Naruto no me pertenece, es propiedad absoluta de sus creadores.

Advertencia:

1-Esta historia se desarrolla a partir de los exámenes Chunin, justo en mitad de la batalla de Naruto y Neji.

2-Esta historia tiene como pareja principal a Sasuke x Hinata, con algo de Hinata x Kabuto (¡¿naniiiii?!) y leve Itachi x Hinata. Si no es de tu agrado, este fic. no es para ti.

3-Pido de favor respeto a mi persona, a los lectores y sobre todo a la historia. Repito: si no es de tu agrado, solo da vuelta atrás.

4-Soy un ser humano por tanto cometo errores ortográficos y de redacción. Trato constantemente de mejorar y creo que lo estoy consiguiendo.

5-Amor Lento.

Han pasado 84 años...

Buenos ¿días? ¿tardes? ¿noches? No tengo ni idea de qué hora es, esto de la cuarentena me tiene con el horario de cabezas.

¿Maravillados con este milagro? ¿Andan buscando la estrella que se ha caído? ¿Será el fin del mundo? No, es que Camison ha decidido actualizar después de un milenio. Lo sé, me demoró mucho, pero si ya saben cómo soy ¿para qué me leen? XD

Pasemos rápidamente a esos hermosos comentarios:

DariaMRivas: Primero que nada, déjame agradecerte por leer, darle una oportunidad a esta historia, y dejar ese hermoso comentario. Adoro los comentarios largos. Me alegro muchísimo de que te haya gustado, la verdad, creía que esta idea no le iba a gustar a casi nadie. En este capítulo se "explica" las intenciones de Kabuto para con Hinata, y se da el tan ansiado encuentro entre ella y Sasuke. Debo decirte que andas muy cerca de la verdad, pero aún falta un poco ;)

Hakudoshigle: ¡Muchas gracias por leer! Espero los capítulos anteriores también hayan sido de tu agrado.

Anairam Marina: ¡Gracias por leer y apoyar esta historia! Como puedes ver, me demoro mucho actualizando. Espero te guste este capítulo.

Cherrymarce: Jajajajajaj El oh mai cat me encantó XD. ¡Gracias por apoyar la historia! Después de medio siglo, aquí tienes el capítulo.

Ambarinski: Jajaja veo que te ha gustado bastante, espero este capítulo también cumpla tus expectativas.

UchihaYumiko: La verdad, yo sigo sin entender a esas personas: Si no te gusta un ship, simplemente tienes que obviarlo y ya está. No hay necesidad de tanta toxicidad.

Alicia CR: ¡Muchas gracias por leer! Así es, todo en una noche, aunque eran más bien fragmentos y hasta algunos sin sentidos. Cuando me desperté decidí hacer un mini borrador y arreglar las ideas. A pesar de eso, siempre me demoro mucho en actualizar. Digamos que ya es algo que viene en mi ser. ¡Aquí esta el cuarto capítulo!Sasuhinas fan: ¡Gracias por leer y apoyar esta historia! Su pongo que con lo que te he hecho esperar por la actualización ya debas de andar en el cielo Jajaja. En este capítulo, Hinata apenas está siendo introducida en el arte de la medicina ninja, cuando avance al siguiente paso que sería la práctica es cuando se verá las verdaderas intenciones de Kabuto.

KattytoNebel: Así es, la pobre Hinata hace todo por el bienestar de la aldea, su hermanita y Naruto. La verdad, no sabía que pensar a la hora de escribir esa escena, ya que en los Fanfic se han adaptado a hacerla un personaje muy fácil de sorprender. Hinata ha demostrado ser muy precavida en la serie, y quería utilizar eso a mi favor; y con respecto a la parte de Hiashi, hasta yo que soy la escritora me llegó al corazón. Kabuto tiene, a parte de su plan principal, una gran curiosidad. En este capítulo apenas y se explica sus intenciones, pero se dejarán más claras cuando Hinata entre a la práctica. Después de casi un milenio, aquí está la continuación.

Dicho todo: comencemos.

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Haitoku no Hana

By Princesa Camison

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Capítulo 4:

Incomodidad

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Ruidos.

Silencio.

Gritos.

Silencio nuevamente.

Más ruidos.

Hinata se tapó los oídos con mucha fuerza y frustración.

