Hola...

Por error subí un borrador, este es el capitulo terminado. Te leo más abajo ...


El clima del valle era más llevadero, era más cálido y el cielo era más azul en comparación con el grisáceo de la ciudad.

Mientras avanzaban mantenían una perfecta formación en rombo . Levi se ubicaba a la cabeza del grupo, a su izquierda Sasha tenía preparado su arco en caso de alguna emboscada, a su derecha la mano de Connie acariciaba la empuñadura de su espada lista para desenvainarla y en la retaguardia Marco permanecía atento a cualquier movimiento sospechoso. La sensación de inseguridad producto de una inminente guerra era cada vez más creciente en la Legión y no podían darse el lujo de ser descuidados.

Levi fijó su mirada en el camino durante todo el viaje y procuraba mantener la mínima comunicación con su equipo, haciéndoles difícil la tarea de descifrar que es lo que estaba ocurriendo. Sasha intentó acercarse un par de veces para preguntarle sobre la misión - de recoger a su prometida - pero ella siempre se encontró con un muro silencioso de indiferencia y apatía.

Él nunca pensó en el matrimonio como algo necesario en su vida, nunca lo deseo y nunca lo consideró un eje primordial. Estando en la Legión de Reconocimiento no sabía en qué momento iba a morir y eso era un fuerte incentivo para descartar el considerar tener familia. Su vida siempre giro en torno a la milicia, la guerra, las misiones, las batallas constantes era todo lo que conocía y no necesitaba más.

Durante la primera guerra fue el más aguerrido de los cadetes de su tropa, no tenía miedo en obedecer una orden por más arriesgada y peligrosa que esta sea. Es más, gran parte de su fama se la debe a que siempre salió victorioso de cada una de las batallas que enfrentó. Pero esta situación lo superaba largamente. Todo sería más sencillo y sabría cómo actuar si en sus tiempos de recluta, Shadis hubiera impartido un curso como "¿Qué hacer cuando tienes que casarte con una mujer con la cual no quieres casarte, pero estas obligado o sino mataran a tu escuadrón y será tu culpa? "

Decidió aceptar calladamente su destino, el solo pensar que él sería responsable directo de la muerte de su escuadrón o de algún miembro de la Legión le producía una sensación nauseabunda, realmente desagradable.

Tragó un gordo nudo que se formaba en su garganta. Cerró los ojos con desesperación suplicando internamente que el sonido del martilleo de su corazón se detuviera.

La chillona vocecita de Hanji daba vueltas en su cabeza como un torbellino de agonía infinito.

" ¡Por una vez en tu vida deja de ser un maldito hijo de puta y se amable con esa pobre niña que no tiene la culpa de casarse con un miserable como tú!"

¡Pum, pum, pum! Escuchaba claramente el bombeo de su corazón.

" Levi, los matrimonios arreglados se dan todo el tiempo ¡No necesitas ser un bastardo con ella, trátala con respeto! ¡Cuida de ella ¿sí?! ¡Intenta que tu matrimonio funcione y evítale sufrimiento innecesario! ¡No seas como esos hombres que tratan a sus mujeres como objetos para calentarles la cama! "

¡Pum, pum, pum! El corazón le latía tan fuerte que pronto le rompería las costillas.

" ¡Y ni se te ocurra presentarte en su casa con las manos vacías! ¡No seas tacaño y entrégale un bonito obsequio de tu parte! ¡Dale un regalo de boda apropiado! ¡Ella está abandonando su hogar y su familia así que escóltala correctamente! ¡Demuestra preocupación por ella, por su seguridad! "

¡Pum, pum, pum! una y otra vez ¡Pum, pum, pum! cada vez más rápido ¡Pum, pum, pum!

¡Acaso las palabras de la maldita cuatro ojos lo iban a atormentar todo el camino! ¿El corazón le podría palpitar más fuerte? ¿Esto es un ataque de pánico o acaso se estaba muriendo? Un dolor de cabeza le comenzó a punzar detrás de los ojos. Se llevó sus dedos al puente de su nariz y apretó fuertemente.

- ¡Heichou! ¡Heichou! Ya llegamos. - La voz de Sasha lo hizo volver de donde sea que su mente lo había llevado.

Finalmente estaba ahí. Dio una única inhalación profunda y se sacó la tensión contenida en el pecho.

Unas grandes puertas envejecidas por el paso de los años y por falta de mantenimiento se alzaban frente a ellos, agarro la correa de su caballo con tanta fuerza que sus uñas se estaban poniendo blancas y avanzó por el pedrusco camino oscurecido por el musgo hasta llegar a un patio empedrado, rodeado de un hermoso jardín que daba a la puerta principal de una gran casa.

