LA NOVIA DEL PRESIDENTE ESCOLAR
- ¿Entonces prefieres el pastel de frutas? - la asesina asintió - ya veo
- ¿Por qué me preguntas eso? - preguntó irritada.
-Bueno, los líderes de cada club deben organizar una pequeña fiesta de bienvenida para los nuevos ingresos, pero este año, Jayce propone que hagamos una entre todos los líderes de club
-Y tu como buen lamebotas estas encargado de hablar con los líderes, ¿no es así? - cuestionó haciendo una mueca de desagrado
-Esa es una palabra fuerte - expresó con semblante serio – en fin, pastel de frutas, ¿alguna otra atracción interesante?
- ¿Atracción? - vagó por un momento entre sus pensamientos, para reafirmar con contundencia su deseo – Un ring.
- ¿Un ring? - miró confuso - ¿Estás segura de ello?
-Por supuesto - dibujó una sonrisa – en el club de asesinos, si eres débil, no eres nada, así conocería mejor a los nuevos ingresos, ¿no es acaso buena idea?
-Eh... si, supongo - anotó en su libreta dicha idea, teniendo en cuenta que debería hablar directamente con la directora para la correspondiente aprobación - bueno... - recorrió su rededor con prudencia – debo retirarme, gracias por tu tiempo.
-Como sea
Viktor se retiró por el camino hacia los dormitorios de hombres, totalmente inexpresivo, o al menos así lo dejaban ver las extrañas facciones metálicas de su rostro. Teniendo la seguridad de que aquella charla no era más que un cuestionamiento propio. Katarina levantó su sospecha sobre el repentino acercamiento del chico, obteniendo como única deducción, que solo lo hacía para molestar a Jayce y alejarla de él, acto que le parecía más aliviador que problemático. Pasados apenas unos minutos de rondar por la academia, notó que el sol parecía ya estar dándole paso a la oscuridad de la noche. Se acercó a una de las máquinas expendedoras de refrescos que había en el primer piso del dormitorio de mujeres, trató de insertar uno de sus billetes en esta, pero no tuvo éxito, recibiéndolo de vuelta.
- ¿Enserio? - intentó nuevamente, obteniendo el mismo resultado – vamos estúpida máquina – esta vez trató de aplanar un poco más el billete, sin embargo, ocurrió nuevamente lo mismo - ¡maldita sea!
- ¿Te... puedo ayudar? - le ofreció una tranquila voz desde atrás.
Reparó en la presencia de otra chica, en este caso, Lux. Se encontraba de pie en mitad de la escalera, con un rostro que expresaba timidez. La de pelo rosa frunció el ceño para conducir su mirada de nuevo a la máquina.
-Este estúpido aparato no quiere recibir el billete que le estoy dando – maldiciendo a la vez que lo intentaba de nuevo, recibiendo de vuelta el billete.
-Pue... - logró decir apenas intimidada – puedo... ayudarte
-Habla bien.
-L-lo lamento...
- ¿Cómo se supone que me puedes ayudar? - interrogó arqueando una ceja
La pequeña chica se acercó lentamente a la maquina esperando no hacer ningún movimiento brusco, sacó un billete de su bolsillo y luego lo introdujo en la máquina, instantáneamente, tomó el valor dado.
- ¿Qué es lo que quieres?
-Un refresco de fresa
-Bien...
Marcó los números que correspondían al refresco, en cuestión de segundos, la botella ya se encontraba en el pequeño agujero para retirar la bebida. Lux estiró la mano dubitativa hacía la otra, recibiendo una mirada incrédula.
- ¿Qué?
-Te di de mi dinero... me... ¿me das el tuyo?
- ¿Lo dices enserio? - manifestó en tono de burla – yo no te pedí ayuda tonta, ese dinero lo gastaste tú misma.
-Pero...
Katarina dio media vuelta, destapó su bebida y, mientras subía las escaleras, le hacía una señal de despedida a Lux.
La pelirroja mantuvo una cara triste mientras observaba a la otra retirarse, les brindó una rápida mirada a los refrescos de la maquina y suspiró cansada, a la vez, que se retiraba hacia su habitación.
Irelia estaba justo en la entrada de la habitación, compartiendo palabras y sonrisas con quien se encontraba en el interior. Lux ralentizo su paso hacía la habitación una vez la vio, lo que menos quería en ese momento, sería tener problemas con su compañera de cuarto. Sin poder evitarlo, la de cabello oscuro notó su presencia y le brindo una cálida sonrisa.
- ¿Vas a entrar?
-Si... pero está bien si...
