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CON LOS HUESOS
rotos
O3
"'Cause there is something and there is nothing
there is nothing in between.
And, in my eyes, there is a tiny dancer watching over me.
He's singing 'she's a, she's a lady' and I am just a boy.
He's singing 'she's a she's a lady' and I am just a line without a hook"
"No existe consuelo inmediato para un corazón roto", era lo que solía decir Boomer una vez se encontraba disfrutando de su música triste negando luego de que algo le saliera mal. Generalmente, se ponía en ese plan siempre que Butch sacaba el pedazo más grande de la comida que fuese. Se sentía la traición, y a Brick, ver a sus hermanos en esa dinámica, le alegraba el alma. Qué cómico, esta pelea de hermanos le estaba ayudando a consolarse con su realidad, bueno, se le hacía más amena la situación. Brick no acababa de resignarse completamente al hecho de que ya ha pasado tiempo, y el día de mañana, Blossom se convertiría en la esposa de Bud ante la ley. Ya no sería Blossom Utonium, sería Blossom Smith-Utonium.
Ella nunca iba a estar a su lado, Brick ya estaba más cercano a aceptar esa realidad una vez que fuese un hecho.
—Brick, tienes listo tu traje, ¿verdad?
—Sí —le respondió a Butch, quien se limpiaba la cara con una servilleta—, lo tengo colgado.
—¿A qué hora es el matrimonio? —preguntó Boomer apoyando su codo sobre la cabeza de Butch para molestarle.
—A las seis —respondió el mayor rodando los ojos ante las peleas de sus hermanos.
—¡Ah! —se exaltó el menor—. ¡El regalo de bodas!
—Ah, yo lo tengo —dijo Butch pasando a tomar las manos de Boomer—. Lo saqué de las lista de "novios", Buttercup me lo apartó para que pudiéramos comprarlo.
—Maravilloso —se relajó Boomer bajando sus brazos, aunque Butch seguía sosteniéndole—, ya me había entrado un poco de pánico.
—¿A quién crees que tienes de hermanos? —desafió Butch.
—¡A un pozo sin fondo!
Brick se perdió en la discusión de sus hermanos. Se puso de pie y fue hasta la cocina para hacerse una taza de té negro. Cuando volvió a la sala y se acomodó en el espacio que había en la ventana para mirar hacia afuera, se dio cuenta de que sus hermanos se habían quedado callados. Les miró de reojo, pero volvió a mirar hacia afuera. No había mucho que mirar más que las luces de la calle y quizás hasta la luna. Butch y Boomer intercambiaron una especie de mirada preocupada y se golpetearon para ver quién hablaba primero.
—¿Está todo bien, hermano? —preguntó Butch.
—Sí —respondió Brick sin mirarles—, es solo que estoy cansado.
—Ah, ¿te agotó el motor de ese Mercedes? —preguntó Boomer.
—Efectivamente, ¡Dios! —exclamó Brick antes de reír flojo—. Al menos terminé con ese auto —miró a sus hermanos y les sonrió—. Me beberé la taza y me iré a dormir.
—Vale, tío, recuerda pedir el taxi con anticipación —dijo Butch antes de bostezar.
—Vete a dormir —ordenó el hermano mayor—, yo me encargaré de eso.
Brick se quedó a solas y soltó un fuerte suspiro. Miraba su taza de té como si se tratase de la máxima creación del mundo, incluso a pesar de sentir el vaho de la bebida, tardó un poco en notar el aroma. Sopló un poco y la fragancia se hizo más potente. Esperaba poder dormir tranquilo esa noche, incluso pensó en que podría pedirle a su vecina, la señora Williams, algunas hierbas con las que podría hacer una infusión y dormir plácidamente... más bien, dormir, y es que tenía miedo de que la angustia no le dejara conciliar el sueño luego del matrimonio de Blossom.
"Se te va a ir, Brick", escuchó de repente mientras observaba su taza.
—No jodas —murmuró.
"Tienes el corazón roto", frunció el ceño.
Con cierta molestia, Brick se bebió todo el té lo más rápido que pudo, incluso si pasó a quemar un poco la sensibilidad de su garganta. Estaba volviéndose loco, no cabía duda alguna. ¿Cómo es posible que el agua le esté hablando? Era producto de su imaginación, sí, un jugueteo de su consciencia, eso era obvio. El agua no habla. Comprendiendo aquello, Brick llegaba a la conclusión de que solo podía hablar consigo mismo cuando había un poco de agua presente. ¿Sería una señal? No lo sabía.
