Capitulo 4 .Libertad

El señor Lovegood se encontraba regando y podando las flores de su jardín, cuando la minivan de los Potter se estacionó frente a su casa, al verlos, el señor Lovegood paró su labor y se dirigió hacia ellos.

-Señor Lovegood , ¿cómo está?- dijo la pelirroja efusivamente.

-Ginny , ¡mi chica rebelde! -abrazó a la pelirroja -Me temo que Luna no a regresado aún – Ginny se sintió un tanto decepcionada, pero siguieron conversando.

Mientras tanto, Malfoy abría la cajuela encontrando nuevamente a la chica y al niño, quienes le veían con miedo.

-Vamos, ¿qué están esperando? …¡Bajen!- los apremió el rubio.

-¿Qué estamos haciendo aquí?- pregunto Hermione, después de mirar a su alrededor y reconocer de inmediato el lugar.

Malfoy suspiro y explicó: – Ya que te niegas a ir a San Mungo,el señor Lovegood es bueno arreglando huesos …así que, ¡vamos!-dijo intentando ayudarla a bajar, pero ella rechazó su ayuda y con dificultad bajo sola del auto , seguida de su hijo.

-Vamos ,cariño -la castaña tomó de la mano a su hijo y caminaron hacia el jardín, donde ya los esperaban .

-Buen día, señor Lovegood – dijo el rubio cortésmente.

-Buen día, Malfoy "El loco"- respondió el hombre mayor, recordando el apodo con el que lo conocían sus amigos .

Xenophilius miraba a Hermione y al niño con curiosidad y luego al rubio .

-¿Podemos pasar?- preguntó Hermione con voz tímida.

-Claro, pasen-les miro con ternura paternal-Tú y tu hijo pueden entrar-ella con la mirada baja asintió, y con el niño abrazado a ella entraron a la casa.

En el recibidor se quitaron los zapatos para entrar, ya que era una costumbre de los Lovegood. Ella al ver esto se agachó para ayudar a su hijo con sus zapatos, pero su mano dolorida se lo impidió y sólo pudo gemir de dolor. Viendo esto, Malfoy ayudó al niño a quitarse los zapatos .Ella, soportando el dolor ante su hijo, se quitó los zapatos apoyándose en un pie y quitándoselos con el otro pie.

Caminaron por un pasillo hasta llegar a la sala. Hermione se sentó junto a señor Lovegood, quien al ver su mano vendada intento tomarla para analizar el daño, pero ella al sentir su tacto brincó del susto .

-No tengas miedo-le dijo Ginny, tomándola de la mano.

Hermione se tranquilizó un poco y extendió su mano dolorida hacia Xenophilius,quién la tomo unos segundos para observarla y dijo:

-Ginny, ¿porque no le muestras a este niño la casa y el jardín?

Ella asintió -¡Vamos afuera! …le van a curar la mano a tú mamá

Pero el niño se negó -¡No puedo! Tengo que proteger a mi mamá – y abrazó a su madre por la cintura.

Hermione al oírlo le acarició la cara – Mi amor, ¿qué es lo que siempre te he dicho?...Yo voy a protegerte a ti hasta que crezcas…estaré bien, no tengas miedo, ¿si?- el niño asintió – y tal vez haya caballos allá afuera

-¡¿En serio, mamá?!- exclamó el niño, los ojos brillando de la emoción.

- Si no sales ,no lo sabrás -secundó el rubio

El niño, contento, se levantó y tomó la mano de su tía, saliendo al jardín.

-Hagámoslo de una vez-dijo decidida la castaña, mirando al señor Lovegood.

Xenophilius comenzó a quitarle la venda de la mano y ella sólo pudo ahogar sus gemidos de dolor.

-Tengo que arreglar tus huesos rotos ,aunque tus dedos ya se hincharon…Va a dolerte mucho- dijo el hombre, a modo de disculpa.

-Lo soportaré…hágalo

-¿Estas segura?-intervino Malfoy-Te va doler, mejor vamos a San Mungo.

-¡No es necesario!¡Estoy acostumbrada!- dijo, alarmada ante la idea de ir a San Mungo.

-¿Cómo que estas acostumbrada?- preguntó el rubio, preocupado.

Ella bajo la mirada y comenzó a rezar por lo bajo.

-¿Estas rezando, mi niña?...eso es bueno- le sonrió el señor Lovegood.

-La verdad, hasta ahora nunca ha funcionado. Pero sigo haciéndolo -dijo la castaña, con lágrimas en los ojos.

