Descargo de responsabilidad: Fate y sus derivados, no me pertenece, toda su historia y personajes pertenecen a Type moon y Honaki impact pertenece a Mihoyo.
Escape de Fuyuki.
La luz golpeó fuertemente en mis ojos, no era la primera vez que tenía este tipo de sueños, pero me seguían pareciendo tan irreales. Por otro lado, tampoco era la primera vez que conversaba con aquella chica, aunque, si era la primera vez que conseguía que ella me dijera su nombre...
«Judgment... ¿Algún ser relacionado con los juicios, o algo así? Juicios... ¿Justicia? Seres que encarnen la justicia... Recuerdo que hay algunas deidades, pero, ninguna que recuerdo se presentó directamente con ese nombre...».
Me quedé pensativo durante varios minutos...
«Y, esos sueños... ¿Ese soy yo? Se llama como yo, pero... ¿Realmente soy yo? El mundo que veo en esos sueños es tan diferente... Y las personas, Godo... No recuerdo haber conocido a alguien como él. »
"Yume ni mite ita
Ano hi no kage ni
Todokanai sakebi..."
—¿Hmn...? ¿Quién llama tan temprano? —Oí mi celular sonar y salí de la comodidad de mi futón para poder tomarlo—. Buenos días, Muramasa al habla...
—Hmn… ¿¡Por qué esa forma tan desanimada de responderle a una amiga!?
—¿Hmn? Esa voz... ¿Eres tú, Kiana?
—¿Conociste a otra Kiana y no me habías dicho, Shirou? —preguntó ella, casi como si realmente se lo preguntara enserio.
—No, solo conozco a una chica que puede ser tan estridente a horas tan tempranas, de hecho, ¿qué hora es allá, en Europa?
Kiana se rio—. ¿Europa? ¿Quién dijo que estaba en Europa?
—¿No lo estás? ¿Estas viajando con Siegfried-san?
—Eh, no, de hecho, todo lo contrario, en este momento, no está aquí... —habló ella en voz baja como si no quisiera que la escucharan.
—¿Entonces, porqué hablas en voz baja?
—¿Hmn...? —Dándose cuenta de esto, ella sonrió—. Hehe, ¿costumbre...?
—Si no estás en Europa, ¿dónde estás ahora?
—Oh, sí, ¿a qué no adivinas?
—¿Japón?
—¡No, te equivocaste, estoy en Ja...! ¿Cómo lo supiste?
Shirou sonrió con un poco de cinismo, conocía a Kiana por tanto o más tiempo del que conocía a Tachie, así que ambos también tenían una dinámica especial—. Solo imaginé el lugar que más problemas me causaría.
—¡Hey! No te causo tantos problemas, ¿Oh sí?
—No a mí, solo a mi despensa.
Kiana sonrió—. Culpa tuya por cocinar tan bien.
—¿En qué parte de Japón estás?
—Nagazora actualmente.
—¿Vas a estudiar ahí?
—Probablemente, todavía está lejos de Fuyuki; pero al menos no está al otro lado del mundo, ¿no lo crees?
Asentí—. Sí, ahora podremos vernos más a menudo.
—Por cierto, Shirou.
—¿Sí?
—De casualidad, ¿sabes dónde está mi papá?
—¿Eh? ¿Tú tampoco?
—¿Hmn, a qué te refieres?
Fruncí el ceño—. Yo tampoco sé dónde está mi viejo.
—¿Tú tampoco?
Negué con mi cabeza—. No, un día simplemente me desperté y me encontré con una carta diciéndome que había tenido que realizar un viaje urgente. Me dijo que, mientras estuviera fuera, el viejo Raiga cuidaría de mí.
—Eso es extraño, tu padre no es de viajar mucho, de hecho, creo que solo lo hace cuando va a buscar nuevos materiales con los cuales experimentar... Oh cuando mi familia lo obliga.
—Lo sé, ¿crees qué ambos estén viajando juntos?
—No estoy segura, pero, si así fuera, ¿por qué no nos dijeron nada? Sí soy sincera, la razón por la que vine a Nagazora, fue siguiendo las pistas que él me dejó.
