Como ya saben nada de esto me pertenece, la dueña de estos personajes es Stephenie Meyer y la autora de esta graciosa historia es la autora Hoodfabulous, yo solo traduzco ;)
Y como siempre me acompaña mi querida amiga y Beta, Erica Castelo. Gracias por tu ayuda *
Capítulo Tres: Sesenta y ocho y te debo uno
Después de darle el codazo a Cullen en las costillas y encerrarme en la van de Jasper, Cullen empieza a golpear el vidrio, gritándome que baje la ventanilla. Solo le frunzo el ceño y le levanto una ceja. Luego cruzo los brazos sobre mi pecho, y arremeto mirándolo inexpresiva como si estuviera loco, que muy bien pudiera estarlo.
Jasper me encuentra sentada en su van examinando mis uñas con una expresión de puro aburrimiento en mi rostro, y un furioso Cullen golpeando el vidrio. Me inclino y le quito el seguro a la puerta de Jasper, el golpeteo insistente disminuye cuando mi trasero está en el aire al cruzar al asiento del conductor.
Cuando vuelvo a mi asiento, veo que Cullen mira por la ventana frunciendo el ceño con una expresión extraña en su rostro. Su piel está sonrojada, macilenta y se ve un poco enfermo. Supongo que mi trasero huesudo le revuelve el estómago. La idea también me da náuseas, y me odio por siquiera preocuparme por la anterior evaluación de Cullen sobre mi cuerpo 'demasiado delgado'.
Entonces, cuando Jasper enciende la van, Cullen empieza a golpear la ventanilla una vez más, sus ojos en llamas, y su rostro tormentoso. Cedo, abriendo la ventanilla solo un poquito y lanzándole una mirada impaciente.
"Ya no camines sola por la carretera."
Hay un tono demandante en su voz que me hace entrecerrarle los ojos. Mi rostro arde por la intensidad de su orden, y por cómo se atreve a decirme qué hacer. ¡No es mi maldito guardián!
"Hay osos en el bosque," explica, su rostro suavizándose un poco. "Es peligroso caminar a solas por la carretera."
Mi boca, que está abierta para responderle de forma grosera, de repente se cierra de golpe. Una ligera llovizna empieza a arremolinarse alrededor de la van, reluciendo bajo las luces del porche brillando detrás de la silueta de Cullen, el rocío salpicando su pálido rostro.
Metiendo las manos a sus bolsillos, empieza a retroceder, dando unos cuantos pasos hacia atrás mientras su mirada permanece en mí. Luego se da la vuelta y trota hacia el kiosco, justo cuando Jasper mete la reversa.
"No siempre es un villano," musita Jasper, alejando mi atención de la figura de Cullen retirándose y hacia los amistosos ojos azules de Jasper. "Algunas veces es el chico bueno."
"Me deja aturdida," murmuro, volviendo a subir manualmente la ventanilla cuando empieza a caer la lluvia.
Miro a través de las gotas de lluvia escurriendo por los oscuros vidrios tintados, viendo cómo Cullen emerge del kiosco con su libreta negra. Nunca levanta la vista cuando Jasper enciende la van, y chisporrotea tomando la carretera.
"Está mejor que como estaba," Jasper se encoje de hombros. "El chico ha pasado por mierdas en su vida."
"¿Como qué?" Pregunto, jugueteando con la orilla deshilachada de mi falda, ansiosa por saber más del chico enojado con el cabello color caramelo.
"No es mi historia para contarla," responde Jasper, dándome una sonrisa torcida. "No es mi historia para contarla."
~c00ch~
Dos semanas después…
Hay algo que tengo que explicar con respecto a mi madre. Es una eterna adolescente. Es jodidamente entrometida, y cuando quiere, puede hacer que el tormento de Cullen parezca un juego de niños en comparación.
Sucede que también es mi mejor amiga.
No, no, no de esa forma. No tenemos una de esas relaciones de 'No soy una mamá normal, soy una mamá genial' o algo así. No le cuento todo lo que ocurre en mi vida. Dejo los mejores detalles para mi diario. No puedo imaginar confesarle a mi madre mis raros monólogos internos con mi vagina, o el hecho que estoy extremadamente excitada por un chico que me odia, aun cuando tengo un novio esperándome en casa.
Un novio con el que rara vez hablo, pero aun así.
En fin, como dije, hay algunas cosas que comparto con ella, como el incidente de la cafetería. Le expliqué exactamente por qué vine a casa de la cafetería sin malteada, por qué mis botas estaban cubiertas de la mezcla de chocolate plagada de lactosa. Le expliqué que un chico fue grosero conmigo, que yo fui grosera con él y luego le tiré la malteada en la cabeza.