FUNDO ACKERMAN. Se podía leer en una placa clavada en la pared, adornada con extraños talismanes de colores.

- Bien. - Murmuró a su tropa. - Este es el lugar.

Producto del ruido de los cascos de los caballos chocando contra el empedrado camino, una anciana salió de la puerta de servicio y caminó de mala manera hacia Levi, secándose las manos en el mandil que colgaba de su pecho.

- ¿Qué quieren? - La mujer les preguntó de forma grosera. - Si son cobradores, no tenemos dinero. Vengan otro día. - Antes de que Levi pudiera abrir la boca para responderle con una grosería, la mujer se colocó sus lentes para ver bien su rostro. - Oh, mierda, ¿Sr. Ackerman? - Preguntó.

- Capitán Levi Ackerman. - Respondió, su tono era monótono, excepto que se podía sentir un ligero tono de molestia– Estoy aquí por Mikasa Ackerman, dígale que salga rápido. - sus ojos recorrieron el lugar con desagrado. - Tenemos que partir de inmediato, no nos podemos demorar.

- ¡Hmmp! Lo estaban esperando, llega tarde. - Regaño la anciana y se alejó con su andar pesado hacia la entrada del fundo. - Avisaré que ya llegó.

Levi estaba ansioso por dar la vuelta y regresar a Ehrmich, no quería permanecer en ese lugar más de lo necesario. El viaje había sido largo e incómodo, la marcha que tenía que demorar tres días se alargó a cuatro porque un puente había cedido debido al aumento del caudal del río y tuvieron que tomar la ruta larga, rodeando toda una montaña. Si quería regresar para la fecha límite de la boda tenían que salir de inmediato. El remolino de pensamientos en su cabeza amenazaba con explotar como una olla de presión.

Otra mujer salió de una de las puertas a su izquierda, llevaba puesto una elegante túnica de seda azul ceñida al cuerpo, anudada con una faja dorada bordada con motivos florales y mangas anchas que parecían tocar el suelo. Sus rasgos eran peculiares. Sus ojos rasgados, piel blanca con cierto subtono amarrillo, pómulos altos, nariz fina, cabello oscuro y la cara alargada le daban un aire exótico.

Por la peculiaridad de sus facciones, la identifico como asiática, ya no solían verse miembros de esa etnia. Después de la purga muy pocos sobrevivieron y según los reportes de la policía militar las pocas mujeres asiáticas que quedaron fueron "robadas" para venderlas a hombres de gustos y moral cuestionable.

- Qué bueno que llegó, lo estábamos esperando. - Dijo de manera suave y calmada. - Me comentaron que tiene prisa, pero no le gustaría refrescarse con una taza de té antes de volver a partir. Estoy segura que el viaje ha sido largo. Usted y sus acompañantes deben de estar cansados.

La idea de un rico y refrescante té le era tentadora, sin embargo, salir de ese lugar lo era mucho más. - Estamos retrasados. - Fue lo único que dijo.

- Siempre hay tiempo para una buena taza de té. - Expresó con particular sinceridad.

Levi permaneció estoico a la insistencia de la mujer.

-He preparado galletitas de jengibre y miel, son mi especialidad. - Insistió.

La ansiedad y la emoción reflejada en los ojos de la asiática era indicativo que no se rendiría fácilmente.

- También hay zongzi, jiaozi y baozis salados. - Ella le sonrió, de una manera demasiado agradable para alguien que se negaba a recibir sus atenciones.

Ella no daría marcha atrás y su compromiso con hacerlo beber y comer era admirable, él se preguntó cuánto más planeaba seguir con ello.

¿Lo dejaría ir más rápido si simplemente aceptara la invitación? Medito por un momento y llego a la conclusión de que en verdad era demasiado estúpido por dejarse convencer.

- Solo una taza de té. - Aceptó. Descendió de su caballo con facilidad y lo acaricio dándole palmadas en su lomo. - Traigo un regalo de matrimonio para Mikasa Ackerman. - Dirigió su mirada al caballo negro que traía amarrado a un costado del suyo.

Se sintió completamente fuera de su elemento. Él no entendía ni quería entender de protocolos, él era un soldado, un veterano de guerra, esta situación le resultaba absurda.

La asiática observada fascinada al animal– Es muy hermoso. A mi hija le encantará. - Respondió. - Mikasa se crió en el campo así que esta familiarizada con los caballos.