—¿Vino a Japón?
—Eso parece... Pero es lo único que pude averiguar. He decidido que me quedaré un tiempo por aquí e intentaré encontrar más pistas.
—Entiendo. Si hay algo en lo que te pueda ayudar, solo dímelo.
—Por supuesto, además, ese es el contrato entre nuestras familias, ¿no es así? Tal y como tu padre forja armas para el mío, tú debes ayudarme y forjar armas para mí.
—Sí, se supone que debo hacerlo, aunque es una lástima que no sepas como utilizar ni un simple cuchillo de cocina.
—¡Puedo utilizar un cuchillo de cocina! El que mi comida no sea tan buena, eso es algo diferente...
—¿No tan buena, solo eso...?
—Es comestible... a veces... Además, tarde o temprano aprenderé a utilizar también la forma de espada del Juicio de Shamash, es solo cuestión de tiempo. Podríamos hacer que fuera más rápido si me enseñaras a cómo utilizar una espada y, a cambio, yo podría enseñarte como usar pistolas duales.
—Hmn... Lo pensaré, pero la última vez que te di una katana la blandiste como si estuvieras usando un bate de beisbol.
—Bueno, ¿qué esperabas? No había utilizado una katana en mi vida.
—¿E-Entonces porque actuaste como si supieras lo que hacías?
—Me imaginé que no sería muy diferente...
Sentí como si una gota de sudor se deslizaba por mi sien—. Eso es como decir que disparar con una pistola es igual a disparar con un arco.
—Sí, tienes razón, posees una terrible puntería con una pistola, pero disparas bastante bien con un arco...
—¿Qué esperabas? Nunca había utilizado una pistola.
—¿Entonces, porqué lo hiciste?
—¡Porque alguien insistió mucho en que lo intentara! —Me sujeté con fuerza la cabeza.
Así, entre idas y vueltas, nuestra conversación se alargó durante varios minutos…
—Bueno, tengo que despedirme o llegaré tarde a clases, si necesitas cualquier cosa solo dímelo.
—Okey, nos vemos, también buscaré pistas sobre tu padre.
—Gracias, aunque creo que simplemente está en uno de sus viajes...
La conversación duró varios minutos más antes de que finalmente acabara, dicho esto, me preparé, y me dispuse a hacer el desayuno, no quería que Tachie volviera a "castigarme" impidiéndome cocinar una vez más. Así, pasó una mañana normal, y, con normal, obviamente también la incluyó a ella...
—¡Shirou, otro plato, por favor!
Suspiré mientras sujetaba el plato de la joven que tenía enfrente de mi—. Al igual que tu apariencia, realmente, no has cambiado nada, Fuji-nee.
—No, no ha cambiado, incluyendo la parte de venir tanto en la mañana como en la noche a comer —dijo Tachie.
—¡Ja, ja ja! Es que la comida de Shirou es muy buena, es por eso que tú también vienes todos los días, ¿no es así, Tachie?
—Aunque estoy de acuerdo con lo de la comida, la verdadera razón por la que vengo todos los días, es para mantener un ojo sobre Shirou, imagínate lo que pasaría si lo dejáramos solo todo el tiempo.
Vi a Fuji-nee hacer un gesto pensativo—. Tienes razón, podría dejarse llevar a otro país solo por ayudar a alguien en problemas.
—¡H-Hey! E-Estás exagerando, no voy a negar que tengo el deseo de ayudar a los demás, pero eso es un poco exagerado.
Tachie entrecerró sus ojos—. ¿Seguro...?
—Por supuesto que... —Por un momento, recordé la conversación con Kiana, si realmente su padre estaba metido en algo, y ella quería que yo le ayudara, aunque eso significara dejar Japón, ¿me negaría?
Tachie suspiró—. El simple hecho de que te lo estés pensando ya dice mucho, ¿sabes?
—H-Huh...
—Tienes un trabajo duro, Tachie... —habló Taiga.
—Bastante...
—¡Hey! —repliqué, algo molesto, ¿Esta mal ayudar a alguien si puedes hacerlo? No veía ningún problema con eso—. Por cierto, Fuji-nee, ¿lograste tu segundo objetivo?