-No, no hay problema, entra.
-Gracias.
Entró al cuarto con paso lento y silencioso, como era de esperarse, Syndra, que se encontraba dentro, la miró con cierto aire de desagrado, pero Lux no mencionó nada, solo se acostó en su cama y cerró los ojos con cansancio, algo de lo que le había acabado de ocurrir, la dejo un poco decaída. "Esos ojos, que irradiaban ira, los mismos que brillaban de un azul cielo, como algo tan bello podía inspirar tanto temor... espera... ¿acabo de pensar que son bellos? Aaaaa". Ocultó su cabeza dentro de la almohada, su rostro de repente aumentó de temperatura, tuvo suerte de que nadie la veía, ya que se encontraba completamente enrojecido.
El impasible cuerpo de la francotiradora, reposaba en tranquila armonía sobre su cama, levantando y bajando su pecho lentamente, debido a su respiración. Vi, que se encontraba a su lado, le acarició con ternura el rostro, mientras que la otra chica de la habitación entraba con una mirada extrañada.
-Disculpa, ¿Quién eres? - preguntó Kai'sa
-Soy Vi, disculpa, me iré en un momento, solo venía a...
- ¿Quieres dormir con ella?
- ¿Qué? - su rostro se sonrojó levemente – Bueno... si no te molesta puede que...
-Si me molesta...
Las palabras cortantes y directas de la chica del uniforme púrpura empezaron a irritarla, pero lo que menos quería era enemistarse con la compañera de cuarto de Caitlyn, por lo que sólo suspiró y se puso de pie.
-Está bien, me retiro.
-Gracias.
Apenas cruzar las palabras, abandonó la habitación, dedicándole una última mirada a su querida amiga desde la puerta, antes de que la cerrase tras de sí. Se dirigió entonces a su cuarto, aunque su camino fue tranquilo mientras se dirigía a las escaleras y las subía, en el pasillo no tuvo tanta suerte, una mujer de su misma estatura, de cabellera blanca y complexión atlética se encontraba frente a una de las habitaciones, se trataba, por supuesto, de Sejuani, una conocida levantadora de pesas. Apenas verla, la albina le sonrió y, aunque Vi trató de ignorarla, siguiendo su camino hacia su habitación, esta se interpuso justo cuando iba a abrir la puerta, tomando uno de sus brazos con fuerza.
-Así que campeona de boxeo, ¿eh? - interrogó sonriendo – ¿Sabes qué me gusta más que ejercitarme?
- ¿La rubia del segundo piso? - respondió también con una sonrisa
- ¿Qué? - frunció el ceño - No seas idiota, un buen reto y tengo el presentimiento de que luchar contigo lo sería, pero... ¿Tienes la valentía para hacerlo?, o ¿eres una cobarde?
-Oh, eso... - tomó con fuerza el brazo de Sejuani para liberarse del agarre – si eso quieres no tengo problema con reacomodar tu rostro a golpes.
-Magnífico - soltó una risita mientras regresaba a su punto de partida, que resultó ser su habitación, cerrando la puerta a su paso.
-Vaya rarita... - susurró, pero antes de abrir su puerta, sintió una presencia a su izquierda, viendo a Irelia, la cual, solo pasó junto a ella, tocando la puerta que había acabado de cerrar Sejuani – Oh... así que esa es su compañera de habitación... - murmuró mientras se perdía en el interior de su dormitorio.
Al cerrar la puerta, echó un rápido vistazo al interior, aunque no pudo ver prácticamente nada, ya que estaba todo oscuro, comenzó a pasar su mano sobre la pared tratando de encontrar el switch de la luz. Un pequeño destello empezó a brillar entre tanta oscuridad, parecía venir de una de las camas, cuando el brillo comenzó a aumentar, buscó con más desespero el switch. Apenas encendió la luz de la habitación, se encontró con su compañera de cuarto abalanzándose contra ella, reparando en el destello que ya había cubierto el escudo de la castaña casi por completo. Rodó hacia un lado para evitarla, haciendo que esta golpeara la pared con el escudo. Vi materializó sus guantes y se incorporó con su pose de batalla, mirando a la otra a los ojos.
- ¿Qué demonios te ocurre?
-Gánate tu lugar como mi compañera - le manifestó señalándola con su espada – O tendré que enviarte a la enfermería
-Pero... ¿qué? - hizo una mueca de desagrado - ¿Qué mierda les ocurre a las tipas de esta academia?, ahora todas quieren pelear.
- ¿Y te negarás? - sonrío retándola - ¡Vamos!, ¡Dame tu mejor golpe!