Hace dos días que había llegado a la guarida actual de Orochimaru. Según le explicó Kabuto, ellos cambiaban aleatoriamente de guarida cada cierta cantidad de tiempo. En esos dos días, lo único que hizo fue instalarse, recorrer algunos pasillos para memorizarlos, y entrenar en la teoría del Ninjutsu Médico.

Realmente se sorprendió de lo bien que se le daba la medicina ninja, y según las palabras del propio Kabuto: "el hecho de que ya sepas sobre plantas y hacer medicina, es un gran paso. Podremos pasarnos esa parte". El peliblanco le explicó que su investigación radicaba en ver cómo se movería el Byakugan en el campo de la medicina. La verdad ella también tenía curiosidad. Si con la línea sucesoria que poseen los Hyuga pueden de ver los puntos de chakra y de más, ¿no era eso una grandísima cualidad para la medicina ninja? ¿No sería más efectivo? ¿Por qué no hay un solo Hyuga especializado en Ninjutsu Médico? Estaba tan curiosa, tan deseosa de probarse, que estudió durante todo el día anterior la teoría de la medicina ninja y llenó de preguntas a Kabuto en busca de respuestas; pero gracias a eso, ahora tenía un problema.

No había dormido nada, y ahora no podía dormir.

Desgraciadamente para ella, el bajar la guardia no era una opción, por lo que apenas dormía y estaba tan paranoica que de solo escuchar un pequeño ruido –ya sea provocado por ella misma al moverse en la cama– se despertaba. Sumándole a eso, el hecho de que la habitación que le habían asignado estaba cerca de algún área de tortura o confinamiento –ella no quería saber–, los ruidos y gritos de quien quiera que estuviese en aquel lugar, lograban filtrarse por las paredes dejándola más perturbada de ser posible.

Hinata daba vueltas en la cama sin saber qué hacer. Ayer habló con Kabuto sobre el tema, preguntando si no podía instalarla en algún lugar más tranquilo, o por lo menos alejado de aquel lugar que tanto malestar le causaba. Para su infortunio, la respuesta no fue muy favorable:

"– Realmente me gustaría ayudarte con eso, Hinata-san. –Él no la miraba, parecía muy concentrado mezclando sustancias, seguramente creando alguna medicina que aliviara el dolor de Orochimaru– Desgraciadamente, Sasuke-kun se adueñó de la zona más tranquila, y nos dejó bien claro que no quería a nadie rondando por ahí. Ni yo puedo acercarme, solamente Orochimaru-sama, y eso es si está de buen humor.

– ¿T-toda la zona? –Preguntó sorprendida. Por lo que pudo averiguar, el gigantesco escondite estaba dividido por varias zonas. Cada zona contaba con un mínimo de 15 habitaciones y dos pequeños campos de entrenamientos subterráneos y una espaciosa sala normalmente adornadas por estatuas de serpientes.

– Así es. –Kabuto llevó cerca de sus ojos un frasco con un extraño líquido morado, y lo observaba atentamente frunciendo el ceño– Dijo que si alguien se acercaba lo mataría. –Volvió a dejar el frasco donde estaba y tomó otro de color rojo– Pero supongo que, como eran compañeros, él podría hacer una excepción. –Hinata miró el suelo y frunció levemente el ceño en señal de duda. Ellos no hablaron mucho, por no decir nunca– En cualquier caso, si decides hablar con él, ve con la guardia bien alta. No sé si estará de mal humor y decida matarte apenas coloques un pie dentro de la zona.

– Lo p-pensaré…"

Dando vueltas por la cama y caminando de un lado a otro de la habitación ella se decidió a hablar con Sasuke. Después de todo, aunque se hubiese dado el caso de que no necesitara una nueva habitación, una parte de su misión era verificar la actual condición de Sasuke en la guarida. Tsunade no quería gastar esperanzas en vano y ella lo entendía. Ahora agradecía el tener una excusa válida para acercarse al Uchiha, de haber sido de otra forma, tal vez Kabuto comenzaría a sospechar.

Se levantó de la cama y se calzó los tabi* y las geta*. Arregló la yukata blanca con estampado de pequeñas flores rojas en los bordes que le habían dado para que se pusiera –una extraña regla para diferenciar a los aprendices de los subordinados–, y salió de su habitación a buscar a Kabuto para que la llevara a la zona donde se encontraba el Uchiha.