Fuji-nee ladeó su cabeza y me miró—. ¿Segundo objetivo, cuál...?
—¿No lo recuerdas? Me dijiste que, aprovechando que ibas a viajar fuera de Japón para competir en varios torneos de Kendo, también aprovecharías para aprender inglés, creo que dijiste que te ayudaría para cuando te volvieras maestra.
—Oh, eso... Bueno, sí. Aprendí bien el idioma, aunque, no creo que tu necesites lecciones, ¿no venía la familia Kaslana de vez en cuando, y Kiana te enseñaba el idioma para cuando quisieras viajar fuera de Japón?
Observé como Tachie frunció el ceño, aunque no sé por qué.
Asentí—. Sí, pero si no practico, me oxidaré.
—Ahora que lo dices, hace tiempo que no vienen a Japón, ¿verdad? —me preguntó mi amiga.
—Sí, aunque hablé con Kiana más temprano en la mañana, dijo que estaba en Nagazora, tal vez podamos visitarla el fin de semana.
Para mi sorpresa, Fuji-nee frunció el ceño—. ¿La familia Kaslana está en Japón?
—Bueno, no estoy seguro, solo sé que Kiana sí; pero no sé si Siegfried-san también.
—Hmn... Ya veo...
—¿Sucede algo, Fuji-nee? —pregunté preocupado.
A mi pregunta, ella sonrió—. No tranquilo, es solo curiosidad.
—Por cierto, Fujimura-san, ¿no llegarás tarde a tu trabajo?
—Puedes llamarme Fuji-nee también, Tachie, te conozco desde hace varios años ya... Y, ahora que lo dices... —Vi a Fuji-nee observar su reloj—. Oh, tienes razón, será mejor que me apresure. —Después de decir eso, Fuji-nee aspiró su comida—. ¡Nos vemos para la cena, Shirou, Tachie!
Después de decir eso, vi como Fuji-nee salió a una enorme velocidad de la cocina—. R-Realmente, algunas cosas nunca cambian...
—Entre esas su apariencia, casi no ha cambiado desde que comenzó a viajar para participar en los torneos de kendo a nivel mundial.
—Sí, tienes razón... —A pesar de que Fuji-nee parecía tener dieciocho años, ella realmente tenía veintitrés, y parecía que no envejecía con el paso de los años. Había oído de personas a las que les pasaba lo mismo, pero verlo en primer plano realmente era sorprendente.
—Será mejor que terminemos y vayamos a la academia, si llegamos tarde tendremos que aguantar los eternos sermones de Issei.
Asentí y me propuse a recoger la mesa. Tachie y yo éramos parte del consejo estudiantil, al principio, yo solo los ayudaba de vez en cuando; pero, con el paso del tiempo, empecé a ser conocido como el conserje falso, ya que me encargaba de hacer lo que supuestamente este debía hacer. Al final, Issei me pidió que me volviera parte del consejo, y Tachie me siguió para molestia de este.
Las vacaciones habían terminado hace algunas semanas y nosotros habíamos regresado a lo que mi amiga denominaba como la prisión, a pesar de que, irónicamente, era bastante buena estudiante. A pesar de la presencia del Schicksal, nada extraño había pasado en las últimas semanas, al final, todo seguía igual, y aunque a Tachie parecía disgustarle un poco nuestra monotonía, después de lo que nos había sucedido hace casi una década, yo no tenía ganas de más emociones fuertes. Después de todo, a pesar de que desde niño he sido entrenado para blandir una katana, el papel de un herrero no debería ser el de un combatiente en la vanguardia.
Terminamos de limpiar y nos preparamos para salir, antes de salir de la casa, por un momento, tuve ganas de llevarme una de las muchas katanas que mi familia había forjado y almacenado con el paso de los siglos, a pesar de que nada había sucedido después de la llegada del Schicksal, había algo dentro de mí, algo que me hacía tener una picazón en la espalda, un mal presentimiento, no quería creerlo, realmente no quería; pero estaba seguro que algo malo podría suceder en cualquier momento.