Omití la ardiente forma en que me inmovilizó furioso contra mi camioneta, eso y el hecho que le di un rodillazo en las bolas.
Mi madre es uno de esos tipos de personas cuyo primer instinto es reírse cuando alguien se tropieza y cae. No hace falta decir, que de verdad le hizo gracia mi primer encuentro con el Chico Malteada, incluso configurando en secreto los tonos de llamada y alertas de mi teléfono con esa irritante canción pegadiza ' milkshake'.
Eso es lo que nos trae aquí hoy… al primer día de mi penúltimo año en el instituto de Forks.
Cuando despierto, atontada y confundida, al escuchar my milksake brings all the boys to the yard, and they're like… it's better than yours. Damn, right. It's better than yours. I could teach you, but I'd have to charge, sé que va a ser un día de mierda en mi nueva escuela.
Mamá entra en la habitación sacudiendo su trasero al ritmo de la música. Ruedo los ojos y considero arrojarle mi teléfono, pero tengo diecisiete años y probablemente muera sin la extensión de mi mano derecha, alias, mi teléfono.
"Estás muy entusiasta esta mañana, considerando que el Chico Malteada sin duda me matará. ¿Le pedirás al sepulturero que me ponga mi vestido amarillo favorito antes del funeral? ¿El que tiene el borde de encaje?"
"Ese es un vestido de primavera, Bells," mi madre suspira, dando golpecitos con su dedo contra su barbilla en simulada contemplación. "Técnicamente aún es verano. Necesitas algo alegre y vibrante. ¿Qué te parece ese vestido rojo que compraste en Macy's?"
"El rojo es un poco chillón para un funeral," dije, quitándome las mantas y sentándome en la orilla de la cama. "Me refiero a que; la gente hablará, ¿sabes? No quiero dejar este mundo luciendo como una prostituta de dos dólares."
Mamá se ríe, entonces se sienta junto a mí en la orilla de la cama. Me da una dulce sonrisa, y la incomodidad de un verdadero 'momento madre e hija' rompe la naturalidad de nuestras características bromas.
"¿Estás segura que estás bien?"
"Pffftt. Estoy bien," respondo, ignorando su mirada preocupada al pararme y estirarme. "Será estupendo, mamá. No te preocupes."
"Pienso en Renee todos los días," dice con un suspiro, estirando su mano y agarrando la mía, "pero en especial en días como hoy… pienso en lo mucho que se ha perdido al estar ausente en todas tus primeras veces: tu primera risa, tus primeros pasos, tu primer cumpleaños, cuando perdiste tu primer diente, tu primer día en el jardín de niños…"
"La primera vez que vine ebria a casa," bromeo, retirando mi mano de la suya y dándome la vuelta antes que pueda ver las lágrimas brotando de mis ojos.
"Esa fue una primera vez que me encantaría olvidar," murmura, pero su voz sigue nostálgica y triste.
No me gusta hablar con ella sobre mi madre biológica, que era su mejor amiga. No tengo recuerdos de la mujer, no es fuerte el vínculo que tengo con ella, pero mamá pasó la mayor parte de su vida junto a mi madre biológica. En días como hoy, se vuelve callada y reflexiva, algo inusual en una mujer que normalmente es jovial e ingeniosa.
"Deja de estar toda triste y emocional," me quejo, agarrando mi ropa interior de mi cómoda al caminar hacia el baño. "Hoy tengo que llevar mi mejor cara."
"Estoy segura que todo saldrá bien," me asegura mamá, poniéndose de pie, dándome un incómodo abrazo con un solo brazo y palmeando mi espalda. "Tendrás un maravilloso primer día de escuela, solo espera y verás."
~c00ch~
Me voy a la escuela súper temprano por más de una razón. La primera, es porque mi camioneta es un pedazo de basura. Algunas veces se sobrecalienta, y se ha descompuesto en más de una ocasión. La otra razón por la que me voy tan temprano es porque me perdí la orientación para nuevos estudiantes debido a mi falta de entusiasmo por Forks, y por ser una perezosa en general. Si me apresuro a la escuela y agarro mi horario, tal vez pueda encontrar todos mis salones de clase con tiempo.
El estacionamiento está prácticamente desierto frente al instituto, lo que básicamente son unos cuantos pequeños edificios conjuntos. Me cuelgo mi mochila casi vacía al hombro, para luego colocar mi impermeable sobre mi brazo. El cielo está enojado y oscuro, pero afortunadamente sin lluvia, lo único rescatable esta mañana.
