Episodio 1, Conociendo a los chicos

Aquí el siguiente capítulo... Al final le puse mi nombre si xD mis ganas de pensar son nulas XD pero siempre podéis substituirlo por el vuestro.


-¡Vamos! ¡Apresuraos!- Gritaba el pelirrojo desde la parte trasera del grupo mientras corrían.

La castaña se giro para observar, que lo que en un principio eran unos pocos zombis persiguiéndolos, había pasado a ser una horda. Sin necesidad de fijarse mucho, pudo ver su carne desgarrada y harapienta de sus rostros. En ese momento, deseaba que fueran más lentos, porque a pesar de su aspecto poseían una velocidad sorprendente… Nadie pensaría que están muertos.

-¡Ahhhh!- Gruñían los zombis cada vez más cerca de ellos, empujándoles a intentar correr más rápido. Pronto estuvieron frente un portón firmemente cerrado. La chica, se apresuro a abrirlo, pero fue en vano.

-¡Oh, por favor!- Se quejo nerviosa.

-Rayos… te dije que no debíamos involucrarnos.- refunfuño molesto el chico de la capucha, mientras se acercaba a empujar el portón junto a la chica.

Un zombi, más rápido que los demás, se acerco al grupo con los brazos extendidos, con la boca abierta y desencajada. La castaña se encogió para intentar que no la atrapara. "Ábrete por favor", repetía en su mente a la vez que intentaba abrir la puerta.

Un fuerte ruido la distrajo momentáneamente, el zombi había colapsado y estaba en el suelo, justo al lado, estaba el chico de cabello negro-azulado, con su bate en alto, observando fijamente al zombi.

-¡Apresuraos!- Grito, y sin una pizca de duda, cuando el zombi se movió, comenzó a golpear al zombi. Una sangre, de un color rojo muy oscuro, empezó a salpicar por todas partes con cada golpe.

Al ver al joven, la chica, se sintió un poco más valiente, por lo que retrocedió unos paso para poder correr y lanzarse contra la puerta con todas sus fuerzas.

-¡OOH!- El chico de la capucha se sorprendió cuando las puertas se abrieron de golpe y tanto él como la muchacha rodaron por el suelo. Y como si eso fuera una señal los demás chicos también entraron.

-Ethan, deja eso ya. ¡Ven!.- Ordeno el de gafas, obteniendo casi al instante un asentimiento por el chico del bate.

-¡ven adentro rápido!- Apuro el del pelo plateado, que tan pronto entro el chico del bate cerró la puerta con la ayuda de los otros chicos y puso el seguro. El sonido del seguro les dio una sensación de alivio a todos los presentes.

-¡Oh, cielos! ¡Eso estuvo cerca!- Comento el pelirrojo mirando a los zombis golpear el portón una y otra vez, provocando un escalofrío en la chica al pensar en lo que podría haber pasado.

-¿Estás bien?- Le pregunto el de cabello plateado amablemente a la muchacha.

-¿qué hay de ti? ¿Estás herido?- Respondió la chica, saliendo parcialmente de su estado aturdimiento, preocupada por la persona que tenía delante.

-Estoy bien.- Le dijo con una suave sonrisa.- ¿tú estás herida?- Le insistió con algo de preocupación en su mirada.

-No.- Contestó algo más tranquila.

Oye, ¡Deja de ser tan patético y sigamos.- Escucharon a un poco distancia- Ya todos han entrado.-El pelirrojo los miraba con una expresión burlesca en el rostro y moviendo el dedo para enfatizar hacia donde se dirigía el resto del grupo.- Vamos.

Los dos chicos comenzaron a caminar por el patio, con la chica siguiéndoles de cerca, mientras observaba el lugar. Era un gran edificio en forma de U, y parecía un poco dejado. "Esta… es la escuela que está en las afueras de la ciudad ¿no?" razono la joven, mientras entraban al edificio y subían al segundo piso.

-Así que ¿Por qué la hemos ayudado?- Pregunto el de la capucha a la nada.- ¡Casi haces que nos maten!- Protesto dándole una mala mirada al de lentes.