«¿Debería llevarme alguna...?».
—¡Shirou! ¡Apresúrate, llegaremos tarde!
—¡Voy! —Me detuve en mi camino hacia el almacén, negué con mi cabeza, no había pasado nada desde que el Schicksal había aparecido en la ciudad e, incluso si pasaba algo, al tenerlos, deberíamos estar a salvo.
Llegué hasta la entrada de mi casa, Tachie me estaba esperando enfrente de la puerta, me aseguré de cerrarla bien y partimos hacia la academia Homurahara.
—Tendríamos que partir incluso más temprano si te hubieras unido al club de kyudo.
—Sí, por alguna razón, Mitsuzuri-san odia a Issei desde ese día.
—¿Ayako? Creo que me dijo una vez que, gracias a Issei, había perdido a un gran rival, probablemente sea por eso...
—Bueno, no es como que no practique el tiro con arco, aunque mi familia se centra en espadas, generalmente hacemos un poco de todo: Espadas, arcos, lanzas, etc. Y, como necesitamos probar la calidad de estos, estamos obligados a tener las habilidades para utilizarlos de una forma mínimamente decente.
—Eso solo la molesta aún más, desde su punto de vista, ella cree que el que no te dediques en cuerpo y alma a la arquería, es un desperdicio de tu talento. Aunque... —Por un momento, vi a mi amiga sonreír con picardía—. Probablemente solo diga eso porque nunca te ha visto blandir una katana. Si hay un club al que deberías pertenecer, es al de kendo.
Suspiré—. Bueno, espero que nunca me vea blandiendo una, solo acepté unirme al consejo estudiantil para ayudar a Issei que estaba siendo sobrepasado por el trabajo, y gracias a que él lo sabe no me pide que me quede hasta tarde todo el tiempo, de otra manera, perdería mucho del tiempo que utilizo para entrenar.
Así, mientras conversábamos, llegamos a nuestra academia, y nuestra mañana continuó sin accidentes, a la hora del almuerzo...
Me encontraba en el salón del consejo estudiantil, la mayoría de los miembros se encontraban comiendo en otros lugares y solo Tachie, Issei, y yo, permanecimos en el salón.
—Tenemos un presupuesto bastante ajustado para los clubs este año... —dijo Tachie.
Vi a mi amigo asentir—. La economía del mundo se ha visto golpeada gracias a la constante guerra contra el honkai, hace algunos años todo parecía una fantasía que nunca nos afectaría; pero, gracias a lo que sucedió hace una década, nos dimos cuenta de la realidad. —Por un momento, Issei se cayó, y me pidió disculpas con la mirada, arrepintiéndose de haber mencionado la destrucción de Shinto.
«A pesar de que Shinto fue reconstruida, era imposible que esto no afectaría la economía de la ciudad, además, la economía de Japón en su totalidad está siendo afectada en gran medida por las explosiones repentinas de energía honkai...».
Suspiré mientras asentí—. No es como si en Japón no hubieran ocurrido explosiones de energía honkai antes... pero...
Observé a mis amigos y vi como Issei asintió, comprendía lo que yo quería decir, pero también comprendía que ahondar en lo sucedido hace una década era tabú frente a Tachie.
—Han comenzado a aumentar desde hace diez años, ¿no es así?
Para nuestra sorpresa, fue Tachie quien dijo esto, e Issei y yo nos sorprendimos, pero al final, solo asentimos en silencio...
—Ahora que lo pienso, tal vez tengamos a una nueva profesora de inglés dentro de poco...
—¿Crees que Fujimura-san aplique para el puesto? —preguntó Tachie.
—¿Fujimura-san? —preguntó Issei confundido.
Asentí—. ¿La recuerdas, Issei?
—Creo que no hay ningún profesor en esta escuela que no la recuerde... Sin embargo, ¿en serio crees que aplique para el puesto?
—Sí, me dijo que había estudiado el idioma en el extranjero, y también me dijo que permanecería en la ciudad durante un tiempo, así que es probable que lo haga.
—Ya veo... Yo creía que estaba trabajando para el Schicksal.