Trepo a la acera, subiendo lentamente la colina hacia el edificio con las palabras 'Instituto Forks' en letras negras sobre la entrada principal. Al escabullirme al edificio prácticamente desierto, encuentro en seguida la oficina y entro.
Una secretaria demasiado amigable que se presenta como la señora Cope imprime rápidamente mi horario, me da un mapa del campus y responde con entusiasmo unas cuantas preguntas. Luego garabatea el número de mi casillero en un pequeño cuadro de papel. La adolescente ordinaria oculta en mi interior amenaza momentáneamente con escaparse cuando me trago un resoplido.
Casillero número sesenta y nueve.
Oh, sí.
"Gracias, señora Cope," le digo sinceramente, y ella rápidamente me devuelve la sonrisa.
Decidiendo que quiero encontrar primero mi casillero, camino por el largo pasillo, sujetando con fuerza el pequeño pedazo de papel con el número de mi casillero en mi mano. Grupos de estudiantes están cerca de sus casilleros recargados en las paredes, charlando y riendo, intercambiando historias sobre su verano.
Las conversaciones bajan de volumen o se detienen por completo cuando paso junto a ellos. Me miran abiertamente, algunos con curiosidad, otros con reconocimiento. Los que me reconocen también me parecen familiares, y en seguida caigo en cuenta que sus rostros vagamente conocidos, son los mismos presentes la noche que vacié mi malteada sobre Cullen, er, Edward.
Sí, he decidido llamarlo por su nombre de pila, su verdadero nombre. No estoy segura que me lleva a hacer eso. Tal vez solo quiero ser diferente, o quizás quiero ser pesada. En cualquier caso, el chico ya no es 'Cullen' o el 'Chico Malteada' para mí.
Tomé la decisión esta mañana temprano mientras me cepillaba los dientes y reflexionaba en las palabras de Edward, sobre cómo iba a hacer de mi vida un infierno. Mi corazón se aceleró al recordar su cálido aliento en mi oreja, lo ronco de su voz al prometerlo en un susurro. Era peligroso y emocionante, dos cosas a las que cualquier chica adolescente normal no debería sentirse atraída.
Yo definitivamente lo estoy.
Sé que el tipo puede hacer mi vida aquí miserable. Los chicos en la cafetería lo miraban como si fuera el jodido Harry Styles o algo así, solo que mucho, pero mucho más ardiente que Harry Styles, o cualquier chico adolescente en realidad. El tipo probablemente podría tronar sus dedos y tendría un montón de fangirls golpeándome con sus bolsos de diseñador y arañándome con sus manicuras francesas.
Llevar una vida de tormento y tortura mientras me veo forzada a residir en Forks, Washington no es exactamente lo que necesito o quiero de la vida, así que decido ser amable. Además, ya me he aprovechado tanto del chico que se merece un descanso, al menos eso es lo que me digo. En el fondo, quiero arrancarle esos bonitos ojos verdes.
Después de hacerle el amor dulcemente.
Mis ojos le echan un vistazo a los números de los casilleros al abrirme paso por el pasillo, pretendiendo ignorar a los otros chicos mirándome. El pasillo esta lleno de casilleros en la pared de ambos lados, un casillero situado encima del otro, leo los números en silencio en mi cabeza al acercarme a mi destino.
Casillero número sesenta y seis, sesenta y siete, sesenta y ocho, sesenta… ¿qué demonios?
Parado frente al casillero, mi casillero, esta Edward Cullen. La lluvia y el viento han desordenado su cabello en un dulce y pecaminoso revoltijo de mechas rebeldes color rojizo sobre su cabeza. Hoy lleva puesta una camiseta gris, igual de ajustada a las de las dos últimas veces que lo he visto, también con esos malditos jeans de corte bajo. Cuando mete una libreta negra al casillero, mi jodido casillero, su camiseta se sube, dejando expuesta una franja de piel pálida sobre la cintura de su ropa interior.
Mi lengua sale para humedecer mis labios. Cooch despierta, saludándome y anunciando formalmente que mi boca no es lo único húmedo por aquí.
Mi cuerpo me grita que lo toque, así que lo hago. Le doy unos respetuosos golpecitos en el hombro, mostrándole lo que espero que parezca una sonrisa genuina cuando se da la vuelta. Una ceja perforada se eleva sorprendida cuando me ve por primera vez. Me esfuerzo por no mirar a esos malditos viper bites o los tatuajes, y gano, aunque es una lucha difícil la que tengo.
"Edward," digo, el nombre sonando raro al dejar mis labios, "¿cómo estás? Un gusto verte. Um, mira, parece que hubo un malentendido. Este es mi casillero."