-Te arrepentirás de haber dicho eso...
Levantó su brazo derecho a la altura d su rostro y comenzó a cargar su golpe. Comenzó a temblar progresivamente hasta estar casi incontrolable, logrando también, que destellara un poco. La esfera de su espalda liberó algo similar a una llama propulsor, lo que le ayudo a ganar impulso. Leona levantó su escudo con arrogancia, no usando mucha de su fuerza para sostenerlo, error que le costó caro, ya que apenas Vi impactó contra el escudo, salió volando al instante, rebotando contra la pared para caer sobre su cama.
-Considera esto también como tus buenas noches - expresó mientras sus guantes desaparecían - parece que tu arrogancia te ganó esta vez, espero que para la próxima uses un poco más de tu fuerza.
-Hmmmm - resopló con su cabeza hundida en la almohada, no quiso hacer ningún otro movimiento, solo se quedó ahí, dejando caer su espada y escudo a un lado de su cama.
Vi suspiró con cansancio y se quitó su uniforme, una vez vistió su pijama, se tumbó sin cuidado sobre la cama y al cabo de unos segundos, quedó completamente dormida.
Apenas dieron las 7 a.m. las trompetas de la academia resonaron en todo el lugar, despertando al instante a todos los estudiantes. Syndra gruñó por tan ruidoso despertar y golpeó con fuerza la pared, logrando intimidar a Lux. Jinx pegó un salto seguido de una sonora carcajada, Diana despertó con los ojos aún adormilados y el cuerpo entumecido. Leona se quejó de que su espalda le dolía por el golpe de la noche anterior, mientras Vi la veía casi burlándose.
Katarina fue la primera en abandonar los dormitorios de mujeres, así como Jayce y Viktor, los primeros en abandonar el de hombres. Se reunieron en el patio central de la academia, donde comenzaron hacer los preparativos para la fiesta de bienvenida. Viktor estuvo la mayor parte del tiempo junto a Jayce que, a su vez, estuvo junto a Katarina, tomándola de la mano y diciéndole cosas lindas, a lo que la asesina tuvo que fingir que le agradaba lo que hacía. Pasaron unas dos horas, hasta que la directora hizo un anuncio para toda la academia.
-Meeooow, ¿esto está encendido?, creo que sí... - sonó como si aruñara algo – Buenos días estudiantes, el día de hoy habrá una actividad para los nuevos íntegros de la academia, desde los que apenas ingresan a la academia, como los que vienen de intercambio, acérquense al patio central en una hora, ¡diviértanse! O los aruño jeje meeeeow... eso salío bastante bien
-Directora Yummi, aún no ha apagado el micrófono - pronunció otra voz en el fondo, parecía ser el profesor Graves - déjeme ayudarle.
-Meeeoww, apágalo, ¡Apágalo!
-Deje de agitar sus patas con las garras fuera que me puede...
En ese momento se silenció el comunicado, haciendo que muchos estudiantes rieran estruendosamente por lo que acababa de ocurrir, no obstante, el mensaje había sido recibido y todos asistirían como se había solicitado.
Lux estaba en el campus de la academia, tendida sobre la hierba, con la mirada perdida en el cielo, junto a ella, estaban Ezreal y Diana, imitando lo que hacía la pelirroja. Llegado un punto, el rubio no pudo soportar más el silencio y decidió romperlo con alguna ocurrencia.
-Ahhhh, no puedo esperar para ver lo que harán en la fiesta de hoy, algunos chicos comentaban que habrían rings de combate y esas cosas, es la oportunidad perfecta para mostrar mis habilidades de héroe - expresó emocionado
-Vamos Ez, no es por nada, pero, a decir verdad, no es que seas el más atlético y habilidoso de los chicos.
-Pero, ¿qué dices Diana?, si es que mi guante es el arma más fuerte que verás, observa, trae luces y un diseño muy bonito - comenzó a tocar aleatoriamente el guante, consiguiendo ejecutar un disparo arcano, afortunadamente, este desapareció unos metros más adelante – Ay...
-Ten cuidado tonto, tienes suerte de no haber herido a nadie
- ¿Podrían guardar silencio unos minutos? - protestó Lux – Quisiera tomar un respiro antes de que comience la fiesta.
-Oh... eh... si... claro - pronunció avergonzado Ezreal, acostándose de nuevo en la hierba.