-Ey, sé bueno.- Dijo suavemente manteniendo una amplia sonrisa.- Cualquiera hubiese hecho lo mismo en esa situación.- Afirmo con un tono ligeramente alegre.

-¡Esto es una porquería!- gruño bajito el chico bajándose la mascarilla negra que usaba.

-Bueno, nunca nada es de tu gusto, así que…- comenzó el pelirrojo restándole importancia a las palabras del otro.- Deja de parlotear. Estoy cansado.- Le dijo claramente divertido por el comportamiento del otro.

Mientras la conversación seguía su desarrollo natural, la castaña dudaba que hacer "¿debería decir algo? ¿Aunque sea preguntar sus nombres?" estaba tan metida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que el chico de cabellos plateados, el cual había estado a su lado todo el rato, le sonreía amablemente y algo divertido.

-Soy Harry.- Se presentó.

-¿Eh?- Parpadeo confundida, no se había fijado que se habían parado en un pasillo y mucho menos sabía de que se estaba hablando.

-Mi nombre es, Harry- Repitió, más divertido por la reacción de la chica, aguantándose las ganas de soltar una pequeña carcajada al ver como entrecerraba levemente los ojos. "¿Me leyó la mente?" Era el pensamiento de ella cuando, Harry extendió la mano con una sonrisa- ¿Cuál es tu nombre?- Preguntó sonriendo ahora con ternura, haciendo que su mirada resaltara a los ojos de la chica."Bonita" era la definición que le dio ella internamente. Seguidamente asintió.

-Es… Aya.- Dijo con algo de vacilación, no era un nombre muy común en la zona en la que vivían y mucha gente lo consideraba extraño.

-Aya….- Medito un segundo Harry.- ¡Vaya! Es un nombre hermoso.- Considero el chico, regalándole otra suave sonrisa.

-¿En serio?- Preguntó sorprendida, había recibido muchos comentarios sobre su nombre, algunos de ellos le decían que era bonito pero raro, como mucho que era un nombre curioso… Pero aquel chico le dijo que era hermoso.

-Sí, por supuesto- Reafirmo Harry totalmente convencido, haciendo que la pobre Aya se sintiera algo tímida debido a tanta amigabilidad repentina, mirando hacia otro lado algo distraída.

- ¿Qué están haciendo aquí?- Cuestiono el chico de los lentes, observándonos a los dos.

-Familiarizándonos.- Le respondió Harry con sencillez.- Ya que vamos a quedarnos todos juntos aquí.-

-Saber nombres no va a mantenerte vivo aquí.- Le corto el chico de la capucha con bordería.

-¡No digas eso!- Protesto Harry poniendo ligeramente mala cara.- Es algo agradable que nos conociéramos.- Volvió a su tono suave y su sonrisa amable.

-¿Agradable? ¡Ugh!- Se escucho al pelirrojo de fondo, tosiendo algo exageradamente por lo bajo, recibiendo una leve mirada de Harry.

- Soy Lawrence- Se presentó el chico de lentes, acaparando la atención de la castaña, quien lo miro con ligera curiosidad…"Lawrence….Lawrence" El nombre de aquel chico rebotaba en su mente y no sabía porque.- Te ves como si fueras de secundaria. ¿Tengo razón?- Aya asintió levemente- Todos aquí, excepto por ese chico de allí, tenemos 18- Explico mientras señalaba al malhumorado chico de la capucha.

-¿Ah sí? Ya me parecía que teníamos alrededor de la misma edad.- Dijo más para sí misma que para ellos. De repente recordó al otro chico que estaba con ellos. Volteo la cabeza para ver si aún se encontraba con ellos y lo encontró balanceando su bate de béisbol, desconectado del mundo. Había sido gracias a él que Aya había sido capaz de escapar de los zombis-Oye…- Le llamo, pero el joven no pareció escucharla.