En el camino a la habitación del adulto, Hinata trató de recordar lo que sabía de Sasuke desde la academia. Él siempre daba esa apariencia de ser inalcanzable: tan serio, teniendo las mejores notas, haciéndolo todo perfectamente, tan solitario. Pero también lo había visto discutir tontamente con Naruto, convirtiendo todo en una competición, y lo había visto tener confianza con sus compañeros de equipo. Ella pensaba que tal vez él si quiera hablar. Supuso que el Uchiha está, al igual que ella, con la defensa alta. En tres meses no se formaba la confianza suficiente para andar por sus anchas, por tanto, estaba segura, que aquella advertencia que dio acerca de asesinar a quien fuera, podía realmente aplicarse solo a Orochimaru, Kabuto y todos los subordinados. Después de todo, el apoderarse de una zona tan grande le daba la ventaja de tener tiempo para escapar o planear un contrataque. Muy al contrario de ella, que al tener el Byakugan el estar rodeada no le era un inconveniente, aunque su fuerza distaba mucho de ser la necesaria para defenderse, en todo caso tendría que huir.

Aun así, el tener una zona para él solo…Definitivamente, se notaba el favoritismo de Orochimaru con el Uchiha

Con esos nuevos pensamientos, agilizó el paso lo máximo que podía con las geta. Ella tenía una oportunidad, y no debía desaprovecharla, con esto mataría dos pájaros de un tiro: Conocer la condición de Sasuke y tener un mejor ambiente donde pudiera reponer fuerzas. Ella no podía quedarse sin energías, mucho menos en su condición actual.

Con una mano se tapó uno de sus ojos levemente. El Byakugan era ansiado por muchos, no solo por su poder, sino por su alto nivel de dificultad. Después de todo, solo podía obtenerse de algún miembro de la Rama Principal, y los que salían a batalla pertenecientes a esta rama eran expertos en combate, lo que lo hacía una misión titánica.

Pero ella no era ninguna experta.

Ella era una niña.

Ella sabía que estaba corriendo muchos riesgos; pero no podía darse el lujo de colocarse el sello característico de su clan para proteger sus ojos. Si hacía eso, Kabuto sabría inmediatamente que ella era una espía, la asesinarían y no podría ayudar a Konoha desde ahí. Hinata estaba en un peligro constante, por esas razones, ella debía descansar, aunque sea tres horas mínimo, o no rendiría en algún caso de emergencia.

Llegó por fin al laboratorio del peliblanco, se detuvo un momento para suspirar y verse más tranquila. Tocó levemente la puerta en espera de la señal para entrar; sin embargo, la puerta se abrió levemente dejando ver parte del cuerpo de Kabuto, el cual estaba cubierto por una capa quirúrgica. Al ver que se trataba de ella sonrió y salió del laboratorio dejando ver por unos segundos el interior del lugar. Hinata tuvo que usar todo su esfuerzo y pensar en muchas cosas a la vez para no vomitar ni hacer ningún gesto en su rostro ante lo que había presenciado; pero ella sabía que la imagen del hombre postrado en la camilla y con todos sus órganos expuestos la iba a perseguir en sus pesadillas. Por suerte, Kabuto se había quitado los guantes antes de abrir la puerta.

– ¿Necesitas algo, Hinata-san? Te dije que hoy podías descansar.

Hinata no sabía que le daba más asco: si el panorama del laboratorio, o la sonrisa del peliblanco; mostrándose tan sereno, como si no pasase nada.

– Lo siento mucho, Kabuto-san. N-no quería interrumpirle. – Juntó sus pequeñas manos a la altura de su regazo y las apretó entre ellas mismas para darse fuerzas– Puedo v-venir más tarde s-sí está muy ocupado.

– No te preocupes, ya he terminado –comentó mientras se quitaba la bata dejando ver su típico atuendo ninja–. ¿Hay algo que quieras contarme?

– Y-yo he decidido tratar de hablar con Sasuke-kun, si no es mucha m-molestia.

Dobló la bata y se la acomodó en uno de sus brazos. La observó unos cuantos segundos– Veo que no has podido descansar, ya han empezado a aparecer ojeras bajo tus ojos.

El peliblanco alargó una de sus manos hacia su rostro y ella reaccionó como cualquiera con una línea sucesoria ocular reaccionaría: Se alejó hasta chocar con la pared gemela a sus espaldas, y si esa pared no estuviese ahí, ella seguramente hubiese retrocedido aún más. Hinata no podía dejar que él la tocase, no sabía cuáles eran sus habilidades ni sus verdaderas intenciones para con ella. Aun así, su reacción era símbolo de desconfianza, y el corazón de la pelinegra martillaba fuertemente contra su caja torácica.

