Seiya jamás había visto a su esposa tan seria como lo estaba ahora. Después de explicarle lo de el perfume impregnado en su ropa (el cuál se le pegó cuando una chica del Santuario chocó accidentalmente con él) y el porque fue al Santuario. Miho le reclamó por haber acudido a un lugar como ese, dónde las mujeres en la opinión de Miho sólo se exhibian en ropas provocativas para sacar provecho de los hombres casados cómo él. Esa fue su primera pelea matrimonial en todo el tiempo que llevaban juntos y para colmo no iban a bastar las disculpas de Seiya para calmar a su esposa, pues ella literalmente estaba hecha una fiera
—Aparte de todo ni siquiera me llamaste para avisarme, yo aquí esperandote y tú con Hyoga—
—Cielo por favor no fue para tanto ya te lo dije Hyoga quería hacer las paces con su novia—
—Y porque no fue solo, acaso eres su niñera o que?—
—Miho creo que estas exagerando las cosas, sólo acompañe a mi mejor amigo eso es todo—
—Sabes muy bien que Hyoga nunca me ha gustado para tu mejor amigo es un mujeriego, además de eso me detesta por casarme contigo. Si te pidió que lo acompañaras fue para hacerme daño no te das cuenta?—
—Hyoga ha cambiado, de eso estoy seguro. Además el no te odia eres tú la que nunca confía en los demás. Por otro lado yo no me enfado cada vez que sales con Eri a no se donde—contrataco Seiya sin medir sus palabras
A Miho le dolieron las palabras de su esposo. Por supuesto que no confiaba en nadie, ya la habían lastimado lo suficiente como para poder confiar en alguien. Sin decir nada subió a la recámara y le puso seguro necesitaba estar sola esa noche.
A la mañana siguiente en el jardín de niños Miho le platicaba a Eri sobre la discusión con Seiya
—Entonces no llegó a tiempo como te lo prometió?—preguntó Eri, sorprendida pues era muy extraño que el esposo de su amiga incumpliera su palabra
—No, de hecho llegó a la 1 de la mañana y con aroma de mujer—exclamó Miho tomando un café para poder despertar del todo
—Ten cuidado amiga, así comienzan muchas infidelidades—
—Seiya sería incapaz de cometer una infidelidad, me ama y yo creo en él, es Hyoga en el que no me da buena espina—
—Tal vez deberías intentar hacerte cercana a Hyoga, ya sabes tenerlo de tu lado y yo querida te voy a ayudar—le sugirió Eri quién llevaba tiempo queriendo conquistar a Hyoga y Miho le había dado la excusa perfecta para acercarse a él, y así ambas sumergidas en sus pensamientos terminaban su desayuno mientras se dirigían por los niños para comenzar las clases.
Saori estaba en la cama, aunque ya tenía tiempo de haber despertado, le gustaba estar calientita bajo las cobijas. Vivía en una pequeña habitación ubicada en el último piso de un edificio antiguo. Compartía la habitación con Marin una madre soltera y Kiki su travieso hijo de ocho años. Estaba por volverse a quedar dormida cuando entró una llamada de Fler
Fler son las nueve de la madrugada, más te vale que sea de vida o muerte" respondió bostezando, mientras trataba de poner atención a lo que Fler decía pues de verdad estaba muy cansada
Entonces iras conmigo... La oyó decir
Si claro por supuesto ahora cuelga, quiero dormir otra hora más. Después de la llamada se preguntó a dónde había aceptado acompañar a Fler, pues se perdió por un momento debido al cansancio. En fin ya lo averiguaria más adelante por ahora tenía una cita con su almohada. Cinco horas más tarde Saori y Fler caminaban por el enorme centro comercial acompañadas de Kiki, pues Marin a menudo se lo encargaba a Saori
—TENGO HAMBRE!—gritó el pequeño por tercera vez
—Enanito puedes decirlo sin gritar—dijo Saori poniéndose a la altura de Kiki—en cinco minutos iremos por pizza te apetece?—
—Siiiii, pero que sea de atún—festejo el niño
—Genial, mientras tanto intenta no gritar mucho de acuerdo corazón—Kiki asintió con una cara de angelito
—Entonces le mandaré mensaje a mi bebé Hyoga de que lo esperamos en el restaurante—habló Fler con una enorme sonrisa
—No, Fler es en serio? También tendremos que pagar por lo que tú novio coma?—se quejo Saori
—Claro que no tonta, es más Hyoga nos invita a nosotras—respondió Fler, mientras mandaba un mensaje de texto para su adorable novio.
Saori resoplo, definitivamente su amiga estaba tan enamorada que ya había perdido toda noción con el mundo real. Esperaba que no fuera contagioso.
Miho y Eri entraron a las instalaciones de la fundación Graude donde trabajaban Seiya y Hyoga. La primera deseaba poder arreglar las cosas con su esposo pues no le agradaba para nada estar enojada con él. Por su lado Eri tenía en mente poder pasar la tarde con Hyoga. Sin embargo la secretaria de Seiya les informó que ellos habían salido a comer
—No dijeron en qué lugar iban a estar Yiste?—preguntó Miho amablemente
—Si señora, en el restaurante del Montecarlo—
—Muchas gracias, entonces vamos a sorprenderlos querida—dijo Eri con buena actitud pues nada podía salir mal esa tarde. Subieron al auto de Miho que por cierto ya estaba feliz como siempre, iban charlando y cantando que no se dieron cuenta del enorme trailer que venía hacia ellas sólo se escucho cuando Eri gritó
—MIHO CUIDADO!—...
Que pasará con Miho y Eri. En el próximo capítulo lo sabrán jajaja soy mala :P
Gracias por leer este finc. Poco a poco iré metiendo a los demás personajes.
Que les pareció la idea de que Kiki fuera hijo de Marin?...