"Tienes el corazón roto", recordó que se dijo a sí mismo, frunció los labios y negó con la cabeza.
—Un corazón roto no me va a impedir seguir con mi vida.
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—Los chicos están ansiosos por mañana. Boomer me ha dicho que ya tienen todo listo —dijo Bubbles mientras se sentaba en la mesa de la terraza junto a sus hermanas y dejaba la bandeja con las bocatas para esa noche de chicas.
—Lo mismo con Butch —añadió Buttercup en tanto servía las copas de sangría, miró a Blossom—. Los hermanos de tu amigo son interesantes.
—Lo sé —respondió la mayor mientras recibía su copa—, son toda una familia llena de sorpresas.
Blossom se había quedado en silencio, sus heramanas seguían con el royo, es que a ella parecía estar abrumándole el hecho de que le recordaran la existencia se esa familia. Se quedó mirando su argolla de compromiso como si nunca la hubiera analizado tanto. Ese simple anillo significaba un cambio en su vida, uno que, literalmente, cambiaría todo, desde la forma en la que la llamaría la gente, su nombre, su hogar, su estilo de vida, sus relaciones interpersonales, todo. Ahora se esperaría que ella cumpliera con las "labores de esposa", así como también que su esposo cumpla con sus "labores", porque en la cultura en la que estamos inmersos, un matrimonio ya no significa un simple acto de amor, tampoco era un simple papel, era cumplir con un rol fundamental para aquellos buitres de la sociedad que solo saben hablar de aquello que les debiese ser ajeno.
—"Qué hermoso rubí" —dijo Bubbles—. ¿Eso estás pensando'
—Claro —mintió Blossom de inmediato—, ya quiero ver las alianzas de mañana.
—No las has visto —afirmó Buttercup, pero parecía más una pregunta.
—No —dijo y dio un gran sorbo a su copa de sangría.
—Te aseguro que te gustarán mucho más que ese simple rubí —dijo Buttercup totalmente convencida.
—Eso espero —bromeó—. Bud dice que me he de sorprender una vez las vea, que es todo lo que siempre deseé ver en una joya.
—Qué romántico —canturrearon las dos hermanas.
Pero realmente, a Blossom ni le interesaban las joyas ni piedras preciosas. No sabe de dónde fue que Bud sacó esa ridícula idea.
—Bloss —llamó Bubbles—, ¿te encuentras bien?
Blossom, que había dado un último gran sorbo a su copa, asintió con la cabeza antes de darle una respuesta en voz alta.
—Sí, ¿por?
—Te ves triste.
—¿Eh? ¿Qué pasa? —sonrió—. No estoy triste, venga.
—¿Estás segura? —preguntó Buttercup meneando su copa frente a su rostro.
—Estoy emocionada, eso es todo —suspiró y tomó un bocado de aceituna—. Después de mi matrimonio, se abre una nueva etapa en mi vida. Siento algo de nostalgia por el estilo de vida que deberé dejar atrás.
Luego de eso, sus hermanas guiaron los temas de conversación a cosas banales como la nueva casa y el destino de su luna de miel. Blossom, en tanto, fingió que podía seguir compartiendo con ellas, después de todo, se estaban esforzando por hacerla pasar un buen rato, alejada de las dudas, en el día se parecía ser de lo más importante para ella. Compartir con Buttercup y Bubbles era una caricia para su corazón y para su realidad. No quería nada más, no necesitaba nada más, al menos por ahora. Quiso pasarlo bien, al menos por esa noche.
Sin embargo, Blossom estaba dudando en casarse, eso no era algo que le diría así como si nada a sus hermanas. No tenía nada que ver su amor por Bud, que sentía, claro está, sino por la realidad que no quería afrontar: no volver a ver o interactuar con Brick con tanta libertad. Bud es un celoso e inseguro, no le parecería bien que su esposa "se reuniera con un pelagatos". Todos estarían de acuerdo, pero ella no quería aceptar esa absurda y retrógrada convicción de que no se vería bien que "una mujer casada tenga encuentros clandestinos con otro hombre". Lo harían sonar muy mal, la relación entre ella y Brick no era clandestina, literalmente estaban en medio del mirador, un lugar público. La verdad es que el mundo no estaba listo para asumir que un hombre y una mujer podían ser solamente amigos. Claro, eso sería solo eso, una simple amistad, de no ser porque ella sí sentía cosas por Brick, algo que sentía totalmente unilateral.