Tachie y yo no miramos sorprendidos por un momento.
—¿A qué te refieres...? —preguntó mi amiga.
Issei nos miró extrañado—. ¿No lo saben? Unos días después de que el Schicksal comenzara a montar sus instalaciones, Fujimura-san fue traída por un miembro de estos. Desde ese día, ella se ha quedado en las instalaciones del Schicksal, dentro del templo. No sé nada más porque los guardias de seguridad del Schicksal no nos permiten interactuar con nadie de las instalaciones.
Ambos nos quedamos consternados ante lo que nos acababa de contar Issei, ¿qué relación tenía Fuji-nee con el Schicksal? ¿Por qué había vuelto a Japón junto con estos? No lo sabía, y preguntarle a Issei parecía ser fútil, al parecer, si quería saber que estaba sucediendo, entonces tendría que preguntarle a Fuji-nee más tarde. Afortunadamente, esto sería durante la cena, lo cual me daría cierta ventaja, al estar la comida de por medio.
Al final, terminamos nuestro almuerzo en silencio y, después, proseguimos con nuestras clases de la tarde, así como con nuestras actividades del consejo estudiantil.
Justo antes de que partiéramos de regreso a nuestros hogares. Yo estaba reparando un calefactor en el edificio del club kyudo y, en la entrada de este...
—Sigo pensando que utilizarte como un simple reparador es un desperdicio de tu talento para el tiro con arco...
Quien habló no fue otra que Ayako Mitsuzuri, capitana del club de Kyudo.
Sonreí—. Tal vez, pero al menos, me agrada ser de utilidad para los demás.
Ayako suspiró, ella comenzó a hablar en susurros, creyendo que así no podría oírlas, lamentablemente, subestimó mi capacidad de audición.
—¿Estás de acuerdo con esto, Tachie?
Observé de reojo como Tachie miraba confundida a Ayako—. ¿De acuerdo con qué? —preguntó ella en voz baja también.
—Si Muramasa no desperdiciara su talento con el arco, podría hacer como Fujimura-san, estoy seguro de que podría competir a nivel mundial. Sí ese fuera el caso, dudo mucho que sea capaz de superarte...
—¿Superarme...? Espera, ¿todavía sigues con eso?
—Oh vamos, ¿acaso no es divertido? Además, de qué te quejas, tienes las de ganar. Incluso si Muramasa desperdicia su talento con el tiro con arco, todavía conseguir a un chico que sea mejor que él, no es sencillo. Después de todo, su familia está en una buena posición gracias a su relación con la familia Kaslana, ¿no es así?
Tachie asintió.
—De hecho, me sorprende que su familia se mantenga en Japón en vez de vivir en Europa.
—El padre de Shirou no es de viajar mucho, y le gusta Japón... —respondió ella, gracias a conocerla durante tantos años, pude notar su incomodidad, afortunadamente, ya había terminado con las reparaciones.
—Está listo.
—Bien. —Ayako sonrió—. Cuando quieras puedes abandonar el consejo estudiantil y venir al club con arco, me vendría bien un rival mi altura.
Sonreí mientras evadía el tema. Nos habíamos despedido de Issei, el cual se había retirado hace algunos minutos, y ahora nos despedimos de Ayako.
Salimos de la academia y nos dirigimos hacia el distrito comercial, nos tomamos nuestro tiempo para comprar los ingredientes para preparar la cena, y me aseguré de comprar comida extra para estar seguro de que sería capaz de satisfacer el apetito del tigre de Fuyuki, de hecho, compré incluso más, nunca se sabe cuándo Kiana podría aparecerse de un momento a otro y quedarse a dormir durante un fin de semana. Ser capaz de satisfacer tanto el apetito de Fuji-nee como el de Kiana...
—¿Listo, Shirou?
—Eh... Sabes que, creo que deberíamos comprar un poco más...
Mi amiga me miró confundida—. ¿Acaso planeas alimentar a un ejército?
«Mas bien, a dos personas que comen como si de un ejército se tratara». Sonreí incómodamente—. Algo así...