-Ethan…- Llamo Lawrence por ella. El chico de pelo oscuro, bajo su bate y miro a la chica. En su rostro no había rastro ninguno de emoción salvo indiferencia, o al menos eso es lo que le pareció hasta que se fijo en sus ojos.- ¿Por qué no te presentas?- Empujo Lawrence.

-…Ethan.- Dijo con ese aire de indiferencia.

-Gusto en conocerte, Ethan.- Dijo Aya regalándole una pequeña sonrisa.- Gracias por salvarme antes.- recibiendo un breve asentimiento por parte del chico.

-Oye, mi nombre es Zion.-Llamo su atención ahora el pelirrojo- No causes problemas.- Le advirtió aunque su tono pareciera amenazador, esa amenaza no llegaba a sus ojos que se mostraban más divertidos que otra cosa.

- ¡Lo intentare!- respondió con firmeza a Zion, sacándole una sonrisa desafiante.

-Ey, Eugene ¿Vas a presentarte?- Pidió Lawrence al chico que faltaba.

-Amigo. ¡No me interesa!- Protesto.- ¡No tiene sentido!- Dijo

-Solo quería que nos lleváramos bien- Le dijo Aya suavemente, realmente la chica quería conocerlos a todos.

-Vaya ¡Que inútil y patético!- Volvió a protestar.- Aún si nos lleváramos bien…- Comenzó a protestar en murmullos, pasando la mirada por todos nosotros. Hasta que su mirada se encontró con la de Lawrence, en ese momento cambio de opinión.- ¡Okay, okay!- Se rindió y suspiro- Eugene.- Dijo finalmente.- No te quedes mucho tiempo.- Dijo justo antes de marcharse, pero aun así, debajo de todo de ese aparente malhumor, Aya creyó ver a un buen chico, aunque solo el tiempo se lo podría llegar a confirmar.

-Jaja, solo déjalo pasar. Tiene una lengua filosa.- Le comento Lawrence a Aya- Lo siento si te ofendió ¿Quieres venir?.- Le propuso con una sonrisa amigable.

- Está bien, supongo.- Asintió la chica para luego, seguir a Lawrence a una sala de clases, mientras pensaba que el mundo en el que vivían tampoco era exactamente agradable, restándole importancia al comportamiento de Eugene.

-Pude notar que pareces algo incómoda alrededor de personas nuevas- Comento casualmente Harry una vez entraron todos en una aula, que tenía aspecto de ser usada con bastante frecuencia.- ¿Has estado sola todo este tiempo?- Pregunto con cautela.

-Oh, umm… Sí…- afirmó ligeramente con la cabeza Aya.

-Ya veo. Debió ser difícil.- Comento con simpatía, pero por desgracia, ese comentario provoco que la chica recordara todo lo que trataba de reprimir para poder sobrevivir. Su padre, su madre, sus amigos…. No sabía que había sido de ellos, estaba preocupada y los extrañaba.

-¿Qué? ¿estás llorando?- Se sobresalto Zion- ¡Por todos los cielos! Te salvan la vida y ahora lloras?- Pregunto entre indignado y nervioso.

-No. Es solo que….- Por más que se secara las lagrimas con la manga de su chaqueta, estas se negaban a dejar de salir. Eso hizo sentirla aún más frustrada, ella nunca había sido una chica de lagrima fácil, pero en aquella situación…

-Zion- Lawrence llamo a modo advertencia.

-¡Vamos! ¿No crees que esto es demasiado?- Pregunto irritado.- Ella no es la única que está pasando por un momento difícil.- Expuso- ¿Crees que no es difícil para nosotros?- Continuo- Nadie aquí esta sin problemas, amigo.- Dijo mas que irritado mirando a Lawrence.

-Bien, entendido. Todos, solo paren.- Dijo con simpleza Lawrence sin apartar la vista de Zion quien dio un grito de frustración, mientras Aya intentaba por todos los medios dejar de llorar. En mitad de todo eso alguien le dio unas suaves palmaditas en el hombro.