Kabuto dio una pequeña sonrisa mientras bajaba su mano de nuevo a su costado– He sido un poco brusco, lo siento. –Se dio la vuelta y con una llave cerró la entrada al laboratorio– Quieres que te lleve a donde Sasuke-kun, ¿cierto? –le restó importancia al asunto y se volteó nuevamente para mirarla.

– S-Sí. Se l-lo agradecería. –Hinata hizo una corta reverencia también ignorando su miedo, pero el ritmo de su corazón parecía noquerer tranquilizarse.

– Entonces, vamos.

Y con esas palabras, Kabuto comenzó a caminar por los pasillos, y ella unos cuantos pasos más atrás le seguía despacio.

Debo tener más cuidado.

-0-0-0-

Estuvieron cerca de 20 minutos caminando por los pasillos en completo silencio, apenas interrumpido por los pasos del peliblanco y el leve sonido que dejaban las geta que ella llevaba calzando. Kabuto se detuvo y ella en consecuencia hizo lo mismo. Se volteó a observarla con una leve sonrisa.

– Hasta aquí llego yo, Hinata-san. Si Sasuke-kun me ve, es posible que se ponga de mal humor.

– E-entiendo. –Apretó sus manos y empezó a jugar con sus dedos sobre su regazo.

– Sigue caminando, verás un arco que lleva a la sala de la zona. –Señaló el pasillo– Lo más seguro es que se encuentre ahí en estos momentos. De no estarlo, espéralo ahí, no le gusta que irrumpan en su privacidad. –Con una mano acomodó sus lentes en el puente de su nariz– Recuerda lo que te dije de mantener la guardia en alto.

– Sí. Muchas gracias, Kabuto-san. –Hizo una reverencia hacia el adulto.

Apenas Kabuto se perdió de su vista en la dirección por la que habían llegado, ella volvió a caminar hacia donde el peliblanco le había señalado.

Tras caminar un rato, llegó al arco que le había dicho Kabuto. Miró al interior y la misma sala que poseían las otras zonas se presentó en su visión. La única diferencia es que esta apenas era iluminada por dos candeleros a cada lado de la gran estatua de una serpiente. Está demasiado oscuro…Con una mano en el pecho pasó el arco hacia su interior. Revisó cada rincón con su mirada, pero no veía a nadie; a pesar de eso, ella sentía la presencia de alguien más. ¡Podría ser…!Abrió aún más sus ojos en sorpresa y juntó sus manos creando un sello.

– ¡Byakugan! –Ahora con su línea sucesoria activa, el genjutsu se disipó rápidamente y justo a tiempo para que ella esquivara un shuriken que tenía una trayectoria directa a su corazón.

– Así que es cierto lo que dicen del Byakugan, es inmune al Genjutsu. –Hinata observó al frente sin desactivar el Byakugan.

Ahí estaba él, sentado en la base de la gran estatua, con una pierna encogida para apoyar su brazo izquierdo. Ella podía ver que él también tenía su línea sucesoria activa por la gran cantidad de chakra acumulada en el área de sus ojos; también observó otro cumulo de chakra en su nuca. El sello maldito. Sasuke llevaba también una Yukata, de la cual no podía distinguir bien el color debido a la oscuridad, pero estaba segura que era oscura. Su cabello estaba más desordenado y ella juraría que lo veía un poco más opaco, casi perdiendo el brillo azulado que le caracterizaba.

– Si no mal recuerdo, eres la Hyuga que tiene por compañeros al chico perro y al de los insectos. –Su voz sonaba más fría de lo que recordaba.

Ella frunció levemente el ceño– Se llaman Kiba y Shino.

– No me interesa. –Hinata tragó grueso– ¿Qué haces aquí? Si te ha enviado Konoha para llevarme de vuelta-

– Te equivocas –le interrumpió–. Yo estoy aquí para mis propios beneficios.

– Entonces, tú eres de quien hablaba Kabuto. –Ella frunció el ceño ante el comentario– Le dije bien claro que no quería a nadie cerca de esta zona.

