Ferdinand sí, por lo que con mucha, pero mucha planificación de mi parte, pudimos restaurar nuestras tierras, aún no al punto que queremos, pero nuestra economía resurgió, nuestros ciudadanos se encuentran saludables y sin pasar hambres, que es la mayor prioridad que debe tener un gobernante. - Constance dijo con mucha determinación y seguridad, haciendo que Lysithea viera en su compañera una viva imagen de líder que pocas veces veía. - por lo que Lysithea, al igual que a mí en una ocasión, te ofrezco ayuda para que no escales sola está montaña.

-Oh Constance, tus palabras me conmueven, pero debo declinar, no puedo aceptar cuando aún no terminas con todos tus proyectos para tus tierras, no quiero interferir en lo que tu pueblo necesita solo para que ayudes al mío. - decía Lysithea con genuina lastima de rechazar la propuesta de su amiga, pero no se esperaba que la rubia la tomara de las manos para enfatizar lo siguiente.

-Pero entonces, que dirías si Ordelia también fuera mi pueblo. - esas palabras conmocionaron a Lysithea.

-Constance ¿quieres que te ceda el territorio de Ordelia? - preguntó seriamente Lysithea cambiando su semblante a uno bastante centrado, este era un tema serio y debe ser manejado cuidadosamente.

-Así es Lysithea. - decía con seguridad la hechicera de doble personalidad, la tensión que antes brillaba por su ausencia ahora era tan presente que podía escucharse el viento chocar con ella, el semblante de Lysithea pasó de ser uno centrado a uno completamente analítico.

-¿Por qué quieres mis tierras constance? ¿En qué te beneficia llevarte más trabajo? - preguntó casi sin tono Lysithea, mirando fijamente a su visitante.

-Materialmente, en nada, no hago esto por recibir beneficios, lo hago porque creo que es lo correcto. - respondió sin dudar y sin tensarse Constance, sin embargo, la albina aún seguía con cuidado pensando en las respuestas que le daba.

-Respóndeme esto Constance, define correcto en este caso ¿correcto como un favor a una amiga, a tu futura reina, o lo correcto para tus proyectos futuros? - ahora solo depende de la respuesta que dará su amiga para decidir o no, Lysithea confía en Constance, puede ser una noble excéntrica pero igualmente de buen corazón y brillante mente, pero necesita saber verdaderamente sus intenciones para su territorio.

-Es lo correcto para nuestros pueblos. - fue la sencilla pero justa respuesta que dijo Constance, haciendo que luego de un suspiro, Lysithea volviera a sonreír quitando la tensión del ambiente.

-¿A qué te refieres a que es lo correcto para nuestros pueblos Constance? - preguntaba está vez Lysithea ahora genuinamente curiosa por la respuesta que le daría su amiga, aunque creía ver a donde iría.

-Como la duquesa de Hrym, he tenido que ponerme al corriente de la situación del pueblo durante todo este tiempo, ya que pase mucho tiempo exiliada en el abismo supe solo un poco de lo que pasó en el imperio luego de que haya perdido mi título y tierras, Ferdinand fue quien me explicó como Hrym trató de pasar al lado de la alianza y como en Ordelia fueron los únicos que les extendieron la mano en ayuda, lo que lamentablemente fue lo que causo que ambas tierras hayan sido pisoteadas por el imperio. - decía Constance con un profundo pesar. - Lysithea, pese a todo, creo que no fue un error que tus padres hayan tratado de ayudar a Hrym, me niego a pensar que tal muestra de verdadera nobleza haya sido por nada, por lo que amiga mía, por favor terminemos está historia que une a nuestras tierras con una nota alta, que después de las tragedias que azotaron tanto a Hrym como a Ordelia, lo que la historia vaya a recordar sea como ambas tierras juntas se levantaron y unieron cerrando ese oscuro capitulo. - terminaba de decir Constance tomando ambas manos de Lysithea para transmitirle la fuerza de sus intenciones.

-Maldición Constance, me vas a hacer lagrimar. - decía Lysithea pasándose el ante brazo por los ojos para quitarse cualquier rastro de lágrimas. - Por lo que veo, dejo mis tierras en buenas manos. - decía Lysithea ya recuperando la compostura y la sonrisa de antes de la conversación.

-Amiga mía, le prometo que tratare tus terrenos con el respeto que se merecen. - el trató se cerró con un apretón de manos y un abrazo entre ambas magas, aunque si bien, aún tienen mucho papeleo y tramites políticos que hacer, ambas sabían que este sería el día que inició la unificación de Ordelia y Hrym.

-Que quede claro eso sí, que te cederé mis tierras cuando considere que Ordelia ya esté completamente restaurada, no voy a dejarte mi trabajo a medio hacer, y ahora que cuento con tu apoyo puedo adelantar bastante mis planes. - decía Lysithea con una sonrisa de suficiencia, realmente esté socio inesperado puede ser lo que ella había necesitado. - Tienes razón Constance, es mucho más fácil subir la cima cuando no lo haces solo.

-No cuentas solo con el apoyo de Hrym, también de Aegir, cuando le conté mis intenciones a Ferdinand él también dijo que quería ayudarte en lo que pudiera, después de todo aún se siente en deuda contigo por haberle ayudado con el tema de su padre en la guerra.