- Está bien… Todo estará bien…- Le dijo Harry suavemente, con una sonrisa cálida y comprensiva.- No lo contengas. No es bueno para ti. Llora.- Le animaba amablemente mientras seguía con la mano en su hombro reconfortándola.

-Oh, bueno….- Rodo los ojos Zion- Sí seguro. Estás diciendo que yo soy el idiota que no puede simpatizar con los demás.- dijo sin alzar la voz pero de malas maneras.- Bien, el idiota- Se señalo a sí mismo- Se va a la cama.- Y dicho eso se fue haciendo un gesto grosero a los que se quedaron.

Aya se sentía muy incómoda, sentía que sus lagrimas eran un error, estaba abrumada. Extrañaba a su familia. Y además estaba con personas desconocidas. Todo aquello era un coctel de emociones demasiado fuerte para ella. Respirando profundamente, se fue calmando y se seco las lagrimas de su rostro.

-Lo siento.- Hablo más bajo delo que ella había esperado.- Es solo que… Extrañé a todos de repente.- Explico, aunque una vez lo dijo, le pareció un motivo tonto por el que llorar, ya que todos estaban igual que ella.

-Estoy seguro de que están bien.- Consoló Harry con su dulce sonrisa.- Definitivamente los verás de nuevo.- Afirmo convencido.

-Gracias, Harry.- Le dijo Aya devolviéndole la sonrisa.- ¿Qué hay de vosotros?¿No extrañáis a nadie?- Tan pronto lo dijo se quiso morder la lengua, era un asunto muy privado y delicado, eso sin contar que los acababa de conocer.

-Pues…-Comenzó Harry cuando se iba a disculpar nuevamente la castaña.- Perdí a mi mamá por ellos.- Dijo mientras su mirada reflejaba una profunda tristeza.- Por supuesto que la extraño.- Dijo.

- Yo extraño también a mi familia.- Hablo ahora Lawrence.- Pero… No pienso mucho en ellos.- Dijo sin borrar su sonrisa amable.- Todo en lo que pienso ahora es sobrevivir.- Explico casualmente, asintiendo para si mismo.

-¿Y tú, Ethan?- Le pregunto al cabo de un rato de silencio, recibiendo como única respuesta del chico un ligero encogimiento de hombros y su habitual expresión de indiferencia. Dando a entender de que no prefiere darle muchas vueltas al asunto.

Pensativa de nuevo, Aya descansa un momento su espalda contra la pared, cuando de un fuerte portazo se abre la puerta del aula y aparecen nuevas personas.

-Ufff… eso estuvo cerca- Dijo una chica de pelo corto, oscuro y gafas.

-Si, en verdad lo estuvo.- Apoyo un joven de cabello castaño, ligeramente desordenado y un abrigo rojo.

-Oh, chicos están de vuelta.- Murmuro una chica algo alta, de pelo largo castaño, y de apariencia tímida.- Gracias a dios están bien.- Dijo sonriendo muy levemente.

Con esos pequeños gestos de familiaridad, Aya enseguida comprendió que todos ellos habían estado juntos durante bastante tiempo.

-¿Ocurrió algo?- Pregunto Lawrence a los recién llegados, con voz tranquila y suave, pero a su vez poderosa. Dando la percepción a la castaña de que eso es lo que lo hacía un líder carismático frente a los demás.

-¡Oh por dios! ¡No van a creerlo!- Empezó otra chica a hablar, de pelo corto y anaranjado.- Nosotros estábamos en esa tienda cuando de repente, estos…-

-¡Espera!- La interrumpió sorprendiéndola.

-Eres…- Comenzó dubitativa, sin poderse creer lo que ocurría.

-¿Judy?- Dijo Aya, siendo atraída por aquella voz tan familiar. Observando el rostro sorprendido de la chica, confirmando de que si, se trataba de su amiga Judy.- ¡Judy!- Grito alegre.