Terminamos de comprar tranquilamente y nos dirigimos a la zona residencial donde quedaban nuestras casas. Tachie vino a mi casa como casi todos, ella les avisaba a sus "padres" pero a veces eso no significaba que sus cuidadores estuvieran enterados de que se iba a quedar a cenar, así que era mi trabajo asegurarme que estuvieran enterados.
Después de eso, empecé a preparar la cena, y Tachie me pidió permiso para ayudarme, juntos acabamos rápidamente, y...
—Que extraño... —dije al ver la mesa sin todavía nadie alrededor.
Tachie frunció el ceño—. A esta hora ya debería haber abierto la puerta de un golpe, gritado a los cuatro vientos que había llegado, y preguntado si la cena ya estaba lista...
Asentí—. Sí seguimos esperando, la comida se enfriará, creo que lo mejor es que cenemos y le guardemos su parte.
—Será mejor que la ración que le guardemos sea grande, no quiero sufrir la ira del tigre de Fuyuki hambriento.
De esa manera, transcurrió lo que, en un principio, era una cena normal para nosotros dos, pero que, desde que había vuelto Fuji-nee a la ciudad, se había vuelto algo extraño.
...
...
Al final, Fuji-nee no había venido a cenar, y yo no sabía que debía de ser tan importante como para mantenerla alejada de su comida; pero... me daba mala espina. Suspiré internamente, Tachie y yo comenzamos a hacer nuestros deberes, después de terminarlos, nos despedimos y mi amiga volvió a su hogar.
Después procedí a ir a mi cobertizo para poder entrenar, generalmente me levantaba temprano para poder entrenar antes de que Tachie y Fuji-nee vinieran para desayunar; sin embargo, debido a mi conversación con Kiana, esta mañana había perdido más tiempo del que esperaba.
Tunk... Tunk... Tunk...
El sonido del martilleo, el calor de la fragua, a veces cometía errores y recibía un castigo por parte del fuego; pero eran gajes del oficio. Generalmente, en esta era donde la tecnología había avanzado tanto, un herrero tendría poco trabajo, pero, hace varias generaciones atrás, un ancestro mío se había encontrado con un ancestro de la familia Kaslana, está era una de las familias principales del Schicksal, y jugaban un papel importante en la organización. Ese ancestro de los Kaslana se encontraba herido y desarmado después de una fiera lucha contra un honkai. Según lo que me habían contado, mi ancestro lo ayudó a recuperarse y, como el Kaslana se encontraba desarmado y no había podido eliminar al honkai con el cual había luchado, mi ancestro también se dispuso a forjarle un arma que pudiera serle de utilidad. Mi familia no estaba familiarizada a la forja de armas occidentales en ese entonces, pero, parece que el uso de una katana, en vez de una espada occidental, no le dificultó en extremo el trabajo al Kaslana, pues logró eliminar al honkai en su segunda batalla en contra de este. Al parecer, este Kaslana quedó encantado con la calidad de nuestras espadas y terminó pidiéndole a mi ancestro que formara un contrato con su familia, desde entonces cada generación de mi familia había forjado armas para la familia Kaslana. Fue debido a esto que conocí a Kiana, al parecer, mi padre se había hecho muy amigo del suyo durante sus años de juventud. Y fue por eso que su ella y su familia venían a visitarnos a menudo.
Me sequé el sudor de mi rostro, ya había pasado más de la media noche, me tomaba en serio mi entrenamiento, y tenía buenas razones para esto, no solo por el hecho de que crear espadas era algo que me traía un sentimiento de calidez en mi pecho, sino que, además, estas espadas serían utilizadas por los Kaslana para destruir al honkai y salvar incontables vidas.
—Supongo que es mejor que me detenga por ahora, mañana tendré que levantarme temprano para poder volver a entrenar temprano.
Admiré el almacén, al principio, este era pequeño, al menos, cuando la casa acababa de ser comprada, pero, debido a las labores de mi familia, este fue reformado para actuar como una forja en condiciones. Dentro de este, se encontraban una cantidad más que decente de espadas, varias creadas por mí, la mayoría creadas por mi padre, y unas pocas, por el resto de mis ancestros. Dentro también había escudos, lanzas e, incluso, una que otra pieza de armadura; sin embargo, nos especializábamos sobre todo en espadas, aunque ya no solamente en katanas.