Diana no dijo nada después de eso, abrazó sus piernas mirando a su alrededor, en la lejanía, vio a Leona caminando con su espada y su escudo, levemente encorvada, como si le doliera la espalda, preocupándose por ella. Pasados varios minutos, Ezreal trató de convencer a sus compañeras para que fueran a dar una vuelta por la academia, antes de que comenzara el evento. Conocieron a estudiantes que precedían cierta fama, aunque con algunos no cruzaron palabras. Salones de diferentes tipos, con sus diseños únicos y vieron entrenar a varios miembros de los clubes, aprendiendo un poco sobre los métodos de entrenamiento que se emplean. En menos de lo que lo notaron, todos los estudiantes ya se encontraban en camino al patio central, para llevar a cabo la fiesta de bienvenida. Una vez todos estuvieron allí, Jayce tomó un micrófono y se ubicó en lo que parecía ser un escenario, le brindó una rápida mirada a Katarina, que se encontraba aislada en uno de los costados del patio y le guiñó el ojo con una sonrisa.
- ¿Qué tal están estudiantes de Durandall? - recibió una escandalosa respuesta, todo se resumía en palabras positivas – Me alegra mucho saberlo, hoy es un día especial, sobre todo para los nuevos integros, no sean tímidos, ¡Celebren!, esto es para ustedes – aplausos y ovaciones se escucharon de nuevo entre los estudiantes – Ahora, antes de que empecemos con todo, me gustaría hacer un anuncio rápido, chicos y chicas, les presento ante ustedes a mi bella pareja...
"¿Qué?, no lo hagas, no lo hagas imbécil, ¡No lo hagas!" Pensó Katarina ardiendo por dentro de la ira, sin embargo, no supo cómo reaccionar cuando Jayce pronunció las últimas palabras.
-¡Katarina Du Couteau! - exclamó señalándola.
"Jaja, ahora si te arrepentirás de haber nacido" ardió internamente con sus pensamientos, luego, fingió una sonrisa y se dirigió al escenario. Una vez llegó, tomó el micrófono, quitándoselo bruscamente al presidente escolar.
-Así como lo escucharon, por eso, quisiera que se divirtieran este día, ya que juntos estuvimos trabajando para hacer de este día, inolvidable – dijo fingiendo alegría, lo que en verdad se le daba fatal, ya que mucho parecían estar perturbados por su pobre intento – Entonces... ejem... como sea, vayan a divertirse, no nos quedaremos viéndonos los unos a los otros todo el día.
Las filas se rompieron y la ola de estudiantes comenzó a esparcirse por todo el patio. Cuando Katarina tuvo oportunidad, acorraló a Jayce contra una pared y le presionó levemente una de sus dagas en el abdomen.
-No sabes cuantas ganas tengo de acabar con todo esto de una vez por todas...
-Un poco de paciencia nena - sonrío algo nervioso – te juro que esto terminará pronto.
-Me gustaría que me expli...
Viktor llegaba a hacer acto de presencia, lo que la pelirosa notó al instante. Desapareció su daga y comenzó a acariciar el abdomen de Jayce, lanzándose sin cuidado sobre el chico para comenzar a besarlo frenéticamente. Apenas ver eso, Viktor decidió alejarse del lugar para no estorbar. Una vez abandonó el lugar, Katarina se separó del presidente y escupió a un lado suyo.
-Maldita sea, ni para amenazarte tengo privacidad
-Esos besos parecían muy reales – Apenas terminó de decirlo, recibió un golpe en el estómago – Si... no debí decir eso...
-Como sea, no perderé más tiempo por hoy en esto.
Abandonó el lugar "oculto" en el que estaban y dejó a Jayce sobándose el estómago. Este sonrío triunfante, todo le estaba saliendo de buena manera, aunque los golpes y los insultos de Katarina le representaban un dolor que le costaba aceptar. A pesar de ello, encontraba atractiva la manera en la que ella fingía ser su pareja, quizá, tarde o temprano, las actuaciones pasarían a un nivel más real, en el fondo, buscaba que ella fuera sólo para él.
Notas del autor
Caray... pues, ¿qué puedo decir?. Salieron nuevas skins de la temática y ya no puedo reescribir la historia con los nuevos diseños y lore de los personajes. Tanto Leona, Garen y Caitlyn, seguirán igual a como los escribí desde un principio. Aprovecho esto para decir que hice una predicción rara, pero well, cualquier pudo haberla hecho (?)
En fin, no tengo ningún tipo de razón para continuar una historia tan muerta como esta, pero quise hacerlo porque el archivo llevaba décadas sin ser modificado, así que dije, ¿Por qué no?
Gracias por leer y espero que tengan bonito fin de semana.
