Si Ryuk fuera más impaciente y hubiera ido al departamento de Misa, podría haber escuchado el intercambio de palabras de la rubia y su shinigami. La humana hablaba con un tono firme, que solo causaba ternura y diversión en Rem, quien disimulaba esas emociones lo mejor que podía, al mismo tiempo dejando que su rostro comenzara a mostrar más exasperación cada segundo de más que llevaba el peso en su espalda.
—Repetime cómo vas a llevar las manzanas, Rem —ordenó Misa, esperando que la shinigami tuviera claro lo que tenía que hacer.
—Cargando la gran caja en mi espalda, por la noche volaré hasta donde vive Yagami Light, le daré las manzanas a Ryuk pero me llevaré la caja para llenarla a lo largo de esta semana cuando compres manzanas y volveré a hacer lo mismo cuando vuelva a ser sábado —respondió, con leve hartazgo (por recitar aquellas palabras varias veces), y diversión (al ver a Misa mandándola a hacer algo que de todos modos haría sin cuestionar con tal de complacerla).
Y sí, ese peso que llevaba en su espalda naturalmente encorvada, era literalmente una caja de manzanas para un Ryuk que era demasiado flojo y aprovechador para ir a buscar la caja él mismo.
Misa le sonrió con altivez y Rem se fue rápido para no largarse a reír enfrente suyo.
—Ryuk... —llamó Light en un debil susurro y con una clara incredulidad en su voz.
—¿Sí? —respondió, tratando de hacerse el desentendido. Aunque su rostro espeluznantemente inocente y dulce no engañaba a Light, quien apenas pudiendo verlo ya podía decir que era falso.
—¿Por qué estoy enterrado en manzanas?
No era una exageración: efectivamente, Light se había despertado, casi sin aire, debajo de un montón de manzanas.
Su voz se oía amortiguada, pero a Ryuk no le resultó difícil escucharlo porque sus características divinas estaban bastante más desarrolladas que las de un simple y débil humano.
Light casi se ahogaba, y Ryuk, que se encontraba en la esquina más alejada de él, se reía al ver cómo trataba en vano de salir del montón.
Mientras tragaba manzana tras manzana, se decepcionó al ver que Light se las había arreglado para sacar la cabeza y tomar una bocanada de aire.
El adolescente tuvo que soplar varios de sus cabellos marrones para que no taparan su visión ni se le metieran en los ojos. Cuando pudo ver correctamente su entorno, se quedó mirando a Ryuk. Dedujo, entonces, que estaba mucho menos flaco, pero después culpó a la relativamente poca cantidad de aire que llegaba a sus pulmones, ya que le hacía imaginar cosas extrañas.
—Rem me las dejó anoche —Se las arregló para decir Ryuk entre bocado y bocado.
Por supuesto que Light no había entendido a la primera. Porque Ryuk masticaba hasta tragar y en menos de un segundo agarraba una manzana para hacer lo mismo. Y no se detenía porque no necesitaba respirar.
—¿Por qué están en mi cama? —cuestionó a la vez que dejaba para más tarde unas obvias preguntas: ¿Por qué Rem le regaló manzanas a Ryuk? ¿Se habían hecho amigos? La última la descartó al segundo de pensarla, puesto que encontraba improbable que Ryuk sintiera algo más que deseo de consumir manzanas. Además, ¿quién sería amigo de Ryuk?
—Porque le pedí a Rem que las pusiera ahí —dijo sin pena alguna.
Como la primera vez, Light tardó en entender lo que Ryuk le había contestado... Lentamente dedujo que su cerebro todavía no estaba despierto en su totalidad.
—¿Al menos me vas a sacar?
Como respuesta, el shinigami siguió agarrando y tragando manzanas.
Por unos minutos, Light le gritó, diciéndole que tenía que levantarse, que los nombres de los criminales no se escribirían solos.
Sin embargo, al oír pasos, presumiblemente de su hermana o madre, de inmediato cerró la boca, porque había dejado la puerta de su cuarto sin seguro, y no podría explicar de dónde había obtenido la gran cantidad de manzanas y por qué estaba enterrado hasta el cuello en ellas mientras algo las iba desapareciendo en el aire.
Ya sin poder moverse más, Light se resignó a esperar a que Ryuk lograra desenterrarlo al consumir las frutas. Y se preguntó si alguna vez tendría que pasar por esto de nuevo.
Luego le diría a Ryuk, además de sus recientes dudas, lo que de todos modos planeaba preguntarle desde hacía unos días cuando había conocido a Misa.
¿Un shinigami podría morir sin sacrificarse por un humano que amara, quisiera o apreciara?
En aquel momento, le había parecido obligatorio saber la respuesta para matar a Rem (quien impedía que fuera a matar a Misa cuando la considerara inservible). Sin embargo, ahora también ansiaba casi desesperadamente matar a Ryuk.
Además de no tener que soportar situaciones semejantes a la actual, si Light lograba matar a Ryuk, no tendría que andar preguntándose cada día si el shinigami no se habría ya aburrido de él y en cuarenta segundos su vida finalizaría.