Levi inclino la cabeza, haciendo una pregunta en el aire. - ¡Oh perdón!, no me he presentado como correspondencia. Mi nombre es Mikela Ackerman, soy la madre de Mikasa Ackerman. - Pesé a su tono calmado y sonrisa sincera, sus ojos parecían estudiarlo al detalle. - Me parece que sus acompañantes todavía no se han presentado- Volvió la mirada hacia los tres chicos que permanecían detrás de él.

Sasha, Marco y Connie se mantenían detrás de su superior, en silencio, todavía en posición de guardia, este era un lugar desconocido y no podían confiarse por más agradable que sea esa mujer.

La primera en descender de su caballo y presentarse a Mikela fue Sasha. -Mi nombre es Sasha Blouse. Dijo con una gran sonrisa y actitud más relajada.

Connie y Marco la imitaron.

- Mi nombre es Connie Springler.

- Yo soy Marco Bott.

Ambos chicos saludaron efusivamente.

Los tres solían sincronizarse a la perfección durante las misiones y las batallas, y después de tantos años juntos en combate llegaron a desarrollar una especie de telepatía entre ellos. Un intercambio de miradas basto para entender la realidad y la actitud de su heichou. - Matrimonio arreglado. - Fue lo único que Levi llegó a escucharlos decir.

- Son parte de los miembros de mi escuadrón. Me recomendaron que la forma más segura de viajar con una dama por estas rutas era con una escolta. - Mintió descaradamente.

Nunca aceptaría en voz alta que fue obligado por Hanji y Erwin.

Mikela soltó una leve risita y dijo. - Claro, claro es por eso. Estos caminos son muy peligrosos. Le agradezco que se preocupe por la seguridad de mi hija. -

Levi se erizó internamente cuando Mikela lo agarró por el brazo y lo jaló hasta el interior de la casa. En otras circunstancias la hubiera alejado con algo de brusquedad, pero algo dentro suyo evito que reaccionara de esa manera y simplemente se dejó llevar.


La sala principal era grande y lujosa, sin duda sorprendente, tan diferente en contraste con la parte exterior de la casa. La decoración era exquisita, seda roja colgaba de cada pared, lámparas de fino papel adornaban la estancia, abanicos y sombrillas en tonalidades doradas combinaban con el carmesí predominante. Las columnas de jade negro y el piso extremadamente pulido, le daba una belleza extraña y acogedora al lugar.

Mikela lo guió hasta una bonita mesa de madera llena de deliciosos bocaditos, variedades de fruta fresca picada y galletitas de diferentes formas.

Las finas manos de Mikela le ofrecieron una delicada taza de porcelana blanca, adornada con flores de pétalos rojos.

- Espero que sea de su agrado.

Levi llevo un sorbo a sus labios y el té era mejor de lo que se esperaba, mucho más agradable del que estaba acostumbrado, más sutil, más ligero y más aromático. Hizo un recordatorio mental de pedirle la receta antes de irse.

- Es una pena que su escuadrón no desee acompañarnos. - Se lamento Mikela. - Preparé suficientes bocaditos para todos.

Levi ya encontraría la manera de como castigar a esos traidores. Se habían negado a entrar a la casa con la excusa de cuidar a los caballos, incluso Sasha se mostró renuente a acompañarlo a pesar de saber que le esperaba grandes cantidades de deliciosa y exótica comida.

- Estarán bien. - Siseó y se relamió los labios imaginando las mil maneras de como los torturaría por haberlo abandonado.

- La deidad de la fortuna debe de haber intercedido a mi favor, deseaba conversar contigo en privado. -Dijo Mikela, dejando elegantemente su taza en la mesa.

El primer pensamiento de Levi fue que Mikela le rogaría para que no se lleve a su única hija o le suplicaría que esperara un par de años antes de casarse.

Mientras él intentaba formular una respuesta lo suficientemente creíble sobre su "obligación" de evitar la extinción del linaje Ackerman, Mikela habló - Eres idéntico a tu madre, el parecido es increíble.

Él se levantó de la mesa mientras tosía bruscamente en un intento fallido de evitar ahogarse con su té, pero terminó escupiéndolo todo con una mirada de incredulidad en su rostro.

Mikela en cambio, lo miró por unos segundos mientras él recuperaba la compostura y volvía a tomar su puesto en la mesa frente a ella.

Acaso había escuchado bien. - ¿De dónde conoces a Kuchel? - Le exigió saber.

- Vino de visita hace muchos años al Fundo junto a Kenny, antes de que tu nacieras.