Nosotros creábamos las armas y los Kaslana usaban la tecnología del Schicksal para modernizarlas.
Antes de cerrar el cobertizo, le di una última mirada, por un momento, miré una de las espadas más antiguas que se encontraban en el taller y que, por alguna razón, ningún miembro de mi familia la había vendido, regalado, o entregado a los Kaslana.
Una katana con una empuñadura roja y una vaina negra, había estudiado durante mucho tiempo la forja de espadas para saber que era un arma maldita, ¿tal vez por eso mi familia no la había entregado? No lo sabía, pero sentía una extraña atracción por esta.
Negué con mi cabeza, todavía no era capaz de crear una espada como esa, mucho menos era capaz de manejar una adecuadamente.
Cerré el cobertizo y me dispuse a regresar a mi casa. Antes de acostarme decidí darme un baño para poder relajarme y eliminar la adrenalina que corría por mis venas.
Finalmente, me acosté en mi futón y, más temprano que tarde, me quedé dormido.
...
..
«¡Oye, despiértate! ¡Rápido, vienen!».
«Hmn... ¿Judgment? ¿Eres tú?».
«¡Que te despiertes, ante de que...!».
Salí volando...
De un momento a otro, una enorme explosión resonó en toda Fuyuki, la tierra tembló y pude sentir como la barrera que protegía mi casa y la de Tachie se activaba para mantenernos a salvo y, aun así, la onda expansiva me lanzó volando y terminé chocando contra la pared.
Me levanté rápidamente, la adrenalina que anteriormente había expulsado de mi cuerpo volvió a mí con el doble de fuerza.
Corrí...
Atravesé mi cuarto, el pasillo, y abrí la puerta de la casa, y me detuve por un momento... La cerca de mi casa había sido destruida, ahora nada la separaba de las demás, pero, más importante que eso, gracias a esto, y a qué mi hogar se encontraba en una zona elevada, pude ver lo que estaba ocurriendo:
A lo lejos, el fuego llenó Shinto una vez más, al igual que hace diez años.
Reforcé mis ojos y pude ver a varios kilómetros de distancia, así, pude verlos... Temblé de miedo.
—H-Honkai... Otra vez... ¡Está sucediendo otra vez!
Y, a diferencia de hace diez años, esta vez no tenía a nadie que me salvara, estaba solo...
¡No! No lo estaba.
Giré rápidamente mi cabeza hacia la casa de al lado. «¡Tachie!». Es cierto, tal y como la última vez, también tenía a Tachie, pero esta vez, nadie nos salvaría.
Mi mente analizó rápidamente la situación y corrí, reforcé mi cuerpo para correr tan rápido como me fue posible. No vacilé, sabía que necesitaba de un arma para poder defenderme, y también sabía cuál era la mejor espada que había dentro del cobertizo.
Abrí el cobertizo y tomé la espada, luego, salí rápidamente, atravesé el patio y salté la cerca destruida. Corrí a través del patio de la casa de mi amiga y llegué a la puerta trasera de esta.
«¡Maldición!». La puerta estaba cerrada con llave, mi mano vaciló al sujetar la espada, pero no tenía tiempo que perder, la desenvainé a gran velocidad y la blandí con toda mi fuerza...
El acero y la madera fueron cortados con una facilidad aterradora. No pesaba nada, era tan ligera como una pluma y, aun así, vi mi mano temblar. Estaba entumecida, era extraño, no había blandido la espada con tanta fiereza como para que está me dejara la mano de esta forma, era como si la misma espada absorbiera mi energía con el simple hecho de blandirla.
Negué con mi cabeza, no tenía tiempo para esto, entre en la casa y no vi a nadie dentro de esta—. ¡TACHIE! —Grité tan fuerte como pude, pero nadie me respondió, tenía un mal presentimiento.