Le extiendo el pedazo de papel como si fuera evidencia ordenada por la corte. Edward frunce el ceño, tomando el pedazo se papel de mi mano y mirándolo. Luego se encoje de hombros, me lo devuelve, y continúa metiendo su mierda dentro de mi casillero.
"Este es mi casillero," explica, arrojando dentro el último libro y cerrando la puerta de golpe. "Lo ha sido por los últimos tres años."
"Pero la señora Cope…"
"La señora Cope la jodió," suspira.
Su tono de voz sugiere que estoy desperdiciando su valioso tiempo por siquiera respirar el mismo maldito aire que él. Inserta un pesado candado plateado en el casillero y gira la numeración antes de volverse para mirarme una vez más.
"Dile a Cope que el casillero número sesenta y nueve pertenece a Cullen. Siempre ha sido así, y siempre lo será."
Sin una segunda mirada, se aleja tranquilamente, girando algunas cabezas al hacerlo. Siento el calor subiendo lentamente por mi cuerpo, desde mi pecho hasta la cima de mi cabeza. Su actitud indiferente me está encabronando, otra vez, pero todo lo que puedo hacer es caminar de regreso a la oficina e intento aclarar este lío.
Con suerte, mi casillero estará muy lejos de Edward Cullen.
~c00ch~
"Tiene que estar bromeando."
"Me temo que no, querida," la señora Cope responde preocupada, sus delgadas cejas se fruncen por la inquietud mientras mira un pedazo de papel frente a ella. "No hay ningún casillero disponible por el momento."
"¿Por qué muestra que el casillero sesenta y nueve está disponible?" Pregunto, señalando la línea en blanco en la página.
"Oh, cariñito," dice, bajando la voz e inclinándose hacia mí de forma conspiratoria. "De verdad, no debería decirlo…"
Esta mujer es una chismosa. Puedo verlo por la forma en que sus ojos brillan al confirmar que está a punto de decirme algo que no debería compartir con un estudiante. Desafortunadamente, nosotras las mujeres no tenemos límites cuando se trata de chismes jugosos. Todo lo que ella necesita como confirmación es mi gesto silencioso de 'cerrar mis labios' al mismo tiempo que me acerco.
"Edward Cullen fue expulsado a mediados del último semestre de su segundo año. El sistema ya no lo tiene inscrito como estudiante, por lo que muestra su casillero como desocupado."
"Espere," la interrumpo en voz baja, mis ojos se mueven rápidamente alrededor de la pequeña oficina buscando posibles curiosos, y afortunadamente, no encuentro ninguno. "¿Fue expulsado… pero la escuela lo volvió a aceptar?"
"Sí, su padre básicamente pagó para que lo volvieran a admitir," Cope se mofa, su rostro retorciéndose por el desprecio. "Su padre es un hombre muy amable y muy adinerado. Ha donado para la escuela por muchos años. El director dice que 'le estamos dando a Edward Cullen una segunda oportunidad', pero he notado un incremento en los fondos de este año escolar."
"¿Y por qué lo expulsaron?"
"Por pelear," suspira decepcionada. "Edward ya caminaba por una delgada línea, constantemente en problemas por una cosa u otra. Cosas pequeñas. Pero lo que le hizo a ese joven…"
Nos interrumpe el chirrido de una puerta abriéndose y una ráfaga de aire. Cope mira detrás de mí, y la sangre deja su rostro dejando su piel pastosa y pálida. Mi cuerpo zumba y se incendia. Cooch sonríe con suficiencia debajo de mis bragas de seda, y sé al instante quién está junto a mí.
"¿Cuál es el veredicto?" Edward pregunta, apoyándose en el mostrador a mi lado, su brazo caliente rozando contra el mío.
No intenta retirar su colorido brazo de donde descansa. Los finos vellos cosquillean en mi piel, provocando que arda en llamas. Me enderezo de mi postura conspiratoria, y doy un ligero paso hacia la izquierda, retirando mi brazo del suyo. También me obligo a mirar solo a Cope, cuyo color vuelve poco a poco a su rostro.
"Hubo un error en el sistema. Me temo que la pobre de Bella se quedará sin casillero, a menos que nos les importe compartir a los dos."
"¿Compartir?" Ambos escupimos, instantáneamente.
"No," me echo a reír, sacudiendo mi cabeza.
"De ninguna manera," él concuerda, mirándome con el ceño fruncido.
"Mmm… tal vez pueda encontrar a alguien más dispuesto a compartir," murmura Cope, echándole un vistazo a la página.