Ambos hombres se miraron y Xenophilius le sonrió con ternura a la joven.

-Te diré algo Hermione…Dios responde de tres maneras diferentes a los que creen en Él: Dice que si y les da lo que le piden; dice que no y les da algo mucho mejor o los hace esperar y les da algo aún mejor.

Ella asintió, sin comprender sus palabras y acercó su antebrazo a su boca para morderlo y soportar el dolor, mientras el hombre hacia su trabajo.

Las lágrimas llenaron sus ojos y se resbalaban por sus mejillas ante la mirada impotente del rubio ,quien maldecía a Weasley por lo bajo.

-¡Maldito desgraciado!- masculló el rubio.

Pasaron los minutos y finalmente el hombre terminó y vendó de nuevo la mano de la chica.

-Deberías regresar mañana …Pero si no mejora tendrás que ir a San mungo o si no podría gangrenarse

-¡No ,eso no!¡No puedo!¡Tenemos que irnos de aquí, rápido!

- No irás a ninguna parte-le debatió Malfoy

-Me voy a ir- dijo ella de manera firme.

-¡No irás a ningún lado! Primero tienes que recuperarte y después de eso te podrás ir- insistió el rubio.

Ella, como si hubiera escuchado todo lo contrario, se levantó como un resorte y tras darle las gracias al hombre ,se dirigió corriendo hacia la salida, haciendo que el rubio fue tras ella.

Se pusieron los zapatos rápidamente y antes de que ella pudiera huir, él se le planto enfrente, impidiéndole el paso.

-Mamá, ¿estas bien?-pregunto el niño al verla, levantándose del suelo donde jugaba con su tía.

-Anda ,respóndele, dile que no…que nunca estarás bien porque eres muy terca- le dijo el rubio en voz baja. Ella le miró sería -Dile que no estás bien, porque tu mano se podría gangrenar al igual que tu cerebro lo está

- No me hables así- dijo ella con un hilo de voz.

El pensó por unos segundos y se apartó del camino para dirigirse hacia el niño, acariciándole el cabello.

-¿Tienes hambre, campeón?

-Claro que tiene hambre-respondió Ginny en su lugar- no ha probado bocado desde ayer.

-Vengan ,vamos a desayunar -dijo el joven

Las mujeres subieron al auto junto al niño luego de despedirse, mientras el joven rubio volvía a entrar, para despedirse del señor Loveggod.

-No preguntaré nada por el momento pero…- empezó el hombre mayor.

- No se preocupe, vendré después a tomarnos una copa- lo tranquilizó Malfoy

El hombre le sonrió -Eres increíblemente valiente, pero debes tener cuidado de que tu locura no los lastime .

-Pierda cuidado…no soy capaz de lastimar a nadie más que a mi mismo-se estrecharon las manos y luego de eso el joven subió al auto.


Con el auto en marcha se dirigieron al restaurante más cercano de la zona.

-Hermione…¿mi hermano te hizo eso?-pregunto Ginny, señalando su mano.

La chica asintió y más lágrimas se deslizaron por sus mejillas ante el recuerdo y sólo pudo voltear hacia otro lado. Ginny prefirió no insistir .

Hermione se quedó callada ,pérdida en sus pensamientos tratando de asimilar los eventos recientes y preguntándose como fue que Harry y Ginny ahora eran amigos de Draco. Suspiró y concluyó que fueron muchos años en los que perdió la pista de todos sus seres amados. Eso le trajo recuerdos dolorosos en los que no quiso pensar en ese momento y miro hacia enfrente y noto que el joven la veía por el retrovisor, lo que la hizo desviar la mirada .

-¡Mira, mamá!-dijo de pronto el niño apuntando hacia el mar que se vislumbraba a lo lejos-Es hermoso ¿verdad?

La joven asintió -Si, es muy lindo

-¿Podré volver a verlo a través de la ventana?-su madre le beso enternecida y juntos miraban el mar por la ventana.

Ginny sentada en el asiento del copiloto al escuchar esto se extraño y lo comento por lo bajo al joven.

-¿Pero es que no han visto el mar?¡Como es posible!-le dijo lo más bajo que pudo

El joven al escuchar esto sentía que su sangre hervía de coraje e impotencia y tras unos segundos se orilló y detuvo el auto ante la mirada extrañada de sus acompañantes.

-¿Qué pasa?-pregunto la pelirroja pero fue ignorada por el chico, quien bajó del coche y abrió la puerta de los pasajeros para hablarle al niño.