-Cómo es que tu…- murmuro, pero enseguida, dijo alegremente- Quiero decir. ¡Estas viva!- Rebosaba energía- ¿Estás bien?- Pregunto mirándola contenta, un poco preocupada.- ¿Estoy soñando? ¡No puedo creer que estés aquí.- Siguió con una sonrisa cada vez más grande.- ¡Estaba tan preocupada por ti!- Le dijo aliviada.

-oh ¡Yo también!- Le contesto Aya acercándose a ella.- De verdad te extrañe.- Con la emoción del momento, la chica no pudo evitarlo y salto hacia su amiga Judy, dándole un gran abrazo. Al principio Judy está sorprendida por la acción de Aya, pero al instante le devuelve el abrazo. Las dos se sentían tan aliviadas que se les escaparon algunas lágrimas.

-Eh…¿ Qué les pasa a estás dos?- Pregunto el chico desconocido incrédulo.

-Ey… Solo quería ver que habéis traído.- Apareció Eugene, que nada más ver a Judy y Aya, perdió todo el interés en las nuevas personas- ¿Pero qué es esta novela? Amigos, esto es todo para mí aquí. ¡Me marcho!- resoplo enfadado.

-Mantente cerca.- Le dijo Lawrence tranquilamente mientras le daba una mirada momentánea para volver a centrarse en las chicas.

-¡Si, señor!- Contesto Eugene aburrido.- No quiero morir ¿Sabes?- Añadió en un susurro , para seguidamente chasquear la lengua y desaparecer de la clase.

-¿Qué hay de los demás? ¿Sabes qué pasó con nuestros amigos?- Bombardeo Judy a Aya con mucho interés y preocupación.

-… no lo sé.- Suspiro en respuesta Aya .- Eres la primera que encuentro hasta ahora.- dijo con tristeza.

-Tal vez es mejor si no lo sabemos…- Dijo Judy desviando la mirada, haciendo que Aya bajara la suya, para luego levantarla.

- Estoy tan feliz de encontrarte aquí.- Dijo Aya intentando alegrar a su amiga

-Que bueno que logramos sobrevivir.- Contesto ahora, mas positivamente, abrazándose a Aya una vez más, antes de separarse definitivamente y limpiarse las lágrimas, para finalmente sonreír.

De repente la puerta se volvió a abrir inesperadamente, dejando ver esta vez a una chica de pelo largo rubio.

-He vuelto.- Informo.- ¿He llegado muy tarde?- Pregunto saludando a algunos con un movimiento de cabeza.

- Todos hemos estado esperando por ti, Scarlett.- Le dijo Lawrence amablemente, mientras la chica parecía buscar algo con la mirada.

-Noté a todos esos zombis en la entrada principal- Explicó centrando ahora si en el grupo.- Así que pensé en ir a echarles un vistazo.-

-No deberías. Es muy peligroso.- Riño Harry a la recién llegada.

-tengo una pregunta…- Dijo la chica de pelo largo y castaño, pero es interrumpida bruscamente.

-¿ Qué es… Quién es ella?- Demando en un tono duro, poniendo una expresión intimidante al notar a Aya, y sin darle tiempo a que se presentara siguió.- Dije… ¿Por qué rayos esta ella aquí?- Pregunto fríamente mirando a Aya.

-….Eso es lo que iba a preguntar yo…- murmuro derrotada la castaña de pelo largo.

-¡Eso es lo que iba a explicar ahora!- Dijo Lawrence con una sonrisa amable.- La ayudamos hace un rato.- comento con algo de seriedad.

-Hola, soy…- Empezaba a presentarse Aya, para ser ignorada por la chica rubia.

-¿Estáis seguros de que no está infectada?- la interrumpió sin miramientos mirándola detalladamente, por lo que ella decidió acercarse para decirle que no estaba infectada.- ¡Oh por dios! ¡Tiene sangre en la mano!- Grito haciendo que todos me miraran aterrados- ¿Ven? ¡Está infectada!-Grito con satisfacción mientras me miraba a los ojos de nuevo.


Espero que os haya gustado y si tenéis recomendaciones, dudas, o cualquier cosa ya sabéis ^^ Estoy para lo que sea ^^