– Él m-me lo comentó. –Hinata no pudo evitar comenzar a ponerse nerviosa. El Sasuke que estaba frente a ella no se parecía en nada más allá del físico al que ella había visto en la aldea– Y-yo quería hablar contigo, d-de ser posible…

El Uchiha se mantuvo un rato en silencio, observándola con el Sharingan aun activo. Ella comenzaba a sudar levemente, pues no estaba adaptada a mantener el Byakugan tanto tiempo, pero como él aún mantenía el suyo activo, le parecía que no debía desactivar el suyo. Ella tenía que dar una imagen firme. Él ni siquiera está parpadeando.

– ¿Qué quieres? –preguntó secamente.

Hinata convirtió las manos en puños a sus costados para darse ánimos– Me instalaron en una zona bastante problemática, me dijeron que tienes esta zona solo para-

– Ve al grano – le interrumpió.

– M-me gustaría q-que me dejaras instalarme aquí t-también. Tomaré el cuarto más alejado al tuyo, no quiero-

– No. Lárgate.

Tajante y secamente la interrumpió. Hinata frunció el ceño en desconcierto– Y-yo no-

– Si esperas que mi actitud contigo sea mejor por el simple hecho de que fuimos compañeros en Konoha, estás perdiendo tu tiempo. –Volvió a interrumpirle. Para Hinata ya comenzaba a ser molesto– Este no es lugar para ti. Regresa a Konoha y sigue jugando a ser ninja.

La Hyuga apretó aún más sus puños y frunció el ceño con molestia. – No eres quien para decirme donde debo estar o como debo hacer las cosas.

– ¿Y Hyuga Neji sí?

Hinata se sorprendió por la pregunta. Él no estaba cuando luché con Neji-nisan en los exámenes Chunnin, ¿cómo sabe eso? Se recompuso rápido de su sorpresa y decidió mostrarse más firme de lo que estaba. Ella ya estaba cansada de ser a la que debían proteger, bajo la sombra de sus compañeros, de su maestra, de Neji, de su propio padre y su clan. Sí algo bueno le había visto a esta misión era el hecho de que podría aprovechar al máximo el entrenamiento que fueran darle. Ella ya no se guiaba por nadie.

– Ni Neji-nisan, ni nadie…nunca más.

La sala se mantuvo en silencio, donde solo se miraban a los ojos con sus líneas sucesorias activas. El crepitar del fuego apenas y hacía ruido en la estancia. No fue hasta que sintió una ardentía en su mejilla derecha que se dio cuenta de lo que había pasado. ¿Un shuriken? ¿Cuándo…? Ni si quiera lo vi en mi rango de visión. El primer shuriken no tenía tanta velocidad.

– Tienes ojeras en los ojos, se nota el cansancio que llevas acumulado. Supongo que te tocó la zona cercana a la sala de torturas. –Hinata llevó una de sus manos a la mejilla sangrante. El pelinegro tenía el brazo derecho, con el que había lanzado el shuriken, extendido en su dirección– Si quieres una habitación aquí, vendrás todos los días a la misma hora. Cuando logres esquivar uno solo de mis shuriken, dejaré que te quedes. –Bajó el brazo a su antigua posición– Tienes tres semanas. Si no lo consigues en ese tiempo, cuando nos encontremos, te mataré por hacerme perder el tiempo.

Hinata se sentía ofendida, pero no iba a replicar nada. Él le estaba dando una oportunidad que ella no pensaba desaprovechar. El estar cerca de Sasuke le permitiría estar a su vez más cerca de Orochimaru y su información. Debía encontrar una forma de descansar en su actual habitación como mínimo una hora si quería cumplir el lapso de tiempo dado.

– Así lo haré.

Unió sus manos en su regazo, desactivo su Dōjutsu, hizo una corta reverencia y salió del lugar adentrándose nuevamente a los pasillos en dirección a la zona donde estaba instalada; dejando al Uchiha solo en la sala, donde justo en ese momento, las llamas se extinguía, dejándolo en completa oscuridad.

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¡Al fin el cuarto capítulo! Ya se encontraron Sasuke y Hinata. La pobre no lo tiene fácil. Oremos para que le vaya mejor en el próximo capítulo.

Espero les haya gustado mucho, si fue así recuerden dejar su voto de amor y un hermoso comentario. Me encanta leer y contestar vuestros comentarios, me hacen el día.

*tabi: calcetines utilizados en Japón para ponerse con las sandalias.

*geta: sandalias de madera.

¡Nos leemos en el próximo capítulo!