-¿Quieres ver el mar de cerca?-dijo con una sonrisa amistosa

El niño emocionado miro a su madre en busca de aprobación y ella tras dudarlo unos segundos aceptó y ambos bajaron del auto tomados de la mano.

Al sentir el aire de libertad en sus cabellos corrieron hasta acercarse al mar, dejando atrás a Ginny y Draco.

-¡Corre,corre,mi leoncito!

Riendo corrieron hacia las orillas del mar y se inclinaron para sentir el agua salada entre sus dedos .Se miraban y sonreían mientras jugaban con el agua.

Malfoy se acercó y poso su mano en el hombro del niño pero el sintiéndose inseguro corrió hacia el otro lado a seguir jugando con pequeñas rocas y arena.

El joven suspiró y observó a Hermione acunar un poco de agua entre sus manos y echársela en el rostro, con una sonrisa de felicidad y melancolía.

- ¿Cuándo fue la ultima vez que tocaste el mar?

Ella bajó la mirada y no respondió

-¿Por qué si vives cerca del mar tu hijo nunca ha ido?

Hermione no respondió su pregunta y se limitó a levantarse y llamar a su hijo.

-¡Hugo!-lo tomó de la mano y juntos comenzaron a dar vueltas junto al mar.

-Creo que está un poco loca -dijo Ginny, divertida con la forma en que su amiga jugaba con su hijo.

-Ya veremos si se trata de locura o de cautiverio-respondió Malfoy con semblante serio

-¿Qué quieres decir?- preguntó la pelirroja.

-Ginny, creo que ese niño nunca salió de su casa-dedujo mientras los observaban jugar, sin embargo Hermione cayó de sentón en el agua riendo y esto hizo que el se acercará a ellos.

-¡Oye, estás loca!¡Levántate!-dijo el rubio .

-Hermione ¿estas cómoda ahí?- preguntó Ginny.

-Si, muy cómoda -dijo la castaña con terquedad

- No le hagas caso si te llama loca…entre nosotros lo conocemos como el "Loco Malfoy"

-¡Ginny!-regaño el joven

-¿Qué?, no tienes porque avergonzarte de tu apodo

-¡Ay ,Merlín!¡Dame paciencia!-dijo rodando los ojos

-¡Oye no me vuelvas loco! ¡y sal de ahí…te vas a resfriar-dijo y extendió su mano hacia ella, pero la chica se echo para atrás asustada ,él al darse cuenta de ello miró a Ginny y ella comprendió.

-Ven, te secaré la ropa en un segundo -dijo ayudándola a salir del agua-¿estas bien?

La chica con ojos llorosos respondió -¡Soy libre…soy libre!

Ginny sintió su corazón estrujarse al oírla pronunciar esas palabras, temiendo descubrir que el culpable de ver a su amiga en ese estado era su hermano.

Saco su varita y con un hechizo la ropa de la joven estaba seca de nuevo-Hermione-dijo mientras se encaminaban al auto -¿Por qué no tienes tu varita?

La joven negó con la cabeza y se echó a llorar en el hombro de su amiga.


Entre tanto en la mansión Weasley ,el pelirrojo daba vueltas de un lado a otro tratando de pensar donde podrían estar su hijo y esposa.

-Regresaran, no se preocupe -le decía la squib, quien se había convertido en su consejera tras la ausencia de su madre-Nadie desaparece así tan fácil,no tiene su varita, ni dinero y lleva a un niño consigo…no será difícil de rastrear

-¡No puedo pensar ,tengo el cerebro entumecido!- se quejó el pelirrojo

-Tiene que tranquilizarse…de cualquier modo, no tiene límites ¡No puedo creer que se haya atrevido a romperle los dedos mientras sus amigos estaban cenando aquí abajo!

En ese momento un bombillo se encendió en la mente del hombre -Retire la seguridad antes de que llegarán y luego la volví a poner cuando se fueron -dijo comenzando a hilar los acontecimientos -¡Ese desgraciado de Malfoy se llevó a mi esposa!-dijo tomando su saco disponiéndose a salir.

-Pero¿ que va hacer?

-¡Hundiré a ese maldito en su propia miseria!

Al salir, ordenó a treinta de sus hombres armarse hasta los dientes y emprender el viaje hasta donde suponía se encontraban su esposa y su hijo


¡Hola!

Gracias por sus comentarios eso siempre anima a continuar, espero les siga gustando la historia .

Y de nuevo gracias a Anna de Wilde por la corrección de este capítulo.

Recuerden darle click al sensual botoncito de abajo, háganlo y Draquito las llevará a jugar al mar .

¡Nos leemos!