-Mucho mejor entonces, aunque conociendo a Ferdinand, no me extrañaría que te haya mandado con un tratado de al menos 3 páginas en la que quede constancia de esta alianza entre 3 nobles y todo eso. - decía Lysithea mientras volvía a tomar su taza de té.

-La verdad... son 5 páginas. - decía Constance suspirando mostrando el tratado. - te juro que agradezco que no haya hecho un memento sobre esto... por ahora.

-No le vayas a dar ideas. - terminaban de hablar riéndose mientras disfrutaban de su taza de té, a partir de este punto, las 2 magas pasaron su tiempo entre reconectándose contando viejas anécdotas de la escuela como discutiendo futuros proyectos.

-Así que quieres crear una escuela mágica que rivalice con la de Real escuela de hechicería de Fhirdiad pero en Hrym. - decía Lysithea tras escucharlo de Constance.

-Sería bueno que haya otra academia de formación mágica prestigiosa, después de todo, para los del imperio nos quedaba al otro extremo del mapa la academia de Fhirdiad, sin contar que el cambio climático nos pegaba bastante duro también, aparte serviría como una atracción turística.

-Bastante bien pensado si me preguntas, pero supongo que vas a necesitar muchos recursos para lograr financiarlo, construirlo y contratar personal.

-Oh, créeme que lo sé, es por eso que este proyecto lo tenía previsto recién para 5 años en el futuro, sin embargo, cuando me constaste tu plan de convertir Ordelia en un epicentro para el comerció aprovechando la seguridad de tu terreno, créeme que ahora me muestro más optimista con esto. - decía Constance sacando cálculos rápidos sobre cuánto podría adelantarse su plan de la academia si el proyecto de Lysithea sale exitoso. - Con que en 1 mes logremos darle una nueva cara a tus terrenos ningún comerciante sensato va a negarse en participar, lo que es más necesario en tiempos de guerra e inestabilidad es la seguridad de no perder la mercancía y las especias, una inversión que trajo pocos beneficios sigue siendo mejor que una pérdida total, por lo que los grupos de mercaderes que quieran surgir y no estén instalados en lugares importantes como Deirdru, miraran con muy buenos ojos tus terrenos, así que esforcémonos para poder dejar Ordelia como merece estar, para que ningún comerciante estirado y pretencioso no te pueda dar un no por respuesta. - decía Constance emocionada golpeando la mesa con su palma para reafirmar su punto.

-No voy a negar que tu emoción es contagiosa, debo escribirle a Byleth sobre esto luego. - decía la maga blanca con un leve rubor, apenas puede contenerse las ganas de decirle a su prometido que se podrán reunir mucho antes de lo esperado.

-Verte sonrojada y tan enamorada es una imagen bastante linda, sobre todo cuando recuerdo que decías que jamás perderías tu tiempo con romances infantiles cuando podrías estar estudiando magia. - decía Constance con una ceja levantada para burlarse de su amiga.

-Aprecio el cumplido, y validando lo que dije hace poco más de un lustro, yo dije que no perdería el tiempo con un romance infantil, no con uno completamente serio y adulto. - decía la futura reina levantando un poco los hombros.

-Ohooo ¿y qué tan adulto es tu romance Lysithea? ¿Hasta dónde llegaron ese día que se comprometieron? - decía la rubia con una mano tapándose la boca en falsa sorpresa.

-Oh Constance, para que pueda hablarte de mi vida amorosa primero deberías tener una tú para que podamos hacer un intercambio de información justo... - Si algo había aprendido Lysithea de Claude, era desviar la conversación cuando no quieres revelar algo, siendo lo más efectivo que puedes hacer es poner en aprietos a quien te preguntó en primer lugar. - pero viendo cuanto me hablas de Ferdinand supongo que no deberé esperar mucho para que podamos tener está conversación.

- ¿¡Qué... que estás insinuando!? Yo y Ferdinand... yo y Ferndinand... - Constance pasó del pánico por la sorpresa a profundamente avergonzada con la mirada baja.

-Interesante reacción ¿hay algo que no sepa? - preguntó con cierto tono burlón la albina, regocijándose al devolverle las burlas a su amiga.

-¡Nada de nada! - decía nerviosa la maga rubia. - Oh pero que tarde se ha hecho, ya cayó el crepúsculo, supongo es buen momento para que me vaya, después de todo sabes que ambas estamos ocupadas, nos seguimos hablando por carta !adiós¡ - decía apurada Constance mientras se levantaba y se despedía de su amiga con mucho ahínco.

-Algo está cocinándose entre esos 2, eso es seguro. - decía Lysithea suspirando con una sonrisa, al final, su día que empezó con un dolor de cabeza terminó con bastantes risas y esperanzas para el mañana. - Constance tiene razón, me centré demasiado en hacer todo por mi cuenta, no hay nada de malo en buscar apoyo en otras personas, sobre todo ahora que voy a ser reina, debo darme cuenta que no todos los problemas de Fodlan los podré resolver sola, sobre todo ahora que la cooperación con otros nobles y gentes del común será vital para realmente unir a la gente en este nuevo reino unificado.