Levi rememoraba difícilmente esos nombres. No conoció a su padre, ya que por más que intentara no recordaba su rostro, solo manchas negras entremezcladas en su memoria. Su madre había dejado un impacto más fuerte, más chocante, más visceral en él. Los pocos años que paso junto a ella siempre había demostrado una naturaleza paranoica y esquizofrénica hasta el punto de arrastrarlo a la ciudad subterránea para vivir en un asqueroso cuarto donde ella se prostituyó hasta el día que murió de una extraña enfermedad.

Estaba más que seguro que él había heredado las complicaciones mentales de su madre.

A las palabras de Mikela le siguió un silencio tenso y pesado.

- ¿Tú lo conociste? ¿Conociste a Kenny? - Preguntó.

Cuando era un niño, su madre solía contarle historias maravillosas de su padre, relatos que rayaban en lo fantástico. Al principio se sintió fascinado, pero con el pasar de los años se dio cuenta que esas historias increíbles solo eran producto de la imaginación y de la enfermedad mental de Kuchel.

Ella tenía la mirada de alguien que no sabía demasiado y se sentía culpable por eso - No realmente. Tu padre y mi difunto esposo eran cercanos, pero después de la muerte de Kenny, él nunca más quiso saber nada de los Ackerman. Nunca me contó lo que pasó para que llegara a odiar a su familia. - Dijo secamente.

- ¿Hay más Ackerman además de nosotros? - Pregunto como si nada y se llevo una galletita a la boca.

A Levi nunca le quitó el sueño saber si en algún lado del reino existían más familiares suyos, incluso no supo de la existencia de Mikela y Mikasa hasta que decretaron su matrimonio.

Ella lo miro antes de responder. - No lo sé, pero no lo creo. Jon se separó de su clan después de la muerte de tu padre, nunca intento contactar con algún otro familiar y después de la purga muchos permanecieron escondidos en lo profundo de las montañas de la Muralla Maria.

El estudio el rostro de la mujer en busca de alguna pizca de engaño o cualquier signo que delatará que Mikela estaba tomándole el pelo o jugándole una broma de mal gusto. Sin embargo, no encontró nada de deshonestidad en ella.

- ¿Por qué estás de acuerdo en casar a tu única hija con un hombre como yo? - Levi la encaró.

- Eres tú el que esta viniendo a recoger a mi hija para casarse con ella. - Mikela le refutó, reclinándose en su silla.

Levi permaneció pensativo y por primera vez después de mucho tiempo dejó salir una débil risa.

- Ambos estamos siendo obligados ¿verdad? - Dijo calmadamente, mientras volvía a darle un sorbo a su té ya frió.

Hubo un largo silencio antes de que ella respondiera. - Eso ya no importa.

Él suspiro cansadamente. - Lo entiendo, estamos jodidos.


Mikela volvió a colocar hojas de té en una pequeña tetera y calentó agua en otra. Por la forma y la solemnidad en como vertía el agua en la tetera hasta que el té desprendiera un maravilloso olor, Levi juraría que estaba presenciando todo un ritual.

- Levi hay algo que me gustaría pedirte. - Dijo Mikela con una seriedad no vista anteriormente.

- ¿Qué necesitas? - Respondió con desinterés.

- Pertenezco a un clan muy antiguo y con muchas tradiciones. Como te podrás haber dado cuenta mis costumbres son algo diferentes a las tuyas. - Dijo Mikela suavemente, pero con severidad.

Levi afirmo con un movimiento de cabeza. Eso era más que obvio, cualquiera que tuviera dos dedos de frente se daría cuenta de ello al momento de entrar a esa casa.

- Tu matrimonio con Mikasa es en pocos días, pero yo no puedo dejar el Fundo.

Levi se sobresaltó- ¿No va a estar presente en la boda de su hija? - Preguntó con rapidez.

- Se trata de eso. - Respondió. - Quiero celebrar su matrimonio acá, ahora, en la casa de mis ancestros, según nuestros rituales. Eso es más importante para mí que un matrimonio que puedan celebrar en la ciudad.

Levi se atoro con su té por segunda vez en la tarde.


Holaaaa ...

¿Qué tal les pareció este capitulo? Ohhhhh ... Mikela conoció a los padre de Levi, aunque bueno su esposo era un Ackerman, pero que más sabrá.

Y Hanji siempre "aconsejando" tan dulcemente a Levi.

- LaurenSteele, que bueno que te encanté, me emociona mucho saber que te gusta. Voy a tratar de actualizar una vez por semana.

- Trippzka Gracias por tu comentario, me incentivas a serguir escribiendo.

- Azulmitla En el próximo capitulo ya estarán frente a frente. Gracias por leerme.

- Megumisakura Gracias por lo de bueno, jejeje.