—Blossom —dijo Buttercup después de un rato—, será mejor que vayas a dormir. Necesitas descansar. Nosotras ya mañana nos levantaremos temprano para arreglar todo.
—Vale —respondió sin dudarlo en ningún momento y se puso de pie—. Me daré un baño y luego me iré a dormir. Buenas noches, chicas. Gracias por quedarse conmigo esta noche —les dijo mientras estrechaba sus manos.
Con algo de cuidado se fue hasta su habitación. La sangría le había pegado fuerte, siempre le pasaba, es que la fruta le era irresistible. Se va a su habitación, se quitó la ropa y se colocó el albornoz y se dirigió a su baño. Llenó la tina de agua y dejó caer, con cuidado, la bomba de fragancia marina y también unas flores aromáticas que tenía reservada en una pequeña caja blanca. Cuando el nivel del agua fue el adecuado, se metió dentro de la tina y se relajó. Hundió un poco su cuerpo, hasta su barbilla, y el recuerdo de una de las tantas sonrisas que había visto de Brick apareció en su cabeza. Abrió los ojos inmediatamente, por un momento se sintió en el mirador, pero, en realidad, solo estaba en su baño. Hizo un puchero, se sentó cómodamente en la tina y cubrió su rostro con ambas manos. Detestó sentir la presión del anillo contra su piel, pero más detestaba la idea de alejarse de su incondicional.
—No estoy lista para decirte adiós. No quiero decirte adiós —murmuró y mordió su labio para evitar llorar.
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El espacio en donde se realizaría el matrimonio y la fiesta era un espacio grande, muy grande. A la entrada ibas por un camino de piedras rodeado por rosales, tenía un arco que conducía al espacio en donde estaba el dizque altar, los asientos dispuestos para los testigos de la unión y, por supuesto, el camino por donde los novios entrarían. Había muchas flores rodeando el lugar, los asientos, cintas blancas. Mucha elegancia, muchos colores claros y brillantes. Se sentía una fragancia suave que acompañaba el ambiente, como si intentara influir en los presentes para que las emociones brotaran sin problema. Sería una ceremonia totalmente civil, sin ninguna intervención de la Iglesia, porque Bud no era creyente de esa religión, y Blossom no se la iba a imponer a nadie, mucho menos a su futuro esposo con algo tan importante como un sacramento. Ese día, todo marcharía bien con respecto a la ceremonia.
Los invitados empezaron a llegar y se dirigían a los asientos. Se escuchaban exclamaciones en relación a lo bien ambientado que estaba el espacio, todos se mostraban sorprendidos y emocionados. Una vez que llegaron Brick y sus hermanos, sintieron que la gente los miraba por lo escandalosos que Butch y Boomer estban siendo, pero al cabo de un par de segundos, la presencia de los hermanos pasaba a un segundo plano. Familiares y amigos estaban aguardando el momento en el que entrada Bud y, luego, Blossom, quien sin duda alguna sería la reina de esta ceremonia. Brick miraba con cuidado cada detalle, de hecho, estaba tan absorto que no se dio cuenta de cuando llegaron Buttercup y Bubbles a su lado para darles la bienvenida. Con su mejor sonrisa, saludó a las chicas y les comentó que sí, que también estaba muy emocionado. Pero la verdad es que ver el nombre de "Blossom" unido a "Bud" en los ramilletes de flores frente a la especie de altar le hacía doler el estómago. No, no quería vomitar, quería llorar. La chica que le gustaba estaba por casarse con otro...