La idea de compartir un casillero con algún extraño, alguien que probablemente podría odiarme más que Edward, hace que empiece a sudar frío. Solo se me ocurre una idea, ya que solo conozco otro estudiante del instituto de Forks además de Edward.
"¿Qué le parece Jasper Whitlock?" Sugiero.
Cope levanta la vista sorprendida. La mirada de Edward arde a un lado de mi cabeza.
"Él es la única otra persona que conozco aquí."
La señora Cope asiente en comprensión, y murmura, "Esa es una buena id…"
Las palabras nunca dejan del todo su boca.
"Maldición, bien," Edward espeta de pronto, estrellando su mano sobre la lista impresa en frente de Cope, provocando que las dos nos sobresaltemos. "Compartiré mi casillero."
"Cuide su lenguaje, señor Cullen, a menos que quiera ver al director Banner," Cope le dice.
"Me encantaría compartir mi casillero con Bella, señora Cope," responde con voz empalagosamente dulce, batiendo sus pestañas sarcásticamente a la señora mayor.
Luego agarra un lapicero del mostrador, agarra mi mano, y escribe con cuidado una serie de números en mi palma.
"Esta es la combinación. No se la des a nadie, no revises mi mierda, y no dejes toallas femeninas y tampones por todos lados. Si puedes hacer eso, estaremos bien. ¿Entendido?"
Mi mano permanece en la suya. Asiento aturdida, nunca mirándolo a los ojos. En vez de eso, me concentro en sus largos dedos, en la forma que envuelven perfectamente mi muñeca, el dorso de mi mano descansando ligeramente en su palma. Esos dedos le dan a mi mano un suave apretón, y luego desaparecen, al igual que él. Cuando vuelvo a levantar la vista, todo lo que veo es la parte de atrás de su cabeza antes de salir de la oficina, el pasillo exterior devorándolo.
"¿Estás segura que quieres compartir un casillero con él, cielo?" Pregunta la señora Cope, su voz preocupada.
Dejo caer mi mano de donde parece estar paralizada, colgando en el aire. Camino hacia la puerta de la oficina, y miro a través de la pequeña ventana cuadrada. El cuerpo desgarbado de Edward se detiene, justo afuera de un salón de clases. Se vuelve despacio y mira hacia el pasillo, pasando los dedos con nerviosismo por su cabello desordenado cuando nos miramos a los ojos. Entonces, deja caer su mano, sacude su cabeza y desaparece dentro del salón de clases.
"Bella, ¿me escuchaste? ¿Estás segura que quieres compartir un casillero con el señor Cullen?"
Me libero de la confusión inducida por Edward, y le doy una sonrisa tímida.
"Ya no estoy segura de nada."
Y bueno, seguramente Bella no es la única confundida por la actitud de Edward, ¿no es así? ¿No se preguntan como Eri, qué hay detrás de la actitud del Chico Malteada? Y no solo hablo de la evidente atracción hacia Bella. Gracias a Cope sabemos que Edward fue expulsado de la escuela por pelear, y por lo visto no fue cualquier cosa. Y Jasper mismo le dijo a Bella que Edward había pasado por mierdas en su vida, mmm… qué será, qué será. Bueno, ya lo averiguaremos, mientras tanto disfrutemos de esas graciosas apariciones de la Cooch, jajaja, que no deja su obsesión por Edward. Y por si no lo notaron, las insinuaciones sexuales son más que obvias en torno a estos dos, hasta en el número del casillero, el 69 jejeje. Espero que hayan disfrutado del capítulo y como siempre, estaré esperando ansiosa sus reviews para leerlos y leer pronto el siguiente capi, no olviden que el cuándo depende de ustedes ;)
Muchas gracias a quienes dejaron su review e el capítulo anterior: Leah De Call, Paola Lightwood, solecitonublado, Lady Grigory, Freedom2604, JessMel4, rjnavajas, AnnieOR, Mio1973, Nadiia16, Vianey Cullen, Lauguilln, Maryluna saraipineda44, Edith, Isis Janet, Ali-Lu Kuran Hale, kaja0507, Aidee Bells, mrs puf, Manligrez, NaNYs SANZ, Car Cullen Stewart Pattinson, Pameva, Jade HSos, Marie Sellory, ClaryFlynn98, EriCastelo, Lectora de Fics, NarMaVeg, somas, tulgarita, Pam Malfoy Black, glow0718, Brenda Cullenn, MajoRed, Liz Vidal, Tata XOXO, Sully YM, Carolina rk, Mafer, Lizdayanna, GZarandon, y algunos anónimos. Saludos y espero nos leamos pronto, DEPENDE DE USTEDES ;)