Rápidamente crucé la casa, subí las escaleras y atravesé el pasillo del segundo piso, aunque Tachie era quien solía venir a mi casa, yo también conocía bastante bien la suya, me dirigí hacia la que sabía era la habitación de mi amiga y, ahí la vi...
Tachie se encontraba paralizada en un rincón, al frente de ella, dando vueltas en la habitación, se encontraba su familiar, se había convertido en un zombi.
«No puede ser... Es cierto, las ondas expansivas provocadas por energía honkai causan que todas las personas sin inmunidad a esta se conviertan en zombis sin sentido, tenía entendido que sucedió hace diez años, pero...». Por un momento, pude verlo, no… no lo vi, lo recordé: las llamas saliendo por doquier y, la gente... No había gritos pidiendo por ayuda, todas esas personas se habían convertido en zombis sin sentido que solo deambulan sin ninguna razón...
No quería recordarlo, no quería. ¿Cuántas personas fueron asesinadas esa vez? ¿Cuántas fueron asesinadas esta vez? ¡Y no pude hacer nada! Apreté los dientes y negué con mi cabeza, no pude salvar a nadie aquella vez, yo fui el salvado, pero al menos, esta vez... esta vez salvaré a alguien.
Me enfoqué una vez más, aparté rápidamente y fuertemente al familiar de Tachie de enfrente. Mi amiga estaba en un estado de pura conmoción, revisé apresuradamente su condición, algo brillaba desde abajo de su pijama, apartando mi vergüenza la desabroché, en su estómago, pude ver unas marcas brillando.
«Es como las que tengo en mi espalda…»
Afortunadamente, la onda expansiva no la había afectado, ella debía poseer resistencia a la Energía Honkai.—. Tachie... —La sacudí intentando hacer que reaccionara, nada, no hizo ni el más mínimo movimiento—. Tachie, por favor, levántate, tenemos que irnos. Antes de que las Bestias Honkai nos alcancen.
Nada, mi amiga no reaccionó. Apreté mis puños y colgué la espada en mi cinturón, gracias al refuerzo, fui capaz de levantar a mi amiga con relativa facilidad, tenía que sacarla de aquí tan rápido como me fuera posible. Con Tachie entre mis brazos, salí corriendo de la casa, entonces volví a ver aquella escena una vez más...
Por un momento, sentí nauseas, Tachie y yo habíamos bromeado sobre lo que haríamos en el caso de que un apocalipsis zombi ocurriera como en esas películas que últimamente se estaban comenzando a volver tan populares. Obviamente, estábamos bromeando, en ningún momento nos lo planteamos seriamente y; sin embargo, ahora yo debía hacerlo. La ciudad consumida por las llamas en la media noche, a lo lejos podía ver a las Bestias Honkai recorriendo las calles y cazando a aquellos que sobrevivieron a la onda expansiva, y, aquellos que no sobrevivieron, se encontraban poblando las calles mientras vagaban sin ningún rumbo y sin ninguna razón.
Tragué saliva, nuestra realidad había sido mandada a volar por los aires, todo había dado un giro de 180 grados, y lo único que todavía me ataba a la cordura y me permitía pensar con relativa racionalidad era la chica que se mantenía inmóvil entre mis brazos. Una vez más, estaba ocurriendo una vez más, tomé grandes bocanadas de aire y afilé mi resolución, tenía que salvarla, aunque fuera a ella, con toda la determinación que pude reunir avancé hacia mi objetivo, al menos eso tenía claro, el Monte Enzo, el Templo Ryuudou, el lugar donde se encontraban las instalaciones del Schicksal, si había un lugar donde estaríamos a salvo, debía ser ese.
Así, me adentré en la nocturna Fuyuki, o al menos, en lo que quedaba de esta...
Notas de autor:
Bueno, después de un mes sin actualizar nada, al fin actualizo algo. En este momento estoy bastante ocupado, y estoy revisando y editando Alternative, así que las actualizaciones van a tardar, pero llegarán, eventualmente llegarán.
También edité algunas cosas de esta historia que no me acababan de convencer, pero la mayoría sigue igual y la trama general es la misma.
Sin más que decir, no vemos en el siguiente.
