Exención de Responsabilidad: No soy dueño de Naruto. Cualquier cosa relacionada directamente con esta serie (manga / serie) todos los personajes, historia de fondo, configuración, etc. Pertenecen a Masashi Kishimoto.
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Shoji ...
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La próxima vez que la ve, casi sonríe.
Esa vez, acaba de regresar de otra misión rango S. Ser un anbu clandestino es sin duda un trabajo exigente. Mientras se abre paso por el pasillo desde las escaleras hasta la puerta de su apartamento, encuentra a la novia de su vecino tendida en el suelo de baldosas frente a la ventana cerca de la puerta de Yuzan, agarrando un tablero de Shōgi en una mano y un par de piezas en otra. Cuando se da cuenta de su llegada mientras sus llaves tintinean, levanta la cabeza y lo mira, soltando las piezas y extendiendo una mano.
Sasuke decide que es mejor ignorarla, pero antes de que pueda entrar por completo a su apartamento, la oye hablar con voz débil. - Agua. -
Él no responde mientras continúa entrando, dejando la puerta abierta mientras coloca su equipo en la encimera de la cocina y toma un vaso con agua. Al salir, la encuentra empujándose hacia arriba, luciendo tan exhausta y alcanzando el vaso que él lleva. Se lo da.
Ella lo bebe como si se bebiera una botella de alcohol, un poco de líquido se derrama en su barbilla. Y cuando finalmente se da cuenta de que el vaso ya está vacío, se da cuenta de él mientras él la mira fijamente como un halcón. Ella bruscamente gira la cabeza hacia el otro lado, casi pensó que su cuello se rompió. Ella le devuelve el vaso y murmura algo parecido a "lo siento" y "tan vergonzoso". Él no comenta cómo ve a sus orejas ponerse tan rojas como el cielo cuando se pone el sol.
- ¿Quieres más? - fueron las primeras palabras que Sasuke le dirigió. Pregunta esto con su expresión habitual apática mientras agita el vaso vacío.
Una vez más, señala para sí, la niña es muy interesante a su manera.
Ella lo enfrenta y se pone de pie, su rostro tan impasible como el de él. Luego, niega con la cabeza vigorosamente. - Gracias. - Ella logra ahogarse. Los ojos de Sasuke se posan en el tablero de shoji y sus piezas esparcidas por el suelo. Ella parece notar su desorden y comienza a recogerlo. - Quería jugar, pero olvide cómo. -
El Uchiha no es bueno con conversaciones pequeñas. - Bien. -
Antes de que el silencio se vuelva incomodo, Sasuke decide que esa es su señal para dejarla en paz. Debe haberse sentido desconcertada. Entonces, se da vuelta y entra a su apartamento sin mirar atrás. Cuando su puerta se cierra con un clic, se da cuenta de que su ceño fruncido habitual se ha ido y las comisuras de su boca se mueven peligrosamente en una sonrisa.
Se recompone y prepara su baño.
Quizás, sólo necesita enfriar su cabeza. Ha sido un duro trabajo de reconocimiento su última misión.
Realmente debería olvidar su nombre.
Mikoto ...
Maldita sea su memoria.
Mikoto, jugando shoji, tal vez quiera jugar también.
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