Bud se posicionó al frente de la audiencia, se le veía molesto, eso fue comentado entre los presentes, pero cuando alzó la cabeza, les sonrió a todos y el ambiente cambió, porque se anunció la llegada de la novia. El insípido de Bud Smith planchó su traje azul marino con sus manos y esperó con la frente en alto a la hermosa chica que hacía ingreso. Brick miró ansioso a aquella pelirroja que tenía el cabello suelto, adornado con pequeñas rosas, usaba un vestido de color crema, sencillo, sin tanto adorno, dejaba ver sus clavículas, sus hombros y caía con gracia desde su cintura hasta casi diez centímetros por sobre las rodillas. Se veía hermosa, la sonrisa que tenía en su rostro, con esos labios brillantes maquillados con un pálido color rojizo le acentuaba más su tono de piel. Brick quería estar frente a ella, que le sonriera a él, pero a medida que la veía avanzar del brazo de su padre, caía en cuenta que esa chica estaba caminando hacia alguien más.
La chica que le gustaba se casaría con otro, pero... se veía tan hermosa, tan preciosa, que además de que parecía irradiar una luz propia, daba la sensación de que hacía florecer todas las flores que decoraban el camino hacia Bud. Ella sonreía y el mundo alrededor resplandecía de vida. A pesar de que él se encontraba triste, la veía a ella, tan alegre, que no pudo evitar sentir que se llenaba de felicidad. Ese día se prometió a sí mismo que priorizaría la felicidad de Blossom por sobre él, incluso si se sentía un completo desgraciado.
Y fue entonces cuando llegó el momento de la pregunta que marcaría la oficialización del matrimonio.
—Yo, Blossom, te tomo a ti, Bud, como mi esposo y prometo serte fiel y cuidar de ti, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.
Uff, el corazón de Brick se desgarró en ese momento, al menos así lo expresaría él. Se puso rígido y sintió un crujido al verla sonreír tan enamorada. Y cuando llegó el momento de las alianzas, tragó duro al notar la expresión de asombro y emoción en el rostro de Blossom. La chica no podía creer lo que estaba viendo. Una flor de rubíes y zafiros como punta de ese anillo de oro. No esperó que ella le mirase a él por un mísero segundo, para luego volver a ver a su - ahora - esposo, y dedicarle una sonrisa cargada de sentimientos.
—Los declaro marido y mujer —dijo el juez que dirigió la ceremonia.
Blossom y Bud Smith-Utonium celebraron su unión con un beso. Los invitados aplaudieron, Butch y Boomer, eufóricos, llegaban a silbarles, haciendo que las hermanas de la novia rieran. Brick también aplaudía, pero lo hacía lento, pausado. Era oficial, ella ya no sería alguien para él. La pareja de recién casados se volteó hacia sus invitados, ambos se tomaron de las manos y les agradecieron a todos por su asistencia. Bud era el que más hablaba, Blossom sonreía con gracia. Dios, se veía tan hermosa.
Fue ahí cuando Brick y Blossom hicieron contacto visual. Sus ojos se achicaron un poco, de hecho, parecía estar transmitiendo toda la felicidad que sentía, tan solo con su mirada. Sin embargo, dentro del chico reinó un indescifrable sentimiento de tristeza y felicidad, pero al cabo de un momento, todo le empezó a doler y fue consciente de algo: su historia con Blossom terminó tal y como empezó, con el corazón de ella perteneciéndole a alguien más.
"Porque acá hay algo y acá no hay nada
no hay nada en el centro.
Y, en mis ojos, hay un pequeño bailarín cuidando de mí.
Él canta 'ella es una, ella es una dama' y yo soy solo un chico.
Él canta 'ella es una, ella es una dama' y yo soy solo una hilo sin un gancho"
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Sript, Brick se me da como que es un desastre andante en la cocina, pienso que debe ser el peor. Butch y Boomer pueden cocinar, preparar licores, lo que sea, pero Brick... lo quema todo, hasta el agua. De hecho, he pensado que con suerte puede hacerse una taza de té. ¡Espero que con esta parte te sigas imaginando un final bonito! Jajaja, perdón. Lamento no haber podido darte más momentos de su pasado, en serio, solo admito que no se me ocurrieron más momentos, perdona. ¡Gracias por leerme y comentar! Aprecio interactuar contigo.
Y a vosotras, gracias por apareceros por aquí. Espero que hayáis disfrutado de este capítulo. Os recuerdo que la actualización -el viernes- es la última parte de toda la historia. Gracias por vuestro apoyo. Podéis pasaros por mi instagram (soymariposamonarca).
Saludos,
Mariposa.
