Luan miraba de reojo a Lincoln.
Solo se cambiaba de ropa, pero, por alguna razón, se sentían nerviosa y su corazón saltaba frenéticamente al verlo.
No le había pasado nunca (con nadie). Se ruborizaba y su boca se le llenaba de saliva, consideraba que era por los frenillos o algo, pero no podía dejar de verlo.
No era que tenía un cuerpo como los de Hollywood, marcado y grande, como los que hacía suspirar a su hermana Lori al mirar la tele en la sala. Vamos que era un infante, mas no podía dejar de pensar en ello.
Ella habría de tener unos trece años, y vio cómo se ponía el bañador, en lo que hacía "guardia". Fue uno de sus primeros saltos en cuanto a un deseo pecaminoso. Y le seguía el paso ya una vez salían de los vestidores, y se pegaba a su cuerpo en las olas, mientras sus padres comían a los lejos, debajo de la sombrilla.
Sonreía al jugar con Lincoln. Aquel le decía que su sonrisa era linda, y encarnecía ampliamente.
Ella le tomó de la mano todo el tiempo aquel día, no lo soltó por cuanto pudo, y traía una calidez inexplicable en el cuerpo, que solo se transformaba en ansiedad cuando dejaba de sentir su tacto.
Por ello estaba a unos pasos de él tan solo, y se alegraba y sonreía, cuando sus dedos volvían a entrelazarse. Estallaba en esa emoción silenciosa, y colapsaba ante todo lo establecido ya, en donde toda la sociedad y su entorno, le decían, leía o escuchaba: "Así es como debe sentirse el amor... "
Ya en el alba, caminando por el estacionamiento hacia la van de regreso. Ella se separó con él del grupo, en un momento en el que considero irrepetible aún con su edad temprana.
Ahí le tomó de las manos, y se condensó con toda la honestidad y seriedad:
—Te amo Lincoln —le soltó inocente, y esa fue la primera vez que pronunció dichas palabras en todo su esplendor sentimental.
"Yo también te quiero hermana", le dijo y la abrazo con la fuerza dócil de un niño. Luan vio su cabellera blanca en su pecho, y cerró los ojos con fuerza. Y fue feliz de camino de regreso, en lo que él se dormía recargado en su hombro, y el largo viaje era solo un sedante, para lo posterior que vendrían en los tiempos venideros.
Aquel seria uno de los días que se quedarían en su mente, hasta el día de